Carta a un Rey Mago del Futuro Bendita sea la magia que viven los niños (y muchos mayores) por creer con toda su ilusión en la llegada de esos personajes de ensueño que les van a colmar de regalos. Nuestro espíritu, debiera bullir siempre inmerso en ese irrepetible mundo de inocencia, fantasía y anhelo. Quiero trasladar mi enfoque de vida a esta pieza artística que ahora presento. Mi trabajo, más que físico, pretende ser emocional. Una obra artística que realmente deje huella. ¿Cómo? Captando la auténtica esencia de los Reyes Magos. Para ello, -salvando las distancias- nada mejor que trocarme en Rey Mago. Quiero poner a prueba un concepto que -ahora más que nunca- debemos redefinir: la ESPERANZA. Permíteme un consejo: ¡No vaciles en participar! Dudo que una legión de (residentes en esta provincia) se anime a escribir. Casi seguro, sólo un puñado de mentes inquietas dará el paso. Mi variopinta oferta se sale de madre. La mayoría no la tomará en serio. Los escépticos, elucubraran que es otro esperpéntico desvarío de lunático. Estoy convencido, que a muchos esto les va a sonar a fraude/timo/estafa o a una loca performance ávida de llamar la atención. A quien piense así, le desafío a que me denuncie; le suplico que lo haga. No creo que nadie se tome la molestia de investigar mi Blog. Por lo tanto, queridos amigos, probablemente seáis sólo 4 los que os aventuréis en esta experiencia. Mejor para vosotros. Así tendréis muchísimas más posibilidades de que vuestra carta sea la elegida. 1 En un papel usado o reciclado, pon tu contraseña secreta: una frase cualquiera, la que quieras. Los adultos pueden escribir con ordenador o a mano (con letra clara, fácil de leer). Los niños deben escribir a mano; si su letra es enrevesada, un mayor tendrá que traducirla. 2 Escribe (una carta por persona) aportando ideas y preocupación por encontrar: a) Una solución para hacer un mundo mejor donde vivir en paz y armonía b) Dime qué has hecho o piensas hacer para ayudar a alguien necesitado c) Menciona qué regalo te gustaría recibir y por qué crees que lo mereces La clave es sencilla: pon lo que te dicte el corazón. Lo que más valoro es la autenticidad. 3 En una hoja distinta (usada o reciclada), haz un dibujo (en un par de minutos) y pon qué es. No importa que te salga “caca de la vaca”. Tal vez, llegue a utilizar alguno en mi trabajo. 4 Pon tus datos en un trozo de papel aparte: pliégalo y ciérralo. No quiero saber quien escribe para que la valoración sea pura. Nombre y dos apellidos, edad, dirección postal y electrónica. Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal. Advertencia: de no encontrar al agraciado por carecer de datos o estar desactualizados, el premio pasará al siguiente. Los afortunados serán anunciados: en mi Estudio de Berriozar, en mi Blog (Google: John Otazu) y en los medios de comunicación. 5 Introduce la carta, tus datos y el dibujo en un sobre apenas cerrado (sólo por el centro). El sobre llevará escrito: Carta a un Rey Mago del Futuro. 6 Deposítalo en la maleta abierta.
7 Entregaré una tarjeta con mi huella dactilar para que pongas tu contraseña secreta (la del punto 1). Si eres elegido, devolver mi huella demostrará que has tenido fe por guardarla todo el tiempo. Iba a entregar la tarjeta en la exposición, pero la verdad, era un lío porque no sabía si hacer 4, 4.000 o 40.000. Además, habrá gente que desee que dé la cara. Más de uno, querrá mirarme a los ojos y saber si soy un embaucador o un tipo honesto con quien cerrar el trato con un apretón de manos. Por este motivo, la voy a entregar en mi Estudio. Pásate cuando quieras. Al obtuso y mal pensado que crea que esto es un ardid para promocionar mi taller, le invito a que no vaya nunca. Los descerebrados e involucionados me aburren cada vez más. Al resto, apenas tardaré unos segundos en darles la tarjeta. 8 Guarda la tarjeta a buen recaudo. No sabes cuánto tiempo va a pasar. Habrá quien no tenga fe en esta Intervención y perderá mi huella. Mantén viva tu ilusión y tendrás opción de ganar. ¡¡Nunca permitas que nadie robe tus sueños!! 9 Recuerda: esta acción artística es un proyecto de esperanza y constancia; un acto de fe. Los regalos los entregaré en un futuro. No recibir el obsequio raudamente, sé que es desconsolador. Sin embargo, forja entereza y paciencia. Enseña, que en la vida las cosas no se consiguen de la noche a la mañana. Alecciona en la tremenda importancia de no rendirse jamás; de buscar siempre una salida. Un buen día, los medios darán a conocer los ganadores. Si eres uno de ellos, para recibir el premio deberás entregarme (inexcusablemente) mi huella con tu contraseña secreta. Los seleccionados, recibirán el presente que hayan escogido de esta lista: Lote de libros a elegir. Mountain Bike. Bicicleta eléctrica. PS 4. Google Glass. eBook. iPad. iMac. iWatch. iPhone. Réflex digital. Impresora 3D. Televisión UHD 4K. Selección de obra artística valorada en 100.000 € (una pieza por persona): cuadros al óleo, fotografía, grabado, impresión digital, escultura en bronce… Invitación para protagonizar una de mis performances. Otra para participar en una película sobre mi obra. Cupón de tiempo de colaboración con una ONG. Viaje al extranjero para dos