Papel Salmón

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Caldas profanó el templo de la música andina colombiana

La fiesta fue nuestra Paulo Andrés Sánchez Gil

EDICIÓN 1023

creación y vida

domingo 17 de JUNIO de 2012 Manizales - Colombia

CON ESCASO PATRIMONIO históricO

Villamaría, conglomerado irreductible Octavio Hernández Jiménez

VII Temporada de música de Cámara de Manizales

Noche colombiana Germán Eduardo Arias León

Una mirada al ocaso de un régimen

Los últimos virreyes de la Nueva Granada Alfredo Cardona Tobón

Impre(ci)siones

Un libro en llamas

Camilo Gómez Gaviria

Ensamble Cruzao Y Acople Dúo

Fotos | Freddy Arango Y Darío A. Cardona | Papel Salmón


2 | PA T R I M O N I O |

domingo 17 de JUNIO de 2012

domingo 17 de JUNIO de 2012

CON ESCASO PATRIMONIO históricO

Villamaría, conglomerado irreductible

Fotos|Octavio Hernández|Papel Salmón

Plaza principal de Villamaría donde la iglesia es el único valor patrimonial.

Su nombre nació de una confusión provocada por una letra ilegible en los despachos de Popayán. Villamaría no ha sido ni será un barrio más de Manizales. Herencia caucana. Octavio Hernández Jiménez* Papel Salmón

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ada la cercanía, muchos de los habitantes del bello municipio de Dosquebradas, habitúan decir que residen en Pereira. Para ellos es como si vivieran en un populoso barrio de la capital del Risaralda. Villamaría está a un lado de Manizales pero, en cambio, no son escasos los villamarianos que no se consideran, por ningún motivo, como apéndice de la capital caldense. Si, en Caldas, hay algún conglomerado con una idiosincrasia irreductible, a pesar de las influencias foráneas y las tentaciones aparentemente fáciles de caer en ellas, es Villamaría.

Un poco de historia

La historia de Villamaría, desde el principio, está salpicada de curiosas leyendas. Así, se dice que su nombre nació de una confusión provocada por una letra ilegible en los despachos de Popayán. Un burócrata distraído no leyó que el documento llegaba de Villa Maná sino de Villa María. Ese ‘maná’, dicen, tenía que ver con el ‘maní’ que aparece en la etimología de Manizales. Otros, con orientación religiosa, tratan de acomodar el nombre de ‘maná’ al alimento de los israelitas, en el desierto, y que estaría en concordancia con las denominaciones topográficas de Nueva Palestina, nombre que, por los mismos tiempos, se le dio a la actual Palestina (Caldas) y San Francisco, antiguo nombre de Chinchiná. De igual forma, quien se equivocó en la Capital del Cauca lo hizo bajo el influjo de su subconsciente religioso al denominar a un pueblo en homenaje a la Virgen María. Si se menciona a Popayán, hablando de Villamaría, es porque este poblado caldense, hasta 1905, era el último bastión del Estado Soberano del Cauca, ha-

cia el norte. Siempre estuvieron ariscos, frente a las pretensiones expansionistas de los antioqueños. Villamaría era Cauca, como lo eran Chinchiná (San Francisco), Palestina, Santa Rosa, todo el Occidente de Caldas y la totalidad de los actuales departamentos de Risaralda y Quindío. Manizales, en el filo limítrofe, estuvo entre ceja y ceja de antioqueños y caucanos. Cuando se habla de ‘Estado Soberano’ se quiere decir que la soberanía de cada uno era tan amplia e implacable que abarcaba hasta asuntos jurídicos y policíacos como cuando un individuo asesinó a su esposa, en Manizales, se echó a correr por los potreros en donde están enclavados los actuales barrios Fátima y Malabar, seguido por la policía y los muchachos que no han de faltar en estos ajetreos. El asesino logró atravesar la corriente del río Chinchiná que separa a Manizales de Villamaría y se sentó en una piedra, al otro lado, a descansar observando a la policía y los muchachos del lado manizaleño que tuvieron que contentarse con arrojar piedras al fugitivo pues la ley prohibía a las autoridades de un estado soberano invadir territorios de otro estado.

Con una idiosincrasia definida

Villamaría no ha sido ni será un barrio más de Manizales. Se trata de un conglomerado con una idiosincrasia definida que, por circunstancias geográficas y por deficiente liderazgo, en ciertas temporadas, quedó anclado a la vera del progreso mientras su vecino crecía a un ritmo más acelerado. En semana, el manizaleño que visite el parque principal y las calles aledañas de la Villa de las flores es como si se trasladase, en cuestión de minutos, a un pueblo apartado de la capital departamental, como Aguadas, Samaná o Belalcázar. Aquí y allá, los mismos personajes envueltos en ruanas que se sientan en las bancas del parque a rumiar nostalgias, niños que pasan a hacer un mandado o que arrean una vaca, señoras que entran y salen apresuradamente del templo, perros que olfatean a conocidos y forasteros buscando el olor de otro perro, árboles que se mecen como si la vida no tuviera afán. Hasta hace poco, quien visitase el parque principal, podía observar a Mario Salazar conocido como ‘El Capitán’. Para

2012 tenía 84 años de edad y una estampa como de película de piratas o de capitán de un Titánic fantasma, barco del que, en abril de ese mismo año, se conmemoraban cien años de su hundimiento. Contaban que los estudiantes pedían al Capitán ayuda para hacer las tareas escolares. Casi siempre acertaba en lo que les dictaba. Un internet de aires prehistóricos. En otros tiempos, ‘El Capitán’ llevaba la alimentación a los presos de la cárcel. Los personajes típicos aportan a la estampa de cada pueblo.

