QUERIDA ALEJANDRIA

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Q,,.ri,1u Alcjarrrlría:

l loy ctrnrplot'¡lort c'¡tios y mc hatl clitlltr (lLtcv{)\¡ ¡ (-¿ls¡rn.l(" 'lt'kr tltlll scnt'illczt' cotl ,tstlnlllro. t'sc'rilto (-orrl¡ mist.¡r¿r at:tilrrtlp cstut lrtl )'¡(l('Pté, lomc Para csboz¡lrrlotlll¿ sollrisil)¡ cx(rt¡siílr( rlolrrlc lrrl ir ¡ rcflt'xiorr¿t-alni ll¿[¡it¿t'ititl, halitl t¡cjor lr¡lrerit tlc reflcxicllr¿rrlltc lr'ttcr 'r cst:ribir rc¡lirl¡rl trrr vici()atlhckr:t:t>l¡t'ltz-ar nri vrrl¡ ( rr t-tttitc¿rl¡ inagotablct'oll tltl rlcsl i n ¡ l ¡ r r i ot ' x tt ' ¡ r c i o t t atlú, 1¡,l t i t i t l r l ¡ t l . Nli m¡rlrt' arlollliva Oct¡vi¡, stt llt't'lllittltr Augttstor'l,t t'sllosrttlc cstt',I-ivi¿'tlc h¿rlr


XlaríuGarcíaEsptrón llamarlopara decirmeque no viviré más en la casa del Palatino,no tr¡maré más leccionescon el pre_ ceptor griego y, ya que soy hija de una rcina, iran pensadoque eJúnico consortedigno clemí es el hi¡.o de un rey. Los hijos de reyes que vivimos en Rr¡masomos extranleros. Esirónico: a pesarde la noblezade nuestrasangre, podríamosconsiderarnosesclavos,porqr," no ,orio, libres. Me explico,Alejandría.No debemosfie.garlos mo_ saicosde lc¡satrios rri ir por agua a la fuente ni ali_ mentar a los cerdos ni peinar a las matronas. Los esclavosy libertos h¿cen eso por nosolros. pero no podemosir a dónde nos plazca,ni cambiardc resi_ denciani regresara nuestrapatria. Romanos tiene.Esnuestradueña.Del mismo mo_ do.comr¡seguardan en algunascasasnoblesesplén_ didaspanterasencadenaclas. Somossus príncipesesclavos. Cuando llegué a la ciucladdel l.íber con mi her_ mano ¡¡emelo,Alejandro Helios,y el bebé,.lblomeo, yo tenía diez años. Mis hermanosy yo fuvimos que desfilar ante la muititud de rostro inclistinguible,bajo r.rnsol ardiente, arrastrandopesaclascadenasde oro. Esoera un símbolo. Egipto vencido,dominado y cargadoclecacleiras. EI... ccastigo?, la ¿humillación? no eran para no_

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ir Qlrrrirlrr,4lrjrurdr sotros,sino p,lr,l nrl('stros¡larlrt's...y cllos ya no cKrsti(rn. I l¡[rí¡nnrucrto, Alcjarrdría, lú ]o sabcs... pcrorlcsrlct cl primcn.ral riltir¡orlc k¡sromalroscslabanpersuarlirkrsrlcqttt',acorl¡rtlos t'¡rlosnrilrrkrrcs ck'l¿r t¡lut'rtc, srrs sotnlrras('ntr"islo(]i( las rrrntcrrrplaban su (lcn'ota]. r'x)s n¡ir¿b¿n r-¡lltilllrbajouna lluviarlepélalosrlc florcs, ( aricil l)¿r,rkrs r¡cncnrlcs vial()riosos, p¿r,rnos()lros, llLlvi¿rlc ilrtlr-tirlum[rn', rlc zozolrr¡\'(lc cspa]rlo. Si lrc rlc scr sin.('r(1, lc conlieso,Alcjanrlría, quc tlcsputls rlcl<lcsf ilc trrr.urfal rlc Octaviocn l¿sc¿llcsclc Ronra,rlonrlcrlt'bíamosrcpr"cscnl.lr cl ¡ra¡rcl(lc vencirkrsy l-rumillarlos cachorroscgipcios, r'l tralo quc nos rlicron los rrolrlt'srorn(rnosfuetrcspch:oso. Algunosnricmbr{)s rlela familiaclcios vcncrlorcs cxtrcmilr()n su siml)¡líahastaprctcncier sustiluir, ctr lrucslroafir:kr,¿ krsparlrcsquc habíanros pertlickr y a nL¡eslro ltcl-m¡nO ¿ls('stlta(lo.

Y <rrmohc cmprt'ndirlol¿ vía dc la sinccriclarl, iaml¡ióntc crrnficsoquc cl joven mijsnoblt-clcRc¡m¡, N4¿rcclo, lirc rn;íscariilosoconmigor¡uclo firr:rami hcrmanomavrlr. Y quc Orlavia,la tlam¿rmásen<:umbr.¡tla clcRoma, ht:nnan¿rdtl /rnprrnlor y viuda ambigr.ra ck: mi paclrc,clcrramtisobrc mrcstrascaltczasmás lcrnur¿t qt¡c nu('slr¿propia matlr"r:, T l l i t v , r ) , l l ¡ ,r . ¡ r rr r ¡ r , ul t ' s .

lle qrrcrirlo vt'rtcrsol¡reti la cal¡rataimparablc dc mis rcc:t¡crrlos.

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María GarcíaEsptrón Escribirteestascartasque no han de cesarmienlras vlva, porque te extraño y só que no volveré a vefte. Porqr,re te extraño y séque vas a desaparecen que tus palacioshan sido arrasados, fu faro se derrumbará, el cuerpo incorruptible de Alejandro seráechadodc su vilrina cle micl y eterniclady tr-rssabiosy poetas se lanzarán de cabezaal mar; desesperados al constatar la muerte de su mundo. Porque como te extraño, te sueño y rcculstruyo tus callesy tus fraganciasy los gritos cletus vendedores y tir lengua sorprendida en la encrucijaclacle k¡s dioses.le sueño y mc fatigo porque terrgo que inventarte y por un instante de felicidaclintolerable te habitc¡... y clespicrtoy lloro sobrc el recuerdo inasible del sueño.Y miro a través de la ventana y prensoque, más allá de los pinos de los bosques romanos y del Mar Latino, éstá el Delta dd Nilo y estásiú, Egipciay Maccdonia,l.araónicay lblomea, lectorainsaciablede {u propia biblioteca,ciudaclhermosa,ciurladpara siempremia. Tú sigucviva, Alcjandría Hazlopor mi Y toma nota de cuanto de peregrino y sorprendenteveasYo te enviaré estascartasy te diré, a vecessusurrando, y a veceslloranclo,en qué se ha converlido el mundc¡. EscrÍbelotu, si pucdes, en memoriosos rollos de papiro que enriquezcantu sin par Biblioteca.Cuéntalo a las mujeres en cl mercacloy a los cstucliosos en lu Musco,nárraloa los méclicbs y a las 12


Qutrifu AIrjnntlrít a tle Isis,¿llos carniccrosy a los sastres, sat'rclr¡tisas a los niños Cr-rérrtales krs ctulut'osy a las dont:cllt¡s. rni hrstoriapi)r¿rqlte scpatlqtle lcjos cleli, qtlc cres clepcr[et:mi cit¡rl¡cl,mi (rt¡na,mi maclreconstclacla cle rni nostalgia.., lientlopuc'ntcs t:ioncsy bt:llcz¡s. c(msAkjanclría,par¿1 palabrasp¿ri)lrlrrtcapt'rtlct'tc, p¡ra trr.rirtcLrajoolros cic'losy cltrastempcrattlras, hac.crtctlcspat'io,dcstlclos cimicntosy dcstlcla cntraña mismadr'l sttt:ño. Y quc tllos scp¿ltlcltlc atltt en cl sttrc-oprcñaclocle nrucrlt:puctlclcv¡trl¿rscli¡ mal¿iicnr¿ry vcrtletlc la tle la rlerrola,con viclay r¡trccn l¡s mismascalleiuclas con cl csligma sobrcla cabez¿1, trrr puñal slrs¡retrrlklc.r qttc vivicntlo cn la c:ittclatl rlc scr l¡ hija tlc (.leopatr¿r aborrcccsL¡tncmori¿,ptlerlcbrotarcl Amor,qtttlcsun y una rcali(la(linclurliblc' asombroy url Privil(rgio 'lc

hc tlit:lro qtlc v()y il (lñsclfrlitccotl Lln PrínciPe'

