Afianzados en la fortaleza de la fe. Mtra. Martha González Pérez, 17 de octubre de 2021.

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“AFIANZADOS EN LA FORTALEZA DE LA FE” Martha González Pérez Iglesia Presbiteriana Ammi-Shadday, 17 de octubre de 2021 Los hombres depositen su confianza, no en oraciones ni en méritos ni en obras propias, sino sólo en Jesucristo, porque no nos salvaremos por correr sino por la misericordia de Dios.1 M. LUTERO Antecedentes Éfeso fue una ciudad puerto de mar donde confluía el comercio, ya para el año 133 a. C fue declarada capital de la provincia romana de Asia. El apóstol Pablo había estado con ellos tiempo antes instruyéndolos según Hechos (19,1) y se formó una floreciente comunidad cristiana de paganos convertidos. Los especialistas consideran que la riqueza de Efesios es eclesiológica. Pablo, se dirige a la comunidad cristiana de Éfeso, porque habían perdido de vista el objetivo de vivir su pluralidad en unidad. Primero se dirige a los paganos, quienes son influenciados por el rey del mundo y jefe de los rebeldes de Dios”.2. Su propia maldad los atrae e impide que su conversión a Cristo sea genuina. También a los judíos, de manera estricta les dice que, a pesar de la ley, ceden a su instinto o son esclavos de sus pasiones y merecen también morir, ambos grupos se someten a deseos perversos y su estado espiritual es de muerte.3 Para Pablo, el pecado en el que vivían muestra la culpabilidad universal. Por lo que esto “hacía urgente una reflexión sobre el misterio de una iglesia que, consciente ya de su universalidad, necesitaba ahondar en el vínculo de comunión que la mantenía unida y plural al mismo tiempo. Pero, sobre todo, profundizar en el alcance de su misión universal”.4 Por lo que los efesios se encuentran en una tensión entre su pasado que expresa su conducta y el presente que los insta a vivir de manera distinta. 1. Dios en Cristo afianza la fe Efesios 2 es un relato de la nueva creación de Dios a partir del paso de la muerte a la vida por medio de Jesucristo. El narrador refiere que algunos cristianos de la comunidad deberían recordar que ellos estaban muertos en sus faltas y pecados, eso los podría llevar a obedecer los deseos de su propio cuerpo gobernado por “los espíritus del mal que provocan desobediencia a Dios” (Ef 2.2b). Además, las diferencias entre ellos obstaculizaban la tarea misionera, los alejaban de Cristo e impedían la acción del Espíritu para forjar la unidad. El desafío para el apóstol Pablo era y es, que crezcamos en todo en Cristo (Ef 4.15), que judíos y gentiles conformaran un solo pueblo amigo, por eso dice: “Cristo ha puesto fin a los mandatos y reglas de la ley y por medio de sí mismo ha creado, con los dos grupos, un solo pueblo amigo (Ef. 2,15). Era obligación olvidarse de las prácticas judías y paganas que quitaban la vida. Pablo tuvo la visión de ver a los judíos y gentiles en la mente de Cristo (Gál 3.28). De esta forma el escritor de “Efesios habla abiertamente […] de una nueva creación”.5 Por lo que los cristianos de Éfeso al igual que las iglesias cristianas de hoy, hemos sido salvados de la muerte, aunque no lo merezcamos. Este texto invita a pensar en cuáles son los problemas que dividen a las comunidades de hoy, que es lo que detiene la misión y la expansión del evangelio. ¿Qué prácticas quitan vida a las comunidades cristianas? ¿Realmente hemos vivido de manera personal y comunitaria el paso de la muerte a la vida en Cristo? Martín Lutero, “Carta a Staupitz, Wittenberg, 31 de marzo de 1518, https://studylib.es/doc/485409/cartas-delutero---iglesia-reformada. Consultada 09 de octubre de 2021. 2 Luis Alonso Schökel, “Efesios”, en La Biblia del Peregrino, Estella, Verbo Divino, 2002, pp. 488-489. 3 Edouard Cothenet, Las cartas a los colosenses y a los efesios. Estella, Verbo Divino, 2002, p. 46. 4 Luis Alonso Schökel, “Efesios”, en La Biblia de Nuestro Pueblo, Bilbao, Ediciones Mensajero, 2008, p. 2226. 5 Jordi Sánchez Bosch, “Carta a los Efesios”, en Comentario Bíblico Latinoamericano, Estella, Verbo Divino, 2007, p. 925. 1