Sin patrimonio histórico

En mayo de 2012, una jueza ordenó detener las obras del cable aéreo en Villamaría ubicadas en el ala norte del parque principal, cuando ya llevaban invertidos unos nueve mil seiscientos millones de pesos. Inficaldas le envió un memorial con 33 puntos para reclamar que ese Instituto no fue tenido en cuenta, en el proceso judicial, como una de las partes de la obra que debió ser llamada como sí lo fueron la Alcaldía y el Concejo. Fuera de Inficaldas también hacen parte de la obra la Gobernación de Caldas, Gensa y el mismo Infimanizales por ser el dueño del cable entre Fundadores y la Terminal. Inficaldas argumentaba, además, que las dos propiedades que fueron demolidas antes de iniciar la obra estaban en una zona histórica establecida por el POT de Villamaría pero para que la sentencia en primera instancia emitida por la jueza, deberían haber hecho, antes, una declaratoria de patrimonio histórico por parte del organismo departamental competente. El 26 de diciembre de 2001, en reunión del Consejo de Patrimonio Cultural del Departamento de Caldas, “hubo consenso en que, en el parque principal, la única construcción con valor patrimonial es la iglesia y apoya la construcción de la estación del Cable Aéreo en el parque principal del municipio de Villamaría (LA PATRIA, 25 de mayo de 2012, p.11a). Como concluye el periódico de los caldenses, en resumidas, cuentas zona histórica no sería lo mismo que patrimonio histórico. Villamaría tiene historia, zona histórica pero no patrimonio histórico. Lo que se consideraría como tal está vuelto trizas. Sobreviven el templo y una que otra casona aislada pues el conjunto arquitectónico ya es asunto de un pasado derruido, sus cuadras armónicas se han interrumpido con nuevas construcciones, de distintos niveles, unas más entradas, otras más salidas, muchas de ellas deformadas o dedicadas a los más despiadados menesteres. Por eso, es desmedido hablar de daños al patrimonio y al centro histórico si se construye, en el lote previsto, una digna estación para el Cable Aéreo. No atentaría contra la fisonomía del centro pues de no hacer la estación en ese sitio, levantarían allí un ridículo pastiche particular, que sería peor para la estética sin que prestase algún servicio comunitario.

Se revitalizaría el centro

Tienen más sentido las instalaciones del Cable Aéreo que nos ubican, de entrada, en la sala de recibo de Villamaría, que ese mismo espacio convertido en una serie de ventorrillos de pollo asado y cacharrerías, un amplio billar o un casino en donde jóvenes y ancianos malgastarían, de noche, los escasos ingresos del día. El centro del Villamaría, con la llegada del Cable Aéreo, se revitalizaría pues se convertiría en polo de atracción, comercio, paseos y diversión. Tal vez, almacenes, restaurantes y tabernas de cinco estrellas abrirían sus puertas. De pronto, un museo o un centro cultural con sus programaciones o colecciones interesantes, el publicitado Parque de las Flores que ninguna entidad municipal, departamental, nacional o empresa privada ha sido capaz de echar a marchar, fuera de otros atractivos dictados por la imaginación y el presupuesto conseguido por sus dirigentes. Recordemos lo que han logrado varios pueblos del Quindío con infraestructura semejante. Acaban de inaugurar un parque campesino para añadir a su amplio listado anterior. Los líderes de vieja data, de Villamaría, desocuparon el pueblo. Falta visionarios que prendan fuego debajo del agua y que todos sus habitantes combatan los celos que, in illo témpore, sepultaron fabulosos proyectos. Es tan irreductible la idiosincrasia de Villamaría que, cuando estaban organizando un reinado en la Feria de las Flores de finales del siglo XX, les insinué a los de la Junta Organizadora, en una reunión a la que me invitaron que, para evitar gastos con las carrozas por qué no prestaban las de un desfile de la feria de Manizales, pero me respondieron con tono ofendido:

“¡No! Ya estamos tramitando el préstamo de las victorias que recorren las calles de Palmira (Valle del Cauca)”. Este modo de ser indomable, como corresponde a herederos de caudillos caucanos de la estirpe de Tomás Cipriano de Mosquera que, siempre arisco, visitó en varias ocasiones, acampó y se desveló atisbando los campamentos de los antioqueños al otro lado del río Chinchiná, se ha prestado para problemas intermunicipales con Manizales como han sido los de servicios públicos y la puesta en marcha del Área Metropolitana que no ha podido fraguar.

