TRIBUNA DE DISCUSIÓN

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Noviembre 2011

de discusi贸n

Tribuna

JUCO

JUVENTUD COMUNISTA COLOMBIANA


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TRIBUNA DE DISCUSIÓN Tribuna de discusión

noviembre 2011

Aportes

para nuestro desarrollo en la

secundaria

Por: Ivanovich Jiménez 1

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Años han pasado después de la realización del IV Congreso Nacional de Estudiantes de secundaria, en este tiempo, los esfuerzos por recomponer la reorganización de los estudiantes de secundaria en torno a la organización y la movilización, en el marco de nuestra propuesta gremial no han sido pocos. Lo sucedido en el Congreso de Barranquilla, no solo representó un golpe para la JUCO y sus apuestas gremiales, sino que lesionó significativamente los acumulados organizativos que hasta el momento se tenían. En ese sentido le corresponde al XIV Congreso Nacional de la JUCO, abordar este debate, en términos de avanzar no solo en la recomposición de la ANDES, sino en el fortalecimiento del movimiento estudiantil, de cara a la necesidad de librar la lucha política desde nuestros escenarios de masa. Por tal razón creemos que los principales retos para la JUCO en la secundaria deben ser los siguientes: Ubicar la pelea por un nuevo modelo de educación en el marco de la lucha estratégica Los colombianos asistimos hoy a uno de las embestidas más grande contra la educación pública que se haya conocido, reflejada en la continuidad de la política de la “revolución educativa”, y la ratificación de esta lógica consignada en el PND, del gobierno de Santos, que no es más que el desarrollo de la privatización de la educación pública estatal, poniéndola cada vez más en manos del mercado. Tal como lo señala la tesis 106, el objetivo del gobierno de turno no es otro, más que efectuar un marco jurídico, que permita desprender al estado

1. Por la defensa de una Educación Publica para la vida y no para el mercado. 2. Por la paz, y la solución política y negociada al conflicto social y armado. 3. Por las libertades democráticas. 4. Por la defensa de los intereses populares y el rechazo a la arremetida legislativa de santos.

de su responsabilidad en garantizar la educación oficial para los y las jóvenes de nuestra patria. Sin embargo el debate de la educación debe ir más allá de la lucha por calidad, cobertura y financiación. La JUCO debe insistir y profundizar en la construcción de un modelo alternativo de educación. Para los comunistas, la educación debe estar comprometida con los principales problemas que afectan a la sociedad colombiana. Una educación que esté sustentada en los principios de la justicia, la solidaridad y la democracia, y no en la lógica de reproducir y justificar un sistema de egoísmo, injusticia y desigualdad. Por lo anterior se hace necesario que la pelea de la educación pública y de calidad, valla acompañada de la exigencia por construir una educación distinta para una sociedad distinta, que allane el camino hacia la patria socialista.

Construir en la movilización las bases para el fortalecimiento de la unidad con el estudiantado. Pese a los importantes desarrollos de los últimos periodos en la secundaria, estas no han podido traducirse en mayores acumulados para nuestro referente en el ámbito local. Sin embargo los avances obtenidos le permite a la JUCO, proponerle al estudiantado la movilización como respuesta al régimen privatizador principalmente, pero también como criterio táctico para construir la unidad más amplia con el estudiantado secundarista. Por tal razón este XIV congreso, debe proponerse para el próximo periodo, consolidar la ANDES y su unidad con los estudiantes en la pelea callejera, considerando las experiencias de las I y II marcha nacional de estudiantes de secundaria y las jornadas de movilizaciones regionales. Ante esto proponemos los siguientes ejes de movilización.

