Matador M

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Volumen m

BARCelonA CATAlÀ-RoCA / eDuARDo menDoZA / CoDeRCH / THomAS RuFF / FÉlIX De AZÚA / FeRnAnDo AmAT / leoPolDo RoDÉS / RoDRIGo FReSÁn / TonI SeGARRA / JoSeP PlA oSCAR TuSqueTS mI BARCelonA

FeRRAn ADRIÀ CuADeRno SeCReTo mÚSICA

SÓnAR

V O L U M E N M / B A R C E L O N A / R E V I S TA D E C U LT U R A , I D E A S Y T E N D E N C I A S 1 9 9 5 - 2 0 2 2

V O L U M E M / B A R C E L O N A / C U LT U R E , I D E A S A N D T R E N D S M A G A Z I N E 1 9 9 5 - 2 0 2 2


CARTOGRAFÍA HUMANA

LA RIQUEZA DE BARCELONA NO ESTÁ EN SUS HIJOS. O NO SÓLO. HE AQUÍ UN MAPA DE NOMBRES ESENCIALES: LOS DE AQUELLOS QUE VINIERON DE FUERA, RECALARON EN LA CIUDAD Y DEJARON SU HUELLA EN ELLA DOCUMENTACIÓN DE DAVID SABATÉ Y ELISABETH FUENTES

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JUAN ABREU

Escritor (1997-actualidad)

IÑAKI Y DAVID MUÑOZ, AILANTO

PEDRO ALMODÓVAR Director de cine (1998-1999)

Diseñadores (1992-actualidad)

VICENTE ARANDA

L. ANDRADE, M. MANRIQUE Y E. PARACHINI Creadoras de los bolsos Demano (1997-actualidad)

Director de cine (1984-1985/1995/2005)

Actriz, fundadora de los Anti-Karaoke en las salas Apolo y Sidecar (2003-actualidad)

RACHEL ARIEFF

PAU AUDOUARD

LUIS EDUARDO AUTE

JOSÉ MARTÍNEZ RUIZ AZORÍN

GUILLERMINA BAEZA

CRISTÓBAL BALENCIAGA

MIQUEL BARCELÓ

MIGUEL BOADAS PARERA

ROBERTO BOLAÑO

Diseñadora (1960-actualidad)

Fotógrafo (1879-1919)

Diseñador (1935-1968)

Cantautor (1953-1954)

Artista (1980-1983)

Articulista y dramaturgo (1906-1907)

MARÍ BENEJAM I FERRER BENEJAM

CALIXTO BIEITO

Director de teatro (1985-1992/1998-actualidad)

Experto en cócteles, fundador del Boadas Cocktail Bar (1925-actualidad)

MANUEL BORJA-VILLEL

OLIVER BRACHFELD

Dibujante, creador de La familia Ulises (1897-1975)

CRISTINA DE BORBÓN

Infanta de España y duquesa de Palma de Mallorca (1992-2009)

ALFREDO BRYCE ECHENIQUE

Director de la Fundación Tàpies y del Macba (1990-2007)

JAIME CAMINO

Director de cine (1936-actualidad)

Escritor (1977-2003)

DANIEL BRÜHL

Traductor, editor y escritor (1929-1950)

Actor de cine (2005-actualidad)

EDUARDO CAMPOAMOR

ROBERT CAPA

JOHN CARLIN

HENRY CARTIER -BRESSON

Arquitecto y diseñador industrial (1986-actualidad)

Fotógrafo (1936)

Escritor (2005-actualidad)

NICOLÁS CAPO

ISAAC CARASSO

Precursor del naturismo y nudismo en España (1925 -1975)

Fundador de Danone (1919-1939)

Periodista (1998-actualidad)

MANU CHAO

JUAN DE LA CIERVA

PASCAL COMELADE

JULIO CORTÁZAR

JOHANN CRUYFF

Músico (1995-actualidad)

Escritor (1916-1918)

Ingeniero aeronáutico (1910)

Futbolista y entrenador de fútbol (1973-1978/1988-actualidad)

Fotógrafo (1933)

CELESTINO CORBACHO

Músico (1974-1978)

Alcalde de L’Hospitalet, presidente de la Diputación de Barcelona y actual ministro de Trabajo (1962-2008)

JUAN CRUZ DURÁN

TOMASA CUEVAS GUTIÉRREZ

Fotógrafo publicitario (2001-actualidad)

Activista política (1944-1951/1961-1969/1976-2007)


JAVIER DAULTE

Dramaturgo, director artístico de la Sala Villarroel (2004-2009)

M. R. BUIL Y A. F. DELGADO, EL DELGADO BUIL

FRANZ-PAUL DECKER

EDGARDO DOBRY

JOSÉ DONOSO

VICENTE ESCUDERO

MARIO ESKENAZI

ABILIO ESTÉVEZ

Director de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña, OBC (1986-1996)

Bailarín y coreógrafo de flamenco (1966-1980)

Poeta (1986-actualidad)

Escritor (1971-1989)

Diseñador (1975-actualidad)

Escritor (1997-actualidad)

CLAUDIO FRESNEDA NEUMANN

Director de La Vanguardia Española (1939-1960)

JESÚS GARAY

PURIFICACIÓN GARCÍA

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

MARIO GAS

JAVIER PATRICIO GATO PÉREZ

JEAN GENET

VICENTE GUALLART

JOSÉ LUIS GUERÍN

Diseñadoras (2004-actualidad)

JEAN LUC FIGUERAS Chef (1995-actualidad)

RODRIGO FRESÁN Escritor (1999-actualidad)

LUIS DE GALINSOGA

Diseñador especialista en animación (2004-actualidad)

JOAN GAMPER

Fundador del FC Barcelona (1899-1930)

LOLA GARRIDO

Comisaria y directora de la Fundación Foto Colectania (2002-actualidad)

MANEL GIL

Director de cine (1972-actualidad)

Actor y director de teatro y cine (1948-actualidad)

Diseñadora (1980-actualidad)

Escritor (1968-1974)

Escritor (1933)

Músico y guitarrista (1966-1990)

MÓNICA GREEN

Compositor de bandas sonoras y sintonías televisivas (1977-actualmente)

Cantante de jazz (1987-actualidad)

MONIKA HARBORT

ERNEST HEMINGWAY Escritor (abril-noviembre 1938)

Chef, restaurante, pastelería y escuela Hofmann (1979-actualidad)

ROBERT HUGHES

VIOLANTE DE HUNGRÍA

PEARSE HUTCHINSON Poeta y traductor (1954-1957/1961-1967)

Guionista y presentador de televisión (1992-actualidad)

RONALD KOEMAN

LADISLAO KUBALA

AUGUST KUENTZMANN DAMM

Diseñadora (1987-actualidad)

Escritor y crítico de arte (1966-1992)

JAUME I

Rey de la Corona de Aragón (1213-1276)

Reina de la Corona de Aragón (1213-1276)

Futbolista y entrenador de fútbol (1989-1995)

Arquitecto (1992-actualidad)

MEY HOFMAN

Futbolista y entrenador de fútbol (1950-1965/1968-2002, excepto en 1995)

Director de cine (1960-actualidad)

LUKI HUBER

Diseñador (1994-actualidad)

BORIS IZAGUIRRE

Fundador de la cerveza Estrella Damm (1872- 1877)


CLAVES DE INTERPRETACIÓN

PUNTO NEGRO

SU TAMAÑO VARÍA DEPENDIENDO DEL TIEMPO QUE EL PERSONAJE HAYA PASADO EN BARCELONA

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1948 FRANCESC CATALÀ-ROCA

A MEDIADOS DEL SIGLO PASADO, BARCELONA DEJA DE SER UNA CIUDAD DE PROVINCIAS PARA TRANSFORMARSE EN UNA GRAN METRÓPOLI, EFERVESCENTE, FESTIVA E INQUIETA. CATALÀ-ROCA DOCUMENTÓ EL CAMBIO CON SU CÁMARA. EL VIAJE SIN RETORNO HACIA LA CIUDAD QUE ES HOY

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1953 JOSÉ ANTONIO CODERCH

LA CASA UGALDE ES UN EJEMPLO DE CÓMO JOSÉ ANTONIO CODERCH, ARQUITECTO DE CULTO, ENTENDÍA SU TRABAJO. HOY, SESENTA AÑOS DESPUÉS, SU PROYECTO NO HA PERDIDO UN ÁPICE DE CARISMA Y BELLEZA. UNA CASA ÚNICA EN UN LUGAR PRIVILEGIADO, MIRANDO AL MAR SOBRE UNA COLINA A LAS AFUERAS DE BARCELONA. EL FOTÓGRAFO JORDI SARRÀ LA VISITA

M | CALENDARIO | 074-075



EL MALDITO DISEÑO

FERNANDO AMAT

Mi nombre es Fernando Amat. Nunca estudié diseño, y han sido los años los que me han ido acercando a esta especie de disciplina que amo relativamente. Tengo sesenta y ocho años y creo que oí esta palabra cuando tenía más o menos dieciocho. Así me sale redondo, fue hace cincuenta años.

un silencio. La audiencia se queda seria y simula que reflexiona. Si no les ha gustado, ¿por qué preguntaban? Es cierto que existen definiciones para todos los gustos. A mí, por ejemplo, me encantó Giovanni Cutolo un día que ensalzaba a cierto diseñador diciendo simplemente que tenía «la mano felice».