Irtrcelcgirlopara mí por mis prolcctores. l.os protcclorcsqttc ftteroncnemigosclemis pael clrcs,l.r gran (.leopatraSi'ptimay M¿rc()AtrtoLrio, nr¿ísatnaclogcncraldc los rom¿rnos Ellos-los cncmiSos-eligicronpara mí un prúl<:ipc, sin sabcr quc ól 1' ),o nos habíamoselegidoanles N,lt¡cho;¡rrtcs<lelclr:slilcclela victoria,clela tlcrrota los nia¡rrctrrletr nav¿l dc At:litrm,cuyasvicisituclcs ños t'n las lcctioncstlc hisloriar()miln¿l'cclelltc' Anlesclt'mi nacimientr¡. el stteñocleAlejancngcnclrara Antcsrlc rluc C.ósar dnr cn cl vit'rrtrcclc(ilcopalra,sin s¿lbcrqLlecngenclrabaparal¿ mucrte. l"t


Aütía Garc[aEspcón Antes..- en un lugar sin ticmpo o en un tiempo sin luga4 mi alma vagabunda encontró la suya y en silencioaceptamosnuestro destino. Un destino de dolor, veteadocleespcranza. Un amor cercadode puñales.Un increíbleinstante ciebclieza.Una bellezaamenazadapor la traicidrn, por la venganzay la muerte. C-omohr belleza. El príncipe que me destinan mis proteclores,sin saberque ellosson los instrumentosdel clestino,es muy hermoso. Más hermosoque yo. Yo no soy hermosa,Alejanclría. Mi madretampocolo era. (Perotodos creían que lo era, tan efectivo fue su sortilegio). No me parezcoa mi madre. Soy el retrato vivo y femenino de Marco Antonio. Recuerdael mentón del generaly su nariz de águila.Evocasu cabelleraindómita y pon esosrasgos bajo un tocado de doncellaromana y tendrás mi verdaderoretrato.No poseola feminidadhechicera de Cleopatray, si tc he de ser sincera,mi talante me asemeiamás a las matronasrle la antigua Repúblicaque a la seductoraIsis viva que fue mi madre. En cambio,un joven dios esel príncipeclemi destino, cleseadopor muchasdamasromanas,tanto por aquellasque se las cian cleligerascomo por las que se han construiclouna fachadade virtud. 14


Quu'ithAkjanrlrín Durantc estosaños él ha aceptacloa algunasy a rcnclirtributo ¿lotras,no rehtts¿ín<losc clcsrlcñatlo en el alt¡r rleVetrtls,pcro guardanrlostt mcjor alicn'lbl to p¡r¿r str pasión vcrdaclcra:el cotrocimicnto cntcrofttcraun libro cscritoen pn'.,,aq.,,,cl ,nt¡nclc, y t-ompretrcler un lorgiraicqut':solamentcól pue<1e Esun y sclrpresas a ól rcselwaclelicias quc solametrtc fikisofc¡nrt:ticloctr cl c:ucrpobellísimode Alt:ibíachs' y bruñido arqucrocotr ojos tlc noEst¡r.tcsLaluario ficra dc mancraspachc intcns.l.Es trrla csplónclicl¿r como sacriftcio tlepositaclo Ils un sr.tfiimietr[c¡ tricrias. cn cl altar<lcIasmaravillastlcl munclo Una sensual cn los sercnosplicgucsde la notlrc afiic.l¡ract.tvtlclta toSar0m¿n¡.. . qlle clsk)ycnamolmaginoqut' sonrícsy pieLrsas 1,,,,a. Quc el r-riñoAmor f'raobnr'rbilara,lu.,rm,rr.,t.'n v qtle lnc empcñoen acarrc¿rsobrc ctotlis sttLrtitios tor-laslas pcrliccioncsdcl la figtrratlc mi pronrcticJo orbc. No trsasí. Yo lo amo. Pcrono eslol' tlnamoracla' P¡ra cstarcll;tlnoratlolray qr're serjovt'n' o tcncr y allnqtlc lroy cumploc¡torct:años joven d r:spír'itr'r, na. s())'un¿atrci¿ l'.ncatorccañoshc viviclovariasviclasporquehtl tr.rrsit¿rdoptlr nrttcllasnlLlcrtcs'Uu c¿ltttcriocrucl clclasombrop¡ra pcrml<lttcmoen mí la posibiliclad cl cnamolirmc sobreviviry ctn'cnti crr rni espíritr'r paclo' t¡stlt:t¡t'tltc cl el flirteo dcsprerlc-tt r¡mitnto i¡.1tlo

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Mría GarciaEsPrón 'l'e

lo iré contando toclo Pocoa Poco. Amoneáandr¡los recuerdos,aunque duelan'de tal manera que los escuchesderramarsesobre la mesa infinitade la memoria...como monedasque quisieran comprarun poco de olvido y un Poco clesosicgo y un mucho de esperanzaen el poruenir' y traicioncs' Cuando leascstascadasde clesgracias cJereyes niños asesinadosy dioses rotos, de Amor acodado en las vcntanasde la Muerte ", ten presente, Aleiandría,que alrnque comenzarépor el principio, te escribodesdecl final' Un final clolorosamentcfeliz o felizmentedoloroso. Un final que tambiónes un principio,porque es una boda. La tlc luba, el último rcy de ios númidas' y Selene' la úrltimaCleopatra. ,r

De la boda, Alejandría,te contarémás tarde' Para hablarte de mis esponsalesclebo serenarme y reflexionar...Son tantascosasque han sucedido' ianto ir y venir cle matronas apresuradas,las lágrimas contenidas cle Oclavia, la sonrisa fiía de Augusto,la máscarainclescifrableclelrostro de Livia' cl ielo azafranaclosobremi cabezay el ritLraldel rapto (puesluba y yo nos casamosa la romanaantigua) ' qu. no ha habic'loen mi menteespaciopara decirme a mí misma qlle en este instante soy la csposade 16


Qrroida;llrjoridrir rluicn lircra mim;rrlojovcn clela st¡ticrl¡rl roman¿ y rey rlc Nlatrritania. t:n cl prcsr:ntt', clc uarlar lraciacl pa[\rr ¿lror¡, lcrtg,oncccsiclatl s¡rlo t'omo si cl licmpo fitcrir trn ¡rl,Ít:iciocstatrr¡tte tle Iolo y tlu:irtec¡ttcmi prinrer rlorrrlcsc a[rrcnflor"t's violrras rtlt¡crtkr hrvo st' r'llvuclvt't'tl las llanralittlas rkr un cttpúst ulo t'lr los jardintrstJt'lpalacio tlc mi nratlrc. Nli hcrmano ). )'() tcníalnostrcs ¿ritosy, trscoltatlos clr tlcslipor nucslraslriljt'r¡s,rl.rscmpc(ljniíbanros tlc ojos dc los pavos z,rrnosbajo l¡s rrrl¡s st:tnlrratl¡s rt'aIt's. t'unur-o,tl¡lLr¡pcrlttctiosgrilosagttI]¡silio,nr.rcslro co¡r stl actltlt<lprolt't'ktralit lcliclos1,sobrc¡ras¿[r¡ virlarl,ya rlt ¡lu sí sobrt'attt¡arl¡,tk: las niircrasqtlt' t-tt t'llasctt,tlqtti<:r [r'rlí¿n vcr casligatlos(]vcramcrrlc a los Jrt'qttcños ¿ccirlcnlt'quc sobrt'vitriet"a 1trírrci¡rt's confl¡rIos ¿ sr.¡t:r-rirl¡rlo. a tttt(rstro En Roma aprcrttlimos il rto mttt(tiott¿tr crrrrrco.Trrt'r¡rlira[rlcnrt'irtc ¡lirra lrosolros,¡ l ttotl bril rrlt: risas,trrr¡rt si htlkr qrlovocrí lrarl os ulr c¿tscabt'l (1)lrl,r(]() cra ttn [rut'tlt'lrislc.[:rr l\lcjarttlr'í;t [ri11r¡nros cor.núnlir ¡rrcscnciatlt' t'soscscl¡r'osrlttc, priva<los cn la rl,ís lict'n¡ inl¿¡rci¡tlt' str st'xrr,sc ('ottv('rlí¿ll c n l o s r ¡ , í s f i c l c sg t r a r t l i a r r trsl c k r s r r i ñ o s1 ' r l c l a s r k r n r r l l ¿ sl.- ¿ h i s t o r i ¡r l c k r s ' l i r l o t l c o sp o r l í al r a b l a r sgutlos r l c n ¡ , í sr k ' L n r( ' u n u ( ( )q t r c ( ' o l l s t t st t t t t s c j o a v cr ¡rt'ritrcnlatlos cr¿ cl vcrtl¡tlcro potlcr rlt'triis<lcl o clc l¡ rcirr¡ cn tt¡rrr{).I-oslrt¡bo lricirkrs1' n.r{)n(rr(¡ rlt'sLrput'lrkrrt los hLttrolúciclos1' pcrvcr,llni)n1('s 17


