Cultura en Facilito, 28 de Marzo de 2017

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SUPLEMENTO

en facilito Trinidad, martes 28 de marzo de 2017 • Año 3 • Nº 41 JUVENTUD

Carlos Daniel Arias Hurtado Talento y juventud al servicio Pág. 1 de la guitarra

TURISMO

¡Había una vez un arroyo que se llamaba Pág. 2 “San Juan”!

LITERATURA

Que la virtud de la poesia nos siga nutriendo el espíritu Pág. 3

Carlos Daniel Arias Hurtado

Talento y juventud al servicio de la guitarra C

arlos Daniel Arias Hurtado tiene 15 años de edad, estudia en el colegio La Salle, y hace un poco más de un año descubrió su pasión por la guitarra. A pesar de su corta edad, su altura lo hace sobresalir del resto, pero claro está, también el talento que demuestra cuando toma entre sus manos el instrumento de cuerdas. “Al principio solo escuchaba música de todo género incluida cumbia, bachata, y veía que la guitarra iba en la mayoría de todos los géneros ya sean populares o típicos y me gustó la idea de aprender a tocar la guitarra. Lo que pasa es que los punteos, los arpegios y rasgueos me gustaban mucho y ahora que se tocar, aunque no profesionalmente, me esfuerzo por sacar todos los temas que me gustan”, aseguró Carlos Daniel. Carlos, como le dicen sus amigos, tiene muy buen oido, mucho talento a la hora de tocar, pero ante todo,

disfruta cada acorde nuevo, cada nuevo tema, pues para él la guitarra se constituye en una pasión más que una obligación. “Me gusta tocar la guitarra, me gusta escuchar los sonidos, los arpegios, las melodías, me gusta componer y tocar, me gusta todo acerca de la guitarra y la música”, aseguró el joven artista. No debemos olvidar que Carlos es parte del cuarteto de cuerdas del Instituto Universitario de Artes (IUA) de la Universidad Autónoma del Beni (UAB), un nuevo emprendimiento que aglutina a cuatro jóvenes talentos no mayores a 15 años. Una apuesta interesante en un medio que necesita de la renovación cultural y artística.

ALCALDÍA

Un jornada diferente Día Mundial de la Poesía Pág. 4


SUPLEMENTO

Trinidad, marzo de 2017

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¡Había una vez un arroyo que se llamaba “San Juan”!

Por Arnaldo Lijerón Casanovas

¿Lo recuerda usted?... Aún quedan en la memoria las vivencias que otrora nos enseñara el espejo de sus aguas de lento correr. Cuando llegaba la época seca, de su lecho brotaban las norias que ofrecían el líquido para los barrios cercanos. Con las lluvias del verano, volvían las canoas a navegar su cauce. Y otra vez la presencia líquida y coqueta del arroyo “San Juan” nos regalaba su paisaje amazónico envidiable. Romántico en los atardeceres, a veces penoso, pero siempre bullanguero y tropical. ¡Qué bullas aquellas! No éramos sólo los changuitos bañándonos y jugando o aprendiendo a nadar. Trinidad parecía zambullirse, en uno y otro puerto, para aliviar el fuerte calor, mientras encostaban las canoas con yuca, plátano y maíz, toronjas, naranjas, mandarinas y papayas, fruto del trabajo campesino, y volaban deslizadores con muchachas de piel quemada. ¿Y las regatas estudiantiles? Era cuando el arroyo se transformaba en un alegre campo de competencia deportiva, en un aula grande de las muchachadas colegiales de Trinidad. Escenario líquido donde el músculo y el entusiasmo de remadoras y remadores, de argonautas zambullidores y nadadores, nos mostraban una juventud sana y con muchas ganas de triunfar. Pero también el arroyo tenía sus desfiles noctívagos, con embarcaciones ornamentadas en homenaje al Mar o a otro suceso histórico o como simples derivaciones de los carnavales. En sus aguas quietas, Trinidad se contemplaba enamorada por las noches, ilusionada en que el alba anunciara un día pleno de trabajo y bienestar. ¡Oh, tierno cauce arroyino, cómplice de amores furtivos, cómo te extraño...! Había una vez un arroyo San Juan...Por su cauce llegaron los indígenas mojeños que trasladaron la Misión Jesuítica de la Santísima Trinidad desde el Mamoré a la orilla del “San Juan”, donde permanece. En tiempo de lluvias, sus aguas se hacían una sola con los ríos Ibare y Mamoré, para seguir rumbo al Madera, el Amazonas y el mar Atlántico. Nacido en los chorritos que forman los curichis de la laguna Sokreno o “Suárez”, en sus lentas aguas y en su silueta contorsionada, se inspiraron músicos y poetas para cantarle al pueblo, a la mujer, al amor, a la naturaleza. ¡Qué poeta, qué

