A las Fronteras... Capítulo 3º

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A LAS FRONTERAS... Autor: David Chamorro, S.J. Diseño y Diagramación: Gabriela Chica Fotos: Banco de Imágenes HC Fecha de Publicación: 13/10/2020


CAPÍTULO III EL HERMANO ROBERTO TOMA EL TIMÓN (1981-2000)


Que nadie en el Ecuador pueda dormir tranquilo mientras haya un niĂąo sin escuela, una familia sin vivienda, un obrero sin trabajo, un enfermo sin atenciĂłn.

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Foto tomada del internet, del diario El Universo.

Juan Pablo II


Dios me regaló la gracia de haber venido al

Ecuador, haber conocido al Tío Paco, ser su amigo y haber podido trabajar, codo a codo con él, en beneficio de los más pobres. Soy Roberto, “el afortunado”

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A LAS FRONTERAS

Recién llegado a la obra, el Hermano Roberto Costa, S.J. empezó a recorrer los suburbios.

El 16 de mayo llegó a Guayaquil el P. Serón, Provincial de Aragón, quien le repitió la oferta: “Pídele a tu Provincial que Aragón te envíe un hermano y yo te lo mando”. Sin esperar más, Tío Paco llamó a Quito al P. Julio Tobar, Vice-provincial, quien le responde que no se preocupe, que ya todo está arreglado entre las dos Provincias. Es el 16 de mayo de 1981. Tres días antes había sido el atentado contra Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro.

Estamos en 1981. El Tío Paco se había resignado ya a la idea de continuar solo su trabajo, sin la ayuda de otro jesuita. En ese año, visitaban Ecuador los PP. Federico Sanfelíu (futuro Provincial) y Marques (“Enviados del Señor” según las Memorias). El P. Sanfelíu le dice: “Hazte cuenta, Tío Paco, que nosotros representamos al P. General y que te decimos: pídenos lo que quieras, que te lo vamos a conceder”. Sin pensarlo un segundo, Tío Paco respondió: “¡Hombre, pero qué te voy a pedir!… ¡Mírame cómo estoy! A la edad que tengo necesito alguien que me dé una mano”.

La noticia de la llegada de un colaborador corrió inmediatamente por la Residencia San José y por las oficinas de Hogar de Cristo. Días después, el 24 de Mayo, muere en accidente de aviación el Presidente Roldós. Le sustituye Oswaldo Hurtado. Por su parte, después de un viaje a Manizales, Colombia, Tío Paco descubre que es diabético, lo cual explica los continuos malestares que ha estado sufriendo.

- ¡Hecho! ¿Qué te parece si te envío un Hermano Jesuita desde Aragón? Tío Paco reacciona sorprendido y feliz: - ¡Un Hermano! ¡Eso sería estupendo!

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¡Mi compadre! El H. Roberto Costa Prats, S.J. llega a Quito en un vuelo de Iberia el 1º de Septiembre de 1981. Contaba 45 años de edad y 29 de vida religiosa en la Compañía de Jesús. Permanece en la capital unos días para tener una primera aproximación a la Provincia Ecuatoriana de la Compañía, a la que viene a colaborar. De hecho, no es el único jesuita aragonés que viene a trabajar en la Mitad del Mundo en aquella época. La disminución de personal jesuita en Ecuador motivó al P. Viceprovincial a hacer un llamado de ayuda a la Compañía Universal, que recibió generosa respuesta desde España, Brasil, Argentina…y aún de Japón (el P. Miguel Mendizábal, mano derecha de Arrupe en Japón, llega a Quito como Maestro de Novicios).

Iglesia San José, el H. Roberto lo acompaña. Dejemos que él hable: “Yo acababa de llegar de España. Llegamos a Guayaquil y para mí todo era nuevo y sorprendente”. En efecto, arribaron al puerto que manso lame el Río Guayas el 10 de septiembre. Acudieron a la sede de Hogar de Cristo para saludar al Tío Paco, pero no se hallaba. Roberto Costa reconoce que la impresión que le causó el aserrío fue deplorable, pero no perdió el ánimo. El encuentro con Tío Paco se producirá en el comedor de la Residencia San José. El Tío se levantó, le dio un fuerte abrazo y exclamó “ ¡Chiquillo, pero qué alegría y qué felicidad de verte! Y lo presentó al resto de la comunidad jesuita diciendo “¡Aquí está mi compadre!”.

Al volver a Guayaquil en su escarabajo Volskwagen el recordado P. Fernando Amores, apóstol de la

En la foto, uno de los sectores en los que trabaja Hogar de Cristo, junto a la población más vulnerable.

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un país tan rico?” pensaba por su parte el Hermano Roberto. “¡No me he equivocado al venir a esta ciudad!” Las primeras semanas, la cámara forográfica fue la compañera inseparable del H. Roberto, que por andar distraído se cayó en un foso lleno de agua (recuerda Pepe Hernández).

En un escrito autobiográfico, el H. Costa comenta que la figura del fundador de Hogar de Cristo le recordó la de su padre, a quien todo el pueblo le llamaba Tío Paco. “Mi impresión en esos momentos fue de aturdimiento. Veníamos de las alturas de Quito, 2.800 metros, y nos encontrábamos en la desembocadura del Guayas, que se divisaba desde las ventanas del comedor de la Residencia San José. El calor era sofocante y húmedo. A contraluz, Tío Paco me parecía mi padre, unos años más joven… He tenido la suerte de encontrar un segundo padre en Guayaquil… ¡y qué padre!”

La relación entre ambos desde el comienzo fue amistosa y de colaboración, lo cual no quiere decir que no tuvieran sus fuertes discusiones que asustaban al carácter apacible de los trabajadores. Poco a poco, Costa superó la sorpresa y aturdimiento iniciales y va conociendo la pequeña gran obra que sirve a los más empobrecidos del Ecuador. Una noble tarea, pero que se presta en medio de estrecheces y de limitaciones motivadas por la escasez de fondos y por el estilo de su fundador. Por eso, Roberto le confió a Pepe Hernández que “va a cambiar todo” y que se quede. La pequeña gran batalla fue a propósito de la instalación de una cañería de agua en el aserrío para el aseo. Tío Paco no estaba convencido de ello.

Al día siguiente, el Tío Paco llevó al recién llegado a visitar su campo de trabajo. El cinturón de miseria que rodeaba la ciudad era ya mayor que Guayaquil misma… El Guasmo, la Perimetral, Durán… - El 60 % de los habitantes de Guayaquil carecen de la infraestructura básica de alcantarillado, agua potable y en algunas zonas no llega el tendido eléctrico…, informaba nuestro sacerdote al recién llegado. “¿De dónde salen tantas familias pobres en

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A su llegada, el Hermano Roberto Costa realiza cambios para la mejora de nuestros servicios.

Se procedió a rellenar de mejor manera el terreno y las oficinas con un tractor alquilado para su compactación. El H. Roberto, hombre pragmático y dotado de una mentalidad empresarial, sugiere más modificaciones, necesarias para un cambio total: arreglo de los galpones, instalación de agua corriente, aumento de personal, ajustes en la contabilidad, mejorar el sistema de cobro a los usuarios, etc. Convencer de estos cambios al Tío fue otra “batalla”, que la ganó el H. Costa. Sucede que el P. García lo quería todo de madera y caña al estilo de la gente sencilla. Pero el Hermano, que también atribuía las dudas de su amigo a la característica tacañería de los andaluces, deseaba algo más funcional y seguro. El número de obreros se incrementó a más de diez, que tuvieron que ser capacitados por Don Hernández. Cierto Sr. Rocca hace la propuesta de presentar un proyecto al Gobierno de Oswaldo Hurtado con la finalidad de aumentar la producción. Parece ser que el Gobierno tenía un fondo de reserva para la mejora de los barrios suburbanos. Tío Paco marcha a Quito para hablar con el P. Viceprovincial y con el Arq. Teodoro Peña, cuencano, Gerente de la JUNAVI. Redactado y firmado el proyecto, es presentado al Presidente de la República por el Arq. Peña. Sin embargo, la aprobación no llegó nunca. Pero no se detiene, a pesar del disgusto de Tío Paco, escandalizado por tanto gasto. El techo de la planta principal era muy alto, tenía 12 metros de luz; 12

¡Anécdota referida en Tío Paco!, Quito, 2000, p. 28.

casi un centenar de planchas de eternit estaba sostenido por soportes de madera. Roberto Costa, asustado, propuso cambiar la estructura y asegurar mejor la cubierta. El Arq. Peña estaba de acuerdo: - Oye, Tío Paco, ¿esto no se cae? No, no puede ser. Tienes que reformarlo. - Pues mira, yo acabo de hacer una iglesia con tijerales de madera y con eternit encima. Si quieres vamos a verla. - Oye, por amor de Dios, yo soy arquitecto y… - ¡Que no se hunde!12 Pero la estructura estaba cediendo ya por una de las esquinas y el anciano sacerdote reconoció que había que actuar para impedir una desgracia. Por otra parte, para mejorar el relleno, Roberto Costa alquiló un tractor. Lo siguiente fue la construcción de tres galpones más que albergarían la nueva máquina de catorce hojas para aserrar la madera y la planificación de las modificaciones que debían realizarse para lograr un cambio estructural de las instalaciones: conexión de agua potable, incremento de personal, organización de la contabilidad… En noviembre se incorporaron nuevos trabajadores para incrementar la producción. Renuente al comienzo (un poco “celoso” e inseguro ante los cambios que el audaz recién llegado está promoviendo), Tío Paco, con su noble corazón, reconoció con el tiempo que las iniciativas del H. Roberto debían contar con su apoyo, por el bien de los sin-techo.

