Resumen de las Políticas.

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RESUMEN POLÍTICAS DE ESTADO EN CIENCIA, TECNOLOGÍA, INNOVACIÓN Y SOCIEDAD Corporación Maloka, mayo 21 de 2010 ¿QUÉ SON LAS POLÍTICAS EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA? Según Sanz N (2007)1: Desde la aparición de la sociedad postindustrial las relaciones entre conocimiento (léase ciencia) y poder (político y/o económico) se han vuelto cada vez más complejas e intensas, dificultando sin duda establecer distinciones entre los fines y los medios de actuación de los diversos colectivos e instituciones en relación con la ciencia y la tecnología. Se define la política científica y tecnológica como el conjunto de medidas que toma el gobierno de un Estado o unión de Estados con el fin de fomentar con dinero público "el desarrollo de la investigación científica, el proceso de la innovación tecnológica, o el uso de la ciencia y la tecnología para objetivos políticos generales" La política científica surgió y ha evolucionado, en general, de la necesidad desde la esfera gubernamental de tener que decidir sobre las consecuencias sociales de los avances de la propia ciencia y la tecnología, ya sea en un sentido positivo (cuando ambos fenómenos se manifestaron como motores del progreso y bienestar social), ya sea en un sentido negativo (preocupación que se dio posteriormente, esta vez con motivo de las consecuencias no deseadas de la ciencia y la tecnología) o preventivo (con el reconocimiento definitivo del nivel de riesgo potencial subyacente al uso de determinadas tecnologías o en las posteriores derivas de la investigación fundamental). Sin duda, y en este sentido, las políticas científicas son producto de un tipo de política de la ciencia, para el caso, de un uso gubernamental concreto del conocimiento y producción científicos y tecnológicos. Atendiendo a los cambios producidos en este último, lo que a nosotros nos interesará de las políticas de la ciencia, por tanto, no será sólo el uso concreto de ésta desde otros actores sociales, sino más bien lo que, en nuestra opinión, los distintos tipos de política de la ciencia también encierran: diversos modos de comprender la ciencia y las relaciones establecidas entre ella y otros sectores de la sociedad. Es decir, las distintas políticas de la ciencia son el resultado de la apropiación y uso de la ciencia por parte de las distintas "culturas" implicadas en cada caso (políticas, económicas, cívicas, científicas, etc.). Éstas, por tanto, entendidas en sentido similar al establecido por Elzinga y Jamison (1995: 575): representativas de diversos intereses sociales y políticos que se corresponden, a su vez, con determinadas preferencias ideológicas, ideales sobre la ciencia y con distintos tipos de actuación y formas de relacionarse con el resto de las "culturas". En nuestra opinión, con el añadido de que las diversas culturas puedan responder o no a los mismos paradigmas. El inicio de las políticas públicas de ciencia y tecnología se dio histórica y conceptualmente en el momento de hegemonía de la conocida como 'concepción heredada de la ciencia' (Putnam, 1962). La concepción heredada se puede asumir como 'paradigma' en lo que respecta a la forma de entender la ciencia y la tecnología Sanz N 2007. La apropiación política de la ciencia: origen y evolución de una nueva tecnocracia. Revista CTS, nº10, vol.4, Enero de 2008 (pág. 85-123) 1

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(respecto de su contenido así como en lo referido a su organización interna como comunidad de científicos), pero también acerca de lo que han de ser la política científico-tecnológica, el cambio tecnoeconómico y el papel de la sociedad en todo ello (así como la forma de su interacción). No en vano, las interpretaciones predominantes en las distintas culturas implicadas acerca de cada uno de estos distintos ámbitos, resultaron en una armonización de sus respectivas dinámicas en lo que se conoce como modelo lineal de innovación. Así, la fórmula establecida con él funcionó, en general, como un modelo teórico-pragmático que definió las problemáticas a enfrentar y las posibles soluciones disponibles de los actores para llevarlos a cabo (Kuhn, 1962), con el añadido de una definición concreta de sus actores. Los distintos paradigmas que puedan existir acerca de estas cuestiones se identifican con lo que Latour ha denominado "mitologías" (Latour y Woolgar, 1979) -o, por qué no, cosmovisiones-, plasmadas en las decisiones y acciones tomadas por los distintos actores. En lo que respecta al contexto político en relación con la ciencia y tecnología, podemos denominar dichos paradigmas también como "estilos", siguiendo a Varsavsky. Es más, en nuestro caso, la apropiación política de la ciencia bajo los parámetros de la concepción heredada se corresponde igualmente con el rótulo de "estilo cientificista" propuesto por el autor argentino (Varsavsky, 1969). ANTECEDENTES EN AMÉRICA LATINA. Albornoz (2001)2, señala lo siguiente: En América Latina la preocupación por las políticas de ciencia y tecnología surgió muy pocos años después que los países industrializados tomaran conciencia acerca de su importancia. Una peculiaridad de la región ha sido la íntima vinculación entre estas políticas y la problemática del desarrollo. Después de la segunda guerra mundial se pusieron en marcha grandes programas de reconstrucción de los países beligerantes y a ello se aplicó la tarea de muchos de los organismos multinacionales recién creados. El comercio internacional se fue recuperando, pero América Latina encontró dificultades crecientes para beneficiarse de los flujos de intercambio. Los actores más destacados de la región comenzaron a experimentar una desconfianza creciente acerca de los presuntos beneficios del modelo internacional vigente. Cuando los países de América Latina cayeron en cuenta de su marginación respecto a los nuevos escenarios de la economía y la política internacionales, alzaron sus voces para instalar la problemática del desarrollo en la agenda de temas prioritarios de la comunidad internacional. Por efecto de aquellas presiones fue creada la CEPAL, como un organismo especializado en la economía latinoamericana y la cuestión del desarrollo fue reconocida como la prioridad estratégica fundamental para la región (Sunkel y Paz, 1970, citado por Albornoz). Los economistas del desarrollo (Hirschman, Rostow, Nurkse y otros), vinculados en su mayoría a organismos internacionales, y sobre todo a la CEPAL, coincidían en la inconveniencia de una inserción pasiva en el comercio internacional. La solución propuesta fue impulsar políticas de industrialización por sustitución de

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Albornoz, M (2001). Política Científica y Tecnológica. Una visión desde América Latina.

