CONTRA LAS DEDICATORIAS
1. Para
, con algo de afecto.
2. Para
, con algo de cariño.
3. Para
, con lo que me queda de afecto.
4. Para
, con lo que me queda de cariño.
5. Para , con toda la estima que se le puede tener a alguien que no conozco de nada. 6. Para , con toda la admiración y el respeto que se le puede tener a alguien que me lee a mí. 7. Para lo podrás devolver.
, y porque una vez firmado, ya no
8. Para , porque acabas de perder un boli de la forma más tonta. 9. Para , por ser la primera persona que me pregunta si yo realmente soy así. 10. Para , por ser la primera persona que me dice que sólo veía OT por mí.
212
11. Para , por ser la primera persona que me dice que en persona soy muy majo. 12. Para , por ser la primera persona que me dice que en televisión se me ve más bajo, más viejo, más gordo, más feo. 13. Para leer.
, otra gran excusa para dejar de
14. Para escribiendo.
, otra gran excusa para seguir
15. Para más rico.
, gracias por hacerme un poco
16. Para
, con todo mi estómago.
17. Para , con mi alveolo derecho, que el izquierdo lo perdí entre unas piernas sin depilar. 18. Para a creer.
, léeme flojito, no te me vayas
19. Para , por pagar para pasar un tiempo conmigo, haciendo realidad todas mis fantasías. 20. Para cionarse y aún no lo sabe.
, que está a punto de decep-
21. Para , y para esos amigos suyos que aún no lo han comprado. 22. Para yo lo sé.
, por leerme a escondidas, que
23. Para veces en público.
, por haberme negado tantas
211
CONTRA LAS DEDICATORIAS
24. Para las cubiertas de otro.
, por llevarme en el metro con
25. Para , por ponerle buen precio de salida a mi primer libro en eBay. 26. Para gratis por Internet.
, por bajarse mi primer libro
27. Para , por regalárselo a su pareja, con los riesgos que ello comporta. 28. Para (aún) peor que el primero.
, que cree que este libro será
29. Para , que en su fuero interno sigue esperando que este libro acabe bien. 30. Para conjugar algunos verbos.
, porque le han contado que sé
31. Para , por pedirle una dedicatoria original a la persona incorrecta. 32. Para , la persona que más se toca pensando en mí sin saber lo que me toco yo pensando en ella. 33. Para , y por todo lo que podría haber hecho con el dinero que le ha costado este libro. 34. Para , y para la persona que se lo ha regalado, que tiene un excelente gusto literario. 35. Para , que está a punto de dedicarme un rato de su vida que nadie le va a devolver. 36. Para , que está a punto de descubrir que cualquiera puede publicar un libro.
210
37. Para lector.
, bellísima persona y mejor
38. Para , otra de las mujeres de mi vida, aunque ninguno de los dos lo sepa todavía. 39. Para hubiese querido engañar.
, el amigo al que siempre
40. Para , otra maravillosa persona de la que me pienso olvidar inmediatamente después de acabar esta dedicatoria. 41. Para yo a ti.
, con ese cuerpo, mejor te leo
42. Para
, el hermano que jamás necesité.
43. Para
, si yo puedo, imagínate tú.
44. Para camelen.
, que aún pretende que le
45. Para te de su pareja.
, un muerdo con lengua delan-
46. Para
, un achuchón de abuela.
47. Para
, besos negativos.
48. Para
, 1 abrazo < 0
49. Para
, algo parecido a un beso.
50. Para
,
209
CONTRA EL PENSAMIENTO NEGATIVO
Después de publicar mi primer libro, El pensamiento negativo, pasé un tiempo pensando que me había equivocado en muchas cosas. Para empezar, tenía la impresión de que la decisión de la portada había sido una cagada. Desaproveché la maravillosa sesión que me dedicó Outumuro poniendo mi careto a tutiplén, con un diseño más que dudoso, y sin demasiadas concesiones a la imaginación. Más tarde, no mucho más, llegué a pensar que la decisión de incluir capítulos sobre concursantes de OT olvidables y olvidados había sido, cuando menos, desafortunada. Para acabarlo de rematar, me temí que con el hecho de incluir hartículos míos publicados en el diario gratuito ADN, igual había desmerecido el valor del libro, por el hecho de ofrecer material que había visto previamente la luz. Sin embargo, con el tiempo, la portada se acabó revelando como un test iniciático para valientes, los capítulos sobre triunfitos rindieron justo homenaje al programa que me llevó a poder publicar, y los artículos de prensa me demostraron que necesitaban el soporte de un libro para sobrevivir al tiempo y, sobre todo, para llegar a más gente.
208
El pensamiento negativo se convirtió en uno de los libros de no ficción más vendidos del año 2008, y yo en uno de los pocos autores felices y bien pagados de este país. Los más avispados aún siguen pensando que fue todo gracias a mi intervención en OT. Y es posible que hasta tengan razón. Aunque si todo el que sale en OT vendiese tanto como mi primer libro, otro gallo nos cantaría, nunca mejor dicho. En resumen. Con mi primer libro, no aprendí nada, porque fue todo un éxito. Esta vez vuelvo dispuesto a comprobar hasta dónde soy capaz de aprender.