,üIaríaGarcía Esperón sos. Diríase que la energíaque los sereshumanos destinanal Amor es desviaclaen los eunucos hacia las intrigas de la política. Como el famoso potino, que conspiró contra mi madre, CleopatraSéptima,a favor de los hermanosde esta,-lolomeoy Arsinoe,y por esacausafue asesinadopor orden de César. Peroeseno era el casode Basilio. Él habfa sido bendecidopor los clioscscon Lrnta_ lante afectivoorientado a la esferafamiliar.Su cievo_ ciórr llegabaa tal punto que sehubiera dejadomatar por nosotros sin dejar de sonreír y recomendarnos que bebiéramosnuestraleche. I-o que finalmenteocurrió. _. Perono dejarépor ahora que la nube de Ia muer_ te ensombrezcaesosminutos de oro y violeta en el palacio de Cieopatra,en el que rodábamos sob¡e la hierba y percibíamosel sol ponientea travésclelplu_ maje de los pavos realesy cuando, niños al fin, sin lenguajetodavía para devanar las memorias que en esosmomentos tejíamos,aguardábamossin saberlo la llegodade nuesfroparlre. Que era todo un acontecimiento,pues no lo co_ nocíamos. No había atestiguadonuestra llegacJaal muncio ni nos había levantadoen brazospara reconocernos y hacernosgenuinosa la manera romana, ni.nos había hecho r:eírensayandopuerilesmuecascon sll rostro de soldado,ni había clejadoque con nuestras manos de bebéstiráramos de sus negrosrizos como k¡ habíamoshecho con la peluca cieBasilio. 1B


Quu'itlaAkinür{t Naciarlc eso habíaocttrriclo,porqrtccttandoatin matlre,la rt'itraclc crrcl vicntrcdc t-tttcstra est¿íbamos cotr romallos espttnsalcs Egipkr,ól había contraír-lc) lrcrmana<lcstt rtlmano clam¡ romall¿1, una virh¡os¿r tlna paz romana parag¿ralrllzar enemigo, É1,Mar<nAntonit¡,enamoradode la reinaC-lcopatra ric Egipto,habíaaccerlidoa casarsecon l¿ noble Octavi¿,hct"m¿nadc quicn fucra dcsignadopor el como su hereclero: grarrlulio Cósarcn stl lest¿lmento Oclavir¡. Otlavio, cl r<t¡nanoquc tcnía la mira pttestaen Egiptoy qLresclrabíajuradoexterminara la rcina,a la que llamaba"serpienlcclclNilo" y a su clescenclencia a (lesarión 1)rincipalmcntc lrttcslrohermano mayor,Ilamadomás Clesaricjll, Clésar. correctamcnte'lt¡lomeo El hijo clcIulio Cós¿ry la reina(-leopatra' hereclercr Suverclaclero El únicnhijo dc Julir¡César. dcl I {aclo antelos ojos implacables Aunque el gran patriciono hr'¡bieramencionaclo en su testamcll[o, al hijo de st¡stror:hesalejandrinas 'l'emplo en Roma'y que fireclelasVestales al cor-rfiatio ra leíclopor mi padreMarco Antonio anteel pueblo romar"loenardecirlo,a la vista ciel cad¿ívercle Césat apuñalacioveintitrésvecespor un grtlpo de romanos y sc vivieron¡lscslrlos' qrrcsc soñatrrnp,rlriolas porquesóPor sttpttcstoque cstono lo sabíamos, lamenteteníamostrcs años cuando vimos llegara nuestra maclrc,racliante,vestidacon una túnica he19


I4aría GarcíaEspnón cha de hilos de oro, del brazo de un sonrientegeneral romano, cuyas pisadasasustarona los pavos realesy que ríendo se arrojó sobre la hierba dorada del atardecerpara revolcarsecon nosotros como un león con sus cachorros,y hacernoscosquillasy ha_ blarnos en un idioma que no comprendíamosto_ clavíay levantarnosen brazos para hacernossenli4 ahora sí príncipesherederosdel mundo. -iNi siquieraBasiliolos ha mimado tantol _dijo riendo mi madre y su sonrisailuminó aún más, si eso era posible,su celebradabelleza. Basilio se había apartado de la escenaconmove_ dora, sintiendo que la llegadade esepaclreexultante iba a robarlea "sus'niños. -iCleopatraSelene!-me dijo Marco Antonio clibu_ ianclo mis faccionescon su gruesociecloíncliceacostumbrado a manclar a los cjércitosde Roma.iCleo_ patral iSerásla gloria de tu padre!iya brillas como la luna de Alejandría,sin menciona¡porque es obvio, que los dioseste bendijeroncon mi mentón romano! iAlejandroHelios!ile parecesa iu madre!ila misma nariz de los lblomeosl Serásun Sol de Macecloniay Roma cuando te ponga fu primera corazacleguerre_ ro. Pero,itomal Si soisgcmelos...Zpor qué soistan clistintos? Basilio,que había pasadolar¡;ashoras de estuclio en la Bibliotecay era su fascinaciórrel escrutinio de la Naturaleza,seanimó a aproximarseal generalpara explicarleque los gemelospueden parecersco no, si son univitelinos o bivjtclinos porque.. . 20


Akjandría QurritlLt cl -iPor Bacol -lo intcrrumpió <lespcctivamente hnptrtlor-.rMrmos tr aburrirnosor estcpalaciocon ison Scleney t{clios!iLa I-una insttlsasrliscrtaciones? y el Soll Si lo sabréyo, quc adcmásclecngendrarlos t-n una soltcran¿,lcs tli nombrescomo no extsten cn cl mundo.T-osnombrescledeicladcsgcmclassttscn cl {irmamcntoque separeccny dificren' pcn<lirlas p,-,',,q.,.,,cn txiuncli<in,altlmbranla glorlode Marco Arrtt¡nioy rle la rcúra de Egipto l)d Diónisosy Clcopatra? Afiodita,l.te¿rcrtcrcl¿rs, Ntlcstropadt'c,cn csosÍnomcntosmáslocltrz que quc parecíaguardarsus palabrasPara csla reir-ra, criirirlas.i-, pi.,l.u clecterniclarly no erl la tela clel vicnto, le tlirigía trna miraclaque prctendíarcvivir la compliciclarlcle stts amorcs,qttc fueron lcytrrda ,.nr.,nl y valicntcen un¿rciur.ladvaliente y sensual fbrjarloradttleycntlas,haslaverseinterrumpitlospor y sr-rbodtr rom¿lna' la particla 'Marco clclIntpcralor con el clir¡s Anloniogustabade compararse gricgo cltrla cmbriaguezy los cxccsos,cl coronado ii" pi,llpon"t Djcinisos.Cleopatra,por convicción' ,l.,riinny en esoslcjanosdíasiucgo,erala pcrsorifitic Isis,la Afiodita de Egipto,la scnsualdiosa cac:i<ín clclamor qttc es al rnismoticmpola protcctoramadre del infantcllorurs mitologí4. l)cmasiad¿ Más tar<lepagaríancl costo de haber pretenciiclocncarn¿rrlos mitos pues, como enscñanlos filósofcrscsloic:oscn cl Museo, la muerte clísi¡e]ve los átr¡mostlel alma y los dioses,alrnqlle existen' 21


