Programa Radio Web Edición 19- Ingrid Odgers

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POGRAMA RADIO WEB EDICIÓN 19 – Ingrid Odgers ANDROS – CHILE Dos hombres solos en un comedor Tal vez alguien lea esta botella con letras madrugadas (es difícil ver a alguien desde este faro). Una vez pasé una navidad junto a mi abuelo (mi madre estaba vetada, sólo era mi vida y la de él). Esa nochemala concluí que dos hombres solos en un comedor pueden estar casi más solos que estando solos solos. Pero este faro este faro este faro y el árbol de Teillier unos tres patios a la derecha pero esta noche (como leía este día: "espantosa en su semejanza" con cada otra noche) pero ver a la pequeña gigante entre trescientos mil santiaguinos y no sentirlos, y querer siempre el útero de Dios como si fuera un poncho de castilla bajo el aguacero cortante de este sofocante invierno en que Sting no deja de recordarme que está en mi triste esencia de alma en pena con jeans. No es poema, son puras palabras. No lo juzguen bien o mal escrito mejor háganme cariño rozándome las manos de ermitaño.

MARTA MANRÍQUEZ - CHILE OTROS INVIERNOS Otros inviernos la lluvia me escoltó hasta tu casa empapandome la ropa y mojando mis zapatos Otros inviernos me recibiste con tu boina negra puesta me llevaste al salòn de mùsica y pusimos a secar los zapatos debajo de la estufa

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Otros inviernos tocaste una nueva melodìa para mi y compartiste conmigo tazas de cafè y caricias Otros inviernos el lodo manchò mis pantalones al correr yo locamente bajo la tormenta a tus brazos Otros inviernos hice caso omiso del agua, del barro , del viento, del frìo otros inviernos , amor yo estaba contigo y tù estabas conmigo Otros inviernos, otros este de ahora sin ti se muere de frío

JUAN PABLO CIFUENTES - LOS ANGELES, CHILE DESENFRENO.

La caricia se ausenta en cúmulos y gemidos Los gemidos recorren las largas avenidas del silencio Que permanece tranquilo ante nuestro libertinaje Que no dice nada, que no mira Que respeta nuestro sufrimiento, Nuestra vorágine columna invertebrada De recuerdos flagelados del pasado Angustioso que plantamos Un viejo día como una semilla

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De esperanza en los suelos magullados De tanta hipocresía vida rutinaria. Es en estas condiciones, En medio de estas alternativas Navega mi alma por aguas profundas Profundos sentimientos no me acechan Últimamente todo se torna vacío Prefería lo oscuro, el vacío angustia Angustia la vida, angustia la muerte Angustian los hombres, angustian los sueños Y qué diremos de las fantasías noches De los ideales días De los atardeceres esperanzadores Que han brotado de una mente Que busca, busca y busca Para terminar enterrados en el olvido De una palabra imprudente De una región transparente De una nación transparente De una poesía transparente Y así… Aparece el desenfreno No hay desaceleración No hay intermedios entre tu nombre Y mi imprudente apellido seminal

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Gozamos de salud Pero nos encanta la enfermedad Esa inquietante incertidumbre De encontrar un día nublado Que sea eternamente eterno.

YVETTE GUEVARA - CUBA Recetas para Eva: fritura de serpiente Se trata de dar vueltas para saquear la estirpe la raza de tu madre en sus primeros bordes hacer girar su candidez por tus manzanas mientras se escucha el repicar de tus tacones como si Dios metiera el dedo en tu sonaja o un novicio en deleite oyera a cascanueces. Se trata de lucir la gema efervescente centella en la penumbra del cosmos más cercano el insignificante transitar con el cuerpo vejado de placeres minúsculos y sin ahogarse franquear el comején del día y vomitar sin escrúpulos la amnesia de las preces. Se trata de erigir un mapa de tus alrededores un Made in tú, Emperatriz, tallado en siete idiomas y allí donde vislumbras los lapsos obsesivos hincar la latitud de tus pezones e inventar la canción que alumbre tu quincalla. Se trata de carrozas de seda debajo de tus garras para resucitar sagaz cada burbuja eclipsar la tradición cagando resplandores promoviendo tu ignorancia y tu perfume e ir lactando como a feto las clausuras enderezando con tu lengua las espadas.

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Premio

Mi poesía es ingenua: le pego y me sonríe.

Casilandia Para Alex y David

Hijo sé ambidiestro ten en los puños un ecuador de nexos dislocado en la anuencia global, totalitaria, un aguijón dejado cual posdata. Guíñame un ojo sin levantar los tuyos hacia el cielo cuando sepas que hay muchos occidentes y ese día seré Isla entre los hielos de Ginebra.

¿Te conté de la cara del Registro ante tus once libras de mundo inexplorado, mi placenta viajera por las Razas del Hombre? ¿Te conté de los jaféticos ojos de la paloma obstetra? Tú eras el símbolo guirigay que en cámara apurada les deshace el tablero donde la reina borda en punto cruz una república y el rey broncea en erizada de ópera la exacción puritana de un diablo indiferente.

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Hijo sé viceversa y paria de la Eurora cuando agosto rubicundo chantajee la infinita variante del Nosotros.

