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La Educación Popular: ¿Para que? Y ¿Por que?1 “La educación no será el privilegio de quienes pueda pagarla y la policía no será la maldición de quienes puedan comprarla” − E. Galeano – Introducción Cuando hablamos de educación popular (EP) si bien todxs tenemos un idea de que significa, muy pocos tienen la claridad de que conlleva este enfoque educativo. La gran cantidad de propuestas educativas, la diversidad de los individuos que la impulsan, además de la inexistencia de una única teorización de conceptos y una metodología conllevan a la dispersión del concepto de EP. Precisamente, respecto a que es la EP, es que nos ocuparemos en éstas líneas. Si bien, no pretendemos dar una definición ésta, si queremos dar ciertas luces del concepto. Realizando una mirada histórica de su práctica. En tal sentido, consideramos necesario indicar que si bien la EP puede implementarse desde el Estado, nuestro objeto se inclina hacia la corriente autónoma de éste y su utilidad. Así, tal como lo indica el título de este trabajo, pretendemos preguntarnos respecto al porque realizar la EP, y el cómo podría ser aplicada. En el fondo, nuestro objeto es señalar posibles puntos de discusión que identificamos, e invitarlxs a reflexionar en torno a ellos. Antecedentes históricos Los primeros antecedentes de la educación popular en la región chilena se remontan a fines del siglo XIX, cuando el Estado chileno elabora su proyecto de Educación Nacional, con fines de moralizar a las “masas” y buscar que éstas respeten la Ley. Frente a la exclusión e inutilidad de la educación impartida por el sistema, los grupos populares comenzaron a elaborar las primeras fórmulas autónomas para auto-educarse, como formas de subsistir en su situación de exclusión y de crear sociedad donde ellos encontraban vida – hay que recordar que las regiones mineras del norte o la ocupación de las zonas no ocupadas por los mapuches en el sur fueron ocupadas en primer lugar por los peones o vagabundos, y posteriormente estas zonas serán arrebatados por el Estado y los grupos dominantes – 1

Texto expuesto en el Foro sobre Educación popular en la Feria de Kontra-información libertaria y tokata “La Peste” el 25

de Agosto del 2012.


(Salazar, 1989). La primera forma de organización de carácter autónomo, y en parte libertaria, en nuestras tierras fue el mutualismo, el cuál en sus inicios invocó independencia, aunque pronto notarán que poco habían ganado de ésta. Las mutuales terminarán siendo parte del gusto por la transformación pacifica de la sociedad, entendiendo la EP como una herramienta frente a la miseria vivida por los trabajadores. Finalmente, lo que hicieron las mutuales fue generar una cultura alternativa, y un micro-mundo en donde entendieron el proceso de transformación como una cuestión pacifica que implicaba necesariamente un proceso civilizador a partir del esfuerzo propio, la solidaridad y la educación. Así, el mutualismo comprendió que los obreros eran demasiado pobres para ayudarse entre sí, proponiéndose obtener alzas en los salarios para que los trabajadores pudieran cubrir sus necesidades. Frente a ello, arremeten las posturas anarquistas de carácter revolucionario, que enfatizaron la acción directa y la abolición del Estado y el capital. Así, se impulsan las sociedades de resistencia, y las uniones sindicales no solo le vieron importancia a tratar el tema del salario y las condiciones laborales, sino que entendieron necesario establecer una EP que instaura tiempos de entretenimiento, bailes, juegos, conferencias, foros, desarrollo del conocimiento al servicio de las necesidades. A su vez, tiempo después surgen las mancomunales, sociedades de apoyo mutuo, que realizaron diversas cooperativas, y al mismo tiempo enfatizaron en mejoras en las condiciones laborales y la seguridad en el trabajo. Éstas también desarrollan una lucha importante en el ámbito político-cultural en donde se llevo a cabo una EP de carácter revolucionario, que tuvo como objeto engendrar conocimiento desde las bases, a través de bibliotecas populares, juegos, periódicos, escuelas, etc. junto con impulsar el apoyo mutuo para, por ejemplo, enfrentar las enfermedades que atacaron a niñxs y trabajadorxs. Además de ello, las mancomunales determinaron cómo fundamental en sus prácticas revolucionarias el llevar a cabo la acción directa que permitiría consigo generar mayor solidaridad y organización al interior de la lucha social y como parte también de un proceso educativo solidario. Con la apertura del Estado a principios del siglo XX, y la entrega de ciertas formas de “participación” (voto, leyes laborales, etc), la educación auto-gestionada se debilitará perdiendo su importancia y la figuración que tuvo con las mancomúnales y las sociedades de resistencia. Pero el golpe militar de 1973, y la nueva marginación de grandes sectores de la población con el nuevo sistema de dominación capitalista impuesto por la dictadura, generan condiciones de emergencia e impone la necesidad de nuevas prácticas educativas. La represión y la dispersión social generada por ésta llevaron a que la EP sea entendida como una práctica reactiva enfocada centralmente en reconstruir el “tejido


