Programa Ed 29 - Ingrid Odgers

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PROGRAMA RADIO WEB ED 29–Ingrid Odgers

Difusión de los escritores hispanoparlantes

MIGUEL - MÉXICO Ropavejero

Pronunciando por los caminos del alma Mi corazón peregrina en viejas vestiduras Llenas de polvo de sentimientos postergados Esencia a la memoria de la vida abandonada

Esperando el grito que me arrastre A la separación de mi naturaleza Escucho acercarse al arrogante destino De manos de un desolado ropavejero

Clamando por encontrar algo útil, Va gritando ¡Ropa vieja, que vendan! ¡Ropa vieja, que vendan! Mis ojos conquistados con una luz de esperanza A la oportunidad de servir a la subsistencia

Levanto mis hombros a la posibilidad

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Sacudo el lastre de mi pasado corrompido Al inmenso recorrido de los viejos zapatos Que van dejando huellas sin alcanzar

Alegrías se desperdician al abandono Del abrigo que distinguiste a la vida Confundiendo al calor que existe En el espíritu del ser humano

FRANCISCO JESÚS MUÑOZ SOLER - ESPAÑA DESDE LA MÁGICA UNIDAD DE MI VIDA

Desde la mágica unidad de mi vida rebosante de la fragilidad que le es propia me aglutino e intento conocer el sentido de mi fugaz existencia, la que he preñado de principios y objetivos para intentar no deberme nada cuando la gran aliada de la naturaleza me reclame para ejecutar su motivo dar fin a todo lo nacido, pero mientras esa inevitable cita no me alcance sigo construyendo el camino de mi destino

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drenándolo de amor, afirmándolo con razones y despejando su libertad de salteadores; en esa tarea estoy, que sea capaz de conseguirlo se sabrá en el menos esperado de mis momentos, ahora sigo abierto al camino del conocimiento y al de la vida con todos mis mejores sentimientos.

MARÍA DEL CARMEN RUIZ - ARGENTINA

INEXISTENCIA Oculté atávicos dolores levantando mis manos hacia el sol. Fuí dueña de crepúsculos, tempestades y abismos, en calles de lunas sin abrigo. Perdí el sendero, las huellas donde se carbonizó la esperanza. Perdí los delfines rojos, los barcos de papel sumergidos en los charcos. Perdí los días, las noches creciendo en el espanto y Cronos devoró mis octubres bañados de agua pura. Busqué paisajes nuevos que me cobijaran y sólo hallé otro cielo mudo, extraño, sin pájaros ni azul

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y en cada espasmo o falsos plenilunios, escindí el alma para no sucumbir a mi propia culpa. ROBERTO MANZANO (Ciego de Ávila, Cuba, EL JUNTADOR A Zoraya Manso Morales, que salvó este poema Yo junto con dos manos, con dos pies, con dos ojos. Junto, a lo largo y ancho, a través de los aires y los muros. Sobre el suelo me paro, juntando, como un hombre lúcido, como un hambriento de seres y objetos, como un sediento de verdad y hermosura. He visto, en el grosor de la honda búsqueda, que todo sucedió de brizna en brizna. Vi que todo era pétalo a pétalo. Yo conozco el milagro lento de la mazorca, resguardada en una verde lentitud. Yo conozco el portento del potrero y de la página y he visto que fue bulbo a bulbo, letra a letra. Sorbo a sorbo se alcanza lo oceánico. Con el ir, con el deslizarse, con la curva, con la caída y con el número entró el río en el mar, los archipiélagos de las cosas se abrieron. Todo fue día a día, de día en día, a través de los días. Yo junto con dos manos, con dos pies, con dos ojos. Recojo para hoy, para mañana, según leyes buscadoras de ayer, dentro de encontradoras leyes.

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Encuentro porque busco, porque tengo dispuestos los canastos, colocados los brazos para asir al cometa que pasa y al rizoma que yace hacia lo oscuro. Pasó el cometa, hebra crispante de fulgor, por el vasto espacio. Nadie miró al rizoma que yacía debajo de los pies, te acuerdas de aquel breve rizoma de jengibre que un día soterré, y que parecía muerto entre la sombra? Urdí la cuenta, encadené los meses y cuando los caballos quebraron los astros con sus cascos me dije, hundiendo los ojos: Ya está. Ya se siente venir, escindiendo la frente de la tierra, el blando cráneo del planeta, ya se acerca el jengibre sucediendo por dentro de los negros capítulos. Yo estoy hacia el final de la secuencia porque estoy al principio. Estoy hacia la punta de la estrella porque estoy en la vértebra. En la uña del zarcillo, porque ya me adelanto en las raíces. Vine con la primera nube, giré con el primer aceite. Yo estuve cuando se taló la cuna bajo el cielo, y he visto el gajo duro en que te apoyas. En la franja de pasos paso fui, paso soy, marcho de paso en paso, discurriendo sobre el polvo y el lodo. Yo vi bajar al líquido, caer con calma, con el giro controlado del pulso, dentro del otro vaso mientras la transparencia se expandía por el cristal. Yo deletreo las sílabas del nacimiento y la expansión, de la combinación magenta o azul, hasta que la medalla cierra su brillo más redondo. Todo se escancia, y todo se espiga.

