Papel Salmón

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EDICIÓN 1.026 domingo 8 DE JULIO DE 2012 - Manizales - Colombia

creación y vida

Lo que todavía no sabes del pez hielo

En la luz y en la sombra con Efraim Medina Gloria Luz Ángel Echeverri

Los cuentos de Mario

Misael Peralta - Mario Hernán López Becerra

El mundo a través de una cámara I Hugo Chaparro Valderrama

Sindéresis

¿Podemos discrepar? Luis Enrique García

PORTADA - Foto|COLPRENSA|Papel Salmón

Efraim Medina Reyes


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domingo 8 de JULIO de 2012

domingo 8 de JULIO de 2012

CUANDO LEONARDO FAVIO CANTABA Jaimito pasó debajo de la ventana de mi casa con el machete en la mano derecha y la camisa enrollada en el antebrazo izquierdo. Lo vi moverse con agilidad recostando un hombro a la pared y encorvando el tronco hacia adelante, caminaba en las puntas de los zapatos con pasos lentos como de gato a la caza con los ojos puestos en la puerta de la cantina de don Rafael. Nadie se atrevía a decirle Jaimito en la cara, en voz baja la gente del barrio Los Agustinos usaba el diminutivo para acentuar su peligrosidad; era una manera cobardona y ridícula de nombrarlo decía mi padre. Por años había sido el más temido de los malandros que se paraban a calibrar el bolsillo de la gente que pasaba por la esquina más concurrida del sector. Tenía un par de cicatrices a lado y lado de la espalda como si fueran cordones hechos con soldadura eléctrica. Algunos metros más arriba cambió de andén en tres saltos y quedó a un palmo de la cantina mirando de frente a la concurrencia. Esa noche el lugar estaba lleno de clientes atendidos por dos putas culonas vestidas con faldas muy cortas y ceñidas a sus piernas blancas, varicosas y gruesas, caminaban con pasos corticos y veloces al tiempo que jalaban inútilmente los vestidos para ocultar los calzones. A esa altura de la noche los clientes llevaban más de tres horas de tragos y cigarrillos, buena parte de ellos querían que el viejo Rafael

les repitiera algún tango o la canción de Leonardo Favio que por esos días sonaba en los sitios nocturnos desde Arenales hasta Los Agustinos: —Posiblemente hoy te duela recordar que no supiste ver que te amé de verdad, que todo tiene un fin y que tuve razón cuando te dije no juegues con mi amor, no juegues más. Llegó hasta la puerta y se plantó erguido como un guerrero romano. Los menos borrachos recordaron en las indagatorias de la policía sus ojos chispeantes y vidriosos por el veneno en el alma y los vicios de la carne; dijeron que se trataba de un hombre bajito, trigueño y sin

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Los cuentos de Mario Dos textos del ganador del Concurso Departamental de cuento en 2009

camisa que había llegado a desafiar a todo el mundo en el barrio más malevo de la ciudad. Instintivamente, el viejo Rafael corrió hasta el sitio de la música, las putas se refugiaron detrás del mostrador, los más cautos le evadieron la mirada al hombre entre hombres, al taita entre matones que con una voz apenas audible los invitaba a salir a la calle, si eran varones. Las ventanas de las casas vecinas se entreabrieron para dejar pasar dos o tres pares de ojos, varias de ellas se cerraron para ocultar la escena a la mirada de los niños; algunas mujeres corrieron escaleras abajo y al alcanzar las puertas gritaron nombres de hijos, hermanos, padres o maridos encerrados en Magaldi, los vecinos habían bautizado de esa manera la cantina siguiendo una vieja costumbre de denominar los sitios con

Mario Hernán López Becerra es un echador de cuentos. Es responsable de sus palabras y las cuida. Lectura. Misael Peralta*Papel Salmón

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odos tenemos historias pero solo algunos saben cómo contarlas. Mario Hernán López Becerra, más allá de ser un hombre universitario comprometido con la educación y la sociedad, es un echador de cuentos. Moviéndose en las riberas de la política, los pliegues de la literatura y los ritmos de la salsa, juega

detalle, puedo decir que nunca le escuché un solo madrazo, ni siquiera esa noche. Los testigos hablaron de miradas de rabia y desprecio, alguno dijo que alzó la voz para decir “dónde están los hombres que no veo si no muñecos”. Cuando le correspondió el turno de declarar, el cantinero recordó haber puesto la aguja en cualquier parte de la canción de Leonardo Favio con el volumen más alto que daba el tocadiscos.