De un amor en la Habana que no fue por un tilín de milenio

Hubiera arañado contigo cualquier cosa: hasta un cartón de huevos, mordido cualquier cosa: el polvo, el cordobán, los ojos de Canelo. Hurtado a la heredad aquella estrella para ponerle melodía a tu bolero me hubiera dado un fly por Hojalata, para sembrar contigo dos helechos, y así plantar el árbol que nos correspondía. Hubiera fraguado mis ovarios en bronce, chillado en catedrales derretidas, traicionado. tatuado un corazón con dos alitas, tomado guafarina. Fuera rehén por ti, sentada en la paciencia reina de las baldeadas de desgracia el sábado y el martes, con aquel famoso aspirador que Silvio prometía. Por fraguar la espuma en tu cerveza y salvar algún aniversario, ¡hasta hubiera soportado dos sin días sin corriente! recitado el Cisne de memoria, gastado las chancletas. Por ti yo pude ser chofer de aplasta vaticinios aquellas bicicletas con caballos humanos, y me hubiera bebido un cocimiento, ripiao’ los bolsillos de alguna bata’ecasa Por ti, contigo, chino: pan con pan Regla, Bacuranao, coten de contingencias despeinando discursos soltando siluetas y rolos lugareños 6


despotricando al viento. Y hubiera deportado los bichos de los trastos, dormido en un colchón que no merece nombre brincado el aguacero, el charco, cualquier cosa, (¡recuerdas Cualquier Cosa, aquel terrible sitio sin grafías!) la estirpe de Lázaros que nunca marcharán, sería leña y comino para tus frijoles, y la verdad, jabón para limpiar pupilas. La vida oliera a sopa en una cuartería, se vestiría un espejo de azogue carcomido ante un perro del color de un cielo que no existe.

Cenicienta

En la tierra del sueño contó mi abuela sus lentejas más allá de las doce

y quedó agachado el sortilegio y los granos desbordaron el arca y cubrieron los días,

más allá de las doce.

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Ofensiva contra la genética A toutes les mères aux portes des écoles

Había una vez, centuplicada, Madame Arte-Misa y Monsieur el Ministro de Asuntos por Orden Alfabético y secos de alumbramientos sin atinar el óvulo perfecto como si la genética supiera del falso cerco de las noches bajo el beneplácito burlón de esas vendimias del señor Bonaparte, la costilla llamada a ser Impar entre los Pares. Fueron muchos soldaditos desplomados y tajos al escudo fueron muchos contables y boqueadas de párroco y siguió siendo bruto Prometeo, aplicando la esgrima frente al piano. ¡Qué hacer de estos gajos tristes, como malas copias! ¡no hay armiño que subsane el descalabro! ¡No hay ortodoxia que soporte! Desesperaron los ortofonistas, rondaron las máscaras de hierro sin postigos, y monjes de castidad dudosa llenaron su cuarto de centauros. Más, siguió siendo bruto Prometeo…

Concierto para edades en Mí mayor Dice mi madre que tuve quince años con sus aspavientos que bifurcan la inocencia y los menstruos ¿o los monstruos? los del armario y los de La Leonera, La Leonera es un bar sin horarios donde berrea la muerte los hombres de mi pueblo desarreglan el hígado y la confianza, y regresan a casa con la muerte chirriándoles el órgano y sin hígado. 8


Dice mi madre que tuve quince años y hay fotos que pueden confirmarlo. ¿Por qué en los poemas de apertura “el aire es siempre limpio”? ¿Por qué la infancia es siempre una pregunta? Llegué a esa edad en bicicleta turbia, el tutú rosado manchado con aceites y opté por el desasosiego de la escarcha que no será enaltecida en elegías. Dice mi madre que un madrigal estuvo esperándome en el contiguo quicio, un ¡tan bonita! que no dejé a la vida regalarme y a bolina mi rol mayor cual papalote. Dice mi madre que en el número quince, al doblar la niñez, debí ponerle candado al velocípedo, por que la ingenuidad es a partir de allí una depravación imperdonable. Dice mi madre que el léxico de pasionaria con que he ido tildando de sumiso a los reptiles no redime mi casta de niña blanca con vestido provinciano de cola sempiterna, de niña que va como enojada pateándole el hígado a la muerte, que no tengo que beber en La Leonera, que la fe es un retiro incandescente para rugirle al hombre al pasar por el aro de fuego, al dar la pata. Dice mi madre que de nada me ha servido el feminismo. El zumo de un orgasmo, la caricia oblicua que luego se dispersa. Dice mi madre que tuve quince años y sigue siendo la infancia una pregunta.

Sementerio Si fuera ternura y no ternera Un delta vaginal la paz excede

mujer que limpia el sobresalto con sus aguas al hombre que deshizo 9


su rayo extravagante.

La Ínsula de Elpis A mi pueblo a su repartición equitativa de la miseria

Cancerbero ¿y si nosotros fuéramos el objeto absurdo? ¿y si el sujeto fuera la vida dentro y más allá de nosotros? Cancerbero cual pájaro invisible que brota de entre biombos será la realidad un bisbiseo de hombre compactado un pájaro sonoro a muchedumbre pájaro momentáneo pájaro carpe diem y no sabrás quién falta porque tu ojo habrá perdido el don de ver la ausencia.

Off - side a los aforismos, por su Kafka Cuando fui hombre, viví cerca de los pájaros. Cuando fui pájaro, viví cerca de los hombres.

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Cuando fui hombre intenté volar, cuando fui pájaro intenté ser hombre. Cuando fui hombre Pájaro viví en medio del maíz, con la paja tensada de mis brazos atados a una estaca, y fueron jugosas las mazorcas. Cuando fui Pájaro hombre viví amando en el vitral de un templo a una paloma una paloma a punto de escapar hacia la certidumbre.

Dania DÀlfonso

Monólogo del Inocente

He soñado que un amigo me enviaba debajo de su piel de sombra mi suerte de volar al espacio dejando a la isla como un puntico de luces en el horizonte pero la envidia de mi amigo resbala como las aguas al arrecife musgoso e impaciente por hacerse arena si supiera que desde mi torbellino de angustia que desde la duda he tenido que alejar el desgastado deseo del amor he tenido que matar el ansia el crepúsculo enamorado junto al río he tenido que jugar con la corriente dejarme llevar por la marea del azar quebrarme como se quiebra un perro ante el abandono de su dueño. He tenido que llorar en desconsuelo llenarme de música para no pensar en el hueco, el desvarío he tenido que inventarme una sonrisa y reconquistarme frente al espejo he tenido que vivir con un fantasma que me ama que me mima 11