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Todo se torna agregación donde se hila el día, cúmulo donde se sostiene el año, y por dentro de toda agregación avanza el eje imantado, que va hacia la enorme completez del cielo. Dentro de lo que avanza yo voy, juntando con las manos, con los pies, con los ojos, con los sudores y la sangre. Aquel que de lo antiguo viene, es exacta su hora con la nuestra: los inmensos tropeles son los mismos, iguales las carencias, y semejantes los desbordes: somos, por ambas partes, los mismos: y cuando nos tendemos caminamos por rutas invisibles en que se nos congregan todos solicitando las mismas ánforas: yo junto con mi paso, con mi voz, con mi sangre, por afuera y por dentro, por arriba y por debajo, junto la gesta del segundo y del milenio sobre tu soplo rojo hasta llenar la copa de mi canto: oh las olas que vienen desde los ademanes de la sangre, oh las olas que vienen por los lucientes deltas de la sangre! Y siempre han de venir, oh hijos míos, oh padres míos; han de venir conmigo, oh racimos, oh galaxias: vamos por el riachuelo más turbio de la sangre, vamos, por los cabellos de la aguda esperanza vamos, por entre las zancadas de los viejos gigantes vamos, vamos; oh hijos míos, oh galaxias, con todos los veneros juntos, con todas las sustancias, con todos los dolores: vamos! Camagüey, 1994

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A ESTE PASO LO DEJARÁN TODO ÁRIDO…

A ESTE PASO LO DEJARÁN TODO ÁRIDO. A este paso, atilas de la tierra, césares segando la flor recién formada, todo quedará seco como hueso lavado por los meses, como un maltrecho omóplato blanco tirado sobre la arena. Qué va a quedar, oh Dios? Qué continente, qué atolón, qué mar entre las encías pardas de los continentes, qué continente recogiendo cosechas y alzando ciudades en los perímetros diluidos? Todo será arrasado. Ya veo venir la cuchilla ultimando, la cuchilla que ya se vuelca sobre sí misma cercenando los propios dedos en que se sostiene para la crueldad y el exterminio. Trancado polvo entre las cejas, oh corazón tapiado. Es terrible ver a lo largo y ancho de los ojos, tener la vista suficiente, armónica con la frente y la página. Se queman los jardines. Arden las umbelas, las espigas, las brácteas, los cañutos. Sudan rápidamente los troncos, caen carbonizados los gajos azules del planeta, los derrames anaranjados de las distancias. Crepitan las carnes, y se evaporan las alas, las mandíbulas, los pelos, los profundos cartílagos. Hierven los nidales. Huyen hacia los últimos humedales las zarpas, las crisálidas, las piaras, los enjambres. Todo se encuentra cada vez más árido. He aquí las costillas del mundo. Superficies de calor por donde rueda el plasma. Los dedos, llenos de anillos luminosos, despiden sus haces suprimidores, proyectan sus conos de depredación sin término.

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Sal al proscenio, poeta. Ven, con tus ojos órficos. Saca un poco las manos de tu ombligo. Oh tú, poeta, que gozas entre los mortales de la gracia de ejercer una repoblación dulce, llena de música y sentido. Todo lo han parcelado, comprado, vendido, expedientado, cancelado. Se fueron en el viento las últimas grandes mariposas y los últimos conglomerados de polen. Todo se va al viento, hacia el viento, tras el viento. La sal subiendo del polvo, el polvo entrando en el agua, el agua pasando al fuego, el fuego derramándose lentamente desde las suelas efímeras. Hay un túnel, ensortijado y movido, como una tromba sin banderas. Sal al proscenio, poeta. Asoma al viento tu corazón de dos alas, y da al viento tu palabra escogida, tu frente de cristal soñoliento y esperanzado. Porque es la hora de la hora, ya sólo queda la hora de la hora, ya es la Hora!

