Boletín núm. 46, 21 de noviembre de 2021

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ISAÍAS 40.12-31 ¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados? 13¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole? 14¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia? 15He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo. 16Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio. 17Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es. 18¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis? 19El artífice prepara la imagen de talla, el platero le extiende el oro y le funde cadenas de plata. 20El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no se apolille; se busca un maestro sabio, que le haga una imagen de talla que no se mueva. 21¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó? 22Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos 12

moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. 23Él convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana. 24Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; tan pronto como sopla en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca. 25¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo. 26Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio. 27¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio? 28¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. 29Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. 30Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; 31pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

AÑO XXVII, NÚM.46, DOMINGO 21 DE NOVIEMBRE DE 2021


Preside: Hno. Vicente Orozco Gallegos

Introito ¡Ábranme las puertas donde habita la justicia! ¡Quiero entrar por ellas para alabar al Señor! Ellas son las puertas que llevan al Señor, y por ellas entran quienes son justos. Te alabo, Señor, porque me escuchas, y porque me das tu salvación. Salmos 118.19-21 RVC Preludio

HNO.JACOBO NÚÑEZ CABRERA

Exaltamos a nuestro Dios 8

Poderoso Señor, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? ¡Tu fidelidad te rodea! 9 Tú dominas la violencia del mar; cuando sus ondas se agitan, tú las sosiegas. 10 Tú aplastaste a Rajab y lo heriste de muerte; con tu brazo poderoso dispersaste a tus enemigos. 11 Tuyos son los cielos, tuya también la tierra y el mundo y su plenitud, pues tú lo fundaste. 12 Tú creaste el norte y el sur; los montes Tabor y Hermón alaban tu nombre. 13 Tuyo es el brazo poderoso; fuerte es tu mano, y exaltada tu diestra. 14 Tu trono se basa en la justicia y el derecho; la misericordia y la verdad son tus heraldos. 15 ¡Dichoso el pueblo que sabe aclamarte, y que anda, Señor, a la luz de tu rostro! 16 En tu nombre se alegrará todo el día, y en tu justicia será enaltecido. 17 Tú eres la gloria de nuestro poder; por tu buena voluntad acrecientas nuestra fuerza. 18 Tú, Señor, eres nuestro escudo; tú, Santo de Israel, eres nuestro rey. Salmos 89.8-18 RVC Oración de ofrecimiento Himno: “Loores dad a Cristo el Rey” (234)

Confesión y perdón solo en Cristo Ministro: Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres. Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece. Sobre los malos hará llover calamidades; Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos. Porque Jehová es justo, y ama la justicia; El hombre recto mirará su rostro. Salmos 11.4b-7

Momento de oración personal. / Oración audible. Unidos/as: No Se da por hecho que la sangre de machos cabríos y de toros, así como las cenizas de una ternera, tienen poder para restaurar la pureza externa cuando se esparcen sobre quienes son considerados ritualmente impuros.

Hebreos 9.13-14 BLP Himno “Mi mano ten, Señor” (98)

Unidad y fraternidad Saludos a la comunidad Himno: “Un mandamiento nuevo os doy” (404)

Oramos al Dios Todopoderoso Escúchame, Señor, yo te llamo; apiádate de mí, atiéndeme. De ti el corazón me dice: «¡Busca mi rostro!». Y yo, Señor, tu rostro estoy buscando. No me ocultes tu rostro, no rechaces con ira a tu siervo; tú eres mi ayuda: no me dejes, no me abandones, Dios salvador mío. Salmos 27.7-9 BLP Oración de intercesión

Nos acercamos a su Palabra Lectura del Antiguo Testamento Lectura del Nuevo Testamento

Isaías 40.12-31 Mateo 5:25-34 TLA

Atentos a la reflexión “

” Pbro. Hector Mendoza Núñez

Compromiso y seguridad Himno: “¿Cómo podré estar triste?” (392)