que disfruta en la noche de mi lengua onírica me tienta con caricias prohibidas el cuerpo de mujer que oculto bajo la tempestad bajo la máscara de las estrellas. He tenido que inventarme otra vez y tragarme la voz, que no se oiga ni siquiera suave la congoja porque aquel que escucha tu queja puede morir y después odiarte por tu incompetencia porque le pareces débil, tonto sufriente. - Porque hay que volverse poco a poco de acero, trocar el cerebro en manojo de cables con chips programados contra todo sacrificio de esos es el mundo, del que se ha trocado en autómata y ha luchado para matar su dichosa sensibilidad comiendo plástico desde chiquito de esos es el mundo, del que se llena su espíritu de bolas vacías, de ritmos vacíos, de canciones vacías, de corazón vacío, del espacio vacío masticando aire y ya, convertidos en globitos, matar para seguir viviendo. Es esto lo que hay más allá de la isla... sin embargo... ¿qué es lo que anhelo en medio de la angustia? ¿qué había entre la distancia desde la casa a la escuela desde la escuela a la playa? ¿qué existía entre los autobuses y la espera?-¿qué había?¿qué había entre el cansancio y las tormentas-¿qué había?¿qué había entre la multitud, las calles, los arbustos- ¿qué había?- ¿qué había entre las ilusiones y la soledad?

-¿qué había entre canción y canción?-¿ qué había? baños con flores, perfumes, cascarilla la búsqueda de alguien parecido a aquel fantasma, no mentirle jamás a mi alma, sonrisas, aplausos, té con limón y charlas y poesías y hermosas pinturas y bardos y guitarras , trova hasta el cántico del gallo. Una vida bohemia y dulce oscurecida por el llanto de la prisa el compromiso con los muertos que defendieron a la isla 12


y un largo sopor de sobresaltos y por último, pedir permiso para respirar. Ahora soy un magnetófono repitiendo ritmos de moda orando a Dios para satisfacer el baile de los ciegos y sobrevivir como un Shado en la penumbra guardando los ojos de mi amigo en mi baúl de peregrino con mi bolso de luz a cuestas en un pequeño rincón de la montaña.

A Silvio "Caminantes no hay caminos se hace camino al andar". Antonio Machado.

Silvio rasgó su guitarra un día y las musas se estremecieron en el cielo; desde entonces, le protegen del frío, el hambre, el calor, danzan a su lado y le despojan del suicidio, del torbellino callejero, cotidiano, de lágrimas que bañan dormidas piedras de callado malecón guardando heridas, dolor, sacrificio teñido por el mar sudor,despedidas y boleros borrachos mujeres nocturnas y turistas enfermos y mendigos sufriendo el estrujado autobús cruzando la avenida quemada por vapor de asfalto que el sol se bebe amor que el sol se bebe edificios que el sol bebe para tumbarse ebrio sobre el mar. Silvio rasgó su guitarra un día y las musas se estremecieron en el viento desde entonces danzan a su lado y gracias a Dios, le liberan del pacto para tomar el avión y partir hacia otras costas extrañas extrañas por ideas extrañas por ilusión 13


extrañas por desamor extrañas por la distancia pero infinitamente amadas porque son semilla y raíz planeta y luz además de nuestro paraíso sufrido espacio sobre el mar. Cuando el" Rabo de nube" escampa y la "Reina de la noche" duerme en su sillón de mimbre... Silvio canta la canción que dice su alma y nos alivia suave pensamiento mantón que carga, baúl de su esperanza. -MágicoCuando aquella mujer encendida le amó, Silvio se quedó dormido de piel y de besos, sin dar, sin esperar, sin recibir... perdonen... El poeta se quedó colgado de su mundo y no supo si es de día o de noche, sin importarle si te quedas o te vas -¿Será que el misterio le atrapó al amanecer?-Sabe que la vida es corta que no hay tiempo para decirlo todo. Silvio rasgó su guitarra y derramando hechizo de gracia y palomas nació desde sí mismo, cabalgó en su "Caballo de fuego" y a todos, nos enseñó el camino de lo cierto. -Porque venimos a ofrecer el corazón para besar el pecho de la gente, para curar los tiempos y el amorDicen que canta una idea, una protesta yo sé que canta la vida al dulce pedazo de sol que escondemos tras el rostro que cada frase, es la esmeralda o el recuerdo. Silvio toca su guitarra y se desnuda frente a la muerte la muerte que le pide autógrafos la muerte que a cambio de una canción le regaló la vida.

Oh muerte que libre sois

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Él y su soledad pegada como una babosaluna en las paredes cansadas de su corazón hoy Tristelandia saborea con su lengua esas calles turbias sucias por despecho. Ella, reseca con sus pechos colgando y sus hijos huesitos huesitos, husmeando en la basura. Ellos, los sin nombres los que no pueden beber de los ríos porque los ríos corren venenosos quemando la hierba ellos, los sin nombres callados soportan como buenas hormiguitas de desierto las aventuradas bombas y el frío. Oh muerte que libre sois allí donde la esperanza es un hilillo que cuelga desde el cielo casi no se ve sólo el aire de los dioses que adoran por los rincones azules pálidos hecho cruces lágrimas y paciencia paciencia para soñar despiertos. Oh muerte que libre sois allí donde la soledad es una babosa rozando las paredes cansadas del corazón y la vida es una muchacha sin ojos violada por el egoísmo. Oh muerte que libre sois allí donde la esperanza es un hilillo que cae desde el cielo casi no se ve velo que se ve sueños que no ven océano que no se ve.

