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www.gacetanautica.es a contracorriente Parece que a algunas personas les ha entrado la nostalgia y echan mucho de menos como eran antes las cosas. No voy a ser yo por supuesto quien critique la necesidad que tienen de revivir sus recuerdos ni tampoco su tendencia a lloriquear la pena que les da que las cosas no sigan igual y que hayan cambiado con el paso del tiempo. Allá cada cual con sus sentimientos afectivos primarios y con su ilusión de que lo que añoran era mejor que lo actual. Pero una cosa es evocar y otra muy distinta reclamar o exigir que vuelva el pasado. En esto si que no estoy de acuerdo. No acep-
Los nostálgicos de los puertos PEPE QUIROGA quiroga@mallorcapress.es
to intelectualmente que la añoranza tenga que pasar por hacer una comparativa desemejante en fechas, hechos y contexto. Y menos cuando lo que se pretende es borrar todo el tiempo intermedio.
Bien. Vamos al meollo. De un tiempo a esta parte estos nostálgicos nos están dando la tabarra de que hay que recuperar «la imagen idílica» del pasado. Y nos ponen, entre otros, el ejemplo del Paseo de La Riba del puerto de Palma y del puerto maonés. También afirman que las Baleares no tienen por qué tener los puertos deportivos ahora existentes y que ha sido un error construirlos. Sentimentales nos recuerdan que de niños
nadaban y pescaban con caña junto a un pequeño atracadero y que ahora sus hijos no pueden hacerlo. De igual forma protestan de que los nuevos usos portuarios no permiten ver la llegada de los pesqueros y tampoco despedir con un pañuelo a quienes que se marchan en un barco. Estas personas dicen esto y otras cosas parecidas porque no se han parado a pensar que lo que critican se llama progreso. Es decir, que estos
cambios indican adelanto y la existencia de una mejora. Y no lo piensan porque como progresistas que se llaman ¡alucinen! están convencidos que el progreso es conservar el pasado. Y que cambiar las cosas, adaptarse a los tiempos, es reaccionario, propio de los conservadores. Bueno. No es página esta para discutir un concepto tan erróneo. Además, yo tengo claro cual es la interacción entre el pasado y el presente y no voy a pararme a hablar de un error tan de bulto, que hasta me da vergüenza evidenciarlo. Lo que si quiero es recordar a estos nostálgicos que el Paseo de La Riba era simplemente un espaldón portuario que quedó anticuado e inaprovechable para la ampliación portuaria que en su momento exigió la ciudad de Palma y que a Mahón le pasó lo mismo cuando los vapores llegaron a Menorca. Reordenaciones portuarias que pusieron a ambos puertos en la modernidad del primer mundo. En cuanto a la existencia de los puertos deportivos actuales, refrescarles la memoria y echarles en cara que hasta los años 60 la emigración era un hecho en Baleares. Y que con la llegada del turismo la emigración cesó y los habitantes de las islas mejoraron gradualmente su poder adquisitivo, hasta el punto, que después de comprarse casa y coche, también pudieron comprarse un barco de recreo. Lo que trajo consigo la construcción de estos puertos para poder guardar los miles de barcos que compramos. Así que, estos nostálgicos tienen la memoria muy selectiva. Se acuerdan tan solo de lo que quieren. Pero desmemoriados no se atreven a reconocer que nuestra vida cambió y mucho y para mejor, y que hoy son miles las familias que pueden disfrutar de navegar, lo que antes tan sólo podían hacerlo unos cuantos ricos. En fin, para que lo tengan claro: la náutica se popularizó gracias al progreso y nadie que tiene ahora un barco tiene nostalgia de los tiempos en que no podía tenerlo. Finalmente, indicar, que me produce asombro que califiquen de «idílica» la vida de los pescadores, lo bonito que dicen que es la visión de la llegada de los pesqueros a puerto cargados de pescado y sobrevolados por gaviotas, cuando la vida de los profesionales de la mar es de todo menos placentera. Llena de largas horas de trabajo y de dureza. Que pena que estos nostálgicos no recuerden cuando se enseñaba a mirar y callar con respeto.
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