La gualdra 121

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SUPLEMENTO CULTURAL

No. 121 - 21 DE OCTUBRE DE 2013 - AÑO 3

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Joel Flores. Foto de Leonso Núñez.

Joel Flores nació en Zacatecas el 21 de julio de 1984. Ha sido becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) en 2007 y residente de la Fundación Antonio Gala en 2009. Ha publicado dos libros de cuento: El amor nos dio cocodrilos (VozEd); y Rojo semidesierto (FOEM), con el que fue galardonado en el Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2012. Actualmente vive en Tijuana.

[Una entrevista con él en páginas centrales]


LA GUALDRA NO. 121 / 21 DE OCTUBRE DE 2013 / AÑO 3

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Hace algunos años, en Caltzontzin, Michoacán, durante un encuentro internacional de Teatro Comunidad, tuve la oportunidad de ver Hamlet, de William Shakespeare, montada por un grupo de teatro de esa pequeña población y dirigida por un profesor rural que amaba el teatro. La obra estaba hablada en su totalidad en purépecha, la escenografía era sencillísima: al fondo un telón pintado por artistas de la comunidad, una silla, flores; el vestuario era el típico de la región, de manta, blanco impoluto con bordados coloridos; la utilería era simple, hecha a base de cartón y madera. La mayoría de quienes estábamos ahí no hablábamos purépecha, pero no había necesidad de que conociéramos la lengua, un idioma universal nos hizo que comprendiéramos que lo que ahí estaba pasando: el teatro, el arte. Recuerdo ese momento del final de la obra: absolutamente todos los espectadores aplaudimos de pie, sumamente emocionados. Arte, emoción, teatro… Han pasado más de veinte años desde entonces, y sigo recordando con la misma intensidad esa puesta en escena en la que jóvenes de una comunidad muy pobre interpretaron con verdad esta obra de teatro. La recuerdo hoy más que nunca porque durante la semana pasada asistí a las presentaciones que durante el Festival Internacional de Teatro de Calle, llevaron a cabo tres compañías zacatecanas: Los Cosmicómicos, Teatro en Movimiento y Grupo MoMo. Tres compañías que en esta ocasión tuvieron los recursos económicos suficientes para producir sus puestas en escena, gracias al apoyo del Instituto Zacatecano de Cultura –bien por eso-. Las tres obras fueron presentadas en la Plaza Bicentenario ante un público numeroso. Las tres producciones fueron fallidas, unas más que otras. Espero que no se tome esto como una cuestión personal porque los participantes en las obras merecen todo mi respeto, pero para hacer una obra de teatro de calidad, se requiere mucho más que buena voluntad, ideas geniales y dinero para la producción. El uso de recursos técnicos “grandotes”, artefactos móviles que se desplazan de un lugar a otro, fuegos pirotécnicos, pantallas y proyectores, tirolesas, músicos en vivo… nunca suplirán a una buena actuación, y su utilización tampoco es sinónimo de una buena dirección. Ser o no ser Hamlet tuvo una buena adaptación al texto original de Shakespeare; buenos vestuarios y maquillaje; música bien ejecutada que de momento interrumpía el ritmo de la representación; escenografía bien resuelta pero mal utilizada: las estructuras se movían sin justificación y distraían; Iván Íñiguez destacó por su buena actuación en toda la obra; pero hubo problemas de sobreactuación y falta de comprensión del texto; fallas técnicas: sólo se utilizó una pantalla de tres; duración pertinente. El Secreto… a través de los vasos tuvo un diseño de arte magnífico, una pro-

ducción con buenos vestuarios y maquillaje impecable, a la que por desgracia le hizo falta lo fundamental: dramaturgia y actuación. Injustificado el uso de la tirolesa: personajes que bajan (¿de dónde? ¿Para qué?) de manera lenta, lenta… y no pasa nada. Móviles que recorren la plaza (recurso utilizado una y otra vez). Música bien ejecutada, unos músicos a la vista, otros ocultos (¿por qué? ¿Para qué?). Lo que se contó en más de una hora se pudo contar en 15 minutos. Extrañé a esos Cosmicómicos que privilegian la buena actuación y la representación de textos sencillos que logran emocionar al público. Moby Dick, una puesta en escena larga, lenta, que empezó con media hora de retraso. Una tela grande cae al inicio y te hace imaginar un velero, luego en la plaza es manejada para simular el mar, bien. Una ballena aparece al final, buen diseño. Destellos de buena dirección que se borran por repeticiones innecesarias, hasta el tedio… como cuando los marineros reman, cuando cantan, o cuando suben al mástil. Música en portugués (¿por qué? ¿Para qué? ¿Sólo porque el actor principal es brasileño?), buenos músicos, vocalista desafinada. Vestuarios inapropiados parecidos a los de teatro de carpa del siglo pasado; maquillaje acarantoñado. Gritería, mucha gritería, marineros que caminan encorvados, sobreactuados. Un personaje baila flamenco al final (muy bien, pero ¿para qué? ¿Qué tiene que ver con la historia? Nada). Mala adaptación del texto original en el que se narra la lucha encarnizada de unos marineros contra una ballena terrible. Inverosímil. Duración excesiva. Soy una espectadora asidua a las obras de teatro, porque me encanta. Difícilmente me quedo hasta que termine una obra mala porque a los 15 minutos generalmente ya sé por dónde va y en qué acabará. Pero a las obras de teatro de los zacatecanos procuro quedarme siempre hasta el final, independientemente de mi percepción inicial. Lo hago siempre con la esperanza de que algo bueno pueda ocurrir y para tener argumentos; asumo entonces con responsabilidad estos argumentos manifestados. Lo primero que un teatrero, que un artista debe tener, es autocrítica. Sé que nadie que haga teatro, deliberadamente planea sus espectáculos para que salgan mal –salvo perversas excepciones-, y sé también que quienes suben al escenario lo hacen con la convicción de que están haciendo lo correcto… pero seamos honestos, lo que se hizo en esta ocasión puede ser tomado sólo como un ensayo general, no como una presentación final de una obra terminada. Los invito a que reflexionemos sobre eso. Reitero una vez más mi respeto por todos los que participaron, pero aun así: no hay pretexto para hacer las cosas mal, no cuando se tiene más de 10 años haciendo teatro. Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Detrás del pasamontañas Crónica de un viaje a los caracoles zapatistas [2] por Ana Lilia Félix Pichardo

El Templo de las Musas por Violeta Tavizón Mondragón El Picaporte por Simitrio Quezada

Tuya, mía, te la presto… Las preferencias panboleras de Villoro y Caparrós por Mauricio Flores

Escribir un libro es tomar una decisión de vida [entrevista a Joel Flores] por Lola Ancira

Ecos del XIII Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas [segunda y última parte] por Eduardo Campech Miranda Desayuno en Tiffany’s, mon ku por Carlos Belmonte Grey

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Diario de Mateo por Mateo Estrada Gaviria

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Tú vi o no tú vi por Rudy Yohai

El río de superficie inmóvil por Magdalena Okhuysen Ticket to ride por Roberto Galaviz

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HBD por Pilar Alba Leonardo le dice a ella que se desnude por Edgar Khonde Paf por Alberto Huerta

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Ranatúnel por Vicente Soriano Tlachi

Carmen Lira Saade / Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas / Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín / Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Sandra Andrade Trinidad / Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Juan Carlos Villegas / Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


21 DE OCTUBRE DE 2013

Detrás del pasamontañas

Crónica de un viaje a los caracoles zapatistas [2] Por Ana Lilia Félix Pichardo* pensaba que era imposible continuar. Pero el miedo con el que mis compañeros estudiantes y yo íbamos en la camioneta causaba simpatía para nuestros guardianes. Luego de dos horas de viaje desde Oventik nos desviamos de la carretera para descender por un camino de tierra. La vista era maravillosa, lográbamos observar la comunidad entre las nubes, rodeada de cerros cultivados de café, maíz y plátano. Tardamos un rato más en llegar hasta abajo, mientras avanzábamos pudimos observar llenos de asombro dos cascadas enormes en las que bebía el ganado. Las tierras pertenecientes a esa comunidad habían sido compradas poco a poco gracias al trabajo colectivo que las familias realizaban, originalmente sus propiedades estaban en territorio más propicio para la agricultura pero fueron desplazados por el ejército. Pilar y los otros guardianes nos hablaron sobre el constante hostigamiento que sufren por parte de grupos paramilitares y del ejército.

