Revista Chicuadrado Nº 3

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… Uuuhh Ceehh eNehh… …Central! Este grito ya está en el imaginario colectivo de la comunidad centralina en general, los que están a favor o en contra del movimiento, los que quieren que se venda o los que están dispuestos a defender los valores fundamentales de nuestra institución, los que no están ni ahí o los que están en huelga de hambre. Pero, ¿Por qué gritar el U C E N E? ¿Por qué movilizarnos? “El negocio que esconde la venta de la Universidad Central”, es el artículo que publica CIPER1. En él podemos encontrar lo que no se puede ver, pero que está ahí. La Central es la Universidad privada más democrática, es una corporación de derecho privado sin fines de lucro, la que reinvierte todas sus utilidades y es ella misma propietario de sus inmuebles. De ahí que rechacemos fervientemente la alianza del querido grupo inversor Norte-Sur, ya que esto se traduce en el traspaso del control del 50% de la Universidad, la venta de los inmuebles, la transformación de académicos en accionistas; en definitiva, pasaríamos a tener dueños. La constitución democrática de la Central: En el 2000 se concretó la reforma en la que se creó una Asamblea General, que es representativa de las distintas facultades y es la que elige a la Junta Directiva; así la corporación seguiría siendo dueña de si misma y no se repartiría. Los problemas comenzaron en 2005, cuando asumió la nueva honorable Junta Directiva, presidida por don Ernesto Livacic. Se agudizó el problema cuando en 2009 la Junta aprobó el Plan Estratégico 2010-2020, para integrar nuevos capitales y con ellos reposicionarnos como la mejor de las privadas, decidiendo incorporar a Norte-Sur en la toma de decisiones de la corporación. Eso si, y acá está lo fundamental, para que la venta se materialice, el MINEDUC debe aprobar la reforma de estatutos que se viene proponiendo desde el año pasado, y de ser aceptada, pasaríamos a depender, todos, de un fondo de inversión privada (F.I.P.). ¿Quién nos quiere comprar? Nuestro amigo Norte-Sur, yahh. Pero ¿Quién es? Es un grupo de inversiones liderado por Vicente Caruz (ex dueño del Banco del Desarrollo, y DC). Este grupo vendió la Universidad de Viña del Mar a Laureate International Universities, como antecedente, y casi todos sus integrantes militan en la DC (Democracia Cristiana); por esto es

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Centro de Investigación e Información Periodística

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que se dice que la Central perdería su pluralismo, ya que pasaríamos a ser parte de este grupo político-económico. Los que estamos en contra somos estudiantes y ex profesores, ya que, entre muchas cosas, denunciamos que este proceso está lleno de irregularidades: los cambios van en contra de la naturaleza de la corporación, ser una entidad sin fines de lucro; la asamblea general se prorrogó en su mando, por lo que carece de capacidad legal para adoptar acuerdos como el aceptar la venta de la Central. Lo más importante de esto, es que no podemos aguantar el que la UCEN venda la mitad al grupo de Vicente Caruz por sólo $5.000 millones (según Ciper). Recuerden que este movimiento está exigiendo que se cumplan los estatutos de la universidad, que exista una gobernabilidad por parte de las autoridades hacia el estudiantado. Hacemos hincapié que la comunidad estudiantil en general debe mantenerse cohesionada, solidaria, cooperativa, para lograr el entendimiento de todas las partes, y así lograr un acuerdo en común, que es defender nuestros valores característicos propios de la Universidad Central, a saber: el pluralismo, para reconocer que existen muchas visiones de mundo, todas ellas válidas; la independencia, que significa no estar asociado ni vinculado con ningún grupo económico ni político; libertad, es decir, el poder determinar nuestro futuro de manera autónoma; la democracia, el respetar las posturas y decisiones, siempre y cuando la decisión de una mayoría se imponga sobre una minoría. Compañeros todos, la revista Chicuadrado llama a la comunidad centralina en general a participar de esta lucha, a continuar con el movimiento estudiantil, a creer en una Universidad libre, pluralista, a perpetuar el legado histórico de nuestros socios fundadores, a sentirnos partícipes y empoderarnos como estudiantes, pensando que nosotros somos los que hacemos la universidad, a defender nuestro derecho fundamental de recibir una educación de calidad, a impedir que nuestros valores no sean violados ni transados en el mercado como un bien, y , sobretodo, a no olvidar esta frase: “nosotros somos nosotros, libres e independientes”. Diego Villarroel

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La inminencia de la venta de la Universidad Central durante 2010 dejó a la comunidad estudiantil y académica –en su mayoría– con los ánimos caídos. Las movilizaciones del año pasado no lograron frenar el afán de lucro de los asambleístas y la junta directiva, y parecía que ya nada se podía hacer. De hecho, la misma editorial del número anterior de esta revista hacía notar ese sentimiento de “derrota”. Pero sucedió algo que no podíamos creer, porque corría el 2011, todavía no se nos aparecía marzo y nos enteramos que el MINEDUC no había aprobado los cambios estatutarios necesarios para que la incorporación del socio estratégico NorteSur fuese viable. La noticia nos vino como anillo al dedo y poco a poco se fue configurando un movimiento estudiantil consciente de la irregular y sucia forma de hacer el negocio del señor Ernesto Livacic, de que la incorporación de un socio estratégico atenta contra la independencia y el pluralismo de la Universidad Central, y que la llegada de la Sociedad de Inversiones Norte-Sur no asegura en ningún maldito momento un beneficio al mejoramiento de nuestra Universidad en su conjunto. Empezaron las marchas, los paros y las tomas. El movimiento estudiantil se robustecía conforme se iban sumado más y más carreras, unificadas por la exigencia de que no nos metan el dedo en la boca. El movimiento ha continuado, y la situación de la venta de la Universidad Central concitó el apoyo de otras universidades, tanto estatales como privadas, conscientes

de que finalmente estamos todos metidos en el mismo saco. Tenemos una legislación que permite –hace vista gorda en realidad– que haya enriquecimiento vendiendo educación, la cual no tiene porqué ser necesariamente de buena calidad dado que no hay una regulación seria sobre esta materia. No me extenderé más en este aspecto, porque la lucha a nivel de reivindicación simbólica está clara: La educación es un derecho y no debe permitirse que inescrupulosos lucren con ella. Pero como en todo movimiento, aparecieron voces disonantes desde el principio. Siempre hubo quienes manifestaron su descontento con perder clases por el riesgo de sacrificar meses que ellos (más bien sus sostenedores: padres, apoderados, etc.) están pagando. La Educación Superior es una inversión que no se puede arriesgar porque se entiende a ésta como la llave que abre las puertas a la futura estabilidad económica del lolito o la lolita. Los datos de la OCDE son claros al indicar que en Chile el financiamiento educacional proviene mayoritariamente de las mismas familias versus el aporte estatal. Esto podría explicar el porqué muchos jóvenes han naturalizado el modo en que opera nuestro sistema de enseñanza. Podemos ver que la idea de “voy a la U a sacar un cartón pa’ ser profesional y ganar plata” ha calado demasiado hondo en las mentes de nuestra generación, tanto así que suelen predominar un derrotismo y un conformismo tales que inhiben el reclamo y la protesta, “total que el mundo es así y