ROBERTO MANZANO (Ciego de Ávila, Cuba, 1949). Poeta y ensayista. Premio Nicolás Guillén, de México, en el 2004, y Premio Nicolás Guillén, de Cuba, en el 2005. Premio La Rosa Blanca 2005. Premio Samuel Feijóo de Poesía y Medio Ambiente 2007. Finalista en el Festival de Poesía de Medellín, Colombia, 2007. Finalista en el Festival de la Lira, en Cuenca, Ecuador, 2007. Ha ofrecido recitales y conferencias en universidades de México, Venezuela y Estados Unidos. Máster en Cultura Latinoamericana. Profesor adjunto de la Universidad de La Habana. Sus versos han sido traducidos al griego y al inglés. Imparte diplomados para la formación de escritores. Tiene un gran número de libros publicados. Trabaja como Jefe de Redacción de Poesía en la Editorial Letras Cubanas. E-mail: poesia@icl.cult.cuEsta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla ; manzano@cubarte.cult.cu.Esta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla

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VALERIA ZURANO* “El gran capitán” (Crónica de un viaje al litoral) FRAGMENTOS

En nombre de quienes lo único que tienen es hambre explotación enfermedades sed de justicia y de agua persecuciones condenas soledad abandono opresión muerte. Yo acuso a la propiedad privada de privarnos de todo. Roque Dalton

Esa tierra de nadie que dormita alrededor de las estaciones… Aquellas monedas que me envolviste en tu pañuelito rosa con flores, monedas para el viaje, yo no quería conocer otras cosas, ir en tren por el campo, escucha, escucha: las monedas, el viaje que somos los muertos, tendríamos que sonreírnos todavía,… Arnaldo Calveyra

Es difícil comprender lo que los parlantes anuncian cuando las horas de espera parecen reírse de nuestra sangre que fluye, en los golpes de la rabia, dejándonos sordos.

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Las cartas del azar intentan jugar la suerte del viaje, como si fuera el destino que aún les perteneciera, cuando el destino ya está en otras manos. Pasa una carretilla chillando con olor a grasa añeja en los engranajes. El ir y venir marca un tiempo. Al final del andén descargan las cajas para la bodega. Sobre las vías destellos de chapitas parecen piedras preciosas, emergiendo en un fondo de granito, que nos guiñan a veces, y nos dejan perplejos, observando ese mundo de durmientes. Nuestro mundo. ****** En Paso de los Libres los viejos venden helados. Picolé- dicen y tocan una campanita que cuelga del carro. Esos no son rostros, esos no son cuerpos de vendedores de helados. Picolé- salen al grito de atrás de la estación, acompañando las palabras con pasos que arrastran encadenados a la marcha cancina del tren, que comienza a alejarse, mientras permanecen vestidos de blanco, cubiertos de blanco, luminosos y encendidos bajo el sol, en una estación de cualquier mundo, fuera de este mundo.

****** Los niños venden botellas de gaseosas que apenas pueden levantar. Van descalzos y se estiran hasta las ventanillas, insisten, se cuelgan de los estribos, esperan las monedas, cuentan, piden, llenan botellas que venden por centavos.

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Ya están esperando el próximo tren; que tal vez, no vuelva a pasar nunca. ******

Norma abre una bolsa. Los niños esperan. Le preguntan si falta mucho. Ella dice; que en cualquier momento llegan, que la abuela los alcanza en Paso de los Libres. Los niños se alegran, también me alegro. El olor a milanesa fermentada impregna el aire. Cada uno, come su ración en silencio, y ella les dice; que también hay manzanas. Y sigue revolviendo.

Se

escuchan sonidos de miles de bolsas. No quita los ojos grandes y oscuros del fondo. Tiene las manos delgadas pobladas de costras, cansadas de llevar, atadas siempre atadas. Ahora, los niños piden agua, tienen sed. Ella les dice: tomen el jugo de la manzana. Los niños entienden y dejan de pedir.

*****

Invitan el vino tinto y caliente en la noche de los trenes. Esta sed que no culmina. El deseo inquieto de colmarnos. Siguen las estrellas bajando del cielo. Caen en la inmensidad. El infinito plan de acercarnos.