Crónica

Lunes Muy temprano los compañeros estaban ya recogiendo sus pertenencias, no sabíamos a qué hora partiríamos del caracol a las comunidades y debíamos estar preparados. Nos llamaron al desayuno y mientras esperábamos nuestro turno Pilar me platicó sobre el levantamiento armado del 94, la lucha que comenzó hace más tiempo, “Somos pobres, pero ahora estamos organizados”, decía. De nuevo en el auditorio tuvimos una clase introductoria acerca del proceso de autonomía y la manera en que cada caracol y municipio se ha organizado para crear proyectos productivos, de la lucha de las mujeres dentro de la organización y la resistencia a la ofensiva militar. A las seis de la tarde nos separamos, cada estudiante partiría junto con su guardián hacia la comunidad correspondiente, Pilar prometió llevarme a ver los cafetales que siembran de manera colectiva. Las familias con hijos pequeños permanecerían en el centro de Oventik para mayor seguridad de éstos, puesto que el hospital se encuentra ahí. Dentro del caracol además del hospital se encuentran algunas cooperativas que han echado a andar mujeres de todos los municipios pertenecientes a Oventik. También está ahí la escuela secundaria y el centro de lenguas donde se enseña español y tzotzil a extranjeros que interesen en aprender. El INEGI informó el año pasado la falta de servicios de salud para las comunidades indígenas de México, sólo 57 de cada 100 tiene acceso a instituciones del Estado que ofrecen atención médica.1 Sin embargo esto no garantiza que la atención sea brindada, las estadísticas muestran tan solo la posibilidad de acceso más no el cumplimiento de este derecho para los pueblos originarios. Las clínicas autónomas se construyeron a base de mucho esfuerzo en territorio rebelde. Comunidades enteras jamás habían recibido atención médica ni vacunas del sector salud; fue así como previo al nacimiento de las JBG algunas clínicas comenzaron a funcionar con el apoyo solidario de médicos que capacitaron a jóvenes zapatistas. Actualmente en cada caracol existe un hospital central que controla los servicios médicos y capacita a promotores de salud, quienes se encargan de las micro-clínicas en cada uno de los municipios y de llevar a cabo las campañas de vacunación. El camino hacia la comunidad fue confuso para mí, la neblina lo cubría todo de manera espectacular, sabía que ascendíamos pero nada era muy claro. Comenzó a llover repentinamente y creí que nos detendríamos,

En la provocación no hay tregua. Se trata de no dar respiro a quienes se han atrevido a construir la autonomía sin pedir permiso. Un día ocupan sus tierras, otro roban su café o su ganado, otro más rompen cercas, al siguiente destruyen los pequeños huertos en los que crece el aromático. Están al acecho del momento oportuno para emboscar rebeldes, para blandir el machete o disparar la resortera.2

Por fin llegamos al pueblo, nos recibieron en una de las dos escuelas primarias, fue un momento solemne, las autoridades de la comunidad nos traducían el mensaje de bienvenida que nos daba cada uno de los habitantes y viceversa. Éramos cuatro estudiantes en una población tzotzil de aproximadamente cien habitantes, tan emocionados estaban ellos como nosotros. No duró mucho la bienvenida, pues cada uno fue asignado con su familia, donde seríamos un miembro más. Se escondía el sol cuando llegué a casa de mi familia tzotzil, me recibieron con mucha alegría, los niños de la casa me veían con temor y hasta lloraron por largo rato, “Nunca han visto a alguien desconocido”, me explicaba Pilar, quien luego de unos instantes se retiró a su casa. Con dificultades pude platicar con Norma y Saúl, o en realidad ellos escucharon toda mi palabrería, estaba tan emocionada que no podía dejar de hablar mientras me observaban con gran respeto para responder a mis pregun-

tas, o hacer que les explicara de otra manera lo que trataba de contarles. Luego de un rato los niños fueron perdiendo el miedo y se acercaron a mí con bastante curiosidad, sus pequeños ojos me escrutaban y al no

encontrar quizá respuestas a sus interrogantes me invitaron a jugar futbol, tal parece que a ellos poco les importa lo diferente que puede ser alguien, siempre y cuando sepa jugar. [Continuará]

1 Cruz Vargas, Juan Carlos. Indígenas, en el abandono total: INEGI. México DF: Revista Proceso, 7 de Agosto 2012. [Versión en línea]; consultado 2 de octubre 2013. Disponible en internet: http://www. proceso.com.mx/?p=316419 2 Hernández, Navarro Luis, Hostigamiento a las comunidades zapatistas, México, D.F., Periódico La Jornada, martes 10 de febrero del 2009. * Ana Lilia Félix Pichardo. Estudiante de quinto semestre de la Licenciatura en Letras (UAZ). Adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y estudiante de la Escuelita Zapatista. Twitter: @ ANYTAFELIX


LA GUALDRA NO. 121

El Templo de las Musas

El arte zacatecano en otras latitudes: Manuel Felguérez y La Puerta 1808

Arte

Por Violeta Tavizón Mondragón*

Por Simitrio Quezada

El picaporte

El “ayuntamiento municipal”

Cuántas veces no hemos leído algo como esto: “Los regidores integrantes del cabildo municipal destinan recursos económicos del erario público”. ¿Cabildo municipal? ¿Existirá un cabildo federal o estatal? ¿Ayuntamiento municipal? ¡Hasta en páginas de internet de los gobiernos locales hemos leído esa redundancia! Hay que recordar, pues, que el ayuntamiento es la corporación formada por el alcalde o intendente y los concejales o regidores que se encargan de la administración política de un municipio. Es decir, podemos definir al municipio como el territorio gobernado por un ayuntamiento. Los sinónimos son alcaldía (más común en España), gobierno municipal, gobierno local (aclarado con el contexto debido). Por otro lado, tenemos también esas expresiones en las que se hace que un edificio oficial cobre vida. En efecto, no se dice “la presidencia municipal repartió”, “la presidencia municipal pintó casas en colonias”. Ya se imaginará uno al edificio alargando brazos para tomar brochas o regalar despensas. La presidencia municipal es una sede, un edificio que alberga a la máxima autoridad del municipio. Todo lo demás será, insisto, el gobierno municipal. No el ayuntamiento municipal, que conste. * Envíe comentarios y demás inquietudes a: siquezada@hotmail.com