Nuestra ofrenda y gratitud Nadie se presentará ante el Señor con las manos vacías, sino que cada uno llevará ofrendas, conforme a las bendiciones que del Señor tu Dios haya recibido. Deuteronomio 16.16b-17 BLP Himno “Lo nuestro tuyo es” (442) Oración por las ofrendas

Enviadas/os en su nombre […] Amados por Dios Padre y resguardados por Jesucristo. Que la misericordia, la paz y el amor abunden en ustedes. Judas 1.1-2 RVC

Bendición pastoral Bendición congregacional coral Himno: “El que habita al abrigo de Dios” (683) Postludio Intereses de la comunidad


ACOMPAÑAMIENTO BÍBLICO-TEOLÓGICO

EL SEÑOR, FUERZA DE NUESTRA ESPERANZA

Pbro. Héctor Mendoza Núñez

“L

os que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Isaías 40.31). Uno puede sentir el cambio en las primeras palabras del capítulo 40.1: “Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido”. Palabras suaves y afirmativas, que reemplazan ahora las duras advertencias de los capítulos anteriores de Isaías. Durante gran parte de la vida de Isaías, Judá vivió confiada y fuerte. Pero las profecías que comienzan con el capítulo 40 se proyectan hacia adelante, hacia un escenario totalmente diferente. El país de Judá ha sido devastado y los judíos han sido llevados cautivos. Jerusalén está en ruinas. Unos 200 años separan lo que se describe en la primera parte de Isaías de la segunda. ¿Qué pasó en ese ínterin? Para entender el resto del libro de Isaías, uno necesita entender qué sucedió en esos 200 años. La confiada nación que Isaías conoció alguna vez siguió deslizándose cuesta abajo. Al mismo tiempo un nuevo imperio, Babilonia, se hizo fuerte. Este enemigo invadió Judá. Los ejércitos de Babilonia lograron algo que ningún ejército había logrado desde el tiempo de David: conquistar a Jerusalén. Los instrumentos de asedio rompieron las murallas. El rey de Judá, tras ser enceguecido, fue sacado de Jerusalén. Tas la destrucción de sus hogares, la mayoría de los habitantes de la ciudad siguió a su rey encadenado. Así comenzó el oscuro periodo del cautiverio babilónico. Los profetas de este periodo y los que habían profetizado de antemano acerca de las catástrofes inminentes, enfrentaban preguntas enormes: ¿Abandonaba Dios el trono “eterno” de David? ¿Cómo pudo él observar en silencio mientras su propia nación y su propio templo eran hechos pedazos por los ejércitos invasores? Los judíos, que enfrentaban una serie de grandes crisis, necesitaban el mensaje de esperanza del profeta: llegaba el perdón; los judíos, aunque estaban dispersos, serían algún día reunidos “uno por uno”. Además, Isaías enseña que por más difíciles que sean las circunstancias, Dios las puede usar para beneficio nuestro. Una y otra vez, a lo largo de la historia de Israel, las buenas épocas llevaron a la decadencia. Y por otro lado, las épocas de sufrimiento pusieron a prueba y refinaron al verdadero pueblo de Dios. ¿Cuánto parecido hallamos, en este sentido, entre nuestra propia experiencia y la experiencia de Judá? En nosotros está la respuesta.

CULTO DE AVANCE Y CONSOLIDACIÓN 28

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N OV IE MB RE

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2021

Preside: Hna. Edith Martínez Vázquez “LA ESPERANZA, ESTÍMULO PARA UNA VIDA QUE AGRADA A DIOS” BASE

BÍBLICA:

1 JUAN 3.1-9

Por la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. APOCALIPSIS 1.9b MATAGALPA 1081, SAN PEDRO ZACATENCO, ALCALDÍA GUSTAVO A. MADERO, 07360, CIUDAD DE MÉXICO Tel. 55 5586 6986, www.igl-ammi-shadday.blogspot.com

Pastor: Pbro. Héctor Mendoza Núñez (55 2885 7720) Secretario del Consistorio: A. I. Lauro B. Adame Brito (555781 6736)


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