Oír la palabra no significó nada en especial, en aquel momento no le presté demasiada atención. Fue mucho más tarde, allá por los sesenta, cuando me di cuenta de que aquello que a mí me gustaba, un grupo de cultos lo etiquetaban precisamente como «diseño». Pues qué bien, sin darme cuenta, sin necesidad de ir a ninguna escuela especial, entendía algo de diseño.

BARCELONA Un tópico recurrente acostumbra a ser la relación de Barcelona con el diseño. Incluso algún temerario ha llegado a etiquetar la ciudad como capital del diseño. Me defiendo aclarando que la central está en Milán y Barcelona es una sucursal bastante aplicada. Es cierto que tenemos la proporción de escuelas de diseño por habitante más alta del mundo, quizás, de donde saldrán muchos más profesionales de los que el mercado local necesitará.

Los inicios fueron emocionantes, especialmente porque el juego consistía en ir etiquetando lo que lo era diseño y lo que no lo era. Los productos llegaban sin la ficha del diseñador. Era uno mismo quien decidía si aquello lo era o no lo era. No puedo ocultar que además consistía en reírse precisamente de los que, a pesar de pretenderlo, no eran de diseño. Nuestro colectivo, como bien dice mi mujer, siempre ha sido despectivo con los que viven al margen de nuestras inquietudes, o los que no comulgan con nuestra sensibilidad. Por aquellos años, décadas antes de leer a Renato de Fusco, mi catecismo fue el libro HighTech de Suzanne Slesin (1978), donde descubrí que estábamos rodeados de piezas excelentes si éramos capaces de darles otro uso o simplemente otro punto de vista. Siguieron unos años felices y tranquilos, sólo ligeramente sacudidos por la entrega anual de los Deltas ADI FAD, premio que valora las mejores piezas recién salidas al mercado. Un día de fiesta, una semana de cotilleos, y a esperar hasta la nueva edición. Las revistas especializadas alargaban algo más este acontecimiento, pero sin excesivas confrontaciones a lo largo del año. Las mismas quedaban reducidas a los que nunca se llevaban un Delta. Llevarse un Delta, ¡qué bien, quién pudiera! «Tú sí que puedes, Ferran —me dijo un día Miguel Milá—, ¿por qué no lo intentas?». Creo que mi formación definitiva de diseño me la dio Miguel con aquella frase. Fue una lección rápida, potente y dura. Siempre se lo agradeceré, por lo que cada vez que tengo ocasión lo explico. Animado por Milá, en dos fines de semana «diseñé» y construí una chimenea que presenté a los premios Delta sin ni tan siquiera haberla probado. El nulo interés del jurado me indignó, así que decidí llevarme aquella maravilla a casa para mi disfrute personal. Llegó el gran día de encenderla, seguido por una de las horas en las que más he llorado de toda mi vida. Lloré por la gran cantidad de humo que, en vez de irse por el tubo, salió por la boca de la maldita chimenea. El curso había terminado y yo había salido con una gran nota. Gracias, Miguel. En un par de semanas aprendí lo que otros nunca llegan a saber después de cinco años de escuela de diseño: «Muchacho, tú no vales para diseñador industrial». HABLAR EN PÚBLICO Aparte de escribir, a veces a uno le toca hablar sobre diseño en público. Una charla, una conferencia, una mesa redonda, un debate… Los nombres cambian. Lo que nunca cambia es que cuando se llega al turno de preguntas siempre sale algún desaprensivo que lanza la maldita pregunta: ¿qué es diseño? Yo normalmente me adelanto y al empezar ruego que nadie me haga la preguntita. A veces me hacen caso, pero cuando insisten echo mano de las frases de los grandes maestros, como por ejemplo la que en 1972 ya daba Eames: «El diseño es un plan que dispone elementos de la mejor manera posible para alcanzar un fin específico. La habilidad del diseñador radica en reconocer tantas limitaciones como sea posible, su deseo y entusiasmo por trabajar con estas limitaciones, las limitaciones de costo, tamaño, resistencia, equilibrio, superficie, tiempo, etcétera; cada problema tiene su propia lista particular.» Después de soltar esta definición (que acostumbro a leer para no equivocarme), normalmente se produce

A mediados de los ochenta se empezó a hablar de la ciudad de los bares y locales de diseño sin ser conscientes de que el verdadero fenómeno, una vez más, no era el diseño de los espacios, sino la incipiente libertad de creación que llegó con los cambios políticos y que tuvo su momento más brillante con Pascual Maragall. Ahora, aquella emoción con la que vivíamos ha desaparecido. Hoy todo está regulado, pautado y casi siempre prohibido. La cultura oficial no sirve para estimular la iniciativa privada, que debería seguir potenciando nuevos proyectos. Las normativas, la burocracia y una reglamentación mal aplicada no es lo que la mayoría deseamos. Recuerdo que por aquellos años se hizo famoso un pseudo-logotipo que consistía en una B. Representaba todo aquello que nos gustaba. Luego desapareció y con el logo también se fue aquel espíritu de creatividad tan potente. No sé si en Berlín van a utilizar la misma B, pero cuando paseo por sus calles siento envidia de lo que están haciendo. ELS CATALANS Siempre he defendido la idea de que el verdadero fenómeno que se produce en la ciudad es que mucha gente entiende sobre diseño sin ser consciente de ello. Me gusta definirlo como «el diseño sin saberlo». Se sustenta en el sentido común y el rigor. Seguro que es casual, pero la palabra catalana disseny se presta a reflexionar precisamente sobre su terminación seny (sensatez). Poner en duda un producto antes de aceptarlo acostumbra a ser un buen sistema. El carácter catalán ayuda a que este análisis, antes de comprar, se haga de una forma muy crítica, valorando no sólo el precio, sino las prestaciones y el aspecto físico de lo que queremos adquirir. No es casual que los catalanes para decir que algo «está bien» acostumbremos a utilizar la expresión «no está mal». A veces esto es muy pesado y poco estimulante, pero acaba dando buenos resultados. En 2003 sucedió algo que sirvió para rebajar el nivel de estupidez en relación al debate sobre si algo es o no es «de diseño» que nos ha perseguido durante décadas. Para celebrar los cien años del FAD, Juli Capella, entre otros, inventó el Año del Diseño. De una forma casi accidental se sacaron algunas conclusiones. Para mí la más importante es aquella de que prácticamente todo es de diseño. Alguno muy bueno, otro ni fu ni fa y la mayoría muy malo, de fraude, como decía muy acertadamente Josep Maria Vidal, director de la escuela Massana. Por lo menos ahora la polémica está en si el resultado es bueno o malo, pero es «de diseño». ¡Qué descanso! LOS MEDIOS Sería deseable que las revistas especializadas, la televisión, los suplementos de los dominicales, etcétera, fueran algo más rigurosas cuando tocan estos temas. Sus colaboradores están obligados a inventarse para cada temporada una nueva idea genial: una tendencia que, si no es innovadora, tampoco importa demasiado, siempre que contradiga aquello que sucedía el año anterior. Me gustan las revistas que me informan, y lo hacen sin equivocarse, de las cuestiones técnicas, de las características de los productos, de los precios, que me dan direcciones y me dicen quién es el diseñador, pero nunca me leo los textos de opinión porque raramente estoy de acuerdo con lo que me explican. Soy muy crítico con los contenidos, las fotos y la compaginación gráfica de casi todas las revistas, pero aún hay algo que me pone

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más nervioso: los títulos de los reportajes. Cojo algunas revistas al azar y leo estos encabezados:

Un sueño hecho realidad Un espacio genuino A través del cristal La serenidad como objetivo Sofisticados claroscuros Fusión en el entorno natural Vestir los reflejos del mar Desafío de contrastes