Los artistas zacatecanos, a lo largo de la historia moderna, han tenido una gran proyección en otras ciudades e incluso, en otros países. Es así como dedicamos este artículo para compartirles una escultura que se encuentra en un lugar medular de la Ciudad de México y que es la entrada al Centro Histórico. A partir del arte público podemos concebir a la misma ciudad como un museo al aire libre, es un arte democrático al que cualquier transeúnte puede tener acceso y permitirse, dentro de la misma vorágine de la ciudad, un momento de goce estético. De ahí que Manuel Felguérez, un artista plástico que marcó un paradigma en la historia del arte mexicano, concibió La Puerta 1808 como: “Una representación simbólica de una puerta y a la vez como un reconocimiento a Primo de Verdad, es la entrada al Centro Histórico, que marca el inicio de las ideas independentistas que el cabildo de la Ciudad de México promulgó en 1808 y que posteriormente fue un paso obligado de varios contingentes revolucionarios”.1 Pero remontémonos a los hechos históricos. Francisco Primo de Verdad y Ramos (1760-1808), a quien Felguérez hace a través de su obra un reconocimiento, fue hijo de españoles, oriundo de Jalisco, estudió leyes en el Antiguo Colegio de San Ildefonso y tras su formación comenzó una lucha ideológica contra la discriminación que sufrían los criollos que tenían menores beneficios laborales y administrativos que los españoles. Se convirtió en Síndico del Ayuntamiento de la Ciudad de México en 1808 y por su formación, no fue ajeno a lo que sucedía en otras colonias que estaban independizándose tales como Estados Unidos; o de países que se liberaban de sus propias monarquías, tal como sucedía en Francia. Sus ideas re-

volucionarias sobre la premisa de que la soberanía de la Nueva España tenía que recaer sobre su pueblo, le hicieron que fuera aprehendido en las celdas del arzobispado de México, y finalmente el 4 de octubre de 1808 amaneció muerto, al parecer envenenado. Es así que en el marco de las Celebraciones del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución Mexicana, a petición del Gobierno del Distrito Federal, el magno evento que abrió la histórica conmemoración fue la puesta en escena de La Puerta 1808. Esta magnífica obra, como ya se mencionó antes, representa en palabras del propio Manuel Felguérez, la conmemoración del año del movimiento independentista del cabildo de la Ciudad de México. Es una escultura monumental de quince metros de alto hecha de acero, su color metálico armoniza con el propio tráfico de ese punto neurálgico de la ciudad. La obra fue producto de cuatro arduos meses de trabajo en los que Felguérez primero concibió la escultura, posteriormente la moldeó y finalmente la montó. En palabras del pintor de Valparaíso, Zacatecas, el arte público rompe con la monotonía de una ciudad o de un espacio. Muestra de lo anterior son obras como La Fuente de la República ubicada a unos pasos de La Puerta 1808 y que fue inaugurada también en el marco de las fiestas del Bicentenario; Tzompantli, mural escultura de ciento treinta metros de largo que emula un altar de cráneos prehispánico en el Museo Nacional de Antropología e Historia en el Paseo de la Reforma; o el mural escultórico Teorema Inmóvil de veintiocho toneladas y dieciséis metros de alto y largo que se puede disfrutar en el vestíbulo del Auditorio Nacional. * Curadora.


21 DE OCTUBRE DE 2013

Tuya, mía, te la presto…

Las preferencias panboleras de Villoro y Caparrós El pasado viernes once de octubre de este año premundialista, el Estadio Azteca fue escenario de uno de los goles más increíbles de la historia del futbol mexicano. Raúl Jiménez, un joven con apenas dos temporadas en la liga, se apuntó con una chilena a más de veinte metros de la portería contraria y puso a la selección nacional en la antesala del próximo mundial.

Aunque todo quedó ahí; fugacidades de esta vida futbolera… Mientras que a miles en el estadio (chela en mano) les daba por exaltar un nacionalismo barato, a millones les recetaban por televisión la retahíla del tuya, mía, te la presto, acaríciala… Como si una misma realidad, colocada en el sitio justo de su historia, mereciera una impar y reiterada lectura. De lo que vino después, la derrota de ese mismo equipo (el del joven Jiménez) frente a la selección de Costa Rica, mejor ni hablar. Preferible voltear la mirada a otras reflexiones acerca de este deporte (más espectáculo en estos tiempos). A diálogos como el establecido por Martín Caparrós (Buenos Aires, 1957) y Juan Villoro (Ciudad de México, 1956), reconocidos novelistas en los que el futbol es una declarada pasión. Prueba de ello la encontramos en Ida y vuelta. Una correspondencia sobre futbol, en la que argentino y mexicano dan su versión acerca de la pasada Copa del Mundo y donde, marcadas las preferencias panboleras, rinden tributo a lo que ellos consideran lo más rescatable de las fechas del 2010, siempre una locura de verano. A ritmo de misiva (electrónica), Caparrós y Villoro hablan en público de futbol, uno de los temas menos prestigiosos de este mundo, que la mayoría de las lenguas hablan. Y lo hacen bien, de manera más que amena, como se espera de la experiencia deportiva; con todo y que en múltiples ocasiones la velocidad con la que olvidamos un partido sea directamente proporcional a la intensidad con la que lo miramos (Caparrós).

Libros

Por Mauricio Flores*

Con su camiseta bien puesta (el argentino la albiazul, el mexicano una extraña negra, a la manera de luto anticipado) los autores enlistan deliberadamente los haberes de una justa (ganada por España, se sabe) en la que Argentina despidió a México del tan anhelado quinto partido. Aunque después, la misma selección gaucha haya caído dolorosamente ante Alemania. Sonido triste Quedan en las conversaciones recuperadas por la editorial Seix Barral ese balón bautizado Jabulani, que Villoro bien define: ultraligero, alquimia de vinilo, poliuretano termoplástico y otras fantasías teutonas. La descripción de Caparrós del sonido de las vuvuzelas: sonido tiste, como el esfuerzo de mil moscas sin señor, como una vaca que se desinflara; atronador como un recuerdo. Queda la descripción del penalti que le dio a Uruguay el pase sobre Ghana (cuando todos pensaban que iba a tirar fuerte, a media altura y si se puede esquinado, el Loco Abreu prefirió chutar suavecito y apenitas al lado izquierdo del portero). Y una nueva descripción del argentino Messi, quien será, de acuerdo a Caparrós, la mejor reedición de Maradona, su copia más conforme. Messi, a la merced de Alá. Tragedia pura: si triunfa, si todo le va espléndido, puede, tal vez, quizá, ser como Él. Si bien, digo yo, al mismo Messi se le pueda reprochar —si bien no compromiso directo del futbolista— no haber obtenido la copa del mundo con su selección nacional.

¿Un mundo sin futbol? El futbol ocupa un lugar desmesurado en nuestras conversaciones, nuestras expectativas, nuestro imaginario: eso que solemos llamar nuestra cultura. Hubo tiempos en que los intelectuales lo desdeñaban de un plumazo: era el opio de los pueblos, decían, y era suficiente. Ahora, tiempos de droga dura y pueblos muy confusos, algunos entendieron que no alcanza con decir que el opio es el opio: que vale la pena preguntarse cómo droga, para qué, por qué. El futbol es uno de los grandes inventos de la modernidad, y tiene una curiosa particularidad: podría perfectamente no existir. ¿Te has parado a imaginar, Villoro, un mundo sin futbol? Los hechos culturales de ese calibre suelen mostrar cierta lógica, cierta necesidad —que los hace más fácilmente comprensibles. Que el espectáculo de los antedichos muchachones haya tomado este carácter mundial era impensable hace cien años— y, por supuesto, casi todo el resto habría sido igual sin eso. Por eso el futbol es, entre otras cosas, una de las grandes intrigas de la historia cultural del siglo XX. Muchas veces me he hecho la pregunta: ¿Por qué el futbol? Martín Caparrós, Ida y vuelta (fragmento).

