«Por amor a la justicia. Dorothy Day y Simone Weil» | Teresa Forcades | @edicionesHOAC

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Capítulo 1

Datos biográficos Apenas doce años separan el nacimiento de Dorothy Day (Nueva York, 1897) del de Simone Weil (París, 1909); casi cuarenta separan sus fechas de muerte a causa de la prematura desaparición de Weil. Weil murió en Inglaterra en 1943, cuando contaba solamente treinta y cuatro años de edad; Day murió en su Nueva York natal en 1980, a los ochenta y tres. Weil vivió la I Guerra Mundial en su niñez siguiendo a su padre, médico francés movilizado en el frente; Day la vivió como adolescente desde la seguridad de los Estados Unidos. Weil murió en plena II Guerra Mundial y Day vivió hasta casi el final de la guerra fría. Ambas vidas se caracterizan por combinar compromiso político y experiencia mística en una época de privatización de lo sagrado y de expulsión de la religión del discurso público. Asistimos hoy a un retorno de lo religioso al ámbito de lo público, lamentablemente a menudo en forma de fundamentalismo. No es este un fenómeno privativo de la religión islámica, puesto que existen hoy grupos fundamentalistas en todas las religiones mayoritarias: fundamentalistas ultraortodoxos judíos en Jerusalén y en los asentamientos en territorios palestinos, fundamentalistas hindúes del Bharatiya Janata Party en la India, fundamentalistas cristianos de la Christian Coalition en los EE.UU., fundamentalistas islámicos sunitas aliados de EE.UU. en Arabia Saudí, fundamentalistas budistas sinhala en Sri Lanka… El peligro de mezclar religión y política es evidente y no hace falta elaborar mucho sobre ello en un país como España, que sufrió durante cuarenta años el fascismo nacional-católico. Mas, para quienes deseamos rechazar de forma frontal y explícita cualquier viso totalitario o fundamentalista, una pregunta se mantiene en pie: ¿es posible separar la experiencia del Dios cristiano, la experiencia de Jesús, del compromiso social público por la justicia? La respuesta de Day y Weil es un rotundo «no». Su compromiso público, a diferencia del de los fundamentalistas, no aboga por la violencia ni busca imponer sus creenDatos biográficos | 9


cias: se concreta en trabajar por la justicia social y en comprometerse políticamente desde abajo de forma no-partidista, compartiendo la vida de los excluidos. Day y Weil tienen claro que el Dios que las seduce e inspira no les pertenece y no esperan controlar ni atrapar en esquemas teóricos su Espíritu que sopla donde quiere. Su mezcla de religiosidad y compromiso político no amenaza, por tanto, la libertad de nadie. Al contrario, ambas mujeres se erigen en defensoras de la libertad individual auténtica, que no es la caricatura liberal del privilegio y el acúmulo de bienes, sino la libertad de la conciencia individual inviolable, la libertad de expresarla y la libertad de actuar de acuerdo con ella. La radicalidad y la coherencia son los rasgos que más impresionaron a los contemporáneos de Day y Weil y siguen siendo, a mi entender, los que más pueden impresionarnos aún hoy. Vamos a acercarnos a dos mujeres que se enfrentaron sin subterfugios a la tarea de dar sentido a su vida, que asumieron responsabilidad por ella y la concibieron como una vida al servicio de la justicia. La experiencia cristiana es en ambas profunda y ambas han escrito sobre ella con belleza y apasionamiento y con una sorprendente originalidad. Ambas se muestran desde la infancia sensibles ante lo religioso cristiano y ambas se declaran ateas en su adolescencia y primera juventud y critican a las instituciones eclesiales por favorecer a los privilegiados y abandonar a su suerte a los desposeídos, muy particularmente a la clase obrera. La familia de Day era de tradición anglicana y la de Weil de tradición judía, mas ninguna de las dos familias se caracterizaba por su religiosidad. El padre de Day era periodista deportivo, un hombre de talante conservador, estricto en la educación de sus hijos, y su madre era una ama de casa que había vivido una breve experiencia laboral en una fábrica textil antes de casarse. Muy distinto es el caso de Weil: su padre era médico y destacaba por su carácter afable, mientras que su madre procedía de una familia de intelectuales y artistas y destacaba por su inteligencia y carácter emprendedor. El ambiente infantil de Day fue el de una típica familia patriarcal de los EE.UU. que pasó por precariedades económicas, mientras el de Weil fue extremadamente privilegiado desde el punto de vista económico, cultural y humano. Day tuvo tres hermanos y una hermana dos años más joven y mantuvo una estrecha relación durante toda su vida con su hermana y con el hermano menor, a quien hizo de madre en sus primeros años. Weil tuvo solamente un hermano, tres años mayor, el famoso matemático André Weil. 10 | Por amor a la justicia