El área metropolitana

En cuanto al área metropolitana, dicen en Villamaría, Chinchiná y Palestina, todos con nítida herencia caucana como corresponde a un ala del ser verdaderamente caldense, a la dirigencia manizaleña le ha faltado olfato y tacto pues cree que ella es la que sabe, la que decide, la que ordena y ante la cual los demás solo tienen que aportar la firma en los convenios. El periódico LA PATRIA desplazó un equipo de reporteros a los municipios limítrofes para averiguar, en cada uno de ellos, con 200 ciudadanos, qué opinión tenían de la integración de su municipio con los otros cuatro. Los alcaldes tenían claro que para superar el retraso en el desarrollo hay que trabajar unidos pero un alarmante grupo de ciudadanos se mostró en desacuerdo con la integración con los municipios vecinos. En Chinchiná, por la integración de la sub-región Centro-Sur, estaba de acuerdo el 96% y el 4% dijo que no. En Palestina, el cien por ciento dijo estar de acuerdo. En Neira, el 66% estaba de acuerdo con la integración y el 10% que no. El 24%

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no sabía. En Villamaría el 72% dijo que estaba de acuerdo con la integración y el 28% que no (LA PATRIA, 6 de mayo de 2012, p.1b). Los encuestadores del periódico preguntaron a los ciudadanos: ¿Cuáles considera que han sido los obstáculos para la integración de la sub-región Centro-sur? -. Falta de voluntad de Manizales; total: 28% discriminados así: Chinchiná, 40%; Neira, 32%; Villamaría, 22 por ciento; Palestina, 18%. -. Falta de voluntad de municipios distintos a Manizales: 33%, distribuidos así: Palestina, 56%; Villamaría, 38%; Neira, 24%; Chinchiná, 14%. Otros factores tenidos en cuenta fueron: falta de interés de la comunidad, ignorancia sobre la importancia que en el mundo actual se le está dando al fenómeno de la integración, como los famosos TLC, y unas gotitas de resentimiento y frustración. *** Mientras no se trate a los demás con respeto, dignidad y la estimación que merecen, nos quedaremos rezagados en el propósito de progresar unidos. Reconozcamos que muchas veces los problemas no nacen en los demás sino en nosotros. La integración no anula las diferencias. Villamaría, como perpetuo centinela de la idiosincrasia caldense, le recuerda a Manizales, desde antes de la creación del Departamento de Caldas, que aunque seamos distintos con relación a los habitantes de municipios vecinos, podemos aportar unos ingredientes que no nos menguan sino que nos enriquecen y engrandecen *www.espaciosvecinos.com octaviohernandezj@ espaciosvecinos.com

Valla que anuncia el cable aéreo entre Manizales y Villamaría.


4 | MÚSICA ANDINA| Los tres participantes por el Departamento pasaron a la final. Quince años sin recibir un reconocimiento oficial del concurso. Claudia Gómez de Antioquia, con una propuesta contundente. Reconocimiento a la labor de los jurados. Triunfo. Paulo Andrés Sánchez Gil* Papel Salmón

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ubo un hecho premonitorio la noche de la gran final del Mono Núñez en Ginebra (Valle del Cauca). El ya “popular” Trío Clásico Latino de Inglaterra, interpretó, para saludar, el pasodoble Feria de Manizales, en versión para piano desafinado, violín y violoncello. Válida la amalgama, ahora el Clásico Latino es de Colombia, Rusia e Inglaterra. Estoy seguro de que Gustavo Gómez (Caracol Radio) no hubiera lamentado la ausencia de Rebeca, la monita del esfuerzo fonético, pero que ya no hace parte del grupo, porque en cambio vino otra rubia mejor intérprete del violín. No canta en español, pero algunas palabras balbuceó a partir de un texto corto que tenía en su atril. La fiesta era de Caldas, de eso no había duda.

Tres de tres

A veces en los concursos, lo más difícil es encontrar coherencia en los fallos del jurado, y aunque esta vez no fue la excepción, se destaca que no hubo el tal palo de muchos años. Y no hubo palo, porque los ganadores finalmente fueron los que tenían la más alta calidad en el concurso, y por fin la lectura del fallo iba dejando una sensación de tranquilidad y respiración fluida, aunque acelerada, en la mayoría de los asistentes al coliseo Gerardo Arellano. Tres de tres, era lo que los caldenses decían la tarde del domingo, antes de la gran final del concurso, después de ser leída el acta del jurado con los finalistas. Caldas llegó al Festival con tres partici-

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pantes, y los tres pasaron a la final. Eso ya es un hecho relevante frente al que caben muchas reflexiones. Una de ellas es que el trabajo constante de la delegación de Funmúsica en Manizales y Caldas está dando sus frutos, pero no es que antes no hubiera sucedido o que el trabajo no fuera disciplinado; lo que sucede es que siempre ante el reconocimiento general, venía el desconocimiento del concurso a través de los jurados. Caldas casi siempre lleva una representación importante a Ginebra, un grupo de artistas con el cual se compite en franca lid, pero que finalmente no pasaban de obtener los premios que todos llaman de consolación. Muchos grupos en la final otros años, muchos premios de consolación, muchos consensos entre los asistentes al coliseo Arellano Becerra. Pero desde 1996 ningún gran premio. En aquella ocasión Saxeto fue el ganador el Gran Premio Instrumental. Precisamente ese año, comenzó a entregarse Gran Premio en la modalidad vocal y Gran Premio en la modalidad instrumental. Antes solamente se entregaba un solo Gran Premio, excepto en 1993 y 1994 cuando el concurso entregó reconocimiento a la expresión tradicional y a la nueva expresión, en un intento peligrosísimo que no supieron mantener por subjetivo y discriminatorio.

