indieHearts Mag 08

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indiehearts MAG b DIRECCIÓN EDITORIAL / EDICIÓN EDITORIAL Judith Gómez Machado / jude@indiehearts.com & Bárbara Pavan / barbara@indiehearts.com DISEÑO GRÁFICO / DISEÑO EDITORIAL Pablo Caro / pablocaro.dg@gmail.com COLABORAN EN ESTE NÚMERO

CORRECCIÓN

Juan Pablo Lima Eric Olsen Carla Fumagalli Bárbara Villoslada Federino Arballo Pilar Renau Nicolás Miranda Gustavo Ariel García Augusto Dallachiesa Paula Arrarás

Carla Fumagalli Judith Gómez Machado Bárbara Pavan

Tomás Fernández Fiks César Guaragna Mariano Fiochetta Ayelén Cisneros Linda Sjöquist Daniel Gutiérrez Martín Bordoy Emmanuel Patrone Juan José Méndez

FOTOGRAFÍA Nadia Guzmán Anita Filipponi (Planeta del Cangrejo) Diego Fioravanti (Gigriders) Candela Gallo Tomás Correa Arce Guido Adler Gon De Fazio Luciano J. Weimer Noelia Balderrama Pablo Caro FOTO DE TAPA: Candela Gallo ILUSTRACIONES Marcos Pablo Martín Zamora Sofía Gatti Guillermo Meza Las imágenes utilizadas en este número no tienen fines comerciales. En caso de que el autor de alguna de ellas deseara que fuera removida o figurar en los créditos de esta publicación, por favor contactarse a hola@indiehearts.com

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Por Judith Gómez Machado

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hat would remain to me if this art of appropriation were derogatory to genius?”, parafraseó Emerson a Goethe en su ensayo Quotation and Originality en el siglo XIX; y la pregunta llega casi por inercia: ¿Qué tan absurdo sería intentar comprender aquel recóndito espacio en nuestras mentes destinado a la creatividad? Original, copia, cita, repetición o sampleo. Todo vale y se renueva en el vertiginoso collage que vivimos a diario y, más aún, en la música. En este número, el primero bimensual, la agenda está marcada por las disímiles y suculentas visitas de abril y mayo a suelo argentino, meses agitados a nivel shows si los hubo. El strike back del mayor de los hermanos Gallagher, la explosión Foo Fighters, la vibra del joven y singular James Blake, el ícono Thurston Moore, Justice, Mogwai, Friendly Fires, la leyenda viviente Bob Dylan, Chromeo, Cage The Elephant, Little Dragon, Tune-Yards, Nada Surf y la lista, para quien no lo hubiera imaginado algunos años atrás, continua. Además de que charlamos con algunos de los protagonistas (como el caso de Daniel Lorca de Nada Surf o Birdstuff de Man or Astro-man?), decidimos crear un especial fotográfico para poder abarcar gran parte de las coberturas. Las columnas, por su parte, nos ayudaron a descifrar y conocer un poco más el universo de artistas como Fiona Apple, Dylan y The Vines, y a analizar la mixtura de los sonidos folklóricos y cariocas que desembarcaron en Buenos Aires estos últimos meses. Además, mientras que el perfil iH estuvo dedicado a la chaqueña Paula García, más conocida como Sobrenadar; presentamos una nueva entrega de los mejores tracks de los últimos dos meses, según iH, y hasta un comentario sobre el libro Ahora, Antes y Después, con las conversaciones entre Gustavo Álvarez Núñez y Daniel Melero. ¡Qué viva la mezcla!


4. SUMARIO

SUMARIO

SHOWS

COLUMNAS Nicolás Miranda 20. 26. 26.

Bob Dylan: La canción sigue siendo la misma. Las manos de todos los chetos arriba: cumbia amazónica en Buenos Aires

Justice: alma de banda en escenario electrónico.

Juan Pablo Lima Thurston Moore y Kurt Vile en Niceto.

22.

The Vines: la salvación y la muerte del rock.

Carla Fumagalli 30. El líder no perdió su magia: Noel Gallagher en el Personal Pop Festival.

Juan José Méndez 36.

La vibra que faltaba: James Blake en La Trastienda.

Fiona Apple: de este fruto no has de comer

Melero, el testigo del instante

3 PREGUNTAS CON... Una charla rápida con Criolo (BR), Lucas Meyer (UR), el sueco Azure Blue y Los Coming Soon (AR).


#iHMag/ 5.

ENTREVISTAS 40.

Nada Surf: la humildad de las estrellas.

42. 42.

Man or Astro-Man?: “Nunca fuimos puristas del surf rock tradicional”

44. 44.

Chromeo: “Business Casual es la versión más sofisticada de nuestro sonido”

PERFILES IH Sobrenadar, la música de todo lo que flota.

53. PRÓXIMAS VISITAS INTERNACIONALES 54. TOP 20 TRACKS (por Gustavo García)

especial fotos Una selección de las mejores fotos de los últimos shows (por Pablo Caro)

DISCOS The Magnetic Fields / The Flaming Lips / Miike Snow / Graham Coxon / of Montreal / The Shins y más!


8. SHOWS / Justice


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Justice:

alma de banda en escenario electrónico Por Martín Bordoy & Juan Pablo Lima Fotos Guido Adler & Tomás Correa Arce Ilustra Pablo Caro

¿Banda de rock o músicos electrónicos? Compartiendo un poco el espíritu de ambos, los franceses de Justice se presentaron nuevamente en Buenos Aires. Elegidos como el plato fuerte de la primera edición del Ultra Music Festival, el dúo entregó hits y repasó su carrera.

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l sábado a la noche, bajo el marco del Ultra Music Festival, se presentó Justice por segunda vez en Argentina. Varios ingredientes sumaron expectativa al show del dúo francés: era la oportunidad para aquellos que no pudieron asistir a aquel carísimo y poco promocionado primer show en La Trastienda; el hecho de que venían con toda su escenografía y parafernalia característica; que traían bajo el brazo su segundo y brillante LP y el debut local de la franquicia de UMF, tal vez la fiesta electrónica que destronó a Creamfields como la más importante a nivel mundial. La mesa estaba servida. Sin ser eruditos del género podemos disfrutar de la música electrónica sin problemas. La defendemos ante todos aquellos que citan a Pappo a la hora asistir a un evento de esta índole. Teniendo un headliner como Justice, la mayoría de los asistentes esperaban un show al mejor estilo Chemical Brothers o Daft Punk, dónde la música y las visuales te dejan boquiabierto. Sin embargo el temprano anuncio de que Gaspard y Xavier sólo se presentarían durante una hora nos hacia abrir el paraguas de que no todo sería como pensábamos.


10. SHOWS / Justice


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A las 20, parecía que habría poca gente y que la estructura que ofrecía el predio –dos escenarios principales y una carpa– era mucho para un line-up escueto. Con el correr de las horas, el predio llegó a llenarse y tener una digna cantidad de gente. Minutos después de las 00hs, casi la totalidad de los asistentes se encontraba frente al escenario principal. Con Genesis la dupla francesa dio el puntapié inicial a una sucesión de hits, que desataron momentos de exaltación y delirio en el público, instantes perfectamente acompañados por la espectacularidad del juego de luces que, nobleza obliga, era inversamente proporcional a la pobreza franciscana del puesto de hidratación, ubicado a pocos metros del escenario principal.

El buen gusto musical del “factor humano” y los abundantes recursos tecnológicos conviven en armonía para desarrollar toda la batería de ritmos y melodías que persiguen un único objetivo: hacer bailar a toda la audiencia del UMF. Gaspard y Xavier remezclaron en tiempo real (o por lo menos eso simulaban hacer) pistas provenientes de sus dos LPs, † (2007) y Audio, Video, Disco (2011), obteniendo composiciones nuevas a partir de mixturas tan disímiles como Civilization y New Jack o Canon y D.A.N.C.E.

La falta de comunicación entre el público y el artista, dejó en claro las grandes diferencias entre el rock y la electrónica (por más rockera que sea, electrónica al fin). No hubo demagogia, ni errores, ni sorpresas, ni bis. 60 minutos Parados sobre el escenario, recorriendo sus canciones las figuras mas esperadas retrabajadas y nada más. de la jornada no aparenUno sale contento, pero taban ser los dos DJs “héle es imposible preguntarroes” que lograron fusionar se “¿nada más?”. Y sí, por la música electrónica con más que sus discos tensonidos funk, disco y hard gan instrumentalización y rock: al contrario, Garpard alma de banda no hay nada Augé (cada vez más…) y Xavier de Rosnay son auténticos más. No sorprende esta actitud por parte de ellos, sino la “nerds con máquinas” (Charly García dixit). Exprimieron sensación de vacío que deja su show. al máximo el potencial de su equipamiento musical –provisto de sintetizadores Korg y potentes laptops– en un paisaje d Justice se presentó el sábado 7 de mayo en el tecno adornado por la infaltable cruz iluminada, imagen Ultra Music Festival. icónica durante sus performances en vivo.


12. SHOWS / Thurston Moore & Kurt Vile

Concerto Grosso di Chitarra Distorta:

Thurston Moore y Kurt Vile en Niceto Por Eric Olsen / Fotografía Candela Gallo

Apenas entibiados los corazones tras la presentación de Sonic Youth en el Personal Fest, Thurston Moore regresó a dar un show solista a escala más pequeña sobre el escenario de Niceto Club, acompañado de Kurt Vile como acto soporte.

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a en Niceto Club, no podía decir si en serio parecía ser el único emocionado, o si todavía seguía agitado de las cuadras persiguiendo al 168. Y es que las caras de excitación nula del público parecían fuera de lugar para la increíble función dos por uno que nos esperaba. La noticia de la llegada al país de Kurt Vile, la joven cara del rock alternativo y el folk espeso, y de Thurston Moore (aka. Thurston Moore), iluminó la cara de sorpresa a más de un fanático, todavía con el gusto en la boca a Sonic Youth, desde el Personal Fest de noviembre. Pero acercándose las diez de la noche, el ambiente libre de tabaco y la tediosa música country de Niceto nos vuelven impacientes. Entonces suena el timbre, y todos a clase: presenta el profesor KV para enseñarnos un par de cosas acerca de qué hizo a la crítica amar Smoke Ring for My Halo, disco que lo mostró cómodo entre un folk diluido y fresco. “Hey… you look good”, murmura Vile entre pelos antes que Mark Zanghi, bestia en la batería, dé la base para abrir con Jesus Fever. Temas posteriores verán a la banda intercalar entre canciones de la discografía pasada y el último disco: la pieza solitaria de Heart Attack tiene su lugar antes de Puppet to the Man, con su riff y su manifesto punk; a Freeway, con Vile arrastrando su voz y enamorando a los escépticos faltantes, le continúa On Tour, perla que termina de convencer con rasguidos y distorsiones que le faltan a la versión lo-fi grabada.

Los gritos enardecidos de “Perón!” o “una de Sandro!” gozan de protagonismo en un set más bien tímido, donde cada intervalo de canción no tiene más que manipuleo de pedales y demás cuestiones técnicas. Después de la pedida Freak Train, arrolladora a más no poder (y con solo de saxo incluido), los guitarristas van dejando el escenario uno por uno, en una seguidilla final de temas más relajados y sobrios. Si bien Vile tiene más de una cualidad para hacer mantener sus guitarreos solistas interesantes, la gente que llegó para esta última parte del set seguramente se habrá quedado con la impresión de no haberse perdido de nada, especialmente una vez que las cortinas se cerraron y las quejas por no haber tocado Baby’s Arms tuvieron su lugar. “And now, give it up for…”, se auto-presenta el decano Thurston Moore al correrse el telón, y los acordes acústicos de Orchard Street abren la última clase del día, con la primera lección culminando en una extensiva e hipnótica disonancia. Es ésta apertura un ejemplo clave de lo que muchos se esperaban del recital de Moore: si bien su imagen estará por siempre asociada a la experimentación ruidosa y conflictiva de guitarras desafinadas, no hay que olvidar que en lo que comprende su carrera solista, el artista mantuvo su única capacidad compositiva, optando por los violines y otras cuerdas acústicas antes que por la distorsión pesada. Es por eso que no resulta


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tan atípico ver a Moore con guitarra acústica en mano, acompañado con violín, y un soporte para las letras. Así que no, no rompió la guitarra.

Así, el público que se había acostumbrado a degustar cómodamente de los arreglos de cuerdas, pasó a hacer pogo, mientras el músico de cincuenta y cuatro sacudía característicamente la cabeza. Terminando una versión Dentro del “corto” set de 12 canciones, Moore encuen- extendida de Ono Soul, la banda volvió una vez más para tra tiempo para presentar a sus músicos acompañantes: el romper las cuerdas que quedaban, siguiendo la seguidilla guitarrista Keith Moon, quien ya grabó varios discos bajo de Psychic Hearts que había sido interrumpida solamenla discográfica de Sonic Youth, Ecstatic Peace!; la violi- te cuando se volvieron a usar las acústicas y los violines nista y bajista Samara Lubelski, quien viene trabajando para la desgarrante Blood Never Lies. Pretty Bad y Seecon Moore desde hace años; y otra bestialidad en la bate- Through Playmate comenzaron y terminaron al pie de ría, John Moloney. “And you?” se escucha un grito entre la letra, sin una excesiva improvisación, pero sí con la el público. “Oh, me?” responde humildemente Thurston presencia del violín antes que un bajo, y con una exceMoore, la razón de todas las remeras de Goo presentes en siva distorsión de las guitarras para balancear. “See you el público. “My name is Sid… I’m from England”. tomorrow!” dice un Thurston agradecido, recogiendo todas las letras del soporte y desapareciendo por el costado. A pesar de todo, los sedientos de distorsión no tuvieron Nosotros volvemos a la boletería y decimos, dame otra. de qué quejarse: la segunda parte del recital tomó una orientación completamente diferente, empezando por el d Thurston Moore y Kurt Vile & the Violators se presentacover It’s Only Rock ‘n Roll (But I Like It) de The Rolling ron en Niceto Club el 9 y 10 de abril de 2012. Stones, una estruendosa versión cargada de distorsión, y con un Kurt Vile atrás haciendo air guitar como el mejor fumado. Le siguió Cindy (Rotten Tanx) (presentada como un cover de los Beatles en el ánimo de covers clásicos), tema del disco de 1995, Psychic Hearts, primer y único trabajo como solista que vio al artista experimentando dentro del estilo que lo hizo leyenda.


