#Efervescente

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Artista Invitado



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ARTISTA INVITADO

MARIANA AYALA


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Editorial

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#E fer ves cen te SANDRA FERNÁNDEZ EDITORA INVITADA

La Revista Golfa ha sido motivo de incidencia para nuevos y viejos autores, ha dado pie para que gente de todo el mundo, especialmente Latinoamérica, converja con su talento en el plano escrito y grá co. Hace casi un año, Miguel Toral, director y fundador de la revista, llegó a mi vida gracias a las redes sociales; con el tiempo, el buen Toral se volvió indispensable en mi camino, al igual que Golfa, este proyecto al que tantas personas le tenemos un cariño irreparable. Mi primera participación en la revista fue como colaboradora, pronto escalé en ella hasta ser su directora de vinculación con universidades, y casi llegado el momento de crear el siguiente gran número de la revista, me volví, por azares del destino, la editora invitada.


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Una mañana me levanté y vi un post en Facebook que hablaba de palabras hermosas del español, entre ellas guraba “efervescencia”, la reacción que provoca burbujas en cualquier líquido; sin embargo, por mi mente circulaban in nidad de efervescencias, pensaba, por ejemplo, en los amores que suben como espuma, el coraje que nos hierve por la sangre, y que en forma de rabia, nos efervesce en el alma. Por aquellos días pensaba también en la reciente necesidad de los mexicanos por crear efervescencia en nuestras calles: aglomerar las avenidas, llenar

los corredores con pancartas y consignas para lograr ser observados, y que a pesar de que la lucha se consolida en enormes magnitudes, seguimos siendo sólo burbujas, sólo imágenes pequeñas en enormes oleadas líquidas. Todo en la vida es rápido, fugas, efímero, como dice la canción “la vida eterna dura sólo un rato”; y esa fue la sensación que tuve con este número, todos necesitamos de esta eternidad para subir, mantenernos y desaparecer, todos necesitamos convertirnos a la efervescencia.

Fue por ello que, en conjunto con el consejo editorial de Golfa Aguascalientes, nos dimos a la tarea de conjuntar una serie de textos e imágenes que lograran provocar, en los asiduos a esta meretriz literaria, una reacción química con la fuerza poderosa de la mente: tengan por seguro que no se arrepentirán de leer este número. Será, porque lo es, una edición especial, que va del centro del país, al mundo.


Directorio

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EN LA PORTADA: MAKE UP: Miriam Gutiérrez Vestuario: Oso Rebelde Modelo: Priscilla Segura Fotografía: Omar Quintana / Imaxinería

Miguel Toral Director General Sandra Fernández Editor invitado Adrián Saldivar Editor Adjunto Consejo Editorial G_lfa Aguascalientes José Luis Justes Amador Erendira Mercado María Choza Diana P. Lara Lara Claudia Dibian Arenas García David Pérez Moana Ayopechtli Laura Surimi Dave Valentine Estefanía Martínez Míkel F. Deltoya Sergio Sosa Alejandro Sandoval Ávila Consejo Consultivo Nacho Mancilla Café Casa del naranjo Miriam Gutiérrez Omar Quintana Priscilla Segura Danie Buenrostro Centro cultural Macondo Federación de estudiantes de la UAA

Revista Golfa es un proyecto editorial de MATS. Editado y distribuido por G_lfa Arts Media Latinoamérica Esta revista se terminó de diseñar y programar en Guanajuato, México en los talleres de diseño de Mats Media El material expuesto aquí es propiedad de sus creadores y/o titulares de derechos de autor y aparecen aquí con nesculturales, artísticos y de difusión cultural. Reserva de derechos de autor para Latinoamérica de acuerdo a la legislación vigente en trámite. Editor responsable Miguel Toral. Número de licitud de contenidos y títulos en trámite.

© 2011 - 2015 Revista Golfa de Arte y Cultura. La marca G_lfa, elementos, submarcas, divisiones, proyectos e identifcativos se encuentran resguardados. El proyecto Golfa es un formato original creado por Miguel Angel Toral Sánchez© Queda abierta la posibilidad de reproducción sin neslucrativos de nuestro material, obviando autoría y medio de difusión.

#Efervescente


#Inventario


Inventario

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Del café al cigarro _ADRIÁN FLORES NIEVES

Del café al cigarro me acuerdo de ti. Tal vez sea por el parecido del color de mi bebida al de tus ojos, o tal vez sea el daño que me causa tenerte como vicio, al igual que mi cigarro. Pero es indudable, siempre estás ahí. Y no sé cómo le haces, no sé cómo engendras en mí la necesidad de pensarte. Cuándo estoy con mis amigos –sin permiso ni derecho- de alguna u otra forma llegas a mis pensamientos, y no se diga cuando estoy solo, es inevitable que encontrarás la manera de hacerme recordarte. Del café lo que me gusta es su sabor, porque la falta de sueño, esa te la debo a ti. Eres mi insomnio por las noches, y por los días –cuando te veo- eres mis ganas de no dormir, de no descansar. Porque no quiero perderte de vista ni un segundo, no quiero dejar de admirar tu delito de ser mujer, no quiero que el reposo me hurte mis ganas hablarte y quedar como imbécil, no quiero que nada ni nadie me robe la oportunidad ser alguien para ti. Pero, hablando del sabor del café, de su dulzura y de su amargura, no creo que se compare con el sabor de tus labios. Sería un idiota aquel que quisiera comparar esos labios tuyos llenos de excelencia y faltos de pudor, con un simple café el cual su única función es hacer que me acuerde de ti.

LEER MATA


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PADRE DE TODO

Y del café al cigarro sigues estando ahí. Pero con el cigarro es diferente, cuando cargo mi propia muerte entre mis dedos de alguna razón sé que tengo que dejar de hacerlo, luego cuando fumo mi cigarrillo, sé que quiero morir con la necedad y con los caprichos que quiero darme. Así eres tú conmigo, y aunque este yo sin ti, te necesito y te quiero por mis caprichos. No quiero que me quieras ni mucho menos, quiero quererte a costa de mis pesares y mis dolores. Te convertiste en uno de mis vicios, como el cigarro. Pero el vicio que tiene el hombre por la mujer es indudablemente más peligroso que el cigarrillo.

Por eso te tengo miedo, te di sin querer el poder sobre mí, me desnudé y estoy desprotegido ante ti, y eso el cigarro jamás lo va a poder conseguir. Pues ya lo dije, del café al cigarro me acordé de ti, y en este mar de letras ahogó mi melancolía. Pero también, de tus ojos a tus encantos, se me antoja un café y un cigarro, pero más que eso te me antojas todita tú, no por capricho, más bien por vicio.


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Forever Jung _PACO CARMONA Una línea delgada cae del cielo, cercena la explanada a la mitad. Deja a su paso una sombra y una ola de luz. Camina despacio pero amenazante. Sin freno. El dinero fue depositado ayer al mediodía. Lástima que no pudo retirar para comprar una cerveza de lata y un taco. La gente se amontona y es imposible salir. El hambre tendrá que esperar. A manera de concierto de rock, todos se amontonan para ver al guerrillero del bolígrafo que les interpretará la realidad. Recuerda su primer concierto, aquella ocasión en que le bajó las pantaletas a su prima en medio del furor de las guitarras roncas, provenientes de alguna banda de rock urbano. Sus pasos son cortos pero certeros, busca el ángulo perfecto para poder observar, sube al escenario un tipo no muy alto, calvo, vestido con una playera negra. La playera lleva una frase: “Forever Jung”. La hora ha llegado. La entrega tiene que ser puntual. Prepara el arma. El estómago se hace pequeño. Las manos sudan, el cielo ha terminado de de nir su sombra sobre el escenario. “¿Recuerdas la última vez qué hiciste el amor sin pedir permiso? ¿Recuerdas cómo llegar a casa sin hacer uso del taxi? De niño jugabas a colgar gatos y observar como sus ojos se apagaban de súbito.


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De adulto te abstienes de comer un taco en la esquina y beber una cerveza de lata, porque en casa te esperan con la quincena para repartirla a una vida aburrida llena de deudas y esperanzas que se mueren cuando observas a tu esposa cada día más vieja y neurótica. ¡Dispara! Qué más da, ya estoy muerto. También tengo sed”. La gente se amontona, el grito y el llanto se confunden. Una joven de cabello rizado derrama sus lágrimas en el pecho del calvo poeta. La consigna “Forever Jung” se pinta de rojo. El olor a cobre es insoportable, los paramédicos pretenden salvar la vida de una voz que pronto dejará de inspirar a las nuevas generaciones que han dejado de creer en ellos mismos. Qué fácil resultó esta entrega. El disparo fue certero. Tiró sus hojas al suelo, apretó los ojos, el pecho y el gatillo. El arma se escondía en su pantalón. Le ganó el duelo a un verdugo que se escondía entre la gente. La muerte es un acto poético, ha cumplido su consigna, morir joven. Las ambulancias corren anunciando la tragedia. El rol de verdugo no pudo cumplirse, camina decepcionado a una taquería. Portar el arma no es peligroso. Se sienta a un costado del refri de Coca. No tiene que disimular como en ocasiones pasadas. El hambre es real. Extrañamente son los mejores tacos que ha comido, el disparo sigue zumbándole la cabeza.


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Noodles _PACO CARMONA

Noodles era un boxeador de origen caribeño, su nombre real era François Rajoy. Originario de Haití, su padre Español tenía sangre de gitanos que leían las cartas a cambio de licor, en un intento por escapar de la justicia cogió el primer barco que estaba a punto de partir y llegó a tierras mágicas en donde conocería al amor de su vida, al único, ya que moriría dos meses después en una riña callejera. Su madre era conocida como Lucille, cuando se embarazó de François la luna llena iluminaba el bello rostro de ébano que miraba con dulzura al mar. El calor de la isla infestaba la casa de moscas, François peleaba con ellas a diario, antes de postrarse en sus nudillos, los puños se anticipaban e intentaban golpear las alas de esa peste zumbadora. Todas las mañanas Lucille visitaba la playa y dejaba una ofrenda al mar (fruta, comida, dinero, lágrimas) agradecía que François llegase a su vida.


