Libro de las derrotas (con portada)

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antonio orihuela

libro de las derrotas ensayo sobre el conflicto desde la teorĂ­a del bricolaje



antonio orihuela

libro de las derrotas ensayo sobre el conflicto desde la teoria del bricolaje

la oveja roja


Antonio Orihuela (Moguer, 1965), arqueólogo del presente y escritor a destiempo de la modernidad liberal, viene elaborando desde comienzos de los noventa un discurso crítico sobre la vida dañada y las resistencias cotidianas en las sociedades del capitalismo tardío. Con su primer poemario, Perros muertos en la carretera (1995), deambuló por el delgado hielo de la literatura marginal. Con Edad de hierro (1997), La piel sobre la piel (2005) o La ciudad de las croquetas congeladas (2006) intentó abarcar todo aquello que constituye la ligazón de nuestra vida con el mundo conformado por ese capitalismo. Con Narración de la llovizna (2003) o Tú, quién eres tú (2007) indagó en el reverso de esa trama social e ideológica. Su escritura sostiene en todo momento la tensión de hablar al pueblo en un mundo en el que esta palabra ha sido bombardeada por una historia dominada por el consumo y la individualidad burguesa. Con las esquirlas y los restos, Orihuela ha intentado reconstruir un trazado posible para la consciencia crítica. Las tres antologías que existen de su obra (Piedra, corazón del mundo, 2001; Para una política de las luciérnagas, 2007; y La destrucción del mundo, 2007) ofrecen un panorama coherente de esta escritura cuyas razones poéticas e ideológicas pueden encontrarse en La voz común (2004) y El libro de los tesoros (2007), y que tiene un horizonte preciso: cambiar el futuro.

Libro de las derrotas © Antonio Orihuela, 2008 © de la presente edición, ALDEA (Asociación Libre de Difusión, Edición y Acción) Apdo. 2008 Sucursal 2 28850 Torrejón de Ardoz (Madrid) Impresión: Imprenta Cervantes, Villaviciosa (Asturias) ISBN: 978-84-935829-5-1 Depósito Legal: AS-68762008 La Oveja Roja www.laovejaroja.es


Índice Introducción Libro de las derrotas, derroteros o maravillas: Obra Total o Gran Opus. Un ensayo sobre el conflicto desde la teoría del bricolaje . .............................................................. 9 Libro de las derrotas, derroteros o maravillas Palabras y cosas................................................................................. 15 El tesoro de los oscuros ................................................................... 17 Despensas ......................................................................................... 23 Fosa común ...................................................................................... 24 Donoso Cortés: la organización inmoral de la ignorancia ............. 26 Resistencia pasiva ............................................................................. 27 No intervención................................................................................ 28 Coloniae condictor . ......................................................................... 29 Pelotazos . ......................................................................................... 30 El rollo de Almaraz .......................................................................... 31 Socializar pérdidas, privatizar beneficios: lógica capitalista . ......... 32 Variante sociológica: mejor de fiesta que de revuelta ..................... 33 The world is one colour fall . ........................................................... 36 Otra reforma laboral . ...................................................................... 39 Presos en Extremadura . .................................................................. 40 Regla para no morir de hambre en una cárcel del tercer mundo.... 41 Razón de mercado es razón de estado ............................................. 42


Negocios . ......................................................................................... 44 Trabajo obligatorio .......................................................................... 46 El héroe o cómo levantarse de entre los muertos en nuestro tiempo libre . ..................................................................................... 55 Turismo . ........................................................................................... 57 Las siete muertes de Durruti ........................................................... 59 Dictadores . ....................................................................................... 61 Palabras quemadas: de la publicidad política en España (1975-1979) . ............................ 62 1. Desde el suelo: agitación frente a propaganda .......................... 63 2. Desde el cielo: propaganda frente a agitación .......................... 65 2.1. La Ley para la Reforma Política (diciembre de 1976) ......... 66 2.2. Legalización del Partido Comunista (abril de 1977) . ......... 73 2.3. Elecciones legislativas de 15 de junio de 1977 ..................... 74 2.4. Otros prodigios de la ideología del estado providencia: la Constitución de 1978 ............................................................... 82 2.5. Elecciones generales (1 de marzo de 1979)........................... 86 3. La revolución fue la propaganda ............................................... 88 Democracia formal .......................................................................... 92 El «globo» de la globalización desde abajo ..................................... 93 Elementos para una sociedad defectuosa ........................................ 97 Ingeniería patrimonial y medio ambiente: La Rábida como proyecto ................................................................ 98 Epílogo La historia secreta del mapa secreto del tesoro secreto . .............. 105


