Juan Miceli reseñas / reviews

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Juan Miceli Reseñas y Entrevistas


2020 / 2021

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Ñ Revista https://www.clarin.com/revista-enie/arte/ves-vidrieras_0_jx7cgSkS0.html


reseña en ramona Juan Miceli/Mitze
 2021

www.ramona.org.ar/node/70606

En “El Local”, de Alejo Arscuschin, a la orilla de Juan B. Justo, la avenida sobre el Arroyo Maldonado, ya había seres subterráneos habitando el espacio. El 13 de febrero llegó Juan Miceli (o Mitze?) y los integró a su propia naturaleza: dejo Instalado objetos y fantasmas. Fusionó magia con tecnologias vivas y caducas. Mezcló toda esa materialidad con su alquimia contemporánea.
 Gestó un todo inseparable: cada cosa parecen pertenecer a una genealogía fluvial y soterrada muy afín. Resulto una conjunción luminosa, con aire, habitable, de aspecto cálido. Un ambiente lúdico que
 dan ganas de recorrer, por sus rincones y senderos, a sacarnos fotos, a ser turistas. A permitirnos perder el sentido.
 Componen un paisaje de seres antiguamente orgánicos abducidos por el plástico verde, texturas de polipropileno coloridas y móviles, superficies luminosas de acrílicos, metales de cotillón,
 troncos secos con moho en proceso de expansion, cuernos de algún toro faenado, dientes
 humanos, muñecos ajados, medias de red sin su par, prendedores de la abuela y más cosas.
 Irreductibles. Las cosas chocan, se hacen agua, se pierde la percepción de lo conocido. ¿Somos como esas
 Joyas caníbales del tiempo? Las piezas parecen remitir a su propia historia y a sus resonancias
 contemporánea, a un tiempo propio de transformación, al desgaste continuo, a la imaginería de
 Renart y a la mediación tecnológica. Nos hacen sentirnos rastros, fragmentos en una película de
 ciencia ficción. No está escrito, se lo percibe en el universo Miceli. Más allá de los vapores del Arroyo, el ambiente es de gestos poéticos atrevidos, sin censura, con
 pulsión e intuición certera. Hay un entretejido con la tecnología expandida que dan voz a nuevos
 “Fósiles Parlantes”. Como un entramado de los elementos que componen el arte Cosa de Miceli,
 su conjuro. ¿Será que contienen las operaciones exorcistas de sus historias más personales?, ¿las marcas de su cuerpo?. Aquellas que nunca se develaran: porque no hace falta saber lo qué hay deoculto en esos objetos. Es que lo dicen sus gestos, las costuras, los engarces, las heridas de una rama, porque se vivencian como restos de presencia vital. Eso se impone como extraordinario:
 Mitze tiene una serie de confluencias, que están dialectizadas en el proceso de construcción de lainstalación, en la que contiene a su historia de autopartistas y sincretismos. Se percibe como eldestilado de su historia, como las marcas de su cuerpo, su fuerza narradora.
 A su modo su Vivo Dito. Daniel Pereyra
 Art. Visual/Actor/Psi

Hasta el 13 de marzo de 2021 a las 19:30 (hasta las 22 hs.) en El Local (J.B. Justo 4328 La Gran Paternal).


Gustavo Bruzzone visita Mitze https://www.youtube.com/watch?v=Ky8fT-1j-oY&t=6s


2020 Articulo de Flavia Costa sobre la obra de Juan Miceli publicado en Ludión (exploratorio latinoamericano de poéticas / políticas tecnológicas) http://ludion.org/articulos.php?articulo_id=67


Verano entero en arte on line reseña por Vanesa Cattelani

“La floración máxima. Que los pistilos nos fecunden a todos… forever” palabras que resuenan en el audio que el transeunte distraído puede levantar en el código QR cuando se produce el encuentro con esta obra al paso, directa. Verano entero es una instalación sonora compuesta por esculturas plásticas y cerámicas, cadenas y prismas de acrílico. En un espacio semi público donde al artista le interesa el acercamiento espontáneo y el contacto directo con el espectador. (Audio aquí) Cuando Milagro Torreblanca invita al artista exhibir en este espacio urbano, hizo que Juan Miceli despertara su acervo interior. Partiendo del interes propio “donde la gente se acerce a la obra sin entrar a un espacio de arte. Un espacio que está entre lo público y privado” y entendiendo que su trabajo deviene desde lo textil y la instalación, desde lo escenográfico hasta sus inicios como fugaz vidrierista: “decidí revisitar una muestra que hice en el Espacio Cultural del Banco Itaú en 2011que también era en una vidriera que se llamo Invocando el verano eterno (…) después de haber hecho esa muestra no me gustaba el título, me sonaba pretensioso. Pensé que había un problema en la palabra eterno y si la modificaba era entero, y fue una excusa para especular acerca de las relaciones lenguaje/obra, lenguaje/imagen, esta posibilidad de la obra como algo inacabado, como algo que uno puede revisitar y plantear cosas nuevas.” Bajo un día nublado, con pleno sol o en la morbosidad de la noche, un verano entero pregna al caminante. El interminable juego de los opuestos en las caras dobles atravesadas o vomitando cadenas. Una mano que surge y brota, que irrumpe la escena. El verde de la floración exaltado por lo plástico, el verano transformado en un ser corpóreo monstruoso o no, se brinda con los brazos abiertos entero y eterno. Juan Miceli pareciera que trabaja impulsado por la idea de un eterno retorno entre uno mismo y/con todo lo que nos rodea, logrando condensar en una sola escena lo que lleva y llevamos dentro.


nota Revista Urbe / seccion Artificios

https://urbe.com.ar/revista/lenta-cancelacion-del-futuro-y-la-estafa-de-la-forma/


entrevista en Villa Z, mi taller por Gustavo Bruzzone



https://www.arte-online.net/Agenda/Exposiciones_Muestras/M-I-T-Z-E_instalacion

https://www.arteinformado.com/agenda/f/mitze-19613


2020 arte on line entrevista por Vanesa Cattelani https://www.arte-online.net/Notas/Juan-Miceli-en-vivo


2010/ 2019


internacional

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2016 mi tierra invencible / my invencible land seleccionado harddiskmuseum http://harddiskmuseum.com/team/juan-miceli/


Mi video Mi Tierra Invencible fue seleccionado para formar parte de Labocine pagina especializada producciones audiovisuales en las que se produzca el cruce de imágenes provenientes de la ciencia y el arte., New York City


mi tierra invencible / my invencible land publicado revista franco/argentina Corrientes, 2016 http://revcorrientes.com/anatomia/miceli


Sculpture Magazine - Reseña por María Carolina Baulo 
 publicado en la versión impresa en enero 2012


Sculpture Magazine - Reseña por María Carolina Baulo publicado en la versión impresa en enero 2012 Traducción al español

Como si fuera un sello personal, el escultor, instalador y performer Juan Miceli, se presenta diciendo “soy mi obra”; sin él, la obra per se no existe. Miceli piensa en proyectos, imagina mundos, trabaja sin esquema previo, organización formal o modelo; la estrategia se plantea a partir de aquello que le inspiran los materiales – huesos de animales, dientes y objetos plásticos de descarte fundidos – cuando los tiene en frente. Es entonces cuando algo a través de los materiales pareciera hablarle y es su intuición la encargada de guiarlo en el desarrollo de todo un mundo habitado por seres fantásticos que no son otros que los propios alter egos del artista. Miceli deja fluir y fluye, se aleja del murmullo ajeno y del propio, se deja seducir y penetrar por lo impredecible de la creatividad y mientras él como hombre renace una y otra vez, su obra se va materializando. “Entiendo el arte como una manera de mirar/ver y fundamentalmente como una práctica; una forma de vida (…) a través de mi producción artística, no puedo evitar cuestionar el mundo que me rodea y la cultura”. Sus esculturas plantean una profunda reflexión sobre la naturaleza misma de los seres humanos, la relación que establecemos con el entorno y la lucha por alejarnos de la increyente tendencia por hacer de nuestro hábitat un mundo-robot. Miceli desafía lo “políticamente correcto” de los mandatos culturales, batallando con un arma tan poderosa como la desclasificación y el poder inherente a la imaginación. Busca invertir el orden natural de las cosas, recupera los desechos y los huesos para inmortalizarlos en esculturas que conforman verdaderas instalaciones y donde les otorga así un nuevo significado que los rescata del olvido y de la muerte. Una suerte de memento mori donde aquello destinado al ostracismo pasa a ser protagonista de una nueva historia. Un recurso central en la obra de Juan Miceli es la fuente de constante inspiración que encuentra en el océano. Hasta allí se puede rastrear el génesis que fundamenta sus elecciones: un espacio donde el artista juega, imagina, construye y descubre, ya desde niño, otros mundos primitivos, originarios y anteriores, los cuales lo trascienden aun cuando él elige hacerlos propios. En ese “océano personal”, se gestan sus seres amorfos de apariencia amenazante, los cuales representando todo aquello que desconocemos se nos presentan, lógicamente, como aterradores. Con amplia trayectoria en cine, radio y publicidad como director de arte, redactor y vestuarista, es durante el 2010 cuando participa de varias muestras donde logran destacar sus esculturas e instalaciones: Miceli: theverybestia (Wallrod Espacio de Arte), Fuga Lab (Galería Objeto a) y Miceliliveperformance (campaña Unidos por Argentina, Sponsor: Puma, Galería Objeto a). Su próximo trabajo será una instalación Miceli | Brutalia a desarrollarse desde Diciembre 2010 – la cual se extenderá todo el verano 2011- en el Museo “Jardín de las Esculturas”, Secretaría de Medio Ambiente del Gob. de la Ciudad de Buenos Aires. El talento del multifacético joven artista argentino, no deja de sorprender por el nivel de compromiso que sustenta su obra, una comunión que ensambla los conceptos con los hechos y el racionalismo con la experiencia empírica: Miceli hace lo que piensa y es lo que hace.