Es el final del principio La virgen del aceite ya no es virgen, es oliva en discoteca conectada a Internet chateando con el lobo disfrazado de príncipe son el final del principio el principio de conejos inocentes del pañuelo y el sonrojo del pudor y la vergüenza del desnudo en el granero 15


la levita y el sombrero del... no te quiero pero te miro más allá del espacio y de los cielos de la reverencia y el glamour del ojo detrás del abanico del camino lleno de flores, para que pases de la sentencia, la amenaza del deterioro imprudente de la conducta, bajita de sal y poca azúcar. En el final (detrás del ordenador) se desnuda la moral haciendo el amor con el robot la inocencia, es un pobre niño que los ve y corre a refugiarse junto a Dios desde entonces peligra dentro de cada corazón. La era evoluciona y se destruye se destruye y evoluciona. Catedrales de duderío hermético, cristalizado portento ideológico, camino de esmeril la estatua de la fe, la tumba del dolor la ilusión se enreda entre los vivos que danzan con los muertos en el aire polvo y en el polvo frío. Suda el asfalto y sólo es besado por el paso del peregrino, que lame su fe respira su fe se bebe su fe enamorado del camino celeste y de la luz. Demócratas engullen del vacío venden la esperanza como oro fino se bañan en el alimento del apoyo pavoreales del hechizo y de la ley la ley que es una moda que se quita y se pone como traje de interés Desde el final sólo sé que no escampa la montaña de ilusión flotando en el vapor de esa nube que se vive pobre de aquellos, que provocan que los niños se rían de aquel que no use la mejor marca el coche seductor el papalache el último modelo del amor sin amor en medio de anorexia vicio y desafío.

La era evoluciona y se destruye se destruye y evoluciona Galicia danza entre montañas con sonidos galácticos 16


extrena el último modelo en audición por eso, en las fiestas, huyen los pájaros de los bosques y emigran al silencio. La tradición se espanta y se aburre se aburre y se espanta. Y más allá a lo lejos, se escuchan cantareteiras danzan con muchachos rien, aman, besan y saltan sobre la tierra, repiquetean panderetas aconchadas al compás de la muñeira, toca el gaitero y la fiesta es más hermosa más caliente junto al frío y el cuerpo es un ángel que tambores despierta sonríe la noche y los pájaros vuelven del silencio lástima, pocas veces ocurre tal milagro. Es el final del principio el principio del final pero a veces deben ser balanza en equilibrio para que el hombre, haga del cuerpo su templo la muñeira no se enfríe y la virgen del aceite, haga del lobo su príncipe la moral, no confunda a la inocencia y los pájaros, emigren del silencio.

Cargamos nuestra cruz y caminamos en silencio

El inmigrante muerde su pena y se la traga después sonríe como una luciérnaga vacía, le duele el pecho por el sacrificio de olvidar por el oficio de acostumbrarse a las ausencias. Dueño de la calle y el desprestigio víctima de agravios, ignorancia. Soñador, ciego, aferrado a su futuro (su gran amor) aunque el futuro sea un abismo mortal, un camino ilegal desértico, no importa, es animal incrédulo, va por sus luces, va por sus puertas. Si mira hacia dentro 17


se cortará con su miedo de vidrio no obstante acaricia y besa su destino-raya-luz que le quema las manos no importa, sigue rodando con sus manos quemadas con su baúl de secretos y recuerdos con su nido de razones y silencios, frescos colores frutos de río sabor a universo, tradición dorado sincretismo transmutación. Caminante sin caminos necesidad amarga negra pobreza acorralada pasto de miserables por satánico metal afligido gollejo suerte del que sube y que no baja hace suyo el planeta para él no existen razas no hay naciones no hay fronteras sólo un espacio para jugar a la suerte donde al menos, pueda pender de un hilo ser marioneta flor, fruto, raíz con sus manos quemadas mordiendo su pena tiritando en medio de la noche que le mata.

Las piedras del silencio

Los bosques fríos, pálidos de viento, 18


son borrascas tímidas lloviznas granizos, hielos. El invierno hace que los pájaros siembren las semillas -curioso, ahora la primavera es una novia vestida de rosas con mariposas y así recién parida nos regala su naturaleza perfumada su límpido silencio a pesar de las noticias del aire venenoso humedecido de estos tiempos a pesar de los desiertos bombardiados y el tóxico sendero de los asesinos a pesar del naufragio, el abandono, el grito de los niños a pesar de todo en este espacio natural de la tierra en este apartado sitio la brisa te besa con ese olor fresco de azucenas y ciprés y ellos, asisten a sus templos donde las piedras aguardan por nuevos secretos están vivas y frías hábidas de reflexión de quejas y confesión y allí en algún rincón prenden velas y rezan al santo de madera que imaginariamente mira a través de sus ojos de azabache barnizado se torna servicial y placentero tallado para entregar esa paz que se siente esa que no puedes negar que se siente ese abrazo de agua bendita, de rosarios y pausada voz ellos cantan tristes pero cantan sus armónicos se elevan hacia las cúpulas buscando las nubes y los muertos sonríen porque por gracia infinita, en las misas son recordados más allá de las rosas en las tumbas. Ellos Imaginan atrapar los oídos de Dios pero Dios les deja la paz en medio de sus bosques fríos y bendice a la primavera recién parida pero ahora está atento e impaciente no puede hacer nada por el aire venenoso humedecido ni por los desiertos bombardeados ni por el tóxico sendero de los asesinos ni por el naufragio, el abandono, ni por el llanto de los niños ni siquiera por el planeta enfermo de iniquidad. Objetivamente él sólo creó los bosques tibios reverdecidos, tímidos de lluvia ,sin granizos, sin hielos, la primavera recién parida, la manzana, el cereso, los animales y el 19


amor, el infinito amor. Objetivamente muchos hombres a través de tantos siglos, ciegos a todo consejo divino crearon el resto.

ÁNGEL RAFAEL NUNGARAY - México

ESCALAR EL VÉRTIGO

3 Crece la hoguera de las serpientes en los delirios de los enfermos y las dolencias son reducidas a sueños que marginan la premura terrible de la ciudad y se precipitan sobre pasillos lejanos Han de quedarse quietos los instantes de la lucidez como el sonido del sol en el vértigo de la tierra porque prefiguran espejismos en la volición de los desamparados. como antiguas campanas cuyo crepitar herrumbroso no se olvida cuyo significado atesora la humedad de las ruinas y el efecto de la ceniza sobre la memoria Se acerca el sueño para cubrir 20


los agitados sentidos de la desolación Los pacientes se han alejado y el horizonte con su permanencia borra la blancura instantánea de sus pasos La luz se limita al hilo de plata que sostiene a un silencio plúmbeo.