compositor podría dedicarle ahora unas horas de ensueño e ilusión! Había una vez un arroyo “San Juan”... Con sus clásicos puertos “El Peligro” o de “Ojara”; de “Lacoa” o del “Topater”; de “Obras Públicas” y de “Tanaka” y del “Liceo”. Allí atracaron lanchas a vapor como la “Rodolfo Araúz”, la “Grether”, la “Chapare”, la “Luis Antonio” y tantas otras que dieron brillo a la época de oro de la navegación fluvial en Mojos-Beni, especialmente cuando aquella corajuda juventud beniana se movilizó para defender la patria en la Guerra del Chaco. El arroyo “San Juan” es cauce prendido a esa valerosa historia, a las tradiciones e inundaciones de la ciudad de la Santísima Trinidad. Había una vez un arroyo San Juan…Un día de esos, hombres y mujeres de la otra banda decidieron construir el ya viejo puente de “Pompeya”, con ayuda de otras juntas vecinales. Después vino el otro, con plata del Estado y otro; más otros llamados Tojo 1 y Tojo 2, y otro por Las Palquitas. Había una vez un arroyo que se llamaba “San Juan”... Ya Trinidad no se inunda pues la circunvalación frenó las llenuras gateadoras. Pero si bien la salvó de las inundaciones, hizo añicos el arroyo “San Juan”, aunque ésa no hubiera sido la intención de los técnicos y CORDEBENI. Ya no existe el “Pailón” ni los “Chorritos”. Pero hace ya muchos años que es una cuneta inmensa, es cloaca común, es una gigantesca serpiente putrefacta. Es un espeluznante foco de infección, que gracias al tarope no sucedió algo fatal. ¡Que vengan la iniciativa y la inversión para sanear su cauce y devolverle su encanto natural! Aplaudimos los esfuerzos ambientalistas de la Gobernación, la Alcaldía y la Guarnición Militar, para recuperar su añorado cauce y sus aguas limpias y decentes. No podemos dejar el barro podrido, contaminado y peligroso oculto debajo del espejismo de aguas limpias. El vecindario que echa sus desperdicios al “arroyo”, debe conectarse al alcantarillado sanitario. Cuestión básica para lograr la victoria. ¡Cuántos pueblos nos envidiaban por nuestro arroyo “San Juan” y sus paisajes urbanos, tal como nos enseñan las fotografías de los amigos Fito Pinto y la familia Moreno-Velarde! ¿Seremos capaces de revertir esta amarga realidad? ¿Seremos capaces de conservar la tradición que Dios nos regaló, la geografía y la historia? ¡Pienso que sí!.


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Que la virtud de la poesia nos siga nutriendo el espíritu Por: Arnaldo Mejía Méndez

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oy inicio a este trabajo, compartiendo con los amables lectores, este memorable pensamiento que le pertenece al malogrado presidente norteamericano, John Kennedy, que dice: “Si hubieran más políticos que supieran de poesía y más poetas que entendieran de política, el mundo sería un lugar más propicio para vivir”. Para la realidad boliviana, tan pésima en muchos de sus matices, tan violenta, tan injusta desde siempre. Plagada de viejas imposturas y mentiras. Con una historia negra en todos los campos de la vida nacional, que nos dibuja a una patria que siempre vivió maltratada, deshonrada, traicionada y envilecida por los mandamases de turno, esas sabias palabras, nos enrostran el pecado que tenemos todos, de ser los causantes y cómplices de nuestras propias desventuras. ¡Qué terrible paradoja! Debido a esta cadena de desmanes oprobiosos, es que, en la vida de Bolivia, no hay poesía, ni tampoco la habrá, mientras nuestros pueblos no reorienten su existencia hacia una dimensión más humana, más sensible y espiritual, mientras no se cultive de un modo permanente en la niñez y juventud, los buenos sentimientos, el amor y la belleza, la esperanza y la alegría en todo lo que signifique, valorar y dignificar la vida individual y colectiva y, quien creyera, la poesía puede ayudarnos a alcanzar placenteramente, esos nobles emprendimientos. Una nación no vive solamente de alimento material y sólido, sino de idealismo y de sueños. El pueblo tiene derecho a la belleza y al arte, como tiene derecho al pan de cada día. El corazón de la juventud moderna, entre comillas, vemos con preocupación que se está enfermando. No late ya ante los grandes espectáculos de la naturaleza, ni ante las hermosas realidades artísticas. Sus emociones van, más bien, hacia los autos y las motocicletas a cuales más potentes y veloces, hacia la estridencia de la música nueva-olera, hacia los ritmos epilépticos y de locura colectiva, marcha hacia la internet, atrapada día y noche por sus sombras y sus luces. Está en carrera desenfrenada hacia el éxito rápido, hacia las riquezas adquiridas de cualquier modo, hacia los placeres fáciles y las sensaciones baratas. Hacia las aventuras brutales, en cuyo camino de violencia y de fuerza se pisa sin piedad los divinos pétalos de la poesía, de la buena música que ensalza y alegra el espíritu y el amor que sabe eternizar los momentos de la vida. Ya es tiempo de detenerse ante los bordes del