nombres de cantantes argentinos. Tiempo después, esas mismas mujeres narraron ante los investigadores del caso el momento en que Jaimito empezó a caminar haciendo curvas, con un brazo oculto en la espalda, rastrillando el machete en el piso, sacando chispas como cuando se pasa una hoja metálica por el disco de la pulidora. A diferencia de otros cuchilleros del barrio, Jaimito no insultaba a sus contrincantes tratándolos de pirobos o vironchas o escupiendo al piso o tratando de putas a sus mujeres. Ahora que tengo tanto tiempo para pensar las cosas y recordar cada

—No juegues más mi amor que el hilo del amor se cortará… posiblemente hoy te duela recordar que no supiste ver que te amé de verdad, que todo tiene un fin. Posiblemente hoy no encuentres un lugar para tu soledad y entonces llorarás… Desde la ventana vi a mi padre levantarse lentamente de la silla, lo vi desabotonarse la camisa y despedirse de las putas, despicar una botella de cerveza y caminar decidido hasta la puerta de la cantina; lo dije muchas veces en declaraciones bajo juramento: corrí hasta la cocina, busqué el cuchillo de tajar la carne amolado con la pulidora, cuando salí a la calle Jaimito se preparaba para recibir a mi padre aceptando una pelea desigual de machete contra botella, se lo clavé completo en la espalda justo entre las cicatrices que parecían dos largos cordones de soldadura eléctrica.

con su voz y sus tonos, con los gestos y las pausas para encarretar a quienes lo escuchan o lo leen, en discusiones y reflexiones, en botadera de corriente y en conversación de ron o café. Casi nunca dice o escribe algo por decirlo o escribirlo. Casi siempre se siente responsable de sus palabras y las cuida, y se compromete con ellas hasta el final. Es decir, Mario Hernán es un hombre profunda pero amorosamente político, y al mismo tiempo tranquila y sosegadamente literario. En sus cuentos, más allá de negarse, se delata. Por eso hablar de él antes de ellos: para que se sienta en confianza, cuando esté en medio de la conversación

ERNESTO SÁBATO EN EL VIEJO BARRIO DE LOS AGUSTINOS Casi todas las tardes, Carlos Aldana y yo nos reuníamos a conversar después de la jornada del colegio. Nos recostábamos a fumar a escondidas cigarrillos Imperial en una de las esquinas del costado norte de las calles altas del viejo barrio de Los Agustinos. El punto de encuentro era un muro de piedra que sobresalía en la esquina. Conversábamos hasta que la lluvia, el frío, la policía o el simple paso del tiempo nos obligaban a correr hasta la casa. Tendríamos trece y doce años cuando nos encontramos por primera vez en las calles de un barrio lleno de cantinas concurridas por toda clase de personajes. En aquella época, el barrio era considerado como zona roja de la ciudad, según nos dijo un policía que nos quiso poner presos una noche por el delito de ser jóvenes provenientes de familias pobres. Carlos era medio sordo de nacimiento, por las pequeñas carnosidades que asomaban en el lóbulo

podía advertirse que su oído y oreja izquierda no se habían desarrollado plenamente en razón a alguna afectación congénita. Para compensar un poco el asunto siempre se ubicaba al lado izquierdo del interlocutor de turno. Después de cumplir los quince años, la mamá le compró un audífono que nunca le transformó el carácter tímido, distraído y solitario. Escribía poemas cargados de humores místicos y cuentos en los que relataba historias de tono policíaco. Alguna tarde, luego de una temporada larga sin encontrarnos en la esquina, apareció con una novela manuscrita y un paquete de cigarrillos; era una novela breve hecha sin respiro con lapicero de tinta de color azul y letra cursiva diminuta. Me la prestó para leerla, esperó sentado en el andén hasta que terminara y luego la quemó. Es seguro que el ambiente me-

tafísico y existencialista que se desprende de El Túnel, la célebre novela de Ernesto Sábato, coincide perfectamente con el carácter críptico y misterioso del amigo de infancia. Con la misma obsesión que se desprende de los personajes de Sábato, solía relatar la historia del crimen cometido por Juan Pablo Castell. Luego de su paso por El Túnel leyó Informe sobre ciegos y de ahí en adelante siguió la ruta de Thomas Mann y de Camus mientras yo seguía, gracias a la exuberancia contagiosa del realismo fantástico y a la tradición alegre de la familia, por los caminos de la rumba antillana y

del frenesí de la gran fiesta salsera en la discoteca Timbalero. Vuelvo a recordar a Carlos Aldana al ver las noticias sobre la muerte de Sábato y la fotografía del cadáver en La Casa de Santos (el lugar donde murió el 30 de abril de 2011, siendo considerado con justicia como uno de los mayores maestros de la literatura en lengua española), lo volví a ver en sus especulaciones metafísicas que resultaban suicidas e incomprensibles en medio del ambiente bohemio, vicioso y cuchillero que rodeaba nuestra esquina del viejo barrio de Los Agustinos.