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qué se le va a hacer”, “si total que es una U privada”. ¡Pero si nadie dijo que no es una Universidad Privada! ¡Todos sabemos en dónde nos metimos! Pero no por ello hemos de avalar con el silencio malas prácticas que ponen aun más en riesgo la calidad de la enseñanza que recibimos y el precio que debemos desembolsar por ésta. El problema es estructural, sí, porque el actual modo de hacer las cosas en la Educación Superior produce jóvenes endeudados y familias sobreendeudadas que ponen tanto de sí mismas en juego que les es difícil aceptar el más mínimo riesgo que implique perder el cupo en el tren que va camino al “éxito económico”. Pero si ya el asunto está inserto en nuestros cerebros, es más que estructural, es terrible de estructural, es súper estructural… es superesctructural (¿Se entendió le juego de palabras? Ojalá que sí). Definitivamente, aquí hay condiciones materiales que en última instancia (o quizás, en este caso, en primera instancia) determinan el cómo pensamos, incidiendo directamente en el imaginario colectivo de nuestra generación. Es acá cuando urge entonces realizar un quiebre para con el mundo que nos entregaron nuestros padres. Aprovechemos que no somos “hijos de la represión”, nuestra adolescencia no se desarrolló en la dictadura militar y no tenemos idea de lo que es un toque de queda. Guardando las proporciones, de existir una especie de parentesco con la represión, nosotros vendríamos a ser sus nietos. Así las cosas, si es que queremos remecer esta estructura, hay que exorcizarnos de miedos del pasado que no

nos competen y dejar de legitimar un estado de las cosas que nos dieron nuestros mayores llenos de susto. Este es nuestro tiempo y esto no es una pataleta, es una lucha legítima y justa. Eso por un lado, por lo demás, a nivel estudiantil debemos seguir trabajando en la construcción de propuestas y mejoras y sacar más voces y realidades a la calle. La CONFECH está haciendo lo suyo y es la oportunidad de aunar las peticiones de todos los estudiantes, independientemente del tipo de institución de Educación Superior a la que vayan a clases. De todos modos, aun debe seguir pasando agua bajo el puente y agua del guanaco sobre nuestros cuerpos. ¿Y en qué estamos ahora los centralinos? Después de vueltas en el aire, loops, sensaciones de vértigo y adrenalina a full – porque la vida es una montaña rusa– se ha logrado que, al menos, se realizase un llamado a formar una nueva asamblea. Ahora todo está en manos de los profesores; ellos deben jugársela por elegir asambleístas que voten en contra de la realización de la venta y comprender, de una vez por todas, que la particularidad estatutaria de la Universidad Central hace que ellos sean los verdaderos dueños de la corporación educacional. Juéguensela. No nos decepcionen. Y bueno, usted Señor Lector o Señora Lectora (Enfoque de Género Mode: On), lea esta revistita, es un número especial. No se arrepentirá. Juan Pablo Avello

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por Nicolás Sepúlveda

Estos dos nombres tienen algo muy en común. Más allá de que representen sociedades de inversión, que la primera tenga una referencia geográfica de la segunda o que probablemente comparten lazos familiares, lo que realmente las conecta es su modus operandi: el de gato por liebre, el “hechizo”, el por debajo. Aprovechando debilidades institucionales, se atornillan proyectos que velan por el capital y olvidan el resto, “acomodemos todo para ganar más”. Entiendan bien, “ganar más” no es malo en sí mismo, el problema en estos casos específicos es la forma en la que se hace: destruyendo universidad y Patagonia. Cuando detrás de la Central había un proyecto educativo inclusivo y en el mundo surgían ideas como ahorro de energía; nos venden la universidad y construyen centrales monstruosas. La junta no podía esperar a hacer caja e invertir con recursos propios; no, hay que vender la mitad del patrimonio y darle la mitad de la capacidad de decisión a una organización cuyo fin es ganar dinero; no se podía fomentar el desarrollo local con “hidros de pasada” y enfrentar el corto plazo con la capacidad instalada y eficiencia energética; no, hay que abusar de la institucionalidad para ganar el máximo posible al mínimo costo. Profesores de planta y ERNC no son rentables; en el Chile actual, los discursos son de buena crianza y el que corta el queque es un billete, gato por liebre.

por Franco Cataldo Contreras

El metro va raudo, en un día frío y nublado. La gente que viaja en él, va con la mirada perdida y una actitud impávida, a pesar de ser 21 de mayo. Claro, el día en que el gobierno de turno hace la cuenta

pública, en un intento desesperado de calmar los ánimos del efervescente pueblo que cada día despierta con más fuerza. Del pueblo que ya está cansado de la represión desmedida que le afecta cada vez que quiere manifestar su descontento; del pueblo que ya no es tan iluso de creer en falsas promesas demagógicas de un gobierno por el cual votó. El mismo pueblo que desde ya casi 8 semanas, ha luchado cohesionado por un ideal bastante noble: mejorar nuestra mediocre estructura educacional chilena. Han sido ocho duras semanas, en donde el rol de agente de cambio ha tomado protagonismo en cada uno de nosotros, pero de distinta forma; unos más comprometidos que otros, unos que poseen más crítica que otros, unos que tienen mayor motivación que otros… pero al final, todos tienen el ideal de cambiar las cosas. Se ha dicho mucho, que el movimiento que se ha gestado en la universidad es histórico. Estudiantes de distintas facultades y escuelas, se han unido para lograr ese tan anhelado “cambio social”. Ese cambio que proclama a viva voz una educación sin fines de lucro, equitativa, que busque crear seres con sentido crítico y humano, que a su vez posee las herramientas profesionales adquiridas para enfrentarse al mundo de mañana. Ese cambio que escupe al neo liberalismo, cerrándole las puertas a Norte-Sur. Ese cambio que busca gente competente, a la hora de conducir nuestra universidad (no como el Sr. Livacic y sus secuaces, o en La Serena, con Verónica Abbott). En síntesis, un cambio justo que sea amable con la gente que se quiera educar (o quiera educar). Sin embargo, queda demostrado (empíricamente), que el capitalismo siempre será más poderoso que cualquier fuerza centrífuga que busque producir un cambio por medio de un “Botton Up”. Siempre sus fuerzas protectoras buscarán por cualquier medio, neutralizar cualquier agente divergente que intente alterar la estructura impuesta.

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Pero bueno, de lo anterior podemos rescatar algo positivo… ¡Somos jóvenes! Además, tenemos energía, opinión, manos dispuestas a construir (y destruir), conciencia… y corazón. Si, corazón. Porque una de las pocas cosas positivas que ha tenido este movimiento, es que ha permitido a algunos compañeros a descubrir el amor, todo bajo la mirada de los pasillos de nuestra universidad (me incluyo). ¿Qué tendrá que ver el amor, con todo lo que he expuesto en esta columna? Simple. Para que toda revolución logre el éxito, debe tener como condición “sine qua non”, que primero se lleve en el corazón. Si no entiende la frase que expuse, enamórese y quizás sus ideales los tendrá un poco más exaltados. Por ahora, a seguir con la lucha, a seguir con nuestros ideales, a seguir siendo jóvenes revolucionarios y a seguir viviendo por el amor… ¡¡¡¡Qué la Central no se vende, se defiende!!!!

