Diario La Hora 25-03-2013

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La Hora

Página 6/Guatemala, 25 de marzo de 2013

Reportaje PÉRDIDA DE MIEMBROS CORPORALES Y ENFERMEDADES

PNC: 450 policías disca FOTO LA HORA: JOSÉ OROZCO

El oficial Francisco Javier González Chacón recuerda bien los incidentes violentos del 22 de abril de 2010.

De 2006 a la fecha se contabilizan 450 elementos policiales afectados por una discapacidad producida mientras se encontraban en servicio activo, que les han dejado consecuencias físicas, emocionales y económicas. La vida no es sencilla para los agentes de baja, pues obtener las pensiones económicas requiere de un extenso trámite burocrático y además son insuficientes para garantizar el bienestar de quienes un día arriesgaron su vida para procurar la seguridad de los ciudadanos y sus bienes.

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POR MARIELA CASTAÑÓN

mcastanon@lahora.com.gt

res horas antes de los incidentes violentos del 22 de abril de 2010, la línea de emergencias de la Policía Nacional Civil (PNC) recibió una serie de llamadas telefónicas alertando sobre posibles ataques contra policías, derivado de las requisas realizadas en el Sector 11 del Centro de Detención Preventiva para Hombres de la zona 18 y la Granja Penal Pavón. Los líderes de las bandas que estaban recluidos en la cárcel –con acceso a teléfonos y otro tipo de comunicaciones– establecieron contacto con las autoridades a través de la línea policial y amenazaron con tomar represalias porque se les había confiscado bienes ilícitos. Con conocimiento de lo que iba a ocurrir, a través del radio transmisor la PNC había advertido a sus unidades de servicio que tenían que tomar sus propias precauciones, pues en cualquier momento podrían convertirse en el blanco de los grupos delincuenciales. Esa amenaza se cumplió a las 18:30 horas, debido al poder y la organización de los criminales más allá de las rejas. En actos simultáneos fueron atacados policías que resguardaban las zonas 5, 6 y 18 de la Capital y el municipio de Mixco, dejando el saldo de tres elementos seriamente heridos y uno muerto. Una de las víctimas de los ataques fue el oficial Francisco Javier González Chacón, quien trabaja desde hace 36 años en la Policía, y en la actualidad es diabético y ya ha

PENSIONES ECONÓMICAS SON “BUROCRÁTICAS”

FOTO LA HORA: JOSÉ OROZCO

El oficial González Chacón es responsable del área de las cámaras de vigilancia.

pasado siete veces por el quirófano por los impactos de bala que recibió hace casi tres años. Hoy tiene problemas para movilizarse. El oficial González Chacón conversó con La Hora sobre cómo ocurrió el incidente que cambió su vida para siempre y que hoy lo limita a realizar un trabajo administrativo como responsable del área de las cámaras de vigilancia. “A las diez de la mañana me dieron el nombramiento como Jefe de la Estación de la colonia Carolingia (…) a las tres de la tarde dijeron a través del radio transmisor: Están entrando llamadas anónimas al 110, hoy serán atacadas las unidades de la PNC. Motoristas, radiopatrullas, subestaciones, estaciones y comisarías, estén alerta”, recuerda. Tras el recorrido respectivo, el oficial y otros elementos ingresaron a un comedor de la colonia. Esperaban que se les sirviera la cena cuando un adolescente irrumpió en el lugar y les disparó. “Ese día nos sentamos hasta el fondo por medidas de seguridad, cuando de repente observamos a un jovencito como de 14 o 16 años, parado en la puerta apuntándonos con una Uzi. Le dije a los compañeros que nos iba a disparar y él accionó la ametralladora. Caí al suelo y también el piloto y el otro compañero”, relata el PNC. Según el entrevistado, su vida cambió completamente. Ahora no puede movilizarse con la rapidez de antes, dejó el trabajo operativo que le gustaba, se truncaron sus sueños para ascender a Comisario Policial y nunca obtuvo ninguna condecoración porque el incidente no ocurrió en persecución Si tiene alguna molestia por su situación debe acudir al Seguro Social o invertir en su propia salud. “Me costó estar encerrado porque yo estaba acostumbrado a estar en la calle. Cuando me acababa de suceder esto yo quería subirme a las patrullas e irme, pero me paraba en la puerta y miraba para la calle, no podía. Hoy comprendo que ya no puedo salir, no puedo hacer lo que antes hacía. Más bien me arriesgo a que me tiren y me roben la pistola”, dice. El oficial afirma con convicción que ama a la institución policial y no quiere dejarla: “Yo no puedo ascender porque nunca me condecoraron. Ya no puedo correr y por eso me tienen aquí adentro como jefe de cámaras. Yo quiero mucho a la Policía y no me


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