social” desmembrado por los militares, aunque no necesariamente la educación cuajará en la construcción de un proyecto popular, sino que muchas veces solo se abocará a crear conciencia para combatir la dictadura. (Fauré, 2007). La situación actual Con el término de la dictadura, y el inicio de la mal llamada “transición a la democracia”, se generó dispersión de los diversos grupos que impulsaron la educación popular en los 80’, y se produce la necesidad de re-definir a ésta. Así, surge la disyuntiva entre continuar y construir un proyecto propio o insertarse en la nueva coyuntura amoldándose a las nuevas reglas del juego, es decir, elegir entre incluirse al proyecto estatal concertacionista o seguir un camino autónomo (Fauré, 2007). Así, quienes deciden mantener su independencia estatal se verán invisibilizados en la década de los 90’, manteniendo un trabajo silencioso y con una perspectiva “proyectista” que los aleja de los objetivos meramente educativos. En el año 2005 se produce el primer Encuentro Nacional de Educadores Populares, producto de la necesidad de los diversos colectivos u organizaciones independientes que realizaban proyectos educativos de carácter popular. Así, ante la necesidad de leerse colectivamente, a través de sus experiencias, es decir, desde la práctica, surge esta instancia de encuentro con el cual, el movimiento gana nuevamente visibilidad. Si bien numerosas agrupaciones intentan desde entonces lograr puntos en común y crecer colectivamente. Es importante señalar que, a su vez, aún existen muchas otras que no se plegaron a este movimiento. Y que desde una perspectiva crítica a éste intentan elaborar y realizar proyectos educativos populares. Que siendo libertarios, anti-autoritarios, revolucionarios y/u otros intenta plasmar formas organizativas nuevas y alternativas al sistema imperante. Así, y aunque existen varias ideas y diferentes objetivos para realizar e impulsar prácticas educacionales populares con independencia estatal. Es necesario considerar que éste es un movimiento amplio en el cual, cada colectividad o grupo intenta plasmar en la praxis sus proyectos educacionales para responder a las necesidades de su entorno y su propia condición. Tal vez, es posible plantear como punto en común de los diferentes actores es que éstos han intentado generar “un «hacer» específico, concreto, que permitiría avanzar en prácticas –otras- que buscan alcanzar los objetivos de transformación deseados. Por eso, se entiende que sean palabras como