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importaciones (ISI) a partir de una activa intervención del estado para regular el funcionamiento de los mercados. En este marco, los países de la región comenzaron a abrir el campo de la política científica y tecnológica. A partir de la década de los cincuenta, muchos de ellos crearon instituciones destinadas a la política, el planeamiento y la promoción de la ciencia y la tecnología. Aquellas acciones, que recibieron un gran impulso en la siguiente década, fueron en muchos aspectos discontinuas y contradictorias, pero en otros exhibieron una notable continuidad debido a que, en general, fueron diseñadas siguiendo las pautas organizativas y la concepción general que difundieron activamente UNESCO y OEA. Ambas organizaciones “sembraron la idea de que la ciencia y la tecnología eran una usina de crecimiento, en un rico suelo fertilizado por el deseo de la modernización y el desarrollo“ (Dagnino 1999 citado por Albornoz). Apenas comenzada la década de los sesenta, el apoyo a la ciencia y la tecnología entró en la agenda de la cooperación hemisférica. La preocupación dominante inicialmente fue la necesidad de desarrollar metodologías para la planificación de la política científica y tecnológica, en el marco de la planificación general del desarrollo. Este punto de vista quedó claramente expresado en la Declaración de los Presidentes de América, surgida de la reunión de Punta del Este en 1967. Sin embargo, pese a tales esfuerzos, la cruda realidad de la vida económica hizo que el proceso de ISI se nutriera de tecnología transferida en forma incorporada a las grandes inversiones de capital, sin que se prestara suficiente atención a las fases de adaptación a las condiciones de mercado, aprendizaje y todas aquellas que hoy se engloban en el concepto de trayectoria tecnológica de las firmas (Bell, 1995). El resultado fue una baja capacidad tecnológica del sector productivo de los países latinoamericanos, escasa demanda de conocimientos tecnológicos generados localmente y, por lo tanto, sistemas científicos escasamente vinculados con los procesos económicos y sociales. Al cabo de algunas décadas, el modelo de ISI fracasó en resolver el problema y, en algunos aspectos, hasta lo agravó, pese a haber alcanzado cierto éxito en impulsar el crecimiento de la industria de manufacturas en muchos países de la región. La crisis de la década los ochenta, a la que se conoce como la “década perdida” por los países latinoamericanos, produjo una ruptura en la confianza de que existía un camino hacia el desarrollo endógeno y dio lugar, en cambio, a políticas de ajuste, estabilización y apertura de las economías, que fueron consideradas como un paso necesario –aunque no suficiente- para intentar la vía alternativa ofrecida por la globalización. La experiencia de América Latina en utilizar la política científica y tecnológica como instrumento de desarrollo, pese a ciertos logros en el plano académico, no puede ser considerada como un éxito. Algunos autores señalan que esto se debió a ciertos factores que acentuaron los aspectos negativos del enfoque basado en la oferta. El primero de ellos fue la escasa demanda de conocimiento científico y tecnológico por parte del sector productivo. El segundo factor tuvo carácter estructural y consistió en la inexistencia o la extrema fragilidad de los vínculos e influencias recíprocas entre el estado, la sociedad y la comunidad científica (Dagnino, 1999). La importancia de este problema fue claramente percibida por Jorge Sábato, quien propuso, como modelo orientador de las estrategias de desarrollo, un "triángulo de interacciones” entre los vértices correspondientes al gobierno, el sector productivo y las instituciones científicas y académicas (Sábato, 1969 citado por Albornoz). 3


En la práctica latinoamericana, el vacío dejado por la demanda del sector productivo fue ocupado por la comunidad científica. Ella jugó, en el diseño de las políticas latinoamericanas de ciencia y tecnología, un papel que excedió por mucho la influencia que tuvo en los países avanzados. “Algunos miembros de la comunidad científica, principalmente relacionados con las disciplinas universitarias tradicionales, con el poder adquirido a través de un mecanismo de transducción tuvieron considerable influencia en el diseño de las políticas de ciencia y tecnología. Este mecanismo transforma el prestigio derivado de las actividades académicas, en particular, de las comunidades disciplinarias, en autoridad política y poder de representación de la comunidad científica” (Dagnino, 1999 citado por Albornoz). Ya desde finales de los sesenta, un sector surgido del propio núcleo de las comunidades científicas de los países de América Latina había comenzado a manifestar una actitud crítica respecto al modelo de desarrollo seguido hasta entonces en relación con la ciencia y la tecnología. Este fenómeno, convergente a posteriori con otras corrientes originadas en el ámbito de la economía, fue parte importante de lo que más tarde sería denominado como “pensamiento latinoamericano en ciencia y tecnología” (Albornoz, 1989 citado por Albornoz). La crítica al modelo preexistente fue enfocada desde distintos ángulos. Desde uno de ellos se destacó el carácter marginal de la ciencia en la región, vinculándola con la dependencia de los centros de poder mundial. Desde esta perspectiva crítica se señalaba que la producción científica tenía más relación con las necesidades internas del grupo social que las generaba, que con los requerimientos propios del desarrollo del país dependiente (Herrera, 1971). Otros autores caracterizaban al sistema científico de los países latinoamericanos como "exogenerado” y “endodirigido” (Suárez, 1973). Un cuestionamiento más radical se tradujo en la distinción entre la ciencia “importada”, “copiada” o generada localmente en función de demandas sociales, y el modelo de país que a cada una de ellas correspondía (Varsavsky, 1969 citado por Albornoz)). En los años más recientes, un nuevo contexto en el que predominan las tendencias globales, y en el cual la información y el conocimiento ocupan un lugar central, planteó en América Latina la necesidad de una nueva agenda del desarrollo y nuevas políticas para el conocimiento. El conocimiento, como nunca antes en la historia, se ha convertido en un factor crítico para el desarrollo. El informe 1998/99 del Banco Mundial, comienza con una comprobación: “Las economías no están basadas únicamente en la acumulación de capital físico y recursos humanos; hace falta también un sólido cimiento de información y aprendizaje” (Banco Mundial, 1999 citado por Albornoz). En la medida que el conocimiento se ha convertido en un factor esencial para la riqueza, su distribución se ha tornado igualmente inequitativa. “Lo que distingue a los pobres –sean personas o países- de los ricos es no sólo que tienen menos capital, sino menos conocimientos” (Banco Mundial, 1999 citado por Albornoz). La revolución de la ciencia y la tecnología -en particular, las tecnologías de la información y comunicación- ha transformado profundamente, no sólo el sistema productivo, sino la estructura social en los países industrializados. Este proceso repercute con fuerza en los países en desarrollo y, por el momento, se traduce en un gran desconcierto con respecto a las políticas que corresponde adoptar.

