MONOLOGOS TALLER DE EXPRESIÓN

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MONÓLOGOS 2012

TALLER DE EXPRESIÓN 1º DBH


En estas páginas encontraréis los textos elaborados por los alumnos del Taller de Expresión. Monólogos que han trabajado durante la segunda evaluación, para la puesta en escena ante sus compañeros.


LA MAGIA DE LOS DIBUJOS ANIMADOS Hola, mi monólogo va sobre la magia de los dibujos animados. Por ejemplo, Popeye, que se come una lata de espinacas y… ¡toma músculo! Y en cambio yo, con solo tomarme una cucharada ya echo hasta... ¡mejor no hablar! Luego, Doraemon con su bolsillo, de ahí saca de todo, sin embargo yo, ¿qué me puedo encontrar? Pues... ¿un pañuelo de mocos? Y Phineas y Ferb, que llevan por lo menos cuatro años de vacaciones, y yo, como mucho, tengo dos o tres meses. También Los Simpson, que les conozco de toda la vida y… ¡no crecen nada! Y yo, cada año, ¡toma! Un año más. ¡Es normal que Lisa sea lista, si lleva veintidós años en el mismo curso! Los Lunis, que nos dicen que nos vayamos a la cama, y ellos ¡hala! Con el pijama puesto cantando, como si fuese una fiesta de pijamas. Dora la exploradora, yo creo que necesita gafas, porque tiene la casa que busca a su lado, y no la ve y además pregunta por la tele creyendo que le vamos a responder, ¡si no nos oye! A ver… ¿Qué madre le deja ir sola a una niña al bosque con un mono que habla? Spiderman, que se sostiene en una tela de araña, ¡venga ya! Yo, con solo pasar el dedo, se rompe. Los Picapiedra… yo no sé para qué cogen el coche, si total ¡se cansan más! Si van en coche, tienen que correr y aparte agarrar el coche y en cambio, andando van como ellos quieren. Bueno espero que os haya gustado mi monólogo. ¡Agur!

Por Naroa de la Fuente


MI HABITACIÓN Hola, yo os voy a hablar sobre mi habitación. Mi habitación está bien, pero a veces se me hace pequeña. Yo la tengo siempre recogida, y lo que más me fastidia es que entren sin mi permiso, como mi hermana, mi padre y mi madre. Cuando yo estoy en la sala, mi hermana va a mi cuarto y empieza a buscar mi cartera para quitarme el dinero, y para cuando la encuentra, está todo como una selva. Luego va mi madre y me echa una bronca porque la habitación está desordenada. Yo ni le hago caso, pero al final tengo que hacer otra vez la habitación. Cuando estoy terminando de ordenarla, va y entra, y me empieza: “eso no es ahí, eso tampoco…” hasta que ella me hace la habitación a su gusto. ¡Qué rabia! Creo que tendré que poner algo para que no entren, como una cámara oculta... No, mucho presupuesto. ¿Un candado? No, se me podría perder la llave. ¿Una alarma? No, mucho ruido. Pues ya sé, un guardia para que no les deje entrar. Ahora os voy a decir lo que hace mi padre: igual estoy durmiendo y va y entra diciéndome: “Jon, levántate, que tienes que ir a por el pan”. Pues… ¡me puede servir el guardia! Bueno, espero que os haya gustado. ¡Agur!