Para Ramón Maruri, mi maestro en tantas cosas

—Sabemos decir muchas mentiras que parecen verdades, y sabemos, si queremos, decir las verdades. Así hablaron las hijas del gran Zeus... y me insuflaron voz divina para que yo celebre lo que será y lo que fue, y me incitaron a cantar en himnos la raza de los bienaventurados siempre existentes, y a ellas mismas, al comienzo y al fin, siempre cantarlas. —¿Pero, por qué a mí, bajo el roble o la roca? —Sí, a ti. Hesiodo, Teogonía



—Sabemos decir muchas mentiras que parecen verdades, y sabemos, si queremos, decir las verdades. Así hablaron las hijas del gran Zeus... y me insuflaron voz divina para que yo celebre lo que será y lo que fue, y me incitaron a cantar en himnos la raza de los bienaventurados siempre existentes, y a ellas mismas, al comienzo y al fin, siempre cantarlas. —¿Pero, por qué a mí, bajo el roble o la roca? —Sí, a ti. Hesiodo, Teogonía



Introducción

Libro de las derrotas, derroteros o maravillas: Obra Total o Gran Opus. Un ensayo sobre el conflicto desde la teoría del bricolaje Lo primero que, como docente, te solicitan los alumnos ante un libro del que sugieres su lectura es información sobre cuántas páginas tiene. No les falta razón. También a mí de adolescente me asustaba el lomo de Guerra y paz o La madre. Las editoriales de hoy son conscientes de ello y salvo los best-sellers americanos, que entran en la categoría de libros de decoración más que de lectura, el resto del mercado se mueve dentro de las reglas de los fast-food. Lectura de consumo, lectura rápida, lectura basura. Vivimos en la época de la taquicardia. Los ritmos de la vida moderna no dan lugar al consumo de productos de más de 250 páginas y las editoriales lo saben. Resulta curioso, entre tanto, escuchar a los escritores hablando de creatividad, desarrollos narrativos y otras milongas cuando el mercado, como al carnicero, les está imponiendo las reglas del juego, los kilogramos que es capaz de deglutir el consumidor de hoy. Es indudable que las condiciones de la comunicación han cambiado y que sería absurdo repetir las formas periclitadas de la escritura del siglo XIX, que además iban dirigidas a una clase ociosa con dificultades para matar todo su tiempo libre. El negocio de la escritura lo sabe, pero no ha sido capaz de articular una respuesta más allá de esa versión reducida, blanda y prêt-a-porter del producto. Lo fragmentario y aparentemente inacabado, si bien constituye la naturaleza de las obras de arte, las teorías estéticas y las tecnologías de representación actuales, sigue rechinando en un campo dominado por el canon clásico de lo unitario, ordenado, invariable y armónico. Adjetivos que no hacen sino producir, en definitiva, la disciplina que se demanda a cualquier actividad laboral normalizada, aunque curiosamente siga soslayando la propia discontinuidad espacial, que constituye la lógica de funcionamiento de la nueva fase de acumulación capitalista llamada tardía, con su descentralización y su segmentación productiva posfordista. 9