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A LAS FRONTERAS

Las Clarisas El Arzobispo de Guayaquil, Mons. Echeverría, como buen franciscano, deseaba que su Arquidiócesis albergase una comunidad contemplativa de religiosas Clarisas. Mientras ellas conseguían vivienda, les dio como residencia a ocho de ellas los altos de la Catedral. Pasaron los meses y las religiosas hicieron algunas gestiones para conseguir una vivienda más acorde con su régimen de pobreza y que les permitiese dedicarse a su misión de orar por la Iglesia.

construyendo”. Mirado desde el punto de vista financiero, la operación era un sinsentido, ya que 1979 Hogar de Cristo no estaba muy boyante que se diga… Hacía tres años había cesado la ayuda externa y los clientes se negaban a pagar. Pero la proposición motivó a todos. Con ojos de fe, el negocio parecía redondo: Hogar de Cristo les daba casa a las religiosas y ellas lo pagarían con oraciones… El provecho espiritual que nuestra Obra iba a adquirir era formidable. El Tío Paco reflexiona en su Diario:

Monseñor consiguió de la Junta Nacional de la Vivienda el arrendamiento de dos casas, que tenía el plazo de dos años. A falta de dos meses para la expiración del plazo, y ante el peligro de que la Congregación abandonase Guayaquil, el 1 de Diciembre de 1981, el H. Costa le hace esta propuesta al Tío Paco: “Qué te parece si nos lanzamos a la construcción del convento de las Clarisas con el mismo material con que estamos

Aproximadamente hace unos dos meses que el H. Costa se había incorporado. ¿No sería esto un hermoso empezar, confiando plenamente en la Providencia de Dios? No dudamos, e inmediatamente cogimos el carro, marchando a la Alborada en donde tenían su residencia las MM. Clarisas. Antes de salir yo le pedí al H. Costa que me expusiera cuál era su idea para el proyecto. (…) El convento sería un convento de franciscanas pobrecitas, quizás como se lo pudo imaginar San Francisco; tuvo que ser él mismo quien inspiró la idea al H. Costa.

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En la gráfica, el convento de las Hermanas Clarisas donde vivirían su vocación contemplativa.

Encantadas y sumamente agradecidas, las Clarisas aceptaron el plan, porque no se querían ir de Guayaquil. Aquí quieren entregarse a Dios y aquí quieren morir. Disponían las religiosas de un terreno en el Guasmo Central, conseguido por mediación del P. Ángel Cobo. Los jesuitas pidieron audiencia al Sr. Arzobispo inmediatamente, a quien le pareció excelente el proyecto: un convento de franciscana pobreza, íntegramente elaborado con los materiales característicos de las casitas de Hogar de Cristo. El número de celdas sería el conveniente, (veinte), considerando los ingresos de novicias previsibles para el futuro. Además capilla, comedor, sala de estar, cocina, obrador para el trabajo, lavandería, etc. Hogar de Cristo dedicaría sus limitados recursos disponibles en aquel momento (materiales y capital) para ejecutar este proyecto. La idea era

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que en tres meses o antes la Comunidad pudiese trasladarse a su nuevo Convento, donde vivirían su grandiosa vocación de contemplativas. Pepe Hernández pone manos a la obra y comenzó a preparar el material. Mientras tanto, el H. Costa va trazando los planos para presentarlos a las Clarisas y al Arzobispo. La peculiaridad del diseño era que dejaba abierta la posibilidad de un crecimiento hacia los costados. El P. Cobo se encargó de la cimentación de las bases. La obra se terminó en quince días. Hogar de Cristo, por su parte, al realizar esta inesperada inversión ($ 15.000 USD), quedó en casi cero ($4.000 USD, que solo permitirían laborar dos meses más). Casi desde el piso empezaría un nuevo ejercicio económico.


Volver a empezar En enero de 1982, se incorpora Carlos Lértora (chileno alto y fornido, “malgenio, pero buena persona”, recuerda el maestro Hernández), que habría de desempeñar magnífico papel pues estableció una contabilidad eficiente: junto al H. Costa, serán los dos grandes ejecutivos de la Obra en aquellos años. Las discusiones entre ambos eran fuertes, por los puntos de vista distintos, pero al final terminaban llegando a un acuerdo por el bien de la obra. Tío Paco sigue como Gerente. Así tiene que ser hasta que sea arreglada la documentación del H. Costa y de Lértora, ambos extranjeros. Se empieza a pensar en un cambio fundamental en las Viviendas Hogar de Cristo para realizar un trabajo más efectivo. Lo fundamental será el cambio en la estructura de la fábrica con la instalación de un nuevo galpón, hacer llegar el agua potable, contratar más personal y mejorar las relaciones públicas. Para el mes de febrero, las Clarisas están instaladas, contentas y agradecidas a Dios, en su nuevo Convento, listas para cumplir su parte del contrato: orar por los empobrecidos.

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Gobernador del Guayas era el Dr. Moncagata, quien requirió la colaboración de Hogar de Cristo. La Marina Mercante solicitaba el derribo de las casas construidas en el Estero Salado, por constituir un peligro para los tanques de combustible situados en la otra orilla. El peligro era causado por la pesca nocturna, pues los pescadores solían emplear kérex ocasionando algún que otro incendio. La colaboración que el Sr. Gobernador requería era la construcción en el Cerro Mapasingue de cincuenta casas, para ubicar a la gente desplazada del Estero Salado. Viviendas cumplió con el compromiso, pero como era de imaginar, las familias afectadas deciden defender sus casas y se niegan a movilizarse. El grupo dirigente del Estero recurrió al recordado político del MPD, Jaime Hurtado, con el resultado de que se suspendiese el desplazamiento de los habitantes del Estero.

Roberto “El Afortunado” buscaba siempre la efectividad.


Erección canónica del convento de las Clarisas; las oraciones empiezan a surtir efecto donación enviada desde Alemania ($17.000 USD) y a $30.000 donados desde Chile. Las oraciones comienzan a dar resultados…

Como hemos anotado, las religiosas se mudaron a su nueva casa en febrero. Tío Paco les dio un retiro ignaciano entre el 22 y el 24 de marzo. Al día siguiente, Mons. Echeverría solemnemente erigió el convento como casa canónica. Grande había sido el esfuerzo realizado para cumplir este sueño, pero el Señor iba a demostrar claramente que si Hogar de Cristo era realmente obra de Dios no tenía más remedio que confiar en ÉL. Roberto Costa nos cuenta el secreto de trabajar con la confianza plenamente puesta en Dios: “las clarisas rezan, nosotros trabajamos y los Sin-Hogar disfrutan de un techo”. Para la realización de un nuevo proyecto en el Salitral, Hogar de Cristo (que no podía arriesgarse a más pérdidas económicas) exige que el monto de las casas colocadas en el cerro de Mapasingue se pagase por adelantado. Buenas noticias: la inversión realizada en el monasterio será íntegramente reembolsado, gracias a una fuerte

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Contactos internacionales En mayo se inicia el contacto con la agencia de cooperación alemana Misereor, que será, según expresión del Tío Paco, “la mano del Señor”. En los meses siguientes no faltaron las emergencias que atender, como la provocada por la imprudencia de una gasolinera que arrojó desperdicios combustibles en una conducción de agua. El resultado: un incendio en el Estero Salado en el que se quemaron once de nuestras casas. El 1º de julio de 1982 nos visitó el P. Giuseppe Pittau, S.J., en representación del P. Paolo Dezza, Delegado del Papa para el Gobierno de la Compañía. Eran los años en que el P. Arrupe estaba inhabilitado para el Gobierno debido a la trombosis sufrida en 1981. El P. Pittau visitó la planta de la Atarazana, Mapasingue y las Escuelas de Fe y Alegría. Mostró mucha complacencia de todos los trabajos que estaba realizando la Compañía en la Costa, que estaban perfectamente en la línea de Fe y Justicia a la que la Compañía se había comprometido en la Congregación General 32, ratificada en 1983 por la CG 33. Poco a poco, el trabajo por los sin-techo de Guayaquil y las novedosas técnicas de Hogar de Cristo se difunden

por la Compañía y la Iglesia universales, atrayendo donaciones y voluntarios dispuestos a servir a los demás. Por aquel tiempo, habían fracasado ciertos planes para agrandar el terreno del aserrío. El problema era el dinero, ya que no había con qué invertir. El Banco del Pacífico solicitaba 84.000 dólares (cinco millones y medio de sucres) por su terreno. Ni siquiera el P. Van der Rest pudo ayudar en esta ocasión, por lo que se resolvió adquirir solamente 800 m2. Al final, el Banco fue generoso al vender un área de más de 1.000 m2 al precio de S/. $478.880 ($ 7.244 USD) a dos años plazo. Pagado el primer plazo, el 6 de Enero de 1983, Hogar de Cristo quedó en posesión del terreno. Los tres plazos restantes se pagaron puntualmente hasta 1984. Quedó cancelada esta deuda y levantada la hipoteca que pesaba sobre el terreno. En diciembre, otra generosa ayuda: el Dr. Roberto Gilbert, dueño de la hacienda “El Recreo” de Durán y de la Clínica Guayaquil, ofrece donar un terreno de 18.000 m2 destinado para la construcción de una ciudadela popular.