Por Jon González


LAS ETAPAS DE LA VIDA ¡Buenas! Yo os voy a hablar sobre las etapas de la vida: Los bebes: ¡cuando eres un bebé, tienes una suerte…! Porque, te echas un eructo y ¡hala, todo el mundo se ríe! Te echas un pedo y ¡hala, todo el mundo diciendo que qué bien huele! Y cuando cagas, ¡ni te cuento!, que si qué precioso, que si qué bien caga mi niño, y todos aplaudiendo. Luego, con tres años, todo lo que coges es una BOMBA, porque coges una lámpara, la tiras y hace: ¡KRASHHHHHHHHHHHHHHH! Y en seguida viene tu madre y te dice que quién la ha tirado, y le dices: -¡Se ha caído sola! Con cinco años, pareces un atleta, porque ves una puerta abierta, y corriendo a salir por ella, ves un balón, y corriendo a por el balón. Claro, ahora sé por qué tenía yo tantos “chichones“ a estas edades. Luego, con diez años, regatear, regatear y regatear es lo único que haces, cuando te dan la paga, a por el chantaje: diciéndoles: -¡Si no me das más, le digo a la amá o al aitá lo que le dijiste el otro día! Luego la edad del pavo, ¡Y no miro a nadie! Te levantas y directamente al baño a peinarte o a maquillarte. Además, te ríes por todo. Te dicen: -¡hola! Y tú: -¡Ja, ja, ja! Te insultan, y: -¡Ja, ja, ja! Una mala nota, y tú: -¡Ja, ja, ja! Luego, lo que más te interesa es tener novia o novio, y que si con él o con ella tener lío, solo un beso o un pico,… Las chicas se pueden pasar horas en el baño, que si raya azul o negra, que si escote, que si tacón de 12, 14, o 16. Bueno, pero no solo las chicas, porque los chicos, con el “yo más”… Yo más tonto, yo más alto, yo más fuerte, bueno,…


En la edad adulta, ¡un aburrimiento! Lo único que haces es estudiar para tener trabajo, buscar trabajo, que al final se convierte en trabajo y tener hijos, porque de alguna forma tienes que pasar el tiempo. Luego los ancianos. Hay un dicho que dice: “Ser anciano es como volver a ser un niño” Y es que tiene lo suyo, porque se les cae el pelo, se les caen los dientes, algunos llevan pañales y se les olvida todo. Por ejemplo: Le ves a tu vecina barriendo la hierba, o limpiando al perro con un bocadillo. ¡Pobrecitos!, bueno, yo prefiero quedarme en la edad del pavo con mi risa floja. Bueno, espero que os haya gustado mi monólogo.

Por Gaizka Fernandez


LAS PREGUNTAS TONTAS Buenas, yo os voy a hablar sobre las preguntas tontas. Por ejemplo, el otro día me llama mi madre, cojo el teléfono y me pregunta: “¿Estás dormida?” Es que… me dio tanta rabia que me dieron ganas de contestarle: ¡No, estoy hablando en sueños! Lo que también me parece una pregunta tontísima es la de que te llaman al fijo y te preguntan a ver si estás en casa, y piensas…No, si te parece estoy de vacaciones, pero se me ha ocurrido traerme el teléfono fijo! Luego, las profes, estás hablando con el amigo de al lado mientras ellas están dando una chapada y de repente, para de hablar y te pregunta a ver si estás hablando, lo peor es que saben perfectamente que sí, no me explico para qué lo preguntan, ¿para que dejemos de hablar? ¡Si saben que en cuanto se den la vuelta, vamos a seguir igual! También, dicen los ejercicios que hay que hacer mientras tú estás hablando con el compañero de al lado, por la chapa que está dando. Luego le preguntas los ejercicios que hay que hacer y te dice que lo ha repetido ya cinco veces por lo menos, pero…¿cómo me voy a enterar?, si estabas que si el sustantivo, que si el género…, ¡ufff…, un rollo! Luego, también, te caes por las escaleras y estás llorando… ¡Nunca falta el bobo que te pregunta a ver si estás bien! Hombre, si yo… cuando estoy bien, me tiro por los suelos a llorar… ¡De verdad…! Bueno, hay muchísimas preguntas tontas más, pero es que ahora mismo… Espero que os hayáis entretenido con mi monólogo. ¡Agur!