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En Abril de 1963 el mar andaba inquieto, Lucille lo miró con gran detenimiento como si conversara con él. Fue a casa por François e intentó ahogarlo en el mar. Los pescadores la vieron como intentaba meterlo a la fuerza, François lloraba y le imploraba que no lo hiciera. La abrazaba y con lágrimas en los ojos gritaba: ¡Je t´aime! Maman ¡Je t´aime! Maman El mar cumplió su promesa, François se fue de Haití el 24 de Octubre de 1971. El día que partió, Lucille sonrió, cogió la foto de su esposo muerto y durmió. Nunca volvió a abrir los ojos. François llegó a México el 17 de Junio de 1972, se inició en gimnasios como conserje y velador. El insomnio lo mataba, no podía pegar pestaña, antes de recostarse al catre escuchaba al mar y veía los ojos de su madre acechándolo. Cansado de no dormir, intentó entrenar cuando nadie estaba, aprendía por las mañanas como había que caminar en el cuadrilátero, golpear el costal y hacer el vendaje. Sus nudillos eran recios. Sus brazos, dos proyectiles que imparables destrozaban cualquier costilla que se atravesara.


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Debutó el 4 de Febrero de 1973 con gran éxito, tenía una derecha que muy difícilmente podía ser contenida con la mejor guardia. En los ojos llevaba el mar y cuando le llegaban a cerrar el ojo derecho casi siempre había tentativa de nocaut. Para llegar a la pelea por el título de peso medio, François ahora apodado Noodles tuvo un penúltimo enfrentamiento. No salió muy afortunado que digamos, su adversario había encontrado su punto débil y era cuestión de tiempo para que terminara en la lona. Afortunadamente gana por mayoría de puntos y avanza por la presea tan esperada. EN ACTO MILAGROSO, COMO SI TUVIESE UN PERRO GUÍA, NOODLES CON LOS OJOS CERRADOS NOQUEA AL CAMPEÓN MUNDIAL Y SE LLEVA LA GLORIA. El sol de México p.36, 16 de Marzo de 1977 ¡ENCUENTRAN A BOXEADOR MUERTO EN CUARTO DE HOTEL! ALARMA primera plana, 17 de Marzo de 1977 Noodles escucha el mar mientras abraza con sus manos hinchadas el retrato de su madre Lucille.

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Río Blanco _CARMEN SERDÁN


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Perdóneme, Padre _DANIEL LÓPEZ ROMO

En este lugar todo me resulta familiar; está repleto de paz escondida y avergonzada, igual que yo. Detrás de las butacas se hinca todo tipo de personas. Cada una reclina el peso de la equivocación en la punta de sus rodillas y agacha la cabeza como si no quisiera el perdón que tanto anhela. No hay discriminación ni guardias en las entradas, la conciencia es la cadenera más despiadada que tenga el honor o el infortunio de conocer de frente. Ante la entrada no se interpone sino la libertad de un deseo; es bienvenido el asesino, el hipócrita y el mentiroso para puri carse la máscara con el sonido fulminador de campanas que vuelven a la vida para gritar cada tres horas, mientras el sol hace su recorrido por la profundidad de un azul que disfraza la vista por encima del negro. Me atrevo a decir que no es jurar en vano el a rmar que las arrugas no son sinónimo de inmunidad, así como de nada sirve un rostro joven para seducir al olvido de acostarse con lo que uno hace. El arrepentimiento, sin embargo, resulta trabajar una magia embriagante: Arrepentirse es mirar con la inocencia de amar por primera vez, esculpiendo la ilusión de un nuevo comienzo que permite un cambio tan arrebatador, como lo es accidentarse en el respiro del nacimiento… ilimitado, lleno de poder, repleto de temor y de oportunidad. Decirse arrepentido, más aun sentirlo, es un acto de absoluta locura que penetra hondo en la capacidad de esperanzarse, siendo igual de peligroso que el mismo homicidio porque nos permite asesinar lo que hasta ahora nos es incierto. Pero yo encuentro mi cordura en impulsos insensatos y vivo mi vida saboreando la oportunidad de abrir un espacio en mi pecho.


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He venido aquí levantando un pie detrás del otro y salí por la puerta de mi refugio. Deje mi iglesia personal para venir aquí y refugiarme otra vez en las sábanas de la fe, sea porque así me lo enseñaron mis padres o a lo mejor a causa de la rme creencia de que no hay mejor momento para hacer las cosas que aquel en donde en verdad sientes que quieres hacerlas. Querer es poder y yo no suelo poder muy a menudo aunque quiera querer tantas cosas. Antes de llegar, pasé por la plaza del pueblo, un lugar que no me gusta mucho… ¿Qué por qué no me gusta? Tal vez no sea la mejor respuesta que puedas oír pero es simple porque es la verdad: aquí me siento vulnerable. Creo que mi peor pecado es ser tan transparentemente difícil a los ojos y a la vez tan susceptible a palabras huecas que ni me gustan, ni van por escrito.

Voy, otando en el aire, sosteniéndole la mano a mis ideas de afecto que jamás han terminado de erizarme la piel.

Mi altar tiene la cara de un completo desconocido al que nunca puedo ver del todo; en parte por la vergüenza y en parte porque se resguarda tras una especia de mosquitero de madera. Él, con una voz apacible y un tono con sabor a mor na, comienza rezando oraciones que no entiendo pero que de alguna forma penetran mi armadura oxidada, degollando los nudos que tengo en el cuerpo desde hace 65 años, cuando entonces tenía tres y mi cara no estaba manchada ni apelmazada por las arrugas, ahí cuando cometí el acto más ruin que un hombre puede cometer. Lo que sí escuché claramente fue la única petición a la que no he podido negarme: -Hijo, dime tus pecados. Como es natural, la verdad siguió a la pregunta sin formularse. Yo, apreté Me agela la pereza invasiva de fuertemente mi sombrero negro y atemorizarme por mover incluso mis dedos, muero de hambre por la lujuria mientras lloraba he respondido: que me calienta la sangre… la furia que Perdóneme, padre. He matado un zancudo con la palma de mi mano. me carcome arremete contra mí mismo. Y aún así estoy dispuesto a perdonármelo todo a cambio de un beso. Estoy aquí, con el corazón galopándome por la garganta. Al borde de un precipicio plano y de madera, desbordando un banco de lágrimas en bancarrota, caminando. El silencio es un ensamble de cinco violines que tocan para mí la marcha nupcial. Mis invitados son fantasmas de opiniones que laceran y hay tres maniquíes que se colaron a la esta.


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A los besos se les cae la carne _RODRIGO ABDIEL SAAVEDRA BERBER La palabra métrica descompuesta y estéril: Hay letras inverosímiles no descifradas que su gramática no encuadra en los hoyos de los oídos; Y no son necesarias si no hacen que me ames más. Ningún endecasílabo hará sonidos eternos si no hay bocas donde se cuelen las voces a escondidas. A los besos se les cae la carne. Las letras rasguñan las heridas incurables que son irrecurribles, porque siempre cambian de lugar. Y no hay manera de sofocar este sopor de colgarme al lamento y al aullido. ¿Y qué silabas estructuro en tu nombre si todas me rasgaron los ojos cuando salían de mi lagrimal? Pre ero verme partir mil veces, que ver una vez más tu espalda que me hizo hincarme y en una sola caída romper el eje de la tierra. Te abrazo imaginariamente con signos inteligibles y estúpidos que en nada compensan. Juglares infelices con la quijada rota y con el sánscrito incrustado en la genética. Y sí, sí hay miedo, sí hay dolor, sí hay calamidad en el amor, y ni el poeta más probo se libra sin pandearse de los gritos que se mudan de la garganta hecha un nudo. En esta vida eres como un cometa si no te alcanzo y te vas, jamás te vuelvo a ver. No quiero tener que renacer para volverte a buscar en cada noche. ¿Qué victoria hay sin miedo? ¡Hasta la muerte se ama y que no se levante el sol si no caen las tinieblas que acechan mi pensamiento!


Edipo CORO CONTEMPORÁNEO.


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Con una duración aproximada a la media hora, “Edipo”, fue una puesta en escena por parte del Coro Contemporáneo, basada en su generalidad y a mi juicio, en la obra de Sófocles “Edipo Rey”, desde la versión y perspectiva del papel del coro (de la tragedia griega clásica), adaptado por siete mujeres; número símil a la cantidad de tragedias de Sófocles, además de tres infantes; dos niñas y un niño. El vestuario y la utilería, fueron sencillos y precisos para la idónea y rayana creación del ambiente. Estos mismos, fueron una base para el estímulo de algunos sentidos de los espectadores; Incienso desde el inicio de la obra, cuyo consumo aromatizó de manera gradual el lugar, y que de forma peculiar y junto con las percusiones a diferentes ritmos, coincidieron con ciertas transiciones de la presentación, por mencionar sólo un par de elementos que dieron mayor impacto. Desde la primera la pude observar una ejecución llena de detalles y simbolismos atribuidos al arte contemporáneo y que a primera instancia, te permiten asociar rápidamente la obra de Edipo Rey, lo cual hubo permitido un entendimiento llano de la presentación, y que para aquellos con un acervo más profundo de conocimientos, podrán solidarizar un discernimiento en cuestiones técnicas de personajes originales y secuencias en movimientos observados en escena.


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Los papeles y representación del coro, fue lo más destacable; los momentos de vociferar en conjunto, propició ambientes que añadieron conmoción al público.

En general, puedo atribuir a esta presentación, una buena opinión. Los susurros, las voces y los cantos melódicos, crearon ambientes simulados a las condiciones de Edipo; aunque algunas transiciones fueron un poco lentas, las demás conformaban estados sombríos o de ansiedad que despertaba sensaciones interesantes en el público. Aquello fue todo un conjunto de metamorfosis en el ambiente recurrentes en los espectadores. En cuanto a las representaciones se re ere, el actuar de las niñas un poco más enfocado, quizá hubiera dado más presencia en su conjunto. Y pese a esto y como conclusión, la asistencia a esta puesta en escena, es recomendable para aquellos gustosos del arte contemporáneo y la literatura, pues para mí, fue sumamente enriquecedora.


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Experimentos conjuntos Vol. I. _GISELLE RUIZ

¿Quién de nió la efervescencia como el proceso químico de reacción entre un ácido y un carbonato en un medio líquido? Seguramente el mismo que planteó que la limerencia representa el estado mental proveniente de la agitación perversa y obsesiva por otro y la necesidad imperante de ser correspondido. ¿Cómo podría llamar a esta sensación que burbujea entre mi piel y mis pensamientos sedados? ¿Acaso existe un sinónimo inocuo a todo el temor que siento y que de igual forma desprenda en la reacción CO2? No, el retrato efervescente del amor no tiene ninguna fase oculta. Nos muestra únicamente la sustancia nal, esa que se evapora de nuestro laboratorio interior, esa que resulta de la maquina centrifuga del corazón, de los mecheros de la furia, de las lágrimas que gotean de las pipetas. Hoy es día de práctica. No cargo con mi bata blanca, no traje ni guantes ni lentes de protección, no hay un instructor experto que respalde el material. Sólo estamos tú y yo pretendiendo llevar a cabo por enésima vez un experimento conjunto, un estado de fuga, una combustión menos confusa y medible. Sólo estamos tú y yo aquí pretendiendo alcalinizar el nal, aunque no obtengamos bajo ningún medio la felicidad, podríamos corroernos en silencio, corroernos juntos, corroernos juntos, corroernos juntos.


