Eugenio Espejo

Page 71

SERIE ESTUDIOS

la mayor evidencia del marcado celo católico de su autor, siendo una clara muestra del “filósofo cristiano” que fundamentaba la preeminencia de su proyecto educativo en los principios de la razón y la fe. La carta de La Graña, si bien ajena a la intención primordialmente comunicativa de los sermones, destaca por su profunda sapiencia de temas religiosos con una precisión diríase científica, lo cual pone en evidencia lo ya planteado sobre Espejo y su visión del mundo. También de esa primera etapa es el interesante texto que hoy en día se conoce como Dedicatoria del Tratado de Longino (1781)88, y que apareció como prólogo, introducido a manera de dedicatoria al Sr. D. Blas Sobrino y Minayo, a la traducción que hiciera el propio Espejo del Tratado de lo maravilloso y lo sublime, de Dionisio Casio Longino, hecha a partir de la versión francesa de Boileau-Despréaux, y acompañada por

una traducción de la Oración moderna de la elocuencia, de Antoine Léonard Thomas89. En este texto —que incorpora, sin dar crédito por ello, casi todo el prólogo del propio Boileau-Despréaux— se continúan reiterando las nociones ya discutidas hasta aquí: el propósito educativo de la reforma ilustrada, la concomitante necesidad de mejorar los estudios, la observancia de la moral católica, etc. El mismo hecho de que el propósito sea introducir la traducción de dos obras dedicadas al trato del estilo sublime y la elocuencia muestran la continuidad de ánimo con lo que se había dicho ya en la trilogía educativa. También es significativo a este respecto el acto tan espejiano de ocultar su paternidad del texto bajo el anonimato y a la vez aprovechar ese encubrimiento para inmiscuirse en la discusión planteada en torno a la autoría del Nuevo Luciano90.

88 Dedicatoria del Tratado de Longino, de aquí en adelante nos referiremos a esa edición

con la abreviatura TL. 89 El texto de Espejo fue publicado por primera vez por Manuel María Pólit Laso junto a su artículo

“Un hallazgo literario”, en Memorias de la Academia Ecuatoriana correspondiente a la Real Española, Nueva Serie, Tercera entrega, Quito, diciembre de 1923, pp. 199-231, con base en un manuscrito que él dice haber conseguido de Doña María Josefa de Ascásubi. Del texto de Longino, traducido y prologado por Espejo, se prepara actualmente una edición, a cargo de Carlos Paladines. 90 La dedicatoria del Tratado de Longino aplaude “al patriota estimable que se encubrió con el título

de Luciano”, resaltando en él “su aplicación infructuosa, su vasta escogida lectura, […] su pundonoroso benemérito intento” (TL, p. 225), al tiempo que dice tomarle la posta en la traducción del tratado de Longino, según la había ofrecido Mera en uno de los diálogos del Nuevo Luciano. Se ignora si el texto fue difundido a manera de manuscritos como había ocurrido con la trilogía educativa, y se especula, al contrario, que tal prólogo nunca vio la luz durante la vida de Espejo. De hecho, Pólit Laso hace notar que el prólogo de Espejo está incompleto en su manuscrito, quizá porque en realidad nunca fue terminado.

69


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.