Diario Cronica Argentina

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nota de tapa

critica

de la argentina Martes 8 de julio de 2008

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mostrar al matrimonio como un equipo de Gobierno

mucho más que dos LUIS MARÍA HERR

Matrimonio y algo más. La Presidenta y su esposo se mostraron juntos para respaldar a Hugo Moyano en el acto de la CGT.

la guerra gaucha. Según le dijo a este diario un pingüino incondicional, el matrimonio presidencial toma casi como un mandato una frase de Arturo Jauretche: “Cuando tengo dudas sobre algo, veo lo que piensa el enemigo y entonces decido”. En esa lógica, la decisión de mostrarse juntos aparece como una respuesta a los supuestos enfrentamientos

entre ellos que publican algunos medios que el Gobierno considera “visceralmente antikirchneristas”. El Presidente argumenta que jamás había amagado siquiera con que iría a su casa cuando terminara su mandato. Sin embargo, las críticas a su protagonismo desmedido lo obligaron a recluirse. Kirchner debió superar la abstinencia de poder en privado

para evitar una "delarruización" acelerada de su esposa. Por esos días, Eduardo Duhalde encontró la fórmula del “doble comando”, Elisa Carrió afirmó que Kirchner dañaba a su mujer y, más tarde, Luis Barrionuevo directamente le pidió al santacruceño que asuma como jefe de Gabinete. Pero no son sólo los contreras los que ponen al Presidente en primer

OpiniÓn

OpiniÓn

Gustavo M. Pandiani*

Carlos Germano*

Uno más uno: menos que dos

D

e acuerdo con el algebra más elemental, 1 + 1 = 2. Pero, claro está, la política suele escapar a la lógica de los números. De hecho, la historia contemporánea demuestra que mientras que a veces uno más uno es tres, en otros casos el resultado de la suma es inferior a dos. Un ejemplo claro de 1 + 1 = 3 es la sociedad política compuesta hace medio siglo por Juan Domingo Perón y Eva Duarte, quienes juntos constituyeron una poderosa amalgama de poder y carisma. Dada la complementariedad de sus componentes, el binomio Perón-Evita quedó grabado en la memoria de los argentinos como una combinación sinérgica y arrolladora. En el caso del matrimonio Kirchner, los esfuerzos de Néstor por apoyar y proteger a su esposa no parecen estar generando los mismos efectos. No bien iniciado el mandato de Cristina Fernández, el patagónico convirtió sus oficinas de Puerto Madero en un lugar obligado de peregrinación. Lejos de abocarse al prometido “café literario”, Néstor Kirchner decidió estrenar su traje de titular del PJ, sin percatarse de que las sombras proyectadas sobre el Poder Ejecutivo comenzaban a confundir a la opinión pública. Posteriormente, con el recrudecimiento del conflicto agropecuario, el santacruceño se mostró como el más acérrimo defensor del nuevo Gobierno, liderando personalmente actos y marchas de “desagravio y apoyo a la Presidenta”. Si bien es cierto que Néstor aún posee mayor poder de captación de voluntades que Cristina, su omnipresencia aísla a la Presidenta y reduce su margen de autonomía política. La actual confusión de roles termina perjudicando a ambos. *Decano de Comunicación de la Universidad del Salvador.

L

plano. En el debate televisado de las retenciones, fueron los diputados oficialistas los que invocaron a Néstor y omitieron a Cristina. Como si fuera poco, el fin de semana, él presidió una reunión de Gabinete a la que ella no se sintió convocada. Ahora, con las encuestas en la mano, los Kirchner terminaron por aceptar que no tienen otra opción que aferrarse el uno al otro y replegarse sobre el pejotismo que tantas veces pretendieron ignorar. Los sondeos de encuestadores amigos señalan que para los ciudadanos de a pie no hay contradicción entre la presidencia de ella y la presencia de él. Al contrario: hay complementariedad. Ayer, casi sin ruborizarse, los dos cantaron completa la marcha peronista ante una platea sindical que vivaba a Moyano. Las comparaciones con Perón y Eva Perón –que casi siempre surgían de la prensa extranjera– ya no les disgutan; ahora buscan activar ese pasado y presentarse como herederos de aquel peronismo. “Claro que no es casual. Se van a mostrar juntos y rodeados de la simbología del peronismo”, reconoció a este diario un experto mediático del oficialismo. Los defensores del proyecto admiten que la respuesta del matrimonio a las críticas no hace más que recuperar el mensaje de la campaña presidencial de Cristina. “El pueblo la votó porque era la única que podía garantizar la continuidad del proyecto. Los únicos que pensaban que Kirchner se iba a exiliar eran los medios”, ironizó un funcionario con despacho en la Casa Rosada. l

