GUIA PARA MEJORAR TU SALUD Y LA DEL PLANETA

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más sano. Por lo tanto, la llamada dieta sostenible es la más conveniente para el planeta y para cada uno de sus habitantes. Si no se habla más de este tipo de dieta quizá sea porque resulta muy complicado definirla, debido a que es muy difícil valorar el impacto económico y ambiental de cada alimento. A menudo se realizan generalizaciones que no resultan del todo ciertas, como por ejemplo, que la carne resulta ambientalmente más costosa que cualquier alimento vegetal. En la práctica, la carne de pollo producida de forma ecológica en un entorno cercano a los lugares donde se consume, ejerce menos impacto que un zumo de frutas tropicales importada de otros continentes. Comer es, probablemente, la actividad individual con mayores consecuencias ambientales y económicas, debido a que la industria alimentaria (deforestación para plantaciones de transgénicos, granjas y ganadería intensiva, pesca extractiva, elaboración de alimentos precocinados, envasado y transporte, recogida y gestión de la basura, etc.) es de las más contaminantes que existen. Los principios básicos para seguir una dieta más sostenible podrían ser: 1. Consumir proteínas vegetales. Desde el punto de vista nutricional, los cereales y las legumbres proporcionan hidratos de carbono de absorción lenta y proteínas (principalmente cuando se combinan en el mismo plato legumbres y cereales). Por tanto, según los expertos en nutrición, deberían constituir más del 50 por ciento del volumen total de la alimentación diaria. Los granos integrales no sólo son más nutritivos y saludables que los procesados y refinados, sino que además, su producción ha requerido un gasto mucho menor de recursos naturales y energía. Las diferencias se multiplican si se compara la huella ecológica de las legumbres y cereales con la de los productos cárnicos. Para producir una ración de carne de vacuno, hace falta la misma superficie de tierra que para producir 16 raciones de proteína vegetal. Y si la comparación se realiza en función del consumo de agua, obtenemos como resultado que para producir un kilo de trigo se precisan 30 litros, mientras que para un kilo de carne se necesitan hasta 300 litros de agua. Estos cálculos hacen pensar que si los países desarrollados consumieran menos carne, habrían más hectáreas para cultivar alimentos vegetales y más agua limpia 42


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