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Lo que todavía no sabes del pez hielo

En la luz y en la sombra con Efraim Medina

El libro habla de lo que el ser humano no conoce de sí mismo. Es una sola historia al contrario de sus novelas anteriores. Elisa, su hija, es la mayor realidad de sus sueños. La meta es la excelencia, la competencia con uno mismo. Cambio.

Gloria Luz Ángel Echeverri* Papel Salmón

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uego de ocho años de silencio literario, Efraim Medina Reyes publicó la novela Lo que todavía no sabes del pez hielo, donde el cartagenero habla de lo que está dentro de las personas, “de aquello en lo que no pensamos o no somos a veces ni siquiera conscientes de ello”. Efraim ha sido un hombre de sueños, pero considera que su hija Elisa, de cuatro años, cerró esa etapa porque “ella empequeñece todo el resto”. Continúa viviendo en el pueblito italiano de quince mil habitantes donde “consideramos que es el mejor lugar para criar a Elisa, aunque ha venido con regularidad a Colombia porque queremos que tenga contacto con su cultura”. Este pueblo ha influido mucho en Efraim y en la manera de entender las relaciones humanas. “Yo sufrí un proceso de adaptación porque ellos son ordenados. Ahora no soporto el desorden, ni que la gente incumpla las citas, tampoco la mentira. Vivir allá es acostumbrarse a decir la verdad, a reconocer que se ha sido un mentiroso y que has vivido en un sistema que te obligaba o te generaba esa necesidad, y por eso es difícil entenderme con mis hermanos o mis amigos, cuando regreso”. Llegó para la 25ª Feria Internacional del Libro de Bogotá y presentar su nueva novela. Durante esta estadía en el país, Papel Salmón habló con él de su obra, su vida y forma de pensar.

Un libro diferente

¿Por qué dice que el pez hielo es la parte más oscura de

tiene unido a su lectura, que me encanta, y segundo, cuando escribo poesía es como si las sensaciones cambiaran, como estar escuchando un tipo de música y pasar a otro. Hacerlo, me aleja del proyecto narrativo del momento y puedo retomarlo cuando quiera, porque llega un instante en que el proceso físico del cansancio, sobre todo en un libro largo, lo lleva a uno a no entender nada. De hecho, voy a publicar por mi cuenta, en Fracaso Editores, un libro en los próximos días con textos y poemas.

nuestra conciencia? Primero, el pez hielo en verdad existe y tiene costumbres no muy lejanas de la criatura que inventé para la novela. Así como la conciencia, éste no tiene contacto con los demás de su especie, vive en la parte más baja del océano y se alimenta de lo peor, de toda la basura, sin embargo es transparente. Quería hablar de lo que uno no sabe de uno mismo porque puede suceder que alguien se levanta un día, salga a la calle con una escopeta y acabe con toda una clase de escolares, como ha pasado en Estados Unidos. La persona más normal puede tener dentro de sí unos demonios y si no hay un proceso de conocimiento y de control en el tiempo, puede estallar de un modo terrible. Esa es una forma gráfica, pero también estallan las frustraciones en la amargura, en esa vida familiar que a veces parece perfecta, pero donde las cosas pueden funcionar de otro modo. Básicamente lo que quería hacer es una metáfora porque en la novela ocurre un tipo de inconsciencia y de espacios en los seres humanos que, en mi opinión, de ahí se genera la violencia. Así como Gregorio Samsa en Metamorfosis está encerrado en un insecto, Leo, el protagonista de esta novela está encerrado en su pequeño cuarto. ¿Qué semejanzas hay entre estos personajes? Creo que el aislamiento es un sentimiento que los une, pero también la interpretación de la realidad, ellos la deforman, y descubren que hay algo monstruoso en cada cosa. En ese sentido, mi libro se queda en los ámbitos más racionales. El encierro, un personaje enfermo y los problemas con la percepción de la autoridad, me pueden emparentar a un escritor tan grandioso como Kafka, pero me da un poco de vergüenza que me comparen con él. ¿Este libro en qué se diferencia de sus otras obras? Mis libros de antes están hechos de historias múltiples que se entrecruzan. Este tiene una sola y las demás sirven para contarla.

Hablando de Fracaso Editores, ¿qué proyectos tiene? Tenemos en proyecto montar una página en la que aparezcan textos míos y también libros, música y videos de jóvenes. Lo que queremos es que sea un punto de encuentro de los trabajos de la gente que viene atrás. Uno no se puede quedar ahí para siempre porque si no cómo fluye la vida. Como dicen los orientales “espera veneno del agua estancada”.

Fotos|Colprensa|Papel Salmón

“Me interesa ser alguien que tenga relaciones tranquilas con los otros y no hay pretensiones de escandalizar. A mi edad me parecería un poquito exagerado y me sentiría como disfrazado de adolescente”, dice Efraim Medina.