¿ ? por Alejandra Sinovcic No soy una experta en el tema de la educación, pero como cualquier ciudadano ¡sabe! o por lo menos intuye lo que está pasando en cada rincón de nuestro país. Tampoco pretendo dármelas de “luchadora” o de “libertaria”, sólo tengo la voluntad de echar a volar ideas que puedan servir de inspiración para rescatar ciertos ideales que se han quedado rezagados en la comodidad y ceguera de nuestras acciones. Conversando hace unas semanas con algunos conocidos sobre precisamente lo que esta pasando con la educación chilena, y la venta de mi Universidad. Uno de ellos me dice “piensa tú, yo creo que la

educación no es para todos, sólo para los inteligentes, y como inteligentes, creo que sólo ellos deberían estudiar gratis”. En ese momento mi mente quedó entre dos ideas: “o éste es fascista, o a éste le tocó vivir una vida muy, pero muy cómoda”. ¡Claro! uno opina según sus vivencias, y ¿cómo no? si a él como ingeniero, le fue fácil estudiar en un colegio privado, vivir en un buen barrio, vestirse relativamente cómodo, estudiar en la “gran” universidad Católica” y, lo mejor de todo, alimentarse bien, tener la seguridad que te esperan en tu hogar con motivación, donde ambos padres son profesionales con una gran convicción de lo que es el “éxito”, todo lo “mejor de lo “mejor. Pareciera ser que no todos tienen la afortunada vida de éste ingeniero, de hecho NO todos. Son reflexiones del mundo en que vivimos, de personas que pasan a nuestro lado, transitando sin mirar más allá lo que están viviendo, como dije al comienzo, hay veces que nos quedamos en la ceguera de nuestros “ideales”, en la comodidad de lo que significa esta revolución de la educación contra el mundo del sistema, que reproduce éstos pensamientos y acciones de ingenieros. Y no tiene nada que ver con la profesión, creo que ni siquiera debería ser cuestionable el hecho de no educarse, ya que es un derecho innegable que tenemos todos los hombres. Sé que no es fácil enfrentar la masa brutal de éste gobierno, pero siento que vale la pena atacar estas acciones cotidianas inertes de algunos personajes, o por lo menos pensar diferente, porque son esas acciones las que “encantan” a muchos árboles cómodos y ambiciosos de nuestra sociedad, y son esos árboles los que van pudriendo las raíces de muchos más. Cambiar las acciones que manejamos todos los días, creo que son las más difíciles, es como estar en un estado de permanente alerta, de plena conciencia en cada momento de nuestra formación cotidiana, es un desafío de todos los días, con o sin revolución educacional, con o sin venta, es luchar con estas propias sombras, sombras que atacan la igualdad, la fraternidad, y por sobre todo la solidaridad.

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Por Gerardo Ortiz

En estas últimas semanas, en donde saltaron las patás voladoras, sillazos y camotes contra los pacos, insultos contra Livacic y asambleístas S.A, papas que nos tiraron de los departamentos de al lado cuando nos tomábamos la U y donde volaron mamaguachis varios; quedaron bastantes recuerdos alegres y amargos, fueron 7 semanas en donde se alzó una voz de rebelión en donde se dio a conocer el descontento estudiantil y donde fue realmente un agrado compartir con personas admirables por su vocación, entrega y the real conciencia social, que se la jugaron al máximo por este movimiento, que vieron que las ciencias sociales están para cambiar las cosas y que el hombre en si esta para rebelarse contra las injusticias y contra los cerdos que se sientan en el poder, a ustedes gracias. Pero lo que me llamó la atención en estas semanas de movilización fue un aspecto, que en mi parecer, considero asqueroso en la sociedad y es por esto que tomo la gran frase de DON ROJO “el opio del pueblo” frase que le lanza a la religión por ser esta una bomba de humo que llenaba de pajaritos en la cabeza a las personas pensando que la otra vida todo iba a ser mejor, lo que quería hacer con esto el taita MARX era que las personas humilladas, pasadas a llevar etc. tomasen CONCIENCIA de su situación ignominiosa, de que no se trata de ocuparnos del cielo, se trata de ocuparnos de la tierra, de los problemas reales que afectan al ser humano, para así poder rebelarse contra ese orden que le es impuesto. Bueno, en el tiempo de Marx fue la religión el opio del pueblo, pero hoy en día se debe luchar contra muchos más tipos de opios como: inter-nerd, la tele, los diarios, publicidad, weás del sentido común etc. Por lo que hoy se hace mucho más complejo hacer notar a las personas lo que realmente pasa, no sólo con la educación sino que también con muchos otros temas sociales; esto queda muy claro como cuando Chilevisión (Tevé la cara de weón) informó que la protesta que se estaba llevando a cabo por la CENTRAL era por la evasión del pasaje del Transantiasko o como cuando El Mercurio informa que un grupo de delincuentes vándalos puso bombas en la Central o también cuando salían los care-raja de Livacic y Larraechea vendiendo el gran discurso de que en la universidad no pasaba nada y que sólo éramos un grupo minoritario el que estaba en paro o generando medidas de presión que no tenían nada que ver con el espíritu de la universidad y que no representaban al estudiantado, o ver como los canales y diarios de este país se colgaban de los disturbios que hubieron en la marcha estudiantil que convocó la Confech para decir que eran un puñado de delincuentes encapuchados que siempre empañan las manifestaciones, pero nunca dieron a entender el verdadero sentido de esa marcha, el ver en la televisión que hay filas interminables de jóvenes que prefieren entrar a Yingo, Calle 7 o a algún reality cualquiera para

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hacerse famoso con pelambres y weás raras, en vez de darse cuenta de su situación y poder hacer algo al respecto, de ver que ocupan alrededor de la mayoría de la parrilla programática en pura basura que mantiene al ser humano cegado completamente de la realidad mientras los cerdos que están en el poder te siguen metiendo la mano al bolsillo. ¿Entonces cómo criticamos a la gente amarilla de la U que mientras se estaba en paro entraban a clases o que no participaron nunca de las actividades, si ese tipo de persona ve a la U simplemente como una etapa más en su vida, en la cual entra solamente para salir con un titulo y poder sacar el mayor provecho, con un sueldo alto, a la sociedad de consumo? ¿Entonces cómo se les exige un poco de conciencia social si ya están totalmente idiotizados por los opios que parten desde el colegio mismo?, ¡Cómo no vamos a tener una sociedad individualista si en la temprana y alta educación valoramos y premiamos la competencia individual!, si estas personas sólo intentan, y es más desean con ansias, ser una mera cuerda de la gran maquinaria comercial, quieren ser partícipes de esta maquinaria y disfrutar de los privilegios que ésta les brinda, una cuerda de reloj, el cual no les permite ver el reloj mismo. Viven con las vendas en los ojos y cuando se trata de cumplir una meta corren como caballos de hipódromo siempre mirando el fin y no lo que sucede alrededor; caminan por la vida como unos completos IDIOTAS, así denominaba Aristóteles a aquellas personas cerradas en sí mismas, indiferentes a lo común, no participativa de los procesos que suceden a su alrededor, pero en fin como digo “no hay mejor esclavo que aquel que piensa que es libre”. En conclusión, se agradece de que en la universidad todavía exista gente con ideales, gente que no le molesta mojarse el potito por pelear contra la suciedad que reina en nuestra sociedad, gente que no se traga los cuentos que nos meten todos los días estos opios imperantes, gente que no se ha vuelto un mero código de barras y se ha convertido en un mero fetiche comercial, se agradece que sean las nuevas voces de la rebelión contra la injusticia y la opresión. Hoy más que nunca se necesitan personas como las que apañaron a todas en la movilización, porque es hoy donde se debe revelar el joven, cientista social sobre todo, antes que nos terminen aniquilando o aplastando los cerdos que viven en el barro del poder, como Livacic, los Matte, los Luksic, los Piñera etc. Por eso se hace el llamado a los idiotas a que se saquen las vendas de los ojos y puedan mirar más allá de sus propias narices, que dejen de ser una cuerda más y que sean capaces de mirar la maquinaria, que sean capaces de mirar las grietas de la sociedad y dejen su estado de sonambulismo, dejen de ser zombies, hoy las circunstancias les están brindando una segunda oportunidad para despertar del sueño y levantarse con mas fuerzas que nunca contra la venta de nuestra universidad, una nueva oportunidad de apartar la mirada y la atención de los opios que nos rodean y convertirse en verdaderos cientistas sociales, una nueva oportunidad para tomar la duda como escudo y a la crítica como espada y salir a la calle a hacer caer las estructuras que nos enajenan.