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En el escenario de quienes debaten sobre estos temas en América Latina es posible identificar por lo menos cuatro posturas diferenciadas: • Política científica tradicional Esta postura, basada en la oferta de conocimientos, defiende la necesidad de una política cuyo eje sea asignar recursos al fortalecimiento de la investigación básica, siguiendo criterios de calidad. Esta postura predomina en la comunidad científica latinoamericana. La debilidad de esta posición es que en la experiencia de los países de América Latina los conocimientos producidos localmente no llegan a aplicarse en la producción o los servicios. • Política Sistémica de innovación Esta postura, basada en la demanda de conocimientos postula la necesidad de una política cuyo eje sea el estímulo a la conducta innovadora de las empresas. En sus versiones más modernas, se aplica el enfoque de “sistemas de innovación”. La innovación, desde esta perspectiva, es vista como un proceso de interacciones múltiples que requiere la existencia de un tejido social innovador como sustento. La debilidad de esta posición es que en el sector productivo latinoamericano los sistemas de innovación son más un postulado teórico que una realidad. La comunidad científica suele rechazar el aspecto “economicista” de esta política. • Política para la sociedad de la información Esta postura se basa en la potencialidad de internet y en la supuesta disponibilidad universal de los conocimientos. Pone el énfasis en fortalecer la infraestructura de información y telecomunicaciones. Esta postura es impulsada por sectores que, desde una perspectiva modernizadora, cuestionan la viabilidad de los esfuerzos orientados a lograr una capacidad científica endógena, sobre la base de que las tendencias globales producen una nueva distribución internacional del trabajo y del saber. La debilidad de esta posición radica en que confunde los procesos de creación y transmisión de conocimientos. La renuncia a producir conocimientos localmente afecta la capacidad de apropiarse de los que son generados fuera de la región. Esta perspectiva pierde también de vista que la solución de muchos de los problemas locales reclama conocimientos producidos localmente. Esta postura, que está en auge en ciertos países, no es propiamente una política científica y tecnológica, pero en la práctica la reemplaza. • Política de fortalecimiento de capacidades en ciencia y tecnología Esta postura es ecléctica, ya que trata de rescatar, por una parte, las políticas de ciencia y tecnología propias de etapas anteriores, centradas en la producción local de conocimiento, pero procura, por otra parte, adaptarlas en función del nuevo contexto. Postula la necesidad de implementar políticas que no sólo tengan en cuenta la I+D, sino también las distintas etapas o modalidades del proceso social del conocimiento: la capacitación científica y técnica, la adquisición de conocimientos, su difusión y su aplicación en actividades productivas u orientadas al desarrollo social. La dificultad de esta postura radica en que los procesos de transformación que propone son graduales y están menos asociados al imaginario de los gurúes de la “modernización” (cuya influencia en la asignación de recursos es considerable), que confían en que milagrosamente, gracias a internet, se accede de lleno al primer mundo.