Martín Caparrós y Juan Villoro, Ida y vuelta, Seix Barral, México, 2012, 192 pp. *mauflos@gmail.com


LA GUALDRA NO. 121

Escribir un libro es tomar una decisión de vida

Literatura

[entrevista a Joel Flores] Por Lola Ancira*

Fotos: Flor Cervantes

Joel Flores es un escritor zacatecano que a sus 29 años de edad ha tenido una trayectoria encomiable. Becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) en 2007 y residente de la prestigiosa Fundación Antonio Gala en 2009, vive actualmente en la zona restaurantera de Tijuana, imparte clases de Literatura en CETyS Universidad y ha publicado dos libros de cuento: El amor nos dio cocodrilos (VozEd); y Rojo semidesierto (FOEM), con el que fue galardonado en el Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2012. Entre sus temas está contraponer el género fantástico con el realismo sucio, gracias a la violencia y los daños colaterales que provoca la guerra del gobierno federal contra el crimen organizado. Conocí a Joel tras los accidentes del ciberespacio y a su imbricada red de etiquetas que te ofrece Google al buscar el nombre de Amparo Dávila, pues el primer resultado al googlear a la escritora de Pinos Zacatecas es el cuento “Amparo Dávila en la memoria ajena”, una especie de homenaje a la imaginación de la narradora publicado en el blog Bunker 84 del escritor. Lo leí y el placer estético me orilló a escribirle al autor a través de Facebook, lo que detonó un diálogo creativo generacional: me convertí en lectora y reseñista de sus dos libros. En esta entrevista, hecha a distancia gracias al correo electrónico y a Facebook, busco entablar una conversación con Joel para que nos hable del cuento y su creación, sus temas predilectos, sus lecturas y, sobre todo, de Rojo semidesierto.

Lola Ancira: ¿Por qué escribir o, mejor dicho, por qué ser escritor? Joel Flores: Supongo que porque no existe para mí otro oficio. Es lo único que sé hacer, aparte de enseñar literatura. Al principio creía que porque había sido una especie de elegido por alguna terquedad divina o accidente, pero con el tiempo he aprendido que mi oficio se reduce a una decisión: escribo porque no he encontrado una mejor manera de comunicarme con el mundo e interpretarlo. Y todo ello nació cuando estaba pequeño y mi madre llevó una computadora de escritorio a la casa. Se trataba de una Hp pesadísima, un dinosaurio en compa-

ración a los ordenadores que usamos hoy en día. Cuando la vi, supe que ese mamotreto me serviría para algo. Allí, en el estudio-habitación que improvisamos mi hermano y yo, llegué a pasar las noches escribiendo una especie de confesionario amortiguado por una escritura honesta e inocente, ilusa y sin visión, que lo mejor que pudo haberle pasado fue desaparecer junto a la vieja Hp. Con el tiempo me tomé esto en serio, fue en la preparatoria, como ya lo he dicho en otras entrevistas, gracias a la amistad que tuve con Javier Báez, un narrador potosino del que ahora se sabe poco fuera de Zacatecas. Él me enseñó que, para ser un

escritor de verdad, primero hay que ser un lector comprometido con la literatura. Años después mis ganas de escribir un libro con la ayuda de una beca del FONCA me llevó a sesionar con David Ojeda, quien solía decirnos que no hay literatura sin experiencias de vida. Escritor que no ha vivido y quiere hacer literatura está siendo un impostor. LA: ¿Cómo nace Rojo semidesierto?, leo al final de todos los cuentos, en la parte de los agradecimientos, que fue escrito en tres etapas, una en Distrito Federal, otra en España y una más en Tijuana, durante cuatro años. JF: En realidad fue un libro escrito en pausas, con muchas reestructuraciones. Para concluirlo entraron y salieron muchos cuentos. Siempre ha sido así mi sistema de creación, escribo, reescribo, borro, elimino, retomo, engarzo. Muchos amigos me han recomendado, incluso yo suelo hacer-

lo en mis cursos de Metodología de la Investigación, que primer se trace un mapa de lo que se quiere escribir, antes de sentarse a teclear en la computadora. Sin embargo, yo no suelo seguir mis consejos, al menos no en ese tiempo. Primero escribo y después acomodo con más visión del material. Quizá en el libro siguiente use un sistema opuesto, pues cada libro exige el propio. Por otro lado, a pesar de que Rojo semidesierto es un libro de no más de 150 páginas, tardé cuatro años en finalizarlo porque lo inicié fuera de México, bajo una preocupación por mi país, mi estado, que jamás había sentido antes. Cuando llegué a Córdoba, durante el sexenio calderonista, pasó de todo: la gripe porcina, la invasión del crimen organizado a Zacatecas, secuestros, balaceras, desaparecidos, corrupción, y yo veía todo eso desde lejos, como rumores escuchados detrás de una puerta de hierro. Fue entonces cuando el libro


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LA: Recurres en tus cuentos al tema de los daños colaterales. Hay cuentos donde una mujer se crea un embarazo psicológico luego de haber perdido a su hija por culpa del crimen organizado o aquel hombre que sufre de estrés postraumático diciendo todas las noches que el baño de su casa ha desaparecido, tras haber sufrido un secuestro. ¿Por qué escribir sobre ese registro de la realidad inmediata y no por el género fantástico, como en tu primer libro El amor nos dio cocodrilos? JF: Con este libro quise hacer lo opuesto a El amor nos dio cocodrilos, quise escribir historias más humanas, inmediatas, como tú lo nombras, pero no apelar directamente a la palabra narcotráfico, que está compenetrado en el imaginario colectivo de los mexicanos. No me gustaría que ligaran mi obra en un futuro con el narcorrealismo, pues jamás busqué aliarme a sus filas. Respeto esta corriente literaria y admiro incluso a sus padres, pero yo busqué emular el imaginario de Juan Rulfo o José Revueltas, donde el terruño se convierte en un lugar universal, que puede ser comprendido por cualquier lector de cualquier parte del mundo y donde los desbarajustes de la vida, de un país, son la materia prima para hacer literatura. Sería tajante decir que no hay rasgos fantásticos en mi libro, pues el lector podrá encontrar-

los pero representados como símbolos justificados o ligados a un aspecto real. El sólo hecho de renombrar a los malos, al crimen organizado, como La Compañía, como un símbolo casi metafísico de amenaza por sus acciones, bien podría leerse como el símbolo del visitante del cuento de Amparo Dávila, la muerte roja de Poe o la energía que desalojó de su propia casa a los jóvenes de “Casa tomada” de Julio Cortázar. El embarazo psicológico de ese personaje, no es más que el símbolo de esperanza que, ante el deceso de una hija, busca una solución rápida para seguir hacia adelante, aunque esa esperanza sea ilusoria, vacilante, como sucede en el género fantástico. En cuanto a la prosa, traté de que fuera más flexible, rápida y menos golpeada, incluso por esas razones acudí al narrador indirecto libre, donde la voz narrativa del narrador se funde con la de los personajes. Esto apuesta va encaminada, supongo, a una madurez creativa, a una búsqueda personal del uso de nuevas herramientas para hacer literatura y no repetir los esquemas, los retos de siempre. En cuanto al espacio, en Rojo semidesierto quise anclar todas las historias a entidades federativas de México, salen espacios como Tijuana, Mexicali y sobre todo Zacatecas. LA: Hablas de Julio Cortázar, Rulfo y Revueltas como referencias de este libro. ¿Cómo influyen en Rojo semidesierto? ¿Son los únicos escritores que influyeron a la hora de escribir estos cuentos? JF: En realidad fueron referencias de forma inconsciente, las nombro como prueba de que, tal como dice Juan Villoro, uno debe ser lector antes que escritor. Bajo esa fórmula se aprende infinidad de herramientas narrativas, se crea uno su propio taller y cuelga allí esas herramientas, pero no suele usarlas del todo o las usa a medias cuando escribe. Rulfo es y será un referente de la literatura nacional que a muchos nos ha servido como un tesoro de influencias, al igual que José Revueltas. Sin embargo, no tenía a estos escritores al lado cuando escribí cada uno de los cuentos de este libro. Tenía a otros, como Cheever, Capote, Carver o el mismo Junot Díaz. Quise tropicalizar la estructura que ellos proponen en los míos, no imitándolos, no emulándolos, y allí vaciar los conflictos latentes de un país, una ciudad en específico, que es Zacatecas. Ahora que leo el libro con la distancia, veo que ningún cuento se parece a alguno de los escritores que nombro. Todo lo contrario, hay una propuesta personal, un estilo propio, desde la estructura particular hasta la total. LA: Hablemos del género cuento, tienes dos libros y está por salir uno más en Costa Rica, ¿cómo lo defines, por qué escribir cuento y no novela? JF: Escribir un libro es tomar una decisión de vida, yo inicié en ese género porque pensé que era con el que debía empezar para ser narrador. Luego en-