4 La soledad es una terraza donde crecen los vestigios invisibles de lunas futuras y los derrocamientos de ángeles dispersos en las ruinas de la ausencia Sabrán los enfermos que en los síntomas inmóviles la soledad hunde sus cuchillos oscuros? Sabrán de las barricadas que ella construye con el acero terrible de la indiferencia? Estar enfermo es encontrar el centro inicial del abandono Estar enfermo es defender la soledad

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5 Cesa dios en el organismo La blancura de esa ausencia es paz en las raíces fructificación de los esquemas del abandono Cesa el organismo como un cauce saturado como la lejanía en las entrañas de estrellas próximas Cesa lo corpóreo de la palabra en el flujo imperceptible de Dios Cesa el cauce cesa dios como la maduración en la fertilidad de los desiertos Cunden las raíces en la transparencia hasta donde la cima del fruto no alcanza

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6 Canto del límite del inerte signo El signo vaciando los cantos de la cristalina presencia en los cercanos lindes

Alba limitada en la penumbra de un dios que escala el seno apacible de la caída Alba del canto Dios y sus lindes En el remanso infranqueable está el cristal de la presencia

7 Duermo donde el día se aleja en la materia viva que sustenta la claridad Libre desde las raíces como el signo del abismo Soy el vértigo del agua

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Hay rasgos que no perdonan Sitios que la sangre calcina Y un albergue donde madura el abandono Soporto el resplandor como un síntoma de la enfermedad He caído con el peso del perdón en el centro del aire me sobra el refugio es vasto el origen Una rivera circunda los espejismos Es transparente la noche El cuerpo del despertar se aleja

8 He visto las hogueras blancas son criaturas que surgen del agua áurea Escalo el vértigo de la certidumbre en los pasos del paisaje he rebasado al día el cuerpo es limitado El ser se mueve con la rapidez de la calcinación Desperté en los altares a las ruinas furtivas del presente Los espejismos de la velocidad circundad la luz

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No tengo otra certeza que la edificada por lo divino en el eje de la memoria Reservo la virtud del precipicio en el espíritu

9 Arden los cristales de la salud en el horno de la misericordia La enfermedad es una defensa del cuerpo el abismo de la gracia Cesa el dolor en la sed como un sentido primordial de la carne Los dolientes caminan en círculos hasta desaparecer y regresan como sombras blancas que ha lavado el fulgor de la Presencia

Es el instante en que Dios es la carne del doliente

10 Nazco en el incendio El ser fructifica sus esquemas

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el espíritu habita en el germen de la llama Nacer(se) fuego El fulgor es el sentido interno de Dios la opacidad

el sentido externo

Dios adolece de Dios en su cercanía con el hombre Dios se ciega de Dios se ciega del hombre se ciega del cristal que emana Su ausencia se desplaza como el ave de la pavesa en el fuego de la materia el ser permanece alrededor de esa refulgencia Cuando Dios madura en el hombre éste cae en el incendio En la lejanía el hombre se reconoce fuego en su proximidad con la unidad

Ángel Rafael Nungaray ( Yahualica, Jal., 1968). Autor de los poemarios: Estaciones de la noche (2002), En el vacío de la luz (2002), Morada ulterior (2004) y Plexilio (2008). Está incluido en Poesía viva de Jalisco (2004), Muestrario de letras en Jalisco (2005), Los mejores poemas mexicanos (2006), Animales distintos. Muestrario de poetas mexicanos, españoles y argentinos nacidos en los sesenta (2008) y El mapa poético de México (2008). Colabora tanto en revistas nacionales como internacionales. Actualmente es becario del

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Conaculta en el Programa de Estímulos a la Creación y al Desarrollo Artístico de Estado de Jalisco.

Eduardo Chirinos –Perú

El milenio está a punto de acabarse Pero las estaciones todavía se cumplen, la tierra continúa girando y los peces abren y cierran sus bocas como hace siglos. En algún lugar de la India los tigres machos luchan entre sí por el amor de las tigres hembras y en un bosque cercano los conejos devoran las mismas plantas y raíces que alimentan la tierra. Debería hablar de la contaminación y del petróleo, debería hablar de plagas innombrables, del hambre que devasta poblaciones, de niños mutilados por nubes radiactivas. Pero estoy aquí, escribiendo este poema, midiendo sus palabras, eligiéndolas con amor y con cuidado, con cólera y con resentimiento. Entonces me miro en el espejo y sólo veo tinieblas, un vacío culpable en la página en blanco. Escribo esto porque me siento solo. Porque las palabras me han abandonado. Porque ella no estará más. La lluvia Vengo de una ciudad donde jamás llueve, donde el cielo es (como dicen) color-panza-de-burro y el mar una invisible telaraña que enreda y confunde el horizonte. Esta tarde llueve en New Brunswick y me he asomado a la ventana para contemplar otras lluvias. Aquella en Madrid, por ejemplo, donde el agua nos llegó hasta las rodillas

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y seguimos caminando plaf plaf como si nada, o aquella que nos sorprendió en Tumbes con sus balsas y caimanes navegando un bosque de palmeras. ¿Qué decir del chaparrón que echó a perder la sepultura de Dante? Pero esa es una lluvia literaria. Como decir que duró cuarenta días o que llora suavemente en mi corazón, que no es verdad. Es otra la lluvia que recuerdo. Fue hace muchos años, el agua salpicaba la tierra y formaba un barro azul y misterioso. Era el silencio que me enseñaba sus metáforas, su laborioso lenguaje deshaciéndose una vez más sobre las piedras. El color de los atardeceres Atardecer naranja con sus nubes raídas y su sol que alumbra todas las palabras. Una gasolinera exhibe un dinosaurio (aquí hubo dinosaurios) y una pradera inacabable.