Sculpture Magazine - Reseña por María Carolina Baulo 
 publicado en la versión impresa en enero 2012 As a personal seal, the sculptor, installer and performer Juan Miceli, presents himself as “I am my work”; without him, the art work per se doesn´t exist. Miceli thinks in terms of projects, he imagines worlds and works without a previous schedule, formal organization or model; the strategy is a consequence of the inspiration the materials transmit to him– animal bones, teeth and ispensable objects – when he faces them. It is then when something, canalized through the materials, seems to speak to him and it is his intuition the one who guides him to create an entire world inhabited by fantastic beings which are nothing but the artist´s alter egos. Miceli submerges into the natural flow and he flows with it, he steps away from his own murmuring and the one around, gets seduced and penetrated by the unpredictable influence of creativity and as the man reborn over and over again, his art materializes. “I understand art as a way of looking/ seeing and fundamentally as a practice; a way of life (…) through my artistic production I can´t help questioning the world around us and our culture”. His sculptures propose a deep reflection about human nature, the relationship we establish with the environment and the struggle to walk away of the increscent tendency of turning our habitat into a robotic world. Miceli defies the “politically correct” cultural mandates; he battles with the strength of a weapon such as declassification and the power inherent to imagination. He subverts the natural order of things, recovers wastes and bones to immortalize them creating sculptures which build huge installations, where they assume a new meaning which rescues them from oblivion and death. Some sort of memento mori where those things who were destined to ostracism, turn into the protagonists of a new story. A main resource in Juan Miceli´s work is the constant inspiration he finds in the ocean. This is how far the genesis which fundaments his choices, could be track: a space where the artist plays, imagines, creates and discovers, since he was a kid, other primitive, early and previous worlds which transcend him even when he decides to appropriate them. Within that “personal ocean”, amorphous creatures with threatening appearance gestate, as attractive as frightening. With a large career as art director, editor and costume designer in cinematography, radio and publicity, during 2010 the artist participated of several exhibitions where his sculptures and installations highlighted: Miceli: theverybestia (Wallrod – Arte Space), Fuga Lab (Objeto a Gallery) y Miceliliveperformance (United for Argentina campaign, sponsored by Puma). His next project is the Miceli | Brutalia installation, December 2010-Februeary 2011 at the “Garden of Sculptures Museum” in the city of Buenos Aires. The multifaceted talent of the argentine artist, surprises because of the standard of compromise that supports his art, a communion which bonds concepts with facts and rationalism with the empirical experience: Miceli carries out what he thinks and becomes what he performs. sculpture http://www.sculpture.org/documents/scmag12/janfeb_12/janfeb12_reviews.shtml


Reseña La Suspensión en Buenos Aires Herald por Carla Harms

Leer reseña completa / read complete review http://issuu.com/juan_miceli/docs/lasuspension


Obra publicada en el calendario Tansvoirie 2010, Suiza


reseñas / reviews

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Transitar un futuro inexistente Lenta cancelación del futuro. Juan Miceli en 704 Oficina de Arte desde el viernes 26 de octubre de 2018 hasta el viernes 30 de noviembre de 2018.Por nana simone micheli Una puerta de policial negro se abre y nos encontramos en 704 transitando una enciclopedia Espasa Calpe, edición 1931 guiados por JUAN MICELI La enciclopedia forma paredes que llevan a recorrer aquellas verdades dirigidas de futuros inexistentes. Las piezas de ceramica nos muestran la arqueologia de un mundo de fusion entre el humano y tecnologias obsoletas. El papel se mezcla con la ceramica. todo es tierra. todo es presente. todo futuro ha sido cancelado y lo estamos viviendo ahora. Lenta Cancelación del Futuro es una apropiación de la cita que hace Mark Fisher (en su libro Los Fantasmas de mi Vida) del concepto del filósofo italiano Bifo Berardi. Instalacion ceramica curada por Daniel Joglar, cuenta con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes (Becas a la creación 2017) "...Cruza de explorador y activista, Juan Miceli utiliza las hojas y laminas de una enciclopedia junto con piezas hechas en cerámica, para revelar la maravilla y la fragilidad de la vida en este mundo. Si el trabajo del artista es ir contra el grano de la cultura dominante, desafiar la percepción y la convención, Juan logra a través de sus gabinetes de curiosidades poner en escena ideas que provoquen una reacción. ..." Daniel Joglar La muestra se puede visitar hasta el 7 de diciembre de 2018 en 704 Oficina de Arte, Florida 336 7mo


3 diciembre, 2018 / Escrito por ANDRESJAGUAR / Argentina – Colombia. No es fútbol, es arte contemporáneo. Dos arqueólogos del olvido, dos profetas latinoamericanos: Juan y Pedro, hacen discurrir sus pensamientos en exposiciones distantes pero paralelas en temática. “¡Ah, ya lo creo, yo conocía esos trances, estos cambios que el destino tiene reservados a sus hijos predilectos y más descontentadizos, demasiado bien los conocía!” (El lobo estepario, H. Hesse). Juan Miceli y Pedro Uribe son artistas y en sus trabajos recientes encuentro una concordancia temática casual, agreguemos que no se conocen entre sí. En su plasticidad arqueológica hablan del tiempo, de la tecnología, de la ruina, del ser y estar en el mundo. ¡Ah, serendipia! ¡Oh, virtualidad, porque alcanzo a conocer, tan virtual como intuitivamente, las exposiciones de estos dos colegas! En momentos de incertidumbre personal y social, incluso nacional, frente al descontento sobre lo que acontece entre octubre y noviembre, a saber, corrupción y más corrupción, protestas por infame presupuesto a la educación y generosidad con una suerte de carrera armamentista silenciosa, entre otros demonios y enfermedades que azotan a Colombia, identifico en Facebook unas publicaciones con estos dos títulos: “LENTA CANCELACIÓN DEL FUTURO” (por J. Miceli) y “SHUTDOWN-S-T” (por P. Uribe) ¿Quién no ha sentido esos trances? Se cancela el futuro, lentamente… Apague y vámonos… El pesimismo que venía sintiendo fue atizado. No me quedo ahí, rompo la contemplación virtual y me pongo en contacto vía Messenger. Literal: “Colegas, encuentro similitud en dos exposiciones y quiero escribir un ensayo experimental sobre su trabajo”. Juan, con quien ya veníamos intercambiando impresiones por inbox desde que lo contactamos para el proyecto “El Mapa no es el Territorio”, de quien se puede ver una versatilidad artística que pasa por la instalación, el performance, el video y su carácter de activista puro. Y Pedro, con quien también hcabía conversado una vez en Estudio74, trabaja con gráfica conceptual, escultura e instalación. Ambos estuvieron de acuerdo con el ejercicio escritural y les envié un cuestionario, una entrevista virtual que respondieron gentilmente. Sobre“LENTA CANCELACIÓN DEL FUTURO” de Juan Miceli, se exhibe en 704 Oficina de Arte, Buenos Aires, Argentina. El proyecto inicia con una enciclopedia antigua de 1931 que después se torna ficcional e imperativa “como tecnología caduca”; Daniel Joglar, curador, se une a la aventura con la introdución del libro de Mark Fisher “Los fantasmas de mi vida” (GoogleBooks nos dice al respecto: “estamos obligados a enterrar en el pasado cosas como la solidaridad de clase o el concepto de lo público a cambio de seguir conectados al circuito privado de consumo y entretenimiento”) y concluyen en la existencia de “fantasmas de la tecnología y la técnica”, concepto reflejado en las piezas de cerámica que Miceli presenta como“fósiles tecnológicos” con los que propone “una arqueología de ese futuro ilusorio vinculado con la modernidad”. En el dispositivo de la video-instalación encontraremos los 130


tomos de la enciclopedia antigua, hojas de libros yuxtapuestas, intervenidas y colgadas, imaginario popular reconocible como un MickeyMouse o un Blackberry, dibujos, objetos, collages y cerámicas, todo afirmando “los vínculos entre tecnología, domesticación humana y la construcción de una noción de futuro…” y continúa Daniel Joglar: “instalaciones que intentan resetear el modo en que las instituciones dieron cuenta de nuestra comprensión de la historia, del conocimiento y de los cuerpos, lenta cancelación del futuro, ¨no hay tiempo aquí, ya no más¨”. Ambas muestras permiten ver la sensibilidad de los artistas para comprender el mundo, el que está en constante actualización, el que está lleno de la coqueta tecnología y que amenaza con implantaciones de chips en el cuerpo para “facilitarnos las cosas”. El futuro, tal y como lo pronostica la Ciencia Ficción, está a la vuelta de la esquina, se presenta asombroso y llamativo, pero también arrogante y desalmado. “No hay tiempo aquí, ya no más” proclama la profecía de Juan; o la incertidumbre profética de Pedro, “hasta qué punto, el tiempo mismo terminará”.

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leer on line http://bit.ly/2WpeBHb

Formo parte de quienes vivimos en épocas en las que la enciclopedia de papel era una suerte de Biblia laica en la que se custodiaba el Saber. Se trataba, supimos después, de un saber Único, el de origen europeo para el que todo lo ajeno sería considerado salvaje; un saber patriarcal para el cual muy raramente una mujer podría aparecer entre sus páginas; un saber que pretendía calcar al planeta mientras éste no dejaba de cambiar, lejos de sus páginas; un saber obsesivo, fascinado con las rarezas, las monstruosidades, todo aquello que saliera de sus normas. Por entonces las enciclopedias se reproducían, volumen tras volumen, en su imposible objetivo de cubrir todo su Saber. Borges se divertía con las enciclopedias. En su cuento, Tlön, Uqbar, Orbis Tertius hizo uno de esos juegos fascinantes en los que la ficción construía realidades como lo hacen las enciclopedias pretendiendo mapearlas.

Y todo esto ¿a qué viene? En una oficina de la calle Florida que oficia de galería de arte, en un espacio borde, Juan Miceli instala su explosivo encuentro con la voluminosa Enciclopedia Espasa Calpe, tan familiar en algunos hogares de antaño. Esa enciclopedia que pasará por sus manos de diversos modos; ocupando el suelo en vez de la respetuosa mesa para su lectura; descuartizada con cutterpara cubrir el piso o formar un bosque de mapas y bellas imágenes botánicas; usada como molde para inmortalizar en cerámica sus finos lomos de cuero y letras doradas. Juan nos hace caminar sobre las ruinas de la modernidad y muestra, a través de uno de sus videos, atisbos de mentiroso futuro. Juan desborda, performa oculto tras mascarillas de su propia (¿propia?) cara de cerámica rescatando la música que se encierra en infinidad de piezas que trepan paredes y se sientan a un mesa; Juan deja una mascarilla de su cara sin cocer deshaciéndose en agua, marcando la Lenta cancelación del futuroque da nombre a esta muestra curada por Daniel Joglar quien, rápidamente, encontró a Borges detrás de MIceli así como su incansable amor por los gabinetes de curiosidades, que quizás eso fueran las viejas enciclopedias. Cuando conocí a Juan me contó que le había hecho un par de entrevistas a Borges a los 14 años, entrevista que nunca se publicó pero que, claramente, le dejó su rizomática impronta. Debo decir que una oficina dentro de un edificio de oficinas vacío en horas de la noche me resulta un espacio desangelado para una muestra; Juan logra angelarlo desplegando su incansable creatividad, lo que es mucho. 28 Lenta Cancelación del Futuro. Video instalación cerámica. 704 Oficina de Arte. Florida 336 7º 704.