Literatura

que propuse escribir a la Fundación Antonio Gala dio un giro abrupto. En esas fechas me encontraba viajando por Barcelona y tuve la oportunidad de cenar en la casa de unos catalanes pura cepa que estaban en contra del independentismo. Uno de ellos me regaló un libro llamado Los peces de la amargura, de Fernando Aramburu, que me alumbró qué buscaba como escritor. Tras mi regreso a la Fundación, empecé a escribir sobre los daños colaterales que provoca la guerra entre el crimen organizado. Me ayudaron también una serie de contactos que entablé gracias a Facebook y el correo electrónico con personas que, de cierta manera, habían sufrido o habían tenido que ver con esta catástrofe y tragedia; sus historias, así como las notas periodísticas, me sirvieron para ir estructurando algunos cuentos. Recuerdo que la versión final era de 100 páginas escritas a contra reloj durante 5 meses. Luego regresé a Zacatecas y escribí uno que otro cuento, empecé una novela y olvidé el libro. Me fui al Distrito Federal a buscar oportunidades como escritor y cerré parte del proyecto con la ayuda de Juan Gómez Bárcena, a quien le habían dado una residencia el FONCA ese año para extranjeros. Volví a Zacatecas, conseguí empleo en un periódico como editor y con las noticias que fui acumulando en su sala de redacción me di cuenta que lo que llevaba de ese libro eran rumores carentes de verosimilitud. Tras mudarme a Tijuana pude terminarlo con todas las experiencias y apuntes que acumulé. Esta ciudad fronteriza me dio la tranquilidad y la visión para cerrar el libro.

tendí, por la tradición norteamericana del cuento, que un libro de cuentos como opera prima significa presentar tu mazo de cartas, los posibles temas que podrás abordar en el futuro en tu literatura. Sin embargo, también entendí que existen dos tipos de libros: el que se escribe como si fueras acumulando experiencias, de forma más lírica o libre, y el que se escribe sujeto a un tema, una estructura, un imaginario, bajo un tiempo determinado. Mis dos primeros libros están inscritos en la última explicación. El primero, al género fantástico y a los problemas sicológicos. El segundo se centra, como ya se sabe, en los daños colaterales que provoca la guerra entre el crimen organizado y el aparato de justicia y seguridad de un país, y en esa lucha

verdugo y víctima son igualados por la catástrofe: no hay malos ni buenos, sólo hay vidas rotas que buscan la esperanza. Siempre quise que su estructura fuera un destello falso de novela, de historias que se concatenan para formar una sola historia, la de Zacatecas hundido por la inseguridad y el terror. Decía Borges que el cuento es equiparable a un sueño, por efímero y por toda la concentración poética que reúne para dar placer estético al lector. Yo, en cambio, pienso que es una pesadilla que debe remover las fibras sensibles del lector hasta provocarle vértigo. En cuanto el libro que está por salir en Editorial Germinal, también es de cuento; y ya llegará el día en el que podamos hablar de él sin premura.

*Lola Ancira (Querétaro, 1987) ha residido en distintas ciudades del país y España. Inició su trayecto en las letras y el modelaje alternativo a los 16 años. Los libros y los caprichos del destino la llevaron a estudiar la Licenciatura en Letras Modernas en Español en la Universidad Autónoma de Querétaro. Su afición por los tacones altos y la ropa ajustada la han llevado a compaginar su trabajo como escritora y modelo: entre las pasarelas y sesiones fotográficas suele escribir asiduamente en su blog http://letrasymaullidos.blogspot.mx


LA GUALDRA NO. 121

Desayuno en tiffany’s, mon ku Por Carlos Belmonte Grey

Cine

La línea general Durante su periodo presidencial, Lázaro Cárdenas promovió una política que tendía hacia la economía colectivista pero con respeto de la propiedad privada. Ése fue, quizás, el intento más cercano al socialismo que existió en el México moderno. Este aire “socialista” a la mexicana permeaba el ambiente cultural del país desde diferentes expresiones, pero fue, sin duda, el discurso cinematográfico creado por el realizador soviético Serguéi Eisenstein el más incisivo en la implantación de la iconografía que delineaba el cuerpo de la ideología. En 1929, en su quinta oportunidad como director de cine, filmó La línea general para explicar, casi pedagógicamente, el proceso histórico de la formación del capital –sobre todo el capítulo de la acumulación originaria- y las soluciones que la revolución soviética proponía al mundo. Eisenstein tenía ya a un equipo que era icono y bandera del socialismo mundial, su co-guionista y co-director, Grigori Aleksandrov; y su fotógrafo –quien dejaría escuela en el cine mexicano, notablemente en la persona del fotógrafo Gabriel Figueroa- Eduard Tisse.

En una trama que partía desde el mundo rural con la producción de las materias primas de subsistencia –la leche, la carne y los cereales- hasta el mundo urbano industrial con las innovaciones tecnológicas, Eisenstein creó un diálogo para exponer la necesidad y complementariedad entre ambos. Un diálogo que planteaba -como en México- el conflicto entre la modernidad y el costumbrismo pero que a través del discurso cinematográfico difundía la solución en un modelo amoldable universalmente; de ahí los temores de los defensores en la conservación de las jerarquías sociales y de castas. El modelo económico a seguir e impulsar por el gobierno fue el cooperativismo social: los campesinos trabajan juntos para unir el capital humano al desarrollo económico que sirve para vincularse con las industrias de la ciudad que les abastecen de máquinas procesadoras. Para que la explicación quedara completa no podía obviarse el conflicto entre la modernidad tecnológica y el desplazamiento de la mano de obra, la ecuación quedaba resuelta gracias a la

honestidad de los especialistas técnicos pero principalmente por la unión del pueblo. Fue precisamente en este elemento que Eisenstein ofreció en su Línea general uno de sus aportes más determinantes a la cinematografía: los shots de rostros desde picados, contrapicados o perfiles, siempre en primer plano, pero montados en el ritmo narrativo –acompañado por su música- para intensificar la sensibilidad del “poder” y de la “identidad” del pueblo.

Es posible que las imágenes de la Rusia de los años 20 y su mundo rural rescatado por Eisenstein, no sean, quizás, las más emocionantes para mirar en una noche que se pretende no pensar en lo que se está viendo, pero sí son una fuente de información y, por qué no, de inspiración para comprender movimientos sociales que no están, ni de lejos, caducos en nuestros días. La cinta se encuentra libre para su visualización en internet.