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El debate entre las cuatro posturas señaladas aún no ha decantado y, en general, no ocupa el lugar central en la agenda de los países, ya que (salvo excepciones) predominan las políticas de ajuste que se traducen en una baja inversión en ciencia y tecnología. No obstante, se registra una toma de conciencia gradual acerca de los riesgos implícitos en el actual orden político y económico hegemónico, tanto en lo que se refiere a los procesos de exclusión, como a la degradación ambiental. Ello conduce a la necesidad de impulsar un modelo de desarrollo "sostenible". La característica de "sostenible" (o sustentable) convierte al desarrollo en una meta de naturaleza más compleja e integradora que la idea de "desarrollo a cualquier precio" sobre la base de la cual se articularon muchas de las políticas públicas en Iberoamérica a partir de los años sesenta, incluyendo entre ellas a las de ciencia y tecnología, y le confiere un contenido ético superior al "desarrollo para pocos" que está implícito en el modelo vigente en la actualidad. El "desafío del conocimiento" (Fajnzylber, 1992) es estratégico para los países latinoamericanos. Este desafío implica la necesidad de realizar grandes esfuerzos en materia de educación, investigación científica y modernización tecnológica. El cambio más profundo, respecto a los enfoques de décadas anteriores, no se refiere al énfasis puesto en el papel de la ciencia y la tecnología, sino a la comprensión de que éstas atañen no solamente a científicos y tecnólogos sino a la sociedad en su conjunto (Albornoz). Para fortalecer las relaciones entre ciencia, tecnología, innovación y la sociedad se cuenta con la Política Pública en Apropiación Social de la Ciencia y la Tecnología de los Países Signatarios de la Organización del Convenio Andrés Bello3 que busca fortalecer los programas y acciones estratégicas regionales y nacionales en este campo, de manera que los ciudadanos y las ciudadanas se interesen, comprendan, innoven, generen y utilicen la ciencia y la tecnología en su vida cotidiana, de acuerdo con las realidades de cada país; permite procesos permanentes de participación y aprovechamiento de los desarrollos científicos y tecnológicos en el mejoramiento de la calidad de vida, y en la solución a problemas cotidianos; crear o fortalecer una cultura científica y tecnológica; y mejorar los vínculos entre los diferentes actores y agentes relacionados con la generación y uso del conocimiento científico y tecnológico. Se propone los siguientes lineamientos: a) Participación democrática y equitativa en ciencia, tecnología e innovación, b) Fomento de la cultura científica y tecnológica, c) Generación, difusión, divulgación, apropiación, valoración y uso del conocimiento científico y tecnológico, d) Integración y transformación social y plantea los siguientes principios básicos: • • •

La apropiación social de la ciencia y la tecnología debe guiarse por los principios que orientan la dimensión humanística del quehacer científico y su vocación de universalidad, libertad e igualdad, diversidad cultural, lingüística, de integración y de responsabilidad social. El acceso a los beneficios de los conocimientos científicos y tecnológicos es un derecho de todos los ciudadanos y ciudadanas y un deber de los Estados. La apropiación social de la ciencia y la tecnología tiene un valor estratégico para el desarrollo equitativo, democrático, sostenible y en paz de las naciones.

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CAB, 2008. Política Pública en Apropiación Social de la Ciencia y la Tecnología de los Países Signatarios de la Organización del Convenio Andrés Bello, 42 pag. 6


La apropiación social de la ciencia y la tecnología fomenta la cultura científica y tecnológica, y permite la formación de competencias útiles para el libre aprendizaje a lo largo de toda la vida.

La apropiación social de la ciencia y la tecnología debe estar orientada a la formación de ciudadanos y ciudadanas creativos y críticos que sean conscientes de sus roles en la sociedad, con el propósito de generar aprendizajes sociales, mejorar la calidad de vida, disminuir la pobreza y ampliar la inclusión social y la equidad.

La apropiación social de la ciencia y la tecnología debe respetar y valorar los conocimientos de las culturas locales y ancestrales de los pueblos.

La apropiación social de la ciencia y la tecnología reconoce y valora los conocimientos propios, la diversidad cultural, étnica, biológica, la tradición e historia científicas de cada país o región con el fin de fortalecer la identidad nacional.

Recientemente en la Declaración de América Latina y el Caribe en el décimo aniversario de la “Conferencia Mundial sobre la Ciencia” 4 se plantea la necesidad de articular políticas, diseñar estrategias coordinadas y líneas de acción específicas para los países de la región. Se propone para el caso de las Políticas de Divulgación, Popularización y Apropiación de la ciencia, tecnología e innovación: • •

Promover el más amplio acceso al conocimiento a todas las comunidades y regiones de América Latina y el Caribe, dando prioridad a los sectores más excluidos. Promover el desarrollo y el establecimiento de programas y acciones de popularización de la ciencia, museos interactivos y centros de apropiación social de las tareas de investigación y desarrollo, con el objetivo de difundir conocimientos y avances científicos, estimular el interés y el pensamiento críticocientífico de la población, mitigando el analfabetismo científico-tecnológico y enfrentando prejuicios de naturaleza anti-científica. Estimular la formación de profesionales para el periodismo científico, incentivar la creación de revistas y periódicos de divulgación científica de calidad, y promover la difusión acerca de las investigaciones desarrolladas en la región mediante todos los medios disponibles, incluyendo actividades regionales y subregionales como ferias y olimpíadas de ciencia, becas de investigación para jóvenes, entre otras. Incentivar la cooperación en la producción y en el intercambio de diversos productos de divulgación entre los países de América Latina y el Caribe, así como con otros países del mundo.

ANTECEDENTES EN COLOMBIA. El desarrollo histórico de actividades científicas y tecnológicas en Colombia se inició en la misma época colonial. En ese entonces se fundaron los primeros colegios y universidades, se emprendió la Expedición Botánica, y surgieron organizaciones de carácter científico ligadas a sectores económicos con tradición productiva como el agropecuario y el minero. Los grandes hitos de la historia social de la ciencia y la tecnología en Colombia están referidos a procesos integrados por la organización de expediciones, la 4

UNESCO, 2009. Declaración de América Latina y el Caribe en el décimo aniversario de la “Conferencia Mundial

sobre la Ciencia”