práctica, construcción y espacio, las que más se repitan dentro sus discursos” (Fauré, 2007: 52). Es decir, que la problemática central en el quehacer de los individuos inmersos en los proyectos de educación popular no estatal gira entorno a determinar que se debe transformar. Como formula de cambiar lo instituido por el poder dominante, y que espacios transformar para dicho objeto. Nuestra postura Frente aquello, es que nos queremos referir, ya que consideramos central para emprender cualquier formula educativa asumir el para que y el porque de la educación impartida, y en este caso, buscar los objetivos y las razones para impulsar un proyecto educacional popular. La respuestas a éstas interrogantes obviamente no tienen una única respuesta, pero si creemos necesaria insertar la práctica educativa desde una perspectiva libertaria y anti-autoritaria, es decir, buscar una educación que, en primer lugar, no sea ni verticalista ni imponga verdades sobre los individuos. En tal sentido, entendemos que la educación debe ser una práctica auto-gestionada, en base a las necesidades de cada persona como de su comunidad, por lo que no se debe pensar en la existencia de una educación ni en una sola formula para enseñarla, sino que ésta debe basarse en contenidos determinados por lxs propios sujetos, según sus intereses, necesidades y curiosidades, que de dicho modo permitan un desarrollo integro de cada persona. Ello desde una metodología horizontal y participativa, que promueva la curiosidad y el espíritu crítico de lxs estudiantes (CRA, 2012). A su vez, que la educación deba entenderse como un “vehículo” o “medio” para generar tanto la emancipación individual como colectiva, de forma que sea parte de un proyecto más amplio de lo meramente educativo, permitiendo a cada persona generar los conocimientos que le permitan apropiarse de su entorno y mejorar sus condiciones de vida. Así, si pensamos en EP, desde nuestro punto de vista, se trata de una práctica que busca la transformación social y apela a buscar dicha transformación desde abajo, impulsando precisamente, por medio de la educación, la emancipación individual y colectiva de los más oprimidxs de la sociedad, siendo estxs quienes se auto-eduquen para su desarrollo integral. Además, se nos hace indispensable adquirir la responsabilidad de hacernxs cargo de la aprobación comunitaria. Reconociendo las necesidades subjetivas de cada poblador/a reconociendo las diferencias de “clases”, pero haciendo de nuestro método una herramienta de igualación de condiciones. Esto debe ir acompañado de la transformación integral del individuo en un sujeto autónomo con otra concepción de las relaciones sociales y necesidades materiales.


Desde dicha perspectiva, entendemos que la construcción de proyectos, objetivos y abstracciones, muchas veces ven mermada su realización debido a que no logran la aprobación y aceptación de la población. En efecto, podemos dar cuenta de muchos “experimentos”, en los cuales la gente ignora este tipo de propuestas debido a las necesidades materiales inmediata y el miedo inoculado por parte de la educación estatal y burguesa. Por lo que, creemos necesario hacernos cargo de eso y enfrentarlo para lograr impulsar la educación que queremos. Conclusión En síntesis, si bien no pretendemos señalar que exista una fórmula educadora, si creemos necesario señalar que es necesario impulsar una educación que rompa con las lógicas de poder impulsadas por el Estado y la educación impuesta por éste, siendo la auto-organización autónoma el camino que creemos más correcto. Obviamente, este camino conlleva, en cierto sentido, muchas más interrogantes que respuestas, y es precisamente respecto a ello invitamos a discutir. Es necesario preguntarnos ¿es la educación meramente una herramienta o un medio a nuestros objetivos?, ¿ésta permite la construcción de un proyecto popular? ¿Que implica la implementación de un enfoque popular en la educación?. A su vez, y en base a ello hay que preguntarse como se debe realizar la educación, así, por ejemplo, hay que analizar si es necesario separar por niveles a lxs estudiantes o si se debe medir de alguna forma el desarrollo o conocimientos de éstos. Frente a ello, y planteadas estas interrogantes ahora solo nos queda invitarlos a discutir. Grupo Editorial “La Peste”


Bibliografía •

Corriente Revolución Anarquista. Una introducción al anarquismo. Ediciones Revolución Anarquista. Santiago, 2012.

Fauré, Daniel. El nuevo movimiento de educadores y educadoras populares chileno: Tensiones, proyectos y construcción de poder (1999 – 2006). Seminario de grado para optar al grado de Licenciado en Historia. Universidad de Chile, Facultad de filosofía y humanidades, 2007.

Salazar, Gabriel. Educación popular y movimientos sociales en Chile. Boletín “El Mensajero”, Fascículos Educativos Nº7, Mayo de 1990. Charla con motivo del Taller de Educación Popular desarrollado por el CIDE. Transcripción de Luis Bustos y Juan José Silva. Punta de Tracla, 1989. Disponible al 16 de Agosto del 2012 en: http://es.scribd.com/doc/69537917/LaEducacion-Popular-y-los-Movimientos-Sociales-en-Chile-Gabriel-Salazar-1989

Documental Educación Popular. Realizado para el ramo de Historia Social, impartido por el profesor Gabriel Salazar el primer semestre del año 2007 en la Facultad de Derecho de la Universidad

de

Chile.

Disponible

al

13

de

Agosto

del

http://www.youtube.com/watch?v=gDCzGhZmbqI&feature=player_embedded

2012

en:


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