Por Haizea Casas


EL MAL TIEMPO ¡Hola! Yo os voy a hablar sobre el mal tiempo: A ver… ¿A quién le gusta el mal tiempo? ¡A mí por lo menos, no! Porque mira, por ejemplo, vas a salir con tus amigas, te planchas el pelo, te maquillas, te pones tu camiseta preferida y… ¿Para qué? Si total, llueve, se te riza el pelo y pareces el tío ese del 11 8 11, se te corre un poquito de rimel y ya… ¡pareces un zombi! Luego, pasa un camión, pisa un charco de barro y ¡Halaa! Te salpica de barro toda la camiseta, y además, ¡era tu preferida! Y vas por la calle con los pelos de bruja, que pareces un zombi y con la camiseta llena de barro. Bueno, lo que sí me gusta es cuando esto le pasa a otra persona… El otro día un autobús salpicó de arriba a abajo a una chica que no me cae nada bien… ¡Me reí un montón! Lo que tampoco me gusta es cuando hace frío y me dice mi madre “¡Abrígate!” Y yo… “¡Que sí ama!” Y ella sigue: “¡Pero ponte una bufanda o algo, que te vas a enfriar” ¡Qué lata! Cuando ella tiene frío, los demás nos tenemos que abrigar. ¿Y el viento? Cuando abres un paraguas, viene un poquito de viento y… ¡ya se te rompe! Bueno, normal, ¡son de los chinos! Bueno, espero que os haya gustado mi monólogo. ¡Adiós!

Por Edurne Etxaide


LA TELEVISIÓN Hola, mi monólogo trata sobre la televisión. ¿A quién no le ha pasado que en medio de una peli o de alguna serie, en lo más interesante, pongan anuncios? A mí, desde luego, sí. Además, ¿qué es eso del “Sálvame” o eso del “Sálvame de Luxe”? y encima no paran de gritar, parece una perrera. Yo diría que Belén Esteban es… un cocker. Carmele Marchante es… un bulldog. Kiko Matamoros es… un caniche. Mila Jiménez es… un boxer. Y Jorge Javier, el dueño mermelada de la perrera. Además de todo eso, hay una cosa que me asombra, que es la magia de Ana Rosa Quintana, que nunca envejece, solo rejuvenece. ¡Ya podría hacer un anuncio con sus trucos, porque hay gente que lo necesita! Hablando de anuncios, ¿cuál es vuestro anuncio favorito? El mío es el del cerdo volador. ¡Gracias por haber venido a escucharnos y espero que gustado!

os haya

Por Oihane Gibello


EL PENSAMIENTO ¿El pensamiento? Sí, el pensamiento, ese es mi tema. Bueno, como ya sabéis, hay muchísimas maneras de pensar: La manera de pensar en positivo, la de pensar en negativo, y la más divertida, el pensar mal. Con lo de pensar mal, me refiero a las cosas que solemos hacer los chavales de hoy en día. Y bueno, nos hacen pensar mal muchas de las cosas que solemos hacer sin darnos cuenta. Por ejemplo: Eso de que pasas por medio del pasillo del cole con tus amigas y ves a dos tíos peleándose tumbados en el suelo, uno encima del otro, y les dices a tus amigas: “eh, mirad, mirad esos dos…” ¡Y ya todas nos ponemos a pensar mal! Luego, las chicas o las profesoras, que nos aburrimos mucho y que tenemos un anillo, no se nos ocurre otra cosa que empezar a sacar y meter, sacar y meter el anillo que tenemos entre los dedos. Y los alumnos o compañeros se quedan mirando como diciendo: “ya pararás, ¿no?” También nos hace pensar mal lo de las salchichas de la jangela… Bueno, bueno, ¡ahí ya la gente se vuelve loca! ¿Y lo del tippex? Eso de que estás en medio de un examen o haciendo un trabajo y le dices a tu compañero: “ey, tú, ¿me dejas el tippex?” “Sí, sí, toma”. Te lo lanza y empiezas a agitarlo y agitarlo y te empiezan a mirar todos pensando “¿qué haces, tía?” ¡Aaahh! y cuidado, que como tus padres te oigan decir algo, ya te empiezan con lo de “joé tía, qué mal pensada… Como el otro día, no sé qué dijo mi hermana en casa y mi amá se le pone: “¡anda, que ya te vale eh, cochina!” Y mi hermana le empezó a contestar y le dijo: “¿cómo que cochina? ¡Si hasta en el paquete de macarrones que compras pone: pennes, pennes para cocinar, exquisitos con salsa de tomate!” Bueno, y no sigo, porque si no, podría pasarme hablando de esto todo el día. Venga, ¡Hasta otra!