La infancia de los hermanos Weil coincidió con los años de la I Guerra Mundial, y ambos se educaron con tutores en casa durante los cinco años que duró la contienda, estableciendo entre ellos una gran complicidad y un mundo propio de niños prodigio al cual ni su extraordinaria madre tenía acceso. Una coincidencia en sus biografías es que tanto Day como Weil, tras haberse declarado ateas, experimentan entre los veintisiete y los veintinueve años de edad profundas vivencias personales de encuentro con Jesús que marcan un punto de inflexión en sus vidas. Day se bautiza en la Iglesia católica a consecuencia de esta experiencia y vive a partir de entonces y hasta el final de su vida como católica, combinando una religiosidad tradicional y una profunda devoción con la crítica honesta y libre a algunas de las actuaciones y posicionamientos de la Iglesia católica en materia social. Weil desea el bautismo en la Iglesia católica, pero considera muy a su pesar que la falta de reconocimiento de la libertad de conciencia que caracterizaba la doctrina católica anterior al Concilio Vaticano II, es para ella un impedimento insuperable. No rechaza el bautismo por orgullo, sino por coherencia. Encontraréis a continuación un resumen breve de las respectivas trayectorias biográficas y al final del libro una cronología en paralelo de ambas vidas que facilita la consulta.

DOROTHY DAY (1897-1980) Nace en Nueva York. La familia se traslada a San Francisco, donde a los nueve años Day queda impactada por el terremoto de 1906, y a continuación a Chicago, donde transcurre su adolescencia. Tras conseguir una beca, se independiza de su familia a los dieciséis años e ingresa en la Universidad de Illinois, donde cursará solamente dos años de Humanidades (literatura, historia, lenguas clásicas), sin llegar a obtener ningún título. Durante la época universitaria se hace miembro del partido socialista. A los diecinueve años se traslada a Nueva York y empieza su carrera como periodista y activista social. Este período se caracteriza por un estilo de vida bohemio en contacto con figuras relevantes del panorama intelectual y político neoyorquino: tertulias de café que se prolongan hasta la madrugada, abuso de tabaco y alcohol, aventuras amorosas, agitación política. Vive una relación amorosa tormentosa e Datos biográficos | 11


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NOVEDAD EDITORIAL Teresa Forcades nos acerca, con este libro, a dos mujeres que se enfrentaron sin subterfugios a la tarea de dar sentido a su vida, que asumieron con responsabilidad y la concibieron como una vida al servicio de la justicia. La experiencia cristiana de Dorothy Day y de Simone Weil es profunda y ambas la han descrito con belleza, apasionamiento y con una sorprendente originalidad. Desde sus infancias, tan diferenciadas, se muestran sensibles ante lo religioso cristiano, pese a que se declaran ateas en su adolescencia y primera juventud y critican a las instituciones eclesiales por favorecer a los privilegiados y abandonar a su suerte a los desposeídos, muy particularmente a la clase obrera. Ambas experimentan en su juventud profundas vivencias personales de encuentro con Jesús que marcan un punto de inflexión en sus vidas. Ambas sitúan el trabajo humano en el centro de su espiritualidad. ¿Es posible separar la experiencia del Dios cristiano, la experiencia de Jesús, del compromiso social público por la justicia? La respuesta de Day y Weil es un rotundo no. Su compromiso público no aboga por la violencia ni busca imponer sus creencias: se concreta en trabajar por la justicia social y en comprometerse políticamente desde abajo de forma no-partidista, compartiendo la vida de los excluidos.

Barcelona, 1966. Médica, teóloga y monja benedictina en el Monasterio de Sant Benet de Montserrat (1997). Especialidad de medicina interna en la Universidad de Nueva York. Estudios teológicos Master of Divinity en la Universidad de Harvard. Doctora en Salud Pública por la Universidad de Barcelona (2004). Licenciada en teología fundamental (2005). Doctora por la Facultad de Teología de Cataluña (2008). www.teresaforcades.com

Teresa Forcades i Vila FICHA TÉCNICA

ÍNDICE

Colección «Cristianismo y Sociedad» Páginas 148. 1ª Edición junio 2015 ISBN 978-84-92787-27-2 Depósito Legal M-13484-2015 Encuadernación Rústica, cosido con hilo. Con solapas. Precio de venta al público 14€ Fecha de aparición 16/06/2015

Capítulo 1. Datos biográficos. Capítulo 2. Experiencia laboral y relación con los movimientos de trabajadores. Capítulo 3. Reflexiones sobre el valor del trabajo manual. Capítulo 4. Experiencia de Dios y experiencia de Iglesia Capítulo 5. Ser mujer: amor y libertad. Capítulo 6. La identificación de Jesús con los excluidos. Capítulo 7. El pacifismo y la Guerra Civil española. Capítulo 8. La revolución: compromiso con los excluidos por amor a la justicia. Reflexiones finales. Cronología. Apéndice. A propósito de los jocistas (Crónica de Simone Weil). Citas.


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