Después de quince años

Quince años sin recibir un reconocimiento oficial del concurso. En esos quince años, varias veces quedó la sensación de no haber recibido el premio por capricho en unos casos, incomprensión en otros, o intereses de otro tipo, del jurado. De manera que no es que Caldas apenas ahora hubiera tenido el nivel necesario para llevarse a su departamento el Gran Premio, ya otros grupos habían hecho méritos para obtenerlo y no lo recibieron por razones diversas y sobre las que mucho se puede especular. Desde una perspectiva particular, creo que hubo lobby de algunas regionales ante el que eran dóciles los jurados, aclaro que eso lo percibí unos años, no todos.

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La fiesta fue nuestra Caldas profanó el templo de la música andina colombiana

Reclamo

Reclamo recurrente de muchos asiduos al Festival Mono Núñez y en el cual los respaldo categóricamente, es ¿por qué se le quitó el Festival de la Plaza a los ginebrunos, para llevarlo a un espacio aún baldío de gran tarima, y cobrarles $7.000 por el ingreso y otro tanto más si uno quería acomodarse en el "vip"; si ese festival de la plaza fue concebido como el escenario popular y hecho para los habitantes de Ginebra y visitantes transitorios? Creo que esa fue la mayor muestra de elitización de un festival que mira cada vez con más fervor a las músicas de otros países, a pesar de su deficiente calidad, en detrimento de lo propio. Peor aún si contamos con que en las tardes, cuando se presentaban los artistas participantes en el concurso, el parque de la música estaba casi desocupado, y los jóvenes de la logística cuidando lotes de sillas rimax vacías a lado y lado de la explanada. O la junta de Funmúsica replantea algunos esquemas que están haciendo astuta carrera, o nos veremos en poco asistiendo en Ginebra, como lo señala el maestro Álvaro Gärtner, a un festival concesionario del Festival de Cosquín, pero en una versión amateur.

Solamente hay un antecedente de una regional que recibe los dos grandes premios, y fue en el 28º Festival Mono Núñez en 2002; Antioquia con Mauricio Ortiz en modalidad vocal y conjunto Ébano en modalidad instrumental. Las décadas y los lustros le vienen bien a Caldas al parecer. Hace quince no obtenían el Gran Premio y hace diez una misma regional no ganaba los dos premios grandes que se otorgan. Quizás el lobby de las regionales, la especulación del concurso con su vocación, la escasa proyección que alcanzaron algunos de los ganadores del Mono Núñez en otros años, fueron signos de alarma para un concurso que no puede dejar de ser, por importancia y trayectoria, el referente de la música andina colombiana. O quizás este año, ante la sorpresa de la organización del Festival, el jurado actuó de manera completamente independiente y falló en consecuencia con la calidad artística, que de nuevo volvió a ser importante.

graron esa diversidad como debe ser, con buen gusto como debe ser; un jurado de esos que uno espera cada año, para que emitan fallos justos como debiera ser. Soy caldense, pero no me emociona solamente lo caldense por chovinismo; inclusive este año esperé por afinidad musical que el gran premio Mono Núñez vocal lo ganara Claudia Gómez de Antioquia. Era la propuesta más bonita, y tan contundente que el coliseo le tributó cerrada ovación de pie a pesar de ser una propuesta muy emparentada con el jazz y con la música actual, de esas que en otras ocasiones ese mismo público ha rechazado porque se quedaban, según la gente, en la armonía compleja, perdiendo de vista la estética que sobrecoge a más de mil quinientas personas de manera unánime. Por eso no me emocionó la Feria de Manizales que interpretó el Trío Clásico Latino, y al final solamente alcanza reseña anecdótica del saludo premonitorio a la delegación triunfadora.

Lo tradicional y lo nuevo

Unas líneas atrás mencionaba que durante dos años (1993 y 1994) el concurso dividió la contienda en dos tendencias, la expresión tradicional y la nueva expresión, también mencioné que esa disposición me pareció peligrosa; y este año después de ver el fallo emitido por el jurado, puedo ratificar que aquello era un error. Se puede evaluar con la misma amplitud lo tradicional y lo nuevo. Porque este año

Fotos|Paulo Sánchez|Papel Salmón

Ensamble Cruzao con el Gran Premio Mono Núñez en la categoría instrumental, en compañía de algunos representantes de la delegación caldense: Lyndon Alberto Chavarriaga, Raúl Fernando Madrid, Pedro Valencia García, y Paulo Andrés Sánchez.

podríamos haber ubicado en las orillas opuestas, en ese orden de ideas que prevaleció por escasos dos años, a Acople Dúo y a Claudia Gómez. Los caldenses a la postre ganadores del Gran Premio Mono Núñez vocal y la antioqueña nominada al Gran Premio. Pero se impuso a la comple-

Un jurado diverso

Ensamble Cruzao, de Caldas, en la final del 38º Festival Mono Núñez.

