Siluetas del Centro Histórico

Page 19

“las campanas resienten el estado de ánimo” Rafael pasa casi todo su tiempo en las torres de la Catedral, donde empezó a tocar “de oído”. Aprendido el oficio, escribió un manual y formó un equipo de 30 campaneros, quienes transmiten a las campanas su estado de ánimo.

No había un manual, notación musical ni grabaciones sobre la infinidad de toques que constituyen el repertorio para campanas de una catedral. El sacristán conocía la mayoría de ellos, pero nunca iba a las torres, así que se los describía a Parra, éste subía y los ejecutaba. Al bajar, el sacristán corregía: “Te falló en esto, ibas muy aprisa…”. De naturaleza curiosa, Parra combinó ese método con el estudio. “Tuve que meterme al archivo de Catedral, a consultar en otras bibliotecas y hacer comparaciones”. Sin embargo, las descripciones eran vagas. “Por ejemplo, para echar las campanas al vuelo, se tocan todas en una misma armonía”, cita Parra de memoria; y hace un gesto de perplejidad, pues así se sentía entonces. Los campaneros que le sigan no tendrán ese problema. Parra, ahora diácono, escribió un manual y prepara varios discos con grabaciones. Nacido hace 58 años en La Candelaria de los Patos, barrio aledaño de La Merced, Parra podría hablar durante horas sobre los aspectos litúrgicos, históricos y técnicos de su trabajo. “Todo tiene un simbolismo”, y explica que, por ejemplo, la secuencia de escaleras por las que se llega al campanario de la torre oriente significa los trabajos del hombre, su reposo, su paso por las tinieblas y su encuentro con la posibilidad de subir al cielo. Parra señala que en esa torre hay 23 campanas, entre ellas las primeras fundidas en el continente, por órdenes de Hernán Cortés, para la primera catedral. Las campanas suelen consagrarse y llevar nombres de vírgenes, santos, ángeles, etc. Parra sabe la fecha y lugar de fundición, peso, aleaciones y timbres de todas ellas, y las presenta: “Ella es Santa María de la Asunción…”. Repertorio cambiante

La Catedral dejó de tocar desde hace mucho los nocturnos —ánimas, maitines y el alba—, y los llamados vísperas y completas. Aún así, hay trabajo para 30 campaneros.

Sólo para la ceremonia de laudes, todas las mañanas se ejecutan más de mil tañidos. Después, se llama a la “misa conventual”, a misas normales, el ángelus a mediodía y la hora nona a las 15 horas; los domingos se llama a misa varias veces, y hasta las 19 horas. El repertorio de toques cambia con el calendario litúrgico, el tono de la celebración (solemne, festiva, mixta, etc.) y situaciones emergentes. Km.cero presencia el toque del ángelus en la torre poniente. Es un toque complejo y emotivo, con pasajes hondos, en el que se coordinan varias campanas. Siempre pendiente de su reloj, Parra hace sonar las 13 toneladas de Nuestra Señora de Guadalupe, la campana más grande del continente, agitando un badajo de 250 kilos. Le responde la más joven de Catedral, San Juan Diego, consagrada en 2002, tañida por un campanero adolescente, mientras en la torre oriente se llevan a cabo otras secciones del toque. El factor emocional

Conforme iba “afinando” y memorizando el repertorio, Parra se propuso formar un equipo de campaneros, para lo cual lanzó una convocatoria. Ahora son 30 miembros, mitad hombres y mitad mujeres, que se distribuyen el repertorio semanal. Es una ocupación honoraria, y la mayoría trabaja o estudia. En algunas ciudades europeas el toque de campanas se mecanizó, pero en México sigue siendo manual, lo que además de volverlo un oficio muy divertido, le añade valor, pues hay emociones en medio: por un lado, se mueven fibras de júbilo o de melancolía; por otro, las campanas “resienten” el estado de ánimo de quien las tañe. A veces, cuando los campaneros llegan tarde, y se saltan el acostumbrado rezo inicial, se quejan luego de dolor muscular o de que la campana “no se dejaba tocar”. Esto “se nota” en los tañidos demasiado largos, cortos o vacilantes. El consejo de Parra es: “Haz oración, empieza a decirle oye, déjate tocar, se me hizo tarde…”. patricia ruvalcaba

SILUETAS DEL CENTRO HISTÓRICO • 17


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.