La Suspension en Loïe Magazine leer on line http://bit.ly/2Ls4VuC

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Desmontar lo normativo, remontar lo posible leer on line http://www.ramona.org.ar/node/65992 Leche negra. Juan Miceli en Casa Nacional de la Música 2, 3, 9 y 10 de junio de 2018. Por Laura Reginato “Leche Negra” como un posible destino ante la tormenta del mundo, un movimiento indisociable de todo afecto existencial, donde algo sigue gimiendo todavía, poniendo en marcha una práctica-otra que escapa tan pronto sucede y nos coloca ante el desafío de ligar el sentido de un acontecimiento a un instante de pérdida, de inestabilidad y quiebre, de aquello que se escapa del lenguaje y sólo pertenece a la experiencia, a la construcción de un cuerpo vivo. Se trata de una "video-instalación viviente" que, presentada por el artista Juan MICELI en la Casa Nacional de la Música y de la Danza a partir de la invitación de la directora de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, Margarita FERNÁNDEZ, nos sumerge en una realización escénica, en un momento preciso resultado de diversas acciones, de una determinada organización del tiempo y el espacio, y en una particular lógica de relacionar unos elementos con otros. Activada por los cinco bailarines Victoria HIDALGO, Magali DEL HOYO, Nicolás MIRANDA, Mar CODAZZI y Rafael PERALTA, ocupa un espacio para liberarlo en un proceso que no se puede entender sino como algo que está pasando, sujeto a lo que pueda ocurrir con los diferentes elementos y al modo en como unos afectan a otros, algo que en cada ocasión se trasforma a través del cuerpo del espectador-participante. A través de la indagación sobre la memoria de un espacio específico, los formatos, los materiales caducos como las cintas de VHS que, cubriendo los cuerpos de los bailarines, los transforman en una suerte de operarios andróginos que invaden la institución, Juan Miceli nos hace parte de una “máquina de guerra” que, retomando el sentido que Gilles Deleuze y Félix Guattari le dan a esa figura, permite “trazar una línea de fuga creativa, componer el espacio liso y desplazar a las personas en ese espacio”. Se trata de una especie de máquina-dispositivo clave que es una herramienta y un arma a la vez: una herramienta convertida en arma especializada que intensifica el proceso de desarticulación-articulación de cuerpos y los liga a una nueva multiplicidad, a una nueva enunciación 30 colectiva.


De este modo, en tanto máquina que desea, “Leche Negra” desmonta toda ley normativa y remonta la posibilidad de un espacio-otro, para crear una estructura donde los cuerpos se mueven y se encuentran con lo exterior en un nuevo agenciamiento colectivo que requiere un desplazamiento de la percepción, un cambio de estatuto del espectador y una reconfiguración del lugar. Una práctica poética performativa capaz de convertirse en acción y transformar la realidad o el entorno, produciendo otro territorio subjetivo para poner en obra, nada más ni nada menos, que otra forma de compartir el mundo en común. Ficha técnica: Video instalación viviente de Juan Miceli activada por Victoria Hidalgo, Magali del Hoyo, Nicolás Miranda, Mar Codazzi y Rafael Peralta (Compañía Nacional de Danza Contemporánea dirigida por Margarita Fernández). Video 360: Gonzalo Sierra / Diseño Sonoro: Martín Rebello / Ruidismo y Sonido: Federico Spinelli y Miceli / Voces en Off: Victoria D´Hers y Carlo Argento / Indumento: Unmo / Concepto Gráfico: Martín Cedres y Lucas Bonilla / Utileros: Lautaro Kippes y Andriy Atamanyuk / Realizadora de Vestuario: Patricia Martinez / Asistencia de Dirección: Agustina Sario y Ramiro Soñez / Video Instalación y Dirección: Juan Miceli.

https://radiocut.fm/audiocut/leche-negra-en-el-centro-nacional-de-musica/ entrevista FM La Tribu 88.7 / escuchar on line https://marencoche.wordpress.com/tag/juan-miceli/

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SOY / 08 de junio de 2018 /ARTE Pulsiones nocturnas https://www.pagina12.com.ar/119825-pulsiones-nocturnas ¿Es una instalación? ¿Una visita no guiada? Leche negra es una experiencia noctámbula que habla de las interacciones entre cuerpo y tecnología para traer a escena lo que no se ve.Pasar de día por la puerta de la ex-Biblioteca Nacional de San Telmo y ver esa fachada neoclásica siempre conecta con sentimientos de grandeza y superación intelectual. Cae la noche y el mismo edificio, convertido desde 1994 en el Centro Nacional de la Música, ya no invita demasiado a ver su fachada y lo primero que llama nuestra atención es el techo del hall de entrada con sus columnas marmoladas y sus arcas con molduras importadas. Aunque pueda parecer extraño comenzar la reseña de una obra describiendo la sala en la que se presenta, en este caso es clave. La apropiación de ese espacio público, durante la noche y en horarios de bajo tránsito de personal, es el marco indispensable para que la magia ocurra. Si bien Leche negra es presentada por la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, quienes firman su autoría son Juan Miceli, Magalí del Hoyo y Victoria Hidalgo. El primero proveniente del mundo de las artes plásticas e instalativas y las otras dos de la danza, a tal punto que también se suman como performers activas de la pieza. “Video instalación en la que confluyen lo sonoro, lo audiovisual, lo performático y lo instalativo”, reza la invitación y creo que se queda corta. Quiero decir, todo eso ocurre pero lo más importante es que se da siempre en función del espacio ocupado por la acción. Todos los finos hilos narrativos que se desprenden de las acciones de los performers y cierta “danza invisible” serán fundamentales en la obra. Luego de recibir nuestro ticket en el hall y esperar algunos minutos, los mismos autores nos guiarán a través de un pasillo armado con paneles en forma de “casita” y nos explicarán que aunque en la Sala Guastavino, “escenario” principal de la acción, haya algunas butacas no es necesario ni recomendable permanecer sentados durante la hora que dura la función. Toda esta primera caminata hacia la sala principal del evento es una experiencia que ya forma parte de la pieza. Se oye cierto ambiente sonoro “sucio” pero agradable todavía, que nos invita a adentrarnos, dándonos pistas de lo que vendrá. Al entrar a la sala el audio está intensificado, ya tiene más presencia y cuerpo. También notamos una constante que define el espacio: cintas de VHS por todos lados. Colgando de las barandas, hechas bollos gigantes sobre las butacas, enredadas en las columnas. Este guiño “retro” parece ser crucial en la obra. Más allá de la insinuación que dicho elemento representa para cierta generación que creció a la sombra de los videoclubes, el material en sí con su brillo opaco parece querer decir otra cosa. Miceli habla de “lo institucional como forma”, y el formato, a su vez, habla. Leche negra se puede ver el sábado 9 y el domingo 10 de junio a las 19 y a las 20.30. La entrada se reserva escribiendo a: entradascndc@gmail.com

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leer reseña https://balletindance.com/2018/07/10/barbarie/

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8 de junio de 2018 En la imagen, una bailarina parece "vestida" con viejas cintas de VHS, sentada en una escalinata del histórico Centro de la Música de la calle México. Es un pasaje de la obra que el artista Juan Miceli presenta este fin de semana con la Compañía Nacional de Danza Contemporánea. Se trata de Leche negra, videoinstalación que cobra vida en los cuerpos de un grupo de intérpretes, que "activan" esta performance, y tienden puentes entre múltiples lenguajes. En el recorrido, sin guion ni coreografía prevista, se develan lugares que no se ven del edificio hasta llegar a la sala Guastavino. Leche negra Mañana y pasado mañana, a las 19 y a las 20.30, en el Centro Nacional de la Música, México 564. Gratis.

leer on line https://www.lanacion.com.ar/2141850-una-videoinstalacion-viviente-recorre-el-centro-de-la-musica

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leer online http://revistarevol.com/principales/leche-negra-una-rebelion-desde-el-interior-de-las-maquinas/

https://abastoradiotv.blogspot.com/2018/05/identidades-30-05-18.html?m=1

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ver on line https://www.cultura.gob.ar/la-compania-nacional-de-danza-contemporanea-estrena-leche-negra_5829/


Hacerse de un cuerpo para liberarnos-en-común Ver nota on line http://www.ramona.org.ar/node/64871 Partícula elemental. Juan Miceli, Tomás Posse en Chien Noir desde el jueves 7 de diciembre de 2017 hasta el domingo 21 de enero de 2018. Por Laura Reginato “Del cuerpo para el cuerpo con el cuerpo
 desde el cuerpo y hasta el cuerpo”
 (Antonin Artaud)

Juan MICELI y Tomás POSSE presentan, en Chien Noir, un proyecto de investigación que gira en torno a una “Partícula Elemental”: el cuerpo, sus configuraciones y los espacios que el mismo contiene y crea. En diálogo constante, los artistas profundizan sobre el ser y el accionar del cuerpo a través de diversidad de técnicas y, sobre todo, de usos y maneras de abordar materiales y tecnologías, para crear un montaje que, en tanto "cuerpo-atlas", sustenta y dispone todo un saber visual en espera de ser recepcionado por nosotros. Expandiendo las capacidades de relacionar órdenes de realidades inconmensurables, redisponen espacialmente el mundo e incluso profundizan las modalidades del accionar humano a través de la ruptura de paradigmas corporales y artísticos para vincular la existencia del ser-artista con la experimentación de un ser-cuerpo-colectivo. En esa nueva cartografía, no sólo nos damos cuenta de la configuración que construye un cuerpo para ser percibido y presentado, sino también para deconstruirlo desde sus estructuras y sentidos formales, y el impulso vital que lo hace actuar de forma singular, en cuyas correspondencias yacen profundas relaciones difíciles de determinar a priori. Pasamos de las imágenes remixadas sin principio ni final de Posse a la mesa de disección de Miceli, donde el cuerpo, separado de sus órganos que lo hacen limitado y dependiente del buen funcionamiento de su organismo, niega las certezas corporales y establece un nuevo cuerpo “escénico-performático” y una metodología que va más allá del habitual papel de observador para implicarse como actor. Parece ser que esa partícula elemental vale porque hace experimentar su existencia en el contacto y en la búsqueda del cuerpo, pasamos de un cuerpo que nace vivo a otro que se hace vivir dentro de una investigación poética-artística transversal donde los artistas, de formas diversas, se comprenden y autoconfiguran para reafirmarse en otra escena que, entre supervivencia y mutación, nos deja hacernos de un cuerpo nuevo para liberarnos en-común. Las obras parecen decirnos que la posibilidad de esos otro-cuerpo radica en que el mismo existe en la medida que entra en contacto con el cuerpo propio y el cuerpo del otro y que, por medio de su performatividad, hace de la experimentación una instancia vital de encuentro y modificación de lo real. Así, se da una revuelta, un espacio, un sacrificio, una muerte y una nueva configuración colectiva. Una


nueva pasión, un acto que se define como algo simultáneo entre lo que se quiere y lo que se debe hacer con lo que se desea. Frente a las retenciones y golpes a través de las cuales el capitalismo impone sus modelos, confisca nuestros órganos, desvía nuestras funciones vitales, mutila nuestros placeres, y nos somete al control de su poder administrador y disciplinario, Miceli y Posee reviven otros cuerpos, otro ser en/con el mundo. Un atlas que, al igual que el “cuerpo sin órganos” de Artaud, vive cuando entra en contacto con el organismo que lo hace vivir, no porque da vida si no porque elije vivir. Este deseo de liberación fundamental, que permite introducirnos a una práctica estética que deviene acto revolucionario, llama a que salgamos de los límites de nuestra “persona”, a que alteremos a nuestro “sujeto”, para atravesar los espacios del cuerpo sin fronteras y vivir así en la agitación deseante más allá de la normalidad y sus controles. Es que antes incluso de pronunciar palabra alguna, los cuerpos “dicen”, en su expresivo y desafiante estar aquí, haciendo espacio, que son cuerpos y que no son desechables, que resisten y aspiran a una vida más vivible. Solo hay que ponerse afuera de uno mismo, juntarse y sentir. Porque, como señala Spinoza, nadie, hasta ahora, ha determinado lo que puede un cuerpo. ------