,\[aríaGarcíaEspuút muestranuna félicidaclicleal qrre no pueclcscr imi_ tada. _,^ltl :TO::q:,

en esejarclínde la rarcle tlor¿rcla,

Di¡j_ n:l::: Selene eran esftemececloramenre llllj: 1i'tsu fblicidacl ¡ poseía Ia 1.,.r."r.y trémula rleun rayo.t" luz o ,t.l""r,,."1.;;-l;;;.;,; d.;;;;J** il.ll

posa. Fclicidadhecha en el tie mPo y, por Io tanto, efi_ mera. _..j'1*".0 cue¡do.

sí pcro pcrsistentc, Alcjanclría,cn tu re_ *

auun:t,, Deífobo,el precrpkrr griegoque nos clabtr ,.,claseen la casade Octavi,

ram oscre -.*o riu.i..,o:;nff :::'.ffii:::,::: prendióvisiblemente

al co á-n"ri", ."^;; HH::":i;::;:':iHT. memona. -lornaron

leccioncs

-habíacrichoMart-cro,cr .Jr:'rI::.:

de.Alejanctría

.,,-yji:.,i1.":-#;::lllil"j""lil,'.'J,11,,i,,, i.:,Í,;:;i; ; ::;ff:"':liH. ----J.1#::17 ¡ v'I',ur¡!, ::t"" quc-enél veíaal herederc, cleAr_rgusüotec-rsleteaños niño eternr

-Mi ma<Jre _terció dir:e 1 los niños en Atejanctría ."b". :l:T:]an'4ayor-,que m¿lsque los scnaclorcscle R.ma. Ank.¡ni.r,rnás parecitla I mi propi. her-

ma^o,rrabía nacidoun.oJil_q'.t , clespuós rlenosoll.os,

los

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<lcMarco gcmclos.Era nttcstr¿mcrliahermatra'l'rija Antolrio )' tlc la noblc Oct¿lvta liencn¿rsu dis-Lo ciertocs qtlt: ltls alcjanclrinos -dijo JtrlioAtrtrtposit:iírnlos liblos rle ['r l]ibliotcca nio. cuandollegamos Iulio Anlonio teníacatorceaños <lemte-slro a Roma Alt'jarrrlroI lcliosy yo Era hijo. y tle la gran -y tt:rrible,scgúnmucüos-.Fr"rlvia' ¡rticlt-e atrte iu l't,,r.onr, mayor, Antilo, había sucr-rmbido cleAIe.'rpu,lo,,c,tu,..,, crr lasjorlraclassarrgrierrtas st'ltttlr'r tt'm'I i , ' r r , l ¡ ' 1 l, rt r. l i , , A n l o l l i ' r e t ' t ' t l t g t ' ) ' l t t n i ' l ' t ' l d c ,l i l r e t i l t s e , , , , a t t r , 'pl , r r l l r '1 ' l 1 { }v ( ' i ' l l ' l o p ' r t ' l c ( ) t l ' r v i ' ly ( l ' l r l l e n r l a , l t ' l , r g c r t l i ll ( ' r t ' I ( i r r c ' lt u l c l ' l

suclt¿a stts imptrlsosclejoven Diírnisos' -Y los mcjorcs m¿cstros' sitr of'entlcr a nllclstro ttrtkrra' etrc¿ln preccl)tor-dijo Jtrlia(lol1tllril sonrisa dt: Octavio y stt Jtrlia ttlrril r ltcz años y cra hija (lc Escriboni¿'Si las [¿tlcic¡res stt ¡lrimtrraespt>sa, l¡t: ,lr..,rn,t provcrbialmcntclinas' l¿s sr'ly¿sParcclall 'lbtlos nrttñct:¿ts' firriatlas por un clivino tlscultot clt: a Roma comlenaru triña,al creccr'tcnclrí¿'r qr.,,', ,la,,íu,', rlo tlc stl mallo, como una ficra renclida' -ilis cicrto cltrc Alci¿n(lro Magno dornría con la -prcgtrntó Antoni¡ la IlÍrrln tlt:bajo tlc l¡ ¡tnrohacla? dc haccr prc]\.'lcno¡cltretelríast'is¡lios,v no t:es¿ba gunt¡s. srts ¡rroOt:tavi¡ h¿rbí¡ rr:utrirlo bajo su tt't-ho a y a los hijos qltc grioshijos,a la hija rlc stl lrcrmano largct tlc str virltr l\'larco Arrtonio ll¡bía lerritlo a lo prriximo y cxubcralrlt'. Ill rcsull¿<loer¡ Lln g,rtlPO


María GucíaEsPrÚrr de nostálgiclos distante a la vez, una combinación tlp'tdos'rlt' r .l sil.n, i.,.o. r'on hullitiostrsy tcspreot corrhii.s dc vencirlosull mun .1.venccclorcs í-.t¡i.,. dc un maestro dá en miniatura tomanclo lecciones uricqocn un i,rrrlin[ulTl¡ll-lo ""li,,'u.., .irnn .l gran Aleianrlrohubit'rapodrtlo de LIoconciliar el sueño coi los rollos tlel Poema -clijo Marcelo' guiñánciomee1 -... ü"1. su cabcza parte clesu prooir-. ft"g" para mí quc eso formó pagancla. ' "El el control de rrrecepto,hubiera qucrido tomar por el.r.onotimienapabtrllatlo l,r .lnr., per,-,est,rb'r dcl poemactc ttr que mi hcrm¡tto y yo teníamos peclagógicos Llomcro. Murmuró que los métodos prestÍgio'no alejanclrinos,a pesar rle su reconociclo Pcroya los más recomendables,-,a.aru.¡u,.rtcnte ".or-, i.-.¿" yo la palabrtrpara responcleral gcntil f-t"f-,á ' '-¡;.; Marcelo. fr'rndadorde mi ciudad'la el gran Aleianclro' Su hóroe' AquiIlí¿rdaera algo más que unos rolios imitarlo cn lodo' ler, fu. .l *á,i.lo de su vicla Quiso su¡crarl'r, Y lo logrti' Qtriso * -me -jt p"t qué tu ciuctadsc llama Alejanclría? preg,rntóAnlonia la Menor' li'crr Alejanclro,tonta -respondió Antonia la Marlinrlolt'un co'l'tzo yor ' , : la r^ clase ^r-..Lo M.nor" se echó a llorar y abanclonó stl pena y en busca dc Oclavia, para que consolase coclo (1est ¿rliviaseel pórficlo morete que el afilaclo hermana l. habfo dciacloen el costado' 24


;'llLjrrlrdril Qrrcridrl stgr-tllcílirbo ctrviti la mir¿rtia¡l cit'lo pcnsatrtlo c<lalamcrrlc qr.tct'l llti'totlo pt'rlagogitr clc ¡.lrczt:lar cl pcor tlcs tatr rlispart's('tr tllra lristna lc('cióI1cra r I c l , r rl ,' s . lrlLa sombr¡ tlc l\lciarltlro,ittvot:arl'¡P()r tlll()s sLlcii()'v sLls ños hcrt'tlt'rtlsctl algtlrramctlitl¡ rlc stl tltlrl t'lr cscriar<líttrotrlano qtttrlri {rt't-trola rr(('i()n('s, mt'trlc tlcl jovcn v sc apost:lrlcictr tllr rilr(ilr rlc I¡ imit¡r, t¡mbi('rr'al elt'rnamclltt: qr.rt'rlr.rcría Ñ'lnr,,,'i,,, ill\