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ARTISTA INVITADO

MARIANA AYALA


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ARTISTA INVITADO

Mariana Ayala Mariana Ayala Rivera (Aguascalientes México 1989), es diseñadora grá ca por la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Coordinadora de cultura y diseño en la Universidad del Valle de México campus Aguascalientes. De pequeña quería ser veterinaria mientras forraba de dibujos las mesas de la escuela y todas sus libretas. Inspirada en el trabajo de Gary Baseman descubre que se puede vivir enteramente de la ilustración y se da de lleno a ella. Ha participado como conferencista en la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Su trabajo grá co le dio forma y vida a los textos de Fernando Yacamán Neri en “La Pócima del Diablo”, Viernes Editores, 2015. Actualmente Mariana enfoca su energía en el enriquecimiento de su técnica y la difusión nacional de su trabajo.


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MARIANA AYALA


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MARIANA AYALA


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Teoría de la Efervescencia _GUSTAVO ADOLFO ESPARZA URZÚA

José Luis, un cartesiano dogmático, había postulado el dualismo psicosomático por dos razones simples y en apariencia antagónicas: la primera, porque Descartes lo postuló; la segunda, que nunca confesó, tenía que ver más con un temor latente producido por su profesor de Química quien solía repetir que toda reacción efervescente es el encuentro de dos sustancias que, sin ser antagónicas, desarrollan un desdoblamiento de oxígeno y carbono para producir burbujas que se conoce como ´efervescencia´. Para José Luis, las consecuencias losó cas implicaban una disolución del cuerpo por estar en contacto con el alma o, para decirlo textualmente, «la unidad psicosomática puede concluir en una reacción efervescente que aniquilaría al sujeto, ¡incluso al ego cartesiano!».


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Para acabar una vez por todas con este problema, en lugar de un doctorado en losofía, decidió inscribirse al programa de Química en donde se proponía demostrar que: «una sustancia extensa no puede entrar en contacto físico, aunque sí algebraico, con una sustancia pensante; por ello, toda representación grá ca de un punto sólo determina la interrelación de un dualismo psicosomático aunque no necesariamente su disolución efervescente».

Tal hecho, a decir de los profesores presentes y de algunos químicos, requiere una técnica particular y la cual comienza por la cabeza y se extiende por el cuerpo hasta quedar una forma esférica palpitante. Tal fenómeno no alcanza un periodo mayor a unos cuantos segundos.

Cuando quise constatar la veracidad del informe con el perito y los testigos para dar vali-dez a los hechos allí expresados, me vi forzado a desistir de tal objetivo pues no pude más que encontrar en los cubículos La tesis, aunque aparentemente teórica, se proponía el desarrollo de un experimento que correspondientes, un montón de burbujas daría por concluido su temor efervescente y, que todavía palpitaban sobre los asientos. a la par, le otorgaría una nota aprobatoria en Con respecto a la tesis que se defendía y el método para lograr la conjunción del cuerpo su trabajo recepcional. y el alma, supe que por «órdenes» fue Puesto que el lector cali cará los hechos de retirado el ejemplar de la biblioteca y fantasiosos, he considerado pertinente citar destruidas el resto de las copias existentes. He querido contar esta historia esperando el reporte que el perito forense entregó al juez y con el cual se consideró «concluido el encontrar algún testigo de los hechos pues inexplicablemente todos ellos han caso del estudiante que disolvió entre burbujas»; afortunadamente he tenido acceso comenzado morir de efervescencia. al reporte entero y aunque por ahora sólo se presenta una transcripción sin argumentos de la conclusión, el lector podrá aceptar la explicación como un hecho y no como una invención de un reportero alucinante como en días pasadas se ha dicho de mí: Dados los argumento anteriores [concluye el informe antes mencionado] se puede concluir que -lo que en un primer momento se consideró el rapto, suicidio, desaparición voluntaria o cualquier otra hipótesis que implicaba la ausencia del estudiante en cuestión- en realidad fue un hecho que la ciencia hasta ahora no había podido mostrar o siquiera imaginar: que de la concentración mental [re exión] de un individuo y de la reunión con el cuerpo se genera una muerte efervescente.


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El quien _JOSÉ IGNACIO ECHEAGARAY

Dejar la carrera de derecho no fue difícil porque no sabía. Sigo sin saber. Creo no estudiar derecho, creo no ser abogado. Pero tampoco otra cosa, porque nunca he querido nada. Sigo sin saber, sin querer sigo. Lo he visto entre mis amigos y ahora lo reconozco en mi. Soy un ser sin pasiones, obsesionado con la muerte más super cial de todas las muertes. No la muerte del suicida, del sufrimiento o la decepción, pero sí la del apático. La vida valdría la pena si mañana decidiera hacer algo, pero no me decido. Y no decido porque no soy tan idiota como para creer en mis propias dudas. Sigo sin saber, sin saber querer sigo. ¿Escribir poesía? Un equis día, no sé si ayer, desperté con hambre, sin el calcetín izquierdo y una realísima angustia. Ese día, pensé escribir poesía. ¿Existe mejor sueño que el de la poesía? Para un apático no, estoy seguro. Me consuelo. Me han dicho que no soy el primer apático (el último tal vez) en mi familia. Tal vez el más valiente apático o el más burgués o, aunque me contradiga, sí, el más idiota. Soy el que se asume como lo que es: un huevón. Lo digo, claro, con mucho cinismo pero también con mucha sana resignación y autoestima. Soy de linaje huevón.


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No se nace poeta, pero se nace huevón. Es una cuestión biológica y la autoestima es la peor estupidez. Chesterton: el peor loco es el que cree en sí mismo. Yo no creo en mi mismo; más bien, no creo en todo mi mí mismo. Creo parcialmente y momentáneamente, como cuando escribo y decido no borrar (aunque quisiera) esas frases que escribí. Y vuelvo a creer o sigo creyendo que la poesía es el mejor sueño para el apático; porque no es arquitectura. Para hacer un edi cio hay que concretar ideas; hacer ideas de concreto. Porque concretar, signi ca hacer cosas de concreto. Austin me daría la razón. La poesía es el arte del huevas, de la abstraída, de la introvertida. ¡Y hacen falta de esas! y ¿hacen falta de esos? El huevón ontológico es tan esporádico como la castidad. Yo conozco tres huevones así: yo, mi amiga X y mi amigo Y. Huevones genéticos: "de toda la vida". De los que solo quieren pensar, huevones no sistemáticos, no burocráticos, no concretos, ni concretables, ni realistas, ni surrealistas, ni apasionados, ni decepcionados. Huevones para pensar: toda la vida. Y aunque todo sea de aire y ¡qué dure lo que el software dure! Con hambre, sin calcetín, frente al techo, con angustia.


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Lo que pensé esta mañana al salir del spinning cuando evalué si mis caderas son lo su cientemente anchas y mis glúteos orgullosamente rmes _VERÓNICA G. ARREDONDO


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Si así fuera sería llamada la Kim Kardashian de la poesía mexicana mi cintura mediría centímetros menos mis senos dos tallas más grandes mis glúteos también más grandes necesitaré dinero ganaré el Premio Internacional Manuel Acuña de Poesía en Lengua Española valuado en cien mil dólares equivalente a un millón y medio de pesos de acuerdo al cambio pediré un préstamo recomendaciones de cirujanos (no quiero ser irreconocible como Uma Thurman o Renée Zellweger) quiero algo sutil en la cara no cuchillo aquí cuchillo allá implante aquí botox allá obvio después de una temporada en L. A. dos meses de recuperación volveré hecha una diva no con el cuerpo de una sirena sino de una diosa con mucha carne bien puesta al caminar verán en mi silueta el contoneo de un reloj de arena de una pera jugosa una guitarra de rumba española una coca-cola de vidrio tengo ambiciones lo sé no me conformaré con quedar como JLo y presumir cuerpazo con mis amigas cantar en el karaoke “Carcacha poco a poquito” cada verso que escribo me acerca al premio mayor con ese cuerpo tendré un seguro médico una inversión a largo plazo abandonaré la poesía me gusta pensar que las bulímico-anoréxicas hoy somos cosa del pasado.


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Cテュrculo _JULIA AVENDAテ前


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Reincidente un movimiento corporal, en las manos, las acomoda sobre la mesa, en los dedos, los cierra lento, los abre rápido, en las piernas, mese el peso de una estirándolas alternadas, en el cuello, lo tensa conteniendo la respiración, tragando saliva, en la mirada, persigue cada gura humana que surge del pasillo. Incoherentes brotan palabras anónimas, que tratan sobre la importancia del amor en la vida, que gritan punzantes emociones que te harán mucho mal, que de enden mentiras que exprimen el cuerpo, que son el único fundamento en cuestión. E indeterminado todo tiene un cese, una sonrisa provoca los espasmos, producto de un cuerpo maltrecho, comprendido el tiempo, uye alimentándose de palabras, y es necesario un cuarto verso para saber cómo indetermina el corazón.


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The Whorehouse _REDACCIÓN

STUDIO SEIS (LALO MARTÍNEZ)


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¿Dónde vamos? “Vámonos a la whorehouse” propuso alguien. Ya era tarde y los bares de la zona más exclusiva de la ciudad estaban a punto de cerrar. En otras partes de la ciudad la frase para continuar la noche también se pronuncia, pero en otros tonos, en otras palabras. “Y el after, ¿dónde es?”, en la zona más hipster jovenzana; “'Amonos a la zona de tolerancia”, en las cantinas repletas de madurones que no quieren regresar a casa el día de quincena. Pero nuestra aventura, que tenía previsto terminar tras una cena abundantemente regada con alcohol en un antro restaurante del norte de la ciudad, nos llevará un poco más lejos, un poco más tarde. ¿A dónde? Secreto, secreto. ¿Alguien daría por escrito la dirección del dealer donde va a comprar droga? No porque es ilegal. ¿Alguien daría por escrito la dirección de una de esas casas que mágicamente a las tres de la mañana de un viernes o un sábado se transforman, con la excusa de una esta privada, en bares clandestinos? No porque es ilegal. ¿Dónde fuimos? No sabemos exactamente, pero al norte, al norte, al pleno corazón de una de las zonas más exclusivas de la ciudad.

alejado para evitar malinterpretaciones o fotografías indiscretas) para que el aire fresco de la noche (o de la tarde pues hay gente que usa el servicio en la tarde) para llegar con fuerzas.

