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Megalopolis, la más nueva cinta del legendario Francis Ford Coppola, participa en la Competencia por la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2024. En una clara analogía y usando la historia lineal de las civilizaciones, Coppola propone construir como lo hizo en su época Roma, una nueva Roma. Adam Driver encarna a Cesar Catilina, Nathalie Emmanuel es Julia Cicero y Giancarlo Esposito es Franklin Cicero, los personajes principales de una historia que durante su proyección inaugural en la Sala Debussy del Palacio de Festivales en Cannes hizo que más de uno de los críticos se saliera.

[Dossier especial del Festival de Cannes 2024]

NO. 622 / 20 DE MAYO DE 2024 / AÑO
SUPLEMENTO CULTURAL
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DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN Francis Ford Coppola y Adam Driver. Foto del Festival de Cine de Cannes 2024.

La Gualdra No.

La edición 77 del Festival de Cannes inició el pasado 14 de mayo y se estará llevando a cabo hasta el día 25. De nueva cuenta, Carlos Belmonte Grey se encuentra junto con Sergi Ramos dando cobertura de lo más relevante de este festival de cine considerado como uno de los más relevantes del mundo de la cinematografía -si no es que el primero-. Carlos, formado en la Universidad Autónoma de Zacatecas en la Licenciatura en Historia es especialista en cine latinoamericano; es Doctor en Historia Social por la Universidad Jaume I (España) y en Estudios Hispanoamericanos por la Universidad Sorbonne, de París; trabaja actualmente como profesor investigador CUNorte-UDG y en la Université d’Evry Val-d’Essonne, en Francia; y desde hace más de una década colabora con La Gualdra hablando de cine en su columna Desayuno en Tiffany’s, mon ku, en la que tiene colaboradores invitados que se han ido sumando a este equipo de corresponsales gualdreños. Sergi Ramos, español, es catedrático universitario en Francia y también es colaborador de este espacio editorial desde hace ya algunos años. Los dos se encuentran en Cannes y en este número gualdreño nos comparten ocho notas sobre las primeras películas que han visto hasta ahora.

La primera de las películas es La belle de Gaza, de Yolande Zauberman, una historia de chicas trans árabes -algunas de ellas católicas- que viven en Tel-Aviv; la cinta participa en la Selección Especial del festival. Los hiperbóreos es la segunda película, dirigida por los chilenos Cristóbal León y Joaquín Cociña; participa en la sección

La Quincena de los Cineastas (también conocida como La Quincena de los realizadores); en ella, los realizadores utilizan distintas técnicas de animación.

Otra de las películas que vieron es la más nueva producción del legendario Francis Ford Coppola, Megalopolis, que participa en la competencia por la Palma de Oro en el Festival de Cannes, 2024; un filme bastante controvertido sobre todo por la recepción que ha tenido en el estreno -la amas o la odias, afirman quienes la vieron ya-.

El director griego Kostis Charamountanis presentó su primer largometraje en la sección paralela Acid del Festival de Cannes, que da visibilidad al cine independiente, se trata de Kyuka-Before summer's

end; esta ópera prima se presenta como una comedia veraniega en las costas de la isla de Poros, en Grecia; es “una fresca y ligera aproximación a la crisis familiar y a la salida de la adolescencia, no exenta de un regusto amargo”.

Sobre la película Rendez-vous avec Pol Pot (encuentro con Pol Pot), de Rithy Panh, se dice que el director “ha dedicado su obra cinematográfica a recordar, reconstruir, construir, comprender y explicar la violenta dictadura que sufrió Camboya en la década de 1970, cuando la ideología se quiso aplicar”, aquí encontrará lo que dijo en entrevista el realizador sobre su filme.

The girl with the needle, de Magnus von Horn, participa también el la sección oficial y, de acuerdo con nuestros corresponsales, “golpeó fuerte en el primer día de competición oficial. La obra del sueco se ha caracterizado por crear dilemas morales alrededor de personajes ambiguos, como en The here after (2015), en el que un adolescente perturbado, culpable de homicidio, volvía a su comunidad de origen para intentar rehacer su vida”.

Carlos fue también a los stand del Mercado de Cine y ahí pudo hablar con los responsables de dos proyectos tsotsiles en Mullu Colectivo de Cine: Ana María Vázquez Hernández, de Snichimal abtelal (Las flores del trabajo); y con Xun Sero, de De aspecto indígena.

Quedan todavía 6 días de festival al que se espera una asistencia de 35 mil personas que acudirán a la ciudad francesa para ver de primera mano los estrenos cinematográficos que participan en las diferentes secciones; artistas, periodistas, productores y críticos de 160 países (en promedio) conviven en ese espacio en el que el cine es el principal protagonista.

La próxima semana seguiremos compartiendo la información que nos manden Carlos Belmonte y Sergi Ramos, seguramente comentarán ya las películas que integrarán el palmarés completo. Nosotros estaremos esperando, mientras tanto, que los filmes considerados en estas ediciones puedan ser programados en nuestro país para poder verlos posteriormente.

Que disfrute su lectura.

Contenido

La belle de Gaza de Yolande Zauberman Chicas trans árabes, católicas -algunas-, viviendo en Tel-Aviv Por Carlos Belmonte Grey Hipnótica profusión: Los hiperbóreos, de Cristóbal León y Joaquín Cociña Por Sergi Ramos

Por

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Rendez-vous avec Pol Pot (encuentro con Pol Pot), de Rithy Panh [Selección Oficial de la sección Première del Festival de Cannes] Por Carlos Belmonte Grey

Exorcismo y fosilización: Tres kilómetros hasta el fin del mundo, de Emanuel Parvu [En competición oficial por la Palma de Oro] Por Sergi Ramos

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Capital humano: The girl with the needle, de Magnus von Horn [Sección oficial Festival de Cannes] Por Sergi Ramos

Proyectos tsotsiles en Mullu Colectivo de Cine Indígena en el Mercado del Cine de Cannes: Snichimal abtelal (Las flores del trabajo) de Ana María Vázquez Hernández y De Aspecto Indígena de Xun Sero Por Carlos Belmonte Grey

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Campos de fresas para siempre Siete relatos y una novela tapatía donde habita la vulnerabilidad humana Por Tanya García

Love lies bleeding, de Rose Glass Por Adolfo Núñez J.