Mucha gente se ha sacado de encima los complejos en el momento de equipar su casa. Se miran las revistas de decoración y, después de tragarse el reportaje de «Sofisticados claroscuros», deciden que lo mejor es pasar de todo y mezclan sin complejos muebles y objetos que han adquirido en Ikea, en Vinçon o en el Rastro. Ahora mis clientes saben mucho más que antes. LOS DISEÑADORES Quizá nunca deberíamos conocer al autor de un libro que nos ha gustado, o ir a cenar con un artista genial. El riesgo es alto. A veces me pregunto si siquiera deberíamos saber quiénes han sido los diseñadores de cada objeto que descubrimos. Quisiera nombrar a algunos de mis favoritos, pero Dios me libre de mencionar a personajes locales y vivos. Uno de los que me ha creado más enemistades por defenderlo ha sido sin duda Philippe Starck. Incluso ahora, cuando aparentemente no está en primera línea y modera sus provocaciones, debo reconocer que tiene un talento desbordante más propio del Renacimiento que de esta época. Viendo trabajos suyos llegué a sentir emoción, admiración y, por qué no, envidia. Me gustó saber que Achille Castiglioni, además de desarrollar sus productos, era un ávido descubridor-coleccionista de objetos de altísimo nivel de creadores anónimos. Hoy me fascinan los trabajos de Jasper Morrison, su libro Super Normal, junto a Naoto Fukasawa, ha sido como un regalo para mí. Las tendencias creativas se mueven sin parar y desconciertan a mucha gente. Del less is more al less is a bore. Del mínimal al neobarroco y otra vez al mínimal. Entre Michael Wanders y Jasper Morrison, yo no tengo dudas. COMPRAR Y VENDER Los comercios forman parte de la cultura de cada ciudad. No me imagino una tienda de Deyrolle fuera de París. Cuando visito muchas ciudades tengo la sensación de que ya las he visto antes. Todo es igual. Los mismos Benetton y los mismos Zara en cada ciudad, con los mismos decorados y productos y repitiendo escaparate. Triste como idea. Dos de los personajes que me han influenciado en mi trabajo de comerciante son de Londres. El primero fue Terence Conran. Me abrió los ojos cuando creó el primer Habitat allá por los años sesenta. Fue quien inventó la «emoción» de la compra colocando todos los productos al alcance de la mano de sus clientes. Hoy el ejemplo que me inspira es Jasper Morrison, demostrando que si sabemos mirar bien estamos rodeados de interesantes objetos «normales». Un botiguer es, literalmente, un personaje que gestiona una tienda. La palabra se ha convertido en un adjetivo algo peyorativo que sirve para demostrar que los comerciantes somos peseteros y vulgares. Yo intento que no se me note y quizás fue por eso que en 1975 destiné una parte de nuestro espacio como galería para exponer el trabajo de creadores interesantes que por sus características no encajaban en los circuitos comerciales tradicionales. [Ver www.vincon.com/lasala.] Hay que desconfiar de algunas guías de viaje donde es fácil descubrir que las recomendaciones han sido fruto de un acuerdo económico con el editor. Las mejores guías están escritas a mano sobre cualquier papelito por un amigo nuestro y no tienen mucho más que un par de restaurantes, una galería de arte y tres o cuatro tiendas. Allí es donde me gusta que esté Vinçon. Y cada vez sucede más.

LOS PRODUCTOS La mayoría de los productos del mercado han sido fabricados en serie y no se deben tratar como piezas únicas. No entiendo por qué algunas tiendas prohíben tocar los objetos o sentarse en un sofá a sus clientes. Como si de un museo se tratara. Mi trabajo diario está orientado a localizar objetos que les puedan gustar a mis clientes. Es un trabajo no exento de una cierta histeria, ya que sería fácil caer en la tentación de aceptar aquello que sale con la etiqueta de Nuevas Tendencias. Cuando salgo a comprar productos lo hago de la forma más relajada posible. No quiero pensar que lo estoy haciendo para mis clientes, pienso que lo estoy haciendo para mí, para mi propio placer, para mi propia casa. Este sistema es el más cómodo y sin duda el más agradable. Todo empezó cuando descubrí que en mi ciudad existía un grupo de personas que tenía el mismo gusto que yo, si compraba pensando en mí compraba al mismo tiempo para este otro colectivo, que acabarían siendo mis clientes. La solución era la más simple y también la más directa.

LA MALDITA PALABRA La utilización errónea de la palabra diseño a modo de adjetivo indigna a más de uno. Para algunos periodistas, el término diseño se ha convertido en una palabra comodín. Se diseñan políticas gubernamentales, también vestidos para novias, y las drogas nuevas son de diseño. La lista de aberraciones es interminable y ahora lamento no acordarme de todas, a pesar de que un día me prometí irlas apuntando cada vez que las leyera. Seguro que Juli Capella tiene la lista. ¿Por qué oímos decir que han comprado una lámpara «de diseño», pero no serían capaces de manifestar que viven en una casa «de arquitectura» o escuchan una canción «de música»? Posiblemente la madurez llegará cuando deje de existir la palabra diseño. Tristemente, en este texto ha salido veintiocho veces la palabra diseño. Yo tampoco aprendo.

Llegados a este punto, quizás debiera hablar de los martes. Desde hace muchísimos años dedico este día a recibir en mi despacho a aquellos que tienen algo para mostrarme. La lista es larga y las curiosidades son suculentas, pero no me parece ético mencionarlas aquí por respeto a sus creadores. Sé que cuando la introducción que me hacen es: «Hemos hecho algo especial para Vinçon», raramente dan en el clavo. Para muchos proveedores el gran argumento puede ser que lo que me ofrecen es de color rojo, como las letras de la tienda, o que a su familia le ha gustado mucho. Mi sistema se basa en ver miles de productos para poder escoger sólo una pequeña cantidad. Es habitual que regularmente descataloguemos otras piezas porque no estén cumpliendo con lo que esperábamos de ellas. Quizá lo más importante son «los objetos que no están en Vinçon» y que mucha gente supone que debieran estar. Dentro de la tienda, los objetos se muestran sin tener en cuenta su pedigrí. Para mí una cafetera de Bialetti es como una cafetera de Alessi. Pretendo vender ambas piezas para hacer café, no para ser utilizadas como piezas de culto dentro de una vitrina, me gusta que así sea y creo que al mismo tiempo ayuda a hacer una lectura correcta de cada producto. Me irrita ver los hervidores de Richard Sapper intercalados en una librería y con la única función de aguantar libros. No entiendo a aquellos coleccionistas de piezas de autor que las compran y las almacenan solamente por su firma, pero sin utilizarlas o sin estar realmente enamorados de ellas. Debo admitir mi debilidad por los productos que ofrecen mucho sin serde pura raza. Los objetos por sí solos hablan y comunican cosas, claro que no todo el mundo las percibe. Un objeto útil es aquel que cumple lo que propone. Mi exigencia es proporcional a lo que me está prometiendo: si es una cafetera, que me haga un buen café; si es un florero, que me inspire para hacer un bonito ramo. Me gusta una frase que Mariscal utilizó sobre los objetos domésticos: «Un mueble es como una puta que está en un escaparate y te dice: entra, cómprame, quiero irme a tu casa». Algunos tenemos una lista negra de objetos que no funcionan. Hace muchos años que existe en el mercado un modelo de tetera que al usarla se sale el té por donde no debe. Todos hemos sufrido intentando organizar, sintonizar, configurar aparatos electrónicos en los cuales cada tecla tiene demasiadas funciones, siempre mal traducidas en el manual. Sólo deberíamos comprar cosas que, después de una pequeña reflexión, verdaderamente nos aportaran algo: confort, estímulos, alegría, ilusión, etcétera. Todo acaba vendiéndose, antes o después, a un precio u otro, pero las leyes del mercado nos castigan si no lo hacemos a su debido tiempo y precio. Admiro a algunos de mis clientes que ya no mencionan la maldita palabra (dis…). Que no les importa quién ha sido el autor de una silla. Que la compran porque descubren que es adecuada y raramente se equivocan. Que no llevan el retal de una revista para asegurar que están a la última.