¿Dónde aprendí todo eso? Descartemos las nubes, son siempre las mismas. Descartemos el sol, presa fácil de todas las metáforas. Nos queda la naranja. Algunos dicen que vino de la India donde era alimento de los dioses. Otros, que vino de Persia o de Arabia 28


igual que el nombre y su color. Virgilio la llamó “aurea mala” y la dejó caer en una égloga. Colón la tuvo entre sus dedos. Por ella descubrió que el mundo era redondo y que viajando hacia el Poniente llegaría (como el sol) hacia el Levante. Ahora estamos solos. Yo y la naranja. Cuesta siglos decir atardecer naranja.

ROCIO SORIA - QUITO, ECUADOR

POEMA 4

Sumerge sus dedos para comprobar la tibieza del cultivo no hay nada de especial en el frasco salvo un vapor dulzón, tiembla por ese recuerdo de su colección de bolas y botones

aspira hasta llenarse aprieta los labios para darse el valor y permanecer al filo del lienzo cierra los ojos con la fe del último esfuerzo se contiene se columpia

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tiembla por las veces en las que sin causa aparente

tiembla por las manos volteando los ojos en las escaleras.

¿Escuchas? son las voces que vienen del túnel y que se le adherían a medida que iba creciendo, canciones parcas.

El dolor, en este punto, no es más que un cosquilleo raquídeo o levedad suspendida en vasijas comunicantes.

Ya no hay recuerdos sólo ese susurro interminable de los olvidos como en un velorio…

POEMA 5

Las antiguas de mí misma deben haber muerto en fibras blancuzcas, en aserrines tropezándose en sus mismos pies, ahorcándose en sus propios brazos.

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Las otras de mí deben haberse contenido el peso de las pupilas en los pañuelos de sangre, deben haberse colgado en los muros a desgajarse el pellejo a piedras.

Encuentro que estoy hecha de fríos como las otras lo sé porque el dolor de vivir se me ajusta a la espalda y me circula como un hematoma negro.

Voy oscura, descalza como si ya me hubiera unido a las sombras para siempre como si ya hubiera vivido siempre trago cuchillos, me deleito sorbiendo agua sal por las ternillas hasta llenarme el estómago, hasta volverme cianótica.

El dolor es una especie de éxtasis: lloro detrás de la cortina y me gusta cómo mis lágrimas se van espesando. Es como haber ingerido solvente.

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¿Hasta cuándo podré reír? no puede existir un placer tan gratificante como el dolor que me abunda. ¿Hasta cuánto fuego podré tolerar?

Estoy hecha de eritemas como quien guarda alacranes en el cajón y se los traga y deja que lo piquen hasta hacerse inmune.

No hay poción, ni raticida para el dolor solo me queda apretarlo hasta que de tanto apretarlo me vuelva insaciable. Sin embargo hoy no estás y eso si es insalvable es una nueva mutación del dolor. Las otras de mí deben haberse colgado en los muros y despellejado a piedras.

POEMA 6

Ya nadie quiere cuidar de esta mano cuyos movimientos involuntarios han pretendido, dicen, ahorcarme.

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La envuelvo la cubro le doy un beso en la cabecita le arrullo me amanezco meciéndola pero ella nunca duerme está vigilante pendiente se sobresalta al menor ruido y me araña de desesperación el pecho.

Quiere llamar mi atención porque sabe que ya está cerca. Le digo que sea cautelosa pero ella es muy impulsiva. Es peor cuando la máquina de los latidos empieza a bombear toda la noche, sin descanso y no termina de morirse ese pitido en mis ojos o se vuelve a una sola hebra y el hombre de blanco viene con su abulia masculla algún silencio que he olvidado dice algo que no entiendo. Se acerca se la lleva le muele a sondas el cuello.

Él no entiende que ella solo pretendía advertirme. Se la lleva.

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Estoy sola. Miro por el estrecho agujero del parapeto común.

El hombre de la pieza seis se ha levantado y camina descalzo hacia el fondo agitando la pierna como si quisiera lanzarla.

El hombre de las flores amarillas se golpea la cabeza contra la pared repitiendo la misma frase.

El martes arañaba con la cuchara el plato vacío en un ritual interminable de invocación.

Ya nadie quiere atar estos cordones blancos que me crecen cuando llueve, nadie quiere cuidar de esta mano cuyos movimientos involuntarios han pretendido, dicen, ahorcarme.

La envuelvo

la cubro.

Espero.

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EVANGELINA ARROYO – ARGENTINA ANCESTROS MAÑANA 1 es noche y estamos solos en esta tierra sin conjuro sin dios donde el amor es un cuervo de miseria que sostiene 2 entre ídolo y pan entre furia y ceniza hay un llanto de ángel despoblando esta celebración de luna nueva 3 la palabra siempre es magia ancestral es r u m o r o cántico de espuma 4 aunque esperamos latiendo como tambor amanecido esperamos con el mundo y contra él decimos piedra fuego semblanza así como nacemos intemperie y lecho con la mirada ardiente

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5 quién pregunta a los sueños por el árbol de la primera hora quién recibe el designio salvaje de la especie 6 callan los gritos de la diosa madre en el nombre del falo: vienen a buscarla estirpes de fuego vienen a besar su antigüedad de diluvio su sabor caníbal de virgen astuta 7 aquí encontraremos la llave del ensueño la última canción atardecida

MUÑECA DE TRAPO “…y me desnudé más de una vez a la luz de la luna, barriendo miserias en tacones altos…” (Anita Margot del Castillo Muller)

condenada a los paseos por el tiempo semejante a una dama de ajedrez, o cualquier cosa hábil de presagio suciamente amarrada a las patas de tu cama incierta con el vestido andrajoso

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y las uñas viciadas por exceso de tarot inoportuno o brujería a distancia el maquillaje carmín pegado a la rutina los juegos de azar librados al deseo saberte inhabitable duele hasta los labios hurgarte los espejos no consuela a nadie muñeca de trapo: ponete el disfraz de suicidio, es tu salida perfecta

guardamos en el pecho esas previas alusiones al desencanto ese gusto de alondra desterrada en las encías pregunto: cuántas veces habremos de alumbrar las palabras que nos desnudan al martirio de los siglos POEMA CON DESTIERRO cuánto tiempo tendremos para despertar en la trasnoche oculta y centinela de los dioses