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Este año el jurado era muy bueno, diverso como debe ser, con trayectoria probada en cada uno de los roles que inte-

Acople Dúo, de Caldas, en la eliminatoria del 38º Festival Mono Núñez.

jidad y a la belleza, la calidad y la fuerza, los cuatro, criterios de evaluación completamente válidos y necesarios. Si se quiere se pueden poner escalas a cada uno de esos cuatro criterios y darles valor por separado en la interpretación de cada uno de los dos participantes a los que me refiero. Los dos tuvieron complejidad, en el caso de Acople Dúo, ésta fue interpretativa -vocal e instrumental-, en el de Claudia Gómez, la complejidad fue armónica; en los dos hubo belleza, Acople Dúo en el repertorio y la calidad vocal de sus integrantes, en Claudia Gómez en la manera de abordar el repertorio elegido y en la sencillez abrumadora de sus arreglos; calidad evidente en ambos, y allí supongo que el jurado puso a jugar los elementos técnicos como afinación, medida, forma, etc., eso a lo que se refieren los jurados como “pegarse de los errores”, que en ambos casos fueron muy pocos. En esa necesidad de dirimir las mayores virtudes entre dos participantes tan distantes en la tendencia, es en donde se hace necesario y merecido reconocer la labor de Juan Luis Restrepo, Ruth María Castañeda, Jorge Humberto Jiménez, Jaime Andrés Monsalve y Jorge Uriel Rodríguez, porque tomaron una decisión muy difícil, porque se impusieron a una

historia de quince años y a otra de diez. Solamente lamento que Claudia Gómez, a quien vi en este Mono Núñez como lo que es, una maestra, no ganó finalmente nada y se quedó con la consolación de la nominación al Gran Premio. Espero que en su intimidad sepa que todos o al menos la mayoría de los asistentes al Festival

nos sentimos felices de verla y de ver que una propuesta que fue revulsiva dentro del concurso, logra consenso.

Un ejercicio perfecto

Punto aparte merece también Ensamble Cruzao, porque hicieron el ejercicio casi perfecto. Ensayar con denuedo, elegir el repertorio exacto para el concurso, disfrutar de su participación y dejar que todo eso fuera sumatoria de éxito. Cuando se emitió el fallo de finalistas, el panorama era de una final muy pareja, porque en ella estaban los que eran y eran los que estaban. Inclusive en las eliminatorias se percibía una preferencia del público por el solista con acompañamiento Juan Eulogio Mesa, un requintista de Cundinamarca que deslumbró con su ejecución virtuosa y emotiva. Pero todo se transformó en la final, porque Ensamble Cruzao, apelando quizás a la experiencia en concursos de dos de sus integrantes, los hermanos Paulo y Alexander Olarte, decidieron salir a ganar sin dejar espacio a la controversia. Y si la elección del repertorio de la final fue brillante, la interpretación fue exquisita y tanto disfrutaron ellos en el escenario como los asistentes en la platea y la gradería. Ensamble Cruzao representa desde el lunes en la madrugada, la vanguardia de la música andina colombiana, y el Mono Núñez de paso, el referente de lo que los demás deben ver de nosotros, música de Colombia para el mundo. *** Espero que la organización del Festival Mono Núñez omita para el próximo año la invitación al Trío Clásico Latino a la final del concurso y en cambio nos permita disfrutar de los vigentes ganadores Acople Dúo y Ensamble Cruzao, y que sumen al grupo de invitados a algunos de los mejores artistas que han pasado en estos años por el escenario del Festival y que sin duda superan con creces la calidad de los invitados internacionales que nos siguen colonizando con pasaporte extranjero y poco más *Gestor cultural. Director La Central de Marketing Cultural

Claudia Gómez de Antioquia (derecha) en la final del 38º Festival Mono Núñez.


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Una mirada al ocaso de un régimen

Los últimos virreyes de la Nueva Granada Francisco Javier Venegas y Juan Sámano en la Nueva Granada, Benito Pérez Brito en Panamá, Francisco José de Montalvo en Santa Marta, y Juan de la Cruz Mourgenon en Quito. Acciones. Foto|Archivo LA PATRIA|Papel

Alfredo Cardona Tobón* Papel Salmón

Salmón

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Ricardo Giraldo, Humberto Valencia, Jorge Varón, Alexánder Olarte, Paulo Andrés Olarte, integrantes de Ensamble Cruzao, junto a Luis Carlos y Daniel Saboya González, del trío Palos y Cuerdas.

VII Temporada de Música de Cámara de Manizales

Noche

colombiana

Mano a mano entre dos de los mejores exponentes de la música colombiana Palos y Cuerdas y Ensamble Cruzao. El próximo concierto será el 23 de agosto c on el pianista ruso Sergei Sichov. Éxito. Germán Eduardo Arias León* Papel Salmón

L

a VII Temporada de Música de Cámara de Manizales arrancó el pasado miércoles (6 de junio) en la noche con pié derecho: lleno total, buena música y buena expectativa creada para los próximos conciertos. Con tantas noticias regulares por estos días, tanto escándalo, tanta ceniza y sobre todo, tan poca buena nueva musical, el regocijo viene por cuenta de una nueva versión del Festival que, esperamos, vaya subiendo de nivel año tras año. Sorprende la buena asistencia de público, teniendo en cuenta que la divulgación no fue muy diferente de años anteriores; digo que sor-

prende porque no vi muchos comunicadores sociales cubriendo el evento.

