Panteras Negras: Gráfica y revolución

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HISTORIA OMAR GRANDOSO

t GENTILEZA © 2016 EMORY DOUGLAS ARTISTS RIGHTS SOCIETY (ARS) NUEVA YORK, TRIMARCHI DG

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PANTERAS NEGRAS: GRÁFICA Y REVOLUCIÓN La lucha étnica y social y las distintas formas de la estética política con las que el diseño respondió a la realidad estadunidense a fines de la década de los sesenta. De la escena universitaria californiana a la impronta de Marx y Malcom X: cultura underground, política afroamericana y ampliación de derechos civiles.

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Durante la década de los sesenta, el mundo vio nacer y crecer a numerosos grupos que encarnaron la protesta social, que reclamaron por la libertad de expresión, los derechos civiles y la justicia para los oprimidos. En los Estados Unidos, la comunidad afroamericana, largamente afectada por los abusos de la segregación racial, se nucleó y organizó en torno a lo que se llamó el Black Power, una fuerza política conocida como los Panteras Negras (Black Panthers). 28

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En sus inicios, su principal actividad fue crear patrullas civiles armadas con el objetiejercida en los barrios afroamericanos. La organización comunal y de autodefensa se correspondía con la ideología del activista político y religioso Malcolm X, asesinado en 1965. Los Panteras Negras ganaron la aceptación de los sectores juveniles, tras incitar a la población negra a ejercer su derecho constitucional de poseer armas, abalado

por la Constitución de los Estados Unidos. Rápidamente, el Black Power se propagó por los distintos estados del país, e incluso llegó a Argelia, donde participó políticamente del contexto de lucha por mejores condiciones socioeconómicas y en solidaridad con muchos otros grupos oprimidos en diferentes (Michigan, 1943), el primer ministro de Cultura del Black Panther Party. No solo fue el


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Convención de los Panteras Negras en el Lincoln Memorial (junio, 1970). © Library of Congress Collection. Fotografía: Thomas O’Halloran y Warren Leffler. 02.03 Emory Douglas se presentó en la edición 2012 de TRImarchi DG, en Mar del Plata. 04 Portada del periódico The Dallas Morning News: los acontecimeintos de julio de 2016 revivieron los antagonismos raciales todavía latentes.

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artista visual del movimiento —incluso llegó a trabajar de imprentero y canillita—, sino también el diseñador del diario The Black Panther y de los afiches del partido. En marzo de 1967, Douglas conoció a Huey Newton y Bobby Seale, líderes del recientemente formado partido político, a través del poeta y escritor Amiri Baraka y del Black Arts Movement. Este último, un grupo autogestionado que promovió el desarrollo del arte afroamericano para fortalecer y hacer visible los aportes culturales de su propia comunidad. De esas primeras reuniones, Douglas se perfiló como el diseñador gráfico del movimiento, y la gráfica se convirtió en la herramienta de difusión más fuerte con la que contaron a través de los veinte números del periódico publicados entre 1968 y 1973. Luego de ser arrestado a los trece años en California, Douglas fue asignado a un instituto de menores, donde aprendió el oficio

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gráfico: ilustración, tipografía y técnicas de impresión. Su primera preocupación como comunicador visual fue combinar una expresión artística singular con su necesidad de trasmitir mensajes provocadores. Los artistas negros que formaron parte del Renacimiento de Harlem en la década de los veinte —Elizabeth Catlett, Charles White y Aaron Douglas— estuvieron fuertemente comprometidos con la denuncia de las condiciones de pobreza y de la explotación de los afroamericanos en los Estados Unidos: esta tradición es lo que llevó a Emory Douglas a interesarse por un realismo figurativo que le permitiría registrar modelos fotográficos tomados por él mismo entre sus propios vecinos. Las condiciones de precariedad tecnológica con las que contaban los Panteras Negras para la producción del periódico obligó a Douglas a adoptar una imagen sintética generalmente impresa en un solo color más el negro. En sus composiciones, el texto