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ANTHONY D. MADRID-DUPUIS - FRANCIA- VENEZUELA Hasta siempre Maestro Dedicado a Mario Benedetti Hay sueños destinados a ser poemas Hay vidas destinadas a ser poetas Hay sentimientos destinados a ser un libro Y hay historias destinadas a ser leyenda Mí querido tú Simple y perfecto Inmensamente tú. De la palabra directa tu fortaleza. Del compromiso profundo tu grandeza. Esta inhumana humanidad Pierde a un justo Y el Dios en el que no creímos Gana un poeta ¡Vaya que poeta te has ganado Dios! Y se que te fuiste Con paso apurado y mirada de cristal Tras las huellas de Luz Tras la huellas del amor …¡A revivir el amor! Te fuiste a curiosear al infinito A levantar las faldas del destino Pues tal vez tenías razón… …Tal vez sea mujer ese Dios Pero la verdad te alcanzo Maestro Y a la muerte ya no interesas ¿Es acaso prudente que te pregunte como son los océanos allá? Heredo de ti Mil dudas y una lucha Una esposa con su nombre Y un amor tan grande y puro Como el que profesaste El poeta solo muere

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Cuando mueren sus versos ¿Como has de morir Maestro? Si tus versos son eternos.

ROCIO L` AMAR - CHILE CONCIENCIA al fin y al cabo yo soy una mujer que se corporeizó en un abracadabra del siglo mis crías huachas conocen el juego del papel donde nunca antes han estado esta vez encluecan a territorio abierto como gallipatas arriba desde arriba en los estanques cenagosos el tiempo demanda hablar y esos primitos anónimos esta vez alcanzan el rubio de la tarde de qué otro modo podría ser un segundo on-line y jurar el último amén salivando un verbo intransitivo sin empapelar a dios sobran sílabas por el relieve de mi ausencia un costillar de oscuridades del farallón a la paridera corazonadas de un triste ojo pero el mundo en llamas arrástrame al kilimanjaro túrname las heridas desbáncame el frío desdíchame el picor negro abril se vierte y me divierte

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como doctor honoris causa mesías lázaro esta vez el agua a nivel del aire es un monólogo sobre páginas de un mismo libro maldita cerveza terminaré abrazándome sin ganas. JUAN CARLOS RIVERA - Argentina EQUILIBRISTA A Eliseo Diego, el Maestro. El rincón del camino se hace piel en las pupilas del payaso, quien aprendió a sentir un profundo rencor por cada aplauso inmerecido de la carpa, pero continúa durmiendo con los ojos bien abiertos por temor al rechazo público. Ese rincón se transforma en abrigo sobre las espaldas del mago, olvida sus últimos trucos frente a las luces, anuncia conejos por palomas negras sin ruborizarse ante la mentira inocente. Una varita mágica puede hacerse muro impenetrable ante los ojos del domador, perdió la cabeza por impaciente y aún sus leones le ayudan a buscarla....¿Fraternidad en la desgracia? El rincón se hace caminos en las manos y los pies del equilibrista, quien no teme a los saltos mortales sin mallas salvavidas, y sienta lástima por los que rinden culto a la rutina, como si la vida no fuera caminar perennemente por una cuerda floja.

UN LUGAR EN ESTE MUNDO “(...) en un lugar arcaico y sin orillas”. De Juan José Saer, en El arte de narrar

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Silencio se quiebran los horcones carcomidos por la humedad prolifera el musgo verdinegro de la soñolienta despedida. Los párpados caen como el telón roto de un desaparecido circo de barrio donde el león fue muerto en combate y terminó en las fauces del payaso/ allí donde la explosión hizo añicos los trapecios de la retina y cierto olor a muerte se hospedó en el umbral de nuestra carpa. El azar, esa desnudez de agua mansa para saciar nuestras sequedades busca su resquicio dentro de la casa vacía./ desciende las escaleras y se pega a la bóveda del techo/ se apaga el fuego del hogar sin leñas de la sala. La pereza desciende por las paredes despertando a los ruidos que deslumbran por su decantada precisión. Inocentemente se crucifica la tarde / deja su lugar en el zaguán, donde el viento bate el tedio de la aldaba sorda y herrumbrosa. Después tan sólo el paraíso/ un estrépito de vidrios rotos/ cabezas envejecidas en pasadas primaveras / reuniones que se prolongan sin acuerdo alguno/ desarmaderos de autos que ya no van a sitio alguno. La luz atenazada por la limosna de los que no encuentran su lugar en este mundo.

CUENTO DE HADAS? “Qué difícil ser humano y estar lejos”. De Casa vacía, Odette Alonso. Yo que no vivo en Escocia/ y no he visitado nunca un cementerio de hadas/ ni he estado a punto de tener una doncella del verde color de los bosques/ ni guardo en mis bolsillos la dicha de la eternidad/ y tampoco conozco el misterio de las conexiones pasionales entre hadas y hombres/ ofrezco mi triste ordinariez y mi paciente espera/ para las sacrosantas noches de incomunicaciones clandestinas./ Yo que no nací en Escocia/ ni he visitado nunca un cementerio de hadas / extravié mi dulce paciencia tras el vértigo de tus inseguras alas/ y las pifias de nuestras inconsecuencias y disculpas no confesadas./ En definitiva, ya muy pocos creen en las hadas/ y Escocia sigue siendo un punto remoto e invernal/ que las guías turísticas se empeñan en seguir presentando como el mejor paraíso para los seres humanos.

ROSSANA ARELLANO – CHILE AMO A LA MUJER PÁJARO

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Amo la fortuna de su hombre Amo lo oportuno del destino que insemina en mis alas Amo que abra su boca en mí mano y engendre versos tan vivos que remedien el apremio de mi carne Amo que analice y me adopte mientras succiono de sus pechos la leche consistente que ha de llenar de gozo mi aurícula derecha. Por ella, recojo las galaxias y juego con el sol que me pertenece descubriendola intensa e ingenua a la vez. Me fundas un cimiento estrecho de amistad donde la providencia reconoce mi verso tierra y te hago flor, madre perdida y hallada....

