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Los socialdemócratas ganarían en Europa, según un sondeo Luz Sela jueves, 20/02/14 - 21:08 •

Los tres grandes grupos políticos-socialistas, populares y liberales-perderán representación desde el 72 por ciento hasta el 65 por ciento del total de eurodiputados, según el sondeo de PollWatch. Los euroescépticos se disparan al 29 por ciento, nueve puntos más

De celebrarse hoy elecciones en Europa, las ganarían los socialdemócratas. Es lo que dice el sondeo realizado por PollWatch, entidad financiada por el Parlamento Europeo, con las Fundaciones Open Society, Burson-Marseller y VoteWatch CIC. Quienes han realizado la encuesta ya advierten: la opinión pública en Europa es “volátil”, y puede haber acontecimientos no previstos con importante impacto en las elecciones. Pero de cumplirse sus proyecciones, se anticiparía un importante avance de la socialdemocracia. Conseguirían 221 escaños, 27 más que en la actual legislatura. El Partido Popular Europeo (PPE), actualmente la mayor fuerza política en la Eurocámara con 274 escaños, perdería casi una cuarta parte de su actual presencia en el PE y se quedaría en 202. En el caso español, la encuesta remite al sondeo del pasado día 2 de febrero, realizado por NC Report y GESOP, según el cual, el PP lograría 19 escaños (frente a los 25 actuales) y el PSOE se haría con 17 (frente a los 23 de hoy).Izquierda Unida con 6 (1), UPyD con 5 (1), CiU y el PNV se quedarían con uno, como en la actualidad, Europa de los Pueblos-Los Verdes con 3 (1) y UDC, uno, quedándose Aralar sin representación. Salvo un período entre 1999 y 2004, los socialdemócratas no disfrutaron nunca de más respaldo que los populares en el Parlamento Europeo. Como escribe el profesor Vicenç Navarro en su blog, la explicación a la pérdida de apoyo vivida por la socialdemocracia se encontraría en que, a pesar de su supuesta tendencia, “aplicaron políticas públicas de claro corte neoliberal que afectaron muy negaticamente el bienestar de sus bases electorales, las clases populares. Esas políticas incluyeron reformas laborales que tenían como objetivo reducir el poder del mundo del trabajo, disminuyendo los salarios y los niveles de protección social” Por eso, los datos de la encuesta sorprenden. ¿Por qué suben ahora? Según José Ignacio Torreblanca, profesor de la UNED, y director del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, en Madrid, las elecciones europeas son “ficticias” y es dificil interpretarlo. “Normalmente en las europeas hay una alta tendencia a votar en contra del gobierno que hay en ese momento, pero en esta ocasión no me atrevo. En Reino Unido serán la primera fuerza, pero en Francia los socialistas se hunden, son la tercera. Y en España, hay un cierto empate que beneficia a los socialistas... Pero no me atrevería a decir que es un voto contra las políticas de austeridad, porque para eso se tendría que ver un cambio muy grande en algunos países”. El politólogo Julio Embid, en cambio, sí lo interpreta como un voto de castigo con la actual presidencia de la Comisión Europea. “Hasta ahora hemos tenido un gobierno de centro derecha en Europa, con el presidente Durao Barroso, y una cabeza muy visible que es Angela Merkel. Si queremos


castigarlos y al mismo tiempo no queremos salirnos del proyecto europeo, la única opción que nos queda es votar la socialdemocracia” ¿Pero cuál es la socialdemocracia que tenemos hoy en Europa? “Creo que apostará más por la inversión pública que por los recortes, una alternativa política para salir de la recesión y del paro”, dice Embid. Torreblanca disiente: “Europa no se juega la política solo en una dimensión de izquierda o derecha. Es decir, no podemos predecir cómo van a ser las políticas luego. La mayoría de las decisiones en el Parlamento europeo requieren de mayoría absoluta y eso obliga a pactar. Es dificil explicar la política europea en términos de izquierda o derecha” Imposible saber la política que se aplicará.