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Donde no hay plata no entra el Evangelio. Los franciscanos en los confines septentrionales del México colonial Por Limonar Soto Salazar

LA GUALDRA NO. 622 /// 20 DE MAYO DE 2024 /// AÑO 13
es una coproducción de Jánea Estrada Lazarín y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
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La Gualdra
Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Sandra Andrade Diseño Editorial Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com Directorio
Megalopolis de Francis Ford Coppola [en Competencia por la Palma de Oro] Por Carlos Belmonte Grey Vacaciones bufas: Kyuka - Before summer's end, de Kostis Charamountanis [Sección paralela Acid del Festival de Cannes] Sergi Ramos
Editorial

La belle de Gaza de Yolande Zauberman

Chicas trans árabes, católicas -algunas-, viviendo en Tel-Aviv

La documentalista Yolande Zauberman regresó a Cannes, en la Selección Especial, con uno de sus temas favoritas, la sensualidad en una sociedad de riesgo, Israel-Palestina, con el filme La belle de Gaza. La cinta fue presentada en la Sala Agnès Varda por Thierry Frémaux, delegado general del Festival de Cannes,

Hipnótica

acompañado por la directora y la bella Talleen (uno de sus personajes principales).

Cuando estaba filmando M (2018) -historia de un homosexual violado por un rabino ortodoxo en Israel- se enteró que había una chica transexual que había venido a Tel-Aviv a pie desde Palestina. Pero si a ese peregrinar, le agregaba que se trataba de una trans árabe, viviendo en una ciudad judía ella misma siendo cristiana, entonces le pareció que ahí había una historia a investigar.

Así que regresó a la capital de Israel, a la calle Hatnufa -de prostitución- en busca de esa Bella de Gaza. Se encontró con la supuesta mujer que hizo tal odisea, pero que inmediatamente le dijo que no había llegado a pie. Ya ahí su interés había cambiado y los personajes encontrados le abrieron otros intereses, el del cruce de culturas, ante una supuesta realidad tan ortodoxa -decimos supuesta porque

profusión:

las chicas trans tienen muchos clientes de todas las creencias-: y aún más, se trataba de trans que habían llevado su transformación hasta la última operación -la vaginoplastia- y habían sentido sus primeros orgasmos femeninos.

La pregunta obligada durante la entrevista fue si después de los ataques del 7 de octubre del 2023 la película saldría en salas: “Sí, el día de su proyección allá sólo me pude quedar 10 minutos y salí llorando. Porque ahora sentía más la violencia de mi historia”.

Uno se podría preguntar cuál es la fuerza de las historias de Zauberman, además de lo complejo de sus personajes. Justamente es la osadía de filmarlos, de cómo los filma. Siempre en planos cercanos y cerrados, con apenas algunos cuadros abiertos de contexto de la calle, “pero sí, siempre sobre sus rostros, quiero que se vean bellos y sensuales. Me gusta verlos así,

porque me gusta la sensualidad”, nos comentó. Y ahora se entiende por qué Talleen entró a la sala de proyección con un espectacular combinado blanco, escotado y abierto de la pierna, sensual.

Además, al ser ella misma la que maneja la cámara tiene el control total de cuánto filma y cómo introduce a sus personajes, de los cuales ninguno queda fuera de la película: “todos los que encontré y entrevisté quedan en la historia. Y no me quedo con mucho tiempo de imagen”.

El asunto también es entender cómo se financian estos proyectos que tendrán corridas comerciales complicadas, porque, aunque parezca barato no costó menos de 500,000 euros, aseguró. Es gracias a sus amigos productores que ya saben el tipo de proyectos y lo bien logrados que estarán. A recordar que su M llegó a México en el FICUNAM del 2019 con una excelente recepción.

Los hiperbóreos, de Cristóbal León y Joaquín Cociña

Los hiperbóreos es la segunda película de los chilenos Cristóbal León y Joaquín Cociña, presentada en la Quincena de los Cineastas. Como en su anterior La casa lobo, los realizadores utilizan distintas técnicas de animación, sin ningún tipo de tratamiento digital.

Profusión de técnicas y carne y hueso

Como lo contaron los propios cineastas después de la proyección, para su segundo largo decidieron integrar una actriz de carne y hueso, Antonia Giesen, en un proceso de creación muy particular: “Queríamos integrar a actores, después de hacer mucha animación. Como iba a ser una película muy plástica, decidimos tener un actor real. Ella formó parte de todo el proceso creativo, desde el casting. Su trabajo introducía algo que era invisible, pero que le daba una indudable calidad a la película”.

Todo el proceso de animación, con una parte importante de falsos decorados, stop motion y marionetas, florece alrededor de la actriz, que se encuentra siempre en el centro de la imagen, y a la que la cámara sigue sin descanso

durante todo el metraje. La película empieza en un taller, repleto del material que luego servirá para hacer las animaciones, que se van desplegando a medida que avanza la historia, en una profusión hipnótica y embriagante. El resultado, espectacular, pretende mostrarse como una filmación en tiempo real, introduciendo constantemente cambios de ambientación y localización. Los directores explicaron la particularidad de este proceso de creación: “la película fue rodada frente al público, para que la audiencia pudiera visitarla. En una galería de Santiago, era exposición y rodaje al mismo tiempo. Como la manera que tiene el arte de crear y borrar, nos inte-

resa más el proceso que los resultados de la creación”.