personas con todo pagado. Vale (para un artista) para acompañarme a cualquier rincón del mundo en una exposición. Ayuda para encontrar un puesto de trabajo, para evitar un desahucio y para emprender un negocio. Alimentos para una familia durante un año. Crédito loco / sorpresa especial. A muchos, esta propuesta les parecerá descabellada y propia de un perturbado mental. Más, si cabe, sabiendo que no tengo dinero. Te preguntarás, cómo tengo la indecencia de ofrecer algo que no puedo garantizar. La respuesta es simple: un hombre sin palabra no es nada. Estoy obligado a conseguir mi propósito porque hipoteco mi reputación y mi futuro al empeñar por escrito y públicamente mi Palabra de Honor. Vivimos en una sociedad desquiciada, donde la corrupción y la codicia son la nueva religión. Sólo pretendo seguir el ejemplo de tanta gente excepcional que anda por ahí. Ellos son mi inspiración. Si fracasara, me importaría un pimiento convertirme en el hazmerreir de todos; lo único que lamentaría de todo corazón, sería no haber podido cumplir con mi compromiso de ayuda. Esta es mi carta a los Reyes Magos donde confieso mi desconsuelo. (…) Me avergüenza la enfermiza moral de ‘esos’ líderes corrompidos hasta la médula, que permiten que las leyes bailen al son de los poderosos. Me indigna que la justicia sea una triste marioneta manejada al antojo de multinacionales corruptas. Pero, lo que más me apena, es nuestra descarnada hipocresía y pasividad. Hemos creado un mundo deshumanizado; sin empatía.
Mi respeto, a los políticos, banqueros y adinerados que aún conservan el honor. En cambio, al resto de desalmados e inmundos que juegan con las vidas humanas (ver Inside Job), habría que juzgarlos como criminales. Resulta vomitivo, ver cómo los culpables de llevar al planeta a punto del colapso, ocupan puestos de altura en la política y en las finanzas. Necesitamos crear líderes que se atrevan a cambiar las leyes. Auténticos héroes que osen desterrar la putrefacción de esta sociedad. El equilibrio social, precisa de mentes audaces y evolucionadas que implanten un nuevo orden mundial: una justicia con igual rasero para ricos y pobres. Habría que empezar por evolucionar nuestro sistema de creencias. Creo en la reinserción de los presos, pero no con el patético sistema penitenciario actual; hay que cambiarlo radicalmente. Es un perfecto caldo de cultivo para alienar y aniquilar la conducta humana. Es un insulto a la inteligencia humana, dejar libre a quien no se ha arrepentido lo más mínimo ni ha mejorado su comportamiento. Estoy convencido, que si lo hijos de todas esas preclaras mentes que crean las leyes, fueran violados, torturados y asesinados de forma despiadada y sistemática, esas leyes cambiarían. Es inmoral que la gente decente tenga que padecer infinitamente la incompetencia e indiferencia de legisladores tan insensibles. Es inadmisible que hayamos creado un procedimiento que proteja más al depravado que al inocente. Es deleznable que los políticos hagan la vista gorda al aberrante turismo sexual. Personalmente, reniego de pertenecer a esta irracional raza que tolera inmisericorde que la enorme ‘ ’ de un degenerado, desgarre salvajemente la vida de un bebé. ¡Para morirse de asco! Lo dicho, si fueran sus queridos hijos del alma quienes padecieran esta lacra en su propia piel, seguro que cambiarían esta demencial jurisprudencia. ¡Dan ganas de vomitar! Eso que algunos llaman JUSTICIA, consiente impasible que actos tan demenciales se perpetren impunemente día a día. Abomino de este régimen que se vende por un puñado de monedas exonerando a la más abyecta carroña. Al final: tenemos lo que nos merecemos. El dinero da el poder. El poder impone la ley. La ley manipula la justicia. La justicia sin equidad corrompe el espíritu. Así, protegiéndose a sí mismo, es como el Sistema logra perpetuarse. Cada uno, individualmente, debiéramos dejar de despotricar contra las nauseabundas ratas que nos gobiernan. Antes de pretender cambiar el mundo, debemos cambiar nosotros. Empecemos por hacer algo que de verdad nos dignifique como seres humanos. Pasemos a la acción. Salgamos a la calle y hagamos algo altruista. Demos ejemplo de civismo. Seamos honrados y decentes. Sólo así, empezando por nosotros mismos, tendremos legitimidad para exigir a nuestros políticos que actúen con integridad. Esta aparente inconexa arenga, evidencia mi hastío por la basura con la que alimentamos cuerpo y mente. Deseo que mi obra huya como alma que lleva el diablo, del discurso: vacuo, elitista y jactancioso que tanto seduce a los todopoderosos mangoneadores del Arte. Deseo que mi legado se convierta en algo práctico y directo: necesito sembrar una semilla de esperanza y auxilio para los demás. Cada día, creo menos en el Arte como belleza puramente estética y cultural. Baso mi concepto de vida en la sublimación y transgresión de lo bello a lo ético. Si con el Arte no soy capaz de provocar que alguien sonría y pueda respirar en paz y libertad, sinceramente, pienso que no soy digno de ser llamado artista. No hay “Obra de Arte” más bella que hacer feliz a un desconocido.
"Sé el cambio que quieres ver en el mundo". Gandhi
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