Posicionar la ANDES como referente organizativo del estudiantado. Los intentos de liquidacioncitas, de que fue objeto la ANDES, y la “propuesta” organizativa de la Federación, obedeció más a pasiones y caprichos motivados por una lectura desacertada de quienes agitaron tales consignas, que a una verdadera necesidad del movimiento estudiantil secundarista. Tal como quedó demostrado, la vigencia de la ANDES como propuesta gremial, no se decreta en los auditorios, ni por voluntades. Por tal razón y siendo consecuentes con el desarrollo de nuestra propuesta gremial, la JUCO debe ratificar su absoluto compromiso en proponerle al estudiantado secundarista colombiano, la Asociacion Nacional de Estudiantes de Secundaria, como referente gremial de carácter nacional. Y seguirá siendo uno de los principales objetivos para nosotros, la consolidación de las estructuras de la ANDES en las regiones, para lo cual la JUCO deberá no solo definir un equipo nacional de secundaria, sino, hacer los esfuerzos necesarios para garantizar su funcionamiento, en virtud de los objetivos anteriormente planteados.

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Miembro del CC y del Ejecutivo Local de la JUCO en Barranquilla.


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La juventud trabajadora y sus retos Por Marcel Guarnizo1

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os encontramos ante lo que podemos llamar un despertar de la juventud a nivel mundial, miles y miles de jóvenes se alzan en las calles exigiendo mejores condiciones de vida, rechazando un sistema económico fracasado caracterizado por las desigualdades sociales, la inequidad, la opresión, la explotación, la degradación de la humanidad y del medio ambiente, entre otros; una generación sin derechos exigiendo que la crisis sea asumida por quienes la causaron y no por los trabajadores; un contingente de ideas que se despliega como un manto de esperanza recordando que otro mundo, no solo es posible, sino necesario. La política de flexibilización laboral, propia del modelo neoliberal, ha puesto en jaque a la juventud en el planeta, llevándola a niveles de sobreexplotación laboral, salarios de miseria, tercerización, formas de contratación que esquivan una relación laboral, la informalidad, el desempleo, entre otros.

La juventud colombiana no es ajena a esta situación, siendo la población mayoritaria en edad de trabajar (29.7%) padece de la mayor tasa de desempleo ubicándose en el 19% en el trimestre móvil de julio-septiembre, siendo las mujeres las peor libradas con una tasa del 26% frente al 14.2% de los hombres, según cifras del DANE. Ahora bien, de los ocupados en Colombia, el 50.8% está en el sector informal, quienes además se tienen que enfrentar a altos niveles de represión provenientes de la fuerza pública, que con el pretexto de la “recuperación del espacio público” intentan garantizar mayores volúmenes de ventas a los comerciantes de las ciudades, en detrimento de la gran cantidad de vendedores informales que consiguen su sustento diario a través del rebusque. La ley de formalización y generación de empleo aprobada recientemente por la coalición de gobierno en el Congreso de la República, junto con la legislación existente en materia de tercerización y flexibilización laboral, desnudan las verdaderas intenciones del gobierno nacional con su discurso de eliminación de las Cooperativas de Trabajo Asociado (CTA), ya que anuncian su erradicación pero a la vez crean nuevas formas jurídicas que cumplen con la misma función de la CTA bajo otro nombre, tal es el caso de las Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS) y los Contratos Sindicales (CS) que hacen estragos en el sector de la Salud, en los trabajadores de monocultivos como la caña de azúcar y la palma africana o las plantaciones de flores, por mencionar algunos ejemplos.