Delirante genealogía del mal El filme elabora una trama hecha de una multitud de capas distintas, conectadas por el personaje de Antonia Giesen, cuya identidad se va desdoblando, como también sucede con los distintos niveles de realidad. La protagonista se encarga de investigar sobre quién estaría en el origen del propio guion de la película, Miguel Serrano. Cuentan los directores: “Lo que cuenta la película es cierto, Miguel Serrano murió en 2008, era joven durante la Segunda Guerra Mundial, fue embajador en India y también un escritor, poeta y nazi. Pensaba que Hitler era la encarna-

6 Por Sergi Ramos

ción de Visnú y Wotan. Era horrible, pero también tenía algo cómico que fuera nazi chileno. Habita este mundo entre mito y realidad, y nos sentimos identificados con esta idea del arte, que mezcla la política y el sueño. Es un escritor muy curioso, con libros muy raros y malos, a menudo pierde el hilo. También usamos una metodología de meternos en un rol, en primera ponernos en la piel de una secta, aquí también, con algo esotérico de dejarnos poseer por su espíritu e incluso llevarlos más lejos”.

A través de la referencia a Miguel Serrano y a su creencia de que en las tierras heladas del sur de Chile vivió una raza de semidioses extraterrestres, los hiperbóreos, los cineastas tejen una continuidad que recorre la historia, desde el pasado primigenio hasta el presente 2.0. Crean así una genealogía del mal entre los que se cuentan los legendarios hiperbóreos, los nazis, Pinochet y el metaverso, en una serie de delirantes realidades que provienen en gran parte de las obsesiones de la cultura pop y de la serie B, pero que conectan también con las realidades políticas de un país en el que el espectro del autoritarismo sigue presente.

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Festival de Cannes

Festival de Cannes

Megalopolis de Francis Ford Coppola [en Competencia por la Palma de Oro

Cuando uno se pone en modo crítico o comentarista de películas siempre hay dos peligros inmediatos: extender los objetivos del cineasta o bien, malentender las intenciones de algunas secuencias. Acertar en uno y en otro implicaría tener al cineasta enfrente de nosotros y que nos las dijera -sus intenciones- y nos explicara sus estrategias; pero no es posible y no es válido. Uno comenta simplemente de lo que ve y a partir de lo que uno siente al ver la película o sabe de la película. Este preámbulo para comentar la más nueva cinta del legendario Francis Ford Coppola, Megalopolis, que participa en la Competencia por la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2024. Es la historia de un arquitecto urbanista de la ciudad Nueva Roma que quiere cambiar enteramente el urbanismo de esa ciudad para mejorarla, eficientarla en todos los sentidos (transporte, calidad de vida y

de servicios), pero para ello necesita destruir la vieja y sobre sus ruinas crear la nueva. Claro, este arquitecto, interpretado por Adam Driver, tiene un súper poder, detener el tiempo a su gusto. En una clara analogía y usando la historia lineal de las civilizaciones, Coppola propone construir como lo hizo en su época Roma, una nueva Roma, para, a diferencia de la Roma antigua que desapareció, evitar que a la nueva le suceda lo mismo y, al contrario, se convierta en una Nueva Roma perfecta.

Vacaciones bufas:

Con esta idea de fondo y transversal de la historia, Coppola nos va a llevar con dos estrategias: una, en el modelo de la cinta Satyricon (Federico Fellini, 1969), justamente los relatos míticos romanos narrados con la exageración de la caricatura burlesque y alocada; y otra, la más seria (¿o intento de tomarla seria?) en el tono del Pan-Americanismo de finales de la década de 1930, con películas como Juarez (William Dieterle, 1939), con un tremendo mensaje pedagógico del rescate de la civiliza-

ción, del mundo moderno, de la democracia y de -nuevo principio- la calidad de vida urbana. Driver encarna a Cesar Catilina, Nathalie Emmanuel es Julia Cicero y Giancarlo Esposito es Franklin Cicero: arquitecto, hija del alcalde y alcalde amante de construir con cemento. Son los personajes principales de una historia que durante su proyección inaugural en la Sala Debussy del Palacio de Festivales en Cannes hizo que más de uno de los críticos se saliera y otros esperaran el final para la rechifla. Parece que esas escenas como la subasta para proteger la virginidad de una chica de la ciudad hasta su matrimonio con una presentación muy popstar Taylor Swift; o una performance en vivo que hace aparecer a un hombre frente a la pantalla -real- para simular una entrevista con el arquitecto, no funciona o quizás sí funciona: risas, mofa, rechifla. ¿Era esto lo que buscaba el director de la saga de El Padrino?

Kyuka - Before summer's end, de Kostis Charamountanis

[Sección paralela Acid del Festival de Cannes]

El realizador griego Kostis

Charamountanis presentó su primer largometraje en la sección paralela Acid del Festival de Cannes, que da visibilidad al cine independiente. Esta ópera prima se presenta como una comedia veraniega en las costas de la isla de Poros, en Grecia. Las vacaciones de Babis y sus hijos gemelos, Konstantinos y Elsa, ocultan un proyecto secreto: que los hijos vuelvan a reencontrarse con su madre biológica, que huyó de casa cuando ellos eran pequeños. Sin embargo, el realizador convierte esta potencial trama dramática en una disparatada farsa.