14. SHOWS / Noel Gallagher

El líder no perdió su magia:

Noel Gallagher en el Personal Pop Festival Por Bárbara Villoslada Fotografía Diego Fioravanti (Gigriders)

A tres años de la separación de Oasis, el mayor de los Gallagher desembarcó en Buenos Aires junto a sus High Flying Birds: nostalgia, emoción y carisma inglés.

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n el 2009, Oasis, una de las bandas más representativas del brit pop, anunció su separación, y los hermanitos Gallagher tomaron rumbos distintos. El año pasado, dentro del marco del Personal Fest, tuvimos el gusto de ver en vivo la nueva formación liderada por Liam Gallagher: Beady Eye. Y a menos de un año de aquella noche (memorable para fanáticos, opacada por The Strokes para el resto) llega Noel Gallagher’s High Flying Birds. El domingo, el Personal Pop Festival se preparó para la llegada de uno de los cantautores británicos más reconocidos, que bien supo liderar su ex-banda y llevarla a la cima de todos los rankings a mediados de los 90, de la mano de éxitos extremadamente memorables. Abrieron las puertas de GEBA y los fanáticos pudieron conseguir su lugar pegados a la valla en un evento sin campo VIP y con una platea que se fue llenando con el correr de las horas. Banda de Turistas y Airbag fueron los teloneros de turno. La primera pasó sin pena ni gloria, tocando pocos temas y obteniendo la atención de una pequeña minoría. La segunda, con más tiempo en el escenario, mayor presencia y aprovechando la oportunidad para presentar temas nuevos, dio un show más consolidado. Sin embargo, los seguidores de Noel no pudieron perdonar el terrible furcio del cantante, que anunció con emoción que sólo faltaban dos temas para que Oasis subiera al escenario. La noche plena, trenes que pasaban de vez en cuando, una platea colmada y un campo casi cubierto formaban la escena. Un publico expectante y emocionado pudo dar

por finalizada la espera pasadas las 21. Noel Gallagher’s High Flying Birds abrió el show con (It’s Good) To Be Free, una reversión de un tema de Oasis, vaticinando una lista de temas que seguramente contendría más reversiones de la banda oriunda de Manchester. No se hizo esperar Mucky Fingers, dando por seguro el pálpito. Siguió con Everybody Is On the Run y Dream On, luciendo de lleno a los High Flying Birds, donde Jeremy Stacey en la batería hizo un trabajo impecable. Bajando un poco las velocidades y después de algunas palabras, interpretaron la balada por excelencia If I Had a Gun, que hizo corear a todos los presentes. Continuaron con temas más arriba y, promediando el show, Noel deleitó a todos sus fieles seguidores con una versión acústica de Supersonic, dejándolos cargados de energía para la segunda parte. (I Wanna Live in a Dream in my) Record Machine y AKA…What a Life! fueron las elegidas a continuación, pero sólo un arpegio bastó para que el público volviera a enloquecer al son de Talk Tonight. Y se repitió la secuencia: dos temas más de High Flying Birds, y un GEBA nostálgico cantando las líneas de Half The World Away. La tercera es la vencida: Stranded on the Wrong Beach y Let the Lord Shine a Light parecían despedir con mucho rock y actitud el excelente debut de la banda en suelo argentino. Sin embargo, nuestro querido Noel nos tenía preparada una sorpresa para el final.


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Después de varias interacciones con el público incluyendo el ferviente (e inútil) pedido por Live Forever, cerró el encuentro con tres temas de Oasis. El primero fue Whatever, que originalmente tenía a los hermanos Gallagher interpretándola juntos y hoy, en manos de otros músicos, provoca una mezcla de alegría y añoranza. El segundo fue una versión solemne y poderosa de Little by Little, con un público increíblemente fascinado, generando un clima por demás conmovedor. El final estuvo a cargo de Don’t Look Back in Anger, haciendo convivir la carga emotiva que la canción conlleva con la triste realidad de que el recital había terminado.

Su personalidad tan característica hizo inevitable la negación ante los pedidos de los fanáticos, pero estuvo bien marcar la diferencia entre el antes y el ahora, con un poco de carisma británico mezclado con genes Gallagher. Es innegable que la nueva formación supo ganarse su lugar en los corazones de la gente, presentando un trabajo sólido y con personalidad, haciéndole frente a un interesante setlist, que incluyó canciones memorables, sin caer en los top charts. Pero tampoco podemos pasar por alto lo que se sintió en GEBA durante los temas de Oasis, sobre todo en el final: 10.000 almas escuchando de la voz de Noel Gallagher temas que supieron ser himnos en su momento y dejan hoy en los fanáticos la esperanza de que la separación no haya sido definitiva.

Impecable. Noel Gallagher’s High Flying Birds abordó la presentación con extrema prolijidad, quizás demasiada para aquellos que esperan variaciones con respecto a los d Noel Gallagher’s High Flying Birds se presentó el discos. Noel demostró que su talento para liderar sigue domingo 6 de mayo en el Personal Pop Fest (GEBA) intacto y la compañía de los músicos excelentes que tiene (sobre todo el tecladista, el más jugado a la hora de aportar un plus en la interpretación en vivo) hizo que el show tuviera un tono propio a pesar de los covers.


16. SHOWS / James Blake


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Por Judith Gómez Machado Fotografía Pablo Caro

Tras dos años de dejar su huella en los festivales más importantes del mundo, la sensación del dubstep brindó un arrebatador show en el barrio de San Telmo.

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a música es siempre una metáfora. Es un significante abierto, un material invisible y completamente maleable”, afirma Paul D. Miller (alias Dj Spooky The Subliminal Kid) en su libro La ciencia del ritmo (Alpha Decay, 2007). Miller agrega que son pocos los sonidos que pueden asemejarse a lo que escuchamos en nuestras mentes, sueños y procesos básicos de pensamientos nocturnos y que la idea es “aprovechar lo digital para intentar tender un puente entre el interior y el exterior”. Eso es lo que forja victorioso James Blake, no sólo en sus grabaciones sino también, y más intensamente, en vivo. El barrio de San Telmo estaba vestido de Londres, con neblina, frío y algo de viento, preparado para recibir al joven inglés de 23 años responsable de las más inquietantes y fantasmales melodías de los últimos dos años. Con una timidez embellecida y aliviada por su sonrisa entre tema y tema, Blake, acompañado por Ben Assiter en batería electrónica y platillos y Rob McAndrews em guitarra y sampler hizo vibrar –literalmente– el escenario de La Trastienda Club con un recorrido por su disco debut, y canciones de sus EP’s, en lo que fue una oda a la


12. SHOWS / James Blake

diversidad: electrónica, dubstep, jazz, soul y composicio- highlight de hora y media y catorce canciones, I Never nes clásicas recorrieron la sala como rayos de luz suspen- Learnt To Share fue uno de ellos. Blake sampleó su voz (y los cálidos aplausos del público) en diferentes tonos y el didos y atestados de brío. bajo reproducido por McAndrews fue tan poderoso que El encuentro comenzó a sala llena pasadas las 21.15, con cosquilleó de abajo hacia arriba los cuerpos dispuestos el tema que abre su álbum homónimo: Unluck. Posicio- en el local de San Telmo. nado estratégicamente detrás de sus teclados, y resguardado por otro rojo a su derecha, sus manos se apodera- Además de los esperados To Care (Like You), Klavierwerke ron de las teclas para ser uno solo. La voz del productor y The Wilhelm Scream no faltaron los covers con seelectrónico y cantautor es fina, aunque potente y sensual; llo Blake: Limit to Your Love, de Feist, la pujante AntiWar Dub, de Digital Mystikz y A Case of You, de Joni nacida para el más puro soul. Mitchell. Por un lado, la interpretación doble y extendida A lo largo de la noche, McAndrews y Assiter resguarda- de la primera (sumamente coreada) se asemejó a los viron y complementaron los ritmos de Blake y se le unie- nilos de reggae con dos versiones de una misma canción ron añadiendo intensidad y velocidad a los tracks. “Están (la original, y la dub como lado b), la segunda funcioconmigo desde el principio, sin ellos no podría hacerlo”, nó como una etérea rendición al dúo dusbtep con la voz fragmentada y a la deriva del inglés, y la tercera, encargacontaría más tarde. da de cerrar los bises y el espectáculo, explotó en pasión Tep and the Logic y Love What Happened Here hicieron en- y gracia. trar en calor al público. Mientras que la primera, que guarda más relación con los EP’s lanzados en 2011 y no fue incluida James Blake es un hombre que estalla y se completa en James Blake, eleva un ensoñado diálogo r&b, la segunda, cuando experimenta, al límite, con la música. Una suerte encuentra el placer en sus soul-beats minimalistas y sombríos. de científico musical con un objetivo claro: desarticular Satisfecho y hasta sorprendido, el músico –quien de a ra- lo establecido. tos se permitió bailar sentado– agradeció la compañía de los allí presentes en varias oportunidades y hasta elogió d James Blake se presentó en La Trastienda Club el sábado 5 de mayo de 2012. la belleza de Buenos Aires. Si bien es difícil distinguir momentos que hayan sobresalido más que otros, ya que el show en sí fue un gran


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20. COLUMNAS / Nicolás Miranda

bob dylan: La canción sigue siendo la misma Como parte de su tercera visita a la Argentina, y en un tour que pareciera no tener fin, el legendario músico estadounidense dejó su huella camaleónica y de cultura pura en el teatro Gran Rex. Por Nicolás Miranda

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os datos objetivos son bastante conocidos: Bob Dylan pasó por nuestro país, tocó cuatro veces en el Gran Rex con la banda que lo acompaña hace ya varios años en el Neverending Tour, el show se basó en canciones retrabajadas de una selección entre lo más laureado de su producción (la trilogía electrificada de mediados de los sesenta, Blood on the Tracks, algún clásico folk, los discos con los que repuntó desde Time Out of Mind), y parece que dejó a todos conformes. Así, a las apuradas, parece simple. Pero ver a Bob Dylan hoy es una catarata de sensaciones, algo que se procesa con los días mientras queda pegado como un perfume.

mónica y otras sólo su voz, lo que quiera. Que improvise, que señale un camino o un clima. Una compactísima banda con una idea del rock n’ roll como folklore norteamericano, como un río donde la estructura del blues, la libertad del jazz y el empuje del propio rock son una sola cosa, en la que siempre hay que mantener el ritmo.

Al tocar Dylan se respira el aire de toda una cultura desentrañada en frente nuestro, tomando distintas formas: puede ser Count Basie dirigiendo a su banda con la mirada, entendiendo cuándo las canciones le piden inflexiones tiernas (Girl From The North Country, Simple Twist of Fate, Make You Feel My Love) o Willie Dixon cuando Para empezar, Dylan es un sonido, un formato. Casi un llama y contesta a sus músicos, llevando los temas rocmétodo. Ese que le aplica a las canciones para hacerlas, keros a una improvisación que toma vuelo (Highway 61 según dicen por ahí, irreconocibles. Dentro del Rex se es- Revisited, The Levee’s Gonna Break). Exceptuando procuchó decir que era “anticlímax”: el rearmado melódico bablemente la aparición de Desolation Row (todo esto y los arreglos desconocidos hacen que uno llegue siem- ocurrió durante la noche del viernes), un poco larga y pre tarde, que no se puedan corear los estribillos. Menos con una potencia extraña, en general las canciones fuemal. En el teatro está tocando Dylan: bastante hay con ron por alguno de esos dos caminos, con las guitarras las cámaras e iPhones como para además escuchar la voz rasposas y un espíritu de banda de bar en New Orleans del vecino sobre la suya (de esa voz hablaremos en breve). aglutinándolas. River y Velez habían sido lejanos y enormes, de allí la expectativa por estos shows con más fidelidad. El recital parece un solo tema largo porque en Dylan hay la insistencia de un Chuck Berry, un Buddy Holly, Desde la apertura con Leopard Skin Pill Box Hat, como un Muddy Waters, en la simple forma del blues elevalo viene haciendo, la banda se revela como un torbellino da un peldaño de energía al prender los amplificadores. controlado en cuyo centro hay libertad para que el hom- El hombre lo creía en Newport en 1965 y lo cree ahora, bre haga y deshaga con su teclado, su viola, a veces su ar- aunque sea la única cosa en común entre ambas versio-


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nes de él mismo. La evidencia estuvo en Thunder on The Mountain y Lovesick. Singularmente, sin embargo, en Dylan hay mucho más que rock n’ roll: cuando deconstruye vocalmente las canciones, Dylan parece Chuck D, rapeando agresivamente, con sílabas ladradas y métricas vertiginosas, pero también Walt Whitman y T. S. Eliot, y con ellos el sentido del ritmo y el fluir de la sonoridad de la lengua inglesa: poesía casi o a veces cantada. Cierto, la voz del tipo hace tiempo no es lo que era, y éste es uno de los elementos mas evocativos: Dylan es Louis Armstrong, Charlie Patton, y también Tom Waits, Roberto Goyeneche y hasta el Charly García actual. Es la garganta que sabe que las penas y desencuentros del blues (como las de los tangos) quedan mejor encuadradas en una cara ajada y una voz de lija: son cosa de gente curtida. En esa aspereza deambularon Tangled Up in Blue y Ballad of a Thin Man (en esta última, el final de cada estrofa, con eco, fue tan abrasivo que pareció prender fuego el teatro).

recio pero respetuoso al público al finalizar el recital. Es un gran entretenedor (“a song and dance man”), pero no le habla ni le hace morisquetas a la audiencia. De hecho no dice ni gracias, pero sí se mueve, y cómo. No vamos a decir que es Isadora Duncan, pero baila que es una maravilla, porque posee lo esencial: gracia, la misma que no cambia si lo que suena es Chopin o All Along The Watchtower (con la que cerró una seguidilla tremenda y el recital: Ballad of a Thin Man, Like a Rolling Stone y All along…, antes del bis Blowing in The Wind).

