Neandertales y Sapiens: Más que un cruce de Miradas

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NEANDERTALES Y SAPIENS: MÁS QUE UN CRUCE DE MIRADAS Aníbal Clemente Cristóbal. Red Española de Historia y Arqueología. www.historiayarqueologia.com

¿Quién era el Neandertal? El hombre de Neandertal vivía en cuevas y chozas y desapareció de Europa hace unos 30 mil años. Se le llama así porque el primer esqueleto fue descubierto en 1856 en el valle de Neander, en Alemania. En la Wikipedia encontramos que el hombre de Neandertal (Homo neanderthalensis) es una especie extinta del género Homo que habitó Europa y partes de Asia occidental desde hace 230.000 hasta 28.000 años atrás, durante el Pleistoceno medio y superior y culturalmente integrada en el Paleolítico medio. En un periodo de aproximadamente 5.000 años se cree convivió paralelamente en los mismos territorios europeos con el Hombre de Cro-Magnon, primeros hombres modernos en Europa. Esta convivencia se ha demostrado por fósiles hallados en las cuevas de Châtelperron. Sus características definidoras, a partir de los huesos fósiles descubiertos hasta ahora (unos 400 individuos), son: esqueleto robusto, pelvis ancha, extremidades cortas, tórax en barril, arcos supraorbitarios resaltados, frente baja e inclinada, faz prominente, mandíbulas sin mentón y gran capacidad craneal —1550 cm³—. Vivían en grupos organizados, formados por alrededor de unos treinta miembros.


Los neandertales fueron una especie bien adaptada al frío extremo. Tenían un cráneo alargado y amplio, baja estatura y complexión robusta, y nariz amplia de aletas prominentes; rasgos que denotan adaptación a climas fríos, como se puede observar actualmente en las poblaciones del Ártico. Su cerebro era igual o incluso más grande que el de los hombres modernos. Un neandertal promedio podría llegar a tener una altura de 1,65 m, de contextura pesada, y musculatura robusta. Si bien su estructura ósea no los hacía corredores de largo aliento, sí eran caminantes de largas distancias. Estudios anatómicos realizados han determinado que el neandertal podía articular una fonética limitada respecto a la que actualmente posee el hombre moderno, debido a la ubicación de la laringe, situada más arriba que la del hombre moderno. El estilo de herramientas líticas utilizadas en el Paleolítico medio por los neandertales es la cultura Musteriense, así llamada por haber sido encontradas por primera vez en el yacimiento arqueológico de Le Moustier. La cultura musteriense está caracterizada por la utilización de la técnica de talla Levallois. Estas herramientas fueron producidas usando martillos de percusión blandos, de hueso o madera. En los últimos tiempos de los neandertales aparece en el registro arqueológico el estilo Châtelperroniense, considerado como más "avanzado" que el musteriense.

Los neandertales de la Península Ibérica En la Península Ibérica se han hallado diversos restos de neandertales: un parietal en Cova Negra (Valencia); dos fragmentos de parietal y un frontal en la cueva de la Carihuela (Granada); un molar en Moros de Gabasa (Huesca); un diente en Mollet I (Girona); cuatro dientes en el Abric Agut (Barcelona); 5 dientes superiores en Axlor (Vizcaya); 2 dientes y un húmero, posiblemente más antiguo, en Lezetxiki (Guipúzcoa); un quinto metacarpo en Los Casares (Guadalajara); una mandíbula y un fragmento de fémur en Zafarraya (Málaga), una mandíbula, una dentición infantil, dos metatarsos y una falange en Valdegoba (Burgos). En Gibraltar se han descubierto los fósiles neandertales más completos de la Península Ibérica: en 1848 fue descubierto en la cantera de Forbes (Forbes Quarry) un cráneo muy completo, y en 1928 aparecieron un cráneo y una mandíbula infantiles, asociados a industria musteriense. Al húmero de Lezetxiki, se añaden un fragmento de coxal y la mitad distal de un húmero recuperados en la brecha kárstica del Tossal de la Font, en Vilafamés (Castellón) y que, probablemente, corresponde al final del Pleistoceno medio. Mención aparte merece la mandíbula de Bañolas (Girona), que fue considerada neandertal por E. Hernández-Pacheco y H. Obermaier. En cambio, M. A. de Lumley la consideró de un preneandertal. La datación del travertino que la englobaba permite afirmar que la mandíbula tiene una antigüedad de 35.000 años. Sin embargo, el estado fragmentado de la región sinfisaria no permite afirmar si tenía mentón o carecía de él y su asignación es muy problemática.