¿Y una vez adentro? Alcohol y mujeres. ¿Qué esperabas? Muchas más mujeres que alcohol. Mujeres hermosas de esas que seguro alguna vez te has cruzado en la calle (sí, esto no es trata de blancas sino de chicas, jovencitas, que a la manera de las inglesas sugar babes) y has pensado. Guau, MILF's en Aguascalientes. Estudiantes de esas que están en tu mismo salón (y quizá también en el de alguna universidad privadísima y carísima) pero que no hablan con nadie. Hermosas y disponibles por una cantidad que fue, al menos, tan alta como la cuenta de la cena y las copas. ¿Y la ropa interior de las escorts? De esa carísima que el mismo cliente de seguro ha regalado a su esposa por Navidad esperando que entendiera el mensaje, de esa siempre sutil y también cara que lleva siempre y siempre combinada tu amiga más guapa. ¿Y después? Después, el resto, como decía Shakespeare, es silencio. Un silencio Llegamos a una casa. Sí, una casa. ¿Una casa? impuesto por la modestia y la decencia. Sí, una casa. Claro que estando acostumbrados, como estamos acostumbrados, a pensar que una casa en esta ciudad es una cosa de esas del Infonavit o un depa de techos altos y renta también alta en el cada vez más gentri cado centro, suena raro que las escorts (se dice escorts, no prostitutas –demasiado vulgar- ni sexoservidoras –demasiado políticamente correcto-) de alto standing. Una casa, más que grande y de dos plantas, una casa con pocos coches estacionados cerca porque nada mejor que caminar (desde el coche


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Tarde sin enemigos _BENJAMÍN VALDIVIA

Hoy es abril: tarde sin enemigos: nada se opone a la iluminación de este presente. La vida real: sortija inigualable en la mano del mundo. El aire, el tiempo, valen la pena ya. Y sólo por la visión vertical —el estremecimiento— que detuvo por un instante cualquier clamor oscuro en esta ciudad de piedra.


Bleak Boys diferentes hasta a sĂ­ mismos


Música

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Llegan, como podría decir quién los conociera bien, tarde a la entrevista. Llegan con más ganas de hablar de música que de ellos mismos. Les pedimos que se recomienden, que nos ayuden a convencer a un hipotético amigo de que los escuche o nos acompañe a un concierto de los Bleak Boys. No se ayudan a sí mismos y se interrumpen en las respuestas. “Que no nos escuche”. “No te atrevas a escucharlos”, propone otro, “no te van a gustar”. “No te va a gustar” rea rma alguno. “Que se ponga tapones si va a escucharnos en vivo” propone otro. ¿Cómo llegan Paco, Juan, Cesar y Noel a un grupo del que son incapaces de hablar bien? Y, cuando hablamos de ese elemento sin el que no existirían se ponen mentirosamente chistosos. “Malas experiencias”. “Cerveza”, propone uno y automáticamente saltan los demás “sí, la cerveza” y, aunque no lo entendemos, “el ego de sus integrantes” cierra tajante otro. ¿Cómo es que del surf, el indie, el noise, el garage e, incluso, el pop acabaron tocando juntos en uno de los proyectos más interesantes de la ciudad? “Destino. Habíamos estado tocando en bandas diferentes y, sin saber cómo, nos encontramos tocando con muchos pedales. Cada quién tenía sus cosas, pero el ruido y las paredes de sonido resultaron común denominador” proponen, pero en seguida vuelven sobre la frase para rehacerla, reescribirla, dudar de ella. “Más que elección o vocación, yo pienso que fue una coincidencia”.


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Y, además, esa coincidencia se dio en el shoegaze, género en el que todas las reseñas los encasillan. Encasillamiento al que se resisten. “Creo que no planeábamos ser clasi cados dentro del mismo, la cosa sólo se dio y ya”. Y añaden, interrumpiéndose, “ni siquiera es shoegaze, nos han puesto ahí por la cantidad de efectos que tienen John y Cesar y los lugares donde nos han reseñado”. Porque, para ellos, el enfásis más que en el género está en el enfoque. “Más allá de “shoegaze” creo que es eso, un interés en la complejidad a base de elementos sencillos o singulares”.

Sean shoegaze, noise, postpunk ruidoso o una mezcla de mil y un elementos lo que sí tienen claro es que son independientes. Lo cual tiene sus ventajas y sus desventajas. De estas últimas son conscientes cuando dicen “No tenemos amigos”, “no le vamos a gustar a “la gente, al no ser tan accesibles o comerciales, pero no nos importa”. Uno de ellos, el estudiante de letras, el más parlanchín, lo resume, “la independencia es el mejor camino para la expresión. Nuestro producto está condicionado a lo que sentimos y escuchamos. Las opiniones ajenas importan menos –yo creo que nunca dejan de importar- en estos casos. La desventaja es la di cultad, entre otras cosas que se relacionan, de conseguir dinero”.


MĂşsica

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Y, aun dentro de la etiquetas, se permiten el primer momento de distracción (sólo están serios cuando hablan de música, la gran pasión que los une a los cuatro) cuando les preguntamos que habiendo como hay cien mil millones de grupos como ustedes en el mundo, ¿qué los hace diferentes? Aprovechan para ponerse serios y hacer chistes privados entre ellos. “En realidad nada, solo como individuos podemos ser diferentes a alguien, eso es lo que le da identidad a la banda”, “el cabello de Cesar”, “que tenemos al Soy Paco”. Y ese, no por obvio menos cierto, “Aguascalientes”. Antes de volver a la seriedad, mientras llega la siguiente ronda de cervezas, hablamos de lo que para ellos es la felicidad total. Sólo uno de ellos se la toma en serio y contesta “Fender”. Y, acompañadas con ese gesto de cariñoso desprecio al ñoñismo, caen más respuestas. “Dormir”, “un vacío sin n” y la tan exagaradamente rockstar “una quesadilla”. Regresamos a la seriedad. Además del ruido, ¿en inglés? “Nos gusta y tenemos más cabida y amplitud por la disposición y gusto variado que generalmente tiene la gente que habla inglés”. Nos dan ganas de decirles si son conscientes de que su nombre homenajea a una de las novleas más perfectas de Charles Dickens, a una de las más desconocidas, Bleak House. Pero hablan tan rápido que no da tiempo. “No es nada nuevo eso de ser indie en español, creo que los cuatro hemos crecido con in uencias anglosajonas y eso es lo que nos motivó a hacerlo todo en inglés, además, así hay más accesibilidad a nivel internacional”. O la lingüística “Es más fácil adaptar la fonética del inglés a los compases, mientras menos sílabas hay en las palabras, más se puede decir en una compás. En español hay poquísima gente que lo logra. Vaya Futuro lo hace muy bien, sin mencionar a Los Planetas”.


Música

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Queda poco tiempo y tienen que ensayar. Continúanos con el tema del inglés y su gira y sus sesiones en L.A. ¿Nadie es profeta en su tierra? Protestan y argumentan entre ellos. “Qué raro que nos hayan querido llevar, aquí nadie nos quiere”, “no, nadie lo es y si así fuera, no lo seríamos”. Y van de la cortísima y directa “Nadie es profeta en su tierra ni en ningún lado” a la larguísima y explicita “la experiencia compartir el espacio en la mejor estación de California, en uno de los mejores programas de radio que conozco, con gente que venimos escuchando y admirando desde hace tiempo (Mac DeMarco, DIIV, Chrome), es algo que no se puede medir. Yo creo que es cuestión de tiempo para que la gente de nuestra ciudad pueda voltear a ver a las bandas que están haciendo otras cosas. He visto que el público más joven y (paradójicamente) el más viejo han recibido bien nuestra música, las bandas y las personas de nuestra generación no han tenido tanta apertura para con nosotros”. Terminamos porque tienen que ir a ensayar. ¿Qué les hubiera gustado que les preguntaran y nunca lo han hecho? Y regresan las diferencias. Abren con un “¿Quieres ir al baño antes de que empiece la entrevista?” pasan por las sinceras “¿Por qué son tan patéticos?” y “¿Por qué no te pones los zapatos?” hasta terminar creyendo que nosotros pagamos con un “después de esta entrevista ¿cuál pizza y cerveza quieren?”.

Todavía nos da tiempo a una última pregunta. ¿Y sus planes a futuro? “Ninguno. Salvo que para el cumpleaños en octubre de nuestro fan número dos (el primero somos nosotros mismos) nos travestiremos para ser The Bleak Underground y tocaremos el primer disco de la Velvet en el mismo orden en que está publicado, outtakes incluidos”. Por eso los amamos.


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MĂşsica

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Unfriend, cloacas virtuales y otras infamias _MÍKEL F. DELTOYA I Roman Jakobson añadió a las funciones del lenguaje bühlereanas la existencia de un canal fático o de contacto. Meras estructuras del lenguaje cuya nalidad era dar cabida a una conversación o interacción... ¿bueno? ¿aló? ¿diga? como el alfa / hasta luego, bye, adiós como el omega. II Desconozco el funcionamiento del beeper. Uno de mis tíos cargaba dos en su cinturón. Me imagino que su dinámica no distaba mucho de lo que yo conocí luego como el SMS. Habría estado de lujo el haber utilizado este tipo de canal para compartir, digamos, algo breve y enriquecedor como los 15.693 hexámetros dactilares que contiene la Ilíada.