En 1982, un delegado del Papa para el Gobierno de la Compañía visita la Obra y corrobora que estamos en la línea de Fe y Justicia.

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El Fenómeno del Niño

El Fenómeno del Niño de la década de los 80 marca un nuevo hito en la historia del Hogar de Cristo.

A finales de 1982 se desencadenó un hecho que incidió decisivamente en el crecimiento de la obra. Lamentablemente, las clases marginadas, ya de por sí duramente castigadas y carentes de oportunidades y servicios básicos, tuvieron que afrontar una calamidad sin precedentes. Se trató del Fenómeno del Niño, que causó fuertes e interminables lluvias. Como sabemos, el Niño es un fenómeno climático que origina fortísimas precipitaciones; se produce imprevisiblemente y afecta la cuenca sur del Pacífico. Por su situación geográfica y la falta de previsión de los gobiernos, el litoral ecuatoriano es muy vulnerable. El Fenómeno de 1982-83 azotó inmisericordemente al Litoral. Impotente fue el Gobierno de Hurtado ante el desolador panorama: cosechas perdidas, viviendas y vías de comunicación destruidas, enfermedades tropicales entre la población, especialmente infantil… Los torrenciales aguaceros son generales. Los sectores aledaños a las márgenes de la Ría se inundaron, inclusive sectores más céntricos de Guayaquil. Nadie estaba prevenido y las aguas subieron al máximo. El último

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día de 1982 le tocó el turno a Hogar de Cristo: los pozos de las máquinas se llenaron de agua. Don Pepe Hernández toma la decisión inmediata: meterse en el pozo y destornillar la base. El 1 de Enero aparece toda la planta inundada con más de medio metro de agua. Las oficinas también están inundadas, lo que provoca la pérdida irreparable de muchos documentos de las oficinas. Pero la preocupación fundamental del personal es arreglar los motores y desaguar.


Arreglado lo más urgente, los dos jesuitas llamaron a la Defensa Civil para ofrecerse a colaborar con los damnificados. A esta tarea tan importante se va a dedicar todo enero. Hogar de Cristo invierte sus recursos aún muy limitados para enfrentar la tremenda catástrofe que ha golpeado a Guayaquil. Para todos quienes hacen Hogar de Cristo es desconsolador ver tanta desgracia y no poder hacer más… Ignacio de Loyola había dicho: “hacer todo que se pueda como si dependiera de uno, sabiendo que solamente depende de Dios”.Con este

pensamiento, Hogar de Cristo y sus colaboradores trabajan al 100% en aquellos meses en la lucha por los Sin-Hogar. La ayuda se dirige también a Daule, a Manabí… A Manta, y por medio del P. Casañas, Párroco de la Merced y viejo conocido del Tío Paco, Hogar de Cristo envió planchas de zinc para quince familias mantenses que se habían quedado sin hogar. El panorama del suburbio, ya ordinariamente desolador, empeora con las lluvias: los canales y zanjas de drenaje (que de ordinario arrastran la contaminación industrial) están ahora saturados por la basura doméstica. En algunos sectores, incluso casas han sido construidas sobre los canales, impidiendo el recorrido normal de las aguas; el resultado: inundación de los solares y de las vías. El año 1983 significó un enorme desafío, la prueba de fuego de nuestra institución: esfuerzos redoblados, donación de casas, entrega gratuita de zinc para viviendas afectadas... Las pérdidas económicas nacionales ascendieron a 640.6 millones de dólares.

El panorama entre los damnificados es desolador.

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La hora del relevo El 1º de febrero de 1983, en medio aún de la emergencia de El Niño, el P. García (69 años) presenta la renuncia a su cargo. Ha dirigido la obra durante 12 años. Desde esta fecha empieza la dirección del H. Costa, limitándose la presencia en el Aserrío del Tío Paco a las ausencias del nuevo Director. Durante dos meses, el viejo apóstol no pondría un pie en las oficinas, en señal de reprobación ante los gastos que habían implicado las mejores en la planta y las oficinas. Pero cuando al fin volvió, ya más calmado, se deshizo en elogios a la obra de su compadre. Se jactaba de que ahora su obra tenía el mejor aserrío del Ecuador, gracias a su “chiquillo” Roberto: “Ahora podía ya retirarme en paz. Al frente de Viviendas Hogar de Cristo quedaba ese aragonés tozudo y trabajador, ¡mi compadre!” Es efectiva la ayuda de diversas instituciones que responden generosamente ante el desastre del invierno. Las inundaciones continúan, produciendo enormes pérdidas en el litoral. Viviendas, cultivos, inclusive vidas humanas se pierden. La emergencia

obliga a aumentar la producción (cinco casas diarias) y para ello se requieren máquinas más modernas: el 24 de febrero llegan dos máquinas de Bélgica, entre ellas, una aserradora. El crecimiento de Hogar de Cristo también se refleja en el aumento de personal. La gestión administrativa es más compleja, por lo que se requiere contratar personal capacitado en las áreas de secretaría, tesorería, comunicaciones inter-institucionales, adquisición de materiales… El incremento de producción, por supuesto, implica adquirir más mano de obra. Se suman al Directorio la Dra. Norma Plaza y otros nobles ciudadanos de Guayaquil. Carlos Lértora y el H. Costa promueven contactos con entidades extranjeras que difunden el nombre y la esforzada actividad de nuestra Obra. Esto repercute en la aprobación de proyectos para conseguir ayudas internacionales, dentro y fuera de la Iglesia. El clamor de los empobrecidos ante la tragedia del Fenómeno del Niño concita la solidaridad más allá de nuestras fronteras.

La Emergencia por el Fenómeno del Niño motivó a aumentar la producción.

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El 17 de septiembre también llegó la hora del relevo en el gobierno universal de la Compañía de Jesús. La Congregación General 33 elige al nuevo Padre General. Es aceptada la renuncia del P. Arrupe y en su lugar se elige al neerlandés Peter-Hans Kolvenbach. La Compañía en el Ecuador, elevada al rango de Provincia, tiene también nuevo Superior: el P. José Araujo (1983-89). En octubre, el aspecto general de la planta de producción cambia con la construcción de un galpón. Se facilita el ingreso de camiones para introducir y sacar materiales. Además, se cuenta ya con agua potable. Pero las lluvias no cesan. 1983 ha sido el año de transformación de Hogar de Cristo. Los daños ocasionados por las inundaciones han dejado en la calle a miles de familias. Pero ha llegado ayuda económica del exterior (Misereor, Manos Unidas, Selavip) que permitió servir a los sin-techo y alimentar la esperanza en el futuro. Representantes de ONGs internacionales visitan constantemente a Hogar de Cristo para analizar la situación del suburbio y prometer ayuda económica. Al final, se consiguió apoyo permanente. Entre las mejoras tenemos: aumento de superficie de la planta a más de 3.000 m2, aumento de maquinaria, reorganización de la contabilidad y racionalización en los medios de producción, de tal manera que todo vaya lo mejor

Después de 1983 se abre una nueva etapa

organizado posible para que nuestra ayuda sea más eficaz y pronta. Roberto Costa está revolucionando el Hogar. Las dos etapas de Hogar de Cristo hasta aquí han sido esencialmente distintas. Tío Paco escribe: “La primera etapa la conocemos porque la hemos vivido. Ha sido etapa de iniciación, experiencia, proyectos y que nos ha dado una motivación para poder apreciar todo lo que quizás podamos hacer en el futuro, fiados, única y exclusivamente en la Divina Providencia. Hasta 1983 la producción fue de una media de 160 viviendas al año”. La nueva etapa está liderada por el H. Costa y abrirá inusitados horizontes para Hogar de Cristo y su misión de

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El creciente drama de la vivienda (1984-1988)

Durante los años 1984 - 1988 la tragedia de los Sin-Techo comenzó a crecer.