Aunque sean dos obviedades, hay que decir que a sus 70 años sólo él puede hacer sus temas y que no suenen de manera incorrecta, aún tan distintos, y que hace fácil lo difícil cuando todo su show es una larga variación de esa canción que conocemos todos y suena siempre nueva. Cuando toca Dylan hace presente casi sin esfuerzo todo aquello de lo que es catalizador: la historia y tradición del siglo XX norteamericano que se expande hacia afuera gracias a figuras como la suya. Como dijo Borges de Kafka, Dylan crea a sus predecesores, que vuelven a ser La lista de lo que Dylan pone en acto sigue: puede ser cuando aparece. A todos los demás les deja su huella. Y Lou Reed cuando agarra la guitarra y caradurea solos hoy es una estrofa interminable y una voz agria en el medesprolijos donde se le escapan algunas notas que enca- dio de una banda de trajes grises, con su sombrero y su jan excelentemente con la base sólida e imperturbable de sonrisa taimada, y mañana ya está en otra parte: el tour su banda (Beyond Here Lies Nothing), o Muhammad continúa sin fin. Ali cuando sus dotes de pugilista lo hacen parapetarse contra el teclado, lanzando versos como jabs. Aparece la gestualidad de un longevo James Dean cuando mira


22. COLUMNAS / Juan Pablo Lima

The Vines: la salvación y la muerte del rock Un recorrido por los altibajos artísticos de la banda australiana liderada por Craig Nicholls, desde su impactante debut Highly Evolved, hace diez años, hasta un presente marcado por la incertidumbre musical. Por Juan Pablo Lima Ilustra Sofía Gatti

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i hiciéramos una breve enumeración de las bandas que más nos deleitaron y sorprendieron en aquel inolvidable y cada vez más lejano año 2002, nos encontraríamos con un listado de nombres ilustres, referencias ineludibles en todo compilado musical decente de la pasada década: me estoy remitiendo a grupos y artistas debutantes como The Libertines, Interpol, Norah Jones, The Walkmen, The Decemberists, The Polyphonic Spree, The Black Keys y siguen las firmas. Y por supuesto, también estarían incluidas bandas de larga trayectoria, que hace 10 años alcanzaron el pináculo de sus carreras como es el caso de Wilco con Yankee Hotel Foxtrot, The Flaming Lips con Yoshimi Battles The Pink Robots o el mismísimo Songs For The Deaf de Queens Of The Stone Age. Casi todos los mencionados aún siguen vigentes, generando expectativas con cada uno de sus nuevos lanzamientos, y sumando fans alrededor del

mundo. Sin embargo, fue The Vines la agrupación que hizo más ruido (literalmente) de todas ellas, la aparición más sorprendente del 2002, cuyo fuego inicial empezó a extinguirse lentamente hasta casi desaparecer en la actualidad. A continuación repasaremos la obra del grupo australiano liderado por el errático Craig Nicholls, y trataremos de encontrar alguna respuesta que nos permita entender el amargo presente de la banda, que llegó a ser catalogada como la última “salvación el rock”. Si nos remontamos musicalmente al año 2002, tenemos que hablar del momento de esplendor del garage rock: tan solo habían pasado unos pocos meses desde que The Strokes modificara para siempre el mapa musical de la época con el imprescindible Is This It, y a partir de allí una sangría de bandas inspiradas en la psicodelia y el hard rock de los años 60’s se empezarían a multiplicar


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24. COLUMNAS / Juan Pablo Lima

como gremlins chapoteando en un estanque abandonado. En ese contexto, The Vines y fundamentalmente Craig Nicholls –por aquel entonces un joven australiano de 24 años– se presentaban en sociedad con Highly Evolved, un disco que, sin despegarse de la etiqueta garage, aporta unas composiciones interesantes en las que se fusiona acertadamente una parte de la psicodelia beatle harrisoneana con la furia de Nirvana. El éxito es inmediato. El álbum debut de los australianos impacta por la sencillez y el frenesí de sus canciones, que transitan estados de ánimo contrapuestos, algo así como un rescate emotivo del famoso combo “calma-tormenta” que tan bien supo explotar la escena grunge a principios de los 90’s. De Homesick a Get Free, el espíritu de Revolver y Nevermind conviven en un mismo LP, y la critica especializada se rinde ante la evidencia. De repente, el rock, esa doncella en apuros que constantemente hay que rescatar de las garras de los profanos e impuros, encuentra a sus salvadores en The Strokes, The White Stripes y fundamentalmente en The Vines. Pero una vez más quedará demostrado que nada es lo que parece. Luego de disfrutar de las mieles del éxito y de generar controversias con presentaciones en vivo bastante caóticas, llega el enorme desafío que implica revalidar los laureles obtenidos, a través de un segundo álbum que colme todas las expectativas generadas. Me atrevería a decir que en toda la historia del rock –salvo contadas excepciones– esto nunca ocurrió, y The Vines no sería la excepción a la regla: repetir una fórmula de probada eficacia, aunque con menor brillo e inspiración que en su entrega anterior, es un camino espinoso que puede conducir a la mediocridad tan temida, y eso fue Winning Days (2004). A casi dos años de su debut, Craigh Nicholls echó mano de viejas canciones –algunas como Ride datan de 1999reelaboradas para la ocasión, a las que sumó algunas composiciones nuevas, dando forma a un rejunte que sirvió para vender una cantidad considerable de copias, aunque no alcanzó a satisfacer los paladares más exigentes. Uno de los aspectos más decepcionantes que se per-

cibe en este LP es esa búsqueda deliberada por clonar la receta Highly Evolved, prolongando ideas ya trabajadas en su opera prima, como se puede constatar en el tema Autumn Shade II. De alguna manera, esta suerte de autohomenaje permanente le resta fuerza a Winning Days, una obra que paradójicamente posee un enorme potencial no desarrollado, y que se nutre de un par de excelentes canciones –quizás de las mejores en toda la carrera de los australianos– como por ejemplo la que da nombre al disco. Además de la publicación de su segundo álbum, 2004 también significó un año bisagra en la historia de la banda a raíz de dos sucesos fundamentales: Patrick Matthews –bajista y miembro fundador de The Vines– abandonó a sus compañeros, harto de tener que soportar los ataques de locura del frontman durante los shows en vivo,

y a finales de ese mismo año Nicholls fue diagnosticado con el Síndrome de Asperger, condición que lo mantuvo alejado de las giras durante un tiempo, y paralelamente debió someterse a un tratamiento.

Para 2006 The Vines ya era un grupo que había perdido bastante del crédito inicial que supo lograr, pero Nicholls y los suyos no se quedarían atrás y volverían a la carga con Vision Valley. Casi todas las canciones del álbum tienen una duración promedio de dos minutos -lo cual es de agradecer en algunas pistas donde la inspiración brilla por su ausencia- y continúan transitando los mismos senderos de sus obras anteriores, repitiendo aciertos


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y fundamentalmente errores. Nuevamente nos encontramos con exaltadas composiciones de la versión más punk de Nirvana, entremezcladas con tiernas baladas beatlescas –indudablemente de ese maridaje está hecho el ADN de Nicholls– fórmula que permanece inalterable, aunque el mestizaje empieza a arrojar resultados menos logrados que en el pasado. Sin embargo, se podría decir que Vision Valley es un cierre simbólico de la primera etapa de The Vines y, por contradictorio que suene, se trata de su mejor período: aún con estructuras melódicas que parecen calcadas, con un Nicholls que no se aburre de escribir tres veces la misma canción, y con un marcado declive compositivo entre disco y disco, los temas mantienen cierto nivel de potabilidad, el mínimo necesario para superar un control de calidad no muy exigente. Sucede que The Vines

Entre la genialidad de su álbum debut y la decadencia de sus últimos lanzamientos, existe un termino medio, muy difuso, que The Vines se niega sistemáticamente a explorar.

aburrimiento. Una sensación de desgano se apropia en temas como Manger y Orange Amber solo por mencionar un par de casos. Nicholls no escarmienta e insiste con Autumn Shade III, tercera parte de una trilogía obsesiva dedicada a los paisajes otoñales, inferior en todos los aspectos a sus versiones I y II. En líneas generales Melodia demuestra ser más de lo mismo, pero ostensiblemente peor, mucho peor. A estas alturas cabía preguntarse si Nicholls arrastraba alguna secuela en su dura batalla contra el Asperger, algún tipo de trastorno que repercutiera negativamente en sus probadas capacidades como compositor. Morbosidades al margen, Future Primitive (2011) asestaría otro golpe demoledor a la carrera de la banda ¿Hace falta que repita que es un refrito de todo el material que ya conocemos de The Vines? ¿Hace falta que diga que el disco no ofrece nada que ya no se haya escuchado antes? ¿Hace falta que mencione que hay un Autumn Shade IV? Desde su debut con Highly Evolved, la discografía de la banda fue de mayor a menor, aunque la caída se hizo mucho más pronunciada en sus dos últimas producciones. ¿Habrá salvación para los salvadores del rock? Hace 10 años, Highly Evolved se erigió en una suerte de caballito de batalla para los fundamentalitas del garage rock; gente dispuesta a inmolarse en pos de mantener inmutable el dogma de la banda formada por bajo, batería y guitarras, y que a su vez se horrorizan ante la presencia de sintetizadores, vientos, o cualquier otro tipo de elemento que altere la santísima trinidad del rock. El entusiasmo que despertó la opera prima de The Vines, con su seductora propuesta salvaje y melódica, apenas fue un espejismo que se desvaneció con el paso del tiempo, pero que sirvió para exaltar desmesuradamente las capacidades compositivas de su líder. El propio talento de Craig Nicholls lo condujo a un punto de no retorno, en el que involuntariamente se calzó el traje de Kurt Cobain, una carga imposible de sobrellevar para la espalda de cualquier aspirante a “héroe del rock”.

En estos momentos, lo único que está claro es que entre la genialidad de su debut y sus últimos lanzamientos existe un término medio, muy difuso, que The Vines todavía contaba con el talento suficiente para “sacar pe- se niega sistemáticamente a explorar. Pero mientras Nitróleo”, y hacer buenas hasta aquellas canciones decidi- cholls siga componiendo canciones sentado al pie de un damente malas. Aunque la verdadera debacle estaría a la árbol –bajo la sombra del otoño– siempre habrá una mívuelta de la esquina. nima esperanza de que vuelva a sorprendernos como ya lo hizo en 2002. Aunque probablemente en el corto plazo Melodia (2008) agrega un nuevo ingrediente a la fórmu- recibamos una nueva entrega de Autumn Shade. la hasta aquí conocida: hastío. Las buenas ideas (que no son muchas) quedan sepultadas en una densa capa de


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Las manos de todos los chetos arriba: cumbia amazónica en Buenos Aires Ritmos folklóricos, componentes originarios y un fuerte arraigo por lo popular desembarcaron en Buenos Aires durante el mes de abril. ¿Condescendencia, snobismo u homenaje genuino? Por Nicolás Miranda

P

rimero una refrescante lluvia de artistas brasileños sobre nuestra capital, luego una desperdigada pero creciente escena de bandas de afrobeat pulula por las calles porteñas, y ahora hasta tornados con lluvia y granizo se llevan puesto todo a su paso. ¿Algo más para confirmar esta sensación de “Buenos Aires, ciudad tropical”? Sí: cumbia amazónica. La Capital Federal y sus alrededores están llenos de bandas y shows de cumbia: es probablemente el género más escuchado por sus habitantes.

Ilustra Guillermo Meza Club cuando se presentaron Los Mirlos, banda con más de cuarenta años de trayectoria y exponentes principales del género. Oriundos del Perú, desde 1973 le agregan a la versión más tradicional de la cumbia en ese país guitarras eléctricas que la acercan a la sonoridad instrumental del surf-rock, efectos como el wha wha y guapeos que le dan un toque espeso, de mata profunda, a la música.

Fuentes presentes en el show pudieron comprobar la vigencia, el estilo y la capacidad para someter al público a La novedad es que abril trajo consigo tres shows inter- la densa cadencia con olor a selva de Los Mirlos, cuya innacionales relacionados con aquella variedad particular, fluencia llega hasta nuestros conocidos Damas Gratis, que despertando algunas reflexiones sobre la circulación alguna vez versionaran su tema La danza de los mirlos. de los géneros por circuitos no convencionales para ellos. Comencemos por el principio: el desembarco de El jueves 12 fue el turno de Celso Piña, acordeonista la cumbia amazónica comenzó el 11 de abril en Niceto mexicano cuya trayectoria tambien se dilata a través de



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más de treinta años y cuya particularidad es haber desarrollado de manera autodidacta primero el gusto y luego la difusión en la zona de Monterrey y en México entero de su versión de la cumbia colombiana. Piña, por mucho tiempo, fue una especie de fenómeno regional hasta que artistas de nuevas generaciones extendieron su legado a un nuevo público, trabajando en colaboración con él: Pato de Control Machete, King Changó, Lila Downs y Café Tacuba se encargaron de esta reivindicación. La fusión con nueva sangre –y géneros como el sonidero, el reggae o el ska– llevó su música por primera vez fuera de México, y gracias a ello ha visitado nuestro país, acompañado por Pablo Lescano. Ahora bien, ¿cuál es la condición de posibilidad para que estos artistas cautiven a un público que se acerca gustoso hasta Palermo, a un lugar tradicionalmente dedicado al rock/pop, para escuchar una música similar a la que difícilmente irían a disfrutar a las bailantas de Once, Flores o La Matanza? La clave está en la historia de la banda que cerró esta serie de recitales el sábado 21: Chicha Libre. El nombre podría sugerir a varios miembros de pueblos

originarios embriagados con la ancestral bebida incaica y tocando cumbias que se escuchan entre la vegetación cerca de la triple frontera entre Perú, Brasil y Colombia. Sin embargo, se trata de una banda de jóvenes con base en Brooklyn, capitaneada por un francés (Olivier Conan) que descubrió este ritmo en 2005 en un viaje por Perú. Así es como la chicha peruana ha llegado con un aura de distinción a este público extendido: Conan es el responsable casi solitario de la divulgación y popularidad de la cumbia amazónica, tanto aquí como en Europa y Estados Unidos, mediante el compilado Roots of Chicha: Psychedelic cumbias from Peru, editado en 2007 para regocijo de la crítica especializada y de los músicos incluidos en él, que vieron ampliada su llegada. El disco recopila varios de los temas originales que son himnos de la cumbia amazónica y que fascinaron a Conan al descubrirlos (clásicos de Los Mirlos, Los Destellos o Juaneco y su Combo). El paso siguiente de Conan fue formar Chicha Libre en 2008 para tratar de revivir la cumbia amazónica en un contexto mainstream, primermundista y de clase media, cuarenta años luego de


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su surgimiento. Órganos Farfisa, guitarras perezosas, sintetizadores y un español dudoso son parte de su sonoridad. Su primer disco, Sonido Amazónico (2008) flirtea entre el homenaje literal y la aplicación de la cumbia como un lenguaje que permite “volver fácilmente cualquier cosa en una canción chicha (…) es como el reggae”, según el francés.