A continuación, transcribimos una serie de preguntas realizadas a Juan Miceli que expanden, desde el lugar del productor, los sentidos de esta exposición e investigación. Laura Reginato: ¿Cómo se originó y se trabajó el diálogo con Tomás para esta exposición? Juan Miceli: La invitación a que colaboráramos con Tomas surgió desde chien noir, como propuesta de hacer una voz a partir de nuestras voces transgeneracionales y desde ese lugar (TOMAS 2Oy pico, yo 46) construir un decir a partir de la investigación de imágenes generadas tanto por la práctica artística como la “biológica” o pseudo científica como un modo de sostener que las disciplinas son construcciones que aceptamos pero no necesariamente vinculadas a lo real. LR: ¿Cómo se vincula lo que presentás en “Partícula elemental” con tu producción más reciente? JM: Es un continuo, considero cada instancia de mostrar como un compartir, no como un corte con lo anterior. Claramente las cosas mutan, pero yo no siento un corte. Todo lo que produje y estoy produciendo este año forma parte de Generativo Real que es el proyecto de videoisntalación interactiva que estoy desarrollando gracias a la ayuda de FNA, pero que haría d todos modos. Vengo trabajando con el impulso de hachear disciplinas y categorías, mezclando cerámica, video, instalación, nuevas tecnologías y videoarte y en este proceso fui descubriendo que no son tan diferentes mejor dicho que tienen muchos más puntos en común que los que se dice. Pienso que todo lo que hacemos como especie construye un gran fenómeno polifónico que, en general, nosotros tratamos de clasificar en vano. La cerámica me lleva obviamente al fuego, un ritual que practico desde muy chico tanto cuando hacia mis esculturas híbridas de plástico fundido y elementos inorgánicos (que volví a mostrar este anuo en la sala d entomología del Museo de Ciencias Naturales) como en acciones más performáticas en las que quemo elementos. Pero creo que a la vez todas esas supuesta producciones separadas forman (o de forman) un decir más total. Tal vez esto que escribí sobre mi proceso para Partícula elemental cuente más (o no): Txt_de_artista sobre esta videoinstalación 
 Luego de una temporada larguísima encerrado en mi laboratorio, vuelvo a encontrar la fórmula. Es una secuencia de signos y números que me lleva de regreso al cuerpo y la fragmentación. Intento modelados digitales, pruebo algoritmos y códigos, caigo en la trampa cerámica y me prendo fuego en la duda: ¿Podré volver a crecer a partir de un dedo? ¿Cuál es la matriz de todos los moldes? ¿Serán mis dientes mi verdadera alma? ¿Mi nariz forjada a fuego sobrevivirá la hecatombe? ¿Con qué mascara voy a volver cuando emerja de las tinieblas? LR: Me parece interesante que me cuentes un poco sobre tu lugar de enunciación en este proyecto; como el artista, en tanto investigador, también pone en crisis su cuerpo para crear un nuevo ser-artista que disuelve su individualidad en lo políticocolectivo. JM: Tomo posición desde algo que llamo saber elemental, que tiene que ver con el cuerpo no como objeto de estudio de la ciencia sino como mutancia y red social y de células, líquidos y virus. Un cuerpo solo no es nada y creo que desconocemos aun lo que realmente puede un cuerpo como traes muy buien a Spinoza. Conviví y sobreviví a varios virus de origen animal y temas congénitos, como mucha otra gente, y cada instancia de luchar con eso fue un momento político de resistencia y siempre fue en red y como disparador de otras resistencias sociales menos médicas. No lo planteo como instancia neoliberal de superación tipo "tu puedes" sino como pura vida, cero drama, sino como forja, galvanizado viviente o vulcanizaron.


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Leegión: Juan Miceli y su nueva propuesta de bestia videoartística por Mariana Kozodij Conocer el taller y los espacios de trabajo de Juan Miceli marcan una continuidad con su trabajo como así también lo hacen sus muestras. Detalles, expresiones, ritos, moldes, repeticiones, guiños. Un universo que empieza a desplegarse en diversos planos y formatos que siguen el faro de la experimentación. "Lo realmente vital se halla por debajo de los social", escribió el antropólogo y filósofo argentino Rodolfo Kusch cuyos estudios sobre lo esencial, lo mestizo y lo precolombino sirvieron de base, junto con la historia personal y profesional de Miceli, para esta nueva videoinstalación. "Leegión plantea la fusión radical entre esencia y apariencia, valiéndose de un conjunto ciertamente heterogéneo y diverso de recursos técnicos y prácticas arte-vida. Leegión es el surgimiento inopinado y a la vez cotidiano de la aparición, y subsiguiente observación de nuestra imagen, siempre en constante devenir. Leegión ataca a la actualidad del yo occidental, desatando la latencia de lo colosal, convocando a personas que nos acechan y usurpan el cuerpo por turnos. Puede que el corolario, después de todo, refiera a que no hay experiencia esencial fuera del hecho de haber experimentado la multiplicidad de apariencias de la vida. Aunque no estaría de más barajar la posibilidad de que Leegion sea un error fatal más en el sistema y que nada de esto que decimos fuera cierto", puede leerse en el texto curatorial que se encuentra junto a la obra en el hall de la Universidad del Museo Social UMSA. —¿Cómo fue el proceso para llegar a esta videoinstalación denominada Leegión? ¿Por qué ese nombre? —La cuestión con Leegión comienza en modo vídeo que intenta plantear el vínculo entre el cuerpo y el territorio o directamente propone experimentar el cuerpo como territorio, que era una línea de trabajo que venía investigando. Encontró este modo de salida y volverse espacio con la propuesta de UMSA [Universidad del Museo Social Argentino] de hacer una muestra en la sede Artes curada por los alumnxs de la asignatura Práctica Profesional (a cargo de Eduardo Tenconi Colonna) de la carrera de Curaduría e Historia de las Artes. Me resultaba atractivo hacer una muestra con un curador múltiple, era la primera vez. Por otro lado, me resultaba muy atractivo seguir profundizando en el desafío de sostener mi mirada y discurso en un contexto institucional luego de las experiencias del Museo MACA de Junín, Expressiones Cultural Center y Fundación Lebensohn. El nombre lo pensé de entrada como cuerpo múltiple en alusión al Legión biblico: la bestia. Decidí agregarle una “e” que relaciono al leer y a cualquier material legible que va de la arcilla a las palabras pasando por el VHS, es decir, la cinta de video como hilo, soporte y disparador. También como guiño a la letra inútil o muda que parece no aportar mucho. —Como en tu muestra “El impostor” hay una nueva apuesta a reflexionar sobre las multiplicidades “el ritual constante de la generación de moldes, negativos y calcos” ¿ lo identitario es una de las marcas fundamentales de tu trabajo? —Creo que sostener que toda identidad es construida es una de mis obsesiones. Me interesa esa tensión entre educación y domesticación, entre el formato que se nos arma en el tejido social y lo real. Se da algo muy parecido entre el calco y el cuerpo, muy cercano al molde de yeso aunque menos tangible tal vez. Estoy cada vez más seguro de que somos una especie de multiplicidad amorfa (citando al filósofo Rodolfo Kusch de quien tomamos una frase para el texto) que se intenta domesticar desde diversos planos y mecanismos de control. Tampoco puedo evitar señalar que moldes, calcos, etc, son herramientas de la práctica artística y eso me lleva a hacerme la pregunta sin sentido acerca de ¿quién imita a quién? el arte a la vida o viceversa. —Te caracterizás por hacer, en general, muestras en espacios pequeños- aunque también te abriste a nuevos desafíos- sin embargo siempre da la sensación que hay un tercer espacio que proponés; una especie de ensayo de un plano plástico extensible ¿lo ves así? —Completamente, creo que la muestra es siempre un residuo o mejor dicho, un resto de algo más grande que no vemos, pero capaz intuimos. Eso lo lleve al extremo en La Estafa de la Forma, la instalación colectiva y “viviente” que hice en el 2016 en 704 Oficina de Arte, donde el material, la obra entraba por agujeros en el techos y la sensación que se generaba era que había obra que quedaba por fuera del espacio de exposición. Si, y en los términos de plano extensible que planteás yo creo que la obra más que instalarse en un espacio, genera espacialidad. De algún modo, mi deseo tiene que ver con ampliar esos planos o al menos instalar la pregunta.


—Ya sabemos, como dijiste una vez, que “Nunca vas a saber qué quiere decir la obra” pero entonces ¿qué quiere decir la forma en que exponés tu arte? —Jajaja, es verdad dije eso en relación a la muestra El Impostor y vos titulaste así aquella nota del 2015, que me pareció super porque creo realmente eso. Nunca realmente nunca vas a entender que quiere decir la obra y re bajtiniano se lo digo al “otro” pero simultáneamente a mí. No sé si mi modo de exponer mi arte quiere decir algo a priori o va diciendo mientras hago. Reconozco sí, una búsqueda relacionada con la diversidad de espacios y gente, una intención de que el público devenga obra o forme parte de acciones sin cohersionarlxs. Hay algo creo bastante intenso (o denso) en la búsqueda de la desclasificación de materiales y categorías y “lugares del arte”. También creo que dice que es posible tener otra circulación. — Planteás que “Leegión ataca a la actualidad del yo occidental” ¿por qué la ataca? —Bueno, sí, creo es otro de los fenómenos que tienden a naturalizarse cuando son pura construcción, como todo, claro. Pero también creo que esta configuración de la personalidad triádica le allanó mucho el camino a cosas interesantes como a otras no tanto. Tal vez da para largo, pero básicamente creo que es uno de los pilares sobre los que se apoya la sociedad de consumo, esa idea de deseo aspiracional. —¿Cómo ves actualmente los espacios de difusión y exposición de arte? ¿Hay simbiosis entre lo que se desea exponer y los espacios ofrecidos? —A veces veo unas ganas de querer encajar en el espacio. Creo que tiene que ver en parte con esto que llamo yo occidental, querer pertenecer a un espacio, museo, clase, club, galería. Y a resignar a algunas cosas por eso. Muchos artistas entienden que ellos necesitan más al espacio que el espacio a ellos. Yo creo que las ganas y la necesidad son mutuas. Y que esa cuestión incluye que la obra no se adapta, que el espacio se haga responsable de la obra, de su traslado, de las invitaciones, etc. También creo que el fenómeno moda ejerce un punto de presión. — ¿Se sigue priorizando algún formato por sobre otro en la exhibición del arte contemporáneo? — Depende mucho del espacio, pero si hay una cuestión vinculada con formatos o configuración que circulan con el peso de una moda. O también se podrían pensar como una mirada de época. El vídeo, las artes electrónicas y la instalación tal vez proliferan más como formato. Por ejemplo, actualmente estoy trabajando en una muestra que presento en octubre en 704 Oficina de Arte y que aún es puro proceso, me gusta mucho ese momento de incertidumbre, de material en (de)formación. Estoy trabajando también erráticamente con materiales diversos y experimentando un regreso a algunos trabajos vinculados con el diseño de escenografía o vestuario, cosa que hice durante mucho tiempo. También disfrutando de mis vídeos circulando bastante gracias a festivales diversos y a la gente de Harddiskmuseum que son una propuesta genial de un museo dentro de un disco duro que recorre ámbitos académicos y ferias de arte revelando su contenido. Hace poco se presentaron en Zaragoza. Estoy super entusiasmado con algo vinculado con lo sonoro que estamos armando con Angel Jara, aun no sabemos que formato va a tomar y eso es lo mejor de todo... , algo similar me pasa con un proyecto vinculado al bioarte que estamos elaborando con Gisela Massara, esa sensación de no saber pero hacer de todos modos. Y por último profundizando mucho la cuestión de la transmisión, no solo en los talleres que doy sino en los que tomo. Me parece que ahí se genera un intermedio super interesante que puede volverse obra. Tiene esa latencia. Los últimos que tomé fueron uno de Bioarte con Joaquin Fargas en Maimónides/CCEBA que consiste en proponer obra a partir de procedimientos vinculados con la ciencia y con la intervención del trabajo a nivel genético y otro de Bioeconomía que lo da Cecilia Hecht que propone una economía desligada del dinero y me disparó unas cuantas cuestiones respecto de la práctica artística y la vida que para mi son una sola materia. ******** Hoy, 12 de abril, visita guiada y conversatorio entre Juan Miceli y Florencia Nieto a las 19 Hall de la Universidad del Museo Social UMSA | Sede Artes Sarmiento 1565, CABA