Curiosidad: Los hombres de Neandertal maduraban con tal rapidez, que a los 15 años de edad ya podían considerarse adultos, según un informe que publica la revista británica Nature.

El Neandertal a la luz de la Ciencia: <<<Foto: Svante Pääbo El grupo de investigadores del Instituto Max-Planck Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania), liderado por Svante Pääbo, ha señalado lo que hasta ahora se había negado: sí hubo cruces entre nuestros antepasados y los neandertales. La revista Science publicó el trabajo de estos científicos en dos artículos diferentes.

«Tener una primera versión del genoma del Neandertal convierte en realidad un sueño de hace mucho tiempo. Por primera vez podremos identificar características genéticas que nos diferencian del resto de los organismos, incluyendo nuestros parientes evolutivos más cercanos», afirma Svante Pääbo. El equipo de investigadores explicó que han secuenciado el genoma completo del neandertal, utilizando muestras de tres huesos de dicha especie hallados en una cueva de Vindija, en la actual Croacia. El borrador se complementó con la


secuenciación parcial de otros tres neandertales procedentes de Mezmaiskaya (Rusia), de Feldhofer (Alemania) y de la cueva de El Sidrón (Asturias). Los investigadores lo compararon con los genomas de cinco seres humanos actuales de diferentes partes del mundo: el de un sudafricano del grupo San, el de un africano del grupo Yoruba, el de un chino Han, el de un francés y el de un nativo de Papua Nueva Guinea. La investigación señalaba que los humanos modernos y los neandertales muy probablemente se entremezclaron eso sí, en pequeña medida, tras salir de África, cuando los humanos modernos se encontraron con neandertales en el Medio Oriente.

Foto: El Paleobiólogo Antonio Rosas en la Cueva del Sidrón (Asturias) Antonio Rosas, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), relata: "La similitud genética entre neandertales y los humanos no-africanos es idéntica, da igual si éstos proceden de Papua-Nueva Guinea, de China o de Europa. Todo esto sugiere que hubo cruzamientos (o flujo génico) entre neandertales y los humanos modernos, probablemente cuando éstos estaban saliendo de África, hace unos 80.000 años. Conviene recalcar que aquellos humanos que salieron de África en la fecha señalada representan al tronco común de todos los humanos no-africanos, el que después se diversificó en asiáticos, indonesios, europeos y demás grupos humanos no-africanos. Esta importante circunstancia pueden explicarse a través de un modelo que plantea que el cruzamiento neandertales-sapiens se dio en realidad en un intervalo temporal breve y en baja cantidad entre los primeros humanos salidos de África y las poblaciones neandertales que se encontraron a la salida...". El equipo de Max-Planck no se encuentra sólo en este órdago a lo asentado hasta ahora en la comunidad internacional. Científicos de la Universidad de Nuevo México aseguraron haber llegado a la misma conclusión en la reunión anual de la Asociación Americana de Antropología Física, celebrada en Alburquerque, Nuevo México. En este caso, el equipo dirigido por Jeffrey Long no tiene todavía publicado su trabajo en una revista científica, como en el caso de los investigadores del Max-Planck.


El equipo de Svante Pääbo recuperó el ADN de un homínido desconocido hasta ahora que convivió hace unos 40.000 años con los neandertales y los humanos de los que descendemos nosotros. ¿Otro posible candidato para un romance entre especies?.

El cruce de especies Neandertal/Sapiens Neandertales y seres humanos modernos cruzaron algo más que miradas. Es bien sabido que mantuvieron relaciones sexuales, unos encuentros que dejaron como fruto una huella genética imborrable y que consiste en el 2% del genoma de todos los homo sapiens del planeta, con la excepción de los africanos. Explica J. de Jorge en ABC que el cruce entre las dos especies humanas inteligentes ya había sido confirmada hace dos años por Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, pero lo que hasta ahora no se conocía es que ese sexo de las cavernas favoreció nuestra evolución.... y nos hizo más fuertes.

«Todos los que vivimos fuera de Africa -­‐añade Pääbo-­‐ llevamos una pequeña parte de ADN neandertal en nosotros». Por supuesto, al producirse el cruce, también una parte de nuestro propio genoma debió de quedar impresa en el de los neandertales, aunque aún no ha sido posible determinar qué porcentaje de su carga genética procede de nuestra propia especie. Según investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, cuyo estudio se publica en la revista Science, las relaciones sexuales con neandertales y otros parientes cercanos -en concreto, el homínido de Denisova, cuya existencia salió a la luz con el descubrimiento en 2008 de un hueso de un dedo y un diente en una cueva de Siberia- introdujeron por primera vez en el genoma humano unas formas de los genes HLA, famosos por su papel contra los patógenos, que reforzaron el sistema inmune que disfrutamos hoy día. Aunque los humanos modernos, los neandertales y los homínidos de Denisova comparten un antepasado común en África, los grupos se dividieron en poblaciones separadas y distintas hace unos 400.000 años. El linaje neandertal emigró hacia Europa y el oeste asiático, mientras que el Denisova se trasladó al este de Asia.