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III En la era del MSN Messenger (en sus primitivos orígenes), un pequeño cuadro de texto grisáceo te indicaba quién deseaba añadirte a su lista de amigos. Un ritual de tecleo o copy paste que te acercaba más a tus contactos de la red social. En caso de que la ciberrelación humana no funcionase, tan fácil como bloquear (voz del francés bloquer; cerrar, privar, cortar el paso). La ansia consistía en una espera lenta... después de varios días te dabas cuenta que tal contacto no se volvería a conectar. IV Antes de la era esmárfon, bloquear las llamadas entrantes de un teléfono en particular era una empresa imposible, o acaso, complicadísima. V Los facebook falsos, así como myspaces y correos electrónicos falsos, tienen su razón de ser; en ocasiones van desde el inocente (?) juego de circundar a otra persona con la máscara de una nueva identidad, y en casos más extremos implica el asumir y llevar hasta una doble vida. A algunos les va bien, conocen a muchas personas; Ernesto N conoció a Alicia N en un juego de RPG en línea. Fue dejando de lado sus intereses gamers para buscar interactuar con su amiga. Las sospechas aumentaron (cero fotos recientes en años, el viejo truco de la nula o descompuesta webcam, la imposibilidad de recibir llamadas, etc.). Alicia N distaba mucho en forma, género y edad a la persona que aparecía en sus fotos; en realidad era un hombre de 27 que aparentaba ser una damisela noob, para conseguir oro y otros tributos de los demás usuarios de dicho juego. VI “[…] Cuando tengas ganas de eliminar a alguien de tu Face no alborotes tanto, elimínalo y ya.” Jaime Sabines


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VII Pigmailión nunca había tenido una novia y entristecía cuando sus amigos de la red social presumían a diestra y siniestra sus relaciones; se etiquetaban a estatus melosos; subían 300 fotos cada tarde que salían. Una noche, cansado de buscar en páginas de citas, decidió crear el per l falso de una novia. Fue meticuloso: en menos de tres horas la había diseñado; robó una foto de Google, le inventó una fecha de nacimiento, color favorito, mascota, páginas que le gustaban. Al cabo de varias semanas intercambiando mensajes entre su cuenta y la de ella, fue tiempo de publicar conexiones falsas. Pigmailión terminó enamorándose por completo de la imagen que alguna vez copió y guardó en su carpeta de descargas. Jamás encontró a la persona original pero sí logró creerse su propia mentira, y según él, y según sus 114 contactos un par de la secu, otros tantos de la prepa, ningún familiar- Pigmailión fue muy muy feliz.

FERNANDO VICARIO


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VIII ¿Alguna vez has intentado darle dar click derecho a tus fotos y seleccionar “buscar esta imagen en Google”? IX Bots, malware, y demás. En un rango de dos o tres días, recibí varios mensajes de contactos distintos en el twitter. Eran sentencias similares que concluían con un hipervínculo de tiny url: -Hi someone is making very bad things about you... -Hello this user is making terrible rumors about you... -See me, it´s important. Había uno, discursivamente, mejor elaborado que sus hermanos: -Hey, qué onda!? tienes que ver esto, cuando lo vi no pude evitar acordarme de ti. Procedente de la persona indicada, igual y sí entraba al link sin dudarlo. X Al igual que el hecho de ser partner de Youtube, hay gente que, no sé cómo, realmente, hace dinero con fanpages de mujeres bellísimas, en ropa interior, dotadas de voluptuosidad y cientos de miles de seguidores. Me ha tocado también de chicas que perjuran mandar su "video erótico :$ " a quien les deposite tal cantidad en cualquier Oxxo y/o le haga una recarga a sus celulares.

XI Si es común voltear al cielo y comunicarse con los seres queridos fallecidos, como si nos escuchasen, ¿por qué no habría de ser normal escribirles en sus timelines, de manera póstuma, al menos una vez por mes? XII Skype le dio el tiro de gracia a MSN. Entras a ese programa y sinceramente no te dan ganas de hablar con ninguno de tus contactos, algunos, inclusive, ni recuerdas quiénes son. XIII El unfriend es una de las peores ofensas que puedes hacerle a una persona hoy en día. Desterrarse de la lista de amigos puede ser algo que no se olvida, como no puedes olvidar, inconscientemente, quiénes te felicitaron en tu cumple. Eliminar a alguien que te cae mal y a quien tenías por compromiso es tan catártico, como cuando sientes un calor en tus hombros al darte cuenta que alguien te borró.


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Luz sobre los acontecimientos _BENJAMÍN VALDIVIA

La luz que sobre los acontecimientos traza el mundo es luz de fondo, invisible a los ojos abiertos, es la luz que ilumina los abismos, los secretos que los amantes se cuentan con la mirada, los agelos de belleza con que se azotan mutuos los ángeles. No quieras ver, entonces, el rostro que es sólo la super cie de las cosas, la sal de las mareas, el retrato de un tiempo incomprensible. Cuando el día ya se retira a su habitaciones a dormir, surge la luz que no está diferenciada, luz oscura de tan brillante. Y a su in ujo todo y todos (y tú misma) pueden ver lo que en los siglos de antes y en los momentos de ahora se llama el mundo, se llama, para siempre, el suceder.


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¿Hmm? _JUAN CARLOS SÁNCHEZ VELASCO

-El amor, ¿por qué no hay su ciente en el mundo si somos tantos? -Disculpa, ¿dijiste algo?


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El juego pegajoso de mi tío _PAOLA RUÍZ

Los truenos de Zacatecas son raros, parece como si sonaran lejos aunque el rayo esté enfrente de ti, por eso me gustan más los de Juchipila, esos retumban por todo el cañón… cómo recuerdo las tardes de lluvia allá, más cuando mamá me dejaba con el tío Julio, él y yo jugábamos a algo muy divertido que nos gustaba a los dos. El juego empezaba cuando yo veía la tele en la cocina, me tapaba los ojos con las manos, después atravesaba un pañuelo en mi boca. Nervioso repetía que no gritara, que era sólo una travesura, que me iba a divertir, que al nalizar me dejaría libre y llevaría a comprar chicles a la tienda de “Don García”. Cuando nalizaba su explicación me cargaba como a un costal, íbamos hasta su cuarto, amarraba mis brazos y piernas con medias que usaba abuelita y ponía una funda de almohada en mi cabeza. Yo pateaba y a veces gritaba pero él decía que guardara silencio y recordara el trato, entonces yo seguía con el juego. Dos días dijo que me hiciera la muerta, otros que intentara escapar; pero siempre había un momento en el que me levantaba el vestido para tocarme las piernas y la panza. Cuando me daba besos en donde las piernas se juntan, me daba mucha risa, porque se sentían como cosquillitas por todo el cuerpo; si yo me reía demasiado me daba una nalgada y amenazaba con no comprarme los chicles, que claro, no me podía perder.


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Yo sabía que el juego terminaba cuando mi tío se iba “lejitos” de mí y se escuchaba que gritaba groserías y pujando decía mi nombre: “Pamela, Pamela”. Después se acercaba, quitaba la funda y el pañuelo, desamarraba mi cuerpo y con sus manos pegajosas, que olían feo, me limpiaba el sudor de la frente. Siempre me abrazaba, decía mil veces que me quería y ahora sí íbamos a la tienda. De regreso, comíamos viendo televisión; caricaturas un rato y las noticias otro, cuando salían notas de mujeres muertas o secuestrados, el tío me decía que si comentaba algo del juego a mamá, me iba a pasar lo mismo que a ellos y entonces él estaría muy triste, porque ya no tendría con quién jugar; eso siempre hizo que yo no dijera nada a nadie, porque si yo desaparecía, mi tío Julio se pondría triste y como yo lo amo no quería que le pasara algo. Qué bonita es la lluvia, sea aquí en Zacatecas o en Juchipila, aunque los truenos sean más bonitos allá, cómo extraño las tardes con mi tío; yo me divertía mucho, creo que también me hacen falta los chicles, pero… ahora que me acuerdo mi tío aún no sale de la cárcel, es más, ni sé tampoco por qué está allí.


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PADRE DE TODO


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La biografía de la aguja de coser _JUDITH RAMÍREZ

Ella no sabía quién era. Se veía y no podía entender. No pensaba, estaba fría. No podía escapar de ese pajar. No sabía ni cómo había llegado ahí. ¿Era feliz? No, no lo era. A decir verdad nunca lo fue. Desde que nació se recuerda plateada. Nunca de oro. Nunca ganadora. Siempre fue la buena. Unía y unía pero jamás se quedaba junto a alguien. Siempre se separaba, a otros lugares, a distancias, a otros mundos. ¿Luchar por salir del pajar? ¿Para qué? No tenía sentido. ¿Alguien la buscaría? No creo. Siempre supo sobre el signi cado de rendirse. ¿Qué le pasó? Ella era buena. Brillante, delgada, no muy lista pero era perfecta. Conocía el mundo. Conoció más que nadie a los hombres más importantes de la historia. Era amada por las más bellas mujeres. También conoció la pobreza. Tenía días malos en los que cosía y cosía los mismos trapos. ¿Qué le pasó? Sé perdió.


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Miau _LAURA SURIMI

Gato buscando en los cajones, sus patas entran en orillas, dentro caben sólo ardillas, pero no gatos barrigones. Corre, choca con los muros, me cubre toda de pelaje, dice “¡mira lo que te traje!” y recibo insectos duros. Ahora ya hablamos de los ojos rombos, triángulos girando en su cabeza, y mejillas como un par de los bombos. No miento al decirle al gato rareza, está peludo y bigotón dientón, pero en mi casa es más que la realeza.


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Es ella _DAIANA LÓPEZ MEZA Carla. Sí, aún puedo recordar su nombre, Carlagreta. Todas las noches, muy peculiar a diferencia del día, salía provocativamente vestida. Era la encantadora mujer. Cuando la encontraba de espaldas parecía tener un cuerpo escultural, era irresistible para cualquier hombre y más para mí, cuando el vino corría por mis venas y mis sentidos se iban enloquecidos, apreciando su hermosura. Los encantos que la vida le dio pudo convertirlos en deseables piernas de una extravagante mujer. Su cabellera negra tan larga y rizada, su ajustada blusa que resaltaban sus pequeños pechos y, además, unas minifaldas que -¡huy, papá!- provocaba el deseo de tenerla. Sus piernas eran cubiertas por unas mallas que resaltaban el color de su piel, éstas terminando en unas zapatillas que ninguna dama en el pueblo se atrevería usar. Total, era una mujer, galante. Pero al voltear su naturaleza, no podía ocultar lo que era; su cara, no era tan na como la de una joven; sus manos, grandes y muy fuertes. Sin embargo, nunca perdía su elegancia ni su manía que le caracterizaban. Sí, es ella, es la que todas las noches tenía suerte de engatusar a cuanto hombre quiera. Claro, ella. La que no quiere recordar su verdadero nombre, a la que su familia aborrece por sus atributos. En efecto que es ella, aun puedo recordar su dulce aroma. Es mi Carlagreta.