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La perversa ecuación de pensarnos ajenos. ****** No hay alguien en todo este tren que no cobije una pena. Dudo sobre el destino. Desde la ruta los camioneros nos saludan, Ellos tampoco lo saben. El camino en la palma de la mano, en las venas de los ojos. Dudo sobre la lentitud de este tren, a veces me parece veloz, tan veloz, que se eleva por las vías y resume puentes y ríos y corta el viento en tajadas. Saluden a los camiones. Agiten sus manos, asomen sus torsos por las ventanas y saluden, siempre saluden, porque vamos muy solos y nadie más ni menos, siempre solos, parejitos, igualitos. Saluden al caminante, al andariego, al extraño para mitigar la distancia. No creo que este tren me remonté a otros trenes. Trenes de esclavos o prisioneros. No creo, pero dudo. Dudo que lleguemos antes del anochecer. Dudo que realmente nos merezcamos esta agonía. Pero siempre saluden para llegar más rápido. ****** La miseria son brazos que entran y mendigan, son estas manos que me cuelgan mugrientas de los hombros, son los hombros que llevan y arrastran, es el peso infinito de comprender que los objetos se gastan, que la ropa se hace harapos y siempre son los trapos colgando de la soga. La miseria entra en las

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grietas de la piel, en las muecas, en las uñas; es la falta que justifica los motivos, cualquier motivo. Hay que engañar el tiempo. Me engaño. El rostro se refleja en los vidrios de la ventanilla. Nos miramos. Ambas nos miramos. En la miseria de estos huesos flacos, en el movimiento continuo del vagón, en esta triste cuna del rincón olvidado; sintiendo el hambre que crece dentro de las tripas. ****** El espejo en el fondo de mi plato de pobre. Así, como este que ahora ves, en el lustre de un cuenco, reflejado y distante con algunas cebollas. Así, en las ansias de los que están perplejos mirando las sobras de algún otro plato. El amor; los huesos bien pelados y blancos sobre el plato ajeno. ****** Dejaste un caracol sobre mi pecho para que en su recorrido marcara los límites donde se fundaría mi pueblo. Como la primera gota de lluvia que cae en la tierra seca, entre el espacio infinito de una grieta, deslicé las manos por las hendiduras de la tierra húmeda y perfumada. Ese es el diminuto espacio donde un pueblo fundó mi pecho. ****** Los viajes dejan rastros en el cuerpo. Los viajes hacen escaleras y túneles en el alma. Es la sombra de los que se quedan, lo que nos acompaña. Es el

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recuerdo de la distancia, que luego sigue pasando y pasando como el agua, como las nubes sobre nosotros. Nuestras vidas; viajes con destinos premeditados, para los habitantes del Sur.

Libro Editado en Chile, en Enero de 2008, por Ediciones Cortina de Humo.-

*Valeria Zurano nació en Buenos Aires, Argentina, en 1975.

Ha editado los

siguientes libros; Barco en llamas (poemas y cuentos, 1999) en forma independiente con el sello de autor; Escritores Independientes Unidos. Las damas juegan ajedrez (Poesía, 2007) Ed. Alción, Córdoba, Argentina.

El gran capitán-

Crónica de un viaje al litoral (Poesía, 2008) Ediciones Cortina de Humo, Chile.

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Poemas de Silvia Loustau XIX al fin no queda más que un día desnudo. un día de soles encendidos / un día sin infancia / un día de uvas rojas / un día sin nombre. sin estrellas. un día en el que nadie encenderá las lámparas. un día sin esperas / ni acertijos / un día de espejos empañados. el día que seremos sólo un puñado de cenizas.

XXX conoce el lenguaje de los astros su esplendorosa melodía antes que el andante del tiempo comenzara. años antes de su nacimiento el augurio de luminarias

y

planetas

marcaban su destino

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desde el primer centelleo del sol al polvo de sus huesos. todo lo que es

y

será

está anunciado por el danzar del universo. al paso del majestuoso crónica anduvo de la oscuridad

a

la luz

aprendió el poder de lo escondido / lo enterrado / lo inconsciente. y supo que el retorno será eterno.

XXXIII la arena del tiempo sube trepando entre los dedos. vuelve a descansar en la palma de la mano. no ha cambiado se estuvo transformando en lo que siempre fue.

XVIII miró el mar y no canto aleluya .

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conoció la precariedad de instantes grises y no cantó aleluya. transitó el sonido de brillantes días y no cantó aleluya. se tocó el cuerpo estaba entero y no cantó aleluya.

II soy más que esta carne / estos huesos / soy más que los propios hechos. nás que una mirada / más aún de todo lo recordado . alguien extendió mi nombre sobre el cristal del tiempo / para que volase / como una grulla / más allá del mar de los días.