A lo anterior se suma el hecho que la educación para el mundo del trabajo, entiéndase Educación No Formal o Formación Profesional Integral (FPI), haya disminuido ostensiblemente la calidad, aportando así a los propósitos del TLC debido a que ya no se forman “hombres libres que anhelan triunfar” sino más mano de obra calificada y barata, y que además se pretenda nuevamente desviar los recursos destinados a la FPI (Aportes Parafiscales) para cubrir los huecos que ha dejado una política errada de desfinanciación de la Educación Formal. Ante este panorama, corresponde a la JUCO ganar mayores niveles de organización de la juventud trabajadora que permitan hacer frente a la arremetida gubernamental de eliminación de los derechos y garantías laborales, siguiendo el ejemplo del movimiento universitario en Colombia y juvenil en el mundo. Para ello es necesario un mayor acompañamiento de la dirección nacional en la organización del frente de masas y en la ejecución de las tareas emanadas del Encuentro Nacional de Jóvenes Trabajadores organizado por el Colectivo de Jóvenes Trabajadores (CJT). En la perspectiva del fortalecimiento del movimiento sindical que hoy se encuentra en una crisis que ha sido ampliamente caracterizada por la JUCO, corresponde a la militancia del frente de masas tomarse los Departamentos de Juventud y Niñez de la CUT creados en las regiones, esto con el fin de llenar de contenido y trabajo real un aparato conformado por la CUT que se ha limitado a la ejecución de unos recursos provenientes de cooperación internacional y que a la fecha no ha arrojado importantes resultados, ya que erróneamente persiste en restringir la participación de las y los jóvenes que por sus condiciones de tercerización laboral les queda casi imposible la afiliación sindical. Una atención especial merece de la JUCO la organización de los trabajadores-estudiantes del SENA a nivel nacional; el SENA arroja cada tres meses a miles de jóvenes al mercado laboral, se conserva gratuita como una conquista del movimiento sindical desde la década del 50, es utilizada para el desarrollo de las “políticas sociales” del gobierno nacional, su presupuesto quiere ser desviado a financiar la educación superior y la educación media, su contrato de aprendizaje perdió el carácter laboral y sus aprendices serán en el futuro inmediato la clase trabajadora del país. Bajo las banderas de la calidad de la FPI, la recuperación del carácter laboral del contrato de aprendizaje y la defensa de los parafiscales, la JUCO deberá organizar en el CJT a este importante sector de jóvenes que a través de la movilización en años anteriores logró sacar adelante la primera ley de iniciativa popular en Colombia, y en hechos más recientes, rescatar el presupuesto del SENA para la FPI evitando el desvío del 92% del mismo a la Educación Superior. Finalmente, teniendo en cuenta las dificultades propias de los jóvenes trabajadores con relación a la facilidad con la que pueden perder sus puestos de trabajo, la JUCO tendrá que esforzarse en sacar a las calles a la juventud trabajadora para que en un acto de indignación por las precarias condiciones laborales a las que están sometidos, bien sea en la economía formal o informal incluyendo el trabajo infantil, sean capaces de exigir un trabajo digno para los jóvenes, que será posible con la promoción, socialización y apoyo en las calles a la propuesta del Estatuto del Trabajo. 1 Miembro del CC y Secretario Político de la JUCO en el Tolima. 2 Hace referencia a la segunda estrofa del Himno del SENA que es el siguiente: En la forja del SENA se forman, hombres libres que anhelan triunfar, con la ciencia y la técnica unidas, nuevos rumbos de paz trazarán.


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Una formación para la organización, una organización para la revolución Jhonny Alejandro Marin 1

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l plantear las cuestiones del orden político de la organización, sea cual sea su ámbito, tendemos a colocar una posición desarticulada, entonces tendemos a pensar en lo político desarticulado en lo organizativo, o viceversa. Esto a su vez, nos debe de llevar a reflexionar sobre si cuando hablamos de formación de cuadros o simplemente de formar a los militantes de la Juventud Comunista Colombiana, creemos que es un problema de charlas, tertulias, seminarios o demás, o al mismo tiempo se ha pensado que el problema de lo organizativo es simplemente un problema de la indisciplina, del orden, del régimen estatutario o demás. Es por ello que debemos de entender la formación comunista no solo como el ciclo de espacios formales, si no entender está como el conjunto de experiencias políticas y organizativas que permiten generar una ruptura en sus diferentes niveles con la ideología burguesa impuesta desde lo que Marx llamo, la estructura y la súper estructura, que comprende el conjunto de instituciones que sirven de correaje de la ideología burguesa y en ella trasmiten imaginarios, ilusiones, percepciones y distintas formas de comprender el mundo, que chocan con la construcción y formación, en este caso en particular de los cuadros y militantes comunistas. Nuestra formación, la formación comunista, mientras solo sea una copia del viejo sistema caduco burgués será imposible romper y generar las rupturas con la ideología capitalista, es por ello, que este articulo pretende abrir un debate en dos sentidos y que la Juventud Comunista Colombiana, logre llevar a otro nivel la experiencia revolucionaria. El primer debate es lo que entendemos por la formación, ya que es necesario que la organización sea realmente una escuela del socialismo, y que logremos dar un vuelco en el proceso de formación, entendiendo esta no como las necesidades parciales o particulares de cada momento o coyuntura política, por el contrario es necesario generar una formación de carácter integral y permanente en la organización. Y el segundo debate es como esto nos ayuda a volcar a la Jóvenes que hoy ingresan en nuestras filas y los que ya están, en la organización cotidiana de la revolución, entendiendo aquella sentencia de Lenin, que

la Organización, no se hace, si no, que se Organiza.