AZUCENA CABALLERO - CHILE LA TIERRA PROMETIDA (a mi padre) Ladrillo a ladrillo construiste la Casa del Silencio desdeñando el testimonio de rebeldes flores buscabas con afán la Tierra Prometida. Tus sueños giran lentos por callejuelas de la memoria, abandonados en las fronteras invisibles del Cielo Prometido.

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Azucena Caballero De "La Conspiración de las Estatuas" 2003

ALEJANDRO CABROL - PARANÁ ENTRE RÍOS ARGENTINA DE IDA Y VUELTA Hacia abajo o al volver, el mensaje siempre es claro, transparente, sanguinario como tú lo quieras ver. Trompicones y caídas se suceden sin descanso, embustes o trueques falsos entre malos entendidos. No sé que intento decir, necesito que me escuches por más que resistas, luches, ahora tendrás que oír. Aquellos choques de fuego son seudópodos de carne mientras nuestras pieles arden, aunque nos lastimen luego. Hacia arriba, a contramano, espejos hasta memorias, intuición del tacto en sombras, sordos instantes insanos. Hay pliegues que no aparecen a la cruel luz delatora o arpegios lerdos demoran y entre tus dedos se mecen. Igual las mareas crecen sin depender de más nada

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tras tus ventanas cerradas con la destreza de peces. Abanicando solsticios se encienden idas estrellas bajo el cielo hay tenues huellas brújulas sueltas al río. Las estrofas se suceden cuales puntos de un telar, quizá enredadas a veces tejer es como soñar. Ojeras, cunas de cisnes. No habla de nada, ríe está salada de fiebre escondiendo la mirada un dejo oscuro y sublime de miedo que le adivinen lo que piensa, se lo calla. Pistas llenas de cenizas serpenteando en espirales hay rastros óseos rituales indicios de esa sonrisa. En sus patios siderales rugen danzas milenarias vagos ecos de plegarias sellando besos totales. Escondite de altas musas baúl renuente a abrir A vieja pregunta muda la respuesta es que sí. Desandando los caminos otros distintos se hallan no es la memoria que falla cambia desde donde miro. Para tenerlo otra vez hay que empezar al revés. Ahora arranca de nuevo el camino sin final basta leer hacia atrás ¿Fue la gallina o el huevo?

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Soneto de cajón Blanca y ocre hojarasca manuscrita agita inmóviles cajones quietos; reptando tiende túneles secretos y el aparato de nostalgias grita su silencio interior, donde palpita alguien con dedos mojados al reto: percibir qué murmura aquel soneto que trae en el ojal la flor marchita. Habla bajo. Sus ojos fatigados intentan rescatar desde el pasado un nombre de mujer que no se entiende. Pasa de largo, enredado en sombras que apenas se atenúan cuando nombra el nombre incomprensible que lo enciende.

GRECHKA LEE MALDONADO - KISSIMMEE, FL ESTADOS UNIDOS Regresa Llevo prendido la llama del amor puesta melodía en flor, ahogando la noche dormida desvelada, acaecida abriendo surcos nuevos en horizonte, -“llevo y quiero” rasgo la nubla, antes ayer perdida entre espinas y delirios desgarrado, quedo mudo recelo

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del destino muerto, incierto llevo el canto, al cielo divina y dulce melodía, afinada a mi cintura con entonadas, de; -“te quiero” delicioso vibrar, en cuerda alba cae tendida desnudez abrigando la dulzura de tus notas que me llevan; entre -“beso y beso” la voluntad perdida, franca armonía aquí expuesto mi corazón mi pecho entregado, -“solo a ti, solo a ti” para llenarte de mis besos para colmarme en tus manos blancas para llenar de ternura y sueños tus ansias calmas, tus ansias flamas llevo lluvia, húmedo rocío frenesí reflejo, al instinto de tus besos cual torbellino cierro, y debo mas plasmo en promesa, el designio, lo cumplido tu espera, tu regreso antesala de tu aliento que beba de estas llamas, ansias llevo tus caricias pintadas al lenguaje del silencio en un espiral de versos llenos de anhelos y sueños descubro las puertas del deseo prendida en tu desvelo, pronunciando madrugadas entre mis sabanas y tu cuerpo

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vislumbro en tu incertidumbre la puesta del tiempo, -“mi deseo, tu deseo” -“mas…no…no…estoy perdida“ te siento cerca, te presiento -“ven amor mío, ven regresa’ ¡No tardes más, que por ti muero…!

VB- URUGUAY Un grito en el papel Esto es un grito en el papel Es una mancha en la esencia de la hoja blanca No existen nombres No hay huellas Sólo una pluma seca Sin tinta Una mano que dibuja, (Una boca que ha sido Besada de letras) un montón de versos en los dedos La sombra de unos tibios pies desnudos

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Un rostro sin ojos que se pierde por el margen mudo del olvido.

ROCIO L`AMAR – CHILE CANDOMBE

"no hay nada que envidiarme... excepto mi libertad, así soy yo. el candombe" / Javier Martínez Corbalán / Cuba . tomasita, . se amotinan los tambores pasarán por el ghetto y usted tendrá su pirulí que la hace hipar de cien mil modos también el tisú del cosmos entre las manos como lírica carnosa . cómo llegan los yoruba al oído arremetiendo pie esqueleto y a la danza . y a la danza, mamá, no hay guión que auxilie eso de echar el sinsabor de la pelvis a la fragua del candombe . a la fertilidad del afro ese húmedo fuego omnipresente . zigzagueante hervorcito azotainas del deseo tótem del orgasmo bocanada que en los cuerpos se inmola . tomasita, . quién toca a quién los obsequiantes del tamborileo en su fantasmagoría o esas miradas que a tontas y a locas emplazan su paranoia .

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vida y muerte y muerte y muerte . dios mío . todos saben cuándo sonreír por el feed-back de tu hosanna . que se rompe en la noche en fogonazos.

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