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OSCAR TUSQUETS

MI BARCELONA

BARCELONA HA SIDO MI CIUDAD. AQUÍ NACÍ Y AQUÍ HE VIVIDO A LO LARGO DE MI VIDA, A PESAR DE QUE —JOSEP PLA DIXIT— COMO BUEN CATALÁN PREFERIRÍA SER ITALIANO. HAY QUE RECONOCER QUE NO ES UNA CIUDAD EXCITANTE, SÓLO DE CLIMA EXTREMADAMENTE AGRADABLE, TAMAÑO ABORDABLE, VECINA AL MAR, Y RELATIVAMENTE SEGURA…, QUE QUIERE SER LONDRES O PARÍS, PERO SE QUEDA ENTRE GINEBRA Y NÁPOLES, EN FIN…, UN LUGAR CONFORTABLE DONDE VIVIR. AL REGRESO DE NEW YORK, VEO AL ENSANCHE BAJITO; AL REGRESO DE LONDRES, NOS ENCUENTRO GRISES; AL REGRESO DE MADRID, ABURRIDOS; AL REGRESO DE PARÍS, PROVINCIANOS… NO ME SIGNIFICARÍA UN DRAMA ABANDONARLA, PERO YA ME HE ACOMODADO Y NO ME DECIDO. ÉSTA ES UNA SELECCIÓN, FORZOSAMENTE ARBITRARIA, DE ALGUNOS HECHOS, LUGARES Y OBJETOS QUE ME HAN ENCARIÑADO CON ESTA CIUDAD. CUANDO REPASO LAS IMÁGENES NO SE ME OCULTA QUE, AUNQUE HE PROCURADO QUE AÚN HOY SE PUEDAN VISITAR LOS LUGARES, DISFRUTAR LAS OBRAS DE ARTE Y COMPRAR LOS OBJETOS ESCOGIDOS, EL ENAMORAMIENTO POR LOS MISMOS SE PRODUJO EN MI JUVENTUD. NO SÉ SI LOS HE SELECCIONADO POR PURA NOSTALGIA O PORQUE LOS ÚLTIMOS AÑOS SESENTA Y LOS SETENTA FUERON REALMENTE APASIONANTES Y MUY CREATIVOS, PARA EL MUNDO Y, PARTICULARMENTE, PARA BARCELONA. SEGURAMENTE POR AMBOS MOTIVOS.


JOSEP LLIMONA. LA PRIMERA COMUNIÓN. MNAC LOS HERMANOS LLIMONA ERAN TAN PIADOSOS Y

CARCAS QUE FUNDARON EL CERCLE ARTÍSTIC DE SANT LLUC PORQUE CONSIDERABAN QUE EL REAL CÍRCULO ARTÍSTICO ERA UN ANTRO DE PERDICIÓN. SOLAMENTE UN CATÓLICO DE MISA DIARIA COMO JOSEP LLIMONA PODÍA CREAR UNAS ESCULTURAS DE EROTISMO TAN PERTURBADOR; NO SÓLO SUS DESLUMBRANTES DESNUDOS —QUE COLOCABA INCLUSO EN PANTEONES FUNERARIOS— SINO ESTAS LOLITAS EN TRANCE DE RECIBIR LA SAGRADA COMUNIÓN. UNA, COMPUNGIDA Y MODESTA, YA HA RECIBIDO AL SEÑOR, LA OTRA, DESAFIANTE Y ORGULLOSA DE SU CONDICIÓN DE NIÑA BIEN, SE ADELANTA ÁVIDA Y DECIDIDA HACIA LA DIVINA OBLEA. DESDE LA SANTA TERESA DE BERNINI NO SE HABÍA VISTO NADA IGUAL.




EL BARÇA COMO DIJO JOSEP LLUÍS NÚÑEZ, BARCELONA ES LA CIUDAD QUE LLEVA EL NOMBRE DE UN CLUB. EL VÍNCULO QUE NOS UNE —POR ENCIMA DE CUALQUIER CREENCIA, EXTRACCIÓN GEOGRÁFICA O SOCIAL E IDEOLOGÍA POLÍTICA— ES EL BARÇA Y, PUESTO A ESCOGER UNA IMAGEN, ELIJO ESTE GOL AL ATLÉTICO DE MADRID MARCADO DE ACROBÁTICA ESPUELA POR JOHAN CRUYFF; EL JUGADOR Y ENTRENADOR QUE HA DEFINIDO UNA FORMA DE JUGAR QUE SE RESUME EN LA FAMOSA SENTENCIA CON LA QUE ARENGÓ A SUS JUGADORES ANTES DE SALTAR AL CÉSPED DE WEMBLEY Y QUE DEBERÍA FIGURAR CON LETRAS DE ORO EN EL PARLAMENT DE CATALUNYA: «SALID Y DIVERTÍOS». IZQUIERDA: UMBRÁCULO DE JOSEP FONTSERÉ INSÓLITO Y MÁGICO EDIFICIO CONSTRUIDO PARA PROVOCAR SOMBRAS Y, A LA VEZ, PERMITIR QUE LLUEVA EN SU INTERIOR. EL GRAN ARQUITECTO INGLÉS JAMES STIRLING LA CONSIDERABA LA MÁS BELLA CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD.


SANTA MARÍA DEL MAR PARA MÍ, QUE TENGO EL FERVOR NACIONALISTA TAN POR LOS SUELOS QUE NO PUEDO INGERIR UN CENTILITRO DE CAVA, SANTA MARÍA DEL MAR ES LA IGLESIA MÁS BELLA DE LA ARQUITECTURA UNIVERSAL. TAN AUSTERA, TAN DESNUDA, TAN MÍSTICAMENTE VACÍA COMO SE VE EN ESTA ESPLÉNDIDA FOTO QUE ORIOL MASPONS TOMÓ PARA EL LIBRO QUE REALIZAMOS SOBRE ARQUITECTURA GÓTICA CATALANA. UN TRABAJO INOLVIDABLE.



LEOPOLDO RODÉS TONI SEGARRA

CONVERSACIÓN

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LEOPOLDO RODÉS. Hablemos de Barcelona. TONI SEGARRA. Sí. Yo tengo la sensación de que estamos todos con la piel un poco fina con respecto a la ciudad. Que todos nos quejamos, es cierto, pero al final todos decidimos que es un sitio maravilloso para vivir.

T.S. Una autocomplacencia basada en un éxito evidente. Porque en términos de marca y en términos publicitarios, la ciudad aprovechó muy bien el 92 y se ha convertido en un referente. Cuando sales fuera es casi más conocida que Madrid, o por lo menos más apreciada que Madrid. L.R. Más, sin duda alguna.

L.R. No me cabe ninguna duda. A lo mejor precisamente porque nos gusta somos más críticos, aunque eso forma parte de la forma de ser de cada uno. T.S. Todos tenemos un recuerdo de una Barcelona mejor, ¿no? A mí me pasa con la Barcelona del 92 y la previa, que era una ciudad con más energía (a lo mejor era yo el que tenía más energía). Me acuerdo que en aquella época la gente hablaba de la Barcelona de Ocaña, la de la Rambla o la de la Transición, que también era muy divertida y muy interesante. Siempre hay una especie de recuerdo del pasado, ¿no? L.R. Había ilusión, y creo que la ilusión es conveniente en todos los terrenos de la vida. Ciertamente, en aquel momento era un espejo en el que todos nos mirábamos. Yo creo que es un momento que pasó y que no se aprovechó suficientemente. Estábamos convencidos de que los Juegos Olímpicos iban a ser —y creo que siempre lo han sido— una referencia para Barcelona y una presencia mediática en todo el mundo, una gran campaña de publicidad. T.S. Una campaña excelente. L.R. Sí. Gratuita y productiva, pues además todo salió muy bien. Si partimos del hecho de que es una de las ciudades en que mejor se vive de España —y en ese sentido hay pocas dudas—, yo pensaba entonces que Barcelona, con su clima, con su buena situación geográfica, con su aeropuerto, podía ser la sede de las oficinas centrales de grandes compañías internacionales en Europa, ahora que se puede instalar el cuartel general de una gran empresa en cualquier parte. Pero eso no sólo no ha sido así, sino que ha sido exactamente lo contrario: ahora tenemos menos tejido industrial que antes de los Juegos. ¿Por qué? Bueno, hay muchas razones para ello, pero lo cierto es que, siendo sin duda un lugar ideal para ser una gran ciudad en Europa, un sitio que todas las encuestas califican como excelente para vivir y para disfrutar, resulta que nos hemos quedado un poco como capital de provincia, cuando podría haber sido una capital económica indiscutible. T.S. ¿Qué hubiera hecho falta para eso? L.R. (Risas) No sé… Es difícil explicar una ciudad. T.S. ¿Para ser un Ámsterdam?