Ecos del XIII Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas

Promoción de la lectura

[segunda y última parte] Por Eduardo Campech Miranda “La dimensión social de la biblioteca” fue el nombre de la segunda mesa de discusión, integrada por Carolina Maillard Mancilla (Tutora del Diplomado en línea “Gestión de Bibliotecas Públicas”, Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos de Chile), María Asunción Mendoza Becerra (Presidenta de la Asociación Mexicana de Bibliotecarios, A. C.), María Teresa Pérez Cruz (Responsable de la Biblioteca del Faro de Oriente) y Socorro Venegas Pérez (Subgerente de obras para niños y jóvenes del Fondo de Cultura Económica), todas moderadas por Mario Escobar Gálvez. Maillard Mancilla plantea que es necesario diseñar servicios de extensión para quien no puede acudir a la biblioteca; incorporar el enfoque de género en los servicios es relevante; atender e identificar las demandas de la sociedad, es decir, conocer a las comunidades circundantes y ofrecer servicios acordes a las demandas de hombres y mujeres. Mendoza Becerra acotó que hay que pensar en mecanis-

mos y servicios especiales para grupos marginados. Por su parte Pérez Cruz compartió las virtudes y logros de su biblioteca pública: el acervo de cincuenta mil volúmenes fue automatizado por sólo dos personas; se imparten cincuenta talleres para jóvenes y adultos y treinta más para niños, entre los primeros destacan: Taller de escritura autobiográfica para mujeres, Autogestión, Taller para perderle el miedo a la escritura, Aula digital TELMEX, Periodismo comunitario, Narrativa, Capacitación computacional para amas de casa. A través de un convenio con la Extensión Nacional de Literatura del INBA, ha sido posible llevar a cabo encuentros de poetas o la presencia misma de los autores, como fue el caso de Luis Eduardo Aute; se sacaron todos los carteles que exigen silencio, se formó la Asociación Amigos de la Biblioteca; existen Círculos de Lectura permanentes, conciertos. Finalmente Venegas Pérez mostró el trabajo que ha descubierto a través de Salas de Lectura y Biblio-

tecas Públicas: es un error pensar que con sólo abrir las puertas la biblioteca cumple con su función; hay bibliotecas que promueven las videoconferencias con escritores, estas experiencias han contado con capacitación en gestión cultural. Gerardo Jaramillo Herrera (Director General de Educal) impartió una charla en torno a la relación biblioteca pública-librería. En tanto, Teófilo Huerta (Subdirector de Enlace Interinstitucional de la DGB) presentó la página de la Red Nacional de Bibliotecas (www.rednacionaldebibliotecas.gob.mx), invitó a explotar los materiales que ahí se alojan. Por último, la mesa tres, “El papel del bibliotecario como mediador de la lectura” estuvo a cargo de María Azucena Galindo Ortega (Directora General de IBBY México/A Leer), Daniel Goldin (Escritor y editor. Director de la Biblioteca Vasconcelos) y Verónica Juárez (Consultora independiente para bibliotecas y centros de informa-

ción) coincidieron que “Hay que cambiar el discurso de en México no se lee” (Galindo), “El discurso de la lectura se ha vuelto hueco” (Juárez).Goldin fue más extenso: “El mundo de los lectores es un mundo infinitamente rico” y lanzó una serie de cuestionamientos: ¿Cuál es el valor de la lectura?, ¿qué es lo que leemos? Destacó que habrá que concebir al público como un actor de los servicios bibliotecarios, recuperar usuarios (¿qué es lo que tú sabes y puedes compartir?) Si la biblioteca pública aspira a ser un recinto de construcción de ciudadanía, debe leerse distinto a sí misma; el mediador debe tener la capacidad de escuchar. En conclusión, las bibliotecas públicas tienen una gran tarea por delante. El acto de inclusión debe surgir, primeramente, del bibliotecario. Éste, debe hacer que su trabajo sea visible y valorado; debe involucrarse en las transformaciones socioculturales. De lo contrario, él mismo será el freno de las posibilidades bibliotecarias.


21 DE OCTUBRE DE 2013

Río de palabras

Por Mateo Estrada Gaviria

Tú vi o no tú vi

La canica se movió en la estantería cuando pasó el metro por debajo del bloque de edificios provocando una pequeña vibración en el cuarto. Cuando llegó justo al borde, lo inevitable; cayó al suelo. Así nació el ruidito. El ruidito salió disparado desde el suelo a una velocidad increíble, subió hacia el techo, y también se proyectó a ras de suelo, atravesando la infinidad de juguetes desordenados que había esparcidos por el piso, atravesó una casa de muñecas, una hamaca dormilona que se columpiaba despacito. Pero donde más se divirtió fue en un pequeño piano, ya que a su paso despertó un sin fin de sonidos, eran Do, Re, Mi, Fa y otros que no es-

Paul Klee, En la caja, 1908

taban despabilados. Pero él no tenía tiempo qué perder, necesitaba encontrar lo que todos los ruidos buscan, alguien que les oiga. El ruidito estaba feliz de haber nacido y correteaba a toda velocidad atravesando el cuarto, buscando algo, pero él sabía que le quedaba muy poco tiempo, y todavía no se había respondido a la pregunta que todos los ruidos se hacen, desde los más grandes hasta los más pequeñitos, ¿realmente existo? Tenía muy poco tiempo para encontrar una oreja que le legitimara como fenómeno físico. ¡Qué sentido tiene ser un ruidito si nadie me escucha!, pensaba triste mientras atravesaba la puerta

ya totalmente debilitado. Sentía que su energía se acababa y que conforme fuera avanzando cada vez sería más imperceptible. De repente, cuando ya creía que desaparecería sin haber tenido la sensación de existir, ya cansado de buscar, se percató que frente a él había una oreja, con su último aliento se precipito hacia el objetivo, por fin su vida tenía sentido. Estaba seguro que si entraba en ese oído habría una prueba de que había existido. Podría descansar en paz. Martha pensó oír algo, como un chasquido y después… silencio. Se quitó el aparato, fue al cajón de su buró y cambió la pila del receptor auditivo.

Diario de Mateo

Por Rudy Yohai

Enero 18 de 2005: Fui al cine con Toño y Juan. Miramos Llevados por el deseo [Closer, Dir. Mike Nichols, USA, 2004]. Todos preciosos: Julia, Clive, Jude, Natalie. La historia “es tan parecida” a la de varios conocidos y amigos. Sigo leyendo Alejandro de Plutarco. Es muy héroe: “Pues significa que Alejandro ejecutará hazañas dignas de ser cantadas y aplaudidas, las que, por tanto, darán mucho que trabajar y que sudar a los poetas y músicos que hayan de celebrarlas”. Febrero 18: La escuela bien… Agregado: He decidido amar. No importa que sea joven, viejo, casado, bisexual, travesti. He decidido amar aunque esa persona no me corresponda. Mayo 18: Con espíritu Ginger [As Told by Ginger, creadora Emily Kapnek, USA, 2000-2003]. Ahora leo y son las ocho am. Tomo café. Sábado, mayo 6 de 2006: J. R. me ha obligado a ir a La Catrina. Es el lugar autorizado para encontrar, ser encontrado y bla bla. Es un gueto. Detesto ese mundo de saltarinas… Pasa del medio día. En la radio ya pusieron el Ave María. Debo escribir un ensayo. Ayer leí los ataques y la defensa a “Elenita”. Coincido con muchos: son machistas y denigrantes las notas. Estas elecciones son virulentas. C. es candidato… Sábado: Sep/veintitrés/006 Están pagados los servicios de luz, agua y tv. De cel. no. Tampoco el gas. Libre de gastos, de la prisión de esta casa no estoy. Cada día se cae a pedazos. La humedad desprende el enjarre. El depa huele a abandono. “Las aguas” son de un huracán tardío. Desde hace días no he bebido. He trabajado sin problemas. En la escuela bien. Pero mirarlo en la prensa me derrumbó. He vuelto a ser su putito… Domingo: septiembre 24/006: “Viajó en el autobús gris. Acudió al café sabatino, para leer. Leyó. Al salir miró a Luis. Antes vio a su marido. Luis lo escrutó. Lo miró con esa forma de interrogar: -¿a quién le fue mejor? ¿Quién es más feliz? [Puta madre, he hecho tanto daño, cuando me quieren…] En el camino compró un merlot. Comió en casa. Miró Una propuesta indecorosa y lloró con Radiohead y su Paranoid android… Sigue la vida…”.


LA GUALDRA NO. 121

La Cineteca Zacatecas está ubicada en calle Dr. Hierro #303, centro histórico de Zacatecas. La proyección de las películas se realiza de manera gratuita, con fines culturales y educativos. Funciones programadas en el 17 Tour de Cine francés $20.00

Viernes 25 17:00 Hrs. Conferencia: El cine mexicano Entrada libre Líderes mexicanos Por Silverio Palacios Lugar: CCI del ITESM

17 Tour de Cine Francés Lunes 21 18:00 y 20:00 Hrs. BAJO EL ÚLTIMO TECHO Dir. Edgar A. Romero México/ 2013/ 12 min. Beto, de nueve años, vive sobreprotegido por sus abuelos. Cuando Stephany, un transexual, se muda al edificio, nace la simiente de una amistad que confronta al niño con su concepción general del mundo.