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¿ ? Cristóbal Carreño 1 de Junio de 2011 Hemos sido testigos en el último tiempo de un espíritu democrático pleno, me refiero al uso que han hecho los ciudadanos chilenos del derecho a manifestarse, sea por Hidroaysén, por la educación superior, por los alimentos transgénicos, entre otras. Hoy probablemente tenemos a una ciudadanía más conciente, más sensible y tal vez más altruista (espero con toda mi fuerza que así sea), pero esto no es lo que pretendo sacar a colación hoy, lo que pretendo poner en el tapete mediático es el fenómeno exacerbado de agresividad que manifiesta Carabineros de Chile en las manifestaciones anteriormente nombradas. Es de una vergüenza ajena y de una impotencia interna inmensa el ver por los medios no oficiales (ya todos sabemos que los medios son manipulados mediáticamente desde hace años por las elites) como quienes supuestamente nos protegen, golpean brutalmente al estudiante, al profesor, al mapuche, al joven, al poblador, al ecologista o simplemente a quien muestre su descontento frente al “status quo”. Y en nuestra casa de estudios no nos hemos visto ajenos a esto. Hace poco tiempo atrás, dentro del contexto de una de las tomas que se realizaron en el edificio Almagro Norte, Carabineros entró a estas dependencias llevándose consigo a quien se cruzara por delante, a uno le hace pensar que tal vez entre tanto casco, luma retráctil, escudos, “guanacos”, “zorrillos” y armaduras les impiden ver a quienes toman preso. Fue en ese contexto en donde escuché a un estudiante golpeado expresar: “Esto no se va a quedar así, se va a poner morado”. ¿A quién no le molesta que al ejercer el derecho constitucional a manifestarse incluso pacíficamente, se le violente con tanto capital coercitivo como lo es toda la fuerza del Estado? ¿Será que quienes detentan el poder ejecutivo del Estado se les ha olvidado lo que es una verdadera democracia? ¿Es posible que quienes se creen superiores al “pueblo” sientan un miedo muy popular por este descontento? Y en base a esto ¿Será que el único instrumento de solución espontánea que tienen a la mano es la violencia y no una intervención estructural que beneficie a la mayoría de los chilenos? Creo sinceramente que la forma actual de gobernar, es decir, el creer que las clases no ABC1 son inferiores, indiferentes, ignorantes, fáciles de engañar y sin capital humano a llegado a su fin. Es tiempo de que se consolide una democracia con todas sus letras, una democracia por, para y con el pueblo; y retomando el tema de Carabineros de Chile, pienso que sigue la misma línea en el futuro que lo dicho sobre la forma obsoleta de gobernar, esta institución que garantiza la seguridad pública está obsoleta en forma y fondo, no puede seguir agarrando a “lumazos” a quien desee hacer valer lo que es justo. Y para dar una última mirada, espero Carabineros de Chile, como institución del Estado de Chile, sea capaz de reconocer sus errores, cortar sus apéndices fácticas y se dedique un cien por ciento a cumplir su cometido, lo cual es asegurar los derechos y deberes que dicta la Constitución de Chile.

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Durante los últimos conflictos sucedidos en la universidad en las últimas semanas, he podido palpar y más bien confirmar una idea que venía moldeando y procesando hace bastante tiempo y que guarda relación con la dinámica de conflicto que sucede en los enfrentamientos de carácter violento con los pacos. Cuando se está en medio de las manifestaciones se inicia una especie de ritual subyacente a lo evidente en donde los estudiantes por una parte buscan completar la guinda de la torta que es agarrarse con los representantes vivientes del Estado para iniciar lo que a mí me gusta denominar como rock and roll donde la adrenalina sube a mil, donde nuestras rutinarias vidas giran a la complacencia de la violencia y el descontrol multitudinario, por lo que nos convertimos en desafiantes del orden establecido descargando nuestra ira antisistémica con las personificaciones del estado represivo y reaccionario del payaso de Piñera. Que Fantasilandia o Mundo Mágico, el rock and roll es la diversión total, los pacos junto a sus guanacos y zorrillos son la quinta essentia restante para completar el imaginario social del joven estudiante universitario, recién llegado a ese punto de no retorno nuestras peripecias como estudiantes de clase media y no tan media toma ribetes de heroísmo e importancia, de ahí que este ritual genere más sonrisas y satisfacciones que otra cosa. Pero hasta este punto aun no entramos en lo realmente interesante y conmovedor y es que los pacos que se esconden dentro de ese guanaco o traje ultra blindado de fuerzas especiales son personas con vocación de servicio que solo buscan conectar la teoría del orden con la praxis de la represión, y qué mejor fenómeno que el enfrentamiento con estudiantes donde se pueden realizar como ser genérico para recordarnos en todo momento que las calles no son de nuestra propiedad, su existencia como fuerzas facticas toma su real sentido cuando ejercen a gusto años de entrenamiento, en ese sentido como estudiantes jugamos un rol fundamental para ellos, en tanto los completamos como personas, dotamos de significado su existencia como amigos del orden y la seguridad, por que al igual que a nosotros a ellos también les gusta el rock and roll por más que lo maquillen con fundamentos valóricos sobre el servicio y el bien común, porque apostaría a que el tipo que se encuentra dentro del guanaco siente cierto regocijo cuando puede disparar a destajo a los manifestantes, debe tener la sensación de que está haciendo realmente lo correcto, que el circulo formativo como carabinero ya ha sido cerrado y por tanto el desarrollo de su ser genérico también completado. En conclusión cuando suceden manifestaciones que terminan en disturbios se da una dinámica ínter recíproca de intereses mutuos donde ambas partes salen ganando a menos que te detengan y formalicen o te peguen con un skate en la cabeza en el caso de ser carabinero, así que recuerden cuando estén tirando piedras que ese hecho tiene mas sentido del que aparenta puesto que juega un papel fundamental en la vida de una persona en tanto su plenitud como ser humano, mal que mal le estamos dando la oportunidad de completarse y reconfírmale su condición de defensor del orden y la seguridad pública. Christian Gutiérrez – Estudiante de 3º año de la gloriosa Sociología