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{ r ' t t l r rl l l i l ' ' r ,l l . , \ 1 i, , r r r ' l t i l ('otlo l\1¡rtrrAlrlotrioqttt sc soirtirtly rlc Orietllc qttc v cn ltrs c¡llcs rlt'sliltial¡viatlo cotr la pttrpLtra a stt tlcspcrltrtrclo ¡r'¡riti¡ l¡ pit'l rlc los lrl()lr(!l-('ils' a lro,v t'tltrrltltiónrlol¡r contat'{ol¡ rlivin¿llr-raic'slatl t t r r s l t j , t r l s t l l t n r ' l , l l ¡s ¡ ' r r r i . l s " s

lros st'lr[rr cl iitrtlúrrlt'( )r t¡via' lli hcrtl¡lro )/ yo mi('lllras¡stllnbr¿ib¡táb¡rlos t'tl b¡tltrls rl<'tn¿clt'ra to rltl pocnrosal pt'ctrlrtt)f( ()11lltl('strotrrtltlt:ill icll t¡r¡ tlc I k rnrcrrI Itt'r.o¿qttt'll¡nr¡ñ¡tr¿,Alcjanrlría ' lros st-lrtaAclttcllarr,lñanaAlcialltlroTIcliosy )¡() rt:,vcs' r¡,rs t'n lrrttltlstlc tlrtl V fititl.lost'tlr<lll¡cltls 'li'¡rí¡tnos sit'lt'a ños clcl sictrrlot'l Sol 1'la l'tllla' la .;rlcgría. St'g,Ltíanros lrtlcslros pnlu,,i,,1'cl rcgtttiio rlc la citttl¿rl.Y ¡clcm;ís' mctror'al qttc tl¡rlo tlll hcrl11¡ll() ¡rn,lrar,t,,:;lr¿lllí¿ll pusicroncl tronrllrctlc lirlonlco Filatlclfo st' lr¿bí¡n atlscttlaclopor I-¡ rcilr¡ v cl lrtt¡crrtlor Nl¿rc:oAlrmcscsc{llcst't:otlvirtit'roll'ctr cl t:¡so <ltl )'t


.MnríaGarcía Esperón tonro,en añosy, como ya teníamosecladde comprender, nos explicaronque estabaempeñadoen una campafra gloriosa contra varios pueblos enemigos, principalmentecontra los partos. Partia era tradicionalmenteun país rebelde que querían sojuzgado tanto lc¡s romanos como los de Antioquíay los egipcios. Basilionos dijo quc esacampañamilitar la h¿bían diseñadoconjuntamenteClcopatray Antonio duranl e q u p e r m d n e n cei ar rA r r l i o q u r , t . -fambién nos contó una anécdota cle esos clías: se hallaba Marco Antonio pescandoÍrliz y relajado a la orilla del mar cuancio íue sorprencliclopor la reina,quien mandó a un buzo audazque,sin que el generalse diera cuenta,pnsieraen el extrcmo cle su anzueloun arenquesalado,como los que verrdenen el mercaclo,y tirara cleél lcvemente. De modo quc Marco Antonir¡ sacó riel mar un pez saladopor un pescadero y fue saludaclo por las risasde Cleopatra, quien le dijo: -Mi señor,deja que seamoslos habitanlesclc las 'l-úr marismasquienesnos cleciiquemos a la pesca_ hazlo solamentepor placer,clespuésde que hayas conquistadopaísese imperros. A Alejandro Fleliosel cuento cle Basiliole hacía reír.A mí me proclucíasentimientoscxtraños,como si me doliera la burla que había hecho Cleopatrade mi paclre.Como si cn un sucesotan trivial se rcvelara que ella era la fuerte,la reina,y Antonio, cl niño grandc al que conveníaregañarclevez en cuanck¡. 26


Qrl riila rllcfrlrrdrit [1'ro ltr it]c¿rrlc h¿ccrnos reycs file tlc l\4arco Ankrnio. N4i martre Ia sct'tllrrki,prltrsatrrlos(lgllr'lmclrtcqLt(l la itlco <k'prcscnt,lr¡ tod¡ Llna f¿lmiliacorotra<l¡t-tr (Jricr¡lc t'ir¡ltraría a la po<lcrclsaRt¡nta ctr sr'¡snr¿is prolLtrrlost imitttrtos. Ur tlt'sfilc,ttna t:ct-cmonia,es algo cliscñadopara quc los otros [(: vci]ll. (-uatrclot't-t:stú nrisma la protagonisla,picrdr:sla riimcnsirin clc la mirada para solamct.ttcimagirrar crimo tc mir¿s o uitlo los tlcm¿ístc miran Yo nriró a krs tlcmás, Pcro llo me nriró a mí misma sitlo lrasta ahora qr.te¡tersigo rtr:uerc-lospara hacerlos pender 11etus ortjas conro pcrlas clc oricntc ilrmatlr¡ladrl' l)rin¡crc mirí'a nri nratlrc,Ck:c¡ratra,alaviada c(nl de la t]iosa Isis,a quien las insigniasjncon[i¡n<liblcs gustaba <lc clrcarnall l-a ttinit:a blanca borlacla cn cn clr¡sliriclsy, cln stl ()f(),l() (l)rona solar cnm¿lrtlacla mano, el símbolo qtlc cs la llavc clc la virla Scntarla cn su ¡lt() lrolltl <lt: ()ro, cra la imagen tle t:uanlo clivino puctlc tcner la maicstacl.iRtrinadc Reyr:s!'la g'arproclatnri cl Itttpr'rrtlor 1' la at:lamaron milcs clc trazatla por gantas. Una sotrrisa [iLra,inclesc:ifrat-rle, ios pincclcs tlc mclantrlía con los que cl Ilackr errticnrlc la bcllcza,sc rlibuir'ren el rostrc¡dc Clcopalra Isis. Dcsptrtlsmiró ¿inri paclrc,ivlarco Anlolrio, scnt¿lckr junto ¿rl¡ rcilr.r ('n tln trono igualmenteclew¿rclo N{ir'óst¡ coraza tlt- or() y stl cabczaaltiva y sLl solll'lsa quc trotrqttislab¡Ias voluntadcs y qttc:grarrjcaba

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I[aría GarcíaEspctín amrgosy amores.Escuchésu voz cle metal sono_ ro, repattiencloterritorios como si cl mtrndo fucra su propio cuerpo,ccdienclr¡ tierrasy pucblospor cil conquistaclosy ctriclánclose cJepreserrtarse .o,n., fo* raón o como rey. Ccínsul,sí. lntprtttor, sí. Atttocrutor vestidr¡clcpúrpura,soñacürrrle sí mismo en un suc_ ño sin límites,en el que su perfil tomabalos rasgos de Alejandro de Maceclonia,cleI lércules y cleDicxi_ sos cc¡ronadodc pámpanos. Y miré a mi lrcrmano mayot a César.lolomeo, qtrt'lt-rsalr.j,rndr.irros y |.)s rom,lno\ y el or.bclorlo I l , t m d l ) d nC e s , l r i r i nr,' l p c q ¡ t . ñ ,r ( i r s , r r . . .-.l c n í ¿ t i l f' r c c

añosy erala viva cslampac.lesr,rpaclrejulio. Losale_ jandrinoslo sabíany por esolo amaban. I_osroma_ nos.lo sabíany por esoqucrí;rnmalarlo.Porquer er;r el hijo clelmás grancleclc los romanosy de ia más poclcrostr dc las rcinasorient¿les. IrorqueMarco An_ tonio lo proclamírReyde Reyesy porquesu imagcn era la cle un esbeltoijorus ascencjicnclo al reinirlcr dcl muncloal lado ciela mac.lre Isis,bajo esaestr.ella invisibley pesaclaque era cl alma clelgran Julio. Miré a mi gcmclo,Alejanclrof Ielios,-a taviado con _ el atuendoclelos reyesmedas,con un suntuoso h.aje de tela bordaclay la alta tiara rematada.,r,., plr',rná, clepavo rcal,susojoscloraclos enccncliclos ,¡,,i los lu_ (c\ (lc su propiamagnifir.cnci¡, ct.renlon¡osr) y s(,fi(), pcnsancloquizás que hubiera prcféridolr"rti. .,nu corazaiguala la clenuestropacire.Reycle Armenia. Rcy_cleMeclia.Rcy cie partia.La geogralíaorien{al se tendíasobrelos eslrcchoshombios dc mi hermano, 28