Eterna juventud

Los gemelos se pasan el día entre travesuras y bromas que recrean el espíritu de los gags burlescos del cine mudo con una dosis importante de escatología. En esta reflexión sobre la familia desestructurada, sus gamberradas permanentes reflejan una complicidad íntima, que se extiende además a otros jóvenes con los que se van cruzando en

sus paseos por la isla, creando una comunidad improvisada e ingenua que nada tiene que ver con el mundo de los adultos. La utilización de un inusual formato de imagen cuadrado refuerza esta impresión intimidad entre los dos jóvenes adultos, imitando el 16 mm o incluso el 8mm de las películas domésticas veraniegas. Este formato deja en un fuera de campo el paisaje marítimo de postal y pone en su centro a los dos personajes. También contribuye a situar la película en un tiempo histórico indefinido, anclado en un pasado que parece no avanzar. Sólo el perreo queer

de Konstantinos indica una inscripción en el presente. La banda sonora, mezcla de ópera y de clásicos veraniegos, más o menos reversionados y distorsionados, funciona como otro elemento burlesco, al ser utilizada a contrapelo para ilustrar situaciones poco relucientes.

Crisis matrimonial y descarrilamiento Sin embargo, a partir de la mitad del filme, la farsa va tornándose más oscura y dramática. La mirada se desplaza hacia los padres, que hasta entonces desempeñaban un rol menor, para retomar la cuestión inicial de

6 Por Sergi Ramos

la crisis del matrimonio y de la familia. Pero no sólo se trata de un desplazamiento del punto de vista, sino que la propia película, en su materialidad fílmica, empieza a dar tumbos y a descarrilar.

En una secuencia onírica, ilustrada con imágenes documentales de la fauna submarina, el padre cuenta de manera alucinada la separación con su mujer. En lo que sigue, es la propia forma cinematográfica la que sufre un sinfín de manipulaciones cuando se revelan las masculinidades tóxicas paternas, utilizando numerosos recursos, como el rebobinado o la interrupción del movimiento de la imagen. Esta expresión de violencia, a la vez trágica y absurda, conduce a reconsiderar las responsabilidades respectivas en la crisis de la pareja y el abandono de los niños, exacerbándola desde lo grotesco.

Kyuka se confirma como una fresca y ligera aproximación a la crisis familiar y a la salida de la adolescencia, no exenta de un regusto amargo.

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Rendez-vous avec Pol Pot

(encuentro con Pol Pot), de Rithy Panh

[Selección Oficial de la sección Première del Festival de Cannes]

Las imágenes que faltan (images manquantes) o el deber de memoria, cuál es o son las dos, las razones de la nueva película del cineasta camboyano Rithy Panh.

“Siempre hay y siempre habrá imágenes que falten para reconstruir un acontecimiento. Cualquiera. Y aún más cuando se trata de

un genocidio. ‘Deber’ de memoria, no, porque ‘deber’ hace mención de una obligación; es más bien trabajo de memoria, de reconstruir”, nos respondió el director de S21

La máquina roja de matar (2003) en entrevista exclusiva en la Sala de Unifrance del Festival de Cannes.

Rithy Panh ha dedicado su obra cinematográfica a recordar, reconstruir, construir, comprender y explicar la violenta dictadura que sufrió Camboya en la década de 1970, cuando la ideología se quiso aplicar “pura, sin matices. Sin entender que la humanidad tiene más que ideologías, y que llevó a vaciar ciudades para llevar a la población al campo, a trabajar para el bien de la comunidad, negando cualquier posibilidad y derecho a la elección privada”, explicó. En esta ocasión, decidió permitirse una ficcionalización y adaptación del libro When the war was over: Cambodia and the khmer rouge

revolution de la periodista americana Elizabeth Becker, corresponsal del Washington Post durante la guerra Vietnam. El 22 de diciembre de 1978, Malcolm Caldwell, Richard Dudman y ella consiguieron entrevistar a Pol Pot, el Camarada No. 1 del país. Ésta será la primera entrevista que se les otorgará a periodistas americanos no comunistas. Panh pone en escena esa primera entrevista, a esos tres periodistas interpretados por Irène Jacob, Grégoire Colin y Cyril Guei: la primera en un rol de comprometida neutral con la información en ésa tan importante misión de visitar al país “liberado” del capitalismo; el segundo, un amigo de Pol Pot y comunista convencido del proyecto, aunque pronto desilusionado de la “pureza” de su aplicación; y el tercero, el fotógrafo que debería de ilustrar el viaje, pero que, al ver, vio lo que pasaba.

Y para que no todo fuera ficción,

la película se rodó en una pista de avión en Camboya que fue testigo de miles de muertes, porque hacía tanto calor y la gente quedaba tan a la intemperie, que fácilmente moría, aunque se podía morir hasta por ser un “hombre de lentes” -intelectuales- que sólo eran muestras vivas y pruebas de las diferencias de clases, de unos que no hacen y otros -los obreros y campesinos- que sí hacen.

Panh utilizó además del libro, imágenes de su propio archivo de carretes y fotografías que ha ido recolectando desde años y que ha organizado con acceso libre a todas las personas, porque la investigación desde la imagen es elemental para ver esas famosas imágenes faltantes. Y porque las ideologías no se pintan solas, sino que necesitan verse. Por eso, el cierre de la cinta, en ese debate de ideas entre el periodista comprometido y el No. 1 es la escena favorita de Panh.

Exorcismo y fosilización: Tres kilómetros hasta el fin del mundo, de Emanuel Parvu [En competición oficial por la Palma de Oro]

6 Por Sergi Ramos

Otra ola del nuevo cine rumano alcanzó el dique de la Croisette, Tres kilómetros hasta el fin del mundo, tercer largometraje de Emanuel Parvu presentado en competición oficial. La película conecta en su inicio con Meda, su primer largometraje. Éste contaba la historia de un campesino incapaz de pagar sus deudas con el fisco, con la amenaza de perder a su hija adoptiva, y la falta de salidas para poder solucionarlo. En cierto modo, la película reformulaba en clave rural un cierto número de presupuestos del neorrealismo, en particular la espiral infernal de la pobreza del Ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica, pero con una habilidad admirable para retratar la vida rural.