Revista Llegás / abril 2015 / version impresa y web (click en la imagen para leer al versión web)


Diario La Voz del Interior (Córdoba)- entrevista por Javier Mattio publicado en la versión impresa en agosto 2012 / suplemento cultura


Diario La Voz del Interior (Córdoba)- entrevista por Javier Mattio publicado en la versión impresa en agosto 2012 / suplemento cultura

Parece un acto de resistencia, de destreza física, de virtuosismo deportivo, pero más bien es todo lo contrario: la acción en la que Juan Miceli exhibe su cuerpo colgando opera más como una desintegración en fragmentos, un borramiento de los límites entre obra y entorno, arriba y abajo, arte y ritual, corrimientos que Juan descubrió un día al ponerse en la misma posición suspendida de sus esculturas como una extensión de su práctica de yoga. La sensación de que él mismo se volvía una de sus obras lo llevó a concebir la acción-instalación La suspensión, que se exhibió en BuenosAires a fines de 2011. Esa obra pasaría después a montarse en exteriores gigantes donde el cuerpo de Miceli se consustanció con las contingencias de la naturaleza, como en Salina Grande y Maimará en Jujuy, siempre mutando la puesta de acuerdo con el entorno. Mañana, el artista se presenta en Córdoba en el marco de la Bienal 2 de Composición e Investigación Musical, donde la acción añadirá el matiz sonoro que hizo que la obra se llame ahora Suspensión: la música del kaos. “La dimensión musical surge en Maimará –cuenta Miceli–. La idea era que el cuerpo produzca una música amorfa, indeterminada, en la que no se puedan reconocer melodías o canciones. Como estoy colgado de una cinta, la tensión hace que esta gire y vibre y genere sonido. En Maimará me colgué de un puente sobre un río mientras un chelista tocaba en vivo, de ahí sale lo de Música del kaos”. Esta vez, en el Pabellón Cepia de Ciudad Universitaria, donde Miceli presentará su acción, tocará en vivo el Leim Ensamble local junto con músicos invitados. José Halac, director de la Bienal, fue quien invitó a Miceli a participar en ella cuando músico y artista se conocieron en Jujuy, en unas jornadas sobre el pensamiento de Rodolfo Kusch. En ellas participaba también Claudio Ongaro Haelterman, curador de la performance del Cepia. “Unas de las cosas más interesantes que me atrajeron de la invitación fue plantear la suspensión en relación con el sonido”, argumenta Miceli. Y sigue: “A su vez, para mí la suspensión tiene que ver con el orden de lo ritual, como artista ofrezco el cuerpo. Y no es que sea un malabarista, tiene que ver con un acto artístico, un señalamiento y una entrega. Para que me den ganas de hacerlo, el lugar tiene que decirme algo. Cuando José me envió la propuesta, me mandó un video del Cepia que me pareció alucinante. Yo en general no hago la acción en interiores, sacando la muestra de Buenos Aires. La suspensión siempre es en lugares abiertos”. Estados alterados Además del propio Miceli suspendido y el elemento musical, la acción de mañana al mediodía incluye una video-instalación tripartita: el primer video aborda el cuerpo como totalidad y fragmento, y en él se hace explícita la indeterminación del mismo que plantea el artista, con el torso de Miceli fragmentándose hasta lo irreconocible. El segundo video registra la acción de Miceli en Jujuy con el Cerro de los siete colores de fondo, un río corriendo por debajo y el sonido de un chelo en loop constante. El tercero, en cambio, reproduce la instalación material de La suspensión en ThisIsNotAGallery de Buenos Aires, dejando al cuerpo de Miceli fuera de plano. Todas variaciones reflexivas en torno al mismo concepto, a la misma acción en apariencia simple que despliega el artista porteño y en la que también se discute la circulación del arte como mercancía. Miceli: “Lo que hago no es tanto una obra como un gesto, con el que no necesariamente estoy produciendo cosas para vender. La idea es salir un poco del circuito”. Y amplía: “Yo creo que el arte tiene un componente mágico. El poner el cuerpo en la acción es una manera de exhibir al cuerpo como espacio, no c o mo c u e r p o, porque cuando estás cabeza abajola percepción se altera por completo. Cuando la hice en Salina Grande fue impresionante, la sensación era que tenía todo un techo de sal y el piso era la vía láctea”. ¿Cómo interactúa la acción con el público? “Para mí la suspensión es un punto de encuentro, de comunión, donde la gente si quiere también se puede colgar, es lo que surge en el momento. La suspensión es una excusa para explorar, además, las zonas intermedias de las relaciones, donde capaz no sos un colega o un amigo, pero participás. Me han pasado cosas rarísimas: hay gente que se acercó a secarme el sudor, otros que me han traído agua”, cierra.


reseña El impostor por Evelyn Marquez publicada en Ramona y temporada de relampagos https://temporadaderelampagos.wordpress.com/2015/05/11/juan-miceli-el-impostor/


Juan Miceli, el artista, el impostor_por Evelyn Márquez

¿Existe alguna posibilidad de verdad en una obra de arte, si la producción artística no es más que el punto de vista subjetivo de la persona que lo crea? Este interrogante perdura desde hace siglos, y la afirmación de la existencia de verdad en el arte es puesta en duda desde el descrédito despiadado con el que Platón trató a los artistas.
 Los griegos, en su búsqueda permanente de la perfección, establecían una homologación entre las categorías de lo moralmente bueno, lo bello y lo verdadero; se trataba de cualidades innatas a cualquier obra de arte que tuviera algún valor digno de alabanza, y las apreciaciones opuestas implicaban caer en la reprobación.
 Los artistas crean una realidad acorde a sus ideas e intereses, se introducen en temas controversiales generando una versión del mundo. Cuestiones sociales, políticas, matemáticas, son abordadas en un carácter autodidacta, no admitido o considerado poco serio para profesionales de otras especialidades más rígidas y académicas alejadas del arte.
 ¿Pero podemos creer en la versión que los artistas nos ofrecen? ¿Cómo sabemos que no se trata de un engaño, que sus hipótesis y afirmaciones no responden sólo a sus intereses estéticos, que no juegan con nosotros, ilusos espectadores que seguimos creyendo que su palabra es sagrada y le brindamos nuestra confianza?
 Si el artista toma un rol que no le corresponde como es el de explicar temas en los que no es experto, podemos pensar entonces que en cierta manera es un impostor. Toma una postura que nos hace creer que es cierta, y le creemos.
 ¿Hay forma de comprobar si el artista nos está diciendo la verdad en la discursividad de su obra? En todo caso, podemos pensar que hoy en día la “verdad” es un factor secundario en las producciones de arte contemporáneo, un juego que en todo caso decidimos jugar.
 Juan Miceli nos presenta en su muestra en la galería Alpha Centauri el espacio donde la metamorfosis del impostor ocurre, donde al artista se emperifolla para cambiar de rol y apariencia. Entramos a su laboratorio: pestañas postizas, lentes de contacto, piezas dentales, infinitos adornos. El botiquín de un baño con todos los materiales necesarios para convertirse en quien no es y adoptar la personalidad de quien podría ser.
 Encontramos numerosos elementos propios del baño dispuestos en torno a la muestra, el ambiente de mayor intimidad dentro de una casa, donde intentamos parecernos a un otro. Cambiamos de peinado, cantamos frente al espejo imitando a algún famoso, nos maquillamos para adoptar un nuevo aspecto, impostando al fin y al cabo una nueva personalidad duplicada.
 En un proyector de diapositivas apoyado sobre el piso vemos a Miceli fotografiado en el baño de su casa, poseído, rabioso, de mirada furibunda y amenazante. Desmiente así la apariencia del artista real, de supuesto carácter apacible y sosegado. ¿Cuál es el verdadero Miceli y cuál es el impostor? ¿Alguno de lo dos será acaso el verdadero?
 Recipientes iluminados de vidrio contienen mechones de pelo de colores diversos, como si estuvieran en germinación. Un nuevo experimento que en caso de funcionar será funcional a una nueva transformación del impostor.
 Traspasando estas escenas, el escenario de un ritual se eleva al fondo de la galería; un tótem coronado por unos cuernos de carnero, cubierto por lentejuelas; otras cabezas más pequeñas con púas en la boca. Los instrumentos del ritual reposan en el piso esperando volver a la vida en las manos del oficiante.


Qué impostación más primitiva, profunda y autentica a la vez que la de un ritual, donde los participantes dejan completamente de lado su personalidad y sus rasgos particulares para fundirse en una historia colectiva. Durante el tiempo ritual ya no son personas con un nombre, sino herramientas, transmisores, actores que interpretan un papel guionado en cada uno de sus detalles, reviviendo y actualizando un mito que en su circularidad temporal siempre está sucediendo en tiempo presente.
 El oficiante de un ritual siempre termina siendo un impostor, presta su corporeidad para convertirse por un rato en otro ser, Dios o animal, que expresa sus deseos sin culpa individual alguna. Pequeñas cabezas en arcilla aparecen diseminadas por la muestra, algunas más humanas, otras con rasgos de homínidos; mantienen la boca abierta y los ojos vacíos. Recuerdan a la legendaria “boca de la verdad”, ubicada en Roma. Cuenta la historia que esta máscara de mármol tiene el poder de descubrir cuando una persona miente o dice la verdad y que quien mienta perderá la mano si la introduce dentro de la boca. Estas pequeñas máscaras presentes por doquier, si bien resultan menos amenazantes en su contextura, bien podrían ser detectores míticos de impostores y falsedades. Quien se crea libre de simulación y duplicidad, que meta el dedo primero. Evelyn Marquez

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WICKED Mag - entrevista por Matias Schmidt 2/2
 publicado en enero 2013 El hombre ritual Todos sabemos que en el barrio porteño de Warnes encontramos cualquier repuesto para el automóvil, que las parrillitas de los mecánicos, aunque agrestes, ofrecen comida abundante y a buen precio y que por las noches se convierte en un barrio fantasma. Entre el sigilo de esas calles vacías habita el ritual, el hombre que con los desechos y la incorporación de su cuerpo en la obra, inventa un universo verdadero, dejando una huella detrás de sí. ¿Cómo es tu proceso creativo? Hay una parte fundamental que está ligada con lo ritual donde se manifiesta algo puramente intuitivo. Se trata de hacer un intercambio con equis potencias que siempre surgen de la acción corporal. No se trata de ponerme a pensar de qué va a tratar la próxima muestra, si no que hay cosas en las que entiendo que interviene algún elemento mágico, que no domino, azaroso, sobre el cual no tengo control. Siempre parte del encuentro con la naturaleza, pero no como una manera nostálgica de decir volvamos a la naturaleza, sino de señalar que nunca nos fuimos de ella.