Blanquearon la situación

a exhibición pública de Nestor Kirchner y Cristina Fernández juntos pone blanco sobre negro algo que, de hecho, ya sucedía: que el ex presidente ocupaba un rol público fuerte. Era un ex presidente casi en ejercicio. Un acto compartido le da formalidad, cobertura, lo que venía sucediendo en la práctica y que la sociedad así percibía. La decisión de blanquear la situación es estratégica: busca contrarrestar esa híper presencia que tenía Kirchner, dándole mayor formalidad. Pienso que es una jugada negativa, porque opaca la posibilidad de que Cristina Fernández desarrolle su rol presidencial. De alguna forma, coloca una barrera entre la sociedad y Cristina. Pienso que muchas mujeres que depositaban bastante ilusión y esperanza en su desempeño, algunas que hasta no la habían votado, se deben sentir desilusionadas. Es como que ella no ocupa totalmente el cargo. En un país tan presidencialista como éste, la sociedad busca un Presidente completo, que ocupe totalmente el espacio de poder. La imagen presidencial es muy poderosa en la Argentina. Los presidentes son la máxima expresión del voto popular, que busca un pleno ejercicio de ese cargo, no un ejercicio compartido. Además, que compartan actos públicos da pasto a la crítica de un poder bifronte. Le da margen a esa acusación por parte de la oposición. En conclusión, pienso que es una estrategia que busca contrarrestar la imagen de que Kirchner aún es Presidente; pero es una estrategia equivocada, porque ahonda la crítica. *Analista político.

Opinión

Gabriel Dreyfus*

Tragicomedia conyugal

E

n algunos países, el “doble comando” funcionó: durante años en la Unión Soviética, donde el jefe del partido no siempre era el primer ministro. En ese caso, mandaba el jefe del partido. En los países democráticos, en cambio, el gobernante electo –luego de internas partidarias– es quien realmente gobierna la Nación aunque no sea el jefe partidario. Nada más simple: el Presidente/a de todos los argentinos/as no puede recibir órdenes ni compartir el poder con quien sólo debe limitarse a dirigir un partido político. Esto también ocurrió en la Argentina, por ejemplo, con Balbín e Illia quienes –más allá de un buen o mal gobierno– respetaron este principio democrático. Lo que es totalmente absurdo –y transforma a una falsa democracia en una monarquía sin nobleza– es que el jefe del partido gobernante sea un ex Presidente y la Presidente/a de la Nación sea su legítima esposa, pero no legítima candidata, ya que no surgió de internas partidarias sino del dedo conyugal. Lo que es aun más absurdo es que el 47% de los argentinos que votaron –un 30% asqueado de todo no votó– lo haya hecho por el denominado Frente Para la Victoria y no por el Partido Justicialista. Hoy, el Frente Para la Victoria dice ser el Partido Justicialista y quienes no pudieron elegir a las autoridades de su propio partido son “peronistas disidentes”. En un sistema fascista gobiernan las corporaciones. En el momento en que escribo esta nota, el matrimonio reinante visita la CGT para manifestar su apoyo al actual secretario general y, a la vez, vicepresidente primero del Frente Para la Victoria (o Partido Justicialista). Otros obreros peronistas no podrán votar y no todos los obreros son peronistas. Ésta es la tragicomedia de un país en el cual, por lo visto, primero está el Matrimonio, después el Movimiento (aunque no sabemos cual) y por último la Patria. *Consultor político.


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