De nuestros retos educativos al fortalecimiento organizativo. En primer lugar es necesario definir que la formación de un comunista y de un militante de la revolución, no deviene en la totalidad de escuelas, seminarios, charlas o demás, por ello mismo no es garantía de la formación la sumatoria de certificados. Marx, exponía que solo el que tiene conciencia y se asume como clase para sí, al interior del proletariado es un revolucionario consciente de su accionar político, y que por tanto, se identifica como sujeto histórico y asume el papel transformador de la historia, es decir, es un revolucionario. Pero Lenin también señalo elementos sobre la formación en los revolucionarios y de la clase proletaria diciendo que surge “no tanto de los conceptos teóricos como de las ideas elaboradas sobre la base de la experiencia de la vida política

acerca de las relaciones entre todas de la sociedad actual” 2. Con esto no quiero hacer un desmedro de los elementos teóricos, por el contrario comparto aquella sentencia de horkheimer, en el cual, el desprecio por la teoría se demuestra con el cinismo en la práctica. Pero nuestra formación no solo puede devenir de aquellos elementos teóricos expuestos en escuelas, nuestra formación, la formación que ayuda a la construcción de cuadros políticos y de revolucionarios, parte principalmente de un elemento, de nuestra experiencia en la vida política, pero no cualquier experiencia, si no la experiencia de los revolucionarios, así, como cuando las masas aprenden de su propia experiencia en la lucha de clases, así mismo un sujeto se forma como un revolucionario. Nuestra experiencia acumulada es lo primero que debemos lograr transmitir, es por ello, que la JUCO, debe de volverse una escuela permanente y los espacios de formación se deben de articular en las reflexiones políticas de carácter colectivo en todos los espacios de la estructura, pero estas reflexiones no pueden seguir siendo aisladas, por el contrario es deber de las direcciones lograr embarcar el cumulo de experiencias y de reflexión políticas en espacios permanentes de formación al interior de la JUCO. Ello implica hacer modificaciones al Sistema Nacional de Educación, que logre vincular al sistema espacios cotidianos de reflexión política, entendiendo que la formación es un problema teórico-práctico y que ello implica una formación permanente, ya que los problemas de orden práctico no pueden esperar hacer resueltos por escuelas o seminarios especializados. Estos espacios permanentes sumados a los espacios formales del sistema nacional de educación, deben de lograr brindarnos una estructura que logre comprender no solo los problemas de la cotidianidad política, si que también logre resolver los vacios en la práctica organizativa, de nuestras estructuras ya que como decía el che: "Si no existe la organización, las ideas, después del primer momento de impulso, van perdiendo eficacia." … 1 Miembro del CC y Secretario Político de la JUCO en Pereira. 2 ¿Qué hacer? Lenin, ED. Lenguas Extranjeras Pekín, pág. 90, 1975.


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Nuestro lenguaje de Paz Por Javier Caxtro1