Una perspectiva social Hasta cierto punto, el inicio de Tres kilómetros hasta el fin del mundo retoma algunas de estas coordenadas, hasta parecer una relocalización de la primera, en el ámbito de un pueblo aislado en el delta del Danubio. El plano fijo inicial, magníficamente encuadrado, muestra un interior de tonos azules. Un matrimonio está inquieto porque el

plazo de una deuda que no consiguen reembolsar está a punto de terminar, con el riesgo de despertar la cólera del cacique local. La conversación es interrumpida por la entrada de Adi, el hijo, por una puerta situada en el fondo que da al patio. El padre lo recibe con una chanza sobre sus relaciones con su presunta novia, para sacar a relucir su virilidad. La película vuelve sobre uno de los temas esenciales del cine rumano, la crítica de un sistema que, a pesar de haber salido del comunismo, sigue sufriendo todo tipo de carencias democráticas, marcada en este caso por una precariedad económica endémica, acrecentada por la presencia de caudillos, la preeminencia del

interés individual al colectivo y la corrupción generalizada.

Homosexualidad exorcizada Pero desde la segunda secuencia, la crítica social se combina con otro tema menos presente en la filmografía rumana, la homosexualidad. Ambas líneas se cruzan cuando el hijo, después de besar a un joven turista, recibe una paliza. ¿Venganza del cacique prestamista, o agresión homófoba? Una investigación se abre para esclarecer el caso. Como en buena parte del cine rumano, las taras de la sociedad acaban asfixiando a los personajes, con una representación sorprendentemente virulenta y generalizada de la homofobia en el espacio rural, que acaba incluso

en un exorcismo, con el beneplácito del sacerdote local.

Del estilo a la fórmula

La puesta en escena, milimétricamente planificada, empieza por una serie de largos planos fijos. A medida que la tensión derivada de la agresión va creciendo, la cámara cobra una mayor movilidad y nerviosismo. A pesar de centrarse en el personaje de Adi, se mantiene una cierta dimensión coral, que permite mostrar las redes de intereses individuales mezquinos que se tejen, y que convergen para aplastar al más débil.

Sin embargo, el conjunto sufre demasiado de este exceso de planificación, hasta convertirse en rigidez, así como de una impresión de déjà vu en su denuncia. Sin duda, cualquier movimiento cinematográfico innovador, como la nueva ola del cine rumano, termina alcanzando una etapa de fosilización, de reducción a una serie de formas que pueden acabar asfixiando la libertad creativa. Probablemente sea el caso aquí, si la comparamos con otras películas que tratan la homosexualidad, como Beyond the hills, de Cristian Mungiu, también localizada en un espacio rural.

Festival de Cannes

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Festival de Cannes

Capital humano: The girl with the needle, de Magnus von Horn

[Sección oficial Festival de Cannes]

La película de Magnus von Horn golpeó fuerte en el primer día de competición oficial. La obra del sueco se ha caracterizado por crear dilemas morales alrededor de personajes ambiguos, como en The here after (2015), en el que un adolescente perturbado, culpable de homicidio, volvía a su comunidad de origen para intentar rehacer su vida.

The girl with the needle, ambientada en la Copenhague industrial del final de la Primera Guerra Mundial, cuenta la historia de Karoline, una obrera en una fábrica textil, con dificultades económicas después de haberse quedado sin noticias de su marido, desaparecido en el frente. Tras ser seducida, embarazada y abandonada por su patrón, acaba relacionándose con Dagmar, una mujer que se dedica a la adopción clandestina de bebés.

Un retrato del capitalismo industrial

A pesar de que la trama hubiera podido hacer derivar la película hacia las aguas del melodrama, la realización hace cohabitar dos tratamientos, que la llevan por otros derroteros. Filmada en blanco y negro, se inscribe dentro de una vena “dickensiana” que explora con lucidez y extrema crueldad el desarrollo del capitalismo como lógica económica que rige la sociedad. El realizador estudia esta lógica de la explotación desde una perspectiva que podríamos relacionar con el concepto de biopolítica propuesto por el filósofo francés Michel Foucault, y en particular en uno de sus aspectos: cómo el poder se ejerce a través del control de los cuerpos.

6 Por Sergi Ramos

El relato de una mujer, víctima del capitalismo industrial, se expresa al inicio de manera clásica, como un engranaje destinado a poseer y exprimir los cuerpos. Se exhorta a las trabajadoras que aumenten su cadencia de trabajo, en beneficio de la productividad económica y patriótica, en este caso la fábrica de ropa reconvertida en fábrica de uniformes, dentro de la industria de guerra, y a pesar de la filantropía aparente de su patrón.

Explotaciones del cuerpo femenino

Pero la fábrica como lugar de explotación de los cuerpos es sólo una de las facetas de la biopolítica que impregna todos los ámbitos de la sociedad, así como las funciones orgánicas del cuerpo, siendo sin duda esta voluntad sistemática de exploración el gran acierto de la película. Von Horn muestra una multitud de formas de opresión del cuerpo de los individuos, y en particular de la mujer.

La sexualidad, el aborto, la lactancia e incluso la reproducción se convierten en formas de explotación del cuerpo femenino, convertido en moneda de cambio dentro del gran circuito económico del capitalismo industrial. Incluso el uso de la droga, frecuente durante el metraje, forma parte de esta lógica como medio de regulación de los cuerpos.

Esa misma fuerza se ejerce sobre su marido, un gueule cassée cuya cara quedó mutilada en la guerra, convertido en un objeto de espectáculo

en un circo de freaks. Para mostrar esta lógica de explotación, la película pone una particular atención en describir las agresiones sufridas por los cuerpos, con una crueldad cuya violencia salpica al espectador.