Tío Paco se dedica ahora a actividades catequéticas. El 21 de agosto de 1984 es condecorado por una institución de beneficencia por sus más de 25 años en el Ecuador. En octubre nos visita el P. van der Rest, infatigable amigo de los sin-techo de Ecuador. La producción se ha elevado a 843 viviendas al año, gracias a los nuevos métodos y maquinaria.

En la política nacional, se inicia el régimen del Frente de Reconstrucción Nacional del Presidente León Febres Cordero. Como recordarán los amables lectores, en esos años el Gobierno enfrentó, amén de la subversión armada (con métodos que han sido denunciados como trasgresores de los DD. HH) el problema de las llamadas invasiones, principalmente en Guayaquil. La fuerza pública, a órdenes de la Gobernación, desalojó a centenares de familias que ocupaban territorios de forma ilegal. Ahora es fácil escribirlo, pero detrás de esta medida hubo un terrible drama humano que los noticieros trasmitieron a la colectividad. La conciencia nacional en torno a la tragedia de los sin-techo crece. El enorme déficit de la vivienda en Guayaquil ocasionó, como es natural, que los empobrecidos buscasen todos los caminos legales e ilegales para conseguir un terreno y un techo. El Tío Paco en 1984, concentró sus energías en actividades de catequesis.

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Evolución de la población de Guayaquil Censos

Población

1950

258.966

1962

510.804

1974

823.219

1982

1.199.344

Fuente: Censos de 1950 - 1982, INEC

Dramática es la situación en la periferia, que sigue creciendo imparable, desmesurada y desordenadamente, ante la pasividad de las autoridades a quienes no les interesa la suerte de los desposeídos. Allí es cuando aparecen los “líderes” y las ofertas de las cooperativas y pre-cooperativas de vivienda. Difícil definir a los líderes comunitarios. Los hay de varias clases: los que han surgido del mismo pueblo y conocen la realidad de su situación; también están los de extracción social más afortunada que, lamentablemente en la mayoría de casos, quieren medrar a expensas de la desesperación de los empobrecidos. En Guayaquil como en Santiago de Chile, México DF, Sao Paulo, Bogotá, Caracas y Quito, la organización popular creó un sistema de protección ante las presiones de las autoridades, que están en contra del comercio informal y de la ocupación ilegal de terrenos. El desalojo es el peor desenlace que pueden vivir estas personas. La organización de un asentamiento irregular -“invasión”- es un proceso magníficamente recogido por el P. Rolando Calle en un documental que el Centro Jesuita de Comunicación, CEAFAX, realizó por aquellos años. Dicho documental presenta la obra de Hogar de Cristo en su contexto: el drama de la vivienda. Sociológicamente hablando -y sin pretender profundizar en el temalas invasiones guayaquileñas son sistemas sociales dinámicos muy complejos. Al ocupar la tierra informalmente (usualmente por la noche), los residentes están preparados para evadir la ley con la esperanza de mejorar su situación. De inmediato levantan su casita con lo que sea: tablones, caña, techo de plástico, latas… Ahí entran en escena los líderes de las pre-cooperativas, quienes negocian con las

autoridades para legitimar la situación de hecho. El conflicto es inevitable: entre cooperativas que se disputan el mismo terreno, las autoridades, la Policía, los dueños legales de las tierras y los residentes circundantes. Estas luchas tienen frecuentemente desenlaces fatales: asesinatos, golpizas, venganzas, extorsiones… La solidaridad de la comunidad es vital durante las negociaciones. Las organizaciones que van surgiendo se agrupan en forma puntual frente a una necesidad muy sentida (agua, luz eléctrica, educación). Pero… las disputas internas pueden estallar en cualquier momento. Para un agente externo, como Hogar de Cristo, es difícil intervenir en las invasiones para dotarles de vivienda o para mejorar las condiciones físicas e higiénicas, porque estaría trasgrediendo la ley y creando una situación muy delicada con el Municipio y el Estado. Las letrinas o servicios higiénicos suelen ubicarse fuera de las viviendas. Este ambiente es el ideal para el desarrollo de enfermedades dérmicas, digestivas y respiratorias; también para epidemias (dengue, cólera, paludismo). Existen también los problemas de convivencia que la situación precaria conlleva. Algunas familias ni siquiera se han dotado de letrina o pozo séptico; en estos casos, envuelven sus desechos orgánicos en fundas y los echan a los canales. En otros casos, por el mal olor y peligro que causan las zanjas abiertas, los vecinos tapan el tramo del canal que pasa al pie de sus casas, desviándolos, sin importarles el curso que éstos tomen después. El acceso a la vivienda en estos asentamientos no mejora necesariamente la vida de las familias. Al estar ubicados dentro del perímetro urbano, empiezan a demandar al Municipio y al Estado los servicios básicos. Los líderes actúan como guardianes, estableciendo un sistema de seguridad colectiva. Estas relaciones no están en absoluto reguladas, por lo que el terrorismo como forma de presión sobre quienes se atrevan a cuestionar el liderazgo del “abogado” es constante. Debido a la complejidad de esta situación, muchos proyectos de mejoras no alcanzan los resultados deseados por las autoridades. La situación de la vivienda en Guayaquil se deterioró progresivamente durante la década de 1980, llamada por economistas y sociólogos “la década perdida”.

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Conflicto en la “Pancho Jácome”

Precisamente, Hogar de Cristo se vio envuelto en el conflicto de la Cooperativa “Pancho Jácome”. Esta cooperativa se estableció alrededor de 1983 junto a la carretera a Daule, a ocho km. de Guayaquil. Roberto Costa y Tío Paco se comprometieron con sus moradores a ayudarles a mejorar sus viviendas. Para empezar, dotaron de techo a su escuela para 300 niños y niñas. Poco después comenzó el problema, cuando tractores y maquinaria del Ejército entraron en los terrenos de la Cooperativa, hicieron salir a los infantes de la Escuela y la echaron al suelo. A continuación, el Ejército completó el desalojo de todos los moradores y derribó sus miserables viviendas de caña. Solicitaron los jesuitas, acompañados de un dirigente de la Cooperativa, una entrevista con el Sr. Gobernador, con la finalidad de interceder por aquella pobre gente. Lo ideal hubiera sido gestionar para conseguirles terrenos en algún otro sitio. El Sr. Gobernador vio las cosas de otra manera y

amenazó con meter en la cárcel al dirigente y al P. García, a quien, en su calidad de extranjero, le advierte que podría salir del país por inmiscuirse en estos asuntos. No terminó ahí el episodio. Al tramitar su documentación el H. Costa para un viaje a Europa, se entera de que tanto él como Tío Paco están impedidos de salir del país, pues están bajo investigación por tráfico de tierras. Enterado de esto el Sr. Arzobispo, acude a Quito para hablar con el Ministro de Gobierno, Luis Robles Plaza. La postura de Mons. Echeverría es firme: si no se levanta la investigación, convocará una rueda de prensa. Robles ordena a la Policía que arregle este desagradable asunto lo antes posible. Por fin, el H. Roberto sale para Alemania el 23 de agosto. Ha sido invitado a una reunión en Berlín, a la que también asisten otros especialistas en vivienda.

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La visita papal 1985 comienza con la visita de los directores de SERVIVIENDA, institución colombiana que sirve también en el área de hábitat. Vinieron a conocer y estudiar los métodos empleados en Guayaquil. Pero el gran evento del año fue la visita -por primera vez en la historia nacional- del Sumo Pontífice. Juan Pablo II, el Papa Viajero, emprende un viaje apostólico hacia Venezuela, Ecuador y Trinidad. El día 31 de enero llega a Quito en un avión de ALITALIA. Al desembarcar del avión, el Papa repitió su acostumbrado gesto de besar el suelo del país anfitrión. En su saludo en el Aeropuerto “Mariscal Sucre” manifestó:

Me Ilena de gozo encontrarme en este centro geográfico del mundo, patria de Atahualpa, cuna de preclaros hijos de la Iglesia, como Mariana de Jesús, el santo Hermano Miguel, Mercedes de Jesús Molina y tantos otros... En Quito, el Santo Padre recibió a los trabajadores en la Plaza de San Francisco, a los jóvenes en el Estadio Olímpico Atahualpa, al pueblo quiteño en el Parque “La Carolina”. Con el mundo de la cultura se reunió en la Iglesia de la Compañía. Luego marchó a Latacunga, donde se reunió con los indígenas. El recibimiento en Cuenca fue apoteósico (la Catedral y Parque de Miraflores).

Foto: tomada del internet Diario El Universo

El Papa Juan Pablo II, ofreciendo su benedición a los ecuatorianos durante su visita al país.