Los anteriores pueden empezar y terminar en cualquier lugar porque no hay nada que fuerce a cerrarlos en un momento dado. Este, siendo un thriller, es una novela que tiene un comienzo y un final inevitablemente. El thriller además, obliga a que exista una lógica. Yo por ejemplo, en la parte técnica, empiezo con un tema y sigo con otro, y al final no es importante si se encuentran o no, en un thriller es imposible. Considero

que esta es una novela menos experimental en cuanto a la estructura clásica y más en el lenguaje, en las reflexiones y en la pretensión filosófica que tiene. Para contar temas que pueden ser densos, el thriller ayuda al lector a caminar con la historia hasta el final, y en el camino uno le va dando nuevas situaciones. Este libro esta fragmentado, los capítulos son cortos y cada

uno tiene un título y a la vez una especie de explicación, ¿por qué? Esa frase,que es una especie de interacción con el contenido, tiene que ver con el nuevo lenguaje y sirve como en la publicidad para dar un ambiente. Así hablan los chicos en el twitter y lo que me parece fascinante de twittear es la capacidad de sintetizar un pensamiento en 140 caracteres. El libro tiene continuidad, pero está es-

tructurado de ese modo porque pienso en el lector que necesita aire y en el lector que soy, que es también lo que se hace en los grandes thriller, como los escritos por Raymond Chandler. Esa es mi responsabilidad y yo escribo para que me lean, no para convertirme en un personaje estrambótico.

cribe primero los títulos y desde allí desarrolla la obra o al contrario? Casi siempre el título aparece primero. Pareciera que las distintas ideas que tengo en la cabeza las atrajeran diversos títulos. Éste me da la ilusión de escribir el libro.

Obras en el futuro

¿Ha vuelto a escribir poesía? Sí, es algo que nunca dejo de hacer porque, primero, me man-

Usted tiene ya el título para dos novelas y un ensayo, ¿es-

¿La palabra fracaso la sigue considerando como la frustración de no seguir otras carreras y quedarse con la literatura? La palabra fracaso ha adquirido un significado diferente para mí, aunque es inevitable y me gusta usarla. Cito a un señor que vi hace en el lanzamiento del libro Historias de gigantes. 10 colombianos excepcionales, durante la Feria del Libro, el profesor Cuero. Él me reveló algo que ya intuía y es que la palabra éxito no representa ni significa nada más que una persona que se pone como objetivo la competencia con otros. Dice que el verdadero camino es la búsqueda de la excelencia, que es la competencia contigo mismo y no con el otro. Digamos que mi fracaso es también una búsqueda de la excelencia, porque renuncié a competir con el otro y me concentro en mi búsqueda personal. Si estuviera en competencia publicaría un libro cada año, como hace el 90% de los escritores porque al salir el de uno tiene que estar en el mercado el del otro. No sé qué pasa, pero tiene que haber

Lo que todavía no sabes del pez hielo fue escrito con música blues, basada en los grandes músicos como Sam ‘Lightnin’ Hopkins, Etta James o Charlie Parker.

algo muy raro para que alguien publique un libro anual, y debe existir mucho descuido formal para publicarlo, porque no creo que todos sean genios. Prefiero haber estado ocho años sin publicar y sentirme tranquilo al saber que esto es lo máximo que puedo hacer con lo que tengo a la mano en este tiempo. El escritor estadounidense David Foster Wallace me reforzó la idea de libertad porque él la llevó a los límites no ávidos y siendo un tipo genial y talentoso, no usó esto al servicio del éxito; prefirió hacer una novela de mil quinientas páginas que quizá es la obra contemporánea más grande que se haya escrito, La pluma infinita. Sabía que pocas personas lo iban a leer, pero él no iba detrás del éxito, buscaba la excelencia a consta del fracaso.

Otros pensamientos

¿Qué piensa del libro físico frente al virtual? Estamos en un momento de transición. Seguramente mi hija no va a tener ese gusto por el libro físico, para ella va a ser más un juguete, un objeto de adorno, y va a leer en su aparato electrónico, porque su mente y su educación en el colegio tendrá una estructura que se adaptará a lo virtual. Amo la tecnología y tengo mis libros físicos, pero también los virtuales, y estoy empezando a usar ese lenguaje aunque me cuesta

mucha dificultad, pero sí quiero comunicarme con mi hija tengo que hacerlo a través del suyo, no puedo imponerle el mío.

¿Qué extraña de Colombia?