Altjandrít Quu'ida que imaginabasoldaclosclejuguetey gatosvivaratüos para distracrcl tcdio de la ceremonia. -lblomeo Y miró a mi hcrmanomenor,el pequcño l]iladelfo, bebéclcdos añoscn brazosde su aya.Rcy maccdonioen miniatura,envueltoen una diminuta clámiclepúrpr.rra,cnvueltoslos pies en botas y su cabezaenfunclaclacn cl ¿1orrorcal. A esetierno enlechelo proclamabaMarco voltorioque tlemarrrlaba Antonio rey de Siria,de Fcniciay de Cilicia. Yo no mc miró y por miís que busco cn el túnel de los recuerdc¡sno lo¿¡roencontrar la tcla de mi las perlas vcstido,el oro o la palmaclcmis sanclalias, o las cucnt¿rs dc vidrio que pu<licronhabcr [renzadr¡cn mis cabellos.Si cicrrc¡los ojos y trato de invocaresa mañ¿lnacn cl Gimnasiode Alejarrdría, las mcmori¿rspoclcrosascle mis gcntcsse yergLlerl que portaantc mí con los trajesy las expresioncs ban. Irero cuanclotrato clc cnfbcar el recuerclohacia ChopatraSclcnc,tan sólo aparecccl color blancoy 'I'al vcz era blanco mi vcstil¡n deslumbrantevacío. clo,como cl rlc mi maclreque era Isis.lal vcz tenía pLlcsta una coronadc oro quc me proclamabareina como dijo Marco Antonio con rle Libiay Cirenaica, su voz inolviclal¡le. Aquí Alejandría,internrmpo esttrcarta,porque las lágrim;rsme ahogany el dokrr sc ha cnroscado por sorpresar:n la punta dc mi cálamoimpidiéndomc lr¿zarlas lctras.Porquchc mirado hat:iaatrásy y bcllos;r mis paclrcsy a mis lrc vistr¡ espléncliclos 29


María GarcíaEsptrón hcrmanos, sentacbssobre trol-los de oro y ciñenclo coronas.Vi sonreír a L-leopatray exultar cle orgullo a Marco Antonio. Corrtempléel ¿rlmade Julio César asomadaa los ojosclcmi hermanomayor.Me reflejé en los sueñoscloradoscleAlejandro llclios y sostuve contra mi pccho a lblomeo, el pcqueño maceclor.lio. Lloro sobre el papiro, Alejanclría,y hago ilegible la despedida, porc¡uesobreesamañanade los tronos de oro, sobre esclsniños, csc adolescente,esa reina y eseesplénclido Impratorpasó el alientoinexorable de la muerte,respetandosolamente-Zparaqué?-a la dueña de estamano quc te escribe,tu hija, Clrcpatra Selene.

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tcrotlcspr.rés tlc nL¡cstra P,,,'t, ti",.,.,p,, nacitin,Alcjarrrlrí¿, ht¡lrour¡ab¿talla. l.a nriís r-nrcl clt' totlas.I-a miis t:orta.l.a r¡uccanrbirícl cursorle I¡ Iiisloria. Fucun¡rl¡¡lall;rn¿val. c¡rmur:hosscntiRom¿r:orrtraEgipkr,qr.rr: dos ora Rom¿t:r¡ntraRoma.Iirctrtca lascost¿s clc (]rcci¡, cn un sitio ctryo nombrc se t¡nvirticicn sinónimode latalklad. A('trum. a Od¿ivi¿1, i\4¡rco Antolriohabíarcpucliatlo su cspos¡r()trrani], y, cn la rctl tlc hilos políesoequitirrrsen la quc esla[r;rn alr.tparkrs,


t\IaríaGarcíaEsptrón

.\

valía a una declaracióncic 6uerra contril sr¡ poclero_ so cuñaclo:Octavio, el herederorle Julio Cósar. Estc aprestóla guerra y Marco Anionio, acompañarlo clc la reina Cleopatra, comenzóa plancarsusestrategias clebatalla. Los niños nos quedamosen el margen ctela IJisloria, en los jarclinescicAlejanclría, en nuestraslec_ cic¡nescotidianasen las que aprenclíamosa rccitar a Homero, en la lerrazaclesclcla que, parar_los clepun* tillas sobrelos bancosclemármol,po,,líum.rs avistu. el Faro,esa Maravilla. Ahí me acodabadurante horas esperanclover las d:l regresode los galeonescle Cleopatra.Alc* :d".r jandro llelios jugabaa mi lacloy lograba strspcncler las cavilacionescn torno a la batailá ql.re,. i'ibrubu lejos de nosotros y seentregabaa la peisecución go_ zosa de un gato o a la construcciónrlc una paql,aiio galeracon pedazosde maclcraque habían sic,lo ialla_ dos a propósilopor el indush.iosoBasiljo. Yo no podía dejtrr de pensaren mis paclres,sobrc todo Marco Antonio,que cn ,u .alicla.lrle Inrpc 11 rafordebíacslar más expuestoa los proyectilcs clel enemi¡;oquc la reina.Aunque Cleopatrano durlaría cn vestir la cr¡razacleguerrcray cl cascoazul dc los [araorrt.s-gerreralcs egipcios. -Basilio,Zquéocurriría si los romanosganaranla , batalla?-le pre.gtrntécuanclolos sentjmicnt'osaprcn_ rir:r..r.. me salierondcl pechr_r como urla pu.rruclucl. pajarilkrsasustados.


QurridaAltjnrdrío -Esono ocurrir¿í, -mc contcstó-.I-osclioprincresa scsprotcgena Egiplo. -Pcrolr¡sromanosson muy buenossolclarlos -clijo Alejanclrollelios-. Mi paclreme ha conlado que vivcn para la gut:rra. -Enlonccs,poclcliscstartranqr"rilos, pues cl cjérc'ito rieMarco Antor.riosecomponeclevalientesromanos y no mcnosvalicntcsalejandrinos. -Pcro -insislí-, tlqué pasaríacolr rrosotrc¡s si los romanosganan?zSi C)ctavioCésarvence a Marco Anlonio? Basiliogrrardóurr largo sik:rrcio,c¡uepercibísurcado por cl vuclciclclas negrasavesdel presentimiento. -T-oque ocurre con los reyesvencirios,Cleopatra Selene. Sabjcncloquc Rasiliono diría más,mc rcfugióen la contcrnplaciirnclclmar,fijanclolos ojos cn el puerio clelbuerrregreso,Eunostos,el que atrríael corazón dc Alcjanclríaa los b¿ircosquc llegabanguiadospor cl Faro. Yo sabíaqué lespasabaa lt.rsre1'es vencidos,pues el mismo Ilasiliomc había narrado urra leccióncle l-ristoria. Cuanclo[ileopatraSéptimarccuperdr su trono,hubo rlc lnchar apoyacjapor ]ulio César,en contra de sus ho"rnanosArsinoey lblomeo. Este,que era un rriño,murió en cl lranscursode una balalla,tal vez l'ruycnclo.Arsinoefue capturaday exhibidaen Roma como tofco, cn cl ckrsfiletriunfal cn cl que Julio &lsar