Gracias a esta operación la cumbia peruana de Los Mirlos y el híbrido de Chicha Libre tienen lugar y recibimiento en la ciudad de Buenos Aires, aún si hay un abismo entre una música que expresa la experiencia de la vida en la selva, las costumbres de la cultura andina o los sufrimientos de los sectores populares peruanos y otra que puede convertir todo eso en el soundtrack de Algo parecido a lo que una película de Quentin ocurriera anteriormente Tarantino. Sin embargo, con la juventud blanca/ con la cumbia amazóniurbana/inglesa y el blues ca pasa lo mismo que con rural/negro/estadouniaquellos rescates que mendense en los 60, David cionábamos antes: más Byrne y la world music en allá de la condescendencia los ochenta o Ry Cooder/ –“rescatemos esta música Wim Wenders y el Buena antes de que se extinga!”– Vista Social Club en los o el puro snobismo –la innoventa: un gringo proceverosímil asociación de la sa la tradición de un “otro” cumbia amazónica con un (en general, extranjero, de movimiento ética y estétiotro origen étnico, pobre camente en sus antípodas, u olvidado) para consumo como la psicodelia–, hay masivo. La obsesión por los algo de acto de amor, de ritmos folklóricos primitivos, con componentes aborígenes homenaje genuino, en estas producciones. Después de u originarios y de fuerte arraigo popular es el denomina- todo, ni los lectores ni el autor de esta nota ni el público dor común de estas fascinaciones, que suelen revelar lo que de los tres shows mencionados llegamos a la chicha tras tienen de experimento antropológico: el espíritu vintage, internarnos en la Amazonia tropical. lo exótico como “marketineable cool”, la legitimación que una cultura establecida y dominante le otorga a otra a la que mira desde arriba.


30. COLUMNAS / Carla Fumagalli


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Fona Apple:

de este fruto no has de comer Después de años de silencio, Fiona Apple vuelve al ruedo con un disco con título kilométrico y expectativas igual de enormes. La filosa pluma de Carla Fumagalli repasa la carrera de la cantante, la “gladiadora entre los leones” Por Carla Fumagalli Ilustra Marcos P. M. Zamora

C “

uando tengo algo que decir, lo voy a decir”. Fiona Apple McAfee Maggart dijo estas palabras al ser entrevistada en 1997 tras su polémica aparición en los MTV Video Music Awards aceptando el premio Mejor Artista Nueva por su canción Sleep To Dream. Sus declaraciones en ese discurso fueron en contra de que las personas normales quisieran ser igual que los famosos. Apple contrarió todo lo que el mundo del espectáculo propone: la “modelización” de individuos fortuitamente enaltecidos por una industria muchas veces incoherente. Y todo eso lo hizo citando a la poeta Maya Angelou. Tampoco es para considerarla la abanderada de nada; no es la primera ni fue la única en decir que no debemos endiosar a nadie y ser nosotros mismos. Cada artista en su forma, ya sea para vender más o porque verdaderamente lo siente, habla de mantener la propia identidad y es el primer consejo que dan a sus fans junto con

el lavado “siempre sigan sus sueños”. Sin embargo, la expresión y el nerviosismo, la angustia y el miedo de Apple arriba del escenario la muestran increíblemente honesta. Parecería que Fiona Apple no nació para ser famosa. Sus entrevistas suelen ser bastante incómodas, con respuestas cortas, con miradas al piso o al vacío. Los entrevistadores sufren muchísimo con ella porque sus nervios y sus ganas de no estar ahí los superan. No es que odie la industria que la hizo acreedora de una fortuna producto de los millones de discos vendidos. Tampoco es que no tenga nada que decir, eso lo podemos ver en sus canciones. Pero hay algo en esa incomodidad de estar delante de una cámara que provoca un sentimiento de paridad en nosotros, los civiles, que no se encuentra demasiado en las estrellas. Sería esta característica la que nos mantendría en vilo estos cuatro discos en doce años.


32. COLUMNAS / Carla Fumagalli

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acida en Nueva York, hija y nieta de artistas, Fiona Apple fue autodidacta en su principal acompañante, el piano. Compraba viejas piezas de música o traducía tablaturas de guitarra en notas, un método poco convencional con un resultado feliz: una mano izquierda lúcida y penetrante. Lanzó su primer disco, Tidal, en 1996 a los 19 años. Un disco confesional que incluyó dos canciones que fueron condición de posibilidad de una carrera controvertida, escudriñada y juzgada una y mil veces. Esas canciones fueron Sullen Girl y Criminal. La primera contiene un desahogo –casi una explicación– de que si demuestra una personalidad plomiza es porque a los 12 años fue víctima de una violación en su propia casa en Manhattan. La segunda la muestra en un video dirigido por Mark Romanek en ropa interior cuando sus declaraciones acerca de su sexualidad siempre tuvieron los calificativos de “incómoda”, “insegura” o “explotada”. Al respecto dijo en una entrevista: “Hacer ese video fue un gran paso para mí porque no estoy acostumbrada a hacer nada de eso. (…) Así que fue una misión personal hacer ese video. Pararme delante de todas esas chicas hermosas y mostrarme. (…) Aunque estoy explotando mi sexualidad, de un modo, es divertido.”

Where You Stand, Then You Know Where to Land / And If You Fall it Won’t Matter, Cause You’ll Know That You’re Right. El título surgió a partir de las cartas de los lectores de la revista Spin luego de que la publicación hablara mal de ella. Una traducción posible del poema sería: “Cuando el peón da con el conflicto él piensa como un rey / Lo que sabe tira los golpes cuando va a la pelea / Y ganará todo antes de entrar al ring / No hay cuerpo que batir cuando tu mente es tu poder / Entonces vas solo, sostienes tu propia mano / Y recuerda que la profundidad es la mayor de las alturas / Y si sabes dónde estás, sabrás dónde Tres años después salió el aterrizar / Y si caes no imdisco que rompió el reportará, porque sabrás que cord Guiness del título de tienes la razón.” La fuerza álbum más largo y conde las imágenes es propia servó ese puesto durante 8 de un cuerpo destinado a años. Tenía 90 palabras y defenderse. De una artista fue superado por Soulwax que se ve en la necesidad de en el 2007. El disco se llajustificar cada movimiento mó When the Pawn Hits y alentarse públicamente the Conflicts He Thinks cuando las críticas la tapan. Like a King / What He Un conflicto con el lugar Knows Throws the Blows/ de atención es lo que se enWhen He Goes to the fight / And He’ll Win the Who- trevé a lo largo de la carrera le Thing ‘fore He Enters the Ring / There’s No Body to de Fiona Apple, ya que las Batter When Your Mind is Your Might / So When You críticas nunca fueron hacia Go Solo, You Hold your Own Hand / And Remember su música, sino hacia su That Depth is the Greatest of Heights / And If You Know personalidad pública.

The Idler Wheel… es la música contra la industria, el poder de la creación versus el látigo de la soga que ahorca la creatividad.


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Durante una presentación de este disco, Apple tocó 40 minutos en el New York City Roseland Ballroom en el 2000 y, frustrada por la baja calidad del sonido y llorando, se retiró para no volver a salir al escenario. Luego de completar la gira que contenía ese concierto, se mudó a Los Ángeles y no se relacionó con la música por dos años. En el 2002 firmó un contrato con Epic Records en el que se pautaba la grabación de un nuevo disco con la única condición de no tener fecha límite. Los períodos de tiempo entre álbumes sólo iban a acrecentarse. Pasaron tres años entre el primero y el segundo. Para el tercero los fans iban a tener no sólo que esperar seis, sino rogar por que saliera. Ese disco fue el épico, fabuloso y clásico Extraordinary Machine. Las grabaciones comenzaron en el 2002 junto con el productor Jon Brion compositor de los soundtracks originales de Magnolia, Eternal Sunshine of the Spotless Mind y productor de Keane, Dido, Of Montreal, entre otros. En mayo del 2003, el trabajo fue enviado a los ejecutivos de Sony (dueño de Epic Records) pero no fue lanzado. Los siguientes dos años vieron cómo varias de las canciones de Apple se filtraban en Internet hasta completar el álbum. Mientras tanto, una campaña liderada por fans reclamaba el lanzamiento oficial del disco pensando que era la gente de Sony que había rechazado Extraordinary Machine cuando en realidad fue la perfeccionista artista quien decidió hacer una segunda versión del producto junto con Mike Elizondo, bajista de When the pawn… En agosto del 2005 el disco recibió una fecha de lanzamiento para octubre. Gran parte había sido re-hecho bajo la producción de Elizondo y Brian Kehew. Dos canciones (Extraordinary Machine y Waltz) se mantuvieron casi sin cambios y una nueva (Parting Gift) fue incluida haciendo del álbum uno con doce pistas. Extraordinary Machine llegó a ser disco de oro con 462 mil copias vendidas y fue nominado a Mejor Álbum Pop en los Grammys del 2006. Ese año Apple se mantuvo en la escena del espectáculo haciendo apariciones esporádicas en programas televisivos y videos luego de hacer una gira

para promover el álbum. Los años siguientes la verían cada vez menos. Del 2008 al 2011 no habría novedades de que la cantante hiciera nuevas canciones o recitales, más que la eventual colaboración. Pero en el 2011 volverían los rumores. El más contundente fue el que escribió un blogger: dijo que vio a Apple en uno de los shows que solía hacer con Jon Brion en Los Ángeles donde un fan le pidió que tocara algo nuevo. Apple respondió, sutilmente: “No puedo recordar ninguna de las canciones nuevas porque ya están terminadas hace un puto año”. Enseguida Epic Records anunció la salida de un nuevo disco para el 2012, luego de que un primer anuncio para fines del 2011 no fuera cumplido. Desde ese momento, la campaña para poner a Fiona de nuevo en escena comenzó. La estrategia más importante fue introducirla en uno de los mejores y más completos festivales del año, el South by Southwest. Luego, siguieron las revelaciones de tapa y nombre del disco, otra vez coqueteando con lo extravagante: The Idler Wheel is wiser than the Driver of the Screw and Whipping Cords will serve you more than Ropes will ever do.


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En cuanto a este nuevo poema-título, el juego de palabras entre idler wheel y driver maneja los campos semánticos tanto de la ingeniería como de la música. Podrían traducirse como engranajes o también como las piezas de un tocadiscos. La segunda parte también resuena en esas áreas: cords y ropes como acordes o sogas. La poesía de Apple, siempre presente en cualquiera de sus producciones, es exquisitamente compleja y a la vez lineal. Revisemos únicamente los títulos de sus cuatro discos y veamos cómo realiza un viaje conceptual y semántico desde la naturaleza a la ciencia. Tidal significa marea, When The Pawn… fue inspirado por las críticas de los medios poniéndose como una gladiadora entre los leones (un primer acercamiento a la civilización, aunque un acercamiento desafortunado, con la esperanza de la fuerza interna). Extraordinary Machine no tiene muchas vueltas. La ciencia, la civilización, han dominado a la artista. Sin embargo, el calificativo de “extraordinaria” mantiene el matiz estético. Llegamos a The Idler Wheel… donde la competencia es más cruda. Es la música contra la industria, el poder de la creación versus el látigo de la soga que ahorca la creatividad.

do de conformidad suficiente como para hacer público su arte, Fiona navega y se construye a sí misma entre la naturaleza impetuosa e impulsiva que habla de violaciones en Rolling Stone y la máquina hacedora de música que se toma siete años en producir diez canciones. Fiona Apple es una masa de contradicciones, de contraindicaciones, de contra-argumentos y de contragolpes. Una fruta prohibida que de a pedacitos alimenta la adicción de sus fanáticos. No olvidemos la letra de Extaordinary Machine: “Be kind to me, or treat me mean. / I’ll make the most of it, I’m an extraordinary machine” (Trátame bien o trátame mal/Haré lo mejor con eso, soy una máquina extraordinaria) O de O’Sailor donde dice “I have too been playing with fifty-two cards” (Yo también he estado jugando con cincuenta y dos cartas). No compremos el papel de la artista torturada, pero quizás sí el de la artista dividida entre jugar el papel que le toca dentro de la industria y rebelarse constantemente y muchas veces sin sentido para reafirmar su lugar en el ordinario y a la vez confortante mundo del arte efervescente.

Manipulada y manipuladora, la compositora que si algo sabe es manejar la expectativa, vuelve este 19 de junio, Este somero y quizás grotesco análisis pone en perspec- fecha en que The Idler Wheel…será oficialmente puesto tiva la ecuación “composición-fama-placer” que a Apple a la venta. le cuesta tanto, o eso parece, sobrellevar. Entre una artista que expone todo y explota al hacerlo, y una ermitaña que guarda canciones durante años sin alcanzar un esta-


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Juan José Méndez

Melero, el testigo del instante Por Juan José Méndez “…ahora se me ocurre pensar qué hubiera pasado si yo no hubiese existido: ¿quién hubiera tomado mi lugar?”