Por Sarai Leo


LAS MADRES ¡Hola! Yo os voy a hablar sobre las madres. Creo que las madres son unos seres extraños, porque tienen hasta su propio idioma ese de: “ni consola ni consolo, ni esque ni esco”. A mí me hace gracia cuando a mi madre le digo: “quiero un MP4, quiero un portátil, quiero esto, quiero lo otro…” Solo me dice dos cosas: si es barato, me dice “¡y yo quiero la luna!” Y si es caro, me dice “¡cuando nos toque la lotería!” Y eso de que la mejor comida es la de una madre… es mentira. Mi madre, en vez de hacer arroz con leche, hace cemento con leche. Cuando voy por el pasillo medio dormida y me doy contra una mesa o una silla en el pie, en vez de preguntarme si estoy bien, mi madre me dice: “¿Ves?, eso te pasa por ir descalza, no, si lo estaba viendo” Y yo pienso “Dios santo, ¡si lo estabas viendo, haberme avisado! En las bodas, ves a tu madre bailando con tu abuela, así: (imitación) y aún dice tu madre: “¡a ver si me voy a poner piripi!” Y tú piensas: “madre mía…, madre mía… ¡si bailas así, es que ya estás piripi! ¡Ah! Y cómo te mienten las madres cuando te ponen el vaso de leche en la mesa: ¡ZASCAAAAAA! Y te dicen: “tranquila, que no quema” ¿Que no quema?, ¡pero si te arden los ojos solo de mirarlo! Y por último, ¿no os ha pasado eso de que no encontráis algo pero tu madre lo busca y lo encuentra? Bueno, pues a mí, el otro día que había dejado las llaves en mi cajón, las busqué y no las encontraba, y le digo a mi madre: - ¡amá, no encuentro las llaves! Y mi madre: - Búscalas donde las dejaste. Bueno, las vuelvo a buscar en el cajón, y no las encuentro. Le vuelvo a decir: “ama, no las encuentro, y las he buscado dos veces”. Y mi madre coge y dice: “¡A ver si las voy a tener que buscar yo! ¡Cómo las encuentre! … Ella va, las busca en el cajón y las saca, y yo me quedé diciendo ¿cómooooooo?


Pero bueno, ya os había dicho que las madres eran seres extraños, ¿no? Pero a fin de cuentas, la madre, con ayuda del padre y del médico, que el médico nunca lo nombramos pero siempre ha estado ayudando un poquito, es la que nos trajo a este mundo. ¡Gracias!

Por Amaia Garnica


LOS DIARIOS ¡Hola! Yo os hablaré de los diarios. Para empezar, paso de tener uno. ¿Para qué tener un diario? Si lo único que haces con él es escribir quién te gusta, qué has hecho hoy,… y chorradas así. Y encima, luego viene el petardo de turno, te lo coge y empieza a fisgar como un loco. A lo mejor, ¡hasta te chantajea! Da igual que le pongas candado, contraseña o cualquier tontería. Lo mejor es no escribir nada en ningún sitio, y si has sido tan tonto como para hacerlo, pues lo coges y lo quemas. Os aseguro que os ahorraréis un montón de problemas. Bueno… la verdad es que yo ya solía andar fisgando en el diario de mi hermanita de veinte años. Me enteré de mogollón de cosas y pensé en chantajearla. Pero claro, ¡mi hermana es mi hermana! Al final, la tía se enteró y fue sabia, entonces lo cogió y lo quemó. Eso sí, antes de que lo quemase yo me llevé un tortazo de los gordos, ¡menuda mala leche que tiene la tía! Bueno, esto es todo, amigos, me voy, que le he choriceado a un tío el diario y creo que viene a pegarme.