Palos y Cuerdas

En fin, la Temporada abrió con el concierto a cargo de las agrupaciones Palos y Cuerdas, de los hermanos Saboya, y de nuestro Ensamble Cruzao. Lástima que uno de los tres hermanos Saboya no estuvo en el recital y a los otros dos les tocó encarar la parte correspondiente. Por eso es difícil opinar respecto de los evidentes ajustes de última hora en el repertorio y alguno que otro desliz sin importancia durante la ejecución. La calidad de estos hermanos es incuestionable y libre de toda duda, si se tiene en cuenta el ya intenso y exitoso recorrido nacional e internacional de estos músicos consumados. En Edelma de Terig Tucci el contrapunto marcó la pauta, mientras que el Sincopando de León Cardona fue desigual y por momentos turbio, si bien la guitarra fue muy bien interpretada en pasajes con octavas de gran virtuosismo. La danza Estrellita de Rozo fue tocada de una manera poética, muy “ad libitum”; Desde Lejos, de Bonifacio Bautista y el bambuco Cantando al cielo de Gentil Montaña tuvieron una interpretación llena de matices y con gran gusto, y el bambuco Guatavita del maestro Cristancho, si bien comenzó bastante plano, fue rematado con una clara muestra de talento y de recursividad en la interpretación.

Ensamble Cruzao

Por su parte, Ensamble Cruzao llenó la segunda parte de la velada con un repertorio que sirvió de lanzamiento de su primer disco compacto. Paz y Yo compuesto por Paulo Andrés Olarte, tiplista y arreglista del Grupo. Fan-

tasía 6/8 del nariñense José Revelo; Hechicero de Pacho Casas, con algunos rasgos descriptivos; Ricaurte con un hermoso solo de bandola; Aloe; una sublime Gloria Eugenia, llena de color, contrapunto y desenfado, y un extraño pero interesante Vinotinto constituyeron el aporte de los cruzaos. He tenido la oportunidad de ver su crecimiento musical y puedo decir que están en una etapa creativa, en la que la versatilidad aún le gana a la identidad. Con todo, pudimos disfrutar de interpretaciones impecables, llenas de virtuosismo, inventiva y musicalidad. El color musical -es decir, la variedad en los sonidos- es muy rica y puede explotarse aún más. Acaso a mi modo de percibir sus interpretaciones, me atrevo a decir que la bandola merece más protagonismo y donaría más variedad y diálogo al conjunto. Me siento orgulloso de ser paisano de este grupo. Felicitaciones. *** Debo felicitar a la Asociación para el Fomento de la Calidad Artística, dirigida por Edgar Melán, porque es la responsable de que la Temporada de Música de Cámara siga con vida. El programa de mano está a la altura de los espectáculos programados (afortunadamente lejos de los vergonzosos programas de mano de los conciertos sinfónicos de nuestra ciudad). Sólo una pregunta: ¿Este evento lo patrocina únicamente la Universidad Nacional? *Referencista Área Cultural del Banco de la República. (Las opiniones aquí expresadas son exclusiva responsabilidad de su autor y no comprometen en forma alguna al Banco de la República)

s interesante dar una mirada a los virreyes del ocaso español. Empecemos por Francisco Javier Venegas a quien el Consejo de Regencia lo designó para remplazar al virrey de la Nueva Granada Amar y Borbón. Su función no pasó del mero nombramiento, pues cuando alistaba maletas para viajar a Santa Fe de Bogotá, lo nombraron virrey de la Nueva España (Méjico), donde a los dos días de posesionado, o sea el 16 de septiembre de 1810, lo envolvió la rebelión independista del cura Hidalgo y Costilla. En esta forma el virrey Amar y Borbón se vio forzado a permanecer en el cargo por falta de un remplazo y sufrir cárcel y todo tipo de atropellos antes de salir de Santa Fe y viajar a España, donde no le fue mejor, pues se vio comprometido en la rebelión liberal contra la monarquía.

Benito Pérez Brito, el virrey en Panamá

Al revocar el nombramiento de Venegas, el Consejo de Regencia encomendó a Benito Pérez Brito el virreinato de la Nueva Granada; Pérez era un militar distinguido en campañas en el norte africano y en La Florida y con exitoso desempeño en la gobernación de Yucatán. Pero la época no era para posesionar virreyes, pues varias juntas criollas gobernaban a la Nueva Granada y ninguna aceptó la autoridad de Pérez Brito. De todas maneras el Virrey de papel se estableció en la ciudad de Panamá, controlada por los españoles y desde allí “gobernó” nominalmente al virreinato. Sin medios para imponer su autoridad Pérez desempeñó su deslucido encargo hasta entregarle el “mando” en 1812 a Francisco José de Montalvo.

Francisco José de Montalvo, virrey en Santa Marta

El 14 de marzo de 1814 el rey Fernando VII, de regreso a España tras su cautiverio en Francia, desconoció la Constitución de Cádiz y envió tropas para Venezuela a fin de recuperar el poder en las colonias, en tanto que en la Nueva Granada las provincias se desgastan en guerras intestinas. En la costa Atlántica, las ciudades de Cartagena y Mompox luchaban contra Santa Marta que era un fuerte reducto realista gobernado por el español Francisco José Montalvo. Poco antes de desembarcar Morillo con las fuerzas expedicionarias de la Península, los sama-

Foto|Cortesía Alfredo Cardona|Papel Salmón

Juan Sámano, último virrey español en territorio granadino.

rios derrotaron a los cartageneros en la batalla naval de la Ciénaga Grande y tomaron el control de las riberas del río Magdalena. Al caer Cartagena en manos de “los pacificadores”, el soberano español nombró virrey de la Nueva Granada a Francisco José de Montalvo quien despachó desde Santa Marta mientras las tropas de la reconquista avanzaban por el interior del país. En Santa Fe de Bogotá el general Morillo instituyó los “Consejos de guerra”, el “Consejo de Purificación”, los “Consejos de Secuestro” y los “Tribunales de Inquisición” con innumerables órdenes de ejecuciones y contribuciones forzadas. Montalvo rechazó las execrables y abominables medidas contra los granadinos rebeldes, pero Morillo y sus secuaces continuaron asesinando y arrebatando los bienes de los insurgentes haciendo caso omiso a los reclamos del virrey.

