Vida En la Vía.

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“...Y la carretera al mar hará de Colombia -porque Antioquia en su dinamismo aumenta el caudal vigoroso del alma colombiana- un país tan próspero y dichoso como el más próspero de esta América...” Don Gonzálo Mejía en el acto de inauguración de los trabajos de la carretera al mar. 1926

VIDA EN LA VÍA Julián Roldán A.



VIDA EN LA VÍA Una mirada de la cotidianidad de los que habitan la carretera al mar.

Medellín - Turbo Colombia 2009 ● 2010


Vida en la vía © Julián Roldán A. julianroldan.a@gmail.com

Fotografías Julián Roldán A. Edición Patricia Nieto Julián Roldán A. Jesús Abad Colorado Textos Patricia Nieto Julián Roldán A. Jesús Abad Colorado Diseño y diagramación Imago Fotodiseño

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PRESENTACIĂ“N DE UN EXPERTO

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PRESENTACIĂ“N DE UN EXPERTO

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INTRODUCCIÓN

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al vez haber pasado la niñez en una finca cuya vecindad más próxima era la troncal del norte, - que conduce a ciudades costeras como Cartagena y Santa Marta- despertó en mí una curiosidad o afinidad hacia las carreteras y lo que gira alrededor de ellas. Camiones, buses intermunicipales, la vuelta a Colombia en bicicleta, caminantes, labradores, arrieros, mendigos, vagabundos y demás, desfilaban frente a mis ojos y con ellos me llegaban las inquietudes sobre cómo eran las vidas de esos personajes tan efímeros ante mí. Esa fijación circunstancial y una atracción natural hacia lo soterrado, influyeron fuertemente para que, cargado con mi cámara y mis lentes, decidiera salir por una carretera que hasta hace poco más de medio siglo, era el camino de herradura que conectaba a la entonces joven ciudad de Medellín con la lejana e inhóspita zona de Urabá.

Esta vía al mar comienza en la ciudad de Medellín, se dirige hacia el noroccidente del departamento de Antioquia, cruza la centenaria ciudad de Santa Fe de Antioquia en las riveras del río Cauca; área reducida hoy a estériles desiertos debido al abuso de los colonizadores españoles que allí habitaron. Luego se asciende para remontar una cordillera con abundantes cafetales que comparten el paisaje con vacas y productos de pan coger, propios de las zonas andinas.

Uno de los primeros automóviles en la vía. Album de la carretera al mar, 1928.

Mi finalidad, como la de aquel puñado de visionarios que entonces comenzaron la transformación del viejo camino en una carretera moderna, era la misma: llegar al mar. La diferencia radicó en la intención. Mientras ellos buscaron a punta de pico y pala conectar a Medellín con un puerto más cercano, que lo proveyera de mercancías de ultramar, y con ellas traer el progreso, la mía consistió en documentar fotográficamente las realidades en que se convirtieron aquellas consignas; a decir, el desenlace de aquellos trescientos cincuenta kilómetros de carretera,

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inaugurada por el entonces Presidente de la República, General Rojas Pinilla, el veintisiete de enero de 1955, en el que auguraba desarrollo y abundancia.

Manglar y Cañasgordas son los dos pueblos que siguen en la ruta; el aire fresco y la sensación de estar entre las nubes me cuentan de la altura que alcanza la cordillera. Aquí, el frijol acompaña al maracuyá en las verdes lomas y las ruanas son los abrigos más usados por los campesinos.

En Dabeiba ya el aire comienza volverse pesado, la humedad llega al noventa por ciento y la vegetación se presenta cada vez más exótica y abundante. Es la antesala de la selva pura y dura, tal vez por eso le llamen la puerta de Urabá. A pocos kilómetros de allí está el cañón de La Llorona, donde la geografía obligó a construir un túnel. Este es un punto clave en esta vía. Cruzar el túnel antes del medio día es la recomendación, pues justo al salir a la otra boca, la guerrilla suele establecer sus retenes.


Además de abrirle paso una geografía bastante diferente, allí comienza también otra realidad. En Urabá han confluido las peores formas de violencia: intimidaciones, secuestros colectivos, descuartizamientos con motosierra y masacres han sido la cotidianidad que paramilitares y guerrilla han impuesto en la región. Todas esas acciones generaron desplazamiento forzado, los campesinos huyeron de sus tierras en el monte y se establecieron a orillas de la carretera con la esperanza de regresar a sus parcelas. Algunos de ellos aún están allí. Esa cadena de violencia, frente a la cual el Estado no actúa y la sociedad es indiferente, ha dejado profundas secuelas. Temerosas de los extraños y recelosas ante las cámaras, es difícil entablar conversaciones con estas personas y más aún captar imágenes íntimas de su realidad. Es por esto que para hacer esta travesía y llegar sano y salvo de un lado al otro, pinté mi vieja moto scooter de azul celeste como estrategia disuasiva, como un símbolo de paz. Tres veces hice el recorrido durante dos años, logrando hacerme recordar de algunos personajes a los que volví y que hacen parte de este proyecto. Al otro lado del túnel comienzan a notarse, más a menudo y en mayor número, soldados del ejército nacional. Sus camuflados contrastan con el fulgurante colorido de los indígenas de diversas comunidades como Emberá, EmberáKatio, Chami y Eyabidá. También comienzan a abrirse paso, con sus nombres en lenguas ancestrales, pueblos y caseríos como Pegadó, Uramita, Chigorogó, y con ellos aparece Mutatá, el pueblo con mayor