Un cuento cruel Esta tendencia naturalista, como en una novela de Zola, convive sin embargo con otra gran línea expresiva. Adopta la forma del cuento, un Hansel y Gretel en el que Dagmar, la bruja, se convierte -por lo menos así es sugerido en un primer tiempo- en el intermediario de otra forma de comercio. Se trata de la venta de bebés de clases bajas, volviendo a la crueldad inherente a los cuentos populares, escritos en gran parte al inicio de la sociedad industrial a inicios del siglo XIX. Como en el relato de los hermanos Grimm, los bebés abandonados son recogidos por un personaje femenino, medio ogro y medio bruja, propietaria de una tienda de golosinas.

Estas dos líneas de narración consiguen coexistir de manera armoniosa durante todo el metraje, soportando una exhibición de crueldad que podría parecer excesiva, si no fuera por la lectura lúcida que introduce sobre la acción del capitalismo en el cuerpo de la mujer. Quizá sólo la parte final de la película, como inevitable moraleja del cuento, introduzca una explicitación y una justificación que resultaban a todas luces innecesarias.

Proyectos tsotsiles en Mullu Colectivo de Cine Indígena en el Mercado del Cine de Cannes:

Snichimal abtelal (Las flores del trabajo) de Ana María Vázquez Hernández y De Aspecto Indígena de Xun Sero

Esta semana tuvimos la oportunidad de conocer el Colectivo Mullu y a dos de los cineastas mexicanos que tienen proyectos ahí dentro. Mullu es un colectivo de cine indígena latinoamericano fundado en Ecuador por, entre otros colaboradores, Miguel Imbaquingo, director de distribución y coordinador de la Escuela de Cine Mullu. Un proyecto cuyo fin principal es apoyar la creación y distribución de cine indígena, no indigenista (nos lo precisó Xun Sero, director de cine mexicano), con una escuela que forme cineastas. ¿Cómo se financia? Gracias a los fondos de apoyo públicos de los respectivos países latinos, pero también extranjeros. Sentados en la mesa del stand de Mullu dentro del Mercado de Cine del Festival de Cannes, nos esperaban Miguel, Xun Sero (de origen tsotsil) y Ana María Vázquez Hernández (de origen tsotsil) para explicarnos el proyecto global y sus proyectos personales.

Lo primero fue entender cómo se consideran ellos dentro de la creación cinematográfica y me sacaron de mi mala denominación: cine indigenista no, sino cine indígena. Por qué el matiz, porque la primera tiene una vinculación con las po-

líticas institucionales de nacionalización del siglo XX, mientras que la segunda es simplemente una clarificación del origen de sus productos artísticos, lo que implica por supuesto una fabricación desde quien respeta y conoce en el interior las culturas filmadas, y no la superficialidad y folclorización de los temas y personajes. De aquí la segunda precisión, cine antropológico o antropología visual. Más bien, cine. Porque ambas acepciones parecen hacer referencia al otro, mientras que ellos hablan desde lo que suele ser el objeto. Ellos son parte de su cultura que filman. El asunto en México del cine indígena es un

debate vivo cuanto más vemos en nuestros días que algunos, como la cultura wixárika, están siendo moda de explotación. Cuáles son los productos de estos dos cineastas:

Snichimal abtelal (Las flores del trabajo)

Realizador: Ana María Vázquez Hernández. Etapa de la película: Postproducción. Duración: 81 minutos.

Sinopsis: Snichima abtelal es la historia de tres mujeres tsotsiles que luchan por superar diversas violencias patriarcales para lograr su autonomía económica y procurar una vida de mayores esperanzas para sus hijas e hijos. La película teje las historias

de Juana, Margarita y Cecilia, mujeres de diferentes generaciones que comparten un pasado en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y un presente produciendo café. A lo largo de la película, cada mujer narra su vida marcada por sueños truncados, violencias, duelos, sus luchas constantes por sus derechos, las vemos con mucha fortaleza y firmeza, con la conciencia despierta y experiencia viva de sus derechos y autonomía.

De Aspecto Indígena

Realizador: Xun Sero.

Etapa de la película: Producción (60 % rodado a la fecha).

Duración: 80 minutos.

Sinopsis: ¿Es posible que la forma de impartir justicia de una sociedad esté atravesada por el racismo? ¿Por qué ser de un pueblo originario me convierte en una amenaza? ¿Por qué ser de un pueblo originario me convierte en inferior? Quiero que me permitas nombrar quién soy. De Aspecto Indígena explora y expone el racismo que anida en una de las primeras ciudades españolas fundadas en Centroamérica: San Cristóbal de Las Casas, en Chiapas, México.

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Campos de fresas para siempre

Siete relatos y una novela tapatía donde habita la vulnerabilidad humana

Campos de fresas para siempre (Typotaller-Secretaría de Cultura Jalisco, 2023) de Eugenio Partida es un compendio de siete relatos y una novela tapatía que retrata los diferentes escenarios y pensamientos que acontecen dentro de la mente de cada personaje y que no son ajenos a nosotros, pues alguna vez hemos pasado por situaciones similares.

Al recorrer las páginas de este libro, como lector es imposible no sentirse identificado. El miedo a la muerte, las dudas respecto al amor, los placeres culposos, los sueños

frustrados y la instantánea felicidad de reencontrarse con un amigo de la infancia, son situaciones que el autor aborda con maestría en esta obra y que nos recuerdan que ahí donde la vulnerabilidad habita también se encuentra la poesía de estar vivo.

La novela que da título a este libro nos cuenta la historia de una joven tapatía que vive en una zona pomposa de Guadalajara y que debe lidiar desde su niñez con las apariencias de una familia adinerada que poco le permite soñar, no es sino hasta que conoce la poesía a través de su hermano que a su vida comienzan a colarse unas ganas intensas de vivir y viajar que nunca había experimentado.