El sanguinario virrey Juan Sámano

Después de los acontecimientos del 20 de julio de 1810, el comandante Sámano solicitó pasaporte a la Junta Suprema y se dirigió a España; meses después regresó al puerto de Guayaquil y en 1812 se alistó en las fuer-

zas españolas de la ciudad de Cuenca, bajo las órdenes del gobernador español Toribio Montes. Sámano vence a los patriotas quiteños en La Mecha y con el título de Brigadier toma la ciudad de Popayán y avanza hasta Cartago. Las tropas de Nariño con el apoyo de los vallecaucanos derrotan a Sámano en el Alto Palacé y en Calibio. Sin mando sobre las tropas, por causa de los desastres militares, Sámano viaja a Barbacoas con gran cantidad de dinero, pero una avanzada patriota lo intercepta y lo toma prisionero. Luego de la derrota de Nariño en los ejidos de Pasto, la resistencia patriota continúa; los republicanos derrotan al comandante español Vidaorrázaga en el Pato y en Ovejas; en tales circunstancias, el gobernador Montes, sin jefes experimentados, vuelve a dar el mando a Sámano, que había recuperado la libertad, sin que se sepa si huyó o la compró a los captores. Sámano aniquila a los restos de las fuerzas de Nariño en la Cuchilla de Tambo, reconquista a Popayán, avanza por el Valle del Cauca y se une a las fuerzas de Morillo en la capital de la Nueva Granada, donde como Comandante Civil y Militar lleva al paredón a la flor y nata de la juventud republicana. Cuando Morillo viaja a Caracas a contener los levantamientos del oriente venezolano, Fernando VII deja a Juan Sámano al frente del virreinato de la Nueva Granada. Después de la Batalla del Puente de Boyacá, Sámano se refugia en Cartagena, los patriotas asedian la ciudad, el virrey escapa a Jamaica, viaja a Panamá y allí muere esperando la autorización para regresar a España.

Juan de la Cruz Mourgenon, un virrey en Quito

Este militar distinguido fue Mariscal de Campo de los ejércitos españoles, participó en la batalla de Bailén y en la reconquista de Sevilla en la lucha contra los franceses. En las postrimerías del dominio español ocupó la ciudad de Quito con 800 hombres procedentes de Puerto Cabello en Venezuela y del Istmo de Panamá. Con el cargo de Capitán General y Presidente de la Audiencia de Quito Mourgenon proclamó plenas garantías en Quito, reprimió los abusos, dio libertad a los esclavos y preparó fuerzas para hacer frente a la amenaza de Sucre por el sur y de Bolívar por el norte El gobierno español había ofrecido a Mourgenon el cargo de virrey luego que recuperara las dos terceras partes del territorio granadino, misión imposible por su quebrantada salud, agravada por el trabajo abrumador de la Audiencia y las enormes preocupaciones de la guerra. Murgenon, un buen hombre y correcto gobernante, murió en Quito el 3 de abril dejando el mando al coronel Melchor Aymerich *http://www.historiayregion.blogspot.com


|Director Nicolás Restrepo Escobar | Editora Gloria Luz Ángel Echeverri|Diseño Virgilio López Arce| Circula con LA PATRIA todos los domingos |Cra 20 No.46-35. Tel 878 1700 |Impresión: Editorial LA PATRIA S.A |E-mail: salmon@lapatria.com

8 | P U B L I C A C I O N E S | domingo

IMPRE(CI)SIONES

Un libro en

llamas

CONVOCATORIA Literatura La Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia y la Alcaldía de Medellín invitan a las personas interesadas en el tema de la literatura negra a enviar propuestas de ponencias para el III Congreso Internacional de Literatura “Medellín Negro”, antes del próximo 30 de junio. Esta tercera versión estimulará, en particular, la

H

*camezmigolo@hotmail.com

reflexión ética y estética en el sentido del crimen para las sociedades contemporáneas: qué se considera crimen en un momento dado y a qué supuestos sociales o culturales responde. Informes en la Facultad de Comunicaciones http://congresoliteraturaudea.blogspot.com/