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a guerra ha convivido con nuestra especie desde miles de años atrás, considerada todo un arte, al punto que hoy se le reconoce como legítima en el mundo “civilizado” mientras los mismos Estados que la promueven de manera hipócrita manejan el discurso de la PAZ. Se ha construido una idea de PAZ como ausencia de controversia, de diferencia, donde todo puede ser “consensuado”, llevando al unanimismo y la homogenización social, política y cultural. Sin embargo sabemos que la guerra es producto del enfrentamiento de clases antagónicas, que tienen diferentes intereses y que por tanto desean conducir de manera diferente la sociedad. La pregunta para la juventud colombiana es ¿Cuál Paz queremos construir? ¿La Paz para quién? La democracia, la paz y el desarrollo integral son componentes cruciales para la transformación social. Es evidente que no habrá paz sin alterar las formas y la esencia del poder político en el país, así como la distribución de la riqueza entre la oligarquía y los sectores populares. Es una necesidad de los demócratas y revolucionarios volver a un concepto de PAZ, que implique la reformulación del Estado y sus políticas e instituciones económicas, sociales, culturales y comunicativas que en su conjunto sienten las bases de una sociedad que avance en la construcción de un proyecto que permita elevar los niveles de vida material y espiritual del pueblo, así como su participación en las decisiones estratégicas de la nación colombiana La violencia política en el país ha sido la permanente y principal forma de la dominación oligárquica, podemos remontarnos al periodo de la VIOLENCIA, entre 1945 y 1965 donde este país vivió una orgía de sangre que marcó desalentadoramente su futuro. Más asombroso aún es que quienes precipitaron al país en ese horror sean los mismos que siguen dirigiéndolo, aquellos cuyo discurso impera en la sociedad, aquellos que se resisten a entender que si bien se han enriquecido hasta lo indecible, han fracasado ante la historia; que tuvieron el país en sus

manos durante más de un siglo y que el resultado de su manera de pensar y de obrar es: violencia, caos, corrupción, inseguridad, cobardía, miseria y la desdicha de millones de seres humanos. En curso la segunda década del siglo XXI, el gobierno colombiano parece haber emprendido una nueva arremetida en busca de integrar al conjunto del pueblo a sus planes y sobre todo a las acciones de guerra. Los grandes empresarios, oficiando como gerentes del Estado; las capas medias, apoyando el guerrerismo y junto con la clase obrera financiando la crisis fiscal; y el campesinado poniendo los soldados y los muertos.

En el periodo de gobierno de la “prosperidad democrática”, se intenta esconder las verdaderas causas de la crisis nacional, endilgándole a la insurgencia en armas la responsabilidad de todas las dificultades. La lógica del “Estado Comunitario” persiste como forma de dominación con todos los elementos regresivos para la democracia, las libertades y el bienestar de las clases populares. Es la expresión de una crisis de hegemonía del bloque de poder que ante las deficiencias de sus otras formas tradicionales, busca consolidar un régimen profundizando la guerra, institucionalizando y legalizando el

paramilitarismo como elemento estructural del poder dominante actual, favorecidos por la mal llamada ley de “justicia y paz”. Estas bandas a sueldo hoy presentadas como “BACRIM” nacidas con la complicidad del establecimiento, ligadas a las mafias del narcotráfico, los grandes ganaderos y latifundistas, son beneficiarias de inaceptables procesos de impunidad. La JUCO debe arreciar su iniciativa desde todos los frentes de masas con un discurso antimilitarista, que exija la salida inmediata del personal militar norteamericano de nuestra patria y la Solución Política y Negociada, logrando llegar a sectores juveniles formados en la ideología bélica impresa a través de la mass media que desvirtúa la realidad y vende la falsa idea de que la guerra es tan solo un enfrentamiento entre “buenos y malos”. Ante el fracaso de la estrategia guerrerista de la “seguridad democrática”, que no puede ocultar las reales dimensiones del conflicto interno y la inviabilidad de solucionarlo por la vía militar, la bandera de la Solución Política Negociada debe ser enarbolada con mayor fuerza por la JUVENTUD COMUNISTA e insertarla en las agendas de los procesos de movilización popular, pues si bien el gobierno anhela lograr la paz con la rendición de las guerrillas, también busca el amilanamiento de toda expresión de inconformidad y oposición en las calles. Nuestro país debe dar un paso rumbo a la reconciliación en beneficio de las presentes y futuras generaciones, que se reconozcan en un transparente legado de paz que permita verdaderamente el avance de la sociedad, resultado de una política que apunte a mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos y con ellos construir los procesos sociales, políticos, culturales, agrícolas y demás En Colombia es innegable la existencia del conflicto armado, su solución exige de un cambio de rumbo en la política de gobierno y de Estado, que debe pasar a ser conducido por los criterios de soberanía, democracia y justicia social. 1 Miembro del CC y Secretario Político de la JUCO en Bucaramanga.


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