207
CONTRA PORTADA
Ideas para la portada de este libro ha habido unas cuantas. La primera, una foto de mi culo. Quedaría bien al lado de los otros libros, parecía la continuación lógica de El pensamiento negativo, en el que se veía mi cara, y tenía bastante que ver con el título, el sentimiento negativo. De ahí surgió la idea de un corazón al revés, que recordaba a las posaderas —o la delantera, para los muy enfermos— de una mujer bien dotada. Si el icono del primer libro fue la gota de sangre, en éste iba a ser un corazón invertido, algo así como el símbolo del anti-amor, que no tiene nada que ver con el odio. Pensé que mientras el odio iba dirigido a una persona, objeto o concepto, y es tremendamente pernicioso para el que lo profesa, el anti-amor iría dirigido al sentimiento intermedio que se genera entre los dos, y podía ser hasta beneficioso para el ser humano. Y es que una cosa es odiar a alguien y otra muy distinta estar en contra de lo que uno siente por ese alguien. Después me di un garbeo por todo lo que había escrito pensando en este libro, y descubrí que, efectivamente, cada capítulo estaba dirigido contra algo que sentía por algo o por alguien.
206
De ese modo, de la idea de estar en contra, surgió el subtítulo. Si estás conmigo, estás contra mí. Se lo enseñé a mi pareja, y dio su visto bueno: «Es tu caso es muy real». Se quedó tan ancha. En fin, que de ahí a la portada que al final salió sólo había un paso. No iba a poner una portada. No tenía sentido. Un libro sobre sentimientos negativos no podía ser tan racional. Calla, ya lo tengo. Dos contras. Que lo ponga como quiera el librero, que siempre estará de culo. Y así quedó la (contra) portada. Igual no es la más bonita, pero es la más real. Mira, igual que mi cara.
205
CONTRA PAGINACIÓN
Sigo odiando tener que mirar cuántas páginas me quedan para acabarme un libro. Mi tía, que en el fondo no me quiere mal, un día me dejó caer que ese hecho denota un comportamiento digno de un desgraciadito, que siempre le veo el lado negativo a las cosas, que a ese paso sólo podría dedicarme a la política de altos vuelos y bajos fondos. Qué grande eres, tía. Qué poco tendría que ver con eso, y gracias al cielo, cuánto te equivocaste. En fin, quizás por eso, porque habla de sentimiento negativo, porque es ya el segundo libro en el que lo hago, o porque vete a saber si habrá un tercero, he decidido paginar éste también hacia atrás. Para empezar, como declaración de finales. Y después para que, como mínimo, al que lo vaya a leer de rabo a cabo, le sirva de algo. Pero mira, a lo tonto a lo tonto, ya he rellenado otra página más. Perdón, menos.
204
CONTRA MÍ MISMO Con lo que yo he sido
Escribo estas líneas a punto de fracasar. Aún no sé muy bien en qué, ni por qué, pero sé positivamente que va a suceder. Y lo hago ahora porque, si lo hago después, sonará a justificación disonante. Un disco (el de Labuat, con Virginia Maestro y The Pinker Tones, una maravilla), un libro (esto que tienes entre tus manos), dos programas de televisión (uno de cantantes que intentan salir por la tele, otro en el que, para cuando leas esto, ya habrá sido retirado de emisión), varias campañas de publicidad, alguna campaña política, contenidos para marcas... Todo antes de fin de año. Imposible no fracasar en algo, si no en todo. Para el que se haya creído mi tan excesiva como aparente seguridad en mí mismo, es todo mentira. Para el que no se lo haya creído nada de lo que digo, es todo verdad. Yo no sé tú, pero yo trabajo precisamente para eso. Para fracasar mucho y muy bueno. Trabajo para levantarme constantemente, jamás para estar siempre de pie. Lo dice mi entrenador. Levantándose uno ejercita mucha más musculación y riego sanguíneo que estando simplemente de pie. Y, como todo el mundo sabe, el riego es gasolina para el cerebro.
203
CONTRA MÍ MISMO
Además, si existe el éxito entendido como reconocimiento público a tu trabajo, siempre lo he imaginado como un rascacielos levantado piso a piso con el cemento cohesionador de la tozudez y los ladrillos vista de cada uno de tus fracasos. Fracasos estrepitosos, y fracasos que tuvieron toda la pinta de éxito para todo el mundo, salvo para ti. Fracasos públicos que adornan la fachada y fracasos privados, tan invisibles como necesarios, pues normalmente sustentan los cimientos de lo que vendrá. Si vale la pena esto de vivir, en mi opinión, es para un día despertarse y decir en voz alta la frase de mis verdaderos ídolos. La frase de aquellos que supieron estar en lo más sublime e, inmediatamente después, caer a lo más bajo con la misma dignidad. Esa frase de los que demostraron que todo esto es mucho más que un sueño. La frase que espero poder pronunciar algún día entre sonrisa y recuerdo. Con lo que yo he sido.
202