EN ESTANTERÍA

Camilo Gómez Gaviria* Papel Salmón

ace poco más de una semana, mientras los ojos de la tierra estaban fijos en el tránsito del planeta Venus sobre la faz del sol, murió Ray Bradbury, escritor autodidacta de fantasía y ciencia ficción, a la edad de 91 años, en Los Ángeles, California. Aunque tuvo una larga y prolífica carrera -es autor de cientos de cuentos, los cuales comenzó a publicar, joven, en revistas- su obra más conocida es la novela distópica Fahrenheit 451, de 1953. A pesar de haber sido publicada hace más de medio siglo, su pertinencia en el mundo contemporáneo no ha menguado. Incluso, podría decirse que la imagen que ofrece de una sociedad saturada por la publicidad y los medios masivos de comunicación la hacen hoy más relevante que nunca. Tanto así, que su peso e influencia la sitúan junto a clásicos como Un mundo feliz de Aldous Huxley y 1984 de George Orwell. Mi primer acercamiento a los escritos de Bradbury fue cuando, de niño, me regalaron un libro que recogía algunos de sus relatos. Hoy, no consigo recordar ninguno. Por lo tanto, he de confesar que el verdadero encuentro sucedió hace apenas pocos años, cuando quise ver el filme del legendario cineasta francés François Truffaut, Fahrenheit 451. Se trata de una película atípica en la filmografía de este director, pues fue la única que realizó en inglés, una lengua que no dominaba. Para mi sorpresa, en la caja donde venía el DVD estaba incluido el libro, el cual devoré antes de sentarme a ver la película… ¡Y qué sorpresa la que me llevé! Fahrenheit 451, es una gran novela. Como todos los grandes libros, molesta. Es de los que nos siguen acompañando mucho tiempo después de que hemos pasado la última página, y por algún motivo continúan asaltando la mente a diario, en los momentos menos esperados, durante los días que siguen a su lectura. Lo leí varias veces, y cada una de ellas me fascinó. Más que una narración de ciencia ficción, se trata de una oda, una declaración de amor a ese invento maravilloso que es el libro y que en el mundo futurista de la novela se ha proscrito. Montag, el protagonista, es un bombero; su trabajo consiste en quemar libros. El título de la novela, hace referencia a la temperatura en la que se supone que arde el papel. En uno de sus prólogos, Bradbury aseguraba que él no había escrito Fahrenheit 451, sino que ésta lo había escrito a él. Lo que no declaró, fue que su novela también nos escribió a nosotros, sus lectores. Es posible que lo continúe haciendo, mientras que éstos existan

17 de JUNIO de 2012

Tribus emergentes: escenarios, marcas y estilos Las marcas buscan adecuarse, desarrollando nuevos mercados y creando imaginarios alrededor de estos, donde el encuentro de diferentes individuos bajo un referente común, da origen a atmósferas de mutuo apoyo para su tranquilidad y permanencia, pasando éstas de ser símbolos gráficos a sellos misteriosos, íntimos y sensuales, capaces de capturar la esencia de las nuevas conexiones emocionales de una audiencia. Al consumidor le interesa sentir un reconocimiento e identificación frente al contexto en el que se desenvuelve, siendo este evidente a través de su conducta durante la acción de compra y el consumo de marcas como descriptores inmediatos de su grupo social y permitiéndole ratificarse como parte del mismo. SERNA OSORIO, Paola Andrea. Tribus emergentes: escenarios, marcas y estilos. Caracterización de los jóvenes de la tribu urbana Emo en Manizales. Editorial Academia Española. Saarbrücken, Alemania. 2012. Pp. 68. $65.000.

Biblia de pobres

serie de grabados xilográficos anteriores a la imprenta realizados con el fin de que circularan entre la gente desposeída. ROCA, Juan Manuel. Biblia de pobres. Icono Editores. Bogotá. 2012. Pp. 80. $25.000.

Muchas cosas que contar

Es la obra del poeta Juan Manuel Roca que mereció el IX Premio Casa de América de Poesía Americana. Integra varios registros que van de la fantasía irónica al entrevero social y a una cotidianidad que se mueve entre el contar y el cantar. Con cierto acento anarquista rastrea una suerte de historia clínica del país, un lugar donde la guerra siempre viene después de la posguerra. Sus poemas tienen puentes con Europa y no pocas veces con un ámbito de pesadilla medieval. Biblia de pobres se llamó en la alta Edad Media a una

En este libro, el autor les da un hilo conductor a esos retazos de memoria para que cobren un sentido único. Empieza en la Bogotá del tranvía y el 9 de abril, pasa por momentos íntimos con escritores, artistas y políticos del mundo entero, se

detiene en ciudades como París, Viena, Lisboa, Caracas y Moscú, y termina en una divertida serie de anécdotas en que se burla de sí mismo: cuenta cómo sus orejas se convirtieron en blanco de la guerrilla, recuerda el día en que conoció a un escritor que tenía su mismo nombre -“Nunca pensé que hubiese en el planeta otro ser capaz de llevar el mismo nombre mío”- y cómo las cataratas cambiaron su vida. MENDOZA, Plinio Apuleyo. Muchas cosas que contar. Editorial Planeta. Barcelona. 2012. Pp. 176. $36.000.

Cincuenta sombras de Grey

Ella es una joven universitaria, inteligente, seria, estudiosa, amante de la literatura, y virgen. Él es un empresario, multimillonario, culto, gourmet, exquisito y exigente… sobre todo en sus preferencias sexuales. En realidad, Ana

ni siquiera había soñado con el sexo; es virgen y no había sentido ningún interés por este tema antes de conocerle. La atracción que surge entre ambos es cada vez más fuerte, aunque para ella existe una barrera insuperable entre ellos, Ana se enamora y quiere una relación tradicional para disfrutar plenamente, Christian necesita y exige que ella participe en prácticas sadomasoquistas. JAMES, E.L. Cincuenta sombras de Grey. Grijalbo. Bogotá. 2012. Pp. 544. $49.000.


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