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El viernes 1 de febrero, Juan Pablo II se trasladó a Guayaquil. La Avenida 9 de Octubre estuvo abarrotada al paso del Papamóvil. Su primera parada fue el santuario de Nuestra Señora de Czestochowa, al norte. En Los Samanes, el Pontífice beatificó a la Fundadora de las Marianitas, Mercedes de Jesús Molina, ante una multitud. En la agenda papal no faltó el contacto con los empobrecidos en el mismísimo Guasmo. Mons. Echeverría, Tío Paco y otros sacerdotes estuvieron junto a Juan Pablo II cuando pronunció su mensaje de solidaridad:

Recorrido del carro Papal en la ciudad de Guayaquil. El mensaje del Sumo Pontífice ha inspirado siempre a nuestros colaboradores.

Foto: tomada del internet Diario El Universo

Quiero hacer una apremiante llamada a la conciencia de los gobernantes y responsables de la sociedad, así como a la de todos los católicos, particularmente de aquellos que cuentan con más medíos o posibilidades de influjo, para que procuren un mayor equilibrio social y muestren aún más solidaridad con el necesitado y el que sufre, recordando las palabras de Jesús: «Cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis» (Mt. 25, 40). Que nadie se sienta tranquilo mientras haya en el Ecuador un niño sin escuela, una familia sin vivienda, un obrero sin trabajo, un enfermo o anciano sin adecuada atención. La Iglesia, por su parte, continuará su labor apostólica y asistencial, colaborando en cuanto esté en su mano para elevar la calidad de vida de todos los ciudadanos. (…) He sido informado, queridos hermanos, sobre el comportamiento ejemplar de personas y grupos de vuestras comunidades que, aun viviendo ellos mismos en la escasez, muestran su solidaridad generosa compartiendo con los más necesitados lo poco que tienen. (…) Sed así vosotros los primeros en hacer lo que está en vuestro poder para mejorar vuestra situación. Dios quiere que os elevéis en lo humano y en lo espiritual. Este mensaje ha inspirado desde entonces el trabajo humanitario de Hogar de Cristo y de todas las instituciones sociales de la Iglesia guayaquileña. En la tarde, el Papa visitó la Catedral de Guayaquil. Minutos después, se embarcó hacia Perú.

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La cotidianidad de Hogar de Cristo

El 8 de agosto de 1985, la sociedad guayaquileña se viste de luto con el trágico secuestro y muerte del Sr. Nahím Isaías, ejecutado por miembros del movimiento subversivo Alfaro Vive. Este triste episodio refleja la tensión social que vive el Ecuador. Continúan los amistosos vínculos con las Clarisas. En agosto, los jesuitas son invitados al monasterio para la elección de nueva Abadesa. El 28 de septiembre visita Guayaquil el P. General de

Tío Paco regalando sus coloridos rosarios al Padre General de los jesuitas, Peter Hans Kolvenbach, S.J.

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los Jesuitas. Peter Hans Kolvenbach visita el Colegio Javier y, cómo no, Hogar de Cristo tiene también la gran alegría de recibirlo. El personal y miembros del Directorio, entre ellos Pepe Ycaza, lo reciben muy cordialmente. Tío Paco no desaprovecha la oportunidad de regalar al P. Kolvenbach sus rosarios de colores. El P. General comentó lo bien que se siente en Guayaquil, pues la ciudad le parece muy similar a su querido Beirut, donde ha trabajado tantos años…


Poco a poco se incorporan más colaboradores a la Obra. “Hay que atender a quienes nos necesitan”, decía el Hno. Roberto.

Antonio Goday (español) es un notable colaborador en estos años. Carlos Lértora se encarga de las finanzas. Otros colaboradores son Vilma Elizabeth Moncayo (asistente del H. Costa), Irma Espinosa, Benito Baranda… Las Licenciadas Tanya González y Patricia Ordóñez se incorporan como trabajadoras sociales. Hay que atender a quienes nos necesitan, preocuparse por ellos, visitarlos. El oficio implicaba recorrer sectores peligrosos, pero ambas se impusieron y se hicieron respetar y apreciar. Terribles situaciones de pobreza y abandono son las que descubre el personal de Hogar de Cristo. En la atención cotidiana a tantos hermanos y hermanas se forja la enorme mística y compromiso de nuestro personal, otro de los grandes milagros de Hogar de Cristo. Esta obra hizo sentir verdaderamente a Dios a muchos de sus colaboradores. Les ayudó -y lo sigue haciendo- a soñar un mejor Ecuador.

ocasiones había apuros económicos. En esos momentos, el H. Roberto demuestra que era un “financista por excelencia” (en palabras de Vilma Moncayo). No se desesperaba, pues sabía que los proyectos emprendidos estaban trabajando y conseguirían el “milagro” de proporcionar los recursos necesarios. Roberto está tocando puertas continuamente, invitando a corazones generosos a hacer realidad el sueño de una casa a miles de familias. Pero otro de los aportes por los que será recordado es la atención personal, la cura personalizada (sin horarios ni honorarios) que ejerce con bondad con todos los que lo solicitan. En este sentido, Roberto Costa ha demostrado que es un alumno adelantado de la escuela de San Alonso Rodríguez, el Portero de Montesión y Patrono de los Hermanos Jesuitas.

Para brindar un mejor servicio, se abren nuevos departamentos: Información, Ventas, Posventa, Producción (a cargo del Arq. Roberto Cifuentes que diseñó las nuevas oficinas y bodegas), asistido en planta y materiales por Don Pepe. Los materiales llegan por la ría y por tierra. La producción es de cinco casas diarias. Misereor, Manos Unidas e Intermón son algunas de las agencias que prosiguen la ayuda a la obra de las Viviendas. El Espíritu de Dios cubre la institución. Se siente en el ambiente. Una simpática costumbre de la época era la de compartir los avances y dificultades de la obra en asambleas generales periódicas. En

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El Hno. Roberto siempre tocaba puertas invitando a los corazones generosos a colaborar con la Institución.


Nuevos desafíos El drama de los sin-techo prosigue. El Gobierno ha emprendido la construcción de una solución vial para la urbe porteña: la Vía Perimetral, que casi de inmediato es el destino de personas que buscan un terreno para vivir. La noche del 26 septiembre de 1986, decenas de personas desesperadas se asientan en una zona miserable, sin agua potable ni vías de acceso, peor alcantarillado. Ha nacido Bastión Popular. Los desechos sólidos están hacinados en calles y canales, las viviendas están construidas bajo el agua, con deficiencia crónica en servicios de salud, educación y cuidado infantil. Suburbios como este tienen mal drenaje, agravado por el desordenado relleno efectuado por los moradores. Las consecuencias: destrucción del medio ambiente, hacinamiento e insalubridad. Muchas de las invasiones que surgen en los años 80 aún hoy no poseen alcantarillado formal. Esta situación es común a todo el sector de la Perimetral, que crece considerablemente. Para responder a estos desafíos, el Hogar continúa modernizándose. El 6 de octubre de 1986 se celebra la fiesta de los quince años de fundación. Tío Paco celebra la Santa Misa. La obra está creciendo fiel a su objetivo social. La visión del H. Roberto ha establecido criterios empresariales de eficiencia y productividad. La producción de casas está en franco ascenso, lo que repercute en la estructura de la organización, que se va volviendo más compleja para abastecer las necesidades crecientes de cobro, adquisición de materiales, captación de fondos, contabilidad y atención. Hogar de Cristo comienza a sentirse estrecho con su terreno. El P. García se acoge a su jubilación. Sus visitas a la planta de la Atarazana se hacen esporádicas. Durante 1987 los precios de la canasta básica, de los materiales, del combustible suben constantemente. Un día, el H. Roberto se encuentra a bordo de su camioneta verde, en el cruce de la Atarazana, cuando un camión descontrolado y a toda velocidad se precipita sobre el vehículo. Sale ileso milagrosamente. En marzo, marcha a Chile para tratar cuestiones de vivienda con el P. van der Rest y otras instituciones. No faltan las

colaboraciones internacionales: en mayo de 1987, el H. Roberto sale para Pasto, pues allá le han prometido herramientas. Por este tiempo, ocurre un robo en las oficinas, de artefactos menores (máquina de escribir, un teléfono…). Mejor seguridad es una nueva necesidad de la obra. Se frustra el intento de compra del Aserrío “El Cedro”, que hubiera resuelto la necesidad de expansión de las oficinas. No faltan los accidentes laborales. En 1988, un trabajador es herido por el golpe de un tablón en el vientre; al parecer, una mala intervención propició un fatal desenlace. Continúa la búsqueda de un terreno para ampliar el Aserrío. Son tiempos en que el problema de las invasiones ha recrudecido, símbolo del empobrecimiento del país. La ciudad entera vive en estado de inseguridad. El alto costo de la mano de obra y de los materiales dificulta el trabajo. Se inician los contactos con el Banco del Progreso y Banco de Guayaquil. Finalmente se adquiere parte de la Fábrica de Cigarrillos “Progreso” al precio de $220.000 USD. El área: 15.000 m2. Con la adquisición de estos terrenos se solucionaron los proyectos en perspectiva: introducción de los procedimientos de SERVIVIENDA y la constitución de un banco de materiales. Las Viviendas cuentan con la colaboración pastoral de los Padres González de Durana, José Ma. Abad y Aurelio Vera. Entre los jesuitas jóvenes que colaboran en diversas temporadas están Patricio Hinojosa, Juan Cavanna y Tarcisio Vallejo. Mons. Bernardino Echeverría cede su lugar en la Arquidiócesis a Mons. Juan Larrea Holguín, nuevo Arzobispo de Guayaquil. En cuanto a Don Pepe Ycaza, fue motivo de gran alegría y orgullo la vocación religiosa de su hijo Daniel, ex alumno del Colegio Javier, que ingresó al Noviciado jesuita en 1986. Mucho tuvo que ver en esta vocación el compromiso de su padre con la obra social y el testimonio de algunos jesuitas. Daniel fue ordenado sacerdote en diciembre del año 2000.