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KARINA FALCON

“En cuanto un animal se trastorna, comienza a parecerse al hombre... Observa a un perro furioso o abúlico: parece como si esperara a su novelista o a su poeta.” E.M. CIORAN

UNO (o, no se trata de un texto de motivo griego, de mito, logia, etcétera) No hay hábito más oscuro que el velo azul del agua, de grises, marrones o combates míticos donde aparece la sepia cuando la mujer está a punto de morir en forma de ave o lobo marino.

Mis hijas encantadoras:

Proteo león serpiente cerdo agua árbol;

bajo

el mar desollado la pregunta de: ¿cómo volveré a Troya? el olor a bestia, al ánimo paciente

mar

mar, mis hijas con ojos abúlicos, y tú,

cresta que traza y se traza

en el sortilegio de la fronda blanca no dices,

huyes

para escribirte agua inconclusa : reticente de negra estría, mercurio

-también luna.

Viejo lobo sabes del tiempo

¿debo romper el mar para conocer tu labio que es el mío? ¿volverme sepia para franquear tu velo y tender la trampa? el verbo nos quiebra Mejor que el centauro no traicione, y robe a mis hijas sus disfraces, pues ellas me renunciarán.

Si del mar

se trata, la mujer acude terrible y siembra su risa bajo el cinismo, se esparce sobre el lomo de la sepia y acribilla al padre

hombre

o escritura.

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Si vive detrás de la roca, el mito inicia en la marejada de cabellos espesos o luz de naturaleza que dibuja monstruos en nuestro imaginario. A lo lejos, Circe nos da la espalda...

DOS El agua es también /mira/ lugar de lo absurdo, actos de juego, el ejercicio de la forma. Mi lugar es la orilla de océano

y

sol

y

medea.

La voz convierte a la fiera en cabellos círculos para intentar no volver a casa. Acrisolar tu hábito es desvanecer en tu cueva será el juramento y los clavos de azogue que suturan tu corazón, mi evasiva. Nombrarte, Circe, comprender la sabiduría del cerdo, la humedad del aire sediento, fragmento de mi rostro: fragmento de cuerpos que ante tus pies deambulan. La tierra parió a mis hijas en desvaríos para gritar la verdad del héroe león o niño. Cae su fuego, y el cúmulo de certezas vuelve a su redil. Mi madre concibió entre sus muslos a un monstruo estéril para iniciar el mito y la escritura de lo indeterminado. Lo tenebroso, el no lugar donde habitas es también la morada de mis hijas, que no se cansan de cantar su locura. La cueva es un margen, y el jabalí en postura vertical decidió construirla a imagen humana semejanza: No pretendas conocer lo que sucede bajo el velo del mar, no hay lugar para ti en este sitio. 19


Apenas en toda su crueldad me rozó, comencé a sentir los músculos hinchados, la piel y pocilga, sentí alma; no solo me debía al hombre o dios, pero también a la ninfa que nace de escamas y florituras que cuentan mi rostro. La serpiente devora al mundo y comienza a temblar la mirada, el árbol se escribe piedra y desde ahí otra boca nos mira, comienzo el trazo de a Medusa...

(de Corset, o de la luna envuelta en papel de estraza que promete luz como minucioso desvestirse del amor)

I Or are you Only the other half Of an ego’s necessity Mina Loy “Love Songs to Joannes”

Hay bajo el pétalo acaso las palabras gastadas de este amor habitual por ser tardío, por querer ser hilván -hilillo- en el muñón que es tu lengua, y sal en el cuerpo. Te sigo ferviente amor, ¿sabes? como si también supieras que yo no suelo decir te sigo ferviente amor. Como si regresaras esta noche a estas palabras vivaz por saberte en ellas, y en decepción te fueras muy de madrugada por encontrarte en los huecos, huecos del alma que dice. Yo se que no te gustan las líneas ligeras en el poema, que odias que escriba vivaz por saberte en ellas o huecos del alma que dice; que como en todos los poemas también en éste me dejarás muy de aurora, con la espalda desnuda, con frases conocidas que dicen un beso que no me darás y el labial corrido. Primera frase que dice un beso que

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no me darás… Segunda frase que dice un beso que

y así sucesivamente hasta

que este fragmento tenga un andar soso y a todos les parezca repetitivo y de formas reiteradas y vano asunto. Sin embargo, no busco que estas palabras signifiquen, solo quería decir del amor:

pero esa frase es aún más torpe y

letárgica. No importa. decir. Pudimos haber dado a luz una mariposa con los poemas de Gerardo Deniz impresos en cada ala (pero dicho de otra manera. No importa. decir. Constelaciones en mar abierto, (pero dicho de otra manera. No importa. decir. “ ” ”Erase una vez” ” ”, (pero dicho de otra manera. No importa. Decir. Siempre he sabido lo mío como ripio y lugar común.