T.S. Pero es cierto que ahora mismo es una ciudad que se contempla en el espejo y dice qué guapa soy, qué estupenda me encuentro. L.R. Sí, sí, exactamente. T.S. Y tampoco hay, aunque se ha intentado buscar, una nueva ilusión colectiva. Aunque es triste que la ciudad siempre tenga que funcionar a base de sueños. El Fórum fue un intento desgraciado… L.R. Bueno, desgraciado tampoco. El Fórum fue desgraciado en el sentido de que no provocó lo que los ciudadanos esperábamos, pero sirvió para recuperar una parte importante de la ciudad. Podemos discutir sobre la estética y la arquitectura de la zona, o sobre el volumen de sus edificios, pero la verdad es que aquella parte de la ciudad ¡quién la ha visto y quién la ve!, ha cambiado absolutamente. Yo estoy convencido de que eso ha sido útil. La zona no hubiera mejorado de esa forma si no es con un impulso en parte ficticio, con una excusa que nadie comprendió exactamente. Pero yo creo que no fue una mala idea. T.S. Yo tengo la sensación de que se explicó muy mal. L.R. Sí, probablemente fue así. Para mí, el Fórum ha tenido un resultado positivo en el terreno del urbanismo. Sirvió para terminar de recuperar lo que se inició con los Juegos Olímpicos y la Villa Olímpica, y además conseguir un frente de mar que hace veinte años no existía; bueno, existía, pero estaba absolutamente degradado y sin ninguna posibilidad, y ahora está bien, yo creo que en términos relativos está bien. El Fórum ha servido para rematar esto y para que Badalona también se una a esta recuperación. En este sentido, se hizo bastante bien, aunque ciertamente en el terreno cultural, en el terreno del acontecimiento, el Fórum no fue un hecho relevante. T.S. No. Hubo una cierta intención de convertirlo en un éxito social y de público que tampoco se logró del todo. Había una idea de rentabilizar mediante entradas lo que a mí me parecía una especie de parque temático un poco absurdo, ¿no?, cuando en realidad el esfuerzo fue magnífico. Y también el nivel de la gente que vino y la grandeza del planteamiento, pero eso no se contó nunca. Se explicó mal y se convirtió en una especie de parque de atracciones sin demasiado sentido.

L.R. Un Ámsterdam con sol y playa. T.S. Con sol y playa, sí, sí. Y con comida. L.R. Con mucha mejor comida. Sin ir más lejos, un Milán con sol y playa. Milán se parece más, está más cerca. Y el peso que tiene Milán en Italia no es comparable al que tiene Barcelona en España, ¿no? Y eso que Milán no tiene vistas al mar. T.S. Es cierto. L.R. No ha sido así. Coincidiendo con los Juegos, las grandes empresas españolas privatizadas y también las multinacionales se establecieron en Madrid, tampoco entiendo exactamente por qué. Probablemente, aquí tampoco nos hemos planteado nunca el tratar de atraer grandes empresas o multinacionales, seguramente no hay un planteamiento por parte de las administraciones para conseguirlo. Pero eso es sólo un dato concreto. El problema de Barcelona no se acaba con ser sede de grandes compañías: es una ciudad que ha perdido peso, que a mi modo de ver es menos cosmopolita de lo que era, y entiendo que está demasiado volcada en sí misma. Estamos siempre con problemas interiores que nos mortifican y que nos están en cierto modo encerrando en nosotros mismos. Es verdad que estamos recibiendo un número de visitantes muy, muy alto, pero visitantes de un cierto nivel vienen cada vez menos, lo que sería más conveniente y positivo, pues son los que dejan más recursos. T.S. Hay una cierta autocomplacencia, ¿no? L.R. Absoluta.

L.R. Sí, pero lo que ha quedado no está mal, en mi opinión. Y no sé si todo eso se hubiera podido hacer si no hubiera habido una idea que lo provocara. T.S. Ahora que dices lo de Badalona, una cosa que me llama la atención y que siempre planteo cuando trabajo con el Ayuntamiento (aunque nunca me hacen demasiado caso) es aquella idea de la Gran Barcelona que existió en un momento, lo de la corporación metropolitana, que hubiera dado a la ciudad una posición más ambiciosa, un poder y un tamaño mayor. Yo creo que fue Jordi Pujol el que se cargó esa idea por una cierta sensación de competencia, ¿no? Era una gran idea si se hubiera coordinado bien, pero en cambio hemos troceado Barcelona, la hemos parcelado, y al final no podemos contemplar la ciudad desde un punto de vista más amplio. L.R. Es que es necesario además adoptar esa visión amplia, está clarísimo. La ciudad ya no es sólo la ciudad, ni el término municipal, sino que es eso y todo lo que hay alrededor. Dos tercios de los habitantes de Cataluña viven en esa área metropolitana, de manera que la recuperación de esa idea y una cabeza que coordine su puesta en marcha me parece algo muy necesario. T.S. Y hablando de situaciones paradójicas, tenemos por ejemplo la térmica del Besós, que es un equipamiento que por lo visto queda vacío y que es inmenso, y que en teoría pertenece a un ayuntamiento que es como Santa Coloma que lo máximo que puede hacer con ello es un museo del calzado, y en cambio es la instalación más grande de Europa…

L.R. Cabrían muchos pares de zapatos en un museo del calzado así… (risas). T.S. Y sin una coordinación, sin una perspectiva global eso no se puede hacer bien, ¿no? O sea, que hay oportunidades magníficas que sólo se pueden aprovechar desde la grandeza de miras. Y en cambio esta ciudad, es verdad, se ha quedado como parcelada, como dividida. L.R. Sí, sin duda. Barcelona se está convirtiendo en una ciudad low cost. Yo no tengo nada contra el low cost (y además lo utilizo muchísimo), pero creo que tenemos que intentar que pasen cosas de más nivel, de más trascendencia. Me parece que nos estamos convirtiendo progresivamente en una capital de provincia. Y desde luego lo somos, pero nunca lo hemos sido, me explico: en España hay muchas ciudades que siempre han sido capital de provincia y no les pasa nada, llevan una vida más o menos sedentaria donde no sucede casi nunca nada, pero es que aquí sí pasaban cosas. Barcelona era la ciudad europea e internacional de España. Y en distintas áreas, por ejemplo en el terreno de la música o en el de las artes hay un bajón evidente. Cuando yo empecé a trabajar en publicidad, el 60% de las agencias estaba en Barcelona. Las compañías americanas se instalaban todas en Barcelona, y en cambio hoy me parece que no hay ninguna ya. En mi caso, nosotros mantenemos aquí la sede de Media Planning (la agencia en la que está implicada mi familia) por razones sentimentales. Pero la mayor parte de los clientes no está aquí y los proveedores tampoco. Entonces, ¿por qué seguimos? Pues por una especie de resistencia numantina y porque estaría mal, con todo esto que predico de Barcelona, marcharme yo con mi empresa, pero lo cierto es que tendría todo el sentido: somos muy fuertes en América Latina, y de Madrid a América Latina se vuela con mucha facilidad y varias veces al día, mientras que desde aquí es un inconveniente. T.S. En S.C.P.F. ocurrió exactamente igual. Estamos todos aquí también por la cuestión sentimental, y de hecho nos perjudica, porque por ejemplo nosotros tenemos una oficina en Madrid desde hace muchos años, pero en la medida en que los socios no estamos viviendo en Madrid hay una cierta percepción de que no nos tomamos en serio realmente lo que pasa allí y por tanto nos perjudica, nos invalida de cara a determinadas cuentas importantes. L.R. Es que el cambio ha sido brutal. No es que haya habido una cierta pérdida de importancia de Barcelona en los últimos treinta años. Es que no tiene nada que ver. También ha sucedido en otros muchos terrenos: por ejemplo, de las diez grandes constructoras que hay en España, nueve tienen la sede en Madrid, algo que no pasaba hace veinte años. Y luego hay sectores en los que el éxodo de los profesionales es muy importante, lo cual tampoco es bueno para la ciudad. Lo bueno sería que la gente de un cierto nivel se quedara y trabajara aquí. En el campo de la publicidad, antes la mayor parte de los buenos publicitarios estaban en Barcelona. Ahora, probablemente, lo ideal sería que nos fuéramos todos a Madrid… T.S. Yo tendría que hacer lo mismo… L.R. Y los ingenieros de caminos, por ejemplo. Y en el terreno de la televisión, resulta que grandes profesionales radicados ahora en Madrid son catalanes. ¿Por qué? Porque aquí tienen muy pocas posibilidades. TV3… T.S. Hablando de la cultura, la semana pasada estuve comiendo con Pilar Izaguirre, que es una productora de teatro que trajo aquí a Tim Robbins, y me contaba que su productora tenía un gran cariño por la ciudad y que, sin embargo, era imposible hacer nada. Es una cuestión de pequeñez absoluta, esa concepción de lo propio tan poco universal. Pero no creo que sea porque Cataluña no sea universal, sino porque hay una cierta endogamia o encaparazonamiento. L.R. Sí, pero lo terrible es que Barcelona ha sido ejemplo europeo y mundial de ciudad cosmopolita, de ciudad donde pasaban cosas de un gran nivel en todos los terrenos. Y ahora que somos más populares, que nos han colocado el mapa, en cambio nos estamos convirtiendo en una ciudad simplemente muy simpática, muy agradable. Por ejemplo, entiendo que el destino preferido de los estudiantes europeos es Barcelona, porque es muy agradable, hay playa, y luego por lo visto la noche de Barcelona, que yo ya tengo bastante abandonada, es la mejor de Europa y la gente quiere vivir aquí una