Los ancestros del hombre moderno permanecieron en África hasta hace unos 65.000 años, cuando se expandieron hacia Euroasia y se mezclaron con los otros grupos humanos. En algunos casos, los encuentros fueron de índole amorosa. El proceso de Hibridación del Homo Sapiens y el Neandertal

El arqueólogo alemán GerdChristian Weniger es uno de los especialistas más reconocidos en el hombre de Neandertal. Es profesor extraordinario en la Universidad de Colonia y director del Museo de Neandertal, comentaba: “Debemos recordar que estamos hablando de cazadores y recolectores, no de agricultores y ganaderos. Los cazadores y recolectores son comunidades altamente móviles. Son siempre grupos muy pequeños, de entre veinte y treinta miembros, que, en parte como grupo completo, en parte como parte de un grupo mayor, recorren los parajes. Y esos grupos encuentran sus partenaires sexuales en otros grupos, no en el suyo propio. Es un principio propio de las sociedades de cazadores y recolectores que los distintos grupos se encuentren una y otra vez en el


transcurso del año, la mayoría de las veces con motivo de acontecimientos de caza exitosos, tras cazas comunes, por ejemplo. Y en tales encuentros se buscan partenaires sexuales, los cuales, por regla general, son incorporados al grupo para asegurar su existencia. Y justo en ocasión de tales encuentros se produjeron los procesos de intercambio sexual entre neandertales y hombres anatómicamente modernos”. Destruir patógenos El pasado año, una secuencia del genoma de los neandertales, que se extinguieron aproximadamente hace 30.000 años, reveló que de un 2 a un 4% del ADN de este grupo está presente en el mapa genético de cualquiera de nosotros. En el caso del homínido de Denivosa, la huella genética puede alcanzar el 6%. Estas parejas tuvieron un efecto positivo sobre la salud de los humanos modernos. Este regalo útil fue la introducción de nuevas variantes de genes del sistema inmunológico, esenciales para que el cuerpo pueda reconocer y destruir los patógenos. Estos genes, los HLA, son algunos de los más variables y flexibles de nuestro «código de barras», en parte debido a que la rápida evolución de los virus demanda una flexibilidad de nuestro sistema inmunológico. Los antígenos se extendieron entre los descendientes de las poblaciones mezcladas en Europa y Asia. Hoy en día, las nuevas formas y combinaciones de estos antiguos HLA se pueden ver en más de la mitad de los genomas de los euroasiáticos modernos. Es una de las causas de que podamos sobreponernos con facilidad de, por ejemplo, un vulgar catarro.


¿Por qué desapareció el Neandertal?

Investigadores de la Universidad de Cambridge realizaron un hallazgo que da respuestas a la desaparición repentina de los neandertales europeos. Después de 300.000 años de dominación. Así, los investigadores han descubierto que los humanos procedentes de África invadieron la región, llegando a superar en más de diez veces la población neandertal. "Nuestro hallazgo derriba un pilar de la teoría, largamente aceptada, de que el Homo sapiens era más avanzado", asegura Metin Eres, primer autor del trabajo que se publica en Journal of Human Evolution. "Es hora de que los arqueólogos empiecen a buscar otras razones por las que los neandertales se extinguieron, mientras que nuestros antepasados sobrevivieron. Tecnológicamente, no hay ventajas claras de unas herramientas frente a otras". El estudio se ha publicado en la revista ‘Science’ por dos investigadores del Departamento de Arqueología en Cambridge, el profesor Sir Paul Mellars, profesor emérito de prehistoria y evolución humana, y la estudiante de doctorado Jennifer French. Las razones de la desaparición de las poblaciones europeas de Neandertal en todo el continente hace unos 40.000 años ha supuesto durante mucho tiempo uno de los grandes misterios de la evolución humana. Después de 300.000 años de vida, en los fríos entornos sub-glaciales de Europa central y occidental, los neandertales fueron reemplazados rápidamente en todas las áreas del continente por las nuevas poblaciones de Homo sapiens (anatómica y genéticamente modernas) que se habían originado y evolucionado en ambientes tropicales de África.