HELI Estreno nacional Viernes 25, a las 18:00 y 20:00 Hrs. Sábado 26 a las 18:00 Hrs. Domingo 27 a las 18:00 Hrs. Miércoles 30 a las 20:00 Hrs. Jueves 31 a las 20:00 Hrs. Entrada general $30.00 Estudiantes con credencial y personas 3ª edad $20.00 HELI Dir. Amat Escalante México/ 2013/ 105 min. Mejor director. Festival de Cine Cannes 2013

EL LOBO SEDUCTOR Dir. Nicolas Charlet, Bruno Lavaine Francia/ 2012/ 107 min. Había una vez tres hermanos que vivían felices, o por lo menos eso pensaban. Un día, después de que su madre sufre un infarto, Henri, Philippe y Louis comienzan a analizar el sentido de sus vidas. Una ola de incertidumbre acoge a estos cuarentones de Versalles a los que nunca les pasa nada, y sólo necesitan entreabrir la puerta de lo prohibido para descubrir la aventura… al lobo feroz. Pero ¿el lobo feroz será tan sexy como para derribar sus casas? ¿Y la casa de piedra del hermano mayor será verdaderamente sólida? ¿Y si al final, la vida de adulto no es como un cuento para niños?

EL TICUZ Sábado 26, 20:00 Hrs. Cuentos, canciones y argüendes Espectáculo de Silverio Palacios Preventa a partir del 7 de octubre $80.00 En taquilla el día del evento $100.00 Boletos numerados Única función El Ticuz es un espectáculo literario y musical que nació de la necesidad de aprender a contar historias como ejercicio profesional de un actor preocupado por develar los trucos del argumento escénico. El Ticuz es un personaje andariego, trashumante, cuenta cuentos, trovador y poeta improvisado. Vive de relatar historias, de cantar canciones viejas, de llevar chismes o argüendes de un lado a otro, de armar poemas al paso, pero sobre todo de animar recuerdos. Es un hombre que a su modo refresca la memoria y reivindica el pasado, escarbando en el olvido. El Ticuz es un espectáculo donde la interacción con el público es especial. Es el espectador el que corrobora la veracidad de la historia, la eficacia de la anécdota, la puntualidad del chisme y lo oportuno del poema.

Martes 22 18:00 y 20:00 Hrs. TETAS PARA MATAR Dir. Leopoldo Aguilar Guerrero México/ 2013/ 10 min. Samuel presencia el brutal asesinato de su madre. Traumado crecerá y buscará venganza, no sin antes transformarse para hacerlo. EN LA CASA Dir. François Ozon Francia/ 2012/ 105 min. Un profesor de literatura francesa, frustrado por las torpes redacciones de sus nuevos alumnos, descubre entusiasmado que, por el contrario, el chico que se sienta en la última fila muestra en sus trabajos un agudo y sutil sentido de la observación. Alentado por el profesor, el alumno empieza una crónica penetrando en el mundo de dos familias, una de clase media, otra intelectual y artística, e inician una relación en la que la realidad y la ficción se entremezclan en un juego peligroso.

II FESTIVAL DE DÍA DE MUERTOS FRAY JOAQUÍN BOLAÑOS Lunes 28, 20:00 Hrs. ALUCARDA, LA HIJA DE LAS TINIEBLAS Dir. Juan López Moctezuma México/ 1977/ 85 min.

FRESNILLO CINECLUB LOS TRES CHIFLADOS Lugar: Auditorio del edificio nuevo, plantel 3 de la UAZ. Entrada general $15.00 Lunes 21, 18:00 Hrs. PASEANDO CON MOLIÈRE Dir. Philippe Le Guay Francia/ 2013/ 104 min.

Martes 29, 18:00 Hrs. LOBO Dir. Edín Alaín. México/ 2010/ 90 min.

Martes 22, 18:00 Hrs. 17 Tour de Cine Francés. Entrada general $15.00 LOS SABORES DEL PALACIO Dir. Christian Vincent Francia / 2012/ 95 min.

Martes 29, 20:00 Hrs. MACARIO México/ 1960/ 91 min. Dir. Roberto Gavaldón

Miércoles 23, a las 18:00 Hrs. EL LOBO SEDUCTOR Dir. Nicolas Charlet-Bruno Lavaine Francia/2012/ 107 min. Jueves 24, 18:00 Hrs. EN LA CASA Dir. François Ozon Francia/ 2012/ 105 min. CICLO ALEJANDRO JODOROWSKY Miércoles 23 20:00 Hrs. SANTA SANGRE Dir. Alejandro Jodorowsky México-Italia/ 1989/ 123 min. MATINÉ Domingo 27 12:00 Hrs. LA LEYENDA DE LA NAHUALA Ricardo Arnaiz México/ 2007/ 84 min. DOCTUBRE, DOCS DF Miércoles 23 18:00 Hrs. SEMALU Dir. Jimmy Hendrickx México-Malasia/2013/ 20 min.

MATA A TU AMADA Dir. Jaap van Hoewijk Holanda/ 2012/ 79 min. Jueves 24 18:00 Hrs. MADERA Dir. Daniel Kvitko Cuba/ 2012/ 25 min. BAJO TORTURA Dir. Cristina Juárez México/ 2013/ 62 min. Miércoles 30 18:00 Hrs. GWIZDEK Dir. Grzegorz Zariczny Polonia/2012/ 17min. LA AGENDA SETTING. PALESTINA EN LOS MEDIOS Dir. Helena Bengoetxea País Vasco/ 2012/ 86 min. FUNCIÓN ESPECIAL En coordinación con el ITESM Jueves 24, 20:00 Hrs. Entrada libre con boleto MORIRSE EN DOMINGO Dir. Daniel Gruener México/ 2006/ 125 min.

AMBULANTE PRESENTA Jueves 31, 18:00 Hrs. VAPOR DE VIDA (Steam of life) Dir. Joonas Berghäll Finlandia/ 2010/ 80 min. TALLER DE CINE DE ANIMACIÓN Lunes 28 al viernes 1º de noviembre In inehnemiliz ompa mictlan (Un viaje al Mitlán) 10:00 a 14:00 Hrs. Imparte Martín Letechipía Cupo para 20 niños Edad de 10 a 13 años Taller sin costo. EL CINE EN TU COMUNIDAD 20:00 Hrs. Función al aire libre en la plaza principal, sin costo Loreto, 25 de octubre Estancia de ánimas, 26 de octubre Villa González Ortega, 27 de octubre General Pánfilo Natera, 30 de octubre Trancoso, 31 de octubre