Extraño a Bogotá más que a Cartagena, sobre todo el poder desplazarme y dejar de estar en contacto, por un momento, con un determinado círculo de personas, ser anónimo, lo que en el pueblito en que vivo no puedo hacer. Extraño la arquitectura de la ciudad, soy de un temperamento más urbano. A veces siento que allá lo único que no está bien hecho soy yo, en cambio aquí siento que las cosas se parecen a mí, que están mal hechas. Extraño también los sabores, a ratos me deprimo y siento que tengo periodos de abstinencia ante el deseo de una sobrebarriga en salsa o un patacón. Y por supuesto la parte afectiva, mis amigos a quienes he estado siempre muy ligado emocionalmente, me hacen falta. Por fortuna está Facebook y eso ayuda un poquito. Ante nosotros estaba un Efraim Media diferente al que conocimos hace casi una década en Manizales, más pausado, más maduro, sin pretensiones de escandalizar y un enamorado de su hija Elisa *Periodista. Editora de Papel Salmón.


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domingo 8 de JULIO de 2012

domingo 8 de JULIO de 2012

El mundo 14˚ Festival de Documental de Tesalónica

a través de una cámara (I)

La vanguardia cinematográfica está más en el documental que en la ficción. El documental es un antídoto contra la amnesia. Exploración.

Hugo Chaparro Valderrama* Papel Salmón

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el 9 al 18 de marzo pasados se realizó el 14° Festival de Documental de Tesalónica. Un evento en el que la realidad y sus historias demostraron que la vanguardia cinematográfica se descubre de manera más evidente y arriesgada en el documental que en la ficción. Los personajes, las situaciones (en esta primera entrega), los estilos y las reflexiones (en una segunda) del Festival, permiten comprender por qué.

Personajes

Un pescador ciego, sin una mano, navega solitario en su bote. La intuición de su cuerpo lo guía por el mar que ha recorrido durante setenta años. Observa el mundo a través de los sonidos que escucha y del tacto que le permite sentir si ha tenido suerte con la pesca. Regresa con precisión infalible al sitio en el que amarra su bote. Después se dirige a su casa, en donde vive tan solo como en el mar. De vez en cuando lo acompaña una amiga. Se trata de una relación cordial.

Supone que las mujeres pueden aprovecharse de él. Así que él mismo se prepara la comida, disfrutando de no incomodar a nadie y de que nadie lo incomode a él. Cuando lo vemos por primera vez se afeita ante un espejo. Su nombre es Yannis Koukoumialos y dos directores griegos –Stratis Voyatzis y Thekla Malamou- describen su vida en un documental titulado El pescador ciego (2011). En 37 minutos, Voyatzis & Malamou enseñan lo que se lee en el catálogo del Festival: “Un viaje donde la fantasía y la realidad son dos lados de una misma

moneda, revelando las fuerzas opuestas y fascinantes que matizan el alma humana”. ¿Cómo filmar una vida? ¿La esencia que la define? La respuesta se descubre en la brevedad del documental y en la sencillez de su forma que destaca la grandeza del personaje. El pescador ciego es una ilustración de lo que definió al 14° Festival de Documental de Tesalónica: las imágenes del siglo XXI. Las versiones de una realidad con un registro tan amplio que abarca la experiencia humana filmada por una cámara al vaivén de las bondades y las miserias de los hechos -además de Koukoumialos, las protestas en el Cairo contra el régimen de Hosni Mubarak (1/2 Revolution, Omar Shargawi y Karim El Hakim, 2011); el adiestramiento de los voladores de Papantla en México (Canícula, José Alvarez, 2011); el rescate de un niño tras el terremoto de Haití (Gaelle, Natalie Johanna Halla, 2011); el ultraje del racismo que padecen los inmigrantes en Suiza (Special Flight, Fernand Melgar, 2011), o el drama cotidiano al que se enfrentan los descendientes de los nazis, soportando el legado siniestro de sus crímenes (Los hijos de Hitler, Chanoch Ze’evi, 2011).

Fotos|Cortesía Hugo Chaparro|Papel Salmón

El realizador Eyal Sivan presentó una retrospectiva de su obra en Tesalónica (Grecia).

Una revisión del mundo y de la manera como puede ser filmado con un registro testimonial. Demostrándose la libertad que tiene el documental para narrar sus historias. Mientras que una película tan sorprendente como Into the Great Silence (2005) tardó en filmarse 18 años -desde que su director, Philip Groening, pidió permiso para filmar la vida de los monjes en uno de los lugares más ascéticos del mundo, la Grande Chartreuse, cerca de Grenoble, hasta que los monjes le dijeron que ya estaban listos para recibirlo en el monasterio, ¡13 años después de atender su petición!-, la ficción cinematográfica está determinada por el vértigo de su producción, por sus “éxitos de taquilla” y por un repertorio de historias que no desconcierten al público en sus rutinas audiovisuales, situándose al margen de estas imposiciones directores que hicieron del riesgo un estilo –Theo Angelopoulos, Béla Tarr, Krzysztof Kieslowski, Aleksandr Sokurov.