Verano eterno, escultura 2011 en la tapa

¿En qué consisten esos rituales? de WICKEDMAG Son cosas que hago en diferentes lugares, cosas que hago desde chico, con lo que me encuentro. Por ejemplo, armo una construcción con maderas y ramas y la prendo fuego, me pongo en el humo, después me tiro al agua, me embarro el cuerpo, salgo y me trepo a un árbol sin la pretensión de representar nada, sólo ritualizando mi propia experiencia. Pero no es con la solemnidad de un ritual donde me pongo una túnica y digo “ahora voy a hacer un ritual”. Tienen que darse algunas cosas para que pase, por lo menos estar en un lugar al aire libre y básicamente que haya algo del espacio que me inspire hacerlo. El contacto con la naturaleza es entonces fundamental. Sí, la naturaleza me desprende de todo mi costado racional y por eso me parece que es el lugar más propicio para encarar ese intercambio. Para mí lo ritual tiene que ver con eso, con un intercambio con potencias de otro orden. A través del intercambio directo con los elementos… Por ejemplo cada vez que voy a la playa construyo una civilización y me quedo esperando hasta que el agua se la lleve. Yo no te puedo decir de qué está compuesta la arena de esa playa, pero me voy sabiendo algo que antes no sabía. Sus esculturas colgantes hechas con diversos materiales reciclados como plásticos y juguetes, con la incorporación de elementos orgánicos como dientes y huesos llevaron a Miceli a prescindir de la obra material para convertirse en su propia obra. La Suspensión, obra performática donde el artista permanece colgado boca abajo, supone la idea de que obra y cuerpo son exactamente lo mismo. De alguna manera siempre metí el cuerpo en mis trabajos, hice performance en vivo, pero nunca había sentido lo que sentí en la Suspensión. Se me reveló que estaba haciendo algo mucho más genuino y que no tiene que ver con mi voluntad. Había algo de poner en en la instalación mi cuerpo como obra y hacer de esa mezcla entre la obra y el que la opera, una sola cuestión. Ahora estoy experimentando la Suspensión en distintos lugares. Si el suelo gravita sobre el pensamiento, también debería gravitar sobre el cuerpo de distintas maneras. Y la verdad es que sí, gravita sobre el cuerpo. No es lo mismo colgarte en Jujuy con unas cabritas que vienen a tomar agua que colgarte en Australia, que colgarte en Buenos Aires en una galería o que colgarte en el Tigre. El


WICKED Mag - entrevista por Matias Schmidt 1/2
 publicado en enero 2013 cuerpo reacciona y también la experiencia va más allá de la conciencia racional. En las salinas de Jujuyfue impresionante, el piso blanco quedó como cielo y la luna llena como piso. Obviamente esto te modifica. Te cambia la concepción euclidiana del espacio. Ya no existe un arriba- abajo, un adelante-atrás determinado. Entonces, para mí, la Suspensión es la práctica. La cuestión es que me suspenda en relación con un espacio natural (hasta formar parte de él ) y que entable una relación con el saber elemental. En definitiva, lo que queda de la obra es una huella, una marca, el rastro de que acá hubo vida y fue compartida.) Debe ser un instante maravilloso… Yo no te puedo decir que en ese momento me crecieron alas porque te estaría mintiendo, pero me crecieron. ¿Cómo te llevás con “el mundo del arte”? Me llevo bárbaro con el mundo del arte; el mundo del arte no se lleva bien conmigo (risas). Muchas veces con tantas justificaciones, fundamentos e ínfulas al museo o a la galería llega lo que sobrevivió de todo ese intercambio con distintos actores del mundo del arte. A pesar de que esto funcione así casi todo el tiempo yo creo que hay modos de sortear y combatir esas trampas que, por otro lado, cualquier sistema tiene. Esto lo corregí básicamente porque no es la galería nacional, sino la isla de los museos que tiene varias instituciones entre ellas la galería nacional. Por otro lado, no es una retrospectiva y si se puede obviar la decisión de la venta mejor : ) y estaría bueno mencionar al curador ahí lo puse El año próximo exhibirá en La Isla de los Museos de Berlín con curaduría de Claudio Ongaro Haelterman su nueva video-instalacion, lo que supone un verdadero desafío: una sala gigante, la decisión de vender su obra (preferiría obviarlo este detalle) y un presupuesto que supone una verdadera libertad frente a los arcaicos esquemas que muchas veces el arte actual acarrea. Me parece que toda la teoría del arte funciona como una trampa mortal. El otro día leía, no importa de quién, un texto sobre la cuestión de lo contemporáneo. Decía algo así como “me gusta esta obra porque es muy contemporánea”. No sé man, te tenés que comprar la máquina del tiempo para no ser contemporáneo.


Delirium plasticum por Daniel Gigena

Juan Miceli presenta lo viejo lo nuevo, lo usado lo flamante, lo bello y lo bestia en Espacio Wallrod.

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Director de arte (trabajó para la película Hoteles, de Aldo Paparella), encargado de vestuario en comerciales para televisión, docente universitario en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo y artista plástico, Juan Miceli (Buenos Aires, 1971) ofrece su visión de las artes espaciales, teñida por los diversos ámbitos que frecuenta. Sus esculturas parecen puestas en escena y sus instalaciones, majestuosos proyectos arquitectónicos inconclusos. Hay también en sus trabajos un brillo agotador e insistente, como el de las pantallas. Incluso la muestra, montada con la colaboración de Rubén Quiroga, se desdobla: en la primera sala del Espacio Wallrod, en el cada vez más vivo barrio de Boedo, una especie de antológica reúne obras bestiales exhibidas en Ave Porco, el Centro Cultural Recoleta, Una.Casa, Club Cultural Matienzo, El Sindicato y otros espacios de exposición porteños. Como invitados a un cóctel en el lobby de un hotel arrasado por las llamas en el que sólo admitieran monstruos, esculturas de vidrio de botellas repletas de miniaturas, con formas humanas o animales, bailan su danza colectiva, reflejo deforme, alucinado (o mejorado) del ecosistema urbano. El brazo colgante de La mano que me da comer alimenta mi mundo, lívido, contiene dentaduras postizas, pistolas de juguete y la trayectoria amenazante de un gesto de diva. En la segunda sala, más chica, aparece lo nuevo: nueve obras conforman El triunfo de Delerium. Mientras que en la anterior era el vidrio, aquí el plástico, con su estigma de frivolidad y tóxico, es el material favorito. Un imaginario de parroquia perversa y de juguetería aberrante, de cómic y de psicotrópicos (que evocan las pinturas de Ezequiel García y los dibujos alocados de Marcelo Alzetta) orbita en torno al ojo ciclópeo que domina el espacio de Wallrod. Pesadilla de basural, Miceli, pese a las declaraciones, es más realista de lo que cree. En El triunfo de Delerium, las obras se alimentan de fracasos: marginalidad económica, rechazo de lo inarmónico y otros primores del statu quo. Insectos de cristal falso, sofisticadas modelos de autodefensa (Hydra, una de las mejores piezas), altares tan barrocos como mugrientos y escenografías de catástrofes amigables intentan que el delirio se vuelva tierno. ¿Existe mejor tarea para el arte? Sí, por supuesto, pero ésta es una posibilidad que indaga el trabajo de Miceli. Una cantera, sin embargo, no está explotada, y es la narración de historias con ese elenco de figuras que, como los espectadores, tienen todo para el drama y la comedia; permanecen en un estado de latencia, no actúan. Esa potencia latente desata la tormenta en el ojo del espectador: una borrasca de funcionamientos anómalos de las cosas, de venganzas del reciclado, de diferencias sexuales ilusorias (no por ilusorias menos efectivas) que responden, oblicuamente, a los antimanifiestos de Oscar Wilde: la pobreza también puede ser lujosa. Miceli: the verybestia inauguró el 6 de marzo (“con todo”, si se observan las fotos en la Web) y se puede visitar en el Espacio Wallrod, Carlos Calvo 3619, hasta el 6 de abril, de jueves a sábado de 18 a 22. Muestras satélite: fotografías de Paola Cicchini e Ingrid Barvarich. Fiesta de cierre: 10 de abril a partir de las 20.


La Galería Alpha Centauri (Agüero 793, 1er piso),inauguró EL IMPOSTOR, muestra individual de Juan Miceli curada por Merlina Rañi, directora de la galería. Dice el texto de la muestra: Juan Miceli se propone explorar a través de una compleja instalación que aborda múltiples disciplinas, los desdoblamientos en la construcción del yo y las facetas negadas en la constitución de una persona. La pregunta que se hace Miceli es, ¿ quién dijo que la resurrección no es –en sí misma- un arte? Él percibe en su experiencia, una regeneración constante de su ser, un mecanismo que propone células nuevas a un espacio donde antes no había nada, que lo devuelve como un usurpador de su propio cuerpo, y cada una de estas resurrecciones es un camino para poder descubrir quien fue el anterior y quien será el próximo impostor. A cada nuevo impostor aumenta el grado de radioactividad, se torna más ajeno, más exótico y feroz. Esta experiencia cíclica y reiterativa, deja como último vestigio la prueba antropológica, un resultado que constituye el fenómeno artístico de la muestra. Juan Miceli estudió Diseño de Indumentaria en la UBA y Escenografía, Caracterización e Iluminación en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colon. Exhibió su obra en CCEBA, Fondo Nacional de las Artes, C.C. Recoleta, ThisIsNotAGallery, Fundación Lebensohn, entre otros y fue seleccionado como artista residente 2014 en Expressiones Cultural Center, New London, Us, Beca ABC y en la Beca Fondo Nacional de las Artes. Ser, cambiar, dejar de ser, volver a ser, devenir. Vaciarse para posibilitar el cambio o ser habitado por otro, pero otro que también puede ser uno. Estas son las cuestiones que se propone discutir la obra de Juan Miceli. La sala de la galería funciona como la piel de este impostor, o la piel de una gran teatro donde el es al mismo tiempo escritor, director, actor y espectador. No se la pierdan hay tiempo hasta fin de mayo.