La Teoría del Bricolaje, desarrollada por Lévi-Strauss a partir de su libro El pensamiento salvaje, viene a defender aquella posibilidad de escritura. La que desenfatiza los gestos sociales al elegir una relación interrogativa o dubitativa con lo social, produciendo una contraépica que cuestiona la existencia de un orden coherente y estable a través de imágenes, fragmentos, collages y textos recolectados y mezclados que se citan unos a otros diseminadamente. Ésta será nuestra metodología de trabajo. Nuestro plan sin plan. Con materiales de segunda mano, unos vivos, otros exangües, reutilizados y ya conformados, que han contribuido a otros propósitos a lo largo de un proceso indefinido de destrucciones, alteraciones y reordenamientos, volveremos a componer acontecimientos y contingencias dispares, cargadas con una compleja historia de usos múltiples y equívocas significaciones que se expandirá inestable, descompuesta, inacabada y sin fin. No habrá aquí armonía. En la misma medida que vayamos incorporando materiales a nuestra línea de montaje, también deberemos ser conscientes de que, en mayor medida, otros quedarán arrumbados. Depósitos de reserva que ocasionalmente pueden volver a ponerse de relevancia. Descomposición de la cadena sintagmática, montaje, palimpsesto y otros procedimientos que las vanguardias propusieron para sustituir la representación visual y verbal posrenacentista, y articulación del modelo laboral fordista-taylorista con la producción cultural contemporánea. Patrones discursivos, visuales y proxémicos, desarrollados al modo de la fábrica fordista-taylorista que hoy invaden, como naturales y lineales, la esfera de la vida publica y desde los que, como en la fábrica, es imposible alcanzar una conciencia o comprensión global de lo que se está produciendo, pues también aquí la organización se halla por encima de quienes intentan regirse por los parámetros del orden que les ha sido dado, transmutada en un problema de confianza y omisión. Mientras que la producción industrial organiza el proceso de producción en torno al ensamblaje múltiple de fragmentos que confluyen en una línea única, aquí insistiremos en descomponer toda unidad lineal recibida y en hacer de la obra la exhibición violenta e impúdica de las 10


partes. La línea es un concepto tan fundante de las vanguardias como lo es del fordismo, sólo que en una dirección opuesta, la que en lugar de llevarnos al Ford T nos deja ante un Artefacto complejo en que cada engranaje parece estar fuera de lugar y produce un efecto contrario al de la circulación fluida por las calles de la ciudad: propone un movimiento chirriante, doloroso, lleno de fricciones y de violencias a flor de piel que, en definitiva, se mueve sobre sí mismo, sin conducir a ningún lado, igual que hace cualquier línea de montaje. El cuerpo desmembrado del texto es así la metáfora del sujeto desmembrado contemporáneo. Como éste, no sabe qué es lo que produce su actividad, ni si en realidad produce algo. Desde el punto de vista epistemológico, se pretende generar de esta manera un conocimiento especulativo (mitopoético) a partir de la propia herencia conceptual sobre analogías encadenadas, agregados de imágenes y escritos apropiados a lo largo de un proceso de trabajo que aquí tiene como matriz las desavenencias, los rompimientos, la lucha real o imaginaria sobre un escenario difuso, como nueva reivindicación del peligro en los límites. Experiencia discontinua de la condición discontinua de la experiencia. Trasgresión de códigos más allá del experimento formal, en un intento de transmutar lo decible en lo indecible, el éxito en el fracaso, el bien en el mal, la vida y la muerte como regeneración de lo provisional y perentorio... Tránsito entre extremos en el que los códigos dejan de ser un refugio seguro para el reconocimiento y se desenmascaran como formalizaciones simbólicas institucionalizadas. Derrida, en La escritura y la diferencia, plantea esta actividad del bricolaje como discurso descentrado, reabsorción de materiales concebidos para otra función y expuestos, en esta ocasión, para probar la persistencia de la idea del conflicto más allá de los limites comúnmente aceptados, desvelando su consustancialidad al propio sistema. Este ambiguo razonar a lo largo del proceso, de la deriva como relación o memoria azarosa de investigación, es lo que venimos a considerar como paradigmático del mismo, pues en él se yuxtaponen hechos que luego serán relevantes junto con algunos sin importancia, así como otros demasiado complejos para poder integrarlos. No hay 11


pues origen, sino trama, continua remisión a otros acontecimientos, a otras huellas, a otros documentos, y en cuyo trazado se forma la red, el campo simbólico como escenario donde se da la batalla dialéctica de las luchas sociales que unifica lo fragmentario del antagonismo y fragmenta lo unitario de la ideología. Establecidas unas reglas de inferencia lógica, a partir de los axiomas pueden deducirse una serie de teoremas, pero hasta ese momento nada tiene significado. El cálculo es pura sintaxis; corte sesgado que hemos dado a alguna cosa. Una vez derivadas las expresiones formadas que pueden inferirse de los axiomas y de los términos primitivos (no definidos), comenzamos a buscar interpretaciones de dicho cálculo formal, los términos comienzan a adquirir significado y los axiomas pasan a ser verdaderos o falsos. Tanto los contenidos como la forma son construcciones ideológicas; ambos representan un nexo complejo de relaciones de poder en las que el control cultural juega su parte.