21 DE OCTUBRE DE 2013

El río de superficie inmóvil* Nada. Nada de nada. Ni una luz. Ningún sonido. Nada de colores. La oscuridad absoluta. En esta negrura ningún brillo. La nada. Un árbol… digo. Un mezquite. Detrás del árbol una nopalera. Son nopales jóvenes. El árbol. Arriba el cielo. Celeste. Es el recuerdo. Recuerdo un mezquite y una nopalera en una… no… un mediodía de principios de septiembre. Hacía calor. La tarde anterior había llovido. El calor era húmedo. La tierra vaporizaba. Recuerdo el mezquite… la nopalera… bajo el mezquite una piedra grande. A un lado… un montón de piedras gordas, redondas. Alguien amontonó ahí las piedras. Separó la más grande y cuadrada y la puso bajo el mezquite. ¡Te quiero mucho! Oigo tu voz. En la oscuridad él escucha la voz de ella. Es la habitación ciento cuatro del Hotel Plaza. Las cortinas están corridas. Es de madrugada. El horizonte se está borrando. Apenas si se distinguen las montañas. En el valle la nopalera… el mezquite. El azul celeste del cielo que se ve blanquecino. Las montañas lavandas. En el valle el verde de los mezquites, la hierba y las nopaleras. Es el recuerdo. ¿Por qué me quieres?, pregunto. No sé. Y adivino tus gestos. En la oscuridad. En este cuarto de hotel. ¿No escuchas voces?, preguntas. No. No oigo nada. Sólo tu voz. ¿Es polvo? ¿Vapor de agua? Me gusta amanecer junto a tu cuerpo. Oír tu respiración. ¿Quién amontonó las piedras bajo el mezquite? ¡Te van a cortar en pedacitos! Es el sueño. Él está soñando. ¿Sueña o recuerda? A lo lejos, el espectro de las montañas. Un espectro grisazulado. Cuando era niña jugaba así y asado. Un día ya no quise caminar ya más. En las piedras anida una ardilla. ¿Qué color tiene la luna? ¡Anda, dime! ¿La luna? ¡Sí, la luna! Dicen los que han ido y regresado que no es plateada como se había pensado. No. Ni tenía la blancura láctea de los quesos frescos, ni estaba habitada por los lunáticos… pero… ¿de qué color es entonces? Ni mucho menos cascabelera. La luna, que como todos nosotros sabemos, bueno, al menos los veinticuatro niños que cursamos el cuarto año con la profesora Luchita allá por los años cincuentas, se originó aquí, en la tierra… y en consecuencia, pues es lógico y natural que tenga los mismos colores que la tierra, sólo que no huele a gasolina, ni a humo, ni a llantas quemadas, huele como olía la tierra hace un titipuchal de años. Frente a él la montaña.

Grande. ¿Dijiste, una ardilla, allá, en la nopalera? Me gusta que me beses los pezones. Eso dijiste en el cuarto de hotel. En la oscuridad. ¿Qué horas son? Temprano. Muy temprano. Todavía no amanece. No por mucho madrugar amanece más temprano. Y que me despiertes cogiéndome. Y que me lleves a caminar por el centro. Allá, en la nopalera, la ardilla, erguida, mirando hacia todos lados, alerta. Recuerda. Recuerdas. Él está recordando. En la oscuridad dice, le está diciendo: enfrente, la montaña, los huizaches, los mezquites, la nopalera, la ardilla. Ella suspira. * Del libro No soy Alicia, Texere Editores, 2013. www.texere.com.mx

[Leerse mientras se escucha: November rain / Guns n´ Roses]

Por Roberto Galaviz * Ella tiene 17 años y por si fuera poco, tiene un boleto para viajar para irse . tiene en los ojos un incendio en plena tarde canadiense ella, al irse será más real que nunca, más que un auto nuevo más que la palabra: palabra . su extravío me recuerda que hay música que no se escucha hasta que algo termina, hasta que algo se rompe . y silencios que no existen hasta que el ruido es la música de fondo . ella se pierde y juro que es el mismo sonido que hace la yugular en llagas de un adiós que no sabe cómo hará para coagular .

ella sabe ahora lo que es un derrelicto, un cartógrafo y posiblemente, descubra también un día lo que es una despedida . un boleto de viaje la tiene a ella . algunas frases de este poema las dejará caer desde un vuelo clase turista y una a una seminarán la tierra hará de este pasajero desencuentro algo justo, algo que se parece a la primera vez que nos vimos y una canción al fondo (que no escuchamos sino hasta ahora) era todo lo que debimos entender: nothing lasts forever

Río de palabras

Por Magdalena Okhuysen

Ticket to ride


LA GUALDRA NO. 121 / 21 DE OCTUBRE DE 2013

Río de palabras

HBD Por Pilar Alba ¿A qué hora vas a llegar? Ya llevo como tres horas, ciento ochenta minutos… toda una eternidad esperando. Me la paso mirando una y mil veces por la ventana, bajo la escalera y pego el oído en la puerta esperando escuchar el ruido de tu coche, tus pasos pesados, alerto mi olfato esperando sentir tu olor mezclado con el agua de colonia. Pero… nada. Nomás no vienes. Me siento en la escalera, repaso las tablas, las oraciones, los países del mundo con sus capitales, ya todo me lo sé, me he vuelto sabia de tanto estar

esperando. Cada vez se hace más tarde, el sol se está metiendo y no llegas. ¿Cuánto tiempo más voy a tener que estar así? Se me cierran los ojos, me estoy durmiendo… NO, no quiero hacerlo. No te duermas princesa, me digo sabiendo que ésas serían las palabras que me dirías si vinieras. Pero no vienes y ya es de noche. Se vuelve todo oscuro, todo silencio. Ya casi se acaba el día. Van a dar las doce y se acabará el encanto. Y no habrá fiesta, abrazos, besos ni regalos y de repente envejeceré, me volveré un año más vieja.

Leonardo le dice a ella que se desnude Por Edgar Khonde Metió una hoja a la Remington, abrió el libro Ella y otras mujeres de Fonseca, buscó un nombre. María se paseaba por el cuarto, le dijo, cómo es posible que todos estos años de experiencia no te sirvan para nada. Escritor de setenta años, Román todavía creía en la inspiración. María, su mujer y editora, le había pedido una serie de cuentos que otro autor firmaría. Tienes que escribir como si fueras un muchacho Román, le dijo. Román masculló algo e hizo una mueca de disgusto que María no alcanzó a ver. Román consultó el índice del libro: Alice, Beliña, Carlota, Diana. No se inclinó por ninguno. Preguntó ¿y los cuentos tienen que versar sobre mujeres, dices, verdad? María se acercó a sus espaldas, lo cogió de los hombros y le contestó, sí, sobre mujeres. Nunca he escrito cuentos sobre mujeres, María, qué quieres que haga. María salió del estudio, regresó con

un espejo, lo reclinó sobre una pared, puso un taburete frente al espejo. Se sentó. Román no perdía ninguno de sus movimientos. María le comenzó a contar su vida como si fuera la primera vez que se conocían: Nací hace 68 años, en Belgrano, me llamaron María Enriqueta Lavezzi Núñez, de niña asistí a un colegio religioso. Román la interrumpió, ¿qué haces? María suspiró, contarte mi vida, ¿necesitas inspiración?, y se supone que soy tu musa, te cuento mi vida para que la escribas. Román le hizo una seña de que guardara silencio, entonces desnúdate y cuéntamela, si te vas a desnudar ante mí quiero ver además de tu alma, tu cuerpo. María intentó rechistar, Román tecleó la Remington mientras decía en voz alta, Leonardo le dice a ella que se desnude, es la primera vez que la verá desnuda... María comenzó por los zapatos.

Paf Por Alberto Huerta El día explota efervescente, explosivo, colorido, fugaz, como fuego pirotécnico… ¡Paf! Viene de golpe y porrazo la oscura, negra, noche.

Ranatúnel Por Vicente Soriano Tlachi En Trieste las ranas morían al atravesar la carretera. El servicio de limpia alzaba cientos de cadáveres. Un buen día, el alcalde comentó a sus regidores: “Hagamos un túnel, de quince centímetros de alto por quince de ancho, por donde puedan pasar”. Concluida la obra, hubo gran alboroto por el corte de listón: prensa y curiosos asistieron felices para ver el

tránsito de las ranas. Avanzaban, por grupitos, rumbo a su charca en plena estación de verano. Una mañana de diciembre, a un hombre se le hizo tardísimo para llegar a tiempo a su trabajo. Al ver el ranatúnel, no lo pensó más y decidió entrar ahí para cortar camino. Poco a poco, Trieste se llenó de batracios. Oswaldo Guayasamin, El llanto, 1983


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