Por Gonzalo Beccar Varela

Reseña en maleva mag / abril 2015 http://malevamag.com/juan-miceli-es-el-y-muchos-al-mismo-tiempo/


Juan miceli, el impostor / Ramona reportaje por Gustavo Daniel Rios 1/3

http://www.ramona.org.ar/node/55578


Juan miceli, el impostor / Ramona reportaje por Gustavo Daniel Rios 2/3 Juan Miceli aparece con "El impostor" en la Galería Alpha Centauri. Para tener una idea de la muestra creí conveniente hacerle a él unas preguntas que nos orienten en el universo de un impostor y saber de sus "imposturas".
 Se puede visitar hasta el 21 de mayo en el barrio de Abasto.
 Alpha Centauri
 Aguero 793
 http://www.alphacentauri-art.com/ 1 ¿Por qué el titulo de "El Impostor" ? Creo que hay algo muy fuerte en la palabra desde lo sonoro y también desde la acción, algo que yo relaciono con usurpar un espacio (que de alguna manera es propio, aunque tal vez no desde el modo capitalista de entender la propiedad) que es al unísono, hacer un movimiento certero y concreto. También creo que esta relacionado con lo múltiple y desde lo contemporáneo creo que pensar al artista como impostor es muy jugoso, tanto desde la relación cuerpo-obra, como desde la perspectiva publico/privado. 2 / ¿Fue una Obra realizada por vos con un equipo? Contame más de este tema. Leyendo tu biografía veo estudios y trabajos en el ámbito de la escenografía, ¿has hecho estudios en escuelas de Bellas Artes, es decir en la ex Pueyrredon, Belgrano? Contame de este tema de tu formación, que experiencias has hecho de residencias.... En todas mis muestras trabajo con mucha gente porque creo que el arte es punto de encuentro y de ahí surgen tantos cruces con otros artistas y no artistas (?)
 Hice una residencia en Estados Unidos el año pasado, en la ciudad de New London , invitado por Expressiones Cultural Center, que duro 2 meses y me permitió entre otras cosas profundizar un montón en la imagen en movimiento y en la temática de lo mestizo. También asistí a las becas FNA- ECuNHi y beca ABC, todo esto en cuanto a mi formación de los últimos 3 años.
 Además coordinar los grupos de reflexión y producción artística Voraz, Soltá (al artista que llevas dentro) y Dirección de Arte fueron espacios de mucha transmisión multilateral. A la distancia, creo que mi formación realmente empezó el día que nací: desde siempre recuerdo esa avidez por aprender, tanto en el laboratorio de ciencias naturales de la escuela como en la playa enterrándome vivo en arena, o nadando y alejándome de la costa alarmantemente. Creo que desarrollé una sabiduría muy elemental, en el sentido mas literal. Yo la relaciono con el intercambio con los elementos y creo que solía ser muy común en la antigüedad atravesar rituales de agua, fuego, tierra y aire. En cuanto a mi formación académica estudié diseño en la UBA, Escenografía e iluminación en el Instituto del Teatro Colón y trabajé durante muchos años como director de arte y vestuarista en largometrajes y cine publicitario. En el 2009 decidÍ dedicarme casi por completo a mi artismo.


Juan miceli, el impostor / Ramona reportaje por Gustavo Daniel Rios

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3) Por lo que he conversado, durante el proceso de la muestra aparece una gran complejidad de lecturas y sensaciones , se utilizaron diferentes lenguajes. ¿En tu obra siempre funciona así? ¿Hubo algún momento por el que tu trabajo fue por otro lado? Hubo un momento en el que hice escultura e instalación, pero siempre me intereso mezclar materiales, técnicas, lenguajes y disciplinas como modo de sostener el que no hay disciplinas. Es verdad que tal vez en los últimos 4 años todo se aceleró y apareció la acción corporal, el video , la cerámica, el processing, etc. De alguna manera yo creo que todo es la misma materia y para mí hay una vinculación muy fuerte entre el pixel del processing y el azulejo de mi instalación de pelos y sostengo que ambos son realmente lo mismo: una cierta unidad de sentido mínimo, mirada de diferentes maneras. 4)Leia el texto de presentación y me quedan ganas de saber más del tema del desdoblamiento del yo. ¿Qué te llevo a hacerte estas preguntas? Yo creo que la dimensión sígnica del lenguaje (cualquiera sea este) ya implica un doblez, un ente de dos caras pero en el que las dos son genuinas y simultáneas, en definitiva, una acción vinculada al impostar en el sentido insisto literal de la palabra. Con el impostor lo que creo plantear o intento plantear es que la cuestión no es doble, sino múltiple. 5)¿Cómo surgió la idea de mostrar este proyecto en Alpha Centauri? Yo venía de mostrar en la galería de New London y en Fundación Lebensohn y en la Universidad de Córdoba, que fueron espacios geniales y súper estimulantes, pero necesitaba una cierta variación, algo mucho menos institucional, algo que me desafiara a la inversa. Cuando vi el espacio en Octubre del 2014 me gustó mucho, porque si bien funciona claramente como una galería, lo percibo como en una especie de zona intermedia a la que se llega atravesando un espacio de música, comics y video, donde todo esta un poco menos compartimentado. Por otro lado, espacialmente me resultaron atractivas varias cosas: el ventanal, el caño que atraviesa la sala, una cierta arquitectura bien Buenos Aires, de mezcla pero no como confusión sino como personalidad. Le pedí el mail a Merlina Rañi y acá estamos Impostando. 6)Escuchándote hablar manifestás que deseas una fusión del "espectador" y la obra, que se involucran fuertemente, ¿qué te llevo a que tengas este planteo? Creo que, así como en 2011 planteé que no había división entre la obra y el cuerpo haciendo la suspensión en ThisIsNotAGallery y colgando mi propio cuerpo cabeza abajo entre mis esculturas colgantes (gracias a una sugerencia de mi maestro Pablo Monteys), hoy mi planteo tiene que ver con que la linea entre lo que llamamos espectador y lo que llamamos obra es sumamente difusa. Mas allá de que ahora estoy trabajando con un programa de obra interactiva gracias un taller que tome con Tomás Rawski en Fundación Telefónica y a algunas obras que desarrollamos en colaboración para El Impostor con Diego Alberti, en donde resulta muy claro para mí que lo que llamamos obra esta siempre ENTRE, del mismo modo que no hay una naturaleza fuera del cuerpo creo que no hay obra por fuera de quien interactúa con ella, a ese ENTRE me refiero. Fotografías: Gentileza Stephanie Reiter.

http://www.ramona.org.ar/node/55578


Entrevista Pagina 12 / Sup. Soy: Vivito y Colgando por Gustavo Streger 
 publicado el 18 de noviembre de 2011 en version impresa y web

Leer nota completa http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/soy/1-2202-2011-11-18.html

Vivito y colgando El cuerpo de Juan Miceli oscila como un péndulo. Las tenues luces rojas hacen foco en distintas partes de la piel que encarna una danza. Así se verán como manchas tintineantes el torso, la espalda en tensión y las piernas del hombre semidesnudo que se bambolea en medio de un universo más amplio, donde cuelgan decenas de perlas y esculturas de seres mitológicos, mitad hombre y mitad monstruos. Por Gerardo Streger El artista que decidió ponerle cuerpo a su obra, ser su obra, es Juan Miceli en la muestra La suspensión, en la que se cuelga para completar sus creaciones: esculturas realizadas con hueso, dientes, plástico y otros elementos que une instintivamente para crear un mundo de héroes y villanos. ¿Cómo nace la idea de trabajar el concepto de la suspensión y hacer levitar tu obra con hilos a metros de altura? –Hace tiempo me pregunto qué busco en las cosas que habitan espacios intermedios, que parecen flotar entre el cielo y la tierra; mis esculturas son basicamente colgantes, y mientras yo practicaba Yoga, una mañana el profesor me hizo suspenderme cabeza debajo de una cinta. Se hizo evidente que lo que hacía con mi obra podía hacerlo conmigo mismo: habitar ese espacio intermedio. Me puse a investigar sobre la suspensión como práctica y como concepto y encontré que desde distintas corrientes místicas se considera como un estado en el que estás en comunicación con algún tipo de potencia, pero no como delirio. Por otro lado estaba mi fascinación por trabajar con huesos animales y humanos, sumado al plástico; entonces me pareció que en la mezcla de los huesos fundidos en plástico había un deseo de detener el tiempo o suspenderlo: dentro de miles de años, cuando el hueso se termine de pulverizar, igual va a quedar su forma en plástico. Además, de los huesos y fósiles deriva el petróleo y de éste viene el plástico, por lo que sentía que se estaba cerrando una especie de círculo. Por otro lado, esta cuestión de suspenderme me dio la idea de que podía dejar de hacer obra para ser obra. Hay artistas que intentan separarse de sus creaciones para protegerse. ¿Cómo es para vos ser la obra? –Es liberarte de lo material aunque sin prescindir de el del todo. Es la posibilidad de dejar de estar haciendo obra para pasar a estar siendo obra. Pero para mí sigue siendo importante la escultura, aunque como una parte del cuerpo; creo que la obra es una huella. Empecé a profundizar en el sentido artístico del entrenamiento físico: cuando volvía al taller, luego de una práctica, los movimientos que hacía para trabajar en las esculturas eran muy parecidos y con la misma mecánica. Había una secuela en mi cuerpo porque me volvía más flexible. Y la obra y el cuerpo se mimetizaban. ¿Qué sentís al estar colgado? Por momentos se te ve relajado y por momentos, tenso... –Nunca lo pensé racionalmente, pero quise agregar a lo relajado un movimiento y marcar una sensación de que el cuerpo está vivo y no es sólo postura. Un cráneo de jabalí abre la muestra y yo lo veo como la síntesis de este trabajo: puedo ser el jabalí colgado muerto y el que mata el jabalí. Se puede vivir entre lo monstruoso y lo heroico. ¿Qué considerás heroico en vos? (sigue en la pagina siguiente)


–Yo busco transmitir a la gente la sensación de que podés hacer lo que vos quieras, que tenés la posibilidad de soltar una visión en un espacio y que haya al menos una persona que se encuentre en tus proyectos. Lo heroico consiste en armar una red, pero no como Facebook sino real, cara a cara, con gente que se une para un determinado fin y buscar colaboración de otros artistas. Lo heroico también es colgarse medio en bolas y provocar movimientos en el otro. En la inauguración de la muestra se llenó el espacio y algunos hablaron de vos como un referente entre los jóvenes. ¿Por qué? –No quiero sonar megalómano, pero la gente me sigue en mi idea de hacer lo que uno quiera. Si junté gente que por un rato se creyó que hay un mundo en el que reina un ídolo cabeza de jabalí con cola de pez que tiene un ejército de guerreros negros y que, mientras, una gente vegetal se va para arriba y hay un humano cabeza abajo y, encima, viajás un toque, yo estoy hecho.. Vos hablás de la importancia de ponerle el cuerpo a tu obra. En la comunidad homosexual, poner el cuerpo también tiene una connotación muy fuerte: gays, lesbianas, travestis y trans piden ser visibles y poner el cuerpo. ¿Qué reflexión te merece esto? –Más allá de la orientación sexual, aunque la incluyo, creo que poner el cuerpo en “lo público” o hacerlo visible es una manera de señalar algo: estamos acá y somos iguales y sentimos esto que mostramos con el cuerpo. Y digo más allá de la orientación sexual porque rige para la comunidad Glttbi o para los estudiantes que toman un colegio o a cualquier grupo de gente que quiera hacerse oír en el discurso público. No hay manera de ser escuchado si no se pone el cuerpo. Creo que poner el cuerpo en la escena por algo en lo que uno cree es a la vez acto de amor y decisión política. En el caso de mi suspensión creo que también hay eso, un señalamiento o, dicho más concretamente, es mi modo de transmitir justamente a lo público mi visión particular del cuerpo en relación con el arte, y que somos puro cuerpo.