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on profundas pero fugaces, transformadoras y reveladoras, las palabras -en pose de máximasde Daniel Melero que recolecta Gustavo Álvarez Núñez en Ahora, Antes y Después*. Las conversaciones entre el músico y el periodista (en las que el entrevistador borra completa e intencionalmente su voz) se desarrollaron a fines de los ‘90 y principios del nuevo milenio, pero más de diez años después se manifiestan atemporales. Hay conceptos, opiniones y relatos tan actuales que pueden leerse crudos; contextualizados, sí, pero extraídos de su instante de producción. Ahora, Antes y Después no es una biografía de Melero, a pesar de contener varias páginas que relatan -siempre desde su propia voz- las inquietudes y búsquedas de su temprana adolescencia extraterrestre, ni tampoco es un acercamiento directo a su vasta discografía, a pesar de desarrollar las etapas de creación de algunos de sus álbumes (como autor, productor o guía). El libro es un catalizador, un texto que abre el juego para el desarrollo de ideas, un conjunto de palabras que alientan dinámicamente a su adhesión o su detracción inmediata; una invitación gratificante a pensar.

Melero deja muy en claro que el rock, como movimiento y actitud revolucionaria, firmó su acta de defunción con el suicidio de Kurt Cobain y su futuro no reside ya en la música (de la que todo -desde el ruido al silencio absoluto- se ha conocido) sino en los dos nuevos agentes -todavía inexplorados- de vanguardia y polémica: Internet y la manipulación genética. Donde está el poder -dice- está lo estático, lo establecido, lo encapsulado, lo “hecho género”; por el contrario, es en la potencia (elemento que el rock tuvo y perdió) donde está el cambio, la crisis, lo diferente. “Entre cosas del pasado aprendo a vivir el futuro”. De Brian Eno a Sonic Youth, de Spinetta a Babasónicos, de Nietzsche a Tarantino, nuestro testigo transforma sus opiniones en hipnóticos viajes argumentales. Hay declaraciones y sensaciones, provocaciones y polémica. Estímulo-Respuesta. Caos.

Prácticamente ningún artista nacional puede declarar que estuvo involucrado tanto con Soda Stereo como con Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, camino que ilustra su expreso desdén por la argentinidad futbolizada, militarizada, retrógrada. Podemos quedar fascinados o aterrados con lo que dice (su conciencia exteriorizada), pero no podemos pasar por alto la base que en definitiva sustenta sus palabras: la solidez de su obra (su cuerpo Si bien es en rigor un músico (definición que le queda chi- eternizado). “Tu comportamiento es el que te dicta cada ca), un artista (catálogo que, según él mismo, fue capita- momento”. lizado por el sistema) y un creador, Melero es por sobre todas las cosas un observador. Es, en el mejor y más abso- Amándola, odiándola, desconfiando de ella, nunca ignoluto sentido de la frase, un captor de lo contemporáneo, rándola, vale la pena echar un vistazo a una de las mentes un testigo del instante. Desde Silencio (1986) en las filas más inteligentes e interesantes de nuestra cultura. de Los Encargados, pasando por su debut solista Conga (1988), hasta el “quiebre de década” con Piano (1999), ha *Ahora, Antes y Después: Daniel Melero por Gustavo Álvasabido canalizar su exploración sonora con total y absolu- rez Núñez. Editorial Derivas. Buenos Aires, 2012. ta libertad, facultad que ha inspirado a muchos y ha enfurecido a otros tantos a lo largo de toda su carrera.


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38. ENTREVISTAS

trespreguntascon CRIOLO (br)

LUCAS MEYER (UR)

l por Nicolás Miranda

l por Judith Gómez Machado

indieHearts: Para quienes hayan escuchado tus discos y notado el cambio entre No na orelha y Ainda ha tempo, es evidente el pasaje del rap a la forma canción y a géneros que provienen de la tradición brasileña. ¿Qué relación tuviste con estos últimos a medida que ibas haciendo una carrera? Criolo: Cuando era pequeño me tocó crecer en una favela de la zona sur de São Paulo, en una casa de madera y alrededor de gente humilde. Aún así, un bien que nunca faltaba en ese contexto era la música: era traída y cantada por los familiares y vecinos que llegaban de distintos lugares del país. En ese espíritu comunal y desde los trece años, cuando empecé a escribir mis primeros versos, vengo nutriéndome de toda la música que me rodea a cada momento, por lo que en realidad el material que es parte del último disco no es nuevo.

indieHearts: Tu disco Música para nadie fue grabado en su totalidad en tu casa. ¿Podrías describir los espacios concretos en los que desarrollaste la grabación y de qué instrumentos te valiste para hacerlo? Lucas Meyer: Fue grabado de manera bastante precaria, primero en la casa de mis padres. Allí la computadora estaba en el living por lo que me imagino que habrá sido bastante molesto para ellos, después me mudé y ahí si tuve más espacio y más tranquilidad para hacerlo. Grabé todo con instrumentos prestados, recién hace poco me compré una guitarra; si bien los instrumentos que usé no iH: Parece haber un hilo entre esas influencias, y es eran de gran calidad y el teclado con el que grabé era casi que todas tienen la fuerte impronta de la música negra de juguete, nunca hice hincapié en eso, era lo que tenía (soul, funk, samba, hip-hop, reggae). ¿Esta elección es- en ese momento y tenía que aprovecharlo. tilística fue deliberada? C: Es difícil decir que fue una elección consciente, por- iH: Si tuvieras que elegir tres de las sesenta canciones de que en realidad son las músicas que más suenan en el acuerdo a tu conexión con ellas, ¿cuáles serían y por qué? Brasil popular, que es además el más sacrificado. Esto LM: Elijo las canciones que son de las que más me gussignifica que también demandaba un gran esfuerzo tan en sí y que, además, representan bastante el espíritu hacerse con los medios para consumir música: discos del disco: Algo del pasado,Estación y María en el campo, o equipos. No todo de lo que fui escuchando fue una esta última también porque fue la primera que grabé y elección, y la música que hago hoy es fruto de todas las fue como la confirmación de que podía hacer el disco fuentes a las que estuve expuesto. por mis propios medios. iH: Entre las canciones de Nó na Orelha están Não existe amor em SP o Frêgues da meia noite, que tienen un aire calmo e introspectivo, y el resto, que son bailables sin abandonar las letras reflexivas ¿hacés música para el cuerpo y para la mente? C: En realidad el motor de mi música es mi necesidad de expresarme, sin saber si va a ser bailable o no. Hago música para no volverme loco, para canalizar e intentar abrir un diálogo, y hacer llegar un mensaje importante tanto en el texto como en la sonoridad. Mucho del éxito del último disco es mérito de los productores (Daniel Ganjaman y Marcelo Cabral) que consiguieron traducir y respetar en las melodías la visión del mundo de las canciones.

iH: ¿Cuál es el contexto ideal para escuchar Música para nadie? LM: No creo que sea una muy buena promoción, o tal vez si, pero debo decir que en mi caso lo he usado infinidad de veces para dormir, siempre funciona y al quinto tema estoy durmiendo. También me imagino que es ideal para escucharlo en soledad, con auriculares, sino es un poco díficil engancharse capaz, no creo que funcione como música de fondo. En general creo que hay que darle un tiempo, tenerle paciencia y tal vez pueda llegar a ser una experiencia bastante satisfactoria.


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AZURE BLUE (SUE)

LOS COMING SOON (AR)

l por Judith Gómez Machado

l por Bárbara Pavan

indieHearts: Al escuchar tus canciones pareciera que tenés una relación muy especial con el océano. Azure Blue: Crecí muy cerca de Sandy Beach, en las afueras de Varberg (sudoeste de Suecia), así que se podría decir que el océano está en mis huesos. Después de vivir 20 años allí, viví diez más en Gothenburg, así que mis orígenes están muy marcados por la costa oeste de Suecia. Conté muchas historias personales a través de él.

indieHearts: ¿No sienten un poco de presión sacando un segundo disco a un año de sacar el primero? Pato: En realidad, sale de forma natural. No es algo premeditado, no es que “tenemos” que hacer otro disco. Están las canciones, vamos a grabarlas y vienen nuevas. Tocando juntos encontramos algo re lindo y nos es más difícil cerrar canciones que buscar una energía de cómo tocarlas, porque nos re encontramos. Cada uno es una pieza importante, si Lauri falta a un ensayo suena todo re distinto y no termina de armarse.

iH: ¿Cómo trabajás el nivel de intimidad de tus canciones? AZ: Creo que llegué a ese punto por el miedo a no ser original. Vengo de un pueblo pequeño, y siempre me pregunté “¿qué es lo que me hace diferente?”. La única respuesta que encontré fue describir mis sentimientos de manera honesta. Con Azure Blue trato de que se escuchen mis pensamientos y de contar mi historia de la forma más simple. iH: ¿Qué es lo que más te atrae del synth pop? AZ: Me gustan las drum machines y los sonidos casi ilimitados de los sintetizadores. Azure Blue no es synth pop, es pop con muchos sintetizadores, existe una diferencia. Para mi el synth pop es más oscuro y gótico. La regla de tres funciona bien con una guitarra acústica y voces. Amo el new wave, el new romantic, el ítalo disco y el pop de los 80; pero también amo otras grandes cantidades de música.

iH: ¿Cómo es el proceso de trabajo de las canciones? P: yo traigo la idea, a veces, armónica melódica, a veces, solamente una armonía, o una idea de por dónde va. La tocamos por horas hasta que toma forma de canción, y ahí la vamos maqueteando, es lo normal. iH: ¿Por qué eligen el inglés para escribir las canciones? Lala: Todas las ideas en algún punto tienen su inspiración en música que está cantada en inglés. Hasta los propios ritmos quedan mejor en inglés, es como la musicalidad del idioma. Pato: Hay musicalidad en las palabras en español. Decir “I only wait for you” en español, “sólo te espero a vos”, me suena a Arjona. Hay cosas que en castellano no da para decirlas. Quizás son cosas importantes, pero cuando las traducíamos, queríamos cantarlas en inglés. Cuando las cantamos en español nos matamos de risa. El inglés tiene más vocales, tiene más vocales abiertas, entonces permite que haya otra fluidez, y también es cierto, la música que hoy estoy consumiendo es toda música en inglés, funk, música negra. Me hallo mucho más en ese entorno que en referentes que tengamos acá.


40. ENTREVISTAS / Nada Surf

Nada Surf: la humildad de las estrellas Con años de carrera a cuesta, los rockeros de Nada Surf se presentaron por primera vez en Buenos Aires. Antes del show, Daniel Lorca, uno de los fundadores de la banda, habló con indieHearts sobre el trabajo del grupo, sus nuevos miembros y su último trabajo discográfico, The Stars are Indifferent to Astronomy. Por Gustavo García & Bárbara Pavan

E

stán. Las vicisitudes de la vida cotidiana no las afectan, y, como diosas que escuchan como murmullos los gritos y sufrimientos de los meros mortales, residen eternamente en la incógnita. Y así es la vida, estas diosas, o conjuntos gigantes de gases extraños, penden sobre nuestras cabezas para recordarnos que, quizás, no somos tan grandes o relevantes como pensábamos. Las estrellas son indiferentes a la astronomía. Que es, justamente, el título del último disco de estudio de Nada Surf.

como surfear sobre el vacío existencial) sumó a Doug Guillard, ex Guided By Voices, como segunda guitarra. Esto le dio al grupo más posibilidades sonoras, que podemos apreciar de forma tangible en su séptimo disco de estudio.

El cuarto miembro del grupo llegó casi por accidente, cuando Guillard colaboró con ellos en algunas canciones de su disco anterior, If I Had a Hi-Fi. Como este LP se compone de covers, Guillard les pidió si podía tocar algunas de las canciones de Nada Surf con ellos. Y la banda Formada a mediados de los ’90 por Matthew Caws y Da- terminó llevándolo de gira y, eventualmente, invitándolo niel Lorca, la banda hizo su primera presentación en Bue- a grabar en su nuevo disco: “cuando hicimos este disco, ya nos Aires el martes primero de mayo en Niceto Club. En desde un principio, como sabíamos que podíamos contar una de los escasos descansos de sus casi permanentes giras, con él porque él estaba muy contento tocando con nosotros, Lorca habló con indieHearts y contó un poco sobre su ex- le dejamos unos espacios en ciertas canciones y porque tiene periencia en la banda, su historia con la música, y reveló un gusto musical muy bueno, no te hace el típico punteo más detalles sobre The Stars Are Indifferent to Astronomy. de guitarra que es como masturbatorio, sino que son muy musicales todas esas partes que él escribe para la guitarra”. En su larga carrera, los dos miembros regulares del reparto siempre han sido Lorca y Caws. Luego de pasar por mu- Sin embargo, Nada Surf se sigue considerando un trío (a chos bateristas, la banda se asentó con Ira Elliot, pero el pesar de haber sumado también a uno de los miembros primer disco High/Low fue grabado con Aaron Conte en de Calexico para las partes de piano). “Yo me imagino que los tambores. Para este último disco, Nada Surf (algo así al próximo disco lo haremos más o menos igual, hacemos


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las canciones nosotros y luego… No sé, es que eso de tener una persona más en el grupo es un gran paso porque yo creo que parte de la razón por la cual seguimos juntos desde hace tanto tiempo es porque tenemos la estructura del trío, nunca puede haber dos contra dos”, afirma Lorca. El proceso creativo también se encuentra cerrado entre Lorca y Caws. Son los dos que se encargan de escribir las canciones, darles forma y transformarlas en un tema de Nada Surf: “en general las letras las escribe todas Matthew, y las canta todas él. Normalmente, suele suceder que Matthew trae una idea de una canción, la trabajamos juntos y luego le vamos haciendo los arreglos. Hay canciones que son muy fáciles y que en un segundo Matthew se pone a tocar y la canción está totalmente acabada (o sea lo que va a ser el bajo y la batería). Los cambios los podemos arreglar en cuestión de minutos, o en todo caso de poco tiempo, pocas horas. Y luego hay otras canciones que no se dejan domar y puedes estar currándolas durante meses y meses, incluso a veces durante años.”