(de CORSET o de la luna envuelta en papel de estraza que promete luz como el minucioso desvestirse del amor...)

II Espero de ti que te desbarates en tu anonimato: Aquí no está tu nombre Quiero rasgarte hasta hallar los vestigios de las palabras

pero cierro los ojos:

Aire amoroso de un bosque solitario que es ciudad y es desierto y sílice y piélago y duna y todo

porque mis dedos blanden un puñado de hojas blancas

donde mis sentidos permanecen abiertos: No puedo dejar de leer a Pinter no puedo dejar de leer a Pinter y pensar en sus héroes con tu semblante cuerpo

mirar en la mujer árida y excéntrica los jirones que soy

y tu no puedo 21


dejar de pensar en dos besos cuando menciono solo un apellido

pero es que

lo escribí: Aquí no puede estar tu nombre Te digo y no son tus ojos lo que digo o tu corazón o boca o rostro pero te estoy nombrando con insistencia ¿Te das cuenta? :Estás siempre en el poema pero yo no puedo resistirme a pronunciar tus equivalencias Lo decidí y camines junto al mar

esta vez

quiero que cierres tú los ojos

como presintiendo su borde como creyendo en la

carbonización del agua como si pudieras saber que pronto diré fragmento concluido y en esta frase dejas de existir. (de CORSET o de la luna envuelta en papel de estraza que promete luz como el minucioso desvestirse del amor...)

IV Quise llamarte Orfeo para que nunca dijeras mi nombre/ para que me aclamaras Eurídice/ ojos tristes, si quiera Sofía/ que no te importara que desaparezco cuando me digo/ que no te importara darle paso a otros que eres una vez tu nombre:/ aquel, que pende del árbol en el collado a espaldas de la ciudad/ tus pies rasgando el cielo/ casi intentando la palabra en imposibilidades/ Eres mis ojos hacia el espejo donde ya no existo/ donde me miro y es mi cuerpo tu beso a otra pestaña-boca/ a otra tu bendición/ a otra luz tu uña/ Abandonaste a ella en un poema/ pero ella te sigue nombrando ¿sabes?/ no es la misma/ no son los mismos cabellos o el mismo desquicio o abandono/ no es su locura la misma/ pero son los mismos pies al cielo/ la cuerda con la que ató tus tobillos para conocer el nombre de dios que es el anonimato de ella/ esa cuerda que aún se enreda en sus muñecas para detenerte el tiempo y calmarle el paso del tiempo/ Ella es una imbécil por hallarse en la voz del poema/ por sostener una soga con ambas manos y romperse la carne mientras anda por la ciudad gritando tu nombre/ es ella la que se encuentra y se habla en fragmentos porque no sabe otra manera de asirse y 22


verse plena/ Es ella una imbécil por escribirse en tercera persona/ (como si creyera que tú pensarás que ella es otra, como si creyera que tú no sabes que es ella quien escribe este poema)/… /Quise nombrarte Orfeo/ porque sabía que cuando al fin volvieras el rostro para mirarme/ para al fin mirarme/ yo sólo sería un puño de sal en la tierra.

Karina Falcón (Ciudad de México, Junio 1984). Autora de Cartas (Alemania,2003) y Devoción (México,2006). Miembro del consejo directivo de Ediciones Arlequín y ARCA: Revista de Literatura y Filosofía; miembro del consejo editorial y mesa de redacción de la revista Asfáltica y Periódico de Poesía de la UNAM, respectivamente.

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YOEL VENTURA RIVERA, HUÁNUCO, PERÚ LÁGRIMAS DE UNA PALOMA SIN CORAZÓN estaba lloviendo, es como si Dios estuviera llorando por lo sucedido. Miré a la luna y le dije: sólo tu serás testigo de lo que sucedió aquí Más ella respondióme diciendo: no, joven caballero, también las estrellas son testigo, entonces miré el cielo y allí estaban las estrellas silenciosamente se encontraban contemplando todo lo sucedido.