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formación de maestros, profesores e investigadores, y por la realización de misiones (DNP, COLCIENCIAS, 2006 Visión 2019) 5. La construcción sistemática de la actual institucionalidad se remonta a los últimos cuarenta años, periodo en el cual son discernibles tres grandes etapas. En la primera de 1968 a 1989, el esfuerzo estuvo concentrado en la formación de recurso humano y de grupos de investigación, y en el paso de la investigación como actividad individual a la investigación institucional. Es también el momento cuando se forman en el interior y en el exterior un grupo notable de científicos colombianos, algunos de los cuales alcanzan ya para ese entonces cierto renombre internacional. La segunda etapa, que coincide con la década de 1990, en la cual se promulga la ley de CyT y se constituyó formalmente el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SNCyT). La tercera etapa de consolidación, que inicia en 2000, se caracteriza por los esfuerzos por adecuar el conocimiento producido o transformado en Colombia a estándares generales e internacionales, y por poner las capacidades creadas al servicio del desarrollo económico y productivo del país y de temas sociales como la salud, el medio ambiente y la educación (Idem). El país cuenta con una institucionalidad desarrollada formalmente durante las dos últimas décadas, la cual converge en el SNCyT como pilar del desarrollo nacional en la materia. El SNCyT se fundamenta en la Ley 29 de 1990, el Decreto 585 de 1991, y la Constitución Nacional. A su vez, el Sistema tiene como instancia directiva al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CNCyT), asesor de la Presidencia de la República y la secretaría técnica del Sistema está a cargo de Colciencias. (Idem). La Política de Ciencia y Tecnología tomó fuerza con las Misiones de Ciencia y Tecnología de los años 1990 y 1993. A partir de las recomendaciones de esos informes, se formuló el primer Conpes de Ciencia y Tecnología (2739 de 1994, “Política Nacional de Ciencia y Tecnología 1994-1996”). Posteriormente, se han desarrollado otros documentos que han contribuido a la construcción del marco de política de ciencia y tecnología, de planeación y visión de mediano y largo plazo (planes de desarrollo, visión 2019 de ciencia, tecnología e innovación), de política económica (Conpes de ciencia y tecnología, Política Nacional de Fomento a la investigación y la Innovación Colombia construye y siembra futuro, Conpes de competitividad). Adicionalmente, la Comisión Nacional de Competitividad ha reconocido que la CTeI es la base de la política de productividad y competitividad, y en el Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010 se ha identificado la Ciencia, Tecnología e Innovación (CTeI) como una dimensión especial del desarrollo. Todos estos documentos contienen el consenso general que el país tiene sobre los lineamientos generales de política de ciencia, tecnología e innovación (Idem). En el documento Visión 2019 se plantea la siguiente visión estratégica: “En 2019 Colombia tendrá un desarrollo humano, social y económico cimentado en la producción, difusión y uso del conocimiento, que será un elemento fundamental para la productividad y la competitividad internacional y la prevención y solución de problemas nacionales y regionales”. La visión planteada, y las estrategias para alcanzar las metas propuestas, se encuentran fundamentadas en los siguientes cuatro principios básicos de acción: 1. La ciencia, la tecnología y la innovación contribuyen sustancialmente a incrementar los estándares de vida de la sociedad y a generar riqueza y progreso económico sostenido.

(DNP, COLCIENCIAS, 2006, Visión 2019). Fundamentar el crecimiento y el desarrollo social en la ciencia la tecnología y la innovación. Visión 2019. 84 pag

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2. La creación y consolidación de capacidades humanas es un factor esencial para construir una sociedad y una economía del conocimiento. 3. En la política de promoción de la ciencia, la tecnología y la innovación, deben participar activa y coordinadamente los generadores, mediadores y usuarios de conocimiento. 4. La promoción de actividades científicas y tecnológicas por parte del Estado se debe orientar a la comprensión, prevención y solución de problemas nacionales y a dinamizar el desarrollo de las regiones. De igual manera en el documento Visión 2019 se propone que para alcanzar el escenario descrito en la visión, se debe trabajar con las siguientes metas articuladas en tres ejes, a saber: 1. Metas enfocadas al desarrollo de las competencias centrales del sistema: a) fomentar la innovación para la competitividad; b) incrementar la generación de conocimiento; y c) fomentar la apropiación de la CT+I en la sociedad colombiana. 2. Metas de apoyo para el desarrollo de competencias centrales: a) incrementar y fortalecer las capacidades humanas para la CT+I; b) consolidar la institucionalidad del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación; y c) consolidar la infraestructura y los sistemas de información para la CT+I. 3. Metas correspondientes a la expresión al nivel territorial y global de la actividad del SNCyT: a) promover la integración regional; y b) consolidar la proyección internacional de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. El Documento CONPES 35826 de 2009 sobre Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación plantea como reto: “articular políticas, programas, acciones y voluntades de los diferentes actores del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTeI), en particular del sector público, para consolidar una Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, como una política de Estado en busca de lograr “Identificar, producir, difundir, usar e integrar el conocimiento para apoyar la transformación productiva y social del país”. En esta política se proponen implementar seis estrategias: 1. Fomentar la innovación en el aparato productivo colombiano. 2. Fortalecer la institucionalidad del SNCTeI, que tiene como punto de partida la aprobación de la ley 1286 de 2009. 3. Fortalecer el recurso humano para la investigación y la innovación. 4. Promover la apropiación social del conocimiento. 5. Focalizar la acción del Estado en el desarrollo de sectores estratégicos en el largo plazo. 6. Desarrollar y fortalecer las capacidades en CTeI. Para la ejecución de las estrategias y la acción coordinada de los agentes del SNCTeI se espera aumentar la inversión del país en ACTI, que llegará a representar el 2% del PIB en el año 2019. El aumento gradual de la 6