El nombre, por supuesto, también tiene una anécdota existencial. “Aparte de que entra muy bien con los demás de nuestros títulos, es una expresión que utiliza el padre de Matthew en sus clases, él es profesor de filosofía en la Universidad en Washington y es una de esas expresiones que utiliza para que te des un poco cuenta de tu relativa insignificancia como persona y un poco para ponerte en tu sitio y recordarte que tienes que ser humilde”. Aunque tienen con qué, los Nada Surf siguen manteniendo su humildad.

En los planes futuros de la banda (además del sueño de Lorca de vivir en Ibiza), Nada Surf tiene en mente meterse de lleno con su propio sello, con el que hasta ahora solamente ha sacado algunos de sus propios títulos. “Para ser un sello de verdad habría que sacar otras cosas y a nosotros nos encantaría y Matthew está siempre descubriendo grupos nuevos, va a todos los conciertos que puede y siempre lo que hace es llamar a nuestros amigos que tienen sellos de discos y los recomienda. A nosotros nos encantaría hacer eso pero no tenemos tiempo. Sería genial poder montar un sello nuestro, es una asignatura pendiente. Lo mismo con The Stars Are Indifferent to Astronomy es un disco im- producir, yo soy más ingeniero y Matthew es más producportante para la banda. El grupo se siente cómodo con tor, entonces entre los dos siempre hemos pensado que nos el resultado y piensa que realmente han logrado lo que encantaría producir discos de otros grupos. Eso sería súper siempre tuvieron ganas de hacer. Sus discos anteriores interesante, haces un proyecto con una banda francesa, te “son discos elegantes, que hemos tenido mucho cuidado en vas a París y produces un disco. Pero claro, con Nada Surf que los tempos estén bien, de que no parezca demasiado en pleno funcionamiento son cosas que no tenemos tiempo apresurado, pero luego cuando las tocamos en vivo no las para poder realizar”. tocamos así, las tocamos con mucha más caña, muchas veces aceleradas. Entonces pensamos ‘eso ya lo hemos hecho y lo hemos hecho bastante bien, vamos a cambiar un poco, ¿por qué no hacemos un disco que grabado se acerca un poco más a lo que debería ser el live?”.


42. ENTREVISTAS / Man or Astro-Man?

Man or Astro-Man? Nunca fuimos puristas del surf rock tradicional El baterista Brian Teasley, más conocido como Birdstuff, habló con indieHearts sobre la agitada vida de Man or Astro-Man?, su relación con el fallecido DJ y locutor inglés John Peel, su próximo disco junto al productor Steve Albini y su nueva forma de vivir la musica que crean. Por Judith Gómez Machado

C

omo si se tratara del film Close Encounters of the Third Kind (1977), la luz que emanan Star Crunch (guitarra y voz), Coco the Electronic Monkey Wizard (bajo y theremin) y Birdstuff (batería) no hace más que anunciar que algo espectacular está a punto de suceder. Formados en 1992 en Auburn, Alabama, o como prefieren aclarar “luego de un aterrizaje de emergencia en el planeta Tierra” el legendario conjunto alienígena Man or AstroMan? hizo su debut en las bateas estadounidenses un año después con Is It … Man or Astroman? por Estrus Records. Con casi dos década de vida musical sobre sus hombros –incluida su separación en 2001, dos reuniones en 2005 y 2010 y la incorporación de la nueva integrante Avona Nova en guitarra y bajo– el surf rock instrumental de la banda conocida por ser una de las que más recorrió el mundo con su música en los años 90, hizo su paso por Niceto Club el 11 de mayo junto a The Tormentos y The Broken Toys como teloneros.

nen en mente para los ciudadanos de Buenos Aires? Birdstuff (Brian Teasley): Les diría “¡Esperen lo mejor y no acepten sustitutos!”. En realidad creo que ese es el slogan oficial de Porsche, pero funciona bien en esta situación. iH: ¿Hubo algún hecho que te haya influenciado musicalmente de manera especial? B: ¿Conocen la película Crossroads? Basaron el personaje de Ralph Macchio en Star Crunch y el de Steve Vai en mi, así que pueden imaginarse lo que fue en la vida real. iH: ¿Recordás cuál fue el primer disco con el que te obsesionaste? B: Como parte de Man or Astro-Man? fue probablemente The Ventures In Space de The Ventures, pero como un niño espacial en los 70, desgasté Glass Houses de Billy Joel. iH: ¿A qué bandas se sienten cercanas musicalmente? B: Nos sentimos muy cercanos a Sun Ra, porque también tuvieron un aterrizaje de emergencia en Alabama.

iH: ¿Qué nos pueden contar de su experiencia grabando BBC Sessions? ¿Cómo recuerdan al gran John Peel? indieHearts: ¿Qué tipo de experiencia intergaláctica tie- B: Lo recuerdo muy bien. Pasamos mucho tiempo con


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él. Lo conocimos por primera vez en el 93 en el Phoenix Festival y fue de gran soporte para la banda. Nosotros sólo éramos un grupo de niños –maleducados y groseros– de punk rock adolescente de Alabama y él fue genial con nosotros. Creo que le resultó un tanto bizarro y exótico que fuéramos una surf band del sur de los Estados Unidos. Fue el principal responsable de que la gente en Inglaterra y Europa nos escuchara y apreciara nuestra música. Creo que hicimos ocho u nueve BBC Sessions con él. Fue el mejor DJ de radio que jamás vivió y lo extrañamos mucho.

negativo es que durante algunos años fue como un trabajo interminable; y empezás a perder la noción de que la única razón por la que empezaste a tocar en una banda fue para divertirte con tus amigos. Obviamente ya no somos los chicos de 19 años que vivían juntos en una casa, pero creo que cuando tocamos hoy en día redescubrimos lo que nos hizo bien por tantos años. Sería deshonesto decir que siempre fue divertido. Toqué tres mil shows en 20 años con Man or Astro-Man? y otros proyectos, así que te podés imaginar lo que le hizo a mi mente, la cual ya estaba bastante retorcida.

iH: ¿Consideran que el surf rock es un género que a veces es subestimado? ¿De qué manera lo aplican en Man or Astro-Man? B: El surf rock tiene una base bastante estable de fans fieles, aunque sea pequeña. Tomamos en gran medida la expresión y el idioma musical del surf para nuestra música, pero nunca fuimos puristas del surf rock tradicional. El atractivo de nuestra banda es que crea su sonido emergiendo fuertemente del surf y el punk.

iH: ¿Cómo describirías la sensación de ser parte de Man or Astro-man? B: Sin ser completamente cursi, hay un enorme sentido del orgullo. Logramos más de lo que deberíamos. No hay razón para que un pequeño grupo instrumental como el nuestro haya podido crecer lo que crecimos o irnos de gira como lo hicimos a nivel mundial. Nos sentimos afortunados y agradecidos.

iH: Luego de casi 20 años de tocar juntos, ¿podrían decir que su música ha evolucionado? B: Si bien es probable que ahora sea más oscura y pesada, también hemos redescubierto lo que estaba bueno de nuestra banda en un primer momento. Los últimos discos que hicimos, especialmente después de que Star Crunch dejara la banda, fueron bastante extraños, registros indulgentes que fueron el resultado de empujar (un poco demasiado) una reinvención. Ahora creo que estamos cómodos con el hecho de que Man or Astro-Man? exista, porque estamos muy conectados con el sonido que desarrollamos.

iH: ¿Cuáles es su opinión sobre las reuniones de bandas en general? B: Generalmente creo que son patéticas. Es como ser viejo y miserable y buscar desesperadamente a tu novia de la secundaria para ver si quiere salir de nuevo con vos.

iH: Muchas veces se ha dicho que Man or Astro-Man? ha estado de gira más que cualquier otra banda de los 90. ¿Los afectó de alguna forma? B: El lado positivo es que pude conocer a gente increíble y hay experiencias que no cambiaría por nada, pero lo

iH: ¿En qué instancia de la grabación de su nuevo disco con Steve Albini se encuentran? B: Si todo sale bien, el nuevo disco estará listo en septiembre, ha sido muy divertido grabar con Steve. Grabamos todo en vivo, en cintas analógicas. iH: ¿Después de su show en Argentina cuáles son sus planes? B: Vamos a ayudar a la Argentina a llevar un hombre a la Luna, o tal vez a Marte –dado que los Estados Unidos obviamente no tiene más interés por el espacio–.


44. ENTREVISTAS / Chromeo

Chromeo:

“Business Casual es la versión más sofisticada de nuestro sonido” Por primera vez en Argentina, el dúo canadiense Chromeo rompió las tablas de Niceto a base de pura sensualidad ochentosa y sintetizadores potentes. Antes de su concierto, indieHearts habló con Dave 1 desde Nueva York, donde el grupo se encuentra grabando su próximo disco. Por Bárbara Pavan

A

llá por 1987, E-mu Systems Incorporated lanzó uno de sus productos más famosos al mercado: se trató de la máquina de batería y sampler SP1200, que en poco tiempo se transformó en sinónimo de sonido vintage (sí, aún en ese entonces). Los artistas de hip-hop de la época lo adoraron: en 1991, Cypress Hill lo usó para su disco debut, y años más tarde Jay-Z lo usó en su disco Reasonable Doubt. Y también por esa época, Dave 1 solamente se llamaba David Macklovitch y era un tremendo aficionado del género. Con un ardiente deseo de hacer música en estos equipos. Décadas más tarde, Dave 1 nos atiende el teléfono desde Nueva York, donde él y P-Thugg (o Patrick Gemayel) están grabando el próximo disco de Chromeo. Apenas algunos días antes de pisar por primera vez el suelo argentino y dar el concierto que presentará su tercer disco de estudio, Business Casual, el guitarrista y cantante de una de las bandas de ¿hip-hop? ¿funk? ¿electropop? más importantes y creativas del momento nos cuenta un poco sobre qué era lo que esperaban de su público argentino. Dave es cauteloso: “nunca fui a la Argentina, así que estoy

emocionado, pero no quiero generar expectativas porque no sé, vamos a ver. Nunca fui a Latinoamérica. Espero que salga todo bien. Solamente hicimos un show privado en Brasil, y tocamos en México, pero no en América del Sur”, se ataja. No hubo necesidad: en el concierto del pasado 15 de mayo, la banda se despachó con un set repleto de hits, que hizo bailar a la audiencia durante poco más de una hora. Las canciones de Fancy Footwork y Business Casual fueron las protagonistas, aunque no tanto las de su “odiado” primer disco, She’s in Control. No hay motivos para ser humilde, pero Dave (actualmente en una carrera de posgrado en la Universidad de Columbia en Literatura Francesa), dispara: “tenemos en mente hacer lo mismo que hacemos para todos los shows, hacer lo mejor que podamos. Y tocar de la mejor manera que podamos, hacer el mejor concierto que podamos”. Gemayel –de ahora en más, P para los lectores– conoció a Dave mientras todavía estaban en la secundaria. Con una formación un poco más clásica, le aporta a Chromeo todo lo que Dave, en su voraz ansia de samplers fiesteros, no puede. Las canciones se componen por separado: P en su departamento de Montreal, en Canadá, y Dave desde


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Nueva York. Las canciones, sorprendentemente, incluso para la misma banda, tienen la misma vibra ochentosa y electrónica que ya es la marca registrada de Chromeo. “Tratamos de trabajar en nuestras canciones por separado, y cuando comenzamos un disco nos juntamos y trabajamos juntos. Es raro, porque algunas de las canciones suenan un poco como él, otras un poco como yo, pero como hacemos todo juntos, se mezcla todo en un único sonido”. La banda se formó, o en realidad, terminó de formarse y se dio un nombre, cuando el DJ de Montreal Tiga, que trabajaba con Dave en una tienda de discos, los hizo firmar en su sello. La idea era que Chromeo fuera una dupla de productores, pero pronto, Dave se encontró involuntariamente frente a los micrófonos y ocupó el rol de frontman. Su primer disco, She’s in Control, fue editado en ese mismo año -2004- y, aunque Dave no lo recuerda con mucho cariño, tuvo un éxito importante: “no me gusta nuestro primer disco, escucho muchos errores. Tiene sus momentos mágicos, pero en su gran mayoría, son errores”. El dúo no se devanó los sesos para seguir adelante. Tranquilos, demoraron tres años en editar su segundo disco: debería cumplir con las expectativas generadas por el tremendo hit Needy Girl, que se esparció como pólvora en las pistas de baile europeas y norteamericanas. Sin embargo, salieron airosos del desafío con Fancy Footwork, lo que el grupo define como un verdadero hito en la historia de Chromeo. Hoy en día, siguen persiguendo esas mismas aspiraciones. “La banda se puso más sofisticada que en sus comienzos. ¡Eso espero! Somos mejores en lo que hacemos, definimos más nuestro sonido. Nuestro primer disco es casi como un demo, no teníamos experiencia. Con Fancy Footwork encontramos nuestro sonido, nuestro estilo, y lo conservamos. Business Casual es la versión más sofisticada de eso, y vamos a seguir haciéndolo”. Para Fancy Footwork, la banda ya se había armado un trademark característico consistente en instrumentos analógicos, iconografía y estética de los años ’80, la mezcla perfecta entre el romanticismo (Romeo) y el bling ochentero del hip hop (chrome). Eso era lo que buscaban. Y se dedicaron a mezclarlo con elegancia y sofis-

ticación: las canciones divertidas como Call Me Up o Momma’s Boy se modernizaron, se vistieron de traje y se convirtieron en esfuerzos como The Right Type o J’ai Claqué La Porte, enteramente cantada en francés y con una melodía que se aleja de sus temas tradicionales. ¿Por qué Business Casual, entonces? “Pensé que Business Casual era un nombre muy gracioso”, confiesa Dave. “Se refiere a un código de vestimenta, lo escuché una vez cuando estaba haciendo una reserva en un restaurante y me dijeron que el código era Business Casual (para nosotros, algo así como un elegante sport). Algo así como elegante, pero no demasiado. Elegancia casual. Me pareció que sonaba muy ‘80s, muy Miami Vice. Es gracioso porque es como un contraste, yo y P somos un contraste, todo sobre nuestra música es un contraste. Es seria pero es graciosa a la vez, es simple pero sofisticada, esos son todos los opuestos en nuestra música”. Casi dos años más tarde, la gira de Business Casual estaba llegando a su fin, y Dave y P se decidieron finalmente a pasar por nuestros lares. Por primera vez en América Latina, y en pleno proceso de composición de su cuarto disco de estudio, Chromeo llegó en un momento inusual al escenario de Niceto Club. “Ya casi terminamos la gira de Business Casual, de hecho, esta es una adición a la gira. Lo hicimos por más de dos años, fue muy divertido, mucho trabajo, muchos viajes, pero lamentablemente no habíamos tenido la chance de ir a América del Sur, así que vamos ahora, aunque ya estamos trabajando en nuestro próximo disco”. Finalmente, la espera terminó. Dave y P se subieron al escenario, abandonaron todo concepto de expectativas y se lanzaron (en el caso de Dave, literalmente) a los brazos de su público porteño, que los recibió gustoso. La popularidad de Chromeo ciertamente aumentará en el país después de su presentación, y, aunque quedamos con muchas ganas de saber más sobre su enigmático próximo disco, nos quedamos con los coros agitados de Grow Up al finalizar el show.


