Empaquetar Empaquetar galletas con glaseado implica que no se pueden amontonar. En este caso hemos utilizado la tapadera de una caja de zapatos color cartón. Una cartulina y una cinta que contrasten de forma bonita con nuestras galletas servirán para hacer un embalaje sencillo. Adornemos la lazada con recortes de fieltro, etiquetas, cuentas, pequeños retales de ganchillo, ramitas, flores o cualquier otro detalle que nos guste. ¡Ya está!