estudio sobre alternativas de atención integral a la niñez menor de 4 años (1a fase)

Page 8

estancada”. En este contexto valoran charlas y talleres y grupos que tengan estos fines. Los que han accedido a estas actividades a través de su iglesia, organización comunitaria, una ONG, un consultorio de salud, las valoran positivamente. Incluso, señalan que estarían dispuestos a pagar por asistir a actividades de este tipo, los montos fluctúan entre $500 y $3.000 por sesión. 16.

Las madres enfrentan dificultades en la interacción que tienen con sus hijos / as que probablemente frenan el desarrollo de ellos. Mirando las narraciones de las madres desde la perspectiva de la psicología del desarrollo infantil destacan los siguientes elementos como posibles factores negativos para el desarrollo del niño: Las madres pasan bastante tiempo con su hijo pequeño, pero este tiempo no lo utilizan para interactuar con el niño ni para estimularlo. Las madres juegan con los niños, pero rara vez realizan actividades que tengan una intencionalidad educativa específica, como ser desarrollar su motricidad, el ámbito socio - emocional, el lenguaje, desarrollo cognitivo, etc. El tiempo que tiene la madre con el niño muchas veces lo utiliza para ver televisión juntos, viendo programas que son de interés de la madre; otras veces las madres les ponen programas para que el niño la deje hacer tareas domésticas. Muchas madres no tienen estrategias adecuadas para enfrentar situaciones específicas de los niños: llantos y pataletas, contención emocional, disciplina y horarios, castigos y premios, etc. Muchas madres tienen una actitud aprehensiva y de sobreprotección del niño, lo que se traduce en la creación de lazos muy estrechos, lo que dificulta el desarrollo de la necesaria diferenciación e independencia entre el niño y la madre a medida que éste crece. Asociado a lo anterior, ellas muestran dificultad para reconocer y diferenciar entre sus propias necesidades y las del hijo. El amamantamiento es una conducta de mucha importancia para la madres que ellas por distintas razones prolongan hasta los dos y hasta tres años, edad en la cual el niño debiera alimentarse de modo independiente. Esto tanto por la necesidad de autonomía e independencia que presentan los niños mayores de 16 meses como también por el aspecto nutritivo y de la formación de la dentadura.

17.

La forma más frecuente y deseada de cuidado del niño cuando la madre sale a trabajar o hacer trámites es el apoyo de una integrante de la familia. La madre, la suegra, una hermana son las personas de confianza más frecuentes. En caso de necesidad extrema puede ser la hija mayor, la que incluso puede faltar al colegio para que se quede con el niño en la casa. Una vecina no es una alternativa fiable y se recurre a ella en casos excepcionales o cuando son amigas hace largo tiempo. En general, existe desconfianza hacia cualquier persona externa a la familia para que cuide al niño. No obstante, en variadas ocasiones las madres no tienen otra alternativa que poner al hijo o hija al cuidado de alguien fuera del hogar, sea ésta una persona natural o un centro de cuidado infantil.

18.

Las madres muestran desconfianza y rechazo a la posibilidad de que el hijo o hija asista a sala cuna o jardín infantil hasta que éste no muestre dominio del lenguaje y pueda contar en casa lo que hizo en el día y como lo pasó. Las madres de niños muy pequeños muestran una actitud de desconfianza frente a salas cunas y jardines infantiles, a no ser que estén cerca del lugar de trabajo o residencia y que puedan visitarlos sin obstáculos cuando ellas puedan y lo deseen. A medida que crece el niño y cuando ya habla se valora positivamente el jardín infantil porque “le enseñan cosas”, “el niño se hace más independiente”, “aprende a compartir”,

8


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.