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temporada, pero el drama es que luego se van. Esa caída de la ciudad es difícil de explicar, y yo tampoco tengo la solución. T.S. Yo supongo que, como en todo, las causas son muchas. Es evidente que Madrid se ha convertido por muchas razones en un centro financiero y de negocios mundial, seguramente por la relación y las posibilidades que hay con Latinoamérica, que ahora es una zona claramente emergente. L.R. Sí, eso sin duda ha ayudado. T.S. Nosotros siempre hemos estado fuera de los circuitos, y yo creo que eso fue una razón por la que esta ciudad utilizó más energía para convertirse en algo. Sí, había una especie de entusiasmo, de energía que venía del hecho de que nadie nos hacía caso, ¿no?, pues vamos a inventar nosotros. L.R. Es cierto que la comunicación aérea ha contribuido fuertemente a que Madrid se haya desarrollado. Antes los europeos venían a Barcelona en tren o en coche, y estaba más cerca. Ahora, Madrid está igual de cerca o más que Barcelona y, como tú has dicho, es el enlace directo con América Latina. Pero yo creo que hay algo más que eso. Aquí hay un cierto espíritu, como tú has dicho antes, de estar encantados de habernos conocido. T.S. Eso es lo pernicioso del éxito, que muchas veces te paraliza. Es esa sensación de «ya he llegado», de «ya no me queda nada que hacer, más que sentarme a contemplar mi obra». L.R. Sí. Luego otra cosa que también nos pasa, y que es bastante propia del espíritu catalán, es creernos que somos los mejores en general. Creo que para mejorar en algo hay que hacer la lista de errores. Lo cierto es que Barcelona ya no es la capital de la publicidad, ni del mundo de arte. Ni de la música, que lo era sin ninguna duda. Ni de los medios de comunicación. T.S. Y la industria editorial. L.R. Sí. Bueno, tenemos al señor Lara con su Planeta aquí, afortunadamente, pero es evidente que ha habido un desplazamiento muy claro hacia Madrid, en este sector y en otros de los que ya hemos hablado. Porque además podrían haberse ido unos cuantos y quedarse otros, pero lo cierto es que ya quedan pocas sedes de multinacionales, o de grandes empresas cotizadas en bolsa, salvo La Caixa, Gas Natural, Abertis… T.S. Por La Caixa. L.R. Por La Caixa, porque si no fuera por la central no estaría, eso es así. A mí me duele ver que a lo largo de mi vida esta ciudad ha perdido peso. Si hubiera que simplificar en una frase lo que yo siento de Barcelona es que ha perdido peso, ha perdido entidad. Y no respecto a Madrid, sino respecto a Europa. T.S. Es curioso, porque hay algo contradictorio en el hecho de que la imagen de Barcelona que se extrae de las encuestas o de la información es realmente positiva, incluso muy positiva, y sin embargo es cierto que a la vez hay una sensación interna de decadencia, de que algo no marcha bien. Y el caso es que la ciudad ha mejorado mucho, yo creo que es una ciudad magnífica. Pero quizá lo que ha ocurrido es que los gobiernos sucesivos de Barcelona han incidido más en cosas como la limpieza, el buen funcionamiento interno, el escuchar mucho a la gente, la cercanía, los barrios…, y han construido una ciudad muy amable, muy cómoda, muy limpia, muy fantástica, muy bien comunicada, pero que no tiene una ambición, que no tiene un sueño, más allá de mirarse en el espejo. L.R. Yo hace tiempo escribí un artículo en el que decía que Barcelona corre el riesgo de ser Niza. Niza es una ciudad francesa que todo el mundo conoce, que recibe muchos turistas pero en la que no pasa nunca nada, es una capital de provincia muy agradable para vivir, pero en ella no sucede nada interesante. Allí ya no vive ningún francés relevante, se han ido todos. Y lo mismo ha sucedido con Lyon, donde había grandes empresas y gente importantísima. Ahora ha perdido absolutamente su papel, ya no se habla de ella en Francia. T.S. A mí hay una cosa que me molesta de Barcelona y

que noto cuando voy a Berlín o a Lisboa, y es que es una ciudad que se ha reglamentado excesivamente, ¿no?

T.S. En cuanto a la lengua catalana, no creo que el idioma sea un tema baladí en este asunto, ¿no?

L.R. Sí, eso es cierto.

L.R. No, es más bien un tema que tiene importancia.

T.S. Hay un orden excesivo. En Berlín, por ejemplo, existe un cierto caos. Es verdad que los berlineses son gente más educada y que pueden hacer barbacoas en un parque y no pasa nada, y aquí si dejamos hacer eso seguramente tendríamos incendios todos los días (risas). Pero allí hay una cierta alegría que no hay en Barcelona. Una ciudad joven y moderna como es Barcelona podría ser una ciudad más divertida, donde hubiera más ebullición (más allá de la noche). Eso pasa en Lisboa, donde de repente ves un bar en un sitio en el que no tendría que estar, y es magnífico que esté ahí. Aquí no pasa ya, aquí para hacer una fachada hay que pedir diecisiete mil permisos, para pintar una farola hay que pelearse, ¿no?

LLUCIÀ HOMS: Hay un tema que me gustaría tratar. Jordi Pujol comentaba que hay unos aspectos, por ejemplo la investigación biomédica, en que sí que somos punteros en el mundo. Por otra parte, en relación con la educación, ¿es sintomático que por ejemplo las universidades de Barcelona estén tan mal, pero en cambio sí que seamos sede de dos grandes escuelas de negocio que a nivel internacional son realmente un referente? Podríamos hablar también de en qué sectores somos punteros.

L.R. Siempre ha sido así. T.S. ¿Sí? L.R. Sí, yo creo que sí. Ese tema de la reglamentación urbanística sucede en toda España, no sólo aquí. Pero lo que es indiscutible es que Barcelona es el paraíso de los jóvenes, eso lo tengo muy claro. Para los que tienen alrededor de veinte años, de cualquier país del mundo, Barcelona se ha convertido en un mito. T.S. Sí, tengo hijos adolescentes. (Risas) L.R. Por lo visto a partir de las ocho de la tarde se vuelve una ciudad espectacular para los jóvenes. A mí me parece buenísimo que sea el destino Erasmus prioritario dentro de toda Europa, pero más allá de eso me gustaría que Barcelona recuperara su peso, su papel de ciudad avanzada, importante, decisiva. T.S. Lo que sucede, probablemente, es que en un mundo globalizado, tan interconectado, donde los centros de decisión se reducen mucho, posiblemente no haya un lugar para Barcelona, hay que dar demasiados codazos para encontrar un sitio. Madrid tiene la fortuna de su relación privilegiada con el mundo latinoamericano, porque si no tampoco pintaría mucho… L.R. Sí, probablemente aquí nuestros administradores han mirado más hacia Europa que hacia América Latina, en el terreno cultural y sobre todo en el terreno económico. Si se hubiera cuidado más esto, a lo mejor tendríamos vuelos todos los días a Buenos Aires, a México, a Sao Paulo y a Río, pero no ha sido así. Por otro lado, yo, que voy mucho a América Latina, noto que los catalanes todavía tenemos una imagen de prestigio, de «estos lo hacen bien». Eso probablemente se podía haber aprovechado mejor. Pero está claro que aquí hemos mirado un poco más hacia Alemania o hacia Suiza, y luego hacia Europa del Este. T.S. Son mercados donde hay mucha competencia, que están muy agotados. L.R. Son mucho más difíciles para nosotros que los países de América Latina. T.S. Nosotros tenemos una pequeña oficina en Miami, pues estamos tratando de abrirnos paso en el mercado latinoamericano, y mi socio allí, Ignasi Puig, decía que tenía la sensación de que aquí estábamos trabajando en una bolsa de petróleo pequeña, aplicados todos en lo mismo tanto en Madrid como en Barcelona, y en cambio allí había una bolsa de petróleo enorme y estaba él solo, y pedía que le ayudáramos porque las posibilidades son inmensas. L.R. Además ahí tienes tu idioma, una cultura probablemente más parecida, y luego siempre tienes amigos, parientes... Es un continente que está claro que aún tiene muchas dificultades, pero que ha crecido y seguirá creciendo de una manera exponencial. T.S. Y nosotros allí tenemos una cierta aura de prestigio por ser españoles, y por ser catalanes, porque del mismo modo que nuestra cultura en Estados Unidos no tiene nada que hacer, ni nos conocen ni les importamos, en Latinoamérica hay una cierta sensación de que estos tipos son tipos serios, saben de dónde vienen. L.R. No hace mucho, me decían en Italia: «Qué suerte tenéis los españoles con América Latina». Y es verdad.