Las circunstancias llevan a la protagonista a hacer un viaje de autodescubrimiento donde deberá enfrentarse a una soledad desconocida para descubrir que el éxito no siem-

pre se traduce en un matrimonio perfecto y la impecable crianza de los hijos.

Para las personas que transitamos con frecuencia por Guadalajara resulta muy interesante leer una novela situada en esta ciudad y recorrer junto con los personajes espacios que nos son familiares, tal es el caso de las casonas y jardines en Pablo Neruda, la tradicional nevería Polo Norte y la avenida López Mateos, eterno escenario de accidentes y caos.

Además de los espacios, la obra se encarga de envolver a los lectores en un ambiente tapatío a través del uso de palabras que son comunes para los habitantes, pero que resultan curiosas para las personas que vienen de visita o bien, que tienen en sus manos una novela tan rica en cultura tapatía como Campos de fresas para siempre.

Eugenio Partida nos recuerda a través de sus relatos que ninguna felicidad es completa, que mientras algunos ven desgracias con la llegada de un hijo, un mujeriego sueña en sus adentros con convertirse en papá, que la belleza de una húngara no te exenta de ser estafado y que una doctora por muy noble que parezca no se limitará a dar un diagnóstico terminal que destroce a quien lo reciba.

Libros como La ballesta de Dios, La otra orilla, Viaje, entre otros, demuestran el talento de Eugenio Partida para retratar al humano en diferentes circunstancias y actuando a través del miedo, del amor o a veces por la simple curiosidad. El autor nos demuestra en cada relato su destreza en el realismo literario, tan es así que ningún lector sale ileso tras adentrarse en su obra.

*Tanya García estudió la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara. Apasionada de las letras, ahora disfruta de escribir artículos sobre las curiosidades de la Perla Tapatía y sus habitantes en el periódico El Occidental, y se desempeña como Content Manager en la editorial Typotaller.

Love lies bleeding, de Rose Glass

La acción transcurre en algún pueblo de Nuevo México, durante la década de los 80. Lou (Kristen Stewart) es la empleada de un gimnasio que se cae a pedazos, un sitio venido a menos donde todos los días debe destapar inodoros y atender a clientes poco agradables. Es en este espacio deteriorado donde Lou conoce a la imponente Jackie (Katy O’Brian),

una chica recién llegada al pueblo, cuya mayor ambición es concursar en una competencia de fisicoculturismo en Las Vegas.

Después de tener un primer encuentro, en el que Lou le regala a Jackie los anabólicos que usualmente les vende a los clientes del gimnasio, ambas inician un intenso romance. La profunda conexión entre ambas será puesta a prueba luego de que ocurra un violento crimen, que involucra a Jackie, al cuñado de Lou, JJ (Dave Franco), así como a su padre, el extravagante y peligroso Lou Sr. (Ed Harris). Este último es, a su vez, el jefe de Jackie, quien trabaja como mesera en una galería de tiro donde también se llevan a cabo otros negocios ilícitos. Ambas protagonistas tendrán que hacer hasta lo impensable para mantenerse unidas y escapar de esta difícil situación. Love lies bleeding (2024) la segunda película de la inglesa Rose Glass, luego de la memorable Saint maud (2019), responde a la tradición de películas tan románticas como violentas, que surgió entre la década de los 80 y 90. Se trata de

un policial apasionado, así como un film noir que además cuenta con interesantes influencias de cine europeo y hasta con breves destellos de horror corporal. Todos estos elementos hacen que la cinta resulte en una experiencia mucho más singular de la que se plantea en su premisa.

Lo que a primera vista salta como una película de propuesta más convencional, producto de la reciente sobreexplotación y nostalgia hacia el cine de los 80, es en realidad un relato mucho más delirante, original y absurdo que reconfigura los símbolos del cine policial, al mismo tiempo que subvierte su estructura clásica. En esta interesante mixtura, hay elementos que evocan a Thelma & Louise (1991), Blue Velvet (1986) y hasta a la serie The Incredible Hulk (1978), protagonizada por Lou Ferrigno.

Al igual que en su primera cinta (más centrada en el fanatismo religioso y la depresión), Glass elabora una puesta en escena enfocada en las emo-

ciones internas y en la psique de sus protagonistas. En ese sentido, en medio del frenético ritmo y tonos propios de un thriller de suspenso, el filme cuenta con distintas secuencias más encauzadas hacia lo fantástico, donde se muestra la realidad deformada; en el caso de Jackie, por su adicción a los esteroides y, en el de Lou, por la profunda adoración que siente hacia su pareja.

Excesiva, disparatada y surrealista, Love lies bleeding es una ingeniosa historia que, sin sentirse forzada ni oportunista, reflexiona en cuestiones como el empoderamiento femenino, la sororidad y la posibilidad de escapar de la violencia perpetrada bajo el yugo del sistema patriarcal. Una respuesta hacia la violencia que no es representada desde el lado condenatorio, sino desde la más alucinante de las fantasías. Es una película que confirma a Rose Glass como una de las voces más interesantes y propositivas dentro del cine contemporáneo.