Los euroescépticos, los grandes vencedores La proyección de composición de este nuevo parlamento anticipa que los tres grandes grupos políticos, tradicionalmente omnipoderosos en la Eurocámara-socialistas, populares y liberalesperderán representación desde el 72 por ciento hasta el 65 por ciento del total de eurodiputados. Los grandes beneficiarios serán los partidos euroescépticos, que, según el informe, lograrán hasta el 29 por ciento de los escaños. La preocupación por la irrupción de este segmento en la Cámara no es nueva, pero el apoyo que alcanzarían esta vez sería superior al alcanzado en otras ocasiones. Si estas estimaciones se cumplen, podríamos pasar de unos actuales 154 escaños ocupados por diputados críticos con la Unión, a 220. Los euroescépticos incluyen a un amplio espectro de tendencias políticas, algunas que poco tienen que ver entre sí. Partidos radicales, ultras, xenófobos o, simplemente, críticos con las políticas europeas actuales, defensores de una salida de la Unión, eurófobos en definitiva. Lo que recoge este sondeo no es nuevo en el sentir de los europeos. Los últimos Eurobarómetros indican una tendencia al aumento de la crítica con Europa. La mayoría de los ciudadanos, más del 50 por ciento, cree que su voto no sirve para nada en la Unión Europea, y la confianza en las instituciones de la Unión se ha desplomado desde el 68 por ciento, en 2007, a apenas el 40 por ciento el año pasado. Alemanes y franceses rechazarían ahora la implantación del euro y la integración, según varios sondeos. Uno de 2012, recoge que el 64 por ciento de los encuestados por el diario Le Figaro diría “no” al Tratado de Maastricht, origen de la Unión, y que en 1992 fue respaldado por el 51 por ciento de franceses. En nuestro país, las cifras son de récord. Un 70 por ciento de los ciudadanos dicen no creer en la Unión, frente al 24 por ciento de hace seis años. Es el país de la Unión Europea donde más ha bajado la buena imagen de las instituciones comunitarias. Las elecciones de 2009 demostraron ya que el interés de los ciudadanos con las instituciones europeas estaba bajo mínimos e iba por otros derroteros (apenas un 43 por ciento acudió a las urnas) y supusieron además la irrupción en el arco parlamentario de un nuevo grupo político: Europa de la Libertad y la Democracia (EFD), 32 diputados de distintos partidos y Estados marcados por su escepticismo con Europa (el Partido de la Independencia de Reino Unido, La Liga Norte italiana, los denominados Verdaderos Finlandeses, los ultranacionalistas del Concentración Popular Ortodoxa, y el Partido Popular Danés). Desde hace años, Bruselas ve con temor el avance de partidos como los griegos Amanecer Dorado, el italiano Movimiento 5 Estrellas o el Partido Pirata de Suecia. La fuerza que están adquiriendo estas tendencias en Europa aprovechan el descontento de la población por las políticas hasta ahora practicadas. Sus electores expresan así su voto de castigo a la gestión de la crisis económica, las políticas de ajuste o la sensación de que Europa poco hace por ellos. “Tiene que ver con la pérdida de soberanía y con el hecho de pensar que las decisiones de cada