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Libro de las derrotas, derroteros o maravillas



Palabras y cosas I.

Una mañana Simbad se levanta y siente frío. Toma un papel y escribe los grafemas del sustantivo F U E G O, después extiende sobre ellos las manos y se las frota, aliviado. II. González de Rosende, en su Vida del Ilustrísimo y Excelentísimo Señor don Juan de Palafox y Mendoza, nos habla de cómo el citado prelado ordenó en su testamento que fueran sus despojos abiertos en el pecho, extraído su corazón y envuelto con un papel que dejaba dispuesto a tal fin, donde se podían leer los nombres de Jesús, María y José; y que, así envuelto, fuera su corazón introducido de nuevo en el pecho y entregado su cuerpo a una pobre sepultura. Según sus propias palabras, «para que así siempre tenga dentro de mi corazón, pecho y cuerpo, lo que deseé y deseo tener en medio de mi alma». III. Cuando Gulliver visita la Academia de Lagado encuentra en marcha un proyecto científico para la abolición de las palabras. Se trataba, en suma, de ajustar los diálogos a los temas y evitar las confusiones y equívocos que rodean al lenguaje. El único inconveniente que presentaba era que, para expresarse, los interlocutores tenían que cargar en sus espaldas y las de sus criados con las cosas motivo de sus conversaciones. IV. En el Manifiesto dada de 1918, Tristán Tzara dice: «Dada m’dad. Dada m’dad. Dada mhm’dad... yo no quiero palabras que fueron inventadas por otros. Todas las palabras fueron inventadas por otros. Quiero mi propia estupidez y además vocales y consonantes que le corresponden». V. Ezequiel estaba junto al río Kebar cuando una voz le dice que sea obediente y se coma un rollo de poemas que le extiende. Ezequiel lo come y le sabe a miel. Después la voz le dice que no se aflija porque, aunque quiera comunicar lo que había en el rollo, nadie querrá oírle. VI. San Juan, en Patmos, después de oír la sexta trompeta y la amenaza de la voz del cielo que le advierte que el tiempo se acaba, es conminado por ésta para que tome el librito del ángel que está 15


con un pie en la mar y otro en la tierra y se lo coma, después le dice que de nuevo profetice a los pueblos, a las naciones, a las lenguas y a los reyes numerosos, recriminándoles su pésima conducta y sus vicios, advirtiéndoles del castigo y la destrucción que les aguardaba. VII. En Los versos de la madera, Liman Boicha recuerda al almurabit (maestro en lengua hasania) que le enseñó a leer y escribir poesía sobre un louh, especie de pizarra de madera, en el que se pintaba con una pluma de ave que, previamente, se mojaba en tinta preparada a base de carbón mezclado con azúcar y esencias extraídas de las raíces de diversas plantas y arbustos del desierto del Sahara, suficientemente espesa como para retener las letras en la pizarra. Después de las lecciones, el maestro le pedía que colocara su louh sobre un cuenco y esparcieran agua sobre las lecciones, sobre la fresca poesía. El agua y los versos se mezclaban en el recipiente. «Tómatelo todo —decía— para que fecunde tu mente». VIII. Zakariyya Tamir cuenta, en su libro Al-numur fi l-yawm al-asir, cómo un escritor que tenía hambre le pide pan a la palabra pan. Las palabras le responden que ellas no tienen pan; entonces él se va al mercado, vende todos sus libros y compra pan. IX. Genro y Fugai discutían un koan que Yang-shan había presentado a un monje en su zen-do o sala de meditación. Las letras agua no pueden saciar la sed, dijo Genro. Pero yo estoy viendo olas gigantes que van creciendo, contestó Fugai. Un dibujo de un pastel de arroz tampoco sacia el hambre, continuó Genro. Aquí tienes una bandeja llena de pasteles, concluyó Fugai. X. Luis Felipe Comendador buscaba las palabras que resultaran un escondite perfecto; hace años que nadie sabe de él. XI. Yo soy poseído por aquello que poseo, había dicho Robert Filliou.