Otros personajes

El documental es un antídoto contra la amnesia. El poder que tiene la memoria cinematográfica, inspirada por los archivos donde reposa y espera la historia para ser filmada, es un tributo al pasado, revivido en la pantalla. Una “resurrección” frecuente en Tesalónica donde se hicieron presentes: - Magnus Gertten en Harbor of Hope (El puerto de la esperanza, 2011), recordándonos con su película la solidaridad que permitió a 30 mil sobrevivientes de los campos de concentración nazis tener una nueva vida cuando los recibieron en Malmö, el puerto sueco que significó la resurrección para aquellos que lloraban de felicidad cuando podían ducharse sin temor al veneno con el que murieron centenares de víctimas durante la Segunda Guerra Mundial. - Mildred y Richard Loving, el primer matrimonio racialmente mixto de Estados Unidos, contradiciendo las leyes que prohibían a una mujer negra casarse con un blanco en el Estado de Virginia durante los años 50 (The Loving Story, Nancy Buirski, 2011). - Carolyn Cassady, la esposa de Neal Cassady, el personaje que pasó a la eternidad con la novela de Jack Kerouac, On The Road, soportando Carolyn el vampirismo de los fanáticos del libro que se han nutrido a través del tiempo con el mito de su marido, asegurándole Carolyn a las documentalistas que a nadie le interesa su vida tanto como la de Neal, ¡ni siquiera a ellas! (Love Always, Carolyn - A Story about Kerouac, Cassady and Me, María Ramström y Malin Korkeasalo, 2011). - Calvet, el artista francés que desconcierta la visión cuando se observan sus cuadros, realizando a sus 38 años de edad, con el director del documental, Dominic Allan, un viaje hacia el caos de su biografía intoxicada por las dro-

Calvet (artista francés), una historia tortuosa salvada por el arte.

gas cuando trabajó en Estados Unidos como guardaespaldas de la mafia, se perdió en Centro América al frente de un bar donde la nube tóxica se hizo todavía más espesa, hasta que decide buscar a su hijo, un niño al que abandonó cuando tenía seis años de edad, un momento crucial que es filmado por Allan con una distancia respetuosa para no violar la intimidad del encuentro (Calvet, 2011). - Suzushi Hanayagi, la bailarina japonesa que estremeció la escena del ballet moderno en los años 60, a la que visita uno de sus pupilos, el legendario Bob Wilson, en el ancianato donde Hanayagi sufre de Alzheimer y Wilson se comunica con ella acariciando sus manos, hasta que escucha, justo cuando está a punto de marcharse, que ella puede estar postrada por la enfermedad, pero que sigue bailando en su mente (The Space in Back of You, Richard Rutkowski, 2011). - Una mujer desconcertante, fantasmal y novelesca, protagonista de The Old Grifter (La anciana estafadora, Delphine Hallis, 2011), que supuestamente vive en Niza y a la que Madame Hallis trata de encontrar en vano, pues se ha convertido en una leyenda, una artista del robo que nadie sabe con certeza quién es. Para un crítico asistente al Festival, el documental puede ser un género que tiene aciertos y fracasos, pero incluso sus fracasos permiten que el espectador aprenda algo sobre el tema del que se habla en un documental. Entre El último pescador y The Old Grifter, la lista permite una conclusión: la forma cinematográfica se renueva permanentemente con base en historias reales -o incluso inventadas cuando ciertos documentales rotulados como “falsos” hacen de una realidad ficticia la esencia de sus imágenes. Así, ¿cómo se podría definir con certeza algo tan ambiguo como la verdad? ¿Quién decide qué puede ser? ¿Acaso no depende del punto de vista tanto del espectador como del realizador?

Situaciones

La realidad y sus campos de batalla se vieron en Tesalónica como una representación del malestar de la época y de la persecución de la especie contra sí misma. Miserias humanas, guerras civiles, racismo, censura, crisis económicas, represiones, compartieron la pantalla con retratos líricos, conmovedores, inspiradores, paisajísticos o esperanzados. Los extremos no fueron del todo irreconciliables. La historia y sus enseñanzas se descubrieron en las pesadillas de la Segunda Guerra Mundial, vigentes en la memoria de Europa, o en la intimidad de relatos que destacaban el valor de un individuo – ¡o de un animal asombroso

Love Always, Carolyn - A Story about Kerouac, Cassady and Me.