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Al llegar… ¿cómo decir? _OSCAR ALBERTO MURILLO

CINCUENTA METROS DE TIEMPO ANTES HERRUMBRE Y NO MUERTO. LA MITAD EN BIEN POR PRESENCIA ALTERNA DE REALIDAD TUYA; MAS AHORA QUE DOS HORAS DE DISTANCIA ENTRE INVERSA Y SINIESTRA EXTRAÑAR ES IGUAL AL INFINITO DEL ÚLTIMO. AHORA EN OTRO COMIENZO SÓLO QUEDA ACOMPAÑAR, QUERER Y… RECORDATORIO DIARIO ENTRE LAS 7:50 A.M. A 5:70 O.M


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Rascar entrada. Esperar. Ocultarse. Muro abierto por los cuidadores. Correr. Ignorar el fuerte ruido ordenando alto. No ésta vez. Atravesar varios caminos a la derecha. Evadir monstruos que aparentan estar dormidos y capaces de matar cuando despiertan; teoría a punto de comprobarse. Derecha. Media vuelta. Misma dirección. Desviación por agujero gigante. ¡Se hace tarde! Correr más rápido. Sed. Sin tiempo. Seguir por tierra suave: dirección correcta. Bestias en medio del camino arrojando objetos cortantes y pesados. Tratar de evadir. Golpes inevitables. Morder bruto cercano. Sangre en pata y costado. Correr. Bestias atrás. Alejarse. Velocidad disminuida por pata. Punzadas. Es más tarde. Arribar a territorio ajeno. Oír amenazas. Ignorar y proseguir. Dirección al rastro de tierra mojada. No está. ¿Camino correcto? Izquierda. Enemigo. Intentar huir. Pelea. Oreja sangrando, herida en pata y costado expandidas. Ojo de enemigo ya no está. Travesía aún más lenta. Hora de oscuridad. Muy tarde. Camino de pasto. A punto de llegar. Menos monstruos y refugios. Bestias obstaculizando los senderos. Amenazar y gritar. Mostrar dientes. Persecución. Cruzar el agua sin bestias. Temblar. Proseguir. Dormir. Inicio de día. Ver refugios. Localizar el correcto. Seguir trayecto hecho de piedras. Rascar muro de entrada. Silencio. Hablar. Esperar. Hablar. Escuchar. Verla. Sonríe. Corre. Sale. Sonríe. Saludar.


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¡Eres tú otra vez! Me sorprende que no hayas olvidado este lugar a pesar del tiempo que ha pasado desde la última vez que nos vimos. Debes estar cansado, la distancia entre el hogar para animales hasta aquí no es nada sencillo. Ven, entra, te traeré algo de comer y beber. Espera aquí, mientras descansa y… ¿qué te ocurrió esta vez! ¡Estás sangrando por todas partes! ¿Te volviste a pelear? ¡Creo recordar lo que discutimos sobre las peleas! En n… vamos a curarte. Listo, esto te ayudará y ¡no muerdas las vendas! Dime… ¿por qué vienes a este lugar arriesgando tu vida en el trayecto? Cada vez que vienes una nueva herida marca tu cuerpo y al parecer no dejarás de venir a pesar de todo. Quisiera adoptarte para evitar todo el dolor que padeces al viajar. ¿Sabes? Es triste que no puedas quedarte por mis alergias, los médicos dicen que empeoran por ti. ¿De todas ellas la que “provocas” es la más peligrosa! ¡Para nada! Estando tú aquí me siento mucho mejor, pero si te ve alguien de mi familia podrían hacerte más daño del que pueda pasarte durante tu viaje. He pensado en que quizá lo mejor para nosotros es no volver a vernos. Así tu vida no peligrará aunque no sé si sea lo correcto tomar esa decisión por ambos… lo sé, no es justo. Eres mi único amigo y te extrañaría tanto que haría lo posible para ir a verte sin importar lo que podría sucederme. Así tú no sufrirías cada vez que vienes aquí. No soportaría ver cómo tu vida se desvanece lentamente. Soy muy feliz al escuchar la puerta que rascas para comunicar tu llegada y me angustiaría no saber de ti. No sé qué hacer… tal vez sí es lo mejor no volvernos a ver… tengo tu recuerdo y puede ser su ciente. * ¿Cómo decir que quiero estar contigo?



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5 de Mayo _ANDREA BONIFAZ

En dónde quedaron aquellas depresiones de película. Exijo litros de helado, la manta y un sillón que me vean llorar. Benditos clichés de la vida, aquí hay que trabajar, hay que salir al mundo, tomar el autobús, caminar cinco cuadras. Oigo los consejos, recibo las palmaditas de aliento, pero no escucho ni siento. No me aterran las miradas sin incumbencia de los que me ven pasar. Imagino las expresiones de aquel que no sabe lo que cargo: ¡pobre! Seguro que eso piensan y su compasión no sabe peor que tus palabras. ¡¿Qué le pasa a todo el mundo?! Acaso no entienden que hoy no es igual que ayer. Y mientras pienso en esto, te odio y te amo, todo al mismo tiempo. Mi mente me dice engañosamente que todo irá mejor, mi maldita lógica me recuerda una y otra vez el estúpido poema de Borges… e intento parafrasear. No encadenes almas me digo, mientras mi latido irrumpe furioso, golpeteando desde lo más profundo, gritando ¡no!


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Podría pasarme lo que resta del día engordando el escrito con el vaivén de mis emociones, con estos picos de rabia, los abismos de locura y lo llano de mi resignación. Pero los papeles no esperan, el teléfono no deja de sonar, las personas en el esplendor de su cruel rutina me retienen; me exigen teclear, saludar, comer, pensar, actuar. Dime qué se siente irte ¿Caminas pensando en cómo estoy? Te he escrito miles de veces ¿imaginas que saco mi dolor así, al tiempo que resoplo la nariz? No lo sé y no quiero saberlo, dentro de mi egoísmo; ese mismo que mencionaste tres veces en tu adiós, quiero que te duela tanto como a mí. Un dolor distinto, del que se aferra y del que no quiere seguir, pero sufrimiento a n de cuentas. Quiero confesar que escribí: ojalá que te duela, pero el 'delete' hizo mella en mi descargo. No, no quiero que te duela, pero tampoco quiero me duela a mí.


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Normcore: la Ăşltima tendencia


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Hace apenas un año (o sea, aquí llegará en el 2016) se desató la euforia. El suplemento de moda del New York Times (“Moda para aquellos que saben que son uno entre siete millones”) y las revistas de tendencias más tendenciosas comenzaron a repetir una palabreja que iba a acabar con el hipsterio de una vez por todas: normcore. Lo nuevo, por n, tras el campeonato de “a ver quién es más raro”, era ser normal. ¿Dónde se perdió el derecho a ser normal? ¿Dónde está escrito que haya que escuchar (y alabar desmesuradamente) a grupos que nadie más conoce? ¿Quién dejó el indie (inocentemente tonto) y el gafapastismo (estéticamente egolátrico) cedieran a la oleada neocapitalista de hipsterío? ¿Quién en su sano juicio permitiría (y seguiría) un atendencia cuya principal consigna es la de no ser una tendencia? ¿Quién seguiría (y alentaría) una tendencia donde tienes que ser diferente al resto de los tipos (y tipas) que siguen esa misma tendencia? ¿Dónde apareció la palabra normcore por primera vez? En un sesudo informe de K-Hole que lo proponía como una teoría más que un estilo de vida o un modo de vestir. (Entre paréntesis sea dicho, trabajar en K-Hole es uno de esos trabajos de ensueño en los que cualquiera quería estar. Sus trend hunters –los cazadores de tendencias- están invitados a las estas más in y underground de las ciudades que valen la pena (NY, Londres, Paris y Milan en la semana de la moda) para que alerten sobre lo que está a punto de dejar el subsuelo para llegar a las revistas). Para ellos “normcore”, la tendencia que proponían que iba a estallar, era literalmente “encontrar la liberación a través de nada en especial”. Pronto la palabra normcore comenzó a aparecer, después del artículo del New York Times, en todas las revistas que son alguien en esto de las tendencias Vogue, y para no ser sexistas GQ. La revista femenina le dedicó diez páginas, la masculina tres. La palabra normcore, ya lanzada, el año pasado quedó en la segunda posición, detrás de la ubicua sel e, de la lista de neologismos de la Oxford University Press.


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El hispterio, al que in nidad de autores en inglés y en español Víctor Lenore, no ha sido una herramienta del capitalismo para introducir en el mundo de la moda y de la música (que también es una moda) el concepto de “tanto gastas, tanto tienes”, en este caso en capital cultural. De la reacción contra esto nace el deseo de normalidad, el normcorismo. Que, además, téngase en cuenta la ironía no deseada, es la primera tendencia que se rebela contra otra tendencia y no contra el mainstream. Una tendencia cuyo grito de batalla es “no hace falta la ropa para demostrar personalidad”, proponiendo no ir desnudos sino con ropa tan tan neutra, con gustos musicales tan de todos que la personalidad tenga que estar en otro sitio. Donde siempre ha estado, adentro de uno (o una) mismo (misma). Como lo resume perfectamente uno de sus más asiduos practicantes en el país: “voy a pasarme a Apple Music porque tienen a Taylor Swift”. Los ataques, los primeros ataques antes incluso de que fuera de dominio popular, algo que aquí todavía no ha logrado, llegaron de urbandictionary.com, el dominio hipster en lo lingüístico (qué palabras están in y cuales ya no hay que usar). Allí de nieron lo normcore como “una subcultura basada en la adopción consciente de cosas que ya usan todos para ser aceptable e inofensivo. Ultraconservadores”. John Lewis, hasta el nombre es normcore, lo explicaba en una entrevista. “La moda siempre ha sido popular. Ahora mismo mucha gente usa la moda como un medio de comprar una identidad en lugar de descubrirla. Sólo hace falta mirar a gente como Steve Jobs o Jerry Sein eld. Es su imagen plana, conscientemente nada llamativa e, incluso, extraña. Me encanta la idea de que no tengan que usar la ropa para declarar lo que son”. PD 1: Pero nunca hay que arse porque el normcore está más allá del normcore. Y, quizá, no estén esperando a que todos volvamos a ser normales para ser los raritos de la clase. PD 2: Y es que ahora, no íbamos a dejar el inglés, FOGO is the new FOMO.


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Quejas _RITA BEDIA LIZCANO


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Réplicas II _RITA BEDIA LIZCANO

Hola, mi rey. ¡Buen día, papi! Hoy amanecí con ganas. ¿Qué, no me quieres, wey? ¿Pinche vato, qué, traes otra o qué chingados? Andabas chingue y chingue y ahora volteas la cara; pues te chingas, que hoy quiero todo. ¿Por qué? Porque estoy caliente. Ando como era, quiero zarandearte, el pinche deseo me moja. Sabes, estoy a chorro; quiero montarte,


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JORGE CHAPS

ser tu puta amazona, quiero mordidas, una misión y un seis nueve. Me excitas tanto, esa pinche lengua que metes, tus manos en mis tetas, chupando pezones, la vagy dura, tan dura como tu verga. ¡Anda, niégalo!