El escritor insiste a los efesios que Dios en su gran amor compasivo e inmenso les dio vida al resucitar a Cristo. A ellos y a nosotros, nos ha salvado por gracia, somos parte del pueblo de Dios. Jesús ha derribado el muro de división, discriminación, exclusión. (Ef 2.14). Como corolario, todos están en Cristo. Los efesios no habían podido concretar el paso de la muerte a la vida. No se daban cuenta de que ya estaban en el cielo estando en la tierra con Cristo porque él ha resucitado (Ef 2.6) Su compromiso era al igual que el de nosotros, mostrar a otros el amor y la bondad de Dios por la gracia recibida. 2. La fortaleza de la fe y la gracia como dones de Dios La gracia entendida como “fuerza que actúa y ayuda a comportarse dignamente como cristianos”,6 que se manifiesta en los dones recibidos que favorecen la construcción del nuevo hombre y la nueva mujer, la nueva humanidad creada por y desde la fe en Jesucristo. Los efesios ayer y el cuerpo de Cristo de las comunidades cristianas de hoy, han sido llamados a vivir la Pascua, a pasar de la muerte a la vida, pero esto, implica insertarse en el proyecto de vida de Dios para dar vida a otros. Jesús, nuestro Señor y maestro, fortalecido en su fe y por la gracia recibida de Dios enseñó los principios de su proyecto misionero: se encarnó, vivió como los otros vivían y tuvo compasión; en cada acción, se ofreció a si mismo; vivió en comunidad y en servicio; vivió el principio soteriológico, la salvación para todas las personas y el cosmos, intercedió a favor de otros, su misión fue más allá de una misma fe y denunció y anunció propuestas. La fe de Jesús lo movió a construir junto con otros, una nueva forma de vida para hombres y mujeres, sus acciones fueron las primicias del reino de vida que vendrá en plenitud cuando Dios lo quiera. Enseña que la fe para nosotros debe ser “como encuentro entre el hombre y la de Dios manifestada en Cristo”7. De ahí que la fe en Cristo (Ef 2.8) implica obediencia, respuesta a Dios, así es como la fe evoluciona, se fortalece y deriva en hacer el bien. Debe ser una fe razonada, genuina, pero no ingenua; que analiza la problemática social; informada para formar y transformar al mundo haciendo el bien, las buenas obras. Lutero afirmó: “No contendemos contra las obras, sino contra la confianza en las obras”. La fe comprende un actuar ético, desde el principio de la justicia, es una manera de vivir, de hacer el bien, es una fe que libera para reaccionar. Por lo que, se debe nutrir cada día, para tener la capacidad de mirar al otro y hacer bien sin vanagloria. Por ello toda persona cristiana va de la fe a la acción. Para Bultmann, debe ser “una fe que en cuanto entrega a la gracia de Dios significa una conversión radical de la manera de autoconcebirse el hombre que ha sido hasta ahora, el abandonar radicalmente la vanagloria”.8 Por lo tanto, “la atención del creyente no se centra en la reflexión sobre sí mismo, sino en el objeto de su fe”. El objeto de la fe de Jesús fue el reino, para nosotros es confesar a Jesús, después seguirle y servir como respuesta a la gracia recibida. Ef 2.9-10 dice: “La fe en ustedes no es el resultado de sus propios esfuerzos. Por eso nadie puede sentirse orgulloso [...] somos creación de Dios […] para que vivamos haciendo el bien”. No olvidar que “Aunque estábamos muertos por nuestros pecados, él nos dio vida cuando resucitó a Cristo. Nos hemos salvado gracias al amor de Dios, aunque no lo merecíamos” (Ef. 2.5). Este es el regalo, la gracia de Dios, por lo tanto, la comunidad de Cristo está unida a Él y debe actuar en consecuencia.

Conclusiones Recibir su gracia quizá es una primicia del significado de “Dios nos resucitó y nos dio un lugar en el cielo” (Ef 2.6). La gloria en el cielo no está en otra dimensión, está hoy, en el presente, en la vida encarnada de toda persona cristiana que no guarda silencio ni se mantiene pasiva ante el sufrimiento humano, ni disimula, ni se muestra ignorante, como si todo estuviera muy bien. El versículo 2.10 dice: “Nosotros somos creación de Dios”. Ser un poema de Dios tiene que ver con la vida cotidiana, por lo Rudolf Bultmann, “El problema de la conducta cristiana”, en Teología del Nuevo Testamento, Salamanca, Ediciones Sígueme, 2011, p. 640. 7 Edouard Cothenet, Vocabulario de las epístolas paulinas, Estella, Verbo Divino, 2009, p.17. 8 Rudolf, Bultmann, “La teología de Pablo”, en Teología del Nuevo Testamento, p. 338. 6


tanto, debemos dar a otros los frutos venidos de Dios. Si nosotros decimos que tenemos fe, pero no hacemos un análisis de la vida personal y eclesial, entonces nuestra fe es pueril. Hacer obras desde una comunidad cristiana es hacer que vean los que no ven, que el que sufre, viva con esperanza, que el otro encuentre una mejor oportunidad que la que tiene, que de lo que tengo, comparta con el que no tiene para que tenga vida. La fe fortalecida opta por construir el reino de vida que construyó Jesús. Así, es riquísima, y nos lleva a obrar como resultado del estado de gracia. Así se entiende la nueva creación a la que se nos invita a formar parte, por ser nosotros mismos creación única del Dios de amor (Ef 2.10). El Dr. Mariano Ávila refiere que “la palabra griega que Pablo usa para describir lo que somos, poema, no ha sido tomada por ninguna versión […] Tenía que ser un poeta, César Abreu-Volmar […] quien reflexiona esta verdad, haciendo así justicia a lo que el apóstol nos quería decir:

Somos tu poema Y quise escribir el mejor poema pero Tú lo habías hecho Señor. Y quise encontrar la mejor palabra Pero Tú eres la Palabra por excelencia. Somos tu poema escrito con dolor y sangre de tu Hijo de tu propio corazón. El mundo es tu parto de palabras somos la sílaba, de tu Gran Canción”9.

Mariano Ávila Arteaga. “Efesios”, Tomo I, Capítulos 1al 3, Introducción y comentario, Comentario Bíblico Iberoamericano, Buenos Aires, Argentina Ediciones Kairós, 2018, p. 195196. 9


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