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Escena de The Old Grifter (La anciana estafadora), Delphine Hallis, 2011.

como el gato que se instala en la entrada de un hospital, revelándose a través de su presencia las vidas de nueve pacientes que luchan con su enfermedad y presienten la cercanía de la muerte en What the Cat Sees (Lo que ve el gato, Kim Brand, 2011)! La pantalla como ventana del mundo que acerca al espectador a mundos distantes o desconocidos, confirmó la energía del cine y su creatividad; el vigor de un arte que sirve de alternativa al reciclaje visual del ritmo televisivo. No importa el formato. Un teléfono celular, un BlackBerry, una cámara digital, están al servicio de la filmación más allá de la calidad visual que tenga cada aparato. La edición de las imágenes y el criterio con el que son elegidas, establecen la diferencia entre el reportaje –filmar rápido con criterio informativo- y el documental –filmando los grises entre el blanco y negro, sin apresurarse, obedeciendo al tiempo que impone un relato. Una forma de rodar, evidente en: - 1/2 Revolution, de Shargawi y El Hakim, que lleva al espectador desde el ámbito doméstico, en el que los directores investigan para realizar una película, a las calles del Cairo, donde filman las protestas contra Mubarak, en tiempo real, registrando el caos que descompuso a Egipto, donde se cumplió a medias con la esperanza de un cambio cuando la “Revolución” fue hipotecada por los militares. - 66 Months (James Bluemel, 2011), filmada en un lapso de seis años, tortuosos para Nigel, un enfermo mental, y Robbie, un alcohólico incapaz de protegerlo, sufriendo por la ilusión de un amor torpe, cruel y sincero, sin que las instituciones del Estado y sus políticas de protección social sean suficientes para salvarlos del callejón sin salida en el que se encuentran -y pierden- sus vidas. - Hija (María Paz González, 2011), o el cine hecho autobiografía cuando la directora se promete encontrar a su padre

durante un viaje de 2 mil kilómetros, haciendo de la realidad un pretexto para imaginar la historia de un fantasma, perseguido por la realizadora en compañía de su madre por el paisaje de Chile. - Patria o Muerte (Vitaly Mansky, 2011), donde la reiteración del lugar común -la Revolución cubana y sus desastres humanos-, logra de manera insólita verse de otra manera –por su filmación y por los personajes que Mansky eligió para ilustrar el deterioro de una situación donde hay más muerte que patria según la vida en La Habana. - Last Days of the Arctic (Magnus Vidar Sigurosson, 2011), sobre el fotógrafo Ragnar Axelsson y sus viajes al Artico, invirtiéndose los términos que definen al cine -acción, imágenes en movimiento-, rezagados ante la belleza estática de las fotografías de Axelsson que servirán de recuerdo para evocar un mundo que desaparece. - The Island President (John Shenk, 2011), protagonizado por la estrella de la cumbre sobre el clima realizada en Copenhagen en 2009, el presidente de las islas Maldivas, Mohamed Nasheed, cuando alertó a India, China y Estados Unidos, quizás en vano, del riesgo al que someten al mundo con sus índices de contaminación que amenazan con borrar del mapa a las Maldivas. Para el realizador Eyal Sivan, de quien se presentó una retrospectiva de su obra en Tesalónica, el documental no es tanto un género, ni un producto cultural, como “una actitud”, una variante creativa para comprender el mundo -o, al menos, para intentar comprenderlo-. Una exploración guiada por los estilos, las variaciones formales y las temáticas que describen la vida contemporánea y los hechos del pasado, dialogando con el presente y con su memoria en términos cinematográficos *Laboratorios Frankenstein ©


|Director Nicolás Restrepo Escobar | Editora Gloria Luz Ángel Echeverri|Diseño Virgilio López Arce| Circula con LA PATRIA todos los domingos |Cra 20 No.46-35. Tel 878 1700 |Impresión: Editorial LA PATRIA S.A |E-mail: salmon@lapatria.com