(CONPES,3582). Política Nacional de Ciencia y Tecnología, 2009, 68 pag

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inversión permitirá que Colombia en el año 2012 esté graduando cada año con apoyo del Estado a por lo menos 500 doctores en áreas estratégicas del conocimiento. El recurso humano junto con la inversión en ACTI y la coordinación de política permitirán que a través de la innovación el valor agregado de la canasta exportadora de Colombia en el 2019 llegue a 17.500 dólares per-cápita, valor al cual convergerá el ingreso per-cápita de los colombianos (CONPES 3582). El apoyo a la actividad científica y tecnológica en Colombia data de 1968 y se fortalece a comienzos de los 90 con la Ley 29 de 1990 y los Decretos Ley 393, 585 y 591 de 1991. En este mismo año la Constitución en el artículo 70 estableció “que el Estado tiene el deber de promover y fomentar el acceso a la cultura de todos los colombianos en igualdad de oportunidades, por medio de la educación permanente y la enseñanza científica, técnica, artística y profesional,…”. De otra parte en el artículo 71 agrega “El Estado creará incentivos para personas e instituciones que desarrollen y fomenten la ciencia y la tecnología y las demás manifestaciones culturales y ofrecerá estímulos especiales a personas e instituciones que ejerzan estas actividades”. (Idem). La nueva Ley 1286 de 23 de enero de 2009 plantea como objetivo general: “ fortalecer el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología y a Colciencias para lograr un modelo productivo sustentado en la ciencia, la tecnología y la innovación, para darle valor agregado a los productos y servicios de nuestra economía y propiciar el desarrollo productivo y una nueva industria nacional”. Los objetivos específicos de la Ley son: 1. Fortalecer una cultura basada en la generación, la apropiación y la divulgación del conocimiento y la investigación científica, el desarrollo tecnológico, la innovación y el aprendizaje permanentes. 2. Definir las bases para la formulación de un Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. 3. Incorporar la ciencia, la tecnología y la innovación, como ejes transversales de la política económica y social del país. 4. Transformar el Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología “Francisco José de Caldas” -Colciencias-, actualmente establecimiento público del orden nacional, en el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación que se denominará Colciencias. 5. Transformar el Sistema Nacional de Ciencia Tecnología en el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación -SNCTI-. 6. Fortalecer la incidencia del SNCTI en el entorno social y económico, regional e internacional, para desarrollar los sectores productivo, económico, social y ambiental de Colombia, a través de la formación de ciudadanos integrales, creativos, críticos, proactivos e innovadores, capaces de tomar decisiones trascendentales que promuevan el emprendimiento y la creación de empresas y que influyan constructivamente en el desarrollo económico, cultural y social. 7. Definir las instancias e instrumentos administrativos y financie-ros por medio de los cuales se promueve la destinación de recursos públicos y privados al fomento de la Ciencia, Tecnología e Innovación. 8. Articular y optimizar las instancias de liderazgo, coordinación y ejecución del Gobierno y la participación de los diferentes actores de la política de Ciencia, Tecnología e Innovación. 9. Fortalecer el desarrollo regional a través de políticas integrales de descentralización e internacionalización de las actividades científicas, tecnológicas y de innovación, de acuerdo con las dinámicas internacionales. 10. Orientar el fomento de actividades científicas, tecnológicas y de innovación hacia el mejoramiento de la competitividad en el marco del Sistema Nacional de Competividad. 11. Establecer disposiciones generales que conlleven al fortalecimiento del conocimiento científico y el desarrollo de la innovación para el efectivo cumplimiento de la presente ley. 10


Adicionalmente el Documento CONPES 35277 de 2008 sobre Política Nacional de Competitividad y Productividad planteada la siguiente visión: “En 2032 Colombia será uno de los tres países más competitivos de América Latina y tendrá un elevado nivel de ingreso por persona, equivalente al de un país de ingresos medios altos, a través de una economía exportadora de bienes y servicios de alto valor agregado e innovación, con un ambiente de negocios que incentive la inversión local y extranjera, propicie la convergencia regional, mejore las oportunidades de empleo formal, eleve la calidad de vida y reduzca sustancialmente los niveles de pobreza”. El objetivo de la política es lograr la transformación productiva del país. Un país puede aumentar el valor de su producción por tres vías: produciendo más (aumentando la productividad), produciendo mejor (aumentando la calidad) o produciendo nuevos productos (transformación productiva). (Idem) En la política de Competitividad se estableció los siguientes cinco pilares: 1. Desarrollo de sectores o clusters de clase mundial 2. Salto en la productividad y el empleo 3. Formalización empresarial y laboral 4. Fomento a la ciencia, la tecnología y la innovación, 5. Estrategias transversales de promoción de la competencia y la inversión. Para alcanzar los objetivos implícitos en cada uno de los cinco pilares el CONPES 3527 plantean los siguientes 15 planes de acción en diferentes áreas de trabajo de la competitividad: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15.

Promoción de sectores de clase mundial Salto en la productividad y empleo Competitividad en el sector agropecuario. Formalización empresarial Formalización laboral Ciencia, tecnología e innovación Educación y competencias laborales Infraestructura de minas y energía Infraestructura de logística y transporte Profundización financiera y asignación eficiente del ahorro Simplificación tributaria Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) Cumplimiento de contratos Sostenibilidad ambiental como factor de la competitividad Fortalecimiento institucional de la competitividad

La Alta Consejería Presidencial para la Competitividad lideró la creación de diez comités técnicos mixtos de apoyo a la Comisión Nacional de Competitividad (CNC): (1) Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF); (2) Transporte Aéreo; (3) Logística y Transporte; (4) Biocombustibles; (5) Sostenibilidad; (6) Biodiversidad; (7) Construcción; (8) Turismo; (9) Joyería y (10) Transferencia de Tecnología (offsets). Adicionalmente y bajo coordinación de la CNC, a nivel regional el trabajo se ha articulado en torno a las Comisiones Regionales de 7

(CONPES,3527). Política Nacional de Nacional de Competitividad y Productividad, 2008, 83 pag