Sí lo estás, bien tieso como me gusta. Clima para hoy: manos rudas, sed de leche, una pinche mojada, romper la cama, calambres y volver a empezar. ¿Sí, o busco otro wey?


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¿En qué gasta María sus madrugadas? _GUSTAVO JIMÉNEZ ORTIZ

Pienso en volver a verte, antes de que los glaciares que se han formado bajo mi cama terminen por asesinarme mientras duermo. El humo amargo de mi única compañía, conspirando contra lo poco que me queda de cordura, dibuja tu silueta al salir de mis labios. Sé que las mañanas serán frías hasta que me muera o hasta que regreses. Probé otras bocas, otro aliento, tratando de emularte. Tragos de vodka resbalando por cuellos que no tenían idea de mi nombre y que nunca leerían mis versos.


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Besé tus manos en sueños, después de aparentar despierto que mi voz no se quiebra al sentirte lejos. Y aquí, con mi espalda helada, espero al sol a falta de tus brazos, preguntándome, hasta que me muera o hasta que regreses, ¿en qué gastas ahora tus madrugadas?




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Fotografía roja _VÍCTOR CENICEROS

Mi cabello se mueve sin permitirme ver a lo lejos. Hace un año comencé a dedicarme a las letras, me encantaba la idea de ser su amante; jugar como un niño en el parque, moldearlas a mi antojo, hacerles el amor cada noche de insomnio y disfrutar de los placeres que me otorgaban. Todo para llegar a este punto donde el arte se considera un peligro. Miro alrededor. Siento tensión. El aire se torna denso, lo noto en el semblante de los presentes mientras sostienen pancartas con letras bermejas asemejando a la sangre derramada por la injusticia. Llevan ropas rasgadas y sucias las cuales buscan ocultar su alma inquebrantable. Recojo mi cabello y arremango mi sudadera, jo la vista en el estacionamiento y la tensión permanece constante y silenciosa ante la presencia de luces rojas y azules, el pesado ambiente se re eja en los

rostros de los estudiantes mientras el que creo, es su líder, toma el micrófono. A punto de comenzar el discurso un estruendo rompe el silencio; el miedo y los gritos aparecen de inmediato ante la sangre que comienza a teñir la plaza. El ambiente se inunda con un olor a carne y pólvora, la mochila en mi espalda me impide un movimiento rápido, mi mente está confundida, me empuja al suelo una multitud que huye de las balas envueltas en la sensación ardiente de la muerte en segundos, mi cabello está suelto de nuevo y no puedo ver lo que sucede, lo muevo a un lado con mi mano y veo a mi alrededor a compañeros, cayendo uno a uno como chas de dominó. Mis piernas responden a una orden de confusión, las lágrimas se aglomeran en mis ojos y siento cómo la mochila pesa aún más, la arrojo sin


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importar mis cosas y mi corazón acelerado pide a gritos un descanso mientras que mi mente exclama ¡no te detengas!, como si no hacerlo dependiese todo. Dejo atrás mi pasado, una parte de mi vida; soy cobarde. Giro la cabeza y una lucha ha comenzado a mis espaldas, sin armas ni escudo mis compañeros combaten y caen empapados en miel rojiza y gloria. De pronto siento la cámara en mi bolsillo, doy media vuelta mirando la muerte a la cara, apunto hacia la desgracia y los recuerdos me llegan a la mente, mi cabello se mueve sin permitirme ver más allá. Hace un año –piensoque comencé a dedicarme a las letras.


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La familia Muridae _ADRIANA MED

Me acordé de las ratas a medio insomnio porque sí. Mejor dicho me puse a pensar en ellas, porque recordar implica haber olvidado, y yo nunca las olvidaría. Las ratas y yo compartimos la misma casa durante mucho tiempo. Una casa vieja que se caía a pedazos y bajo cuyo techo uno se deprimía y se volvía a deprimir. Era la clase de casa que lloraba contigo, porque en realidad siempre estaba llorando, porque en realidad tú llorabas con ella. Una casa que había vivido demasiado como para no sentirse tan triste. Nosotros, mi familia y yo, la habitábamos, y también la habitaban las ratas, pero aun así era una casa abandonada, o sobre todo era una casa abandonada por eso. Las paredes estaban todas sucias y rayoneadas, el techo se caía, ninguna puerta servía, goteras por todas partes, inundaciones constantes, tiliches a granel. La fachada era terrible, como de Silent Hill, y creo que por eso todos me miraban con extrañeza cuando les decía que yo vivía ahí, que alguien vivía ahí en general. Aunque quizá les sorprendía más el hecho de que yo no estuviera muerta.


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No sé cómo empezó la invasión. Todo pasó muy rápido. Un día mamá gritó en la cocina, otro día hermano gritó en el pasillo, otro día yo grité en el baño, etcétera. Después estaban en todas partes. Eran decenas, quizá cientos. Y eran enormes. En las noches escuchabas una por aquí y otra por allá mordiendo algo o tirando cosas. No podías dormir por miedo a que se subieran a tu cama. Yo todavía tengo pesadillas con eso, sueño con ratas, y sobre todo con ratas que se suben a mi cama. Una vez estuve a punto de tocar a una cuando abrí el cajón de los cubiertos y metí la mano sin mirar; cuando volteé por el ruido solo alcancé a ver su trasero y su cola. Me sigue asqueando la escena. Desde luego que prescindí de la cuchara, el cuchillo y el tenedor por una larga temporada. Y de muchas cosas más. Tenías la sensación de que lo contaminaban todo. Te preguntabas si ese mantel o ese disco ya lo habían tocado, si se habían subido a tal silla, si habían alcanzado a meter la boca en tu plato de sopa mientras fuiste a responder el teléfono y por si acaso mejor la tirabas. Creo que por eso todos éramos tan estrictos y exagerados con nuestro aseo personal (manía que por lo menos yo no he abandonado): éramos lo único que todavía no les pertenecía, lo único limpio, lo único humano, lo único que diferenciaba a esa casa del drenaje. Yo las odiaba como se odia a alguien que ha matado a un ser querido y les temía como se teme a alguien que amenaza con matarte (en las películas). Me enfermaban. Me avergonzaban.

Sentía que habían arruinado mi vida o que por lo menos simbolizaban mi ruina, me hacían sentir que todo sería siempre igual o cada vez peor. Era como estar en un agujero. Yo tenía esos típicos sueños adolescentes e insulsos del estilo irme a vivir a París, pero mi realidad me aplastaba, me angustiaba. Y el olor. Dios, el olor. Una peste que penetró y mató a mis libros. Pero en mi insomnio no pensé en eso. Pensé en un recuerdo en particular. Ocurrió, creo, poco antes de que llenáramos la casa de gatos y así la yegua de la noche pereciera. Yo estaba en la sala, sola, aburrida y harta de todo. Era muy tarde. Escuché un ruido. Me acerqué a la ventana. Y entonces las vi. Dos ratas gigantescas jugaban en el jardín como si fueran perros o conejos. Era absurdo. Saltaban, daban vueltas, se empujaban, movían la cola de alegría. En ese momento no sentí miedo ni asco, solo curiosidad. No quería dejar de mirar. Entonces me reí, me reí muy fuerte. Y cuando se lo conté a los demás también rieron, pero creyeron que solo estaba bromeando. Y es que en el fondo, y eso era lo gracioso, sí, todo era una broma. Una gran broma. Una broma horrible y real, pero broma al n. Tocar fondo, llegar a ese punto. No hay nada más divertido.


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Siglos de ti _JUAN DE DIOS ARIETI


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Hamburgo es un estado _JAVIER BAUTISTA M

Hamburgo tiene la misma sombra junto al mar: las estaciones toman tonalidades de puerto por encima de los rostros de mujeres, la ruta del Elba ensordece los perfumes de todos los muertos que son la misma piel. Hamburgo es la ciudad donde los cantos se pierden y entre ellos descubro mi camisa te帽ida del rojo de los faros sobre el edred贸n de la tarde y las gaviotas.


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FENANDO VICARIO

Todos los muertos son la misma piel de Hamburgo, cada uno de ellos cambia una moneda por un poco de jabón contra lagañas esperando abrir los ojos de sus morgues y descubrir perros y mujeres, gatos de puerto. Recorro el muelle donde atracan cinturas entro y salgo de los bares sonriendo a cerveza: todos los muertos son la misma piel del horizonte, los muertos sonríen en islas-pecessalvavidas.

La ruta del Elba ensordece los perfumes de la piel de los muertos, cuya sombra está al norte, entre ellos me hallo en zona de litigio. Sombra. Más allá de la playa y de la isla Neuwerk, Hamburgo es un estado que entierra sin visa.


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Cosmología moderna sobre el origen de los tiempos _LUCERO SALGADO

Después de dos minutos de haberte mamado la verga ¡Sucede el BiG-BaNg! eyaculas fatuo por mi boca, donde tu semen efervescente colisiona con las papilas de mi lengua. Luego de una hora, partículas se dividen al nal del Universo.


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Visita de lunes por la tarde _SARA MARÍA URIBE CARVAJAL

Acá el viento parece un sapo pegajoso, salta de vez en cuando para que la gente se entretenga. Huele a jeringas, a alcohol atrapado en una gasa, a calmantes y a cigarrillos. Los médicos dicen que esta gente está enferma de la cabeza, pero yo pienso que están enfermos del espíritu, como mamá. Ella me mira mucho e intenta sonreír, pero no puede, el gesto se le queda atorado en la garganta y ahí mismo, sufre una muerte agónica. Antes lloraba. Ahora pre ero decirle que no sea tan güevona, que ya sé que todo está muy podrido, pero que yo la amo y que por favor se arranque esa ridícula bata y se ponga el vestido de ores que es más bonito, pero ella apenas puede escucharme y clava los ojos en los míos, como si estos dos huecos deshabitados pudieran aliviarla. Papá la cuida en las mañanas mientras yo descanso. Él le habla mucho, aunque ella nunca responda. Yo sé que sus palabras tejen un dolor moribundo que siempre lo ha acompañado.