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por Esteban Ceballos Ya miramos hacia atrás más de dos meses de intenso trabajo, que trata de organizar una lucha muy justa y noble que es fundamental dar en este siglo XXI –bajo la sociedad de la información y del conocimiento– que nos exige angustiosamente –por el futuro de un país– una inclusión social de todas las partes de ésta. Por lo mismo es hoy más que nunca donde la educación juega un rol importante, asegurándonos dicha inclusión, por ende la relevancia de que la educación sea igualitaria y en la versión de su mejor calidad. La idea de financiamiento que tenía el ex superintendente de Bancos e Instituciones Financieras del presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Ernesto Livacic, para financiar el programa de desarrollo de la Universidad Central (proyecto que abarcaba 10 años en la UCEN, en el cual participó nuestro director papi Gajardo, acción nunca antes conocida entre estos proyectos de desarrollo –por lo extenso del periodo–), logró estimular y ser causal de lo que hoy en día con gusto podemos llamar movimiento –con todo lo que el término implica–, que nos instala dentro de una liga de universidades reconocidas a nivel de los movimientos estudiantiles, el cual nos dejó de manifiesto cosas muy importantes, con las cuales convivimos estos intensos dos meses; la

ingobernabilidad de una institución como la Universidad Central, la gran problemática que viven las instituciones académicas privadas en nuestro país, el manejo comunicacional y las grandes redes de poder que gozan ciertos personajes y grupos económicos y políticos de nuestros país, la vulnerabilidad que viven nuestras sedes en temas de seguridad, el seguimiento asqueroso que hoy viven compañeros y dirigentes estudiantiles por parte de nuestras autoridades, la falta de criterios de ciertas autoridades en la toma de decisiones, el nulo compromiso de académicos hacia sus estudiantes y viceversa, la incapacidad de un gremio para lograr confederarse y actuar de forma organizada –profesores– , la manoseada y nunca respetada democracia de la cual nos jactamos como universidad de hacer valer en su totalidad, el olvido y falta de comunicación existente hacia nuestros compañeros centralinos en sedes regionales, el desamparo total que viven los estudiantes en Antofagasta, habernos dado cuenta de los pocos y nulos lugares de esparcimiento que tenemos hoy en día al interior de la Universidad, haber conocido tangiblemente lo poco que valen nuestras máximas autoridades de facultad (decanos y directores de carrera) al interior de la universidad, habiéndose

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difundido contrario.

un

discurso

totalmente

Pero no sólo saldos que debemos solucionar rápidamente nos dejó este movimiento, sino que también reforzó e integró palabras a nuestro acervo lingüístico –es necesario–. Palabras como “moción”, “legitimación”, “deslegitimación”, “emplazamientos”, “amarillos”, “pleno” etc., se iban sumando o reforzando en nuestro diario vivir, al igual que frases como; “me subo al barco y no me bajo hasta que llegue a puerto”, “hagamos rock and roll”, “no seas tan cabeza de pistola”, “deslegitimo al consejo y quiero mesas planas” el famoso “te paseo”, “el cuentista social” entre otros. Pero hay también saldos más importantes que debemos defender y explotar. Estos más de dos meses en paro, en constantes tomas, ocupaciones, peleas con la autoridad, marchas, etc., han sentado una postura muy firme en nuestro conciencia colectiva y esta hace relación a que la juventud –como muchos dicen por ahí– no sólo es una condición biológica, sino es la instancia de poder hacer lo que cuando más adulto no podremos hacer, pero no porque la edad no lo permita, sino que el conjunto de intereses, obligaciones y compromisos – llámese burocráticos, económicos, etc.– van aumentando con el tiempo y son aquellos los que nos van coartando y deslegitimando el impulso y convicción en nuestras luchas. Intereses y compromisos que nos alejan de estas

heroicas construcciones sociales, que le quita validez al argumento que las luchas justas y nobles deben darse, solamente porque es lo correcto y porque es parte de nuestro deber como ciudadanos. Podemos ver que el movimiento nos ha entregado mucho como futuros cientistas sociales ya que, como dijo por ahí don Otorres1 “la Universidad Central después de esto, jamás volverá a ser la misma”. Bajo este mismo supuesto, y como actores importantes en este movimiento, debemos cuestionarnos y analizar ciertas cosas de carácter ontológico. ¿Cómo es posible que un movimiento que en su principio se vio tan fuerte y robusto, haya descendido tan rápido? ¿Cómo es posible con la cantidad de carreras que se adhirieron al paro, que haya existido una falta de argumentos y coordinación tan importante entre las mismas? Haciendo relación a nuestra primera interrogante, el movimiento contribuyó a muchas cosas y dentro de esas, ha de recalcar aspectos muy importantes que se dan dentro de la Universidad, y siendo más detallista diría aspectos que se dan dentro de cada Facultad, que este movimiento ha recalcado, fomentado y aumentado. Hablamos de aspectos muy particulares como la idea de comunidad que se aprecia dentro de la Facultad de Ciencias Sociales, que se ha ido alimentando con acciones durante este proceso, acciones como la toma, marchas, confección de consignas propias, etc. Han

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aumentado el sentido de pertenencia de los individuos hacia sus respectivos grupos de procedencia, con los cuales comparten una historia en común. Así también lo ha hecho CIPOL con su particular forma de ver estos conflictos sociales, su forma de buscar alejarse del común de la gente –bajo hechos muy banales– y así también tenemos a la Facultad de Ciencias Jurídicas, que con su escuela de Derecho, buscan constantemente imponer lo que representan en nivel número y prestigio para esta Universidad. Pero han sido estos mismos fortalecimientos los que nos han llevado a altos niveles de desorganización, ya que a medida que el movimiento aumentaba en su intensidad y duración, aumentaba su crisis, y por lo mismo llevó a que las acciones –muchas de fuerzas que se tomaron– no fueran abanderamientos de tipo universidad, sino que caían lamentablemente en abanderamientos locales, que iban consiguiendo frutos tangibles, pero anunciaba cada vez más, los importantes quiebres entre Facultades, etc. Y esto se da por una principal razón, la falta de una construcción como Universidad, un relato o mega relato político, de postura, de hacer universidad, en cierta medida una construcción que jamás se ha dado en nuestra institución académica, por que quedó en manifiesto que el discurso de la única Universidad “DEMOCRÁTICA, LIBRE e INDEPENDIENTE” jamás fue utilizado ni representativo de los estamentos de la universidad, discurso

que ante la primera semana de movilizaciones comenzó a caerse a pedazos, jamás dentro de nuestra institución existieron tales espacios DEMOCRÁTICOS que dejaran claro el discurso que vendía dicha universidad. La falta de discurso, hilo conductual, relato o mega-relato como quiera llamarle, sumando la determinante de una Federación de Estudiantes ausente, llevó a que el movimiento estudiantil haya tenido que decaer (o dormirse un tiempo). Falencias que encontraron a cerca de 20 presidentes de carreras trabajando en base a la incertidumbre, a ideales personales, a desinformación, y la poca claridad de la información que existía, ya que vagamos de un órgano algo claro –como la FEUCEN antigua– a un abanico oscilante de maneras de hacer las cosas. Ejemplo claro de esto es que no haya existido, muchas veces, una relación o coherencia lógica entre el discurso estudiantil y las medidas que como estudiantado se tomaban, esto determinó a que estas mismas acciones hayan recaído en personificaciones; otro ejemplo claro es que muchas veces tuvimos que cambiar la forma llevar los procesos democráticos que resolverían el actuar estudiantil. Este es el precio que hemos tenido que pagar como movimiento, al momento de legitimar en demasía nuestras localidades, y dejar en segundo plano la construcción Universidad, porque si bien la universidad no será la misma después de