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María GarcíaEsputiu maniféstóanteel puebloromano susvicloriasen las Galiasy en África. C-lcopatraatestiguósu vcrgürenza dcscleun palcoprivilcgiacir¡, en el que como invit¿rcla de Césarasistióa la humillacióncle su propia hermana. Pocoslazosafbcluosc¡s habíaenlrcesoshcrm¿nos 'lblomco r.rr¡cidos clcclifercnte madle y rle mi abuelo, Auletes.Los romanosse horrorizancuanclorevis¿rn la historiatle nuestrafamiliay encucntransuspicaciasy asesinatos. ¿No lrabíaAuletcsejecutadoa su propia hija,a Bcrenice? lNo habíaorden¿do(_leopatra Sóptimaque Arsinoe füera a.justiciada, a pesarde que Julio Césarle ¡rerdon<í la vicla? El aprencliza.jc ile esasmuertcsconstituyó parle de nuestr¿reducación rle príncipes.La clir-rastía T.ágirla, a la que pertenezco, vivió en el poclercomo quien intenta clormir a la orilla de un abismo. Si entre los miembrosclel¿rmismafamiliaestabael puñal pron1o,cl vencno cJispuesto, zquépodía esperarse clelos conquistadorcsextranjeros? -Séqué lesocurrea los reycsvencidos,Ilasilio-dije clespuós de un largo silencio-.I-osque no mlleren son corrverticlos en trofeosy obligadosa desfilarantc cl (ilrro de urr gent'ralvit lorit¡so. -ZAunquescamosniños?-preguntóAlejandro[lclios,abandonandoel armaclorle su ban:ode ju¿¡,rele, con un relámpagode angLlsliaen sus ojos clorados qr.reno he olvicladoy nunca olviclaré. llasilio g,rardcisilencioy yo rccordéque él mismo merhabía cc¡nt¿rdo que en cl triunfb en qtrc mi lía 36


Quu'idaAkjanrlrít fr.re obliclela vcrgiienza, Arsinocarrastrtilascaclenas gacloa dcsfilar"unniño de cinco años,el príncipe sttiIuba,hijo clcr,rnreyafiicanoque había¡rrclericlo cidarscarrtcsdc entrcgarslt clerrotaa las implacables manos romalli'ls. -Aquí no habrá rcyesvetrcidos. l''ucla voz clcCesariónla qtte intcrrumpióla 1nf;rustapliítica. lo suficientepara c'omprcnrler l labía cs<:uchaclo la itrminencia pcqueñosscntí¿rn que slrs hr:rm¿rnos de la dcrrcta flotar cn el aire y queríaconvencerse ), convtrrcerk¡sclc que esta no se encontrabacn la de Alejandría. posibilidadcs -Vengo dcl Mr,¡scion-dijo al ticmpo etr quc se sent¿rb¿r or el sueloal lado cleAlejandrollelios para ayuclariea armar la pueril galera*.Es consensocnquc Marco Ankrnio tre los sabiosy krs ncgot:iantes lrará hastalo irnposiblep.lr venccra Octavir¡.Va a lograrlo,ticneel apoyo de nr¡estramaclrey Ia lealtad antcquiencsla figuraclcOctaviono <lcsussoldados, inspirala mcnor simpatítr. ibatt dirigiclas Aunqtre las palabrascle C--csariirn lrermanos,fr,riyo más a Basilioqllc a sus perqr-reños l,r rlLrtrc¡litr i. -tCrecsquc cl alrnarle tr-rpatlre,cl gran iulio, protegcrálas galcrastlc Cleopatra? Iesaririnsonriri,animanclola mclancolíahabitual en ttn silcncioquc cra clc st¡ semblanlc.Pcrm¿neció r¡na conccsirina mi prt'gunta. Ilasiliok:rció: 7:7


tMtrríaGarcíaEsperón -JulioCésaramabaa Egipto.Aprcnclióa conocery tuvo un sueño más lo graciasa la reina C-leopatra. grande que su vicla: unir Orientc y Occiclcrrte, Rrtma y Egiplo,en un s¡lo porler jl'ú cres csesueño,Cesarión-le dijc ech;índole los brazosal cuello. -Y esolo sabeOctavioclemasiaclo bicn -scntenció Basilio. Yo amabaa mi merliohcrm.lnocon un cariñotan vivo quc para mí cran irrcomprensiblcs las historias dc odios fraternalesque salpicabannuestraclinastía. Me sorprcnclía por:su esbellczy su allura,susinlensos olos negrosy sus rasgos,lan parecirlosa lclsde C-ósan talladosen la piel con el cincelde la melancolía. Los alejanrJrinos lo queríancomo a su espcranza, se habían acosfu¡mbraclo a mirarlo representacio cn ios relicvescomo el espléndidolJorus junto a la diosa Isisque era Cleopatra. Un dios egipcioque cra ademásel hijo de un generalromano. Del InrprraÍlir por cxcelcncia. Del gran Julio Césan La pequcñagaleraclemaderasurgía clelas manos dc Cesarióny Alejandroflelios. -Solamcntelc falta una vela *scñalómi hcrmancr menot: -Que scauna vela blanca-dije yo. -Para que el vicnto la lieve a Eunostos, el puerto dcl bucn retorno*dijo Cesariónen una voz tan baja quc parecíaun pcnsamiento.

3',¿


QuuitiltAltiantlrít QtrcridaAlcjanclría: anterior,caícn ]a rlucntaclcquc Al rcpasarl¡ t:art¿l hit:c mclrcitilrric lt¡ba a propósitodcl riesfiletrlunf¿l clt:Jt¡lioC('sarsirrintcnt¿rrsiqtrier.rurra rcllcxión cntrc'clquc alrora clccsat¡ot¿blct:oinc:iclcnt:ia ¡<:t'rt:a crstni martclo1' 1'o. Ambos somoshiios dc re1'cstlerrotatlos a dcsfil¡rconrovivicltAmbos fi¡imosobligaclos 1cstrclurs,cttmo vivictrtcsmonLlmclltosa la ht¡miy a l¿ vit torla. llacir'rn yo rro habítrttaEl tkrsfiltit otl t'itrt-o¿ñosct-¡¿rntlo ct(1(). A mí mc lot'ti l¡¡t'crlo cotr <licz,itrnlo a mis herurilnos, lrrt(r l¡ nrir¿rl¿clc Ronr¿ cntcra, bajo r-ttrsol abrasarlory Jtttltatrrlocc)tltln¿ tlistezalatr granrlt' rrrnlo cl tlt'stitrotlc tttr prtt'lllorlurotario, inlposibltl tlt'cargar por tttra triiia. Nlutlros ronl¿tt()scompasivos httll rlir:hcl11r-re 1'cr e<lacl' mi ccrt¿l a clcbi<lo It'rlo, no poclía t'otnprcn< l)cro st' t'tlttivocarot-t.l-o t om¡lrcrltlí,t. l)ltt-tto ¡ror itrlctrs¿rmt-lltt' punkr, lclra ¡ror lctr.r.Y así,Alciarrdrí,l, kr sLrfi-í¿. y cttalttlrlst¡t'crliti' Lo sLrfií¡t¡lcs rlc c¡ttcsttcctlicra l-o sttfro. l)or t'so qttit'ro ('s(rillirlc )' rccr'rrclar' lt¿r¡ cttr¡rlttt' )' ('tlf¡rlc. l)¡r¿ t'ttr¿ra tnis tntlt hos a Clt'trllatra1' N{art:oAlrtotrio' ctrlr¡liltblc's: lllLrcrt()s ¡\ (-csaririll.A AlciarrrlroI lclios,rltrc t'r¡ ¡ni Sol' '¿\ lirkrnrco|rl¡tlcllir. ¿\ llasrlio.A ti, oh rni citrrlad,mi nostalgia,tr¡i f¿lro,l¡i airoratl¡ nraravill,r. )9