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Él casi no puede verla, los párpados le pesan como piedras que quieren parir raíces, lleva tres meses sin el medicamento que le ayuda a mantener los ojos abiertos, esa fue la vida que le tocó, pero bueno, esa es otra historia. A menudo experimento una sensación de bienestar y excitación, provocada por el morbo y la curiosidad que me dan esos jodidos locos desinhibidos, caminando por los pasillos. Creo que los quiero. Hay una, Mariana. Preciosa, le calculo unos 14 años y nadie viene a verla. Tiene el cabello muy corto y café. Camina metida en unos zapaticos azules y en su cara hay indicios de una felicidad exquisita, yo creo que es la felicidad exquisita de la muerte, pero ella dice que la muerte es la maldita mujer que la parió para hacer negocio con su coño y que por eso, tuvo que enterrarle el cuchillo del salchichón 6 veces por el intestino, mientras dormía. Tengo el paradigma deformado. Casi no duermo. Mamá dice que allá afuera hay alguien que quiere hacernos mucho daño y que me quede para siempre en esa habitación. Ella sabe que ahí estaremos a salvo. Le digo que yo también lo sé, pero que no se preocupe que a ese hijo de puta no le va a quedar ganas de volver. La abrazo tan fuerte como 38 horas sin dormir y la poca comida consumida, me dejan. Siempre que ella logra dormirse, salgo del cuarto y veo a papá con la cabeza entre los brazos, con los ojos cerrados. Entonces me acerco y me meto en el hueco que forma sus piernas separadas. Me acurruco cerquita a su pecho para sentirme parte de algo, de alguien. Él me dice que esto es una mierda, que quisiera comprender y volver a la realidad. Yo le digo que la realidad se nos puteó, pero que no deje de abrazarme.


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Para el dolor de panza _ESTEFANÍA MARTÍNEZ

Volteé a ver el reloj y eran como las cinco de la mañana, no podía ni abrir los ojos. Me despertó un dolor de panza fuertísimo. Corrí al cuarto de mis papás apretándome la pancita, porque sentía que así me dolía menos. Abrí la puerta bien fuerte y asusté a mis papás. Mi mamá toda asustada me preguntó que qué pasaba, y yo casi chillando le dije que me dolía mucho el estómago y que me llevara al doctor, que me sentía morir de tanto retortijón. Mi mamá entró a la cocina y sacó de la alacena una caja que tenía más cajitas adentro, me asomé a ver qué había, olía bien feo a pura medicina, eran puras pastillas y jarabes para todos los dolores y enfermedades. De una cajita azul sacó una pastilla blanca, luego me sirvió un vaso de agua en el que echó la pastilla. Dijo mi mamá que era un Alka-seltzer, que me lo tomara antes de que se deshicieran las burbujitas. Sabía re gacho y me picaba la nariz. Me fui a dormir de nuevo, mi mamá dijo que con eso se me quitaría el dolor. Yo creo que sí se me quitó, porque ya no sentí que se me revolviera la panza, y me quedé dormido como hasta las doce del día.


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Por un pinche nopal _JOSÉ GUSTAVO JIMÉNEZ ORTIZ

- Lo maté porque me dio la pinche gana. Nada tiene que ver el hecho de que no pueda moverse, le traía coraje al hijo de la chingada. Nada más con verlo me entraban unas ganas terribles de tirarlo por la ventana. Y es que eso fue lo único que me dejó la desgraciada, aparte de las ansias por más besos. Cada jodida vez que llegaba del trabajo, ahí estaba el muy cabroncito, en su lugar, pequeño e indefenso. No, Juan, yo no lo iba a tener en mi casa así como así. Me la recordaba todo el pinche tiempo. - Pero lo hubieras dado en adopción, pobrecito. - No me chingues, Juan ¿Quién va a querer adoptar un pinche nopal? - Era un cactus, Lupe. Pobrecito, quedó hecho guacamole


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Fumando, en el balcón de su departamento, Helena cuenta los focos prendidos del edi cio de enfrente, imaginando qué es lo que hacen aún despiertos detrás de las cortinas. Sombras que, para ella, bailan tango o hacen el amor, son su única compañía. Cambió las noches de tequila en su ombligo y limones en sus labios, por una soledad que su piel enrojecida pedía a gritos. Sigue pensando en él, tan diferente a ella como los límites del tabú y el linchamiento lo permiten. Normalmente fuma en su sala, pero mañana viene su madre a consolarla y no quiere escuchar sermones. Quizás, piensa, mamá viene solamente a ver el bien surtido bar que el padrino me regaló en navidad. Caen las cenizas en sus pies descalzos, a ella le da por recordar la piel morena de José Guadalupe (nunca pudo llamarlo ni Pepe ni Lupe) y esa forma tan suya de decir: Me vas a aclarar los hijos, güerita. Ya no sabe qué hace sola en el balcón, anhelando ausencias que ella misma ha provocado. Llora, mordiéndose los labios para aguantar. Está vacía. Nunca le ha gustado vivir en el doceavo piso, ni tener cuchillos en el cajón. - Tú sabes que fue él, no te quieras engañar, tu hija no se atrevería a matarse. Desde que viste esa fotografía sabías que ese pobretón quería dinero, nada más. El tal José la empujó mientras estaba distraída. Desde que se enteró que era una Casanova lo planeó todo. Pero tú tienes la culpa por darle tantas libertades, diciendo que era ya una adulta. ¿Y luego qué? ¿Vas a dejar que los incompetentes policías lo dejen en que fue un suicidio?


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Levanta una demanda contra ese naco, Jorge. - ¿Qué pruebas tienes, mujer? - ¿Para qué quieres pruebas habiendo billetes? Yo sé que fue él, se le ve en la cara de limosnero. Yo no sé qué le vio Helena, maldito negro hijo de… - ¿Y a mí qué me viste, Lili? - Tú eres diferente, Jorge. Y no me salgas con estupideces en este momento, por favor. - ¿Estupideces? Antes te gustaba. Me ibas a aclarar la descendencia, ¿te acuerdas? - Era diferente, tú trabajabas con mi papá y…y ya cállate. Vámonos a levantar esa demanda. - Acabo de enterrar a mi hija, déjalo para más tarde. Todavía no daban las nueve de la mañana cuando entraron al primer patio sin avisarle al portero. Iban dos con su uniforme azul y sus botas bien brillosas, y otro atrás trajeado y con lentes oscuros. Se me acercaron muy chingones, muy in ados. El Rasta, el portero, los venía siguiendo bien apurado, pero no se animaba a pararlos. El güey del traje se quitó los lentes y me preguntó si yo era José Guadalupe, y me quedé pensando un rato. Ya que me cayó el veinte de que era Lupe al que buscaban se me salió decirles que vivía en el 5. Sí, ya sé que se me debió haber ocurrido que se lo cargaban, pero se me fue. Subieron las escaleras muy serios, casi corriendo. Ya que llegaron a su puerta tocaron y volvieron a preguntar. - ¿José Guadalupe Serna Serna? - Sí, soy yo. ¿Quién toca? – Ahí abrieron la puerta de una patada y Lupe se puso como perro bravo - ¡Ah cabrón! ¿Qué chingados haces güey? ¡No me chingues! ¿Eso quién lo va a pagar? - Queda detenido por asesinato, jálele. Tiene derecho a guardar silencio y todas esas mamadas. El Lupe estaba muy sacado de onda, y pues yo también. Mira que te agarren por matar un cactus. Se lo llevaron pataleando y me gritaba: ¿Qué pedo? ¿Por un pinche nopal?



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Para ser un escritor DICE MURAKAMI QUE AL MENOS HASTA ANTES DE LOS VEINTIÚN AÑOS, TODOS TENEMOS UN LADO POETA, Y NO HA DE SER SORPRENDENTE PUES, QUE DURANTE ALGUNAS TEMPORADAS MUCHOS DE NOSOTROS QUERAMOS SER ESCRITORES.

1. Antes de involucrarte con la escritura, es necesario procurarse una base para asimilar parámetros y nociones de la profesión. Para ello, alguna tienda de autoservicio con departamento de enciclopedias y libros nos servirá. Así pues, a lo largo de los 42 metros de esta sección, encontrarás algunos libros de los más solicitados o populares. Sin mucho esfuerzo, podrás ubicar casi instantáneamente algún par de libros de Paulo Coelho. Toma alguno, llévalo a casa y termina de leer su simpleza en un par de días. Inspírate en él; tómalo de musa si así lo deseas porque tantas personas que lo leen no pueden estar equivocadas. Hablar de grandes escritores y Paulo Coelho en una misma idea, te llevará directamente a al éxito.


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2. Ahora bien, si ya te sientes preparado para comenzar a escribir y lanzar un best seller, puedes comenzar con algo bastante conveniente; Libros de motivación, que contagien ideas que ayuden a ser más fuertes, más sanos y más felices. Y aprovechando la premiación en caso de que decidas participar en la Edición del Premio Feel Good, puedes llevarte unos 5000 euros y la publicación de tu libro. Claramente sería una buena forma de lidiar con ¿cuántos libros has escrito tú? 3. Y si levantar el ánimo no es lo tuyo, no te preocupes, están otras vertientes para ser ín mo y de pasada, aprender a ligar al estilo del siglo XXI, las Sagas Juveniles. ¿Cómo saber si estos géneros son para ti? Bueno, podrías comenzar por preguntarte si tu concepto de amor verdadero, radica en la idea de tener relaciones sexuales con alguna persona que apenas conociste a la salida de un bar. Si la respuesta es a rmativa, podrías agregarle algunos otros detalles; amores imposibles o adolescentes, el destino/encuentros fortuitos y sexo salvaje, son de los temas preferidos para estas generaciones.

Sólo basta con plasmar en tu futura obra maestra, tus sueños húmedos en el amor; no importa que haya cientos de libros similares y mejor estructurados. Tampoco es relevante que la palabra sadismo haya sido ya puesta al margen, porque tú la innovarás en nuevas sagas de ricachones, que ameriten la creación de su película. Sin duda una amplia gama de oportunidades, para mentes críticas. 4. Y el tip más importante; escribe lo que quieras, sobre lo que se te ocurra, de la forma en la que más te llame la atención. Bien dicen que en gustos se rompen géneros; sólo mantén en mente qué tipo de escritor quieres ser. Al nal no importará mucho el resto, porque quizá pases a formar parte de esos miles de escritores de entre miles de libros que nadie leerá. 5. Y si lo tuyo es lo corto, un artículo servirá. Si nosotros pudimos, ¿tú por qué no?


Grรก ca

G

ESTUDIO INVITADO


Say my name










Postal

P

Mariana Ayala




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