Por Pablo Basurko


LOS MÓVILES ¡Hola! Yo os voy a hablar de los móviles. Antes los móviles eran grandes, con una antena de dos metros y se oían más mal..., pero mal, mal, mal. Al llamar hacían una música rara, pero rara, rara, como: "tiririri... tirirooouuu..." y alguien gritaba: - ¡Los aliens nos atacan, Apocalipsis Now!, ¡ah, no, si es mi móvil! Cuando te llamaba la novia para dejarte, para cuando oías “¡Te dejo!” ¡Ya lo había dicho dos minutos antes! y tú le decías: - ¡Pues yo también te dejo! Y todo chulo te lo metías en el bolsillo y te hacía… ¡Bultaco! Aparte, cuando se te caía del quínto pino, se te quedaba como... ¡Como nuevo! En la publicidad del móvil pondría: - El nuevo teléfono móvil, se oye super bien, con una música que les asombrará y por favor, no lean lo que pone abajo, ¡ah, y es súper resistente! Y tú te decías “¿Qué pone?, mirabas en el siguiente anuncio y no lo lograbas ver, porque pasaba muy rápido. Lo que ponía: “lo último es verdad, el resto mentira”.

Ahora, los móviles de hoy en día, los táctiles, se te caen de dos centímetros de altura y... ¡a comprar otro móvil! Pero se oye perfecto y puedes poner la música que tú quieras al llamar. Lo que yo haría: tum, tum, tum... - El nuevo móvil Apple ladrillo, es lo mismo que un móvil antiguo.

Me voy, que mi madre me está llamando. ¡Adiós!

Por AITOR GARCÍA


MIS ANIMALES

Buenos días, yo os voy a hablar sobre mis animales. La primera mascota que tuve con dos años fue una tortuga. Y era sosísima, no salía del caparazón ni de palo. Hasta que un día se me ocurrió la gran idea de meterle un palo por donde tenía que sacar su cabeza... Os podéis imaginar lo que pasó. Cuando salió del caparazón, la tortuga estaba tuerta, y a los días… murió. Luego tuve dos peces. Una tarde, en un intento de matar el aburrimiento, no se me ocurrió otra que meter la mano en la pecera, coger un pez y tenerlo en la mano hasta que dejara de moverse. Después, lo volví a echar en la pecera donde parecía que se recuperaba... Pero no. Al día siguiente los peces aparecieron muertos en el fondo de la pecera. ¡Los pobres ni flotaban! Mi hermana, cómo no, quería darles un entierro digno, o sea, su tumba, nosotras vestidas de negro y el típico discurso de un funeral, pero mi madre no, cogió los peces y los tiró por el váter. La tercera mascota que tuve fue un pato. El pato sufrió maltrato físico y psicológico. Con dos años, mi hermano iba corriendo con el recogedor de la escoba por toda la casa. ¡Cómo corría el condenado de mi hermano! El pato recibió tantos golpes que mi madre decidió llevarlo a un estanque. Ahora vive conmigo el mismísimo diablo: grita, pasa todo el día quejándose,… ¡Es un petardo que lo flipas! y lo peor de todo es que es de mi propia familia: es mi hermano. Aunque yo le diga que es adoptado, somos familia. Bueno, espero que os haya gustado mi monólogo. ¡Gracias!