Mediante la realización de un análisis estadístico detallado de las evidencias arqueológicas de la región de Périgord, en el suroeste de Francia –región que contiene la mayor concentración de neandertales y asentamientos de los humanos modernos en Europa– se han encontrado pruebas claras de que las primeras poblaciones humanas modernas penetraron en la región en un número al menos diez veces más grande que el de las poblaciones locales de Neandertal ya establecidos en las mismas regiones. Esto se refleja en un fuerte aumento en el número total de sitios ocupados, densidades mucho más altas de los residuos de la ocupación (es decir, herramientas de piedra y restos alimenticios de origen animal) que revelan mayores grupos de individuos y, al parecer, mejor integrados socialmente. Al encontrarse con esta entrada espectacular de la población humana moderna, la capacidad de los grupos de neandertales locales de competir por los asentamientos, suministro de alimentos de origen animal (principalmente renos, caballos, bisontes y ciervos) y recursos de supervivencia para afrontar los inviernos glaciales fue socavada masivamente. Además, casi inevitablemente, tuvieron lugar repetidos conflictos entre las dos poblaciones por la ocupación de los lugares más atractivos y más ricos en alimentos; el grupo humano mayor en número y mejor coordinado tenía garantizado el éxito frente a los grupos de neandertales. Las evidencias arqueológicas también sugieren que los recién llegados poseían tecnologías superiores de caza y herramientas (por ejemplo lanzas de caza más eficaces y de largo alcance) y eran más eficientes en los procedimientos de proceso y almacenado de alimentos durante el invierno. También parecen haber tenido más amplios contactos sociales con grupos humanos adyacentes, lo cual favorecía el comercio y el intercambio de suministros esenciales en tiempos de escasez de alimentos.


Sigue existiendo un intenso debate sobre si los grupos de humanos modernos también disponían de un cerebro más desarrollado. Sin embargo, la repentina aparición de una amplia gama de formas de arte complejo y sofisticado (incluyendo pinturas rupestres), la producción a gran escala de artículos de decoración (como la piedra perforada, las cuentas de marfil y las conchas de mar) y los sistemas “simbólicos” de las marcas en huesos y herramientas de marfil –todo ello completamente ausente entre los neandertales– apuntan claramente a sistemas más elaborados de comunicación social entre los grupos modernos, probablemente acompañados de formas más avanzadas y complejas del lenguaje. Todos estos nuevos patrones de comportamiento más complejos se desarrollaron durante las primeras poblaciones africanas de Homo sapiens, al menos 20.000 o 30.000 años antes de su dispersión desde África y la colonización progresiva por Europa y Asia. Si, como las evidencias genéticas sugiere, el Homo sapiens africano y las poblaciones europeas de neandertales evolucionaron por separado durante al menos medio millón de años, entonces la aparición de algunos contrastes significativos en las capacidades mentales de los dos linajes no sería sorprendente, en términos evolutivos. Según el profesor Mellars, “esta gama de innovaciones tecnológicas y de comportamiento permitió que las poblaciones humanas modernas invadieran a otras poblaciones. Los neandertales retrocedieron inicialmente a regiones más marginales y menos atractivas del continente y finalmente, en unos miles de años, se extinguieron”. A pesar de los contrastes culturales, conductuales e intelectuales entre los neandertales y las poblaciones humanas modernas, este nuevo estudio demuestra por primera vez la supremacía numérica de las primeras poblaciones de humanos modernos en Europa occidental y, por lo tanto, en gran parte se resuelve uno de los debates más largos y controvertidos sobre la enigmática extinción de las poblaciones neandertales. Para el arqueólogo José Aparicio Pérez, Los neandertales surgen a partir, probablemente, del Homo Heidelbergensis. Ocupan toda la Península Ibérica y se adaptan al medio, especialmente a la última glaciación y hacia el 35.000/30.000 se produce un cambio profundo. Esto es indiscutible. El problema viene a partir de este momento. Para unos llega una oleada innovadora, los sapiens, que se imponen a los neandertales y los extinguen. Esta es la teoría en boga, que se acepta sin demostración. Para nosotros, puesto que no vemos solución de continuidad en los yacimientos con continuidad de vida desde el Paleolítico Medio al Superior, sino tránsito normal de un periodo a otro y simple sustitución paulatina de unos instrumentos por otros, nuestra conclusión debe ser: los neandertales no se extinguieron, evolucionaron antropológica y culturalmente. La demostración vendrá con el ADN y en esto, probablemente, en Oliva-Gandia está la clave.


Fuentes: http://historiadoreshistericos.wordpress.com www.europapress.es www.quo.es www.abc.es http://news.bbc.co.uk www.letraslibres.com www.historiayarqueologia.com www.historiayciencia.es www.wikipedia.org


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