Diálogos entre lo artificial y lo natural por Eugenio Palma Genovés 1/2 Asterisco (Suplemento cultura Revista 23) 2 de Junio de 2011


Diálogos entre lo artificial y lo natural por Eugenio Palma Genovés 2/2

Asterisco (Suplemento cultura Revista 23) 2 de Junio de 2011 En una de las tardes, probablemente, más frías en lo que va del año, Juan Miceli me promete un “verano eterno”, y yo, desconfiado y friolento, no le creo. No es ajeno a esto, y sabe que al explicarme el porqué de esta instalación que irrumpe en el medio del centro porteño, puede llegar a convencerme que el verano es un estado mental.
 Pero como siempre es mejor, y antes que mi editora me lo recuerde, comencemos por el principio. El Espacio Cultural del Banco Itaú lanzó una convocatoria para curadores jóvenes, en la cual Nora Schulman presentó su proyecto y al salir seleccionada sin perder tiempo se puso a trabajar. 
 Lo llamó “Coronados de gloria vivamos”. Tres meses, tres proyectos, tres artistas (Andres Zerneri, Juan Miceli y Ana Montecuco). Ellos tres, seleccionados por Schulman son poseedores de una obra absolutamente inspirada, y en el caso de Juan aporta el desprejuicio de trabajar con materiales de reciclado, re-significar y poner su propio cuerpo como vehículo de expresión. 
 “Sentí que el trabajo de Juan estaba explotando, pero en éste 2011 floreció”, me confiesa Nora quien hace dos años que viene con ganas de trabajar con Miceli. Y mientras mantenemos esta charla en la inauguración de la vidriera abierta 24 hs del Itaú, se suceden las reacciones de quienes transitan la calle Cerrito un jueves a la noche, un público que no necesariamente tiene que ver con la gente que visita galerías de arte. Sorpresa e impacto. Es que este “verano eterno” en principio ofrece un shock de color verde en la paleta grisácea del microcentro. 
 Con ánimo de llevarme hacia noches más cálidas, Miceli viaja con su relato hacia la inspiración detrás del proyecto. Él apela a lo poético hablándome de perpetuar un momento perfecto, que está claro, ocurrió durante un verano. Me cuenta de rituales realizados en el Tigre: “Nado en el río, me unto en barro, bailo, alguien hace un registro sin planificar y de repente me encuentro con mi foto casi en bolas, con un taparrabos de pasto, frente al Colón en Cerrito y Viamonte”. 
 Juan, quien expuso anteriormente en el Centro Cultural Recoleta, Wallrod y la Galería Objeto A, justifica la movida declarando “el artista es su obra” y qué mejor entonces que hacerse carne con la misma. Así, sus fotos aparecen entre las esculturas (Hidra, Falo gigante y Niño vegetal), mezcla entre humano y vegetal pero a la vez 100% artificial. Un juego que también tiene su costado monstruoso, al perpetuar un momento en el tiempo y vivirlo en loop a modo de La invención de Morel en donde siempre hace calor, la vegetación flora al máximo, y la humedad satura el ambiente. Inquieto por naturaleza, Juan colecciona objetos, cosas de la calle, recibe desde juguetes de los hijos de sus amigos hasta prótesis de dientes humanos y cráneos de jabalí. Utiliza la metáfora, se guía por la intuición, y así permite que la energía de la creación fluya. Se inspira y genera. Propone diálogos entre lo artificial y lo natural. Todo esto convive en sus esculturas que forman parte de la instalación hasta el 24 de Junio. Y así el arte, como el verano, se hacen presentes nuevamente en nuestra cotidianeidad: sacados de contexto e irrumpiendo en medio de la ciudad. Respiro hondo. Miceli tenía razón, el verano es un estado mental.


Juan Miceli’s Eternal Summer / Review by Carla Harms / Photos by Andy Donohoe 1/2


Juan Miceli’s Eternal Summer / Review by Carla Harms / Photos by Andy Donohoe 2/2

Amidst relentless traffic and early winter chills, a small crowd gathered outside the patio window of Itau Cultural Thursday night for the opening of Juan Miceli’s installation “Invocando el verano eterno” (Evoking eternal summer). Arriving at the enormous bank’s cultural center, I wasn’t quite sure what to expect, having never been to an opening for a window installation before. But Miceli, who I meet for the first time that night, greeted me warmly and introduced me to a group of his family and friends who were all gazing with delight into the magical forest the artist had created right there in the city’s Microcentro. Glittering through the spray of tiny droplets of water, Miceli’s installation included sculptures of what looked like green forest creatures sprouting vegetation from their heads. Light bounced from rows of crystals hanging from fishing line to tiny square mirrors scattered in the pool of water at the base of the installation. The fairy-like feeling inside the window evoked Shakespeare‘s play A Midsummer Night’s Dream, but on the outside, for the shivering crowd, it was definitely winter The show’s curator Nora Schulman led photographer Andy Donohoe and I past the security for a wander through the exhibit from the inside. It felt strange and wonderful to be in the midst of Miceli’s magical forest, while outside onlookers peered at us as if we were in a fantasy fishbowl. Miceli, who uses only found and gifted materials to make his art work, explained that the inspiration for eternal summer stemmed from a summer of love spent in Croatia, where the world sparkled as bright as the forest he had created in the show. A closer look at the installation revealed a few surprising details you might miss from the outside. Miceli tethered human teeth to several of the sculptures and hung photographic images on the back wall suggesting both ritual and sacrifice. He explained that experimenting with the border between beauty and monstrosity fuels much of his work, and that even in this fantasy world, darkness can creep in. Inside the Itaú gallery, where everyone warmed up with some wine and comfort food, the crowed perused another show that included video images of Miceli’s installation put to music. I found myself somewhat mesmerized by the pictures and a bit melancholy, thinking of the long winter that lies ahead and wondering why it can’t always be summer.

Juan Miceli - Invocando el verano eterno Through June 24 / Itaú Cultural – Patio / Cerrito 740 / CABA


Texto de Claudio Ongaro Haleterman a propósito de la conferencia/diálogo “El Rebote del Preguntar” que dimos juntos en el contexto de la instalación La Suspensión, ThisIsNotAGallery, 12 de noviembre de 2011 Lo primero que conmueve en la obra de Juan Miceli es lo que en su seguimiento se manifiesta un rasgo decisivo: una potencia inconmensurable que transmuta las tensiones raigales de Vida-Muerte, Ser-Estar, Eros-Thanatos, en construcciones con firmeza de catedrales. La convocación de huéspedes tan inquietantes como el vértigo de movimiento de caída, el torbellino de la fragmentación y la ascensión constitutiva de formas que se intersectan entre cielos y tierras, permanecen insidiosamente como pendientes. Protagonista labrado en un instante y hecho polvo por el azote del relámpago, la víctima invencible, la que no deja rastros para las embestidas de las capitulaciones y el fracaso, sino el recuerdo de una piel tirante como ráfaga y un perfume persistente de despedida. La Suspensión se anuncia por medio del despojo, la desnudez y la intemperie y así incita el juicio que discrimina entre lo evanescente y lo que se reinscribe. En el suspenderse se oficia un misterio al estilo de Eleusys: la disolución del Uno mezquino por apremiante sacramento, en nombre del reencuentro final. Claudio Ongaro Haelterman


Revista digital Gaytips 2016

El artista plástico y realizador Juan Miceli está exponiendo en el centro de Buenos Aires. Mirá lo que dice sobre esta nueva exposición suya: "En La Estafa de la Forma vuelvo a insistir sobre algunas preguntas habituales (qué separa al cuerpo y al público de la obra; puede el arte modificar el contexto?) y algunas nuevas vinculadas con la interactividad y lo colectivo. la intención es que en el devenir de la muestra se arme una muestra-otra "en modo errático" con la participación activa de artistas invitados y el publico (?) . A un nivel mas profundo (?), esta muestra habla tanto de la carne humana (y sus poderes generativos) como del cuerpo social (llamemosle por ahora traficohormiga). Occidente (y quien sabe si el Oriente no lo proyecta en similar modo aunque sea completamente opuesto) se aferra con fervor a la idea de la forma humana y su correspondiente canon popular. Tal vez es a partir de alli que caemos en el delirio de creer que en cada pliegue de nuestra piel y en los rincones de nuestros organos (iinternos) se esconden catedrales, ejercitos, civilizaciones enteras e imperios que no hacen otra cosa que fracasar y re formularse igual a si mismos: ciegos pero intrépidos. Juan Miceli" Podés verla en 704 oficina de Arte - Florida 336 7ª 704 - CABA

Diario La Razon Marzo 2014


Invocando las Fuerzas Eternas reseña y fotos Junio 2011/ leer: http://www.ramona.org.ar/node/37023

Lic. Karen Dubilet


La Suspensión Diego Sztulwark El elogio vertiginoso de la suspensión nos transporta hasta el vientre mismo de lo monstruoso. Allí donde las piezas engrasadas del taller, los restos químicos de la fiesta, los gérmenes flotantes de los cuerpos y los delirios psíquicos del pornógrafo se metamorfosean en tesoro generatriz, espíritu sublime, raíz de todo movimiento. Terror del grado cero. Escritura ilegible. Beatitud. Diego Sztulwark, sociólogo e investigador octubre de 2011


Suplemento Asterisco / Diario Miradas al Sur / doble pagina central 22/08/2010


Juan Miceli entrevistas TV / Video


2017 Entrevista pro Sonia Gonzalez para Contracorriente Dialogos de arte https://www.youtube.com/watch?v=U_nftkc_3n0


Juan Miceli entrevistas TV / Video

Avistaje de Relámpagos (Museo de Arte Contemporaneo Argentino / MACA Junin, 2016) click en imagen para ver video


Juan Miceli entrevistas TV / Video

Entrevista en la muestra La estafa de al Forma videoinstalacion en 704 Oficina de Arte Entrevista por Sonia Gonzalez para el sitio Leedor click en la imagen para ver video

entrevista Junin TV, septiembre 2016 click en la imagen para ver video


Juan Miceli entrevistas TV / Video

Entrevista Programa Artistas Ocultos – Canal (a) – grabado y emitido en 2011 y 2012 https://youtu.be/QTuA-zKthIg


Programa La Vida es Arte – Canal 7 - 2009

https://youtu.be/yPEhpr-T2FQ

Entrevista Naranja Contemporáneo http://youtu.be/p5FO-NSTIjk


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