T.S. Desde siempre ha habido un intento de convertir Barcelona en la capital de la creatividad, del diseño. Pero, claro, eso no se puede lograr si no hay dinero. El otro día, me contaba Ferran Adrià que había estado en Londres y que estaba magnífico, que hay una creatividad desbordante. Y yo decía «no, en eso está mucho mejor Berlín». Y él decía: «No, Londres. La creatividad sin dinero no funciona. En Londres hay dinero y en Berlín no, y la creatividad surge en Londres», y creo que tiene mucha razón. Si no hay una vuelta de la industria y del capital, difícilmente habrá una vuelta a la creatividad, es imposible. Y eso a pesar de que los creativos del mundo seguramente quisieran trabajar aquí… L.R. El arte —y el diseño no deja de ser arte— siempre ha seguido al capital, desde la antigua Grecia, pasando por Roma y luego un poco más cerca Venecia y Florencia. Y luego París, y durante los últimos veinte años está claro que es Nueva York. Los artistas están todos allí. Y bueno, Barcelona es otra historia... Ahora se compra mucho más arte en Madrid que en Barcelona en términos relativos. T.S. Está claro. En cuanto a la biomedicina, parece que sí somos una ciudad especialmente potente en ese asunto. L.R. Por desgracia, Barcelona tiene pocos elementos diferenciales. Activos tiene muchos, y uno de ellos es ESADE, que lleva tres años siendo según el Wall Street Journal la primera escuela de negocios del mundo. Eso pasa en París y se organiza un revuelo, se publicaría en primera página, y aquí en cambio sale en una notita muy pequeña. Esto es un activo clarísimo. Una escuela así, ¿sabes lo que es eso para una ciudad? Es importantísimo tener gente que ha estudiado aquí, y que luego se quede a trabajar aquí. En biomedicina, tenemos al doctor Valentín Fuster, aunque me parece que él también ha derivado hacia Madrid, o por lo menos tiene un pie allí. Pero está el doctor Baselga, se trata de una fundación FERO, que es una eminencia mundial en el tema de la oncología. Estamos montando una fundación, la Fundación FERO, que en tres años será el primer centro de investigación oncológica de Europa. Hay ya cien americanos trabajando aquí. Y luego está el doctor Joan Massagué, otra eminencia, y están los doctores Carlos Cordón y Pedro Alonso. Creo que Barcelona tiene pocos elementos diferenciales: la biomedicina, los centros sanitarios, las escuelas de negocios y Gaudí. T.S. Y el Barça. L.R. Ciertamente el Barça es otro activo que nos da proyección. Habría que apoyar más todas estas cosas que nos dan proyección, como las escuelas de negocio aunque sean privadas. Yo creo que hay que apoyar lo bueno, sea privado o no. T.S. Lo curioso es que esta discusión no está extendida En la calle se habla del funcionamiento de la ciudad, de la limpieza, la seguridad… que si hay robos, que si hay gente que orina en la calle… Los medios están constantemente machacando sobre estos temas, que son precisamente los que, en mi opinión, están mejor resueltos. Pero esto hace que el Ayuntamiento se despiste tremendamente a la hora de identificar sus prioridades. Lo importante ahora es poner más policía, que haya menos hurtos en el Barrio Gótico, que esté más limpia no sé qué calle… Yo ya no sé qué tienen que limpiar, están todo el día haciendo obras, todo el día cambiando las aceras, todo el día poniendo árboles, todo el día haciendo plazas. L.R. Es cierto que ésa es la principal preocupación, de lo que la gente habla, y lo que básicamente se critica. Y es un problema no despreciable.

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2005 TXEMA SALVANS

CARRETERA C-31. LA CIUDAD EMPIEZA A QUEDAR ATRÁS. CON LA PERSISTENCIA DE UN DOMINGUERO Y CAMUFLADO DE TOPÓGRAFO, TXEMA SALVANS SE HA CONVERTIDO EN UN

VOYEUR. DELANTE DE SU TRÍPODE Y DE SUS LENTES, LA NUEVA BABILONIA QUE RODEA NUESTRAS CIUDADES

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2006 FERRAN FREIXA

EN EL SIGLO XIX, LOS COMPLEJOS INDUSTRIALES PROLIFERARON EN LAS ZONAS RURALES DEL NORTE DE ESPAÑA. HOY, CASI TODOS ESTÁN ABANDONADOS Y EN AVANZADO ESTADO DE DETERIORO. FERRAN FREIXA VISITA ESTOS LUGARES ENGULLIDOS POR EL TIEMPO, EN LOS QUE LA VEGETACIÓN CAMPA A SUS ANCHAS. UN VIAJE EN BLANCO Y NEGRO A UN PASADO NO TAN REMOTO

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Colonia de Estabanell-Matabosch Camprodon, Gerona


Colonia Vila-Seca Sant Vicen莽 de Torell贸, Barcelona


Colonia Els Comdals Manresa, Barcelona


2009 MANEL ESCLUSA

ANOCHECE. LA CIUDAD QUE VIVE AL SOL DESAPARECE Y NACE UNA NUEVA DE ENTRE LAS SOMBRAS. LOS JUEGOS DE LUCES CAMBIAN LA CARA DE LOS EDIFICIOS Y LA LUNA ESCONDE MÁS QUE MUESTRA EL LADO CANALLA DE LA CIUDAD. UNA URBE QUE SÓLO EXISTE DE NOCHE

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[ UNO ] BARCELONA (HA CAMBIADO, ESTÁ CAMBIANDO) Durante muchos años Barcelona había sido una ciudad gris y discreta, pero también misteriosa, llena de lugares escondidos y extraordinarios, desconocidos por el turista apresurado. En los años ochenta, por estar trabajando en programas de televisión o por otro motivo, hice a veces de guía improvisado de visitantes. Al músico John Cale le fascinó el vértigo de una discreta escalera en un torre de la Sagrada Familia: acababa en el vacío. Decía que parecía pensada para suicidas y que eso era todo un detalle para una iglesia católica. Lo que más le gustó a Pedro Almodóvar fue un club nocturno muy canalla, muy cutre y muy marciano, llamado Villa Rosa (¿o era Viña Rosa?). El músico Robert Wyatt no necesitaba guía: fue él quien me descubrió las maravillosas peñas flamencas del extrarradio. Y al actor Jean-Pierre Léaud le encantaron los bares con absenta y los chiringuitos de la playa de la Barceloneta, que luego se derribaron. Ya no existen.

han tenido sus dosis de felicidad algunas noches, se cerraron por ordenanzas municipales o se derribaron por operaciones inmobiliarias. Ahora se echa en falta en Barcelona un lugar de encuentro entre artistas, escritores y noctámbulos variados, muy variados, como eran los locales mencionados o también el bar Zigzag, equivalentes de lo que en el Madrid de la Movida significaron Rockola y el Sol. En cuanto a la Barcelona fotografiada por Manel Esclusa, ha sido siempre nocturna y noctámbula. Tendría un punto canalla si en ella aparecieran seres humanos, personas o personajes, pero en sus fotos la ciudad aparece desierta, despoblada, y sus presencias son iluminaciones y apariciones que se dibujan en la oscuridad. Su Barcelona es onírica, es poesía fotográfica, tiene el don de la ebriedad y del misterio. No se parece nada a la que han soñado sus dos últimos alcaldes.

en unos cuadros blancos que confronta con el confuso paisaje natural del que proceden, y Jardí d’humus, que presentó en febrero de 2006. En ésta, el agua interviene como elemento transformador, a la vez destructor y creador, disolviendo la emulsión fotográfica y las formas que había fijado, y sustituyéndolas por manchas y formas azarosas. El resultado es un inesperado y colorista pictorialismo del siglo XXI, un expresionismo abstracto emparentable con la pintura experimental de Darío Urzay y con las pinturas cinematográficas de Sistiaga, pero distinto y específicamente fotográfico.