funcionaba en un segundo nivel de lectura y complementaba la pregnancia de la figura, un recurso similar al de las historietas de la época. Su intención era captar la atención del público en un primer vistazo, ya que muchas veces, se trataba de una audiencia con poco acceso a la educación formal. Según Douglas, la gente podía entender lo que estaba pasando solo con mirar las imágenes. Sus collages reutilizan material de otros periódicos y sus figuras planas con contornos bien definidos representaban a hombres y mujeres armados y a escenas que mostraban la dura realidad de la pobreza. Todo servía para plasmar el estado de opresión de los negros, provocar a la audiencia y generar una sensación de revolución inminente. Es posible establecer aquí un paralelo con la comunicación visual planteada por los constructivistas rusos tras la revolución bolchevique de 1917, quienes se encontraron también con la necesidad de “interpelar” a una masa de gente con altísimo grado de analfabetismo. En cambio, los constructivistas optaron por plantear un lenguaje gráfico basado en la abstracción geométrica. En el caso de los Panteras Negras, desde el isotipo que los representó como fuerza política —la silueta del animal agazapado esperando para atacar— hasta los afiches que se pegaban en los barrios, se trató de una identidad que buscó establecer vínculos directos con su propia gente. Dos puntos de vista aparentemente antagónicos, el ruso y el estadounidense, para una misma necesidad de comunicación. Esto probaría que las respuestas del diseño a un problema pueden ser disímiles, o bien que las variables que intervienen son más de las que el diseñador puede evaluar. En algún sentido, esto significa que la respuesta formal siempre quedará vinculada a un grado de intuición 29


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del que únicamente es posible dar cuenta en la medida en la que el diseñador pueda involucrarse e identificarse no solo con el problema, sino con sus destinatarios. Douglas diseñaba, imprimía y distribuía The Black Panther con la ayuda de otros miembros del partido. En sus comienzos, se ocupó de los problemas básicos de la comunidad negra. Más tarde, cubrió aspectos de la actualidad política al tiempo que se solidarizaba con las luchas minoritarias de otros lugares del mundo, siempre con una mirada personal sobre lo que consideraban la “resistencia cultural”, identificada con la autodeterminación y el orgullo racial. En su apogeo, la tirada del diario fue de varios cientos de miles de ejemplares y su red de distribución abarcaba ciudades importantes de los Estados Unidos. Entre sus lectores, estaban no solo los miembros del partido y de la comunidad negra en general, sino también sus máximos detractores. Douglas asumió como primer ministro de Cultura del partido durante los años de auge del movimiento. Es interesante comprobar cómo sus tareas siguieron siendo las mismas. Aunque era funcionario cultural, nunca abandonó su objetivo de transformar el modo de ver y de pensar de las masas. Nunca dejó de ocuparse de todo el proceso de comunicación, desde la creación y la producción hasta la distribución de consignas. Y su ejemplo siguió sus principios revolucionarios: ante la escasez de recursos, el único modo de división de trabajo que Douglas consideraba fue, precisamente, que no hubiese tal división. En 1969, las actividades de los Panteras Negras incluían programas sociales como comedores escolares y centros de re30

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El periódico The Black Panther editó veinte números entre 1968 y 1973 (libcom.org). Emory Douglas fue su diseñador, creador de tapas e ilustraciones. Ilustración The Blak Capitalism, publicada en The Black Panther (agosto, 1971). 06 Ilustración Get out, The Black Panther (marzo, 1969). 07 The Black Panther, nota central: “Alimentar a nuestros hijos” (abril, 1969). 05

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habilitación que pronto llegaron a distintos puntos de los Estados Unidos. La misma comunidad negra comenzó a organizarse de un modo que trascendió las actividades del partido. Es probable que este crecimiento, sumado a una actitud beligerante y muy poco amistosa con los sectores económicamente dominantes (predominantemente blancos), haya provocado la intervención de las fuerzas de control, que operaron para encarcelar a sus líderes políticos, amenazar a sus miembros activos y extorsionar a colaboradores y simpatizantes hasta lograr desacreditar sus acciones. A comienzos de los ochenta quedó disuelto definitivamente. En la actualidad, los conflictos raciales persisten en el mundo en general y en los Estados Unidos en particular. La violencia policíaca continúa desatando respuestas de la comunidad toda. Desde manifestaciones pacíficas para reclamar derechos igualitarios hasta hechos violentos como el

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asesinato de cinco policías por parte de un excombatiente —sucedido en Dallas durante julio de 2016— confirman que estas tensiones, producto de la inequidad social, aún siguen vigentes. Dar respuesta a esta problemática a través de un movimiento revolucionario fue en extremo peligroso para quienes intentaron apelar a lo colectivo como fuerza de transformación social. Sus vidas y las de sus seres queridos se vieron afectadas por el compromiso con la causa. Es difícil evaluar cuáles serían las condiciones sociopolíticas actuales si los Panteras Negras hubiesen podido cumplir sus objetivos. Lo que es indudable es que la experiencia para quienes formaron parte de esa fuerza los definió en su hacer y los comprometió de por vida con un modo de percibir el mundo. Y, según el mismo Emory Douglas, aquella época sigue inspirando con su potencia a las personas y a las luchas de hoy.


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