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esto, es algo oscura la historia que dejamos, es poco predecible nuestro actuar en futuras acciones o movimientos, si bien se ha roto en cierta medida ese "tabú" y hemos conseguido cosas importantes, se nos hace impredecible saber el actuar del movimiento en casos parecidos el día de mañana. No logramos en dos meses encontrar ese ente regulador, que nos una, que haya sido articulador de nuestros movimientos, ya que viajamos en la ausencia de individuos representantes de un órgano legitimado, representativo de nuestras decisiones y acciones (en este caso la ausencia de una Federación de Estudiantes). Pero aún así, alejándome del pesimismo que en cierta manera, deja a la luz este escrito, creo que hay cosas más importantes, que pueden encaminar y sentar por buen camino las energías que depositamos, el tiempo, recursos innumerables, etc. Esta idea que subyace a lo que hemos dado individualmente, es que se han fortalecida y en demasía, nuestras facultades, el potencial como Facultad que hoy en día tiene Arquitectura, creo que ni ellos lo estimaron, la presión que han hecho los estudiantes de Obras Civiles en base a su construcción política, la decisión y convicción que han generado estudiantes de FACSO, DERECHO y CIPOL, deben ser canalizados con suma urgencia, bajo

una construcción histórica y política, que no significa abanderarse –miedo tremendo de la generación pos-moderna de los ’90–. Tampoco es dejar el camino hecho y que nuestros futuros enemigos puedan predecir nuestros movimientos, sino definir un marco de acción que nos permita eliminar el bagaje a la hora de actuar, de coordinar, de idear, etc. Así podremos llevar a buen puerto acciones de compañeros que están dispuestos a dar la vida por 12 mil estudiantes, a lo mejor el hecho seguirá siendo el mismo, pero la dirección y la significación que este tendrá en cada individuo será muy distinto. Y es aquí donde otros estamentos deben cumplir un rol importante, hacer valer su poder como estamentos de la Universidad, apoderarse de la historia que en el papel les corresponde y que no han logrado hacerla valer. ES AQUÍ DONDE EMPLAZO A CADA UNO DE MIS PROFESORAS Y PROFESORES DE NUESTRA UNIVERSIDAD, PARA QUE JUNTOS EDIFIQUEMOS LA NUEVA UNIVERSIDAD, EL NUEVO PROYECTO FEUCEN, ACADÉMICO, ECONÓMICO Y POLÍTICO, Y QUE ASÍ LOGREN DARSE CUENTA QUE EL MAL ACTUAR QUE TUVIERON POR 29 AÑOS, EN DOS MESES CIENTOS DE ESTUDIANTES SE LO HAN DEVUELTO. ¡Lucha y rebeldía, escuela de sociología!

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“Día

D”: Por Care Gato

El 6 de junio de 1944, en plena 2da Guerra Mundial, conocido como el "día D", los aliados iniciaron el desembarco de un ejército de más de 150.000 soldados. El éxito del desembarco permitió el rápido avance de las tropas aliadas hacia el corazón de Francia, y fue uno de los elementos clave de la derrota del III Reich y la victoria de los aliados en la misma guerra. En la Central pasó algo parecido. En una coordinación inédita, estudiantes de universidades tradicionales y privadas llaman a una protesta nacional para la defensa de la educación superior chilena, convocada por la Confech2 para el día jueves, en la que asisten 8.000 estudiantes. La protesta por parte de la comunidad centralina es motivada, principalmente, por las irregularidades de la incorporación del socio estratégico, Norte-Sur, a la Central, aprobada por el Sr. Ernesto3 y la honorable Junta Directiva de nuestra casa de estudios. Hasta acá, todo bem. Al terminar la marcha en La Alameda, los centralinos decidimos continuar, pero por las nuestras, y dirigirnos hacia el edificio de Toesca, donde se toman las sucias decisiones con respecto a la venta de la U. Todo bem. Nos juntamos el piño de alrededor de 300 centralinos y nos fuimos marchando por la Calle San Ignacio. Todo bem. De pronto, aparece de las tinieblas el querido Guanaco, ahora conocido mejor como Blastoise, para darnos caza con su letal Hydrobomba. Y sí, todo bem. Cantitos van, cantitos vienen, yo y otro compañero (ocultaré su identificación) decidimos en plena calle, luego de discusiones a nivel filosóficas, tomar dos piedras, de un diámetro de 8 cm., para armarnos contra la arremetida policial. Todo bem. Seguimos caminando, delante del Guanaco cuando, de pronto y sin aviso, la Hydrobomba nos calza, junto a otros compañeros. Dejamos de estar “todo bem”. Corriendo de aquel ataque, todos como caballos hacia adelante yo, a lo vío, me fondeo en un edificio, que después supe que era de Carabineros. Me pasó el Guanaco y yo le lanzo la piedra mientras veo que un loco se había caído producto del chorro de agua, sangrando en su boca. Desde ese entonces, todos los de la Central que estábamos ahí nos miramos, y nos dijimos, mentalmente, al estilo del diálogo en los Supercampeones, “esta es la nuestra ziii”. El piño Centralino se juntó a las afueras de la DAVE, por Lord Cochrane, para esperar a nuestros amigos, los pacos. Se hizo una barricada con sillas, nos armamos con 2 3

Confederación de Estudiantes de Chile Ernesto Livacic, apodado Ernesto. Dicen que tiene V.I.H. Sida

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otras piedras o demases, esperando la arremetida de Fuerzas Especiales. Chuchadas van, chuchadas vienen hacia los Carabineros, avanza a nosotros sin mediar oposición el Zorrillo, conocido como Ninetales en su versión pokemona. Él lanza su gas venenoso hacia nosotros por la entrada del Parque Almagro 3 veces, ascendiendo en su efectividad para hacer llorar a la gente y paralizarnos; no obstante, Ninetales sufrió daños significativos por el movimiento estudiantil. Luego de atrincherarnos todos en Almagro Norte, el Rector(i)4, sir Ignacio Larraechea, da la orden a Carabineros para que entre al establecimiento con el fin de calmar las aguas y poner “orden”: la entrada de Fuerzas Especiales a la Central se hacía inminente. Las tortugas ninjas, o mejor dicho y siguiendo con la homología, los Squirtle, avanzan por dos entradas; primero por la de San Ignacio, y luego por la del Parque Almagro, arrasando con todo a su paso. Este escuadrón golpeó a gente, reprimió a inocentes, humilló a estudiantes y profesores, llevándose a 11 personas a capacha. Fin de la lucha y el desembarco. De acuerdo a todo el relato, se da a entender que el Desembarco en Normandía Centralino es de los pacos, pero yo digo que no, simplemente porque ese fue nuestro “día D”, sin desmerecer las otras semanas de movilizaciones. Conseguimos, al pasar ese día, otra lucha con los pacos para el viernes 29, que el sindicato se una a nosotros, que los profesores de Derecho se hayan ido a paro, que las Decanas de Derecho y FACSO se opusieran a la decisión del Rector(i), que los profesores de la Facultad de Arquitectura sigan a los estudiantes y no a su Decana, que se reúna un Consejo de Decanos y se exija la renovación en los cargos de los asambleístas caducados en sus puestos, que se realice una reunión con la Comisión Técnico-jurídica, que nos unamos al paro nacional estudiantil para el 12 de Mayo, que 4 estudiantes de la sede La Serena se fueran a huelga de hambre, que nos agarremos con los pacos entre los días 18 y 20 de Mayo, que se fuera la Sra. Abbott… en fin. Nuestro “día D” lo defino así.

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Fue escogido arbitrariamente por su amigui, Ernesto. Dicen que él le pegó el Sida a Livacic, según mis informaciones

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Por Juan Pablo Avello

Le hemos pedido al Señor Ernesto Livacic en todos los tonos posibles que se vaya, sin embargo no nos ha hecho caso. Luego de hacer una revisión autocrítica del porqué este caballero no nos escucha, llegamos a la conclusión de que se debe a que no le hemos ofrecido alternativas laborales una vez que deje de ser el presidente de la Junta Directiva de la Universidad Central. Es por ello, que el honorable Equipo de Revista Chicuadrado ha preparado una serie de propuestas para el Señor Livacic una vez que se vaya para siempre de la Central. PROPUESTA Nº1 Señor Livacic, usted ha demostrado tener oídos sordos frente a innumerables epítetos en su contra, escucha insultos como si nada. Y cuando algo no le gusta, expulsa a quien comete el desagravio sin preguntarle a nadie. Definitivamente tiene el perfil de un árbitro de fútbol, de esos que incluso arreglan los partidos a su pinta.

