Historia Universal: La Edad Media

Page 322

Red Española de Historia y Arqueología

Arista parece ser el fundador de la primera dinastía real navarra en el siglo IX; su hijo García Iñiguez fue señor de Pamplona en el año 860. Medio siglo después realizó Navarra su mayor expansión. Sancho Garcés I dilató sus posesiones hasta la cuenca del Ebro, con la conquista de Nájera, Tudela, Valtierra y Viguera (921). A mediados de siglo, la proyección navarra, al socaire de la cordillera pirenaica, llegó hasta el territorio aragonés de Jaca. El monarca más famoso del reino navarro es Sancho Garcés III el Mayor, que inició su gobierno precisamente en el año 1000. Fue el suyo el más poderoso de los reinos cristianos peninsulares de la época. No sólo se anexionó los condados de Aragón, Ribagorza y Sobrarbe, sino también el de Castilla, eh virtud de su matrimonio con doña Elvira, hermana de García, conde castellano. La meseta septentrional se convirtió de este modo en zona de interferencias entre los reinos leonés y navarro. Al morir Sancho Garcés III, en 1035, repartió las tierras de su extenso patrimonio entre sus cuatro hijos, complicando —y debilitando, al propio tiempo— la política reconquistadora por espacio de algunos años. Algo nuevo había de emerger, sin embargo. Aún admitiendo que el navarrismo fuera entonces un espíritu hispánico doblado de europeísmo, por otra parte un afortunado juego sucesorio y matrimonial cambió la faz de la historia peninsular. Fernando I (1035-1065), hijo de Sancho el Mayor y rey de Castilla, eliminó a León en su calidad de reino hegemónico de la altiplanicie duriense. Castilla pasó así a ocupar el primer plano en la política hispánica en detrimento de Navarra y León, que se convirtieron en reinos secundarios. En la mitad del siglo XI se produjo una situación crucial histórica, un momento trascendental para el porvenir de toda la península.

La Marca Hispánica La intervención carolingia al sur de los Pirineos se efectuó con carácter operante a partir de la institución del reino de Aquitania, gobernado por Luis el Piadoso, hijo de Carlomagno. Amenazado por los árabes, decidió Luis constituir una "marca" o frontera fortificada, iniciada con la conquista de Gerona (año 785). La consolidación de la llamada Marca Hispánica no se realizó de modo definitivo hasta la conquista de Barcelona, después de un año de bloqueo y un asedio de siete meses (801). Durante casi tres cuartos de siglo, el país fue gobernado por condes dependientes del imperio carolingio. La Marca Hispánica fue un cuerpo político mal definido, donde convivían nobles francos con exiliados visigodos y emigrados hispánicos, sobre una población indígena muy removida a causa de las guerras. "Las condiciones defensivas de la Marca –dice Vicens Vives—, que en los Pirineos protegía a Europa contra los posibles retornos del poder musulmán, la transformaron en un reducto militar de primer orden, en el cual la naciente organización feudal europea tuvo campo privilegiado de expansión. La colonización agrícola del país, la recia estructuración del vasallaje, la difusión cultural de los monasterios del sur de Francia y la misma dependencia política de ésta a Roma, crearon en Cataluña una sociedad distinta de la de los bravos montañeses astures, de los grandes potentados musulmanes o de los ensimismados mozárabes. Pese al establecimiento de una dinastía condal propia en Barcelona, por obra de Wilfredo el Velloso (874-898), él mismo proveniente de Carcasona, en el Languedoc, es evidente que durante dos centurias los condados catalanes latieron al ritmo de Francia, aun sin olvidar el apremiante problema de defenderse a diario contra las potentes arremetidas de los musulmanes".

http://arqueologos.ning.com


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.