ALICIA PEREDA - CHILE * Fragmento Mi patria es un pedacito...( de Mariposas en la ciénaga) Mi patria es un pedacito de luna atrapada en un espejo de nieve y algas Un pájaro sin voz encerrado en su jaula de arcilla y acero Es una imagen diluyéndose en los transparentes ojos de los sedientos lagos andinos Mi patria es un grito animal 24


hendiendo el silencio y el reposo Sangre, sudor, muerte grisú explotando en las frías noches de Arauco Es un violento crujir de capas subterráneas que vomitan su rabia desde los agrietados pezones donde mama la Cruz del Sur Es el ingrávido vuelo de cóndores de acerados picos que se llevan los despojos de los últimos pueblos que engendró un día la Pacha Mama Mi patria es un batir de olas reventando en su seno una mañana cualquiera Es un trozo de cobre hecho esperanza en la olla del pobre Un badajo oxidado Un trozo de cielo colgando hacia el abismo que se abre a sus pies y se pierde en un mar de azules aguas.

VERSOS DE DOS...( Sergio Rodriguez Aranís y Alicia Pereda S.) Me embebo del olor acre de tus piernas aceradas 25


Tal esa piel que muestras entera Entera te recorro con hambre hambre adormecida en tu silencio Que maña tan procaz de tus aires Aires de señora abanicándose tendida bajo la sombra de la noche Tan suspicaz en la forma tribal de tus labios Labios mordiendo las palabras de este poeta que en tu piel baila

SERGIO ANDRES RODRIGUEZ -CHILE ARS DOS (OFICIO) Mi verso me agarra me usa mi verso es proxeneta aprovecha de cavidades usufructa mis aeroplánicos silencios Grande desdicha esto! y ser y nunca ser el sofisticado vividor callejero sin mapas u horas sin Góngora o tenedores serviciales bueno sería ofrecer el mundo

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a quien quiera comerlo y dárselo en verdad dárselo totalmente ajeno de culposidades Cualquier cosa Pero mi cafiche verso espera acurrucado su periódico vino crece y descose mis ratos habla con mal humor de mis descansos entorpecidos me trata y me destrata a su horrísono antojo mi proxeneta verso mi celada ultrabierta MARGOT DEL CASTILLO - CHILE SIN TESTIGOS Abrázame desnuda que reté la madrugada oliendo a durazno en flor. Deja fuera la calle, brújula dolorida y llena con tu espacio la locura de esta trampa... Ámame en ruleta rusa, sin testigos, será mas fácil

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mañana. Declaré ante los jueces que no existe culpable, que embriagada de soledad extravié la vida habitando cada víscera que grita tu nombre. Abrázame desnuda que el sol golpea la ventana y el mañana se prepara a salir de cacería.

SECRETO Este deseo nuevo devorador y subyugante se mete en mi sangre a golpes de suicidas.. Y heme aquí, descarnada de dulzura, desautorizada de miedos, aguijoneada de sombras. Enceguecida. Y soy paso presuroso a final de tragedia, lujuriosa de macho, antojada de filos.

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Sometida. Condenada prisionera gozando rabiosa, del dolor acervo, del placer oscuro. Primitiva. SIMPLEMENTE Esta sangre que duele en su intención de vuelo desvergonzando notas. Simplemente... silencio. Estas palabras truncas acaloradas y ciegas que van aflojando versos. Simplemente... cadenas. Estos ojos trémulos de llanto ahogados apagando estrellas. Simplemente.... pasado. Esta voz que llama por las noches herida reclamando lunas. Simplemente .... vida. Este nacer temprano

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acariciada de sol inventando sueños. Simplemente ... amor. Un nombre que recuerdo en beso que agobia desatando amarras. Simplemente ...memoria. Y este canto solitario desvelado de confianza que arremete con furia. Simplemente ...esperanza

AZUCENA CABALLERO SOL DE INVIERNO Un rayo de sol en invierno hiere mi corazón que late apresurado a golpes de sangre. En mi cabeza un torbellino no cesa de girar y mis ojos inundados lloran dulzura.

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El amor vive voluntariamente preso en cortejos de voces invisibles. El sol trae mariposas ciegas calcinadas en su propio fuego. Desde la distancia un alma anhelante ... Espera ... Azucena Caballero 2009 de mi libro inédito "Los Cardenales de la Memoria"

MIGUEL-MEXICO Esa mujer En la ausencia de tu febril amor Mis ansias trastornadas se elevan Invocando esa serenada perfidia Ojos ciegos imaginando caricias Mis labios esquivos ungieron En mis madrugadas de desvelos El quebranto de mis sustancias

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Que humedecieron pasión en tu piel Tus manos fundieron mi frigidez Excitación que abruma mis ganas A la imaginación tejedora de traiciones Arrojándote sin juicio a sus brazos Enredo vestido de mujer apenada Que viaja de la mano del desliz Abrasando desconfianza del silencio En la distancia del pensamiento De la desolación llegue a ti Espejismo llamado seducción Que sonríe en la espera de gozar Del rechazo indultado del dolor