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PROPUESTA Nº 2

Señor Livacic, dado lo difícil de olvidar de su apellido, aproveche el juego de palabras y ponga un lavaseco. Sí señor, tal como oye, instale el Lavasec Livacic y le irá de las mil maravillas. Es un negocio seguro y amigable con el medioambiente que no alterará la independencia ni el pluralismo de nadie…

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PROPUESTA Nº 3 Y bueno, tanto que le gusta transmitir con eso de Norte-Sur y la cacha e’ la espá: venda brújulas. Pero brújulas y no universidades.

por Juan Pablo Avello Toda revista que se precie de tal cuenta con un espacio para las entrevistas. Por lo mismo, Revista Chicuadrado no podía ser menos y daremos el puntapié inicial a esta sección conversando con Sebastián Bowen, sociólogo de la PUC, Director Social de Un Techo para Chile entre 2005 y 2009, además de coordinador general de la derrotada campaña presidencial de Eduardo Frei en 2009. ¿Y por qué lo entrevistamos? Bueno, porque asumió como Director del Programa de Responsabilidad Social Universitaria de la Universidad Central en medio de toda la vorágine que los centralinos hemos vividos oponiéndonos a la venta de nuestra Casa de Estudios. He aquí la conversación con el colega. ¿En qué consiste el programa de responsabilidad social universitaria? Bueno, en primer lugar, es un programa que, si bien está cada vez más avanzado, aún se encuentra en diseño. El objetivo es que la UCEN sea reconocida como una universidad para el país y no a costa del país. En este sentido existen ciertos postulados en nuestros documentos institucionales que hablan de “compromiso país”, “servicio a la sociedad”, “formación integral” y otras cosas, pero lo importante es cómo transformamos estas palabras en hechos, y sobre todo, que no sean hechos aislados. Soy consciente y he podido ver las múltiples iniciativas sociales en distintas facultades, pero lo importante es incentivar aún más, potenciarlas y darles un cuerpo común para producir sinergia. Para esto estamos creando este programa, el cual, incluso, estamos revisando hasta el mismo nombre. A mí al menos el concepto de “responsabilidad social” no es algo que me agrada de sobremanera, muchas instituciones se escudan en estos conceptos para mostrar una cara buena y por otro lado sumergen la más fea. Hoy me cuesta mucho escuchar universidades hablar de ética, justicia social, igualdad o inclusión, prefiero que hablemos de estos términos directamente

antes que responsabilidad social. Pero en este asunto se está trabajando y cuando se lance el programa veremos el nombre definitivo que tendrá. En términos concretos el programa busca meterse en los distintos lados de la universidad y potenciar las iniciativas que muestran que la central está pensando y trabajando para Chile. Así, queremos poder traer la metodología pedagógica de “aprendizaje servicio” a la universidad (que ya se hace en algunas universidades latinoamericanas), queremos crear cursos que digan relación con los problemas sociales de Chile (pobreza y desigualdad, sustentabilidad energética, descentralización, derechos sociales, etc.). Queremos también dar la posibilidad a los estudiantes que puedan complementar sus estudios con diplomados o especializaciones en desarrollo social y otras materias. Por otro lado estamos diseñando proyectos de extensión, investigación y acción en materia social desde las facultades donde existan compromisos de los profesores, estudiantes, funcionarios, etc. Estamos diseñando un plan para que la Universidad se transforme en un centro cívico de Santiago, y lo mismo para La Serena. Está la idea de crear un Observatorio de Pobreza y Desigualdad para ir monitoreando y fiscalizando las políticas públicas en estas materias; estamos proyectando armar una

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incubadora de proyectos estudiantiles que no sólo implique fondos concursables, sino también asesorías y redes para ejecutar proyectos en las temáticas culturales, sociales, ambientales, de investigación, etc. Como ves, son hartas cosas, pero como te digo, todavía esto es el diseño, el cual debe ser aprobado y luego implementado escalonadamente, pero si te das cuenta, finalmente la intención es que la UCEN haga realidad el sueño de que la Universidad se debe a su país, y debe medirse y evaluarse en la medida que logra solucionar, o forma personas orientadas a solucionar, problemáticas concretas de nuestra sociedad, y esto no solo puede ser practicado como discurso. ¿Es posible compatibilizar la responsabilidad social universitaria con la incorporación de un socio estratégico orientado por el lucro antes que por el aseguramiento de la calidad de la educación? Como te digo, si quieres hablamos de responsabilidad social universitaria, pero me gusta más hablar de ética social, de justicia social, de sustentabilidad y de inclusión. Ahora bien, ¿es posible ser una universidad que sirva y se comprometa con su país y tener un socio estratégico al mismo tiempo? Creo que son dos variables que no están correlacionadas necesariamente, y si lo estuvieran significa que estamos carentes de creatividad. Google es un gran ejemplo de una empresa que ha aportado muchísimo a la sociedad, que defiende los valores de la libertad de expresión, de compartir información, incluso de levantar ciertas causas sociales, pero al mismo tiempo es una empresa que tiene rentabilidad y te aseguro que le va espectacularmente bien como empresa. Es decir, no sólo da un servicio de calidad a quienes lo buscan, no sólo gusta y atrae a la opinión pública, no sólo es uno de los mejores ejemplos de creatividad e ingenio, no sólo está catalogado como uno de los mejores lugares para trabajar, y no sólo gana mucha plata, sino al mismo tiempo creo que hace un bien a la sociedad. Una cosa es el abuso y otra muy distinta es la empresa, claro que existen empresas que abusan de la gente, pero también hay empresas, muchas de ellas pequeñas y medianas, que han logrado que este país avance en muchos aspectos, y nosotros, debemos ser capaces de distinguir. Ahora bien, más allá de mis concepciones, la UCEN debe ser capaz de comprometerse y servir al país desde distintos frentes con o sin socio estratégico. La calidad universitaria, y menos el compromiso con la sociedad, desde mi perspectiva debemos ser capaces de resguardarlos ante cualquier escenario. La Universidad Central debe ser una universidad ética, justa, inclusiva

y de calidad, si esto pasa o no por un socio estratégico no es del dominio de mis decisiones; sí haré, y he tratado de hacer, lo posible para que se restaure la convivencia que hay que retomarla, es parte central de una universidad que aspira a tener un rol social. ¿A qué se debe la crisis de la educación superior en Chile? A la incapacidad que hemos tenido de dar los saltos para que Chile sea más igualitario; a un sistema de educación superior absolutamente viciado, anacrónico, cooptado por algunos grupos y sumamente poco solidario; y a nuestra fatal arrogancia y arribismo de querer tener universidades para los problemas de Europa y Norteamérica, y no ser capaces de crear universidades que primero resuelvan los problemas de Chile y Latinoamérica. ¿Hubiese sido distinto el escenario de movilizaciones estudiantiles con Eduardo Frei en la presidencia? Hay gente que dice que sí, que finalmente esto demuestra un descontento con el actual gobierno y no habría pasado con la Concertación. Yo soy de los que piensan que leer así de simple el problema es finalmente no querer verlo. Acá hay un descontento mayor, lo interesante es que por primera vez en 20 años, con todas las movilizaciones ciudadanas que ha habido más allá de las estudiantiles, se está expresando un cuestionamiento severo al modelo de crecimiento que Chile ha ido teniendo, y eso se habría expresado con o sin Piñera de Presidente de la República. Evidentemente hay cosas que se ven magnificadas por el actual gobierno, como la desafección que la gente tiene con este gobierno, o los errores políticos, etc., pero en ningún caso este gobierno gatilla estos problemas, recordemos que hace sólo 6 meses la aprobación del gobierno era altísima. ¿Qué te parece que el pasado miércoles 8 de junio estudiantes de la U. de Chile y la U. Central hayan ocupado la sede de la Democracia Cristiana como expresión de crítica al doble estándar de la Concertación respecto al lucro en la educación? Sinceramente, no es algo en lo que he meditado mucho, es más, prefiero que se tomen lo que sea mientras no se tomen los campus y los propios compañeros no puedan estudiar. De hecho, cuando se tomaron la sede de la DC no dejaron a nadie sin estudios, no atrasaron más el semestre, tuvieron más prensa, y siempre se va a acercar uno que otro político a solidarizar, cuando se toman los campus sucede todo lo contrario.