Por HAIZEA BAZTÁN


DÍAS DE COLE ¡Buenas! Yo os hablaré de los días de cole: Sí, esa cosa que te hace levantar a las siete de la mañana. Encima, una cosa que hace: ¡PRRIIPRRII! Que todas las mañanas de da ganas de levantarte, solo para colgarlo en el tejado del vecino. Y por eso mismo me despierta mi madre, espero no echarla por la ventana, porque solo tengo una. Luego me empiezo a vestir ¿Qué pasa? Que me falta el calcetín ¿Qué hago? Pues coger el único calcetín limpio. Vamos, el de mi hermana, rosa y de princesas... Y creo que hoy me ha pasado lo mismo... Empiezan las clases y... ¿Qué tengo? ¡Soinketa! Medio dormido, con el calcetín de me hermana y con unos pelos que parezco la duquesa de Alba. Y ahora que he sacado el tema.... con 95 años, que no puede ni andar, ¡Toma! Bailando una Sevillana. ¡OLE, OLE, OLE! Luego está la segunda hora, que te empieza a hablar la profesora de inglés: ¿You have got? Y dices: ¿Pero qué dice? ¡Yo no parlar english, no entendeison. Por fin suena la campana de patio. Sales y ves a los "Txikis" viniendo hacia aquí, hacia el "Antzoki" y tus amigos dicen: -¡Qué Xalau... Mira, mira ese! Y me pregunto: ¿Xalau? Pero si no lleva sal... ¡Gracias!

Por Mikel García


EL BAÑO ¡Hola! ¿Habéis pensado alguna vez sobre lo que hacemos en el baño? ¿Y lo que tardamos? Bueno, mis vecinos se tiran todo el día en él y en mi casa no todo el día, pero casi. En mi casa somos cuatro y fijaos lo que hacemos, bueno, lo que hacen...

Mi hermana, que si maquillaje por aquí, que si maquillaje por allá. Yo le pregunto: "¿Estás lista?" y me dice "Sí, me queda poco. Total, que a las horas sale, le miro y pienso "¡Pero si está igual o peor que cuando ha entrado!" Bueno, eso mi hermana, pero... ¡no te digo nada de mi hermano!

Mi hermano dice que va al baño y entra con la maquinita. Se tira medio día en el baño, hasta que acaba el juego y gana la partida. ¡Una pasada!

Luego está mi madre, que se echa la laca a un metro y entras y te pringa entera. Y claro, cómo también está mi padre, que lo ves ahí peinándose en el espejo... y yo me pregunto "¿Qué puñetas se peina? ¡Si es que no tiene ni un pelo!"

Vamos, lo que os decía, que cuando quiero entrar yo, ya es la hora de irme... Bueno, espero que os haya gustado mi monólogo. ¡Un saludo!

Por Andrea Lira


LAS PALOMITAS Hola, buenos días, os voy a hablar sobre las palomitas.

¿A quién no le gustan las palomitas? ¡Pues claro que a todo el mundo le gustan! Además, que lo mejor del cine, para algunos, son las palomitas, pero llega el momento de elegir y… El envase pequeño te lo comes en los anuncios, el mediano en la mitad de la película, y eso molesta, y el grande… ¡estás un mes entero comiendo palomitas!

¿Y qué es eso de las palomitas caramelizadas? ¡Eso no son palomitas! Siempre te dice algún amigo “Pero si están muy buenas” Sí, sí, a mí no me engañan.

Después de coger las palomitas adecuadas, llega el momento de ir con las palomitas por los pasillos. Ya es difícil encontrar la sala… y con las palomitas, mucho peor: la gente viene con sus palomitas como ciegos, aunque te noten, no paran.

Llegas a la sala, te sientas y empieza la batalla… Es como un campo de batalla: está el Loco de las palomitas, es inofensivo si no pasas por delante por cualquier cosa, luego el General, que no te deja comer palomitas hasta la mitad de la película, ¡pero él sí que come! A ver quién le dice nada. Y luego, el peor de todos, el Loco de las palomitas. Se pasa la película entera zampando palomitas y luego dice que le ha gustado mucho la película. ¡Si no ha mirado ni una sola vez a la pantalla! Y dice que la próxima vez compremos más palomitas. ¿Para qué? ¡Para que tu estómago crezca y puedas comer más palomitas! ¡Agur!

Por Hodei Etxeberria


ยกY ESTO HA SIDO TODO!

Marzo del 2012


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