Libros

20 DE MAYO DE 2024 7 Cine
6 Por Adolfo Núñez J. La vida sólo hace vivir, hace crecer, hace soñar, aquello que va a matar. Eugenio Partida

Donde no hay plata no entra el Evangelio Los franciscanos en los confines septentrionales del México colonial

Hace 500 años llegaron a costas mexicanas los primeros franciscanos provenientes del convento de San Francisco en Belvis de Monroy, Extremadura. Su propósito fue propagar el Evangelio entre los miles de nuevos vasallos indígenas que el rey Carlos I de España tenía en estas latitudes. Fue el 13 de mayo de 1524 cuando arribaron al puerto de San Juan de Ulúa 12 misioneros dirigidos por fray Martín de Valencia, en su itinerario pronto se encaminaron hacia la Ciudad de México para presentarse ante Hernán Cortés quien les dio la bienvenida y su visto bueno para las tareas de adoctrinamiento cristiano. En poco tiempo fundaron un importante número de conventos para así consolidarse en el centro de lo que fue Nueva España. Para las décadas de 1530 y 1540 creció el número de misioneros y extendieron su presencia hacia otras partes del primigenio virreinato, principalmente en lugares de los actuales estados de Yucatán, Michoacán y Jalisco. Son encomiables los procedimientos que distinguieron a los frailes para llevar a cabo la instrucción cristiana entre los pueblos originarios, para ello conocieron de lenguas indígenas, elaboraron diccionarios, crónicas, efectuaron entrevistas a ancianos y personajes notables, describieron la geografía americana, además emplea-

ron la música, materiales gráficos y obras teatrales.

Algunos de sus miembros también fueron enconados evangelizadores lo que los llevó a practicar los cuestionables bautizos masivos, la violencia contra aquéllos que consideran idólatras o apóstatas, al grado de destruir sus templos y objetos de culto; incluso se debe citar aquí la lamentablemente quema de numerosos códices mayas. Sin embargo, en este escenario que para algunos puede ser considerado de claroscuros, la herencia cultural y material de la orden de San Francisco en México quedó patente a través de sus fundaciones conventuales, así como el fomento de tradiciones y festividades fundamentadas en devociones religiosas, es por ello que la orden franciscana se convirtió en una de las más importantes corporaciones eclesiásticas en la historia mexicana. En el territorio del moderno Zacatecas los franciscanos llegaron prácticamente a la par de los exploradores y conquistadores. Se establecieron en Juchipila, Jalpa, Tayahua y Nochistlán, poblaciones que para mediados el siglo XVI eran consideradas de frontera, de condición incipiente y endeble; la misma Guadalajara tuvo que refundarse varias veces en diferentes sitios por la resistencia a la reducción que les presentaban los caxcanes, tecuexes, tecos y otras etnias.

En este contexto el papel de los franciscanos fue de suma relevancia para la pacificación y poblamiento, incluso intentaron sin éxito mediar ante la corona española para que fuera prohibida la presencia en la región de cualquier individuo europeo ajeno a las labores de cristianización. Como resultado contrario al deseo de los frailes la introducción hispana se generalizó a través de encomenderos, estancieros, comerciantes, funcionarios, soldados y mineros.

De Nochistlán partieron los exploradores españoles hacia el norte con el afortunado resultado de encontrar relevantes yacimientos de plata en torno al cerro de la Bufa, casi seguido de ellos avanzaron algunos franciscanos para atender de manera espiritual a los habitantes de los campamentos mineros que pocos años se convertirían en la ciudad de Zacatecas y el no menos importante real de Pánuco.

En la urbe de la plata para el último tercio del siglo XVI consolidarían un convento que sería la cabeza de la provincia de San Francisco de los Zacatecas, la cual se encargaría de conducir los conventos, hospicios y misiones que la orden concibió en los actuales estados de Zacatecas, Durango, Chihuahua y Nuevo México. Éste sería el convento grande de la provincia hasta principios del siglo XVII cuando pasó a San Luis Potosí.

Por su parte el Colegio de Propaganda Fide de Guadalupe, ubicado a pocos kilómetros de la ciudad de Zacatecas, destacó en el siglo XVIII por ser una de las instituciones más relevantes en las acciones misioneras del norte del México colonial, en particular en torno al seno mexicano, de tal suerte que la Huasteca, Nuevo León, Tamaulipas y Texas estuvieron en el escenario de la presencia franciscana.

Pero no estuvieron exentos de fuertes tribulaciones que casi siempre se originaron por motivo de las grandes rebeliones indígenas, mismas que acabaron con la vida de frailes o destruyeron sus edificaciones; como la llamada guerra chichimeca que duró casi toda la segunda mitad del siglo XVI, las rebeliones acaxee y tepehuana en los años de 1601-1607 y 1616 respectivamente, la insurrección de los indios pueblo en Nuevo México durante la década de 1680, los constantes levantamientos indígenas que convertirían regiones enteras de Nuevo León y Tamaulipas en tierra de guerra viva. En este tenor, un ejemplo de muchos que pueden mencionarse es la destrucción de la misión de San Sabá, Texas, en el año de 1758, hecho que escandalizó la sociedad novohispana por la magnitud de violencia que alcanzó.

Ciertamente, el desarrollo de conventos y misiones de la orden franciscana en los diversos confines septentrionales se debió en primer término a la mística de la conversión que sus frailes poseían bajo el modelo de su fundador san Francisco de Asís; pero, también la búsqueda y hallazgos de metales preciosos favorecieron el arribo y permanencia de los frailes en lugares como Zacatecas, Pinos, San Luis Potosí, Sombrerete, Chalchihuites, Mazapil, Charcas, Durango, Topia, Cuencamé, Parral y Chihuahua.

En este contexto se puede mencionar la participación de ricos benefactores de la orden quienes a través de su generosidad monetaria aportaron para el sustento de los religiosos en sus misiones. O la paga de soldados con dinero provenientes de las cajas reales de centros mineros para fungir en la eventual protección de los misioneros en sus recorridos y estancias cercanas a los presidios. Por estas razones se popularizó para la época colonial la sentencia que dictó la expresión “Donde no hay plata no entra el Evangelio”.

* Investigador. Sección de Historia, Centro INAH Zacatecas.

8 LA GUALDRA NO. 622 Historia
La destrucción de la misión de San Sabá en la provincia de Texas y el martirio de los padres fray Alonso Giraldo de Terreros y fray José Santiesteban. José de Paez, Museo Nacional de Arte, INBA.
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