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Competitividad para fortalecer los diferentes espacios de concertación entre los actores públicos y privados y las organizaciones cívicas y sociales de la región, con el propósito de articular las prioridades regionales en materia de productividad y competitividad con las prioridades transversales y sectoriales que se analicen en la CNC, al tiempo que busca garantizar a las regiones su acceso a los programas y a la formulación de políticas en materia de competitividad y productividad (CONPES 3527). El Plan Nacional Decenal de Educación 2006 -20168 (PNDE) se define como un pacto social por el derecho a la educación, y tiene como finalidad servir de ruta y horizonte para el desarrollo educativo del país en el próximo decenio, de referente obligatorio de planeación para todos los gobiernos e instituciones educativas y de instrumento de movilización social y política en torno a la defensa de la educación, entendida ésta como un derecho fundamental de la persona y como un servicio público que, en consecuencia, cumple una función social. El PNDE plantea como visión: “En Colombia, en 2016, dentro del marco del Estado social y democrático de derecho y de su reconocimiento constitucional como un país multicultural, pluriétnico, diverso y biodiverso, la educación es un derecho cumplido para toda la población y un bien público de calidad, garantizado en condiciones de equidad e inclusión social por el Estado, con la participación co-responsable de la sociedad y la familia en el sistema educativo. La educación es un proceso de formación integral, pertinente y articulado con los contextos local, regional, nacional e internacional que desde la cultura, los saberes, la investigación, la ciencia, la tecnología y la producción, contribuye al justo desarrollo humano, sostenible y solidario, con el fin de mejorar la calidad de vida de los colombianos, y alcanzar la paz, la reconciliación y la superación de la pobreza y la exclusión”. Los TEMAS y los Macro Objetivos del Plan son: DESAFÍOS DE LA EDUCACIÓN EN COLOMBIA Fines y calidad de la educación en el siglo XXI (globalización y autonomía) 1. 2. 3. 4. 5.

Articulación y coherencia del sistema educativo Sistema de seguimiento y evaluación Cultura de la investigación Uso y apropiación de las TIC Currículo

Educación en y para la paz, la convivencia y la ciudadanía. 1. Inclusión, diversidad, diferencia, identidad y equidad. 2. Otros agentes educativos y relaciones con el entorno 3. Educación en valores, participación y convivencia democrática 4. Estructura y organización escolar 5. Derechos, protección, promoción y población vulnerable con necesidades educativas especiales Renovación pedagógica y uso de las TIC en la educación 1. Dotación e infraestructura 2. Evaluación y estándares de calidad 8

Ministerio de Educación Nacional. Plan Nacional Decenal de Educación 2006 -2016 : Pacto Social por la Educación 60 pag

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3. Fortalecimiento de los procesos lectores y escritores 4. Fortalecimiento de procesos pedagógicos a través de las TIC 5. Innovación pedagógica e interacción de los actores educativos 6. Fortalecimiento de los proyectos educativos y mecanismos de seguimiento 7. Formación inicial y permanente de docentes en el uso de las TIC Ciencia y tecnología integradas a la educación 1. Política pública 2. Cultura de la investigación y el conocimiento 3. Talento humano 4. Educación técnica y tecnológica GARANTÍAS PARA EL CUMPLIMIENTO PLENO DEL DERECHO A LA EDUCACIÓN EN COLOMBIA Más y mejor inversión en educación 1. Inversión y equidad 2. Inversión y gestión 3. Inversión en ciencia, tecnología y emprendimiento 4. Inversión para el talento y el bienestar 5. Inversión y eficiencia 6. Descentralización Desarrollo infantil y educación inicial 1. Universalidad : garantía de Acceso, permanencia, cobertura e inclusión 2. Corresponsabilidad / Intersectorialidad / Articulación 3. Calidad: formación de agentes educativos. Infraestructura, dotación, modalidades de atención, modelos pedagógicos 4. Financiación Equidad: acceso, permanencia y calidad 1. Derecho a la educación 2. Pertinente 3. Bienestar estudiantil 4. Proyecto educativo institucional 5. Reconocimiento de la diversidad cultural 6. Sistemas integrales de calidad 7. Necesidades educativas especiales Liderazgo, gestión, transparencia y rendición de cuentas en el sistema educativo 1. Liderazgo 2. Gestión 3. Transparencia AGENTES EDUCATIVOS Desarrollo profesional, dignificación y formación de docentes y directivos docentes 1. Identidad 13


2. Profesionalización y calidad de vida 3. Formación y desarrollo profesional 4. Formación de los docentes de educación superior Otros actores en y más allá del sistema educativo 1. Participación de la familia en la educación 2. Mecanismos de participación del sector productivo y solidario 3. Política pública como eje integrador de los diferentes sectores 4. Responsabilidad de los medios de comunicación e información con el cumplimiento de los fines de la educación 5. Fortalecimiento de la educación en y desde de los espacios culturales, sociales, políticos y naturales En la Política Nacional de Turismo: Plan sectorial de Turismo 2008-2010 “Colombia, destino turístico de clase mundial”, 9 plantea como objetivo general: Consolidar los procesos regionales de turismo de tal manera que se disponga de una oferta de productos y destinos altamente competitivos (de clase mundial) para los mercados nacionales e internacionales. Para el logro del objetivo se requiere implementar las siguientes estrategias: 1. Mejoramiento y consolidación de la competividad incluyendo la calidad de los prestadores, de los destinos y de los productos turísticos. 2. Mejoramiento de la infraestructura turística, incluyendo una mejor y mayor conexión de los destinos turísticos. 3. Fortalecimiento del mercadeo, la promoción y la comercialización. 4. Creación de un sistema de información turística. 5. Implementación de estímulos a la demanda y a la oferta 6. Apropiación de recursos para apoyar iniciativas productivas turísticas de las comunidades. 7. Educación para cimentar una cultura turística. La visión que se plantea en está política es la siguiente: “ Para el 2020 Colombia habrá posicionado la actividad turística como una de las de mayor importancia para el desarrollo económico del país; por consiguiente, será un país que habrá fortalecido las competitividad de sus productos y destinos en un trabajo que permitirá una relación armónica nación- región, donde los sectores públicos nacional y local jugarán un papel determinante en la generación de condiciones óptimas para el desempeño empresarial. En ese orden de ideas, Colombia habrá definido unos productos básicos en los que recogerá toda su oferta turística nacional. Las regiones se habrán especializado en ofertas diferenciadas y los municipios se habrán comprometido en programas de mejoramiento en diferentes frentes teniendo como objetivo la competitividad de su producto turístico. Esos productos son: sol y playa; historia y cultura; etnoturismo; agroturismo; ecoturismo; deportes y aventura; ferias y fiestas y ciudades capitales. En este último, se conjugan subproductos como compras, salud, congresos, convenciones e Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. La Política Nacional de Turismo: Plan sectorial de Turismo 2008-2010 “Colombia, destino turístico de clase mundial”, 57 pag 9