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Las siete muertes de Durruti Cientos de miles acompañaban el 22 de noviembre de 1936 el féretro de Durruti... La participación es inmensa... El cortejo fúnebre rojinegro queda atascado entre la multitud, las escoltas no pueden ni siquiera formarse. En lugar de una llegan dos orquestas, que además no tocan al mismo compás... El entierro tiene que ser pospuesto... No hubo ninguna disposición, todo sucedió de manera espontánea. Fue simplemente un entierro anarquista, y en ello radicó su majestad... Las masas no se movían de su sitio, habían ocupado ya todo el cementerio y bloqueado el camino hacia la tumba. Era difícil avanzar porque, para colmo, miles de coronas habían vuelto intransitables todos los paseos del cementerio. Cayó la noche. De nuevo empezó a llover. Pronto se desató una tormenta y el cementerio se convirtió en un pantano en el que se ahogaron las coronas. En el último minuto se decidió posponer el sepelio. Los portadores del féretro retornaron de la tumba y depositaron su carga en la capilla del campo santo. Durruti no fue sepultado hasta el día siguiente. Durruti fue herido de muerte el 19 de noviembre de 1936 en las inmediaciones de la Ciudad Universitaria. Distintas versiones oscurecen este hecho y aportan poca claridad a lo que realmente sucedió. Así, para la historiografía franquista, Durruti fue asesinado por otro anarquista descontento de su situación en el frente. Explicación que se ha mantenido en la historiografía española hasta la actualidad con el apoyo de eminentes hispanistas como Hugh Thomas, Pierre Broué o Emile Témine. De otro lado, la exégesis libertaria, que tiene en Abel Paz uno de sus mayores representantes, libera al movimiento anarquista de toda culpa en la muerte de Durruti, dejando abierto el misterio e implicando, consecuentemente, a cualquiera de los dos enemigos que entonces tenía la CNT: los fascistas y los comunistas. Walter Haubrich nos pone tras las pistas de una versión que se sustenta en las conversaciones mantenidas a principios de los años setenta con testigos presenciales del hecho. Al bajar del coche, Durruti golpeó con la culata de su naranjero el suelo. Una ráfaga escupida de súbito por el subfusil provocó que fuera herido bajo la tetilla izquierda. Esta 59


versión se refuerza si tenemos en cuenta que la trayectoria de entrada y salida de la bala concuerda con la postura adoptada al salir del vehículo. Sus compañeros disimularon el accidente para no desmoralizar aún más a las tropas agobiadas con la proximidad de los nacionales, la falta de material bélico para contenerlos y la mala calidad de las armas que les llegaban al frente. El naranjero fue el nombre popular con que se conoció durante la guerra la versión española del subfusil Schmeisser MP18, del que habían llegado a manos de los revolucionarios unas 167 unidades en octubre de 1936. Los Schmeisser MP18 que se habían podido conseguir en el mercado eran armas muy viejas que sólo disparaban en modo de ráfaga, pero su popularidad hizo que pronto se fabricaran en España, sin licencia y adaptadas al calibre nueve largo. El naranjero, que será llamado así porque se fabricaba en Valencia y se recibía en el frente dentro de lo que antes habían sido cajas de naranjas, supondrá una copia tan buena como el original y con sus mismos defectos. Ninguno de los dos tenía seguro, por lo que los accidentes con ellos eran continuos. Durruti murió a las pocas horas. A un lado y otro del frente, esta muerte así contada era cuando menos poco heroica para construir la hagiografía que todos aspiraban hacer de él. Porque el mito ayuda a bien morir, como empezaba a querer ya el movimiento libertario español en aquel invierno de 1936, como profundamente deseaban todas las otras partes.

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Regla para no morir de hambre en una cĂĄrcel del tercer mundo La piedra blanda es una lenteja; la piedra dura, una piedra.

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