Historia Universal: La Edad Media

Page 83

Red Española de Historia y Arqueología

colaboran el Cielo y la Tierra, se suceden armoniosamente las cuatro estaciones, brilla el sol y la luna, siguen en el cielo su curso las estrellas, corren los ríos, prosperan los elementos, se diferencia el bien del mal, se expresan la alegría y la cólera, obedecen los subordinados a los superiores, oyen los oídos, y todos los seres, aunque experimenten cambios de continuo evitan el desorden». En esta religión minuciosamente organizada (de una etiqueta tal que se podría hablar de teología burocrática, puesto que trata incluso del orden de ascenso de algunas divinidades) imprimen su huella algunos filósofos. Los dos más célebres fueron LaoTsé (570-490) y Confucio (551-478). Se ha caído en la tentación de enfrentar a ambos personajes. Occidente también la sintió desde la legendaria entrevista del sabio Solón y el fabuloso Creso, imaginada por Herodoto. Y cuenta otra leyenda que Lao-Tsé dijo un día a Confucio: «Amigo mío, deberías renunciar a tu conducta orgullosa, madre de innumerables deseos. Tus vastos proyectos tienen tan poca importancia como tus vanos ademanes. Sólo cuenta lo que hay en ti». A lo que respondió Confucio con ironía: «Sé que los pájaros pueden volar. No ignoro que los peces pueden nadar. Conozco que algunos cuadrúpedos corren velozmente. Pero nunca podría comprender cómo un dragón sería capaz de elevarse al cielo. ¡Y tengo la impresión de que Lao-Tsé, a quien acabo de encontrar, se parece a un dragón!» ¿Qué enseñan estos dos genios opuestos, místico el uno y activo el otro?

Lao-Tsé y el taoísmo Hacia el año 604 (¿hay alguna fecha segura en la cronología china hasta el siglo V A. J.?), nació Lao-Tsé. Alto funcionario en la corte de Cheu, emigró al Tibet cuando esta dinastía fue depuesta. Se le atribuye un fin maravilloso. En el momento de franquear las fronteras del imperio, montado en un búfalo, el aduanero Yen-Hi le pidió que le enseñara la verdad. LaoTsé se detuvo y en unos días escribió su famoso tratado Tao-Te-King, en 81 capítulos. Se lo entregó al aduanero y cabalgando después en su búfplo penetró en la eternidad. Lao-Tsé recoge la teoría antigua del Tao, el Camino, y la enriquece. Se le atribuye la redacción de la obra citada Tao-Te-King (Libro de la fuerza de la Vida), tratado original sin duda pero no siempre inteligible, en que el Tao aparece tomo principio y fundamento del orden físico y moral del Universo. Si hemos de creer a Von Glasenapp, sería «el principio eterno de todas las cosas, la fuerza que sostiene todo cuanto existe, la Ley presente en la obra del mundo, sin hablar ni obrar, sino trazando la línea del justo, el Unico Eterno, el supremo principio del mundo material y moral». Según el propio Lao-Tsé (primera sentencia, según René Grousset) : El Camino de los Caminos no es el camino diario. El Nombre de los Nombres no es el nombre diario. El Ser del Gran Todo no puede ser nombrado. Pero el porvenir del individuo puede serlo. En efecto, el que discierne de lejos ve bien. Quien está bien orientado, ve a través de las nubes. Este doble principio no es una oposición más que en la representación que se hace de él. Es el Insondable, sobre quien todo reposa, la puerta del último secreto.

http://arqueologos.ning.com


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.