¿FILANTROPIA? Por: Juan Merlo Leno. Ingeniero Militar. Los hechos del pasado nos llegan al presente, no sólo como recuerdos, sino como realidades y que en algunos casos, constituyen elementos integrantes del historial de un personaje o una entidad. Se trae a colación este introito, precisamente, para reseñar, gracias al socorrido recurso de lo anecdotario, un episodio que involucró directamente a nuestra ex Fundación y “salpicó “tangencialmente, a nuestro epónimo Gral. José del Carmen Marín Arista. En efecto, en Marzo de 1993, la Directiva de la Fundación presidida por el Gral. José Sotero Peirano, recibió un oficio con carácter de urgencia del entonces Departamento de Control de Organizaciones Civiles, del Ministerio de Justicia, por el cual, nos llamaban la atención por no cumplir con las normas administrativas que nos correspondían como Fundación. Antes esta imprevista situación, el Gral. Sotero designó al Gerente, Crl. David Matto Fernández y al autor de esta nota, para constituirnos al Ministerio de Justicia para las aclaraciones pertinentes sobre el particular. Efectivamente, fuimos recibidos por el Titular del Departamento de Control, quien nos sorprendió al señalarnos que hasta la fecha, después de 10 años de creada la “Fundación MARIN”, no habíamos inscrito el nombre del Presidente Ejecutivo nombrado por la entidad o personaje filantrópico y tampoco les habíamos remitido los correspondientes presupuestos anuales según las normas establecidas, requisitos para el control de las exoneraciones de impuestos de las entes filantrópicas. Como es de prever, nuestra reacción inmediata fue el señalarle al citado funcionario que nuestra organización, no tenía Presidente Ejecutivo, sino, un Presidente de Junta Directiva nombrado por elección de los asociados, puesto que nosotros constituíamos una agrupación de militares en retiro,
que se financiaba con sus aportes mensuales y además, el control le correspondía a la Asamblea General. De aquí, precisamente viene lo anecdótico en lo que respecta a la “Filantropía”. Puesto en evidencia lo que era nuestra organización, se aclaraba el equivocado concepto que tenía el citado Gerente, que al inicio de nuestra entrevista, nos espetó: “¿Quién era el filántropo de vuestra organización: el Ejército o el Sr. General Marín? Le respondimos que era utópico pensar que el Ejército actuara como filántropo, y mucho menos, el Gral. Marín, “salvo que se consideren las virtudes, conocimientos, ejemplos y éxitos profesionales del Gral. Marín, tanto en el ámbito castrense, como en el civil, una fuente filantrópica en beneficio de una institución, ¡Entonces si podemos considerarlo como filántropo!”. Como corolario de lo expuesto, se acordó con el citado funcionario, nuestro compromiso de cambiar al régimen de Asociaciones en correspondencia con el Código Civil en vigencia. Tarea que llevamos a cabo, siendo reconocidos como “ASOCIACION DE INGENIEROS MILITARES GENERAL MARIN” el 17 de Setiembre de 1993.