46. DISCOS

discosreviewS The Flaming Lips The Flaming Lips and Heady Fwends (2012) The Men Open Your Heart (2012)

Miike Snow Happy to You (2012)

Alabama Shakes Boys and Girls (2012)

El año pasado, The Men llegaba para saturar parlantes y auriculares con Leave Home, su primer y aclamado disco via Sacred Bones Records. Open Your Heart mantiene una amplia y englobante disposición de estilos, clara señal de que la banda se encuentra fascinada de manera hiperactiva frente a los distintos géneros e influencias que se pueden tomar a la hora de grabar un álbum. Por eso, la sensación de escuchar este trabajo puede familiarizarse más a la de un compilado en vivo de un festival con Spacemen 3, The Stooges, The Ramones, The Replacements, Sonic Youth, y un poco de rock-era Neil Young, que a la de un único recital. Energía en su forma más pura.

Se podría decir que la participación de The Flaming Lips en los medios es ventajosamente mayoritaria. Siempre que el nombre de la banda figura en el título de alguna noticia, nos vemos obligados al click curioso inmediato, y nunca que termina siendo en vano. Esta vez, el Record Store Day sirvió como excusa para recopilar en un disco doble lo mejor de sus colaboraciones con otros artistas (Ke$ha, Bon Iver, Edward Sharpe and the Magnetic Zeros, Nick Cave, Jim James, Kevin Parker, Neon Indian, Yoko Ono y Erykah Badu, entre otros). The Flaming Lips es de las únicas bandas vivas que, además de expandir sus propios límites sonoros en cada canción, se confiesan a sangre y lágrima en cada cosa que hacen (y literalmente también).

Uno de los mayores exponentes del electropop sueco a nivel internacional, tres años después de haber editado su primer LP homónimo en el 2009, regresa con Happy to You. La banda formada por los productores Christian Karlsson y Pontus Winnberg y el cantante y compositor estadounidense Andrew Wyatt hizp un gran trabajo del cual se pueden rescatar nuevos buenos hits (Paddling Out, The Wave, Devil’s Work y God Help This Divorce). Un álbum donde las melodías pegadizas, los arreglos de teclados y los estribillos poderosos son recursos reiterados. Será cuestión de tiempo comprobar si esta formula cansa, o sirve para hacer que casi todos los tracks sean potenciales hits.

Es lógico decir que una banda de soul que edita un disco en el 2012 va a ser denominada una banda de neo-soul o de soul revival. Y en este caso es cierto, aunque también es incompleto. Los Alabama Shakes son más que una banda que toma esa música y la tocan hoy. Los chicos de Mobile, Alabama dan un gran paso en su primer disco. Una placa con muchas de esas canciones que se traducen en emociones, que se dejan escuchar en momentos tan diferentes como viajar por una ruta o pasarle un trapo rejilla a la mesada de la cocina. Un disco debut de esos que le mete presión al próximo. Pero por lo mostrado hasta aquí, la banda tiene espacio para crecer y tiempo para seguir deleitando a todos los nostálgicos que buscamos escuchar algo nuevo.

EO.

EO.

BV.

FA.


#iHMag/ 47.

The Ting Tings Sounds from Nowheresville (2012)

Nada Surf The Stars Are Indifferent To Astronomy (2012)

A veces, el mundo que rodea a la música se pone en fundamentalista y entra en el círculo vicioso de la taxonomía: lo-fi, indie, alternative indie rock, indie pop, etc. En ciertos casos, la mejor definición se encuentra en la redundancia, y este es uno de esos: The Magnetic Fields hace música estilo The Magnetic Fields. Love At The Bottom Of The Sea es una placa complicada, de esas que necesitan más de una pasada. El sonido puede mutar o deslizarse hacia otros lares, pero mantiene en las letras una ingenuidad intencionada. A pesar de hilacharse por ciertos momentos, la banda arma un tejido musical intenso, provocativo por momentos y denso en otros, pero siempre bajo algo que en la música debería ser un requisito: la búsqueda.

Pasaron 3 años desde el lanzamiento de su último álbum, y la espera por el nuevo trabajo de The Maccabees se terminó con Given To The Wild (2012). Con un sonido más maduro, experimentaciones que terminan en resultados dignos y su característico tinte indie rock británico, el grupo nos deleita con trece canciones lo suficientemente buenas para no pasarlas por alto. El disco del quinteto londinense denota una evolución con respecto a sus producciones anteriores; si bien se pierde un poco la personalidad en pos de algo más jugado, y muchas canciones nos remiten a Coldplay o Arcade Fire por momentos, el conjunto sabe explorar nuevos sonidos y no restar calidad musical. Given To The Wild es la oportunidad perfecta para conocer a The Maccabees.

Si fuese una banda con una amplia trayectoria, este disco podría tildarse de “experimental”. Sin embargo, no es el caso de The Ting Tings. Con sólo un álbum de estudio en su haber, We Started Nothing (2008) lanzan el reciente Sounds from Nowheresville (2012). El último trabajo de Katie White y Jules de Martino no propone nada nuevo con respecto a lo que venían haciendo, ni busca innovar o progresar dentro de su estilo, sino que trae una lista de temas muy variada, generando una heterogeneidad casi confusa. ¿Dónde quedaron los temas electrónicos bailables que hacían antes? En Sounds from Nowheresville, hay una amplia gama de sonidos dispuestos a demostrar que este dúo británico es más que hits radiales, pero se pierde un poco la frescura, la libertad y la rebeldía.

“Todo lo que siento es transición. Ahora a estar solo, con el ojo despejado, con una mente nublada”. Así empieza el primer estribillo del disco. Si no podés relacionarte con esa frase, nunca fuiste adolescente. De eso se trata conceptualmente al álbum: amores perdidos, amores encontrados, anécdotas de juventud y la melancolía de una época, que vista por una banda de adolescentes de más de 40, permite agregar ironía y cinismo a esos años. Lo atractivo del disco es como sus diez canciones se complementan, se van dando el pase una a otra de manera natural, para hacerlo sensible. Una placa casi perfecta, que logra eso que los grandes discos deben hacer: conectarse con uno mismo, hablarnos en primera persona y hacernos sentir que no estamos solos. Como cuando éramos adolescentes.

FA.

BV.

BV.

FA.

The Magnetic Fields Love At The Bottom Of The Sea (2012)

The Maccabees Given To The Wild (2012)


48. DISCOS

discosreviewS

School of Seven Bells Ghostory (2012)

of Montreal Paralytic Stalks (2012) The Shins Port of Morrow (2012)

The Decemberists We All Raise Our Voices to the Air (Live Songs 04.11-08.11) (2012)

En el ámbito de la música siempre está presente la tendencia de tener que clasificar bandas dentro de estilos. Esto se vuelve muy difícil con of Montreal, que mezcla música experimental, con toques electrónicos, ingredientes poperos como melodías pegadizas y arreglos vocales, un poco de psicodelia y hasta reggae. Con todos estos elementos y diez discos en su haber, llegan con Paralytic Stalks: el compilado de la homogeneidad cero donde cada canción es un mundo. Desde un punto de vista positivo, cada una es un objeto de estudio por su cualidad impredecible. Pero por otro lado, la banda puede verse sin personalidad resultando en una escucha difícil. Paralytic Stalks no es un buen disco introductorio, pero si of Montreal no nos es ajeno, tomémoslo con calma y tiempo porque hay mucho para escuchar.

Conmovedor, armonioso, cálido, sobresaliente y demás adjetivos similares encajan perfecto para hablar del último CD de The Shins. Cinco años pasaron del lanzamiento de Wincing the Night Away (2007), pero definitivamente la espera valió la pena. La banda oriunda de Nuevo México nos trae un compilado bellísimo bajo el nombre de Port of Morrow. Un disco muy esperado para los seguidores de la banda y la oportunidad perfecta para los que quieran conocerla. Diez tracks más melódicos y pegadizos en comparación a lo que solía hacer The Shins, combinan calidad musical con un estilo radiofriendly. Port of Morrow es el claro ejemplo de que a las cosas buenas tardan en llegar y, cuando llegan, hay que saber disfrutarlas.

Después de doce años de carrera y ocho discos en su haber, The Decemberists lanza su primer álbum en vivo bajo el nombre de We All Raise Our Voices to the Air (Live Songs 04.11-08.11). Fue grabado el año pasado durante la gira presentación de su último trabajo de estudio The King is Dead (2011), pero también incluye temas de sus discos anteriores. En una visión general, el sonido no demuestra la teatralidad con la que se desenvuelven en el escenario, y no usan el vivo para llevar sus canciones a un plano mas solemne o poderoso. We All Raise Our Voices to the Air (Live Songs 04.1108.11) es un disco que los fanáticos de The Decemberists sabrán apreciar, mientras que a los que ignoren esta banda no logrará convencerlos.

El último trabajo de School of Seven Bells, Ghostory, es uno de esos discos que muestran más detalles a medida que se los escucha. Puede que al principio no deslumbre, pero vale la pena prestarle atención y escucharlo un par de veces para formarse una idea. El (ahora) dúo neoyorkino se las arregla bien sin una de las hermanas Deheza, quien dejó la banda luego de que saliera su segundo disco Disconnect From Desire (2010). Arranca muy bien, con The Night, una perfectamente arreglada progresión de acordes a los que se van sumando de a poco más y más capas y una batería cada vez más potente. Sin ser lo mejor que ha salido desde que empezó el 2012, Ghostory nos trae una idea clara bien ejecutada y es un disco que, en general, se disfruta escuchar. Dentro del género del shoegaze, SVIIB se mantiene como una de las bandas a tener en cuenta.

BV.

BV.

BV.

TFF.


#iHMag/ 49.

Band of Skulls Sweet Sour (2012)

Graham Coxon A+E (2012)

Lisandro Aristimuño Mundo Anfibio (2012) Delta Spirit Delta Spirit (2012)

Sweet Sour es el nombre del segundo disco de los ingleses Band of Skulls, quienes vuelven a apostar por el productor Ian Davenport –Supergrass y Badly Drawn Boy– para reeditar una fórmula que sigue dando frutos, dejando a un lado la simpatía por la electrónica moderna y retomando por momentos el viejo folk yankee que va como maridaje ideal para el otoño. Este regreso a las bateas, es una aceptable segunda entrega que hace honor al pulso musical de esta década, en la que revisionismo rockero está a la orden del día para muchas bandas. Si a eso le agregamos ese toque de oscuridad en las letras y en las melodías –no por nada se visten casi siempre de negro–, el camino hacia las grandes ligas estaría allanado para los de Southampton, que definitivamente van por más.

El ex Blur Graham Coxon festejó sus 43 años con su octavo álbum de estudio, A+E. En algún punto, posee similaridades con el extravagante segundo LP del anteojudo de Colchester, The Golden D (2000). Aquel disco era un prontuario de ideas (hardcore, electrónica, covers fieles de Mission of Burma), muchas a medio cocer, pero que resultaban en un conjunto realmente único en su discografía. Aunque infinitamente más cohesivo que aquel trabajo, el álbum comprende también una serie de canciones que nos toman de imprevisto. A+E reafirma lo que sus fanáticos seguramente piensan: que hay mucho que descubrir en su discografía y que detrás de esas gafas y esa Telecaster se adivina un músico capaz de alcanzar picos creativos lo suficientemente altos como para merecer –por lo menos– unas cuantas palmaditas de apoyo en la espalda.

Lisandro Aristimuño viene del sur, es rionegrino. Y este no es un dato más. En su música y sus ánimos se adivinan paisajes y vientos, y se perciben con mucha nitidez todas las tribulaciones de la ciudad que se trenzan de los cuernos con su niñez de paisajes naturales, y carente de edificios. Mundo Anfibio cuenta con algunas participaciones llamativas, si bien ya estaban presentes en sus presentaciones en vivo. Son de la partida Hilda Lizarazu, Ricardo Mollo, y Boom Boom Kid. Hay cuerdas, rock, folklore del nuestro y de decenas de otras etnias, y sonidos sintetizados. Todo en un sampleo constante y una elaboración de arreglos sutiles, que traman sonidos como si fuera un telar.

Delta Spirit presenta un homónimo tercer álbum, con la intención de dejar bien claro que éste es el sonido que vienen buscando desde el principio y con el que quieren que se los asocie de ahora en adelante. Las raíces folk y country sureñas siguen estando, pero más sutiles y disimuladas, abriendo paso al lado más californiano y rockero de la banda. Si bien el resultado no es demasiado parejo y algunos tracks quedan medio descolgados en el conjunto, Delta Spirit nos trae excelentes canciones que son de lo mejor que ha producido esta banda y que por sí mismas ya lo vuelven un disco que vale la pena escuchar.

AD.

EP.

PA.

TFF.


50. DISCOS

discosreviewS

The Cribs Inside the Belly of the Brazen Bull (2012) Valentín y Los Volcanes Todos los Sábados del Mundo (2012)

Plants and Animals The End of That (2012)

Rufus Wainwright Out of the Game (2012)

El larguísimo derrotero de los perdedores pop sigue intacto y una buena muestra de esto último es lo nuevo de Valentín y los Volcanes. En éste, su segundo trabajo de estudio, la banda sigue con su apuesta a las guitarras que juegan entre el ruido y el silencio, pero también se toman un tiempo para ver en qué termina toda esta aventura, con canciones que están más cerca de The Magnetic Fields o Albert Hammond Jr. que de My Bloody Valentine. Sin demasiados artificios –y mejor que sea así- VyV repite en Todos los Sábados del Mundo la estrategia de Play al Viejo Walkman Blanco, combinando por igual la electricidad a 220 con el descanso, almohada en mano.