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Sin embargo, lo que me llama la atención, es esta idea tan neoliberal de no inmiscuirse con la política. Yo trabajé durante 4 años en Un techo para Chile sin participar de la política directamente, y justamente di el salto a la política en la campaña presidencial porque consideraba que era lo correcto en ese momento. Mucha gente me criticó, pero mi respuesta siempre era la misma: si aquellos que están dirigiendo los grandes movimientos en Chile no son capaces de dar el salto a la política activa –no esa de “comentarista” político–, los únicos que salen perdiendo es el pueblo chileno. Mi intención fue ser testimonio de ello… Qué distinto sería Chile si los líderes que hoy vemos criticando se atrevieran a entrar y estar dispuestos a tomar las riendas del país! Por eso me llama la atención que para definir si eres “bueno” o “malo” te pregunten si militas en un determinado partido o no, promoviendo el clásico discurso neoliberal de no “mancharse en la política”, no veo diferencia alguna entre la discriminación a una persona por ser homosexual o indígena, a la discriminación a alguien por su orientación política o religiosa. Si vamos a hablar de democracia, participación, igualdad e inclusión, hablémoslo en serio, no solo cuando nos conviene. ¿Qué aspecto debería atacar primordialmente el gobierno para mejorar la educación chilena? ¡Uf! La educación son muchas cosas, pero me remitiré a la educación superior. En primer lugar, creo que con la educación superior sucede algo similar con la energía, es decir, falta una política a largo plazo y que dé cuenta de una planificación como país. La embarrada que hay con la energía es que no existe una política que demarque los lugares donde se puede poner o no poner una termoeléctria, hidroeléctrica, o fuentes de energía solar o eólica, esto lleva a que el asunto quede totalmente en manos del mercado y finalmente nos lleva a los problemas que hemos visto en el último tiempo. Con la educación superior sucede lo mismo, no existe una planificación como país de los temas prioritarios para Chile, las necesidades de profesionales en diversas áreas, el énfasis para innovación a determinados temas, etc. Esto hace que la educación superior quede absolutamente entregada al mercado, lo que significa que se menosprecian las carreras artísticas y humanistas, se abren y abren carreras en que el campo laboral es totalmente un desierto, etc. Un paso importante me parece que es que nos atrevamos a planificar, a decir como país “estas son

nuestras necesidades, y estos profesionales son los que necesitamos”, y desde el sector público se deben incentivar, promover y fiscalizar que las universidades cumplan estos parámetros. Esta idea de concebir una universidad pública o no pública porque depende de donde provienen sus recursos, y esto depende cuándo se fundó, me parece que es una mirada muy precaria del asunto. Creo que es necesario incluir en el debate qué tan públicas o no públicas son las universidades en función del servicio que prestan al país, y para esto es necesario ponernos de acuerdo en cuáles son las necesidades a resolver y de qué manera las universidades pueden resolverlas. Esta propuesta pondría en jaque el sistema: requeriría de diálogo social activo y permanente, los rectores que quieran recursos públicos ya no podrían hacer lo que quieran, habría una constante competencia entre universidades por servir más a Chile, y no esta división donde algunas son vírgenes y puras (las del CRUCH) y las otras son los demonios del lucro (las privadas), exigiría las Universidades a cumplir parámetros de inclusión, de movilidad, etc. Veo en esta propuesta algo mucho más relevante que una ley que diga si las universidades pueden o no tener lucro. Justamente hacia allá queremos enfocar con el programa que estoy diseñando a la Central, podrá ser una universidad privada en sus recursos y su razón social, pero pública en sus fines, en esto no nos podemos perder, una Universidad se mide por el servicio que presta al país y no por un ranking de una revista que circula en el cono de alta renta de Santiago. Si viera que el asunto camina en otra dirección, para mí no tendría sentido estar acá, y créeme que seré el primero en retirarme si me percato que, antes que el sueño de universidad comprometida con el país, hay intereses particulares en juego. ¿Educación gratuita para todos? No, sería un subsidio a la gente más rica de Chile ¿qué sentido tiene?. Hay veces que no nos damos cuenta de esto, pero que todos los chilenos costeen la universidad de alguien que se la puede pagar es algo paradójico. Sin duda necesitamos un sistema que sea mucho más solidario (y eficiente) para aquellos que no la pueden pagar. El Estado podría incentivar y bonificar a las universidades que empleen matrículas diferenciadas por nivel socioeconómico, incluso yo no me opongo a tener ciertas cuotas en las universidades, creo que el ranking de enseñanza media por sobre la PSU también va en el mismo sentido. ¿Educación gratuita para todos?... no, primero que nada, Educación Solidaria y de calidad para Chile.

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… Mientras afinábamos los últimos detalles previos a la impresión de este número especial de Revista Chicuadrado, se fueron sucediendo algunos acontecimientos que no alcanzamos a incluir aquí, ya sea por tiempo o porque no les dimos buena cobertura. Dichos acontecimientos se mencionan a continuación: Los estudiantes de la sede de La Serena de la Universidad Central lograron que su directora regional, Verónica Abbott, renunciara a su cargo luego que cuatro compañeros centralinos serenenses llevaran a cabo una huelga de hambre que se extendió por poco más de dos semanas. El miércoles 8 de junio, estudiantes de la Universidad de Chile y de la Universidad Central realizaron una ocupación de la sede de la Democracia Cristiana como forma de manifestar el rechazo al doble estándar de la Concertación en materias educacionales, dado que mientras plantean a través de los medios de comunicación su apoyo a las demandas estudiantiles, sus militantes hacen negocios con la Educación Superior. El jueves 16 de junio se realizó una marcha convocada por la Confech y el Colegio de Profesores, la cual logró reunir a más de 70.000 personas manifestándose en contra del lucro en la educación. El miércoles 16 de junio, las tres sedes de Santiago de la Universidad Central (Almagro Norte, VK1 y VK2) pasaron a estar en toma. A partir del viernes 17 de junio se comenzó a realizar en las dependencias de la Universidad Central el “Encuentro Metropolitano de Estudiantes”, contando con la participación de representantes de la FECH, la UTEM y dirigentes secundarios, con el fin de confeccionar un petitorio unificado de los estudiantes de Chile frente a las problemáticas que los aquejan.

Juan Pablo Avello

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Edici贸n 3, a帽o 2 de Revista

Chicuadrado

Una edici贸n de los estudiantes de la Escuela de Sociolog铆a de la Universidad Central (Sede Santiago) Junio 2011 Contacto: REVISTACHICUADRADO@GMAIL.COM


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