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FAMILIAR
Laura Hernández y su hija Irma López construyen poco a poco el camino a la universidad omo inmigrantes, el sueño de muchos padres es ver a sus hijos llegar al éxito, pero en muchas veces ese sueño se ve frustrado por la falta de recursos financieros o legales. Pero en el caso de la familia Hernández-López, el fracaso no estaba en sus planes. Laura Lorena Hernández González luchó para que su hija Irma López fuera al colegio. “Sin papeles, es bien difícil,” dijo Hernández, originaria de Jalisco, México. La madre comentó que los
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maestros le decían que su hija no podía tomar un curso de enfermería que ofrecía Fontana High School por la falta de un número de seguro social. Mientras a la joven le negaban las clases necesarias para ingresar al colegio, su maestra la ponía a enseñarle a sus compañeros que estaban prendiendo inglés bajo el programa ELD (Desarrollo del Idioma Inglés), e incluso, ya la habían cambiado de escuela por su alta capacidad académica. Fue entonces cuando la madre de Irma decidió involucrarse en la escuela y se convirtió en presidenta de la mesa directiva de padres
ELD. “Los maestros en lugar de ayudar a los niños les bajan la moral”, dijo Hernández, quien habló con la subdirectora de Fontana High School y quien le respondió que su hija no calificaba para tomar el curso. “Me dijo, ‘es mucho para ella y además su hija no tiene papeles’”, afirmó Hernández. Pero ella no desistió. “Yo ya había leído que eso no importaba ni en la ‘high school’ ni aún en el colegio”. Le enseñó el papel a la subdirectora, que insistió que Irma no podría con tantas clases. “¡Si va a poder!”, le respondió la madre. Irma se graduó con un promedio de 3.5 y pudo asistir al curso de enfermería. Le dieron dos años para que pudiera presentar el examen con un número de seguro social legal. La estudiante espera que pronto pueda regularizar su situación ya que su proceso está en trámite. Aunque la situación económica y legal de la familia HernándezLópez no es todavía la ideal, el sueño de Irma es llegar a ser doctora geriátrica. “Siempre trato de ponerme en los zapatos de otros y digo, ‘pues si ellos pueden, yo por qué no?’”. Con la ayuda de la beca que ofrece la Fundación Becas de Esperanza (ESF), el año pasado
FOTOS HOY/ DENISE FLOREZ
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DETERMINACIÓN
Por DENISE FLOREZ Hoy/LOS ANGELES
FDS • LA METRO Sábado 18 y domingo 19 de mayo del 2013
En la foto de arriba, Irma López con su madre. Abajo con toda la familia.
Irma pudo asistir a Chaffey College después de graduarse. Por el momento estudia dos clases por semestre y trabaja con su madre limpiando casas. “Así no necesitamos gimnasio,” dijo Hernández, bromeando sobre el trabajo físico de limpieza. Por otrolado, Héctor López, padre de Irma, es mecánico de motores diesel por el momento, pero “soy el mil usos”, afrima. “Le hago de todo con tal de que mi hija asista a la universidad”. Este año, la Fundación Becas de Esperanza celebra su decima segunda edición y entregará 100 mil dólares a 65 estudiantes de bajos recursos del condado de san
Bernardino. La mayoría de los alumnos son los primeros hijos en sus familias en asistir a una universidad de cuatro años, han mantenido un promedio de 3.5 o más alto y están involucrados en actividades comunitarias. Entre los afortunados también hay estudiantes que tuvieron que dejar las clases por tener que trabajar para ayudarle a su familia, ahorrar dinero para que pudieran pagar su colegiatura o se están transfiriendo a una universidad de cuatro años. La ceremonia de graduación es hoy sábado en el auditorio Gardiner Spring de la Chaffey High School a las 6 p.m.; entrada gratis.