La tercera placa de la canadiense Plants and Animals nos lleva definitivamente a hacer un recorrido. Este es uno de esos discos que necesariamente requieren más de una escucha para elaborarlo y digerirlo. Lionel Darenne, quien venía de grabar a Feist en California, se sumó a estos muchachos en París para ayudarlos a encausar su proceso de grabación. Quizás este sea el motivo de ese comienzo del disco tan acústico, folk reflexivo. En Lightshow y Crisis comienza entonces a cambiar el rumbo de la cuestión, las guitarras suenan más despojadas e incluso se afinan sobre el jam al comienzo, el ritmo se acelera y asoman sonidos acabadamente rockeros.

“Nada se crea, nada se pierde; todo se transforma”, hay que asumir que dada la época en que lo postuló, Antoine Lavoisier no estaba hablando de música. Pero escuchando el nuevo disco de The Cribs, no puedo dejar de pensar en ese principio universal. ¿Cómo lidiar con la pérdida de Johnny Marr, uno de los guitarristas más creativos que dieron los infames 80s? Los hermanos Jarman eligieron el camino de la realidad: entender que no pueden volver atrás, aceptar la pérdida y grabar un nuevo disco con todo lo que por contacto aprendieron del mítico guitarrista. Tomándolo como un disco de transición, es una placa interesante. Un híbrido entre aquellos muchachos que bardeaban a los scenesters y aquéllos que se unían con Johnny Marr para sacar el mejor disco de su carrera.

AD.

DG.

FA.

El americano-canadiense Rufus Wainwright regresa con un disco digno de ser nombrado un clásico, rescatando esa fórmula de canciones universales, con coros y guitarras pulcras que pareciera llevarnos a otro lugar del mundo. En este álbum, todos los temas tienen ese “algo especial” y no hay espacio para decepcionarse del último trabajo de este genio musical. La selección del orden de las canciones es perfecta y, a pesar de la similitud que hay entre algunas, no resulta ser un disco monótono u aburrido. Wainwright se arriesgó esta vez, debido a que es diferente a sus trabajos musicales anteriores, pero no fue en vano. LS.


#iHMag/ 51.

Jack White III Blunderbuss (2012)

Javi Punga Rock and Roll Punga (2012)

Beach House Bloom (2012)

The Dandy Warhols This Machine (2012)

Lo que ocupa hoy a Javi Punga después de haber editado cinco discos entre el 2004 y el 2011 es Rock and Roll Punga, una nueva colección de melodías breves que, en cierta forma, recuperan algunas de las raíces low fi que supo cultivar a su modo y que hoy vuelven a estar en boca de propios y extraños en un formato mucho más cancionero y simpaticón. Rock and Roll Punga es un buen trago de felicidad que se acopla bien a la discografía de Javi Punga, alguien que, sin dejar la guitarra y la simpleza a la hora de componer, se las rebusca para volver a regalar un interesante rosario de canciones pop.

Pasaron tres años entre The Dandy Warhols Are Sound (2009) y esta última entrega -con toques de rock y mucho power pop- del grupo que supo ser alternativo (léase original) en aquellas tierras cercanas al grunge; Sad Vacation, junto a The Autumn Carnival y Enjoy Yourself, abre un álbum ecléctico con la cadencia que distingue a los Dandy. El purgatorio psicodélico de Don’t Shoot She Cried y Slide terminan de fundar la sentencia de que This Machine es un álbum para escuchar de noche –de día también se puede, pero se disfruta menos–.

Blunderbuss no es sino la demostración que el muchacho de Detroit radicado en Nashville puede ponerse tres mil disfraces pero siempre parecer él. Y parecer él no es cosa menor: es uno de los músicos más creativos que nos dio la década pasada. Ahora, con su primer esfuerzo en solitario, el guitarrista nos muestra su costado más clásico de todos, y con un conjunto de canciones basadas en piano y otro puñado de temas potentes, su lado más cercano a los 50’s aparece. El sello White está presente, y su excentricidad se ve por todos lados. Desde el vamos, el músico se presenta en vivo con dos agrupaciones diferentes: The Peacocks, compuesta solo por mujeres, y Los Buzzardos, integrada nada más que por varones. Esto le sirve para poder interpretar de manera diferente cada una de sus piezas.

AD.

CG.

MF.

Desde la primera canción, Myth, una de las más lindas que Beach House haya escrito, queda claro que lo que está por delante dista mucho de ser una versión empeorada de Teen Dream (2010). La identidad de la banda está intacta: los delicados arpegios de la guitarra de Alex Scally se mezclan con colchones de teclados y baterías electrónicas, generando el acompañamiento perfecto para la hermosa voz andrógina de Victoria Legrand, que como siempre deslumbra por su fragilidad y por no parecerse a ninguna otra. El nuevo disco de Beach House es más oscuro que su predecesor. Si Teen Dream evocaba imágenes nostálgicas de veranos pasados, ya medio borrosos por el paso del tiempo, Bloom funciona como su complemento perfecto, la noche que no puede faltar al día. TFF.


52. PERFILES IH

Perfiles iH

Por Morita Vargas

Sobrenadar, la música de todo lo que flota

Cuántos de nosotros hemos enchufado el minicomponente en el baño mientras nos dábamos una ducha? Paula García seguramente lo habrá hecho, porque logró crear la música exacta para flotar. Oriunda de Resistencia, Chaco, viajó a Buenos Aires en el 2006 para estudiar producción musical y dos años después regresó. Así fue como empezó su proyecto musical llamado Sobrenadar. Influenciada por la música celta, las bandas sonoras, la naturaleza, el mar, el universo y los sueños, Sobrenadar tomó forma de manera natural. En su habitación, que funciona a la vez como estudio, suele encerrarse varios días y aislarse hasta llegar a un nivel de intimidad y concentración tal que alcanza lo que llama “felicidad pura”. Así, construye una especie de dream-pop emocional, utilizando sintetizadores, guitarras acústicas, pianos y voz. Sus canciones suenan en un castellano lento y susurrante. Podría bien ser una banda de sonido para volar, soñar y flotar, como su nombre lo indica.

Sobrenadar cuenta con dos discos y tres EP de descarga gratuita a través de Bandcamp. El primero se llamó igual que su seudónimo, Sobrenadar (2010); luego le siguieron los EP Vent Solaire (2011), Guam (casette, 15″), Magic Rub (2011) y Physeos (2011). Este año sumó su nuevo trabajo 1859 (2012), un disco que mantiene la misma atmósfera melódica pero nos lleva a un espacio inexplorado. Mitad Cósmica I y II, 500 estrellas y El Niño de Marte son algunos de los títulos. Blueu es particularmente mágica, como para bailar un lento de noche en un bosque, mientras las estrellas giran y se reflejan en la ropa. Sirio podría ser el despertador de todos los seres humanos de este planeta y si nos vamos más allá, sería una canción ideal para nacer. Así Sobrenadar nos conquista y mientras sueña con tocar en presencia de una aurora boreal y un suelo tapado por colchones, nosotros le damos play a sus canciones mientras nuestra imaginación hace la plancha.


#iHMag/ 53.

Pr贸ximas visitas internacionales

Yael Naim | 5 de junio (La Trastienda) Corea, Clarke & White | 6 de junio (Teatro Gran Rex) Cage The Elephant | 1 de abril (La Trastienda Club) Atari Teenage Riot | 7 de junio (Niceto Club) Mad Professor | 14 de junio (La Trastienda) Peter Murphy (Bauhaus) | 28 de junio (Teatro Vorterix) Bigott | 28 de junio (Niceto Club) of Montreal | 30 de Junio (Niceto Club) NOFX | 5 de julio (Estadio Cubierto Malvinas Argentinas) Maroon 5 | 27 de julio (Estadio Ferro, cancha auxiliar) Die Toten Hosen | 15 de septiembre (Estadio Cubierto Malvinas Argentinas) Never Shout Never | 2 de noviembre (Teatro Vorterix)


54.

Top 20 TRACKS IH

ABRIL / MAYO

MYSTERY JETS - SOMEONE PURER Toques yanquees para la fórmula británica en una refinada nueva aventura de los muchachos de Twickenham.

BEACH HOUSE

LAZULI Una espinosa flor salvaje en cálida y natural progresión, se abre al mundo y al Universo… y de a poco exhibe su inesperada belleza, expandiendo los ensoñadores poderes de aquella cabaña al costado del mar. Bloom. JAPANDROIDS - THE HOUSE THAT HEAVEN BUILT Viscerales explosiones por doquier en forma de batería y riffs, la turbulencia hecha melodía. RAMONA FALLS - SPORE El inicio de una trágica épica en cámara lenta, con una orquesta fantasmal pintando la escena.

PASSION PIT

TAKE A WALK Brillantina derretida y lluvia de papel picado, con la pegadiza música al frente. Detrás, con la lírica, el duro pesar de enfrentar la dolorosa realidad. THE WALKMEN - HEAVEN Franca y armoniosa, se desplaza la tenaz poesía de quienes conocen al dedillo las rutas del indie rock norteamericano. TANLINES - ALL OF ME El baile desinhibido de la fiesta que inesperadamente se arma en el departamento del primo de tu mejor amigo. JACK WHITE - SIXTEEN SALTINES Los dedos en V de Victoria perfectamente insertados en el tomacorriente de 220. SUMMER CAMP - ALWAYS La obsesiva nostalgia con el tiempo del dulce dúo inglés prosigue en forma de trance. BECK - LOOKING FOR A SIGN Una armónica dylanesca y el Beck versión crooner extrañamente nos cobijan con un canto desesperado.


#iHMag/ 55.

Por Gustavo García

DIRTY PROJECTORS - GUN HAS NO TRIGGER Esacalan los coros, el suspenso y la mística Projectors. Y la promesa de otro gran álbum. DANIEL ROSSEN - SILENT SONG Un reconfortante abrazo de oso que con múltiples cuerdas rememora el llanto de una guitarra beatle. THE SHINS - THE RIFLE’S SPIRAL Con una pieza magistral y sencilla a la vez Mercer nos invita a gozar de los rincones del genial Port Of Morrow. HOT CHIP - NIGHT AND DAY Beat que rebota contra el piso para regresar y chocar contra el techo y convertirse en chicle dance.

TWIN SHADOW

FIVE SECONDS Escapándose de Miami Vice y Twin Peaks, un BMW acelera intrépido desde los 80 hasta el presente, mientras una tímida guitarra acústica se filtra en el fulgurante avance de sintetizadores.

GARBAGE

BLOOD FOR POPPIES Dulcemente aterradora, Shirley Manson regresa con la batería de trucos con la que supo engatuzarnos en los 90. VIOLENS - TOTALLY TRUE Una guitarra latiguea suave y amistosa para insistir en la búsqueda de la verdad. VALENTÍN Y LOS VOLCANES - LOS DÍAS FELICES Un grupo de desfachatados descubre el pop sincero en una espontánea eclosión en el corazón de La Plata. SHEARWATER - YOU AS YOU WERE Un piano encantador resulta poseído por un ángel y desata la más bella y sangrienta furia animal. METRIC - YOUTH WITHOUT YOUTH A pura percusión, Emily y compañía apuestan al futuro sintético sin perder su sello.


56. ESPECIAL FOTOS

ESPECIALFOTOS

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#iHMag/ 57.

Por Pablo Caro

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1, 2, 3, 4: Carl Barat | 18/4 Niceto Club | PH: Anita Filipponi

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58. ESPECIAL FOTOS

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#iHMag/ 59.

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1, 2: Cage the Elephant | Quilmes Rock 2012, Estadio River Plate | PH: Diego Fioravanti (Gigriders) 3: MGMT | Quilmes Rock 2012, Estadio River Plate | PH: Diego Fioravanti (Gigriders) 4: TV On The Radio | Quilmes Rock 2012, Estadio River Plate | PH: Diego Fioravanti (Gigriders) 5: Joan Jett & The Black Hearts | Quilmes Rock 2012, Estadio River Plate | PH: Diego Fioravanti (Gigriders)

5


60. ESPECIAL FOTOS

Foo Fighters | Quilmes Rock 2012, Estadio River Plate | PH: Diego Fioravanti (Gigriders)


#iHMag/ 62.


62. ESPECIAL FOTOS

Arctic Monkeys | Quilmes Rock 2012, Estadio River Plate | PH: Diego Fioravanti (Gigriders)


#iHMag/ 63.

Massacre | Quilmes Rock 2012, Estadio River Plate | PH: Diego Fioravanti (Gigriders)


64. ESPECIAL FOTOS

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#iHMag/ 65.

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1, 2, 3: Friendly Fires | 2/4 La Trastienda Club | PH: Nadia Guzmรกn


66. ESPECIAL FOTOS

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#iHMag/ 67.

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1, 2: Cage the Elephant | 1/4 La Trastienda Club | PH: Nadia Guzmรกn 3, 4: Mogwai | 19/5 La Trastienda Club | PH: Pablo Caro


68. ESPECIAL FOTOS

Mogwai | 19/5 La Trastienda Club | PH: Pablo Caro


#iHMag/ 69.


70. ESPECIAL FOTOS

Chromeo | 15/5 Niceto Club | PH: Gon De Fazio


#iHMag/ 71.


72. ESPECIAL FOTOS

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1, 2, 3: The Kooks | 14/5 Estadio Luna Park | PH: Luciano J. Weimer

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#iHMag/ 73.

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6

4, 5, 6: Little Dragon | 8/5 La Trastienda Club | PH: Nadia Guzmรกn


74. ESPECIAL FOTOS

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#iHMag/ 75.

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1: Tune Yards| 3/5 Niceto Club | PH: Noelia Balderrama 2, 3: Nada Surf | 1/ 5 Niceto Club | PH: Anita Filipponi



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