abismo. La salvación está en la contemplación de la belleza, en esa exaltación de la poesía, en ese canto al arte que constituye el verdadero tesoro histórico y el mejor de los patrimonios para las mujeres, los hombres y los pueblos. Es bueno tener fe. Ojalá que muy pronto, por el bien de nuestra descendencia, se construya una sociedad mejorada, más humana, más educada y culta, más justa y equitativa, para que en nuestros pueblos no haya otra aristocracia que la verdadera, la del espíritu, la del sentimiento y aquella de la hermandad real. Para el logro de este supremo objetivo, nuestros excelsos poetas, ya han legado su tributo. Como un complemento a lo expuesto, les comento que este libro: POETAS DE HUELLAS IMBORRABLES, ha sido tejido y pespuntado a través del tiempo, pensando en el Beni y en todos los hombres y mujeres que aman y gustan de la buena poesía. Es una noble ofrenda a la niñez y juventud de todos nuestros pueblos en el nivel nacional. Fue hecho pensando en nuestros Grandes Poetas, que con la hondura y la exquisitez de sus versos, glorifican a la poesía no solo del Beni o la Patria entera, sino del mismo universo. Lo hicimos, pensando en el valor real que tiene la poesía, para ayudarnos a salir de esa encrucijada oscura en la que nos sentimos atrapados. Tenemos que entender que ella, la poesía, es una energía vital y sustanciosamente poderosa, que sirve para embellecer, sensibilizar, alegrar y armonizar la vida de las personas y la de los pueblos que la cultivan y profesan. Esa poesía que contiene tanta belleza, tanto sentimiento y dulzura, tiene que estar dando sus frutos especialmente en bien de nuestra niñez y juventud que necesita ahora más que nunca, que se le remoldée su pensamiento, su sensibilidad, su sentimiento, para facilitarle así, la conquista de una dimensión más espiritual, más humana, justiciera y solidaria. Sin embargo, a la par de todo lo dicho, también buscamos aunque de una manera muy modesta, contribuir al esclarecimiento de la poesía beniana, a través de la selección que se ha tenido a bien hacer, sobre la base de este ya consagrado grupo de poetas del Beni, (18 hombres y 5 damas). A todos ellos van consagradas la páginas de este libro que me honra sobremanera. Sin la vida del verso, sin su bella alegría triste y su triste alegría, el mundo sería sencillamente inhabitable. POETAS DE HUELLAS IMBORRABLES es un libro enraizado en la poesía y en la vida alegre de nuestros pueblos benianos que todavía saben amar y sueñan…

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Un jornada diferente Día Mundial de la Poesía E

l Concejo Municipal de la Santísima Trinidad , en coordinación con el suplemento cultural Cultura en Facilito y la Asociación de Poetas y Escritores del Beni, realizó dos actos conmemorativos el pasado 21 de marzo, festejando el Día Mundial de la Poesía. Mónica Córdoba, presidenta del Concejo Municipal, encabezó la inauguración de los actos conmemorativos en el colegio Fátima, a primera hora de la mañana. En el establecimiento escolar se dieron cita escritores y miembros de la Asociación de Poetas, para compartir unos minutos junto a los estudiantes de medio, hablándoles desde su propia experiencia sobre las sensaciones que inundan a un escritor al momento de escribir poesía. El acto gustó tanto a estudiantes como educadores, que interactuaron con poetas de la talla de Antonio Paz, Ericka Mertens, Daniel Bogado, entre otros. También se visitó establecimientos como el Alborada o La Salle turno mañana, entre otros. Y si este acto fue exitoso por la reacción que generó entre los estudiantes, en horas de la noche se llevó una velada bohemia en instalaciones de la Casa de la Cultura del Beni, donde consagrados y reconocidos declamadores y poetas llenaron la noche de belleza y arte. Hernán Cortez Korner, Arnaldo Mejia, Federico Moreno, por citar

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algunos escritores dieron cuerpo a la velada con poemas y composiciones dignas de recordar. El arte y la poesía tienen sin dudas un efecto pedagógico en las personas que lo escuchan y lo practican, por eso actividades como estas son de primera importancia para el Consejo Municipal, que siempre está trabajando por el bienestar de los jóvenes y niños de la ciudad.


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