Will
259
CAl'fTULO XVIII.
maniobra quo
retirarse todo p1 cargfiuncnto,
quG absorbo un tiempo precioso. «8o acampa íi bis doce y veinte minutos do
hi
madiMi^'ada, (b>spues de diez y seis
boras de
trabajo,
que nos
lia
i)crmi(ido
franquear diez y odio kilómetros, do bien
la
resisti-
prueba.
so detiene
«9 y fO. lo
aun. levantado varias ve-
el hielo:
una
impele con más celeridad;
arrastrados
demasiado
peligroso avanzar
punto
pierto al
enumerar
nii'is
b\jos,
lijera brisa
hemos y como
sido sería
de esta manera, des-
mi gente.
;'i
Difícil
seria
que nos detienen, que debemos vencer jiara latitud de que nos hemos sepa-
los olistáculos
las dificultades
recobrar la do.
En
este instante el hielo parece esta-
cionarse,
y
(b)y
«El agua aumenta por de Kennedy;
islii
y nosotros con
orden de preparar
el
al-
y á llevar el registro; ir desde el bote y circro-sa es nuestra única cieny una ocupación más que suficiente.
cia,
No
tenemos tiempo de cargar y descargar, mas embarcamos y desembarcamos con mucha rapidez, exponiéndonos mucho íi
quo naufrague todo.
«A
mediodía, después de ca-
y
los
conviJe-
cientes.
11,
//
acampado hacía modo que esta-' en particular los con-
habíamos
desfallecidos,
«/.?
Lieber
cinro horas, de
valecientes.
torce horas de trabajo; el doctor ("o])pii)ger
cuida con toda solicitud de
tierra entre los cabos
no
//
salta al
sentido in-
10 de agosto á las siete de la
l'aird el
Ireinín
viento
el
hielo en
avanzamos!
verso. ¡Al fin
ums
el sur.
y cuarto
las diez
sudoesttí é impele el
nos llevo hacia
— Ahora
que estamos
libres
que nos arrastraba, dejo dormir mis hombres, mientras que Coppinger y yo vamos al cabo Baird para examihielo
del
!i
«Estamos más
lejos del sur
y de
la costa
occidental que ayer á esta hora.
y 1^.
— Este
y durante
la
hielo
nar
falal
avanza
última detención nos
ha impelido algunas millas hacia dia; el caso es grave, porque nos íi
misma
trineo
mañana:
siempre
cabo Haird y la
61; el
jiotas al
«Al caito do una hora prosigue la marcha: gobernamos hacia la isla 15éllo(, donde por lo menos no es de temer que el hielo
<<I1
oeste del canal
Bellot parecen ocui)ar ahora la
^Tocamos
al
el
avanza por todas par-
hielo
y ya no vemos la ribera meridional del liordo de Petermann. Renuncio á tomar
muerzo.
«So acampa
e'
línea,
— Me be
examinar
ces para
jloe
movimien-
alejándob) did calió Lieber.
tes,
«Veo con sentimiento que nuesiro no
sopla d(d oeste pone el pacU en to,
cual
lo
no es poco. Los convalecientes han
cabo Uaird y no detenernos hasta haber llegado. Trabájase sin descansar antes y después del almuerzo; una fuerte brisa quo
través del cabo Lieber.
y
si
el
medí"
hallair!<«
eontinua esta
se
el fiordo
ver que
formando
tra jKn^ñon:
Whia
once, bien resueltos A remontar hacia
jamos
nu« da
estíi
la
tro»-
A
bruma
hielo se vuelve á soldar por to-
superficie entre
mens» la
el
««I
das partes,
marcha seremos arrastrados liasta el canal de Kennedy, desde donde nos ser ^imposible ganar los buques. Coppinger ojuna como yo. quo es preciso salir 1('4;i costa de esta - tuacion, pnes perdemos terreno de coíUiiiüu, aun durante nuestras marchas Ibrzadas. «Volvemos il ponernos en camino á las ;'i
de Lady Franldiu. La
condensa, mas nos queda tiempo para
de
parecer una in-
Belloty n^ies-
distínguense dos buques en
uno de
Desculienai;
la
más
al
la isla
tilos, el
cerca de nosotros, es sin
Alerta, que viene
á
du-
nuestro encuen-
eo-lruímos apresuradamente un cairn
Después de almorzar marcha, y desde las siete de la
»«H'-"íiios al trinco.
prosigue
la
mañana hasta
las
cinco
sin descanse».
dt
la
tarde traba-