país no las defiende nadie en Europa” sostiene el politólogo Julio Embid, “los ciudadanos hemos llegado a pensar, para qué voto. Y eso lleva al escepticismo”. “El euroescepticismo es realmente el titular de estas elecciones”, opina Ángel Rivero, profesor de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid, “el viejo discurso de Europa como tierra del bienestar, que la Unión Europea utilizaba hasta ahora para legitimarse ha quedado en entredicho por la crisis. Y la misma idea de Europa se ha resentido” Este experto ve positiva la fragmentación del Parlamento que anuncian estas elecciones: “esa visibilidad de los partidos extremos no es negativa. Presentan alternativas y hacen más visible lo que tenemos. Los electores están descontentos por la gestión de la crisis que han hecho los partidos de gobierno”. Aunque sí subraya que el auge de los partidos minoritarios será momentáneo. “Se benefician de una alta abstención, y por tanto, sus resultados electorales se sobredimensionan. Cuando la situación vuelva a la normalidad y también los resultados de participación, volverán a reducir su influencia” Y Embid añade: “sube sobre todo en los países con euro, en aquellos que mantienen su moneda propia apenas aumenta” “Lo fundamental”, sostiene el profesor de Ciencia Política en la UNED, Jose Ignacio Torreblanca, es que “hay una desafección generalizada con la política en toda Europa y con la Unión Europea también. Y los euroescépticos son muy hábiles a la hora de conectar con la gente, los europeístas no. Hacen un discurso simplista y sitúan a Europa como problema”. Lo importante, para Torreblanca, “no es el hecho de que ganen unos u otros. Es cómo va a ser el poder combinado de las fuerzas centristas capaces de hacerles frente” Los recientes titulares son sintomáticos de esta ola de desconfianza. El Partido Alternativa por Alemania, por ejemplo, que propone la salida del euro de los países “económicamente más débiles”, se quedó en septiembre a solo tres décimas de entrar en el Bundestag, la Cámara baja del Parlamento alemán. Los recientes sondeos realizados en el país le dan un 6 por ciento de votos para las europeas, lo que le daría acceso a la Cámara. Esta formación propuso el año pasado que nuestro país abandonase la moneda única. En la misma línea de la polémica se mueve el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), una formación de corte populista, soberanista, y marcadamente crítica con Europa, convertida desde hace tiempo en fenómeno político en Gran Bretaña. Su líder, Nigel Farage, antiguo banquero metido en política desde hace más de veinte años y con fama de excesivo, no escatima en provocaciones. Avanza que su intención es ganar las próximas elecciones en Europa y “crear un terremoto en la política británica”. Los sondeos, como el realizado por The Guardian, le dan en Europa hasta un 20 por ciento de apoyos. Laboristas, con un 35 por ciento, y tories, con apenas 25, lo miran de reojo. El partido,que tenía hasta hace poco a simpatizantes neonazis del Partido Nacional Británico en sus filas, propone una “inmigración controlada”, y sostiene que haber permitido la entrada de España en el euro fue un “error desde el principio” La extrema-derecha, con grupo propio según este sondeo El auge de una corriente de extrema derecha en Europa ha traído numerosos debates y desencuentros. Pero en cifras, según el sondeo de PollWatch, estas fuerzas podrían acceder a la Cámara. Un grupo compuesto por el Frente Nacional Francés de Le Pen, el partido holandés para la Libertad de GeertWilder, el ultranacionalista Partido de la Libertad de Austria, el flamenco Vlaams Belang, los demócratas de Suecia y la Liga Norte de Italia, que abarcarían 38 escaños. En su contra juegan las limitaciones que el Parlamento impone: asegurarse el apoyo de siete Estados miembros. De momento, son seis. Ya el pasado noviembre, los principales líderes de la extrema derecha de Francia y Holanda, Marine Le Pen y Geert Wilders, anunciaron su intención de formar un frente común tras las europeas para “devolver la soberanía” a sus países. “Queremos liberarnos del monstruo de Europa”, dijo entonces


el cabeza del Partido holandés para la Libertad (PVV), aunque poniendo distancias con los comentarios antisemitas del padre de la francesa. “Estoy hablando con el partido que lidera su hija”, matizaba Wilders. Ese abanico de posiciones que manifiesta la extrema derecha europea será también el gran obstáculo para su entendimiento, según los expertos. “No pueden pedir medidas contra la inmigración para ciudadanos de países del Este, por ejemplo, y al mismo tiempo pretender conseguir el apoyo de la extrema derecha húngara”, sostiene Julio Embid. Y eso es lo que lo diferencia de los bloques mayoritarios “son grupos muy estables desde hace más de treinta años y así es fácil tener un proyecto común. Pero es complicado que la extrema derecha de la Europa Occidental y de la Europa Oriental puedan llegar a entenderse” El profesor Torreblanca añade: “hay que tener en cuenta que la extrema-derecha es muy variada, en algunos sitios con partidos filonazis de tendencia radical, con Amanecer Dorado en Grecia, con partidos radicales en Bulgaria, mientras que en Francia está más modernizada”. Y eso dificulta los acuerdos. http://noticias.lainformacion.com/mundo/los-socialdemocratas-ganarian-en-europa-segun-unsondeo_FPxumEdjWn3jRZHqg3S5P4/


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