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SINDÉRESIS

¿Podemos discrepar? Luis E. García* Papel Salmón

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l parecer, la columna anterior hirió el orgullo gay. Ahora cuando salieron del clóset -y nadie imaginó que hubiera tantos adentro- pocos en Occidente les niegan el derecho a vivir socialmente en pareja, pero tampoco son intocables así crezcan como fuerza sociopolítica. Mis dos puntos eran simples. Uno: si el Congreso siguiendo los mandatos de la Corte Constitucional decide legalizar las uniones homosexuales como organización familiar, con derecho a adopción, entonces, a fortiorti (o sea, con mayor razón) deben legalizar otras formas maduras de unión afectiva y sexual, como la poligamia. Dos: que no estoy de acuerdo con eso. Entre los lectores que se manifestaron, uno me reclamó por falta de argumentos, mientras que otro se deshizo en insultos, a falta de ideas. Al primer lector le comento que, desde luego, no existen argumentos absolutos a favor o en contra de cualquier tesis; todo lo que existe en este planeta es obra de la naturaleza o de los hombres, y cualquier argumentación descansa, en último término, en presupuestos fundamentales, en criterios filosóficos propios o valores personales difícilmente modificables, de ahí que sólo tenga sentido debatir lógicamente sólo con quienes los comparten. Ahora bien: como acepto la filosofía naturalista, considero que si la naturaleza creó el dimorfismo sexual en el Homo Sapiens, lo hizo para preservar la especie y promover la diversidad genética, y de ahí nace el sentido de la familia heterosexual, así que la “familia gay” no es propiamente pro natura (en favor de la naturaleza); llevado este argumento ad extremis, si la humanidad terminara con familias gay la especie se extinguiría. Además, si crían un infante, probablemente le deformarán su identidad sexual. Al respecto, también censuro que dada la acometividad que les otorga a algunos su carga genética masculina, anden seduciendo jóvenes imberbes para llevarlos a jugar en su equipo. Bien se sabe que las primeras experiencias sexuales tienen un efecto de fijación, como lo explicó Freud. Y al segundo lector, enojado por no compartir sus aspiraciones, le reconozco su gallardía (porque no le aplicaría la palabra “hombría”) para insultar con nombre propio, pero también le agradezco que me hubiera permitido comprender por qué dentro de la respetable comunidad gay exista un subconjunto al que denominan “locas”

*lugares@une.net.co

CONVOCATORIA Teatro En las convocatorias de mejor actriz y actor en las categorías infantil y juvenil, y en la de “Crea y viste tu máscara”, del Festival Intercolegiado de Teatro pueden participar los estudiantes de colegios públicos y privados de la ciudad. En la segunda, el tema es libre y las máscaras deben estar hechas en yeso, papel maché y ma-

teriales reciclables. El requisito es participar en el desfile inaugural del Festival. Los interesados pueden reclamar el formulario en la Academia de Teatro Punto de Partida, o llenar, antes del próximo 31 de agosto, el que encuentran en la página web www.teatropuntodepartida.org.co

EN ESTANTERÍA

Acoso textual Un o una estudiante universitario explora su identidad inventando múltiples personalidades virtuales e intercambiando correos electrónicos con curiosos personajes virtuales ellos también, alrededor del mundo. Así, banano@ wam.umd.edu tiene un género, un interés y una personalidad distintos para cada uno de sus interlocutores. Es un ser andrógino como el lenguaje. Acoso textual, ubica al lector en un espacio virtual en que las personas se construyen a sí mismas con las palabras que van y vienen a través de Internet. VALLEJO Raúl. Acoso textual. Mondadori. Bogotá. 2012. Pp. 156. $29.000.

Cuando nada vale nada

Raj Patel, reconocido por su primer libro Obesos y famélicos, sostiene que detrás de la crisis económica, la de los alimentos y la del clima subyace una profunda falla política. Una visión de la crisis desde la antiglobalización, donde el autor deconstruye las trilladas recetas y teorías económicas y propone encontrar nuevas formas de darle valor al mundo que no consistan en ponerle un precio y dejar actuar al libre mercado. “Este es un libro que invita a una profunda reflexión sobre los cambios drásticos que debemos realizar para salvar el planeta de la locura financiera”, dice Naomi Klein, autora de No Logo. PATEL, Raj. Cuando nada vale nada. Icono editorial. Bogotá. 2012. Pp. 272. $46.000.

Todo arepas

La arepa, como se le conoce más comúnmente, es una preparación hecha a base de maíz y un plato emblemático de Colombia, Venezuela y algunas partes de Perú – países donde conserva su nombre indígena. Pero, las arepas se preparan y consumen desde el norte de México hasta el sur de Chile. En este libro podrá no solo encontrar el “paso a paso” para preparar las más suculentas arepas, las cuales están agrupadas por zonas geográficas, sino además

tendrá la oportunidad de deleitarse con recetas de todo tipo y para todos los gustos, crocantes; gruesas o delgadas y del relleno que usted las prefiera. Todo arepas. Círculo de Lectores. Bogotá. 2012. Pp. 96. $32.900.

Reencuentros y extravíos

Es la historia de una mascota que llegó en una Navidad, un perro cocker spaniel al que bautizaron Max. Son las anécdotas desde cachorro hasta su vejez, escritas con el corazón de su amo. Sus travesuras, los momentos que comparte con la familia, sus desapariciones y retornos, sus enfermedades y los cuidados que le prodigan los miembros de la casa. El autor quiso compartir con sus lectores las “experiencias que nacen de una relación casual entre un tierno y adiestrado perrito y una familia que no tenía en su imaginación ni siquiera compartir un minuto de su vida con una mascota…”. OSORIO JARAMILLO, Ramiro Antonio. Reencuentros y extravíos. Santa Rosa de Cabal. Pp. 187.


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