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incentivos. Se habrá consolidado ofertas como termalismo, crucerismo, parques temáticos y turismo náutico. En el plano nacional, el país habrá conseguido consolidar una cultura turística en la sociedad; el tursmo habrá contribuido a preservar los valores sociales y patrimoniales y será un elemento fundamental para genera orgullo nacional. Las comunidades se habrán vinculado a la actividad turística, beneficiándose del desarrollo que proporciona esta industria. A nivel internacional Colombia se habrá concentrado en atraer turistas de altos ingresos, para lo cual habrá fortalecido su capacidad de investigación de mercados y promoción. Existirá un trabajo mancomunado entre el sector público y privado y los diferentes prestadores de servicios turísticos se identificarán como parte de una cadena de valor amplia, en la que su aporte es definitivo para la competitividad del producto y del destino. En ese sentido, estarán comprometidos con la calidad y la diferenciación del producto. El recurso humano vinculado al sector tendrá altos niveles de calidad, su formación corresponderá con las exigencias del mercado y será un personal bilingüe. La investigación y el desarrollo tecnológico en turismo tendrán un apoyo decidido del Estado y la información y la información y el análisis económico del sector se habrán consolidado y serán fundamentales para la toma de decisiones tanto en el sector público como privado”. En la Política de Turismo se señala que a partir de las políticas generales de turismo se han venido elaborando políticas especializadas que están enfocadas a manejar en detalle algún producto o un tema que requiere orientación específica. Entre las políticas se encuentran: 1. “Política para el desarrollo del ecoturismo” 2, la “Política de Calidad Turística”, 3.“Plan Indicativo para la Educación del Sector Turismo en Colombia”, 4.“Política de Turismo cultural”. Adicionalmente se cuenta con el documento CONPES 3397 de 2005 sobre “Política Sectorial de Turismo” De igual manera resalta que el turismo es uno de los sectores con alto potencial para contribuir a alcanzar en el mediano plazo los objetivos nacionales de desarrollo. No obstante sigue siendo uno de los sectores con más altos niveles de informalidad, con estándares de calidad que lo hacen un poco competitivo internacionalmente, con una dispersión considerable de ofertas, lo que impide alcanzar niveles de productividad satisfactorios. La tarea inmediata es avanzar en la reducción sustancial de estos niveles de informalidad y en definir y desarrollar los productos de clase mundial en los cuales el país puede competir con éxito en los escenarios internacionales y en elevar los estándares de calidad en el servicio. Adicionalmente se propone que Colombia puede ser competitivo en un período relativamente corto en cuatro productos: 1. Ecoturismo, especialmente en áreas protegidas que han concesionado los servicios. 2. Turismo cultural, con énfasis en eventos culturales de gran reconocimiento. 3. Turismo de salud que dispone de buena infraestructura y capital humano competitivo en varias ciudades. 4. Turismo de Congresos y Covenciones, impulsado por la construcción de centros de convenciones de alta calidad en todo el país. 15


De igual manera para fortalecer las relaciones entre ciencia, tecnología, innovación y la sociedad, se cuenta con la Política de Apropiación Social de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación 10, la cual pretende convocar y movilizar a los agentes de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, incluyendo la sociedad colombiana en general, para que participen activamente en los procesos de Apropiación Social de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación como una ESTRATEGIA DE FUTURO y para:

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Contribuir a que la población colombiana se interese, comprenda, convalide y utilice los instrumentos y lenguajes de la Ciencia y la Tecnología.

Contribuir a que la sociedad desarrolle y aplique la Ciencia y la Tecnología en las actividades cotidianas.

Fomentar la ampliación de las ofertas de aprendizaje e información a lo largo de la vida que permitan a las personas reflexionar y actualizarse sobre los desarrollos científicos y tecnológicos.

Apoyar, mediante estrategias de socialización del conocimiento (comunicación y educación informal y no formal), el redireccionamiento y el fortalecimiento de la producción, la productividad y la competitividad económica en contextos de mercados locales, intra-regionales, nacionales e internacionales.

Contribuir a la democratización de la ciencia, la tecnología y la innovación, fomentando procesos de construcción colectiva del conocimiento, en los que la comunidad científica, tecnológica y de innovación interactúe y reconozca actores, tanto de disciplinas de la ciencia y la tecnología diferentes a las propias, como con actores de otros sectores de la sociedad y de otras formas de conocimiento (ej. los saberes tradicionales y ancestrales).

Potenciar los procesos de comunicación social y de entretenimiento con contenidos y dispositivos que contribuyan a la formación de una cultura científica y tecnológica en la población colombiana.

Consolidar el valor de la identidad de la cultura, evidenciando e incentivando el uso de los aportes del desarrollo científico y tecnológico al país.

COLCIENCIAS 2005. Política de Apropiación Social de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, 16 pag

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