Historia Universal: La Edad Media

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Red Española de Historia y Arqueología

Con el poderoso concurso de las armas, Carlomagno formó con las tribus germánicas una nación alemana y las nuevas generaciones de sajones fueron cristianas. Ya en tiempos del hijo y sucesor de Carlomagno, Luis el Piadoso, los sajones iban a ser considerados como los súbditos más fieles al emperador; y después de la dinastía carolingia, surgirían príncipes alemanes capaces de asumir la sucesión de Carlomagno en toda su pujanza.

Otras campañas del "emperador de la barba florida" Los frisones fueron incorporados al gran Estado germánico casi al mismo tiempo que los sajones. Situada en el delta del Rin, extremo de una de las vías comerciales más importantes de Europa, Frisia convirtióse en un centro de tránsito mercantil muy activo entre el sur y el norte; sus habitantes comerciaban con los países meridionales de Europa, con Oriente, Inglaterra y los países escandinavos. Los comerciantes frisones llegaban a todos los países europeos, siendo sus principales productos de tráfico las telas y el ámbar. En el siglo IX tenían un barrio propio en todas las ciudades importantes y lugares comerciales a lo largo del Rin. Frisia era atravesada por un número cada vez mayor de peregrinos anglosajones camino de Roma, donde rogaban ante la tumba del Apóstol e imploraban su protección, para volver después cargados de reliquias robadas o compradas, convencidos que con ellas tenían ganada la felicidad eterna. Las guerras contra sajones y frisones dieron ocasión a Carlomagno para establecer contacto con los pueblos eslavos, sobre todo con los vendas, que con posterioridad a las invasiones germánicas hacia poniente se habían establecido entre los cursos inferiores del Elba y del Oder. Durante el período decadente de la dinastía merovingia, los vendas habían logrado penetrar más al oeste e incluso hasta el centro de la Alemania actual por diferentes lugares. Muchos de los toponímicos que hoy llevan como sufijo o prefijo las voces wind o winden son reminiscencia de estas tribus eslavas. Muchos vendas tomaron partido por Carlomagno contra el enemigo común, los sajones; éstos se vieron obligados a reconocer la soberanía del monarca franco y a pagarle tributo, mas los vendas no fueron incorporados al imperio de Carlomagno. Éste también emprendió expediciones contra los checos de Bohemia, pero no consiguió someterlos; sus tropas se contentaron con devastar al país. Hacia el sur, Carlos extendió el imperio con la anexión de Baviera. En 778, sus ejércitos intervinieron en España, cuando los árabes del norte de la península Ibérica solicitaron su ayuda contra el califa de Córdoba. Carlos acogió con satisfacción tal oportunidad para invadirla; dícese que sus fuerzas llegaron hasta el Ebro. Pero no cosechó los triunfos que esperaba: enterado que los sajones, sublevados de nuevo, hablan alcanzado el Rin, tuvo que retroceder a toda prisa.

En su retirada a través de los Pirineos, la retaguardia de sus tropas fue atacada en Roncesvalles (Navarra) por los vascos, cuya amistad ya le había parecido antes poco segura. Este hecho de armas ha proporcionado el tema de la célebre Chanson de Roland, poema épico francés. Después de esta desafortunada campaña de los francos en España, Carlomagno volvió a luchar contra los musulmanes; hacia fines del siglo VIII consiguió poner pie al sur de los Pirineos, fundando una provincia limítrofe que denominó "Marca hispánica". El nombre de "marca" se daba a los territorios situados entre el reino franco propiamente dicho y los países vecinos enemigos; así, Austria constituía la "Marca del

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