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El drama de los Sin-Techo se extenderรก por la periferia de Guayaquil en condiciones infrahumanas.

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El proyecto Hogar de Nazaret

Con el objetivo de buscar una solución más avanzada a los problemas habitacionales, Roberto Costa impulsó -pese a las dudas del P. García- el proyecto Hogar de Nazaret. Se trata de un plan de vivienda urbana, infraestructura, servicios y promoción del desarrollo integral de la comunidad. En octubre de 1988 llegó el telex de España con la aprobación de este proyecto piloto. Para comprar el terreno en la Perimetral que acogerá la Cooperativa, se consiguió una rebaja de S/. 300 por metro cuadrado (el precio final se fija en S/. 500 el m2). El total del proyecto ascendió a 26 millones de sucres. También se aprobó por parte de Viviendas Hogar de Cristo un donativo para las Clarisas. Los trabajos iniciaron en 1989 y comprendió varias etapas. Se dejó espacio en el sitio de construcción para que si es deseo de la comunidad, se construyesen casa comunal, parques, talleres y unidades industriales. Cada casa tiene un área de 6.1 m x 6.3 m (38 m2). Las paredes son de bloque de cemento, las columnas y vigas de concreto. El techo, de zinc con armazón de madera. Cada casa

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tiene su propio abastecimiento de electricidad, baños y agua. Se construyó una torre de agua y sistemas de bombeo en Hogar de Nazaret. Posteriormente, el H. Dimas Tarradellas, S.J., Director Regional de Fe y Alegría en Guayas, construyó en el sector la Escuela “Francisco Gárate”. El P. Aurelio Vera, S.J., atenderá pastoralmente a las familias y formará catequistas en la década de los 90. La Compañía de Jesús demuestra que sí puede trabajar en equipo para ayudar integralmente a los empobrecidos… Pero el rol principal corresponde esencialmente a la comunidad y a su trabajo solidario. El H. Costa tiene mucha esperanza en este proyecto. Su idea es precisamente reproducir las relaciones de solidaridad y espíritu evangélico que vivió la Sagrada Familia. Hasta 1998, 240 viviendas se entregarán bajo este programa a familias de clase baja o media baja.

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Vista panorรกmica del Proyecto Hogar de Nazaret que acogiรณ a mรกs de 200 familias, que participaban activamente en la construcciรณn de sus viviendas.

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Los años 90 Entre 1988 y 1992 gobierna el Ecuador el socialdemócrata Dr. Rodrigo Borja C. Se esperaba un gobierno que remediase la situación de progresiva pobreza en el Ecuador. Pero lamentablemente, pese a algunas obras emprendidas por el Gobierno Nacional, el Municipio, la Prefectura y mucha buena voluntad, la pobreza en el suburbio crece. Es evidente que mientras no se resuelva integralmente la desatención del agro, los campesinos seguirán arribando a los cinturones de miseria. Al frente de la Iglesia guayaquileña continúa Mons. Larrea Holguín; los jesuitas ecuatorianos están dirigidos por el P. Jorge Carrión Guzmán (1989-1995), quien pidió a Pepe Ycaza su ayuda para reformar los estatutos de Viviendas Hogar de Cristo.

desarrollará una incipiente actividad pastoral con el público y el personal. Vilma Moncayo y Patricia Ordóñez, entre otras, recuerdan el espíritu de familia que reinaba en Hogar de Cristo. Se suma a Hogar de Cristo, en calidad de asistente de Gerencia, una joven profesional con experiencia en administración: Anita Mariño. El año: 1993. En esa época, Hogar de Cristo tiene alrededor de 70 colaboradores en nómina. El H. Costa es el Administrador, Antonio Goday, Sub-Administrador, Patricia Ordóñez, Jefa de Ventas, Tania González, Jefa de Cartera. La producción era de ocho casas diarias. El trámite ordinario para otorgar una vivienda era el siguiente:

En aquella década, el Hogar se ha consolidado como una pequeña gran familia. El joven jesuita Patricio Hinojosa es el Jefe de Posventa y

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En la foto, el maestro Pepe Hernández uno de nuestros primeros colaboradores, junto con el maestro Sergio Sevillano, actual integrante del Hogar de Cristo.

1. Las familias vienen a las oficinas; se identifican sus necesidades y los documentos necesarios para obtener el crédito (usualmente proporcionado por Banco del Progreso).

producción a doce casas diarias. Walter Crespo es el Director Administrativo y el Ec. Xavier Chávez, Asesor de Proyectos. La institución mantiene un crecimiento sostenido.

2. Se llena un cuestionario socioeconómico de la familia por parte de una trabajadora social, quien planifica una visita para comprobar la situación real del hogar y verificar que el solar indicado sea legítimo.

En general, el área social de los jesuitas se consolida durante el Provincialato del P. Allan Mendoza (1995-2001). La Compañía edita por aquellos años las Características del Apostolado Social, documento de trabajo que recoge algunas prácticas e imprescindibles directrices para los jesuitas y laicos que trabajan en este sector. En Ecuador, se hacen los primeros intentos para coordinar en red el trabajo de Hogar de Cristo, del CMT, de la Fundación “Madre Dolorosa”, de Acción Integral Guamote, de la Fundación “Río Manta” y del Albergue “La Dolorosa” (Pomasqui).

3. Reporte de la visita. 4. El crédito es entregado o rechazado a partir de este reporte. 5. La familia y Viviendas Hogar de Cristo seleccionan el modelo de vivienda más apropiado de acuerdo al número de miembros y a la capacidad de pago de ésta13. Por aquellos años, Hogar de Cristo cuenta ya con el aporte del Ing. Mario Quiñónez, el encargado de asegurar las fuentes de la materia prima. Los arreglos hechos en los accesos, permiten que todo el material arribe por vía terrestre. En 1995, gracias a una donación proveniente de Alemania (USD $100.000) se incrementa la

13

Cf. Diacon, D., op. cit., p. 42.

Ya retirado, el P. García se dedicó a colaborar en la Iglesia San José confesando, presidiendo la Eucaristía, predicando y visitando enfermos. El Superior de la Comunidad SJ -donde también ha vivido desde su llegada al Ecuador el H. Robertoera el P. Gustavo Maldonado. En 1996, luego de un ataque de meningitis, el P. Provincial destinó a nuestro fundador a la Enfermería de la Compañía de Jesús en Cotocollao, Quito, junto al Noviciado. Allí recibió los atentos cuidados del Enfermero, H. Olmes Vega.

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En la decĂĄda de los 90 la plantilla de los colaboradores alcanza los 70. Algunos se mantienen desde aquella ĂŠpoca.

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Bodas de Plata y reconocimiento internacional

El Padre Josse Van der Rest, uno de nuestros mentores.

La Corporación celebró sus 25 años en 1996. ¡Y de qué manera! Ganando un importante premio internacional: el mejor programa de vivienda popular, World Habitat Award, entregado en Budapest bajo el auspicio de Building and Social Housing Foundation. Es el momento para Pepe Ycaza de entregar el relevo: ha cumplido excelente papel como Presidente del Directorio; le sucede José Tamariz, otro destacado empresario porteño. Instituciones amigas organizaron un congreso mundial de los ganadores del premio World Habitat, efectuado en Guayaquil en julio de 1997. Entre las conclusiones del congreso, los expertos recomendaron ampliar el servicio de Hogar de Cristo a todo el litoral ecuatoriano. Pocos meses después, la producción de la Corporación se destinó también a Esmeraldas y Manabí, así como a socorrer a los damnificados del terremoto de Bahía.