presencia indígena en toda la ruta, en donde es explícita la evangelización cristiana sobre las comunidades. En este punto de la vía, hacia un costado, se abre inmensa Urabá con sus horizontes insondables; y hacia el otro, la serranía del Abibe, a donde llegan las nubes para condensarse en sus selvas y producir cantidades de agua inimaginables. Cerca de 30 ríos nacen allí; algunos van a engordar el gran río Atrato, otros servirán de riego a los cultivos de banano que se extienden a la orilla de las infinitas rectas de la carretera. Es en esta zona donde aparecen los poblados negros, descendientes de esclavos africanos, que hoy son el pilar de la mano de obra que mueve la economía bananera de la zona. Allí el sabor y la mamadera de gallo propia de los negros alegran los días. Rectángulos exactos robados a las bananeras son verdaderos estadios, en donde después de la jornada laboral, se juega el derby futbolístico que termina con los últimos rayos del sol. Camino a casa, exhaustos, a bordo de sus bicicletas o “burras” -como les llaman-, se pierden en la vía. Este viaje termina en Turbo, cuyos territorios costeros albergan la población afro descendiente más numerosa de Antioquia. Allí, el aire me trae el salitre marino y cada vez mi piel empieza a ponerse más y más húmeda, mis bigotes saben a sal y la vista se pierde en el horizonte. Ya no hay montañas, tampoco vías, solo la mar infinita se abre a los ojos del viajero. Julián Roldán A.

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Km. 60, San Jer贸nimo Jueves 13 de mayo de 2010

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Kil贸metro 50, San Jer贸nimo Mu帽ecos de a帽o viejo 28 de diciembre de 2009

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Río Cauca


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Km. 120, Manglar Restaurante El Motorista Martes 5 de enero de 2010

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Km. 133, Cañasgordas “El carro de la familia colombiana” Sábado 4 de abril de 2009

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Kil贸metro 140, El Rubic贸n. Partidas de San Pascual S谩bado 4 de abril de 2009

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Km. 162, Uramita Sรกbado 4 de abril de 2009

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RĂ­o Uramita

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Uramita



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Kil贸metro 185, Pe帽as Blancas Lebins贸n Alexis y Edier Mateo Martes 5 de enero de 2010

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Kilómetro 190, Dabeiba Viejo Indígena Emberá Katío Martes 5 de enero de 2010

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Dabeiba Viejo

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Himno de la carretera al mar Se alegra la montaña con rítmico cantar; sigamos cual leones con el progreso al mar. El fino acero la selva doble, y bajo el soplo que orla la sien, en nuestra frente serena y noble. habrá guirnaldas de sol y bien. Un vasto espacio será el atlante, que las beldades va a reflejar, de nuestra raza perseverante, que al monte vence y hace callar. Se alegra la montaña con rítmico cantar; sigamos cual leones con el progreso al mar. ¡Al mar! ¡Al mar!

Letra: Ernesto González


Km. 198, El Pital Leña para el fogón Sábado 4 de abril de 2009

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El Ca帽贸n de la Llorona

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Choromand贸

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Km. 215, Choromand贸 Domingo 5 de abril de 2009

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Pegad贸

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Blanca Nidia

Arnulfo EchavarrĂ­a


Carlos Arturo

Yulieth Virginia


Km. 220, Pegad贸 Camila S谩bado 11 de abril de 2009

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RĂ­o Chever


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Km. 235, Comunidad indígena Jaikerazabi Emberá-Eyabidás Domingo 5 de abril de 2009

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Km 235, Mutatรก Busto de motosierra, Parque Principal Martes 12 de enro de 2010

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Km. 235, Mutatรก Semana Santa Abril de 2009

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Km. 235, Río Mutatá Balneario Viernes 10 de abril de 2009

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Km. 250, Vereda Bedó Piñales Isabel, siete meses Sábado 11 de abril de 2009

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Km. 300, Chigorod贸 Cazadores Viernes 10 de abril de 2009

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Km. 316, Apartad贸 Zona bananera Mi茅rcoles 6 de enero de 2010

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Km. 304,Turbo La playa MiĂŠrcoles 6 de enero de 2010

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