[ DOS ] En aquellos chiringuitos podías comer frente al mar, con los pies en la arena, o cenar a la luz de las velas mientras la luna roja aparecía por el horizonte marino. Antes del gran escaparate olímpico, Barcelona era todavía esa ciudad singular y romántica que el director de cine y publicista de ciudades Woody Allen buscó quizá demasiado tarde. Esos y otros lugares aún no habían sido alcanzados por la globalización, esa alienante uniformización consumista, esa pusilánime igualación por el rasero de lo fácil, acrítico y banal, esa culminación del sometimiento a la sociedad del espectáculo disfrazada de progresismo populista. Aquella Barcelona discreta y misteriosa se acabó antes de los Juegos Olímpicos de 1992. Los poderes municipales se propusieron «poner guapa» a la ciudad lavando las fachadas de los edificios y así se descubrió una arquitectura que durante decenios había quedado oculta por la mugre urbana. Bohigas y Maragall tuvieron la buena idea de abrir la ciudad al mar, al que Barcelona siempre había dado la espalda. Pero la deseable modernización fue un tanto histérica y de la discreción excesiva se pasó al exhibicionismo falseador. La renovación olímpica no se aprovechó para convertir a Barcelona en una capital de la modernidad auténtica. Esto era difícil, pero se podía conseguir dando cancha a la gente con ideas buenas y frescas, facilitando la vida a los creadores freelance y fomentando o por lo menos no saboteando las actividades que producen belleza y diversión sin hacer daño a terceros. En vez de eso, se intentó convertir a Barcelona en un escaparate de la modernez de diseño, en un anuncio de agencias de viaje. Y se logró. Plantaron tantas palmeras que la capital catalana parecía Miami Beach y se llenó de cotorras. Y hasta fabricaron playas donde no las había. Pero la naturaleza es muy realista y por ello el mar destruye periódicamente esas nuevas playas mediante formidables oleajes que se llevan la arena postiza al fondo del mar. Lo cual obliga a restaurarlas y a aumentar aún más los también formidables impuestos. De ahí a la conversión de la ciudad en un parque temático para turistas, cada vez más vulgar y concebido de espaldas a unos ciudadanos tratados como contribuyentes pasivos, no había más que un paso, que al parecer ya se ha dado. En cualquier caso, ni ese desagradable falseamiento, ni la reciente invasión de ladrones impunes, ni las obras de túneles que se han hundido o que se podrían hundir, lograrán evitar que Barcelona siga siendo una ciudad atractiva por su vida musical, cultural, callejera y nocturna, y por lo cerca que queda de playas, calas y montañas disfrutables. Otra cosa que han conseguido los poderes locales es imponer una especie de amnesia selectiva enfocada contra el movimiento libertario y las asociaciones de vecinos, dos peligros setenteros ya desactivados. En cuanto a lugares de encuentro y moderna diversión, ahora todo está disperso y especializado. Y lo demás son espectáculos de masas. Tenemos el anual zombirama y los ligues del festival Sónar, pero locales como Zeleste y el antiguo Bikini, donde varias generaciones

EN EL FLUIR DE LO SÓLIDO JUAN BUFILL

MANEL ESCLUSA, EL REVELADOR Creo que algunas series de Manel Esclusa son aportaciones significativas al lenguaje y a la historia de la fotografía, lo que no es poco. Más allá de distinciones entre realidad y ensoñación, la de Esclusa ha sido siempre una fotografía experimental, en el mismo sentido en que se puede hablar de un cine experimental no porque sea un mero experimento, sino porque es y ofrece una experiencia parecida a una aventura, capaz de aportar descubrimientos y sorpresas más allá de lo consabido.

Naus (Naves) fue la primera serie fotográfica suya que despertó una merecida admiración en un público amplio. La presentó en la galería René Metras, de Barcelona, en la Primavera Fotográfica de 1984. Esclusa logró en Naus algo dificilísimo, y también difícil de explicar. En cada fotografía se da, se hace visible, un raro deslizamiento de lo real a lo irreal. No son instantáneas, sino duraciones fotográficas fijadas en una sola imagen imposible de ver en la realidad, pues esa imagen incluye un fluir, muestra el curso del tiempo, y eso no se ve en un instante real. Una de las claves de buena parte de la obra fotográfica de Esclusa es la duración, la extensión del tiempo de exposición, un acto revelador sólo posible en la noche. La fotografía de Esclusa es nocturna porque él es un animal nocturno, pero también por imperativo fotográfico: de día, no sería posible componer tales paisajes, pues el tiempo, a plena luz, quema las formas. Esclusa actuó en Naus como un fotógrafo pionero. Por ejemplo, inventó trucos para captar con naturalidad a la vez la quietud y el movimiento de un barco en la leve oscilación de unas aguas portuarias. Iluminaba fugazmente una parte de la nave, que se fijaba con nitidez en la fotografía, mientras la larga exposición de esa misma toma dibujaba en las zonas más oscuras también el movimiento de ese barco. Si se comprende bien la foto, parece un prodigio, posible y real sólo en esa imagen. Son fotografías temporales, como un cine experimental, pero específicamente fotográficas. Representan a la vez el movimiento y la quietud. Y en ese «a la vez» está el prodigio y la magia. Desde entonces, Esclusa ha explorado en sucesivas series las posibilidades de la transformación y de la disolución de las formas en el tiempo, en el movimiento y en la luz. La noche, el agua, el paso del tiempo, las apariciones por azar (siempre buscado) y la iluminación de lo oscuro son temas esenciales en su obra, que ha desarrollado en series como Aquariana (1986-1989), Urbs de nit (que el autor empezó en 1984 y algunas de cuyas imágenes se publican en este volumen de Matador), Trencadís (1992), Scantac (1995-2000) y Aiguallum (desde 2000), así como en la instalación Figuracions a l’espai (1990). Son especialmente memorables los peces móviles de Aquariana, entre el color y el sin color, y los huesos alumbrados de Scantac, una serie de autorretratos por TAC, en blanco y negro, de distintas zonas del interior de su cuerpo. En Scantac lo más propio aparece como extraño, lo humano se hace paisaje y lo orgánico parece cósmico. Las últimas series de Esclusa son L’ ombra del paisatge (desde 2006), donde aísla sombras de árboles y plantas

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CUADERNO SECRETO

AÑOS 90. ENTRAMOS DE LA MANO DE FERRAN ADRIÀ EN LA COCINA DE EL BULLI. DESDE

1984, EL MEJOR COCINERO DEL MUNDO ANOTA PROFUSAMENTE EN AGENDAS Y LIBRETAS TODO LO QUE PASA POR SU IMAGINACIÓN. TANTO LAS IDEAS PARA SUS PLATOS COMO LA LISTA DE LA COMPRA O SUS VIVENCIAS PERSONALES. LAS AGENDAS SON EL ARCHIVO DE SU VIDA, LA MEMORIA DE SU COCINA Y SU EXPERIENCIA. EN ELLAS QUEDA REFLEJADA LA SENCILLEZ DE LOS PRIMEROS MOMENTOS, CUANDO TRABAJABA ÉL SOLO, SIN EQUIPO, Y EL MUNDO AÚN NO HABÍA DESCUBIERTO LA GRANDEZA DE SU COCINA. BIENVENIDOS A EL BULLI. RECORRER LAS AGENDAS DE FERRAN ADRIÀ Y LOS DIBUJOS QUE HACÍA DE SUS PLATOS ES INICIAR UN VIAJE A TRAVÉS DE SU MEMORIA CREATIVA. UN TESORO BIEN GUARDADO QUE HOY SE DESVELA. EL PROPIO ADRIÀ HABLA DE SU CONTENIDO.

M | FERRAN ADRIÀ | 160-161


«1992 ES UN AÑO IMPORTANTE PARA EL BULLI. LA LIBRETA CONTIENE EL EMBRIÓN DE EL SABOR DEL MEDITERRÁNEO, EL PRIMER LIBRO SOBRE NUESTRA FORMA DE ENTENDER LA GASTRONOMÍA, PUBLICADO AL AÑO SIGUIENTE. TAMBIÉN ESTÁN TODAS LAS IDEAS PARA CONSTRUIR EL ESPACIO FÍSICO DE NUESTRA COCINA, QUE HOY, 17 AÑOS DESPUÉS, SIGUE ESTANDO A LA VANGUARDIA DEL MUNDO CULINARIO. PASAMOS DE TENER 40 METROS A 350.»



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«APUNTES DE IDEAS PARA PLATOS DEL AÑO 1997. A PARTIR

«NOTAS DE LA “PRIMERA AUTOCRÍTICA”, TOMADAS

DE LAS IDEAS, VA SALIENDO CADA PLATO. HOY EL PROCESO

EL 2 DE JUNIO DE 1997. DESDE EL PRINCIPIO, EN EL BULLI

CREATIVO ES IGUAL: PARTO DE UNA IDEA Y, SI ÉSTA FUNCIONA,

HA SIDO MUY IMPORTANTE EL ESPÍRITU DE SUPERACIÓN. YA

SALE LA RECETA. NO SÉ DE QUÉ DEPENDE QUE UN PLATO

EN AQUELLA PRIMERA ÉPOCA ÉRAMOS MUY EXIGENTES, Y NOS

FUNCIONE O NO, PERO LO SÉ DE FORMA INSTINTIVA.»

PLANTEÁBAMOS CONSTANTEMENTE QUÉ PODÍAMOS MEJORAR, NO SÓLO EN LOS PLATOS, SINO EN TODO EL RESTAURANTE. ESE ESPÍRITU SIGUE VIVO HOY EN DÍA.»



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