1´300.000 viviendas) y ofrece apoyo a nuestra obra. El Ministro, Arq. Diego Ponce, gestiona un subsidio para la construcción de 3.400 casas. Los convenios entre el MIDUVI y Viviendas Hogar de Cristo se ejecutaron sin contratiempos y arrojaron resultados extraordinarios: más casas a menor costo, con mejor calidad de madera y acabados a menor precio. Otros hechos importantes de ese año fueron: Representantes de Hogar de Cristo, miembros del Directorio y amigos fueron parte del aniversario 25.

En 1997 el promedio de producción fue de 10 casas diarias. Este año marca un hito: por primera vez, el Ministerio de Vivienda aceptó la magnitud del problema habitacional (un déficit acumulado de

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• Inauguración del nuevo bloque de oficinas, como respuesta al incremento de Departamentos y Direcciones. • Un derrame petrolero en Esmeraldas afectó nuestros sembríos de caña guadúa. • Apertura de la oficina de Machala. • Donación de $50.000 USD por la corporación financiera Citygroup. • Firma de un convenio con el Gobierno Interino de Fabián Alarcón, por medio del Ministerio de Vivienda. Con estas dos fuertes ayudas se financiaron nuevos proyectos: oficinas en Daule, Babahoyo y Esmeraldas y, en el segundo semestre de 1998, el incremento de la producción a 15 casas por día. Para ello, fue necesario automatizar la planta con la adquisición de una moderna grapadora neumática.

El Hermano Roberto mientras recibía el premio World Habitat.

Durante esta Administración, se firmó un convenio con el Gobierno de Fabián Alarcón para promover la vivienda.

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La encrucijada de estos años es: ¿producir cantidad para atender la demanda creciente o producir calidad de casas para mejorar la vida de los empobrecidos? Gracias a las oraciones de las Clarisas, al trabajo de un personal profesional y comprometido y a sus bienhechores, Hogar de Cristo resolvió esta tensión de la mejor manera: en 1998 se construyeron 4.000 casas con un alto nivel de calidad. Hogar de Cristo tiene ya más de setenta empleados a tiempo completo en las áreas de producción, trabajo social, administración y dirección de proyectos. El personal está adecuadamente entrenado en lo técnico y administrativo. Nuestro enfoque ha demostrado las siguientes ventajas: • Rapidez (una casa puede ser armada durante un día). • Autoayuda (las familias arman su propia casa, a veces con el apoyo de voluntarios solidarios). • Reducción de costos (la prefabricación y economía de escala ayudan a mantener los costos bajos). • Crédito a bajo interés y plazos largos y renegociables. • Gracias a alianzas firmadas con instituciones bancarias, nuestras socias están en condiciones de abrir una libreta de ahorros y obtener un préstamo subsidiado al 28% de interés anual para comprar su casa al contado. Una madre de familia de la época expresó: La ventaja de comprar una casa de Hogar de Cristo es que la puedes obtener con un depósito mínimo de $25 dólares. Cuando he pagado este depósito la puedo llamar mi propia casa. El camión la trajo aquí y fue armada en un día…. Tengo que hacer un pago mensual; para nosotros los pobres es mejor que comprar los materiales a los proveedores. Nadie te dará los materiales para toda una casa a crédito14. 50000 44.334

45000

Evolución de las casas entregadas por Hogar de Cristo entre 1972 y 2001. Nótese el pronunciado desarrollo alcanzado después del Fenómeno del Niño de 1997-98.

40000 35000 30000 25000

En el gráfico se constata que la llegada del H. Costa y el Fenómeno del Niño de 1982-83 dispararon la producción de Hogar de Cristo en más de un 100% respecto a la producción durante los años 70 (basada en métodos artesanales de producción).

20000 12.297

15000 8.124

10000 2.873

5000 609

829

72-76

77-81

0

14

82-86

87-91

92-96

Testimonio recogido por Diacon, D., op. cit.

97-01

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El Fenómeno del Niño de 1998

Nuevamente Ecuador recibió la infausta visita del Niño. Desde 1997 el H. Costa y su equipo, como abejas diligentes, habían tomado medidas de urgente ejecución para enfrentar la amenaza en ciernes: • Pavimentación de los patios de la fábrica a fin de que los montacargas no tuviesen dificultad para operar. • Remodelación de las oficinas, inauguradas en enero de 1998. • Adquisición del material durante el invierno para poder incrementar la producción: de 18 a 35 casas diarias. Estas medidas se ejecutaron invirtiendo el excedente de liquidez disponible por las gestiones realizadas con empresas, agencias de cooperación y el Gobierno. El incremento de producción fue de la mano con un mejor servicio a los hermanos sin-techo de la Costa e incluso de Loja. Las repercusiones del Fenómeno son enormes. Miles de familias quedan sin hogar y se hospedan 15

Datos tomados del Boletín no 2, enero - febrero 1999.

en albergues temporales, padeciendo hambre, hacinamiento e incertidumbre. Los dramas por la anegación fueron múltiples. En las zonas rurales, las canoas y balsas se volvieron imprescindibles para tareas tan cotidianas como hacer compras o llegar a la carretera. Para la inmensa mayoría, la próxima parada serán los cinturones de miseria de Guayaquil, que crecen sustancialmente. Solo a Guayaquil llegaron 300.000 personas. El Fenómeno de 1997-98 destruyó más de 500.000 hectáreas de cultivos. Las pérdidas económicas, como resultado de la disminución de la producción, de la exportación y comercialización interna de los productos y por la muerte de animales, alcanzaron la cifra de $1.525’390.000 USD. Los daños en la red vial, colapsada por los desbordamientos de ríos, se estimaron en un millón de dólares. Miles de familias campesinas sin techo y sin pertenencias, pues el agua y el lodo les arrebataron su hábitat. En total: 286 muertos, 162 heridos, 36 desaparecidos, 88.591 damnificados, aproximadamente 14.300 viviendas destruidas y $2.646 millones USD en pérdidas15.

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Balance de 1998 Año de bendiciones y realizaciones para Hogar de Cristo, en medio del desastre climático, pues no faltó la solidaridad. Innumerables instituciones nacionales e internacionales, públicas y privadas, ofrecieron apoyo. De esta manera, Hogar de Cristo asistió a 14.000 familias damnificadas en un año.

de Mons. Lorenzo Voltolini. Atendió a los damnificados del terremoto del 5 de agosto de 1998 en Bahía de Caráquez. La producción de su planta es de 1.457 casas. El Estado entrega un subsidio total para 500 casas y parcial (S/.1´500.000) para otras 440.

En medio de las lluvias, la producción de la planta en Guayaquil alcanzó la cifra récord de 6.172 viviendas, incluidas 250 casas entregadas en El Oro, 120 en Los Ríos y 186 en Loja, subsidiadas por el Gobierno Nacional y otros donantes.

En Esmeraldas: relleno de 2.000 m2 y construcción de la fábrica que es autosuficiente. 6.5 casas diarias. Convenio de cooperación para fabricar puertas y ventanas con la ONG “Ciudad de los Muchachos”, que brinda trabajo a muchos jóvenes.

Con la inauguración de las últimas cien viviendas tipo Mariana de Jesús (etapas séptima y octava) concluyó el proyecto Hogar de Nazaret. 231 familias sin solar y casa se beneficiaron de la ayuda solidaria entregada por instituciones como INTERMON, SECIPI, SELAVIP, Arquitectos Sin Fronteras y el Gobierno Nacional.

Durante el Gobierno demócrata-cristiano de Jamil Mahuad, continuó el apoyo del MIDUVI. El Subsecretario de Vivienda, Alfredo Mora, gestionó la entrega de 6.000 subsidios, como parte del programa gubernamental para la reconstrucción del Litoral. El Gobierno reconoce ya en Hogar de Cristo una fuerza con la que hay que contar. Pero otro desastre de semejantes proporciones está por desatarse.

Hogar de Cristo-Manabí -perteneciente a la Arquidiócesis de Portoviejo- opera bajo la dirección

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Foto: tomada del internet

1999: año de la tragedia nacional

Es el peor año en décadas. No han faltado en nuestra historia nacional los “años terribles”: 1859, cuando el Ecuador se fragmentó en cuatro y casi es repartido por nuestros vecinos; 1895, año de ignominia nacional por el episodio de la “venta de la bandera” y por la guerra civil; 1941, la derrota militar frente al Perú con la ocupación de la Provincia de El Oro que obligaron a firmar un severo protocolo de límites. Ahora, cuando está terminando el siglo XX, la economía ecuatoriana se hunde. El dólar estaba en enero de 1999 a S/.7.000. A final del año, bordea los S/. 20.000. Las huelgas, la inflación, cierres de empresas, despidos masivos, quiebras de bancos… están a la orden del día. Un enorme sentimiento de inseguridad y frustración invade a la nación. El Presidente Mahuad pide paciencia; sus intervenciones en los medios de comunicación -en los que emplea la metáfora del Titanic para referirse al país- convencen al pueblo para aceptar los más duros sacrificios. Entonces sobreviene una medida durísima: el “feriado bancario”, un congelamiento de fondos como nunca se ha visto. La corrupción y la especulación no faltaron, pues como siempre hubo quienes sacaron provecho a costa del desplome de la clase media. Los empobrecidos ni siquiera cuentan ya.