PABLO CASSI ¿Y qué es la Vida en Nueva York ? Cuelga su nombre calcinado / en un oscuro edificio / con violencia transitan / los comentarios de la noche , / el quejido urbano que enciende el pánico / y puebla de peligro kilómetros cuadrados de indiferencia. / La Gran Manzana, tiene otras historias que se suceden, / el Squard garden y el éxodo hacia la nada. / Un inmigrante latino ora por los últimos difuntos, / escribe de puño y letra / un epitafio en las afueras de Wall Street ./

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< sobre los abismos fatales y ocultos / la tierra prometida es una quimera > Entonces, ¿ qué es la vida en Nueva York ? / ¿ una silenciosa nómina de transeúntes ? / ¿el alma que abandona el cuerpo sin previo aviso ? / y regresa en espiral al otro lado de la frontera ? El peso compacto de la existencia / transita de la mano de la miseria , / condena a vagabundos e ilegales con aspecto latino / Este es el paraíso / de millones de inmigrantes que perdieron su identidad / y caen abatidos en cualquier calle.../

BÁRBARA YERA DIBUJANDO SIGNOS EFÍMEROS

¿Cuánto falta para Jerusalén? F.G.LORCA ¿A dónde voy a mirar entonces? LINA DE FERIA

Esta felicidad de mirar por los visillos como ronronea el agua sobre plañideras.

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No conoce la danzante de mis ruegos, de mi lástima por el desdichado maniquí.

Rostros mansos, si supieran que guardo una postal y escribo bellas cartas a los muertos.

Es el mes de las guirnaldas y las cenas, de frutas en lontananzas. Bermejo ha de ser el vino para tales ocasiones, quizás algo transparente.

Mientras recojo mirlos y otras sutilezas las luminarias levitan. Lloro entonces por la amada de mejillas púrpuras que en otros tiempos me ofreció eternidad.

Suerte la del grumete, blasfema y nadie se sorprende.

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CON CIGARROS, TAZAS DE CAFÉ Y UNA LARGA NOCHE SIN SUEÑO

...que es necesario que soñemos y en soñar perdamos la vida y aún soñemos? Saint-John Perse

Hago este cántico a la gracia con que leía la pitonisa. Los perfiles solazados al vórtice de la luna. Todo fluye, resbala, nada importa. No llores a las pasionarias no vuelvas a creer en la mimosa silueta de las reinas vigila al durmiente escandalizado por los senos de la amante.

Llegó con la insospechada confusión de perdurar ahora nada debe avergonzarte si nadie mira el trazado hecho a contraluz por la mano de la víctima arroja al mar los embrujos del orgasmo.

Se marchará creyéndose sabia ajena

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a la inocente ilusión del deambulante pez que sueña con las parcas. En el mes de las espigas volverás a enamorarte.

BÁRBARA YERA

COMO SUEÑAN HUMILLARNOS

Es inútil que esperes los barcos en el puente anunciaba el hombre mísero. Ebrio como si escuchara el sonido de los naipes “busca con urgencia una modesta casa de huésped mientras dure la arrogancia”. Ya es demasiado tarde. Repetía para usar desde el mástil las ondinas la de la foto cruzará por barlovento, trae encargos. Debe cuidarse el jugador enfurecido, su peregrina evanescencia acerca los desvelos.

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RESURRECCION DEL ELEGIDO a René Coyra Guarda algo para el invierno arengaba el amigo no ves que sobre el lomo desnudo de los belfos se oculta la diminuta verdad de los soberbios. No sigas escondiendo mensajes cabalísticos en el único aposento donde resuenan los címbalos.

Sin necesidad de los excesos, vuelve a ser feliz. Nosotros necesitamos certidumbre un mínimo agujero donde guardar el pan donde agazapar los besos.

La ausencia puede ser el más brutal de los despojos o el quejido memorial de los insomnes. Vuelve tranquilo, organiza la casa y acepta lo que queda del conjuro.

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JULIA DEL PRADO -PERÚ BREVE BREVE CADA DÍA

abrazada camino con vida b r e v ebreve

cadadìa

abrazada ando a su cielo ceñida a s u o m b l i g o

abrazada a mis incógnitas viene cada ola de mar su infinito y hoy a mivida su sustento

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amor fresco enalteces tu contenido y mi continente noajeno

te espero en abrazo en nuestro campo que se cultiva y menos mal florece

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