Médicos, maestros y policías están impagos. El feriado bancario, decretado por el Gobierno el 12 de marzo, tuvo graves repercusiones en Hogar de Cristo: • Congelamiento de las cuentas bancarias que le privó de su base económica para adquirir materia prima y pagar sueldos. Sin embargo, nunca dejó la institución de cumplir sus responsabilidades laborales. • Reducción abrupta de la recuperación de la cartera. Los beneficiarios atraviesan momentos dramáticos: muchos han quedado sin empleo y no tienen siquiera para su subsistencia. Solo se acercan a la Atarazana para justificar sus atrasos en el pago de las mensualidades y a pedir un tiempo de gracia. • La producción disminuyó de 37 a 25 casas diarias. Sin embargo, los apoyos internacionales permitieron de nuevo elevar la producción a 50 casas. Nuestra Corporación es un termómetro de la tragedia.

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A LAS FRONTERAS

Más de cien familias diarias llegan a las oficinas al borde de la desesperación, buscando una solución digna. Las trabajadoras sociales descubren “horrorizantes historias de explotación y degradación humana. Niños hambrientos… familias enteras afectadas por la tuberculosis, infantes con discapacidades, padres en la cárcel por haber robado para poder darles de comer; angustia vital por no encontrar trabajo. Mujeres y jóvenes prostituidos…” En marzo, Roberto Costa y Tania González se dirigen a Esmeraldas para enfrentar un nuevo problema: un dirigente político ha desatado una campaña de desprestigio, pues aconsejaba a las familias que no pagasen sus cuotas, pues las viviendas eran donadas por el Gobierno. Los directivos aprovecharon también para dialogar con el Coordinador de la Red Forestal y adquirir material

directamente a los productores, a mejor precio. Las filiales, con tesón, siguen funcionando a pleno ritmo. En Manabí se construyen once casas diarias; en Los Ríos se entregan 200 viviendas, a pesar de no disponer oficina aún en Babahoyo. En El Oro, 200 casas más han sido subsidiadas por el MIDUVI y se cuenta con el apoyo de Mons. Herrera, quien dona un terreno para abrir una filial en Machala. Cytibank costea la construcción de 300 casas, merced a un aporte de USD $50.000. La Embajada de Canadá financió la adquisición de nueva maquinaria. La Fundación Mariana de Jesús de Quito, obra social de los jesuitas y laicos de compromiso ignaciano, incursiona también en el puerto con su plan de Vivienda Popular. Hasta junio de 1999 ha producido ya 300 casas prefabricadas. La situación económica provocó que diariamente acudan 100 personas diarias a nuestras instalaciones.

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Condecoración del Congreso al P. García

Fue un acto de justicia hacia la labor social de nuestro Fundador. El Ing. Juan J. Pons, ex alumno del Colegio “Veinte de Abril”, Presidente del Congreso Nacional, le otorgó la medalla “Al Mérito”. La decisión fue comunicada al P. Provincial y a nuestro Directorio el 15 de abril de 1999. El P. García aceptó el homenaje, pues su compadre le aseguró que serviría para reivindicar la obra que Hogar de Cristo hace por los sin-techo ante algunas voces críticas que opinan que las casitas de bambú y madera son indignas de las pobres. Ciertamente, los empobrecidos se merecen algo mejor, pero mientras el Estado y los particulares no emprendan una mejor solución, mientras tanto, esta obra de la Iglesia continuará con su tarea. La sesión solemne tuvo lugar el 20 de abril a las 17h00, en el Salón de los Presidentes. Asistieron el Ing. Pons, algunos Diputados, el Vicepresidente del Directorio, Ab. Roger Arosemena, el Cardenal Echeverría -quien pronunció un conmovedor discurso-, algunos jesuitas y amigos.

16

El Congreso Nacional (texto, informativo mayo-junio de 1999)

En su discurso, el P. García manifestó las siguientes ideas16: Los marginados que carecen de vivienda esperan respuestas concretas, empezando por el cambio de actitud indiferente, cuando no hostil de algunos sectores de la sociedad. Esperan con urgencia una política social avanzada, convertida en programas concretos, a bajo costo y en condiciones de pago favorables. (…) Dios ha destinado la tierra y todo lo que en ella existe para uso de todos los hombres y los pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos bajo la égida de la justicia y con la compañía de la caridad.

Los extractos de los discursos están tomados del Informativo no 4 de mayo-junio 1999.

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A LAS FRONTERAS

El Ab. Arosemena, a nombre del Directorio, expresó en su intervención: No hay institución ni pública ni privada que tenga un programa de vivienda de esta magnitud y que llegue verdaderamente a los más pobres. Este homenaje público, en el fondo, no es solamente para enaltecer las virtudes del P. Francisco García. Es y debe ser para que los ecuatorianos aprendamos de él. Ojalá podamos clonar el espíritu y el corazón de Tío Paco… Si tuviéramos diez, veinte o más Tíos Paco, estoy seguro que la situación de nuestro país empezaría a cambiar y llegaríamos a reconstruir el paraíso que Dios nos dio…

A continuación, para sorpresa y alegría de los Honorables, el Tío Paco sacó de su bolsillo un manojo de los sencillos rosarios de piola elaborados con sus propias manos y los repartió entre los presentes. No faltaron los comentarios irónicos de algunos jesuitas sobre este hecho, como el del P. Micó Buchón en el sentido de que ojalá algo de la santidad del Tío Paco se haya trasladado a los “Padres de la Patria”.

En la gráfica, representantes del Hogar de Cristo junto a integrantes del Directorio de nuestra Obra.

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Salvando nuestra materia prima Es esencial para la Corporación asegurar sus fuentes de madera y caña. Con visión de futuro y sentido de responsabilidad ecológica, Hogar de Cristo emprendió la siembra, cultivo y explotación racional de la caña, evitando la destrucción de los bosques húmedo-tropicales donde ésta crece naturalmente. El Ing. Quiñónez lideró algunos proyectos con óptimos resultados, por ejemplo en la Granja “Ernesto Molestina”, en la vía Santo Domingo-Quevedo. Algunas familias campesinas muestran interés por sembrar la caña a gran escala. La investigación en torno al bambú y sus aplicaciones se difunde. Los estudiosos profundizan sus investigaciones en contacto con la red International Network for Bamboo and Rattan. En Ecuador surge Ecuabambú, una asociación para el desarrollo sostenible e integral de esta gramínea. Hogar de Cristo hizo contactos con algunas empresas madereras y ONGs (BOTROSA, CIDESA) para acceder a plantaciones en Esmeraldas, asegurando también la reforestación de las zonas explotadas.

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2000 Así llegó el año 2000, Año Jubilar para la Iglesia, que el Ecuador lo vive en condiciones difíciles. ¡Cuántas familias pasaron la Noche Buena sin tener qué llevarse a la boca o separadas por el drama de la emigración! El mismo H. Roberto, de vacaciones en su natal España, evidenció el flujo masivo de ecuatorianos rumbo a Europa. Son personas de clases media y baja huyendo del desempleo y de la falta de oportunidades. Con razón Juan Pablo II escribía por aquel tiempo: “Navidad es la fiesta de los pobres, de los que se sienten oprimidos por la violencia o rechazados por la desconfianza y la indiferencia”. En el informativo de julio-agosto de 1999, Roberto Costa reflexionaba: Mientras las altas cúpulas políticas pierden el tiempo discutiendo la proforma presupuestaria del 2000 y el FMI inventa otra fórmula para volver más pobres a los pobres, quienes hacemos Viviendas Hogar de Cristo no desmayamos. No nos arredran los problemas ni las dificultades del presente ni del futuro. Estamos convencidos del contenido que

encierran las palabras de Jesús: Buscad primero el Reino de Dios y todo lo demás se os dará por añadidura” (Mc. 6, 33). La experiencia de 28 años en nuestro trabajo nos ha demostrado su certeza, hasta el momento, pues hemos recibido muchísimo más del ciento por uno de satisfacciones. Mientras tanto, continúan los problemas en Esmeraldas. En El Oro se concluye la construcción de la casa-oficina. La contribución solidaria de diversas empresas nacionales aumenta. La convulsión social en el país culminó con el derrocamiento del Presidente Mahuad y la sucesión presidencial del Dr. Gustavo Noboa B. La situación del Ecuador es caótica, el hambre, el desempleo, violencia, la deserción escolar, emigración de cientos de miles de ecuatorianos a Estados Unidos, España y otros destinos. Pero aún hay motivos para tener esperanza.

Inauguración de la nueva oficina en Machala, provincia de El Oro.

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Siempre, siempre...hay esperanza

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Junto a los

años

Excluidos HOGAR DE CRISTO


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