MarínGarcíaEsprón Acocladoserr el parapeto de la terraza preferida de Cleopatra,miramos entrar a Eunostoslas galeras de Actium.Losespejosque haprocedentcs e.gipcias, cían del Faro una autorcha viva en pleno clíaparecían reír ante el sortilegioinvocado por Cleopatra. Basiliosonreía-AlejandroHeliosagitabalos brazos y daba voces para llamar la atenciónrle nuestra madre que, allá eir la galcra que había nombrado Antonia,era un diminuto punb de oro. La noclriza hacía subir y bajar en sus brazos al pequeño Tolomeo, mirando alborozada recortarse su figura contra el ciclo azul. Las ¡¡alerascle Cleopatraregresabande la batalla y guirnaldas. de Adium adornaclascon gallarcletes Para la muchedumbrc agolpadaen el puerto, las galerasde Cleopatraregresabanvictoriosas. los romaCésarTolomeo,que llamabanC-esarión nos y los alejandrinos,apretabalas mandíbt¡las Seleneno podía alegrarseni sonreír Clec-rpatra como Basilio. Césarlblomeo sabía. oscurasque ponían Seleneerapresacleintr.riciones mhresohresu corazón. pesadu Cesarirjny yo llo crcímoscn la victoria que nuestra madre planeó proyectar como un espectáculo para los alejandrinos.Peroestabade regreso,y era 1o que a mí me importabaen csosmomentos. No pasó mucho tiempo para qug nos enterásemos de que mi padre no la acompañaba.No venía en su galera.No era pasajerode la ,Anforlin. 40


ir ida ;llt'jarrdr QrrLr tlc la Ilcgatlaclt:la flota,ll Pucrl)otrrsrlirs tlt'splr('s vitorc¡b¿lrla llcgatlarlc to rk'bucn rcr()rlto,tlttict'tcs quc, al vcr la st¡crlc sttllicrcltt krs bart:ost'trgalattatIrs trJr;rrl¿crr cl mar grit'go,l¡ rcitr¡ orrlclrtil¡ rclir¡tla rlt. rlc su flol¡. Roltl¡t¡oslucl-r¡ll¡lrcolllrll rottlrlt.tos b,rrco¿ lrart'o,itrlttrt¡tlbi¡trrlo morlífi'rospl-tx'tr'lilt's cncclrrlirlos,azot¡tttlo las cs¡ralrlasrlc los g,alt:otcs, inccnrli¡ntlo)'t),tla(lc¡ll(l()cl s¿bor sal¿tloclcl ll¡t, fi¡c cl clc l¡ mt¡crlc.I\'lartrrA¡rtotricr qLrcpar(t mLrtlrc.rs a los rlc Rom¿y a krs rk: m,rklcr:í¡¿ rotlrs krs clioscs, r1r.tc lo habíall dcjatlo solo, conk'tlplaba Alcjauclrí4, pur¡rlcjo ctitr.tostls c¡lnar¿rcl¡ssc pasaLratral banrlcl cncnrigo,vcía alt'iarst'sulirrh¡na,stt palria, stl ambicitin,v,¡ror Últirro,su reilr¿.Alrtc sus ojos strrctila el orcr b<llagalcrirt¡ttcllcvabastl trombrc,llcv¿íllrlosc rk'sLt vi¡l¡ <lcrcgrcsoa[ orictrlt:qtre,scgún stls ntlrolrt¡llos,lo h¿bía crlrrtlnrpi<ltr mcros()s<lt'tr¡clorcs h¿stacl lrrtt'so. N4i ma<lrt' llt'gri a su palacio c.trbicrlatlc oro y <'rxorurrl¿clt: llorcs. l)ccrt'tti lrcs tlías tle licsta para cclt'br¡r qut: la lLrta rcgr(ls¡baintact¡. -Qr-rc los r()mittr()slloretr a stts mt¡crltls -mils('Llllcianlc su lrijo mavor,quc la miraba co¡r la liiakla<l rl'l ( ils¿rl in tcligcrrtc aLtnqtre I Ic rlc cscribirlcla vcrdacltoda,Alcianclría, sca tarr tlttloros¡ cn cl rctlttcrtlo: tni m¿drc, en cs(ls lingicla,evitti vcr a sus gcmelos, clíasdc l¿ t:clebrat:irjtr 'lblomeo, rlesno sostuv()crt stls tlrazclsal peqtrcño postraclocn cl picliirairarlaa ll¡silio, qt:t'lc strplic:ci su(lo qttc tr';rrrqtrilizar.rnLlcstroscordzoncsirrl¡rltilcs

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A4aríaGarcíaEslttrúr con su palabrade reina y con su abrazoclc maclre, hizo azotar a la nodriza de mi pequeñohermano porque estese desper:lóllorando a gritos en medic¡ clela noche. Alejandría, cantabasy rcías siguiendo el dictado cletu rcina mientrasnosotros,con cl corazónoprimiclo,buscábamosconsueloen el cielo estrellaclo, en el aroma de una rosa,cn el vuelo de una golondrina. Basilio,el entrañableBasilio,inter-rtaba entretcnernosy nos narraba histr¡riasque no alcanzaban a levarrtarel ánimo tle unos niños cnfermosdc mieclo. Ahora sé,Alcjandría,que si mi madre se alcjó cle nosotros en esostristesdías,fue para {ener el corazón frk¡ y lograr salvarnos.Prürcipalmcntea L-esarión. No porque lo quisieramés -que finalmenteasí cra- sino porque sabíaque,entretodos sus hi.los,él era el objertivode Octavio.Un hijo de la carncy de Ia sangrecleJulio Césarpoclía conmover los cimientos clelmundo y ocupar el lugar natural c-lelsucesordel gran hombre.AunqueJt¡lioCésar,en su testamento, nombró como su herccleroa O<lavio,una dáusula sigilosacomo una scrpientecontcmplabaa "un hijo -lbda gue pudieranaccr clemli Roma sabíaque csc hijo era Cesarión.Quc su maclrcera una rcina.Y que cl recuerdoensangrcntado del gran lulio era una liaga abicrtasobrelas colinasromanas. Cleopatraclesplegolc.rsmapasque lc habían confeccionadolos mós doctos geógrafosdel Museion,

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Quu'itlaAkjmdria no pcrr0clisponura krs cjórcitosen bat¿ll¿,como había hu:ho v¿riasvccesen stt vicl¿,sino para errcontrar Lrnrirxrln en el mttndrt cloudcponer a salvo a sushijos. l)rimcro(-csari<in. ( r:sarirínprimcro. -A la lrrclia-qr.riziÍpensó la reina- sigtriendola tlisimulatlopor el polvo tle rut¿ rlcl gran Alcjar-rrlro, ctrcrlmáslcjatrorr:inodotrderrtl pttccla las c¿lravarras, ¿lcanzarlocsc pórfirlorom¿rno,clonrlela cstrtlla <lt: su pctfio para lrat:crlccumplir s<¡bre Julioclcscrcntl¡ rcy Li'sarión,rr:yclercycs.Ciesarión, su cab¿l<lestino. rlcl mt¡rrrlo.(lcs¡ritín Bicorlre,como Aleianclro,cot:or-lel crccicnlcquc ftrn<lcOricnte ronacla[u r:¿lbcza y la muertcclclSolcon cl nacimícl-tlo con Occiclcnlt:, A la ctcrniciacliíurt:apara la quc fitiste clestinado. ]os clioscstro pucclt:rrnacctlcshombrcs.f)eroa los 'l'ú u¿cerlcsclioses. crcsun dios, l.rombrcssí pr-rcdcn Cesaririn.. . No putrJcsmorir.No ptteclcsmorir aniromano... quiladopor lrr-rinsípidoburticrat¿r rlel gran Sobrc cl mapa,la versitin rlomesticacla (-lcopatra paseólos oioshaciaoccilerjnclclmun<lo, para los gemelos... clcntccn buscarkr una gr.taricla no clcbían por ltrlio César, I-asGalias...clomcñacl¡rs albergarpartirlariosrlc Octavio.En eselugar porlrí¡rr mcclrarsushijosgraciasal oro tle ligipto.Pcro, hay trn lr-rgrrmcior quc l¿lsGalias,cl fin agr,rarda, sc encucntral¡ ftrentcde la inrle la ticrr¿,cir.rntlc illispania!El rcmotcr si cs qtrt' existtr... mort¿licl¡cl,

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,MurínCucíaE7ttrón finisttrrar.. . Ella,la reina, llevaría ahí a sus príncipes pcrson;rlmentey armaría un tcmible ejércilocon los fieros cántabrosy los enemigosclc C)ctavio. Y sí torlo cl C)rienteen el Occidentevcrclaclero, lejos dcl aullidopavorosoclcla loba romana...iL-ómo i[r;r a imaginar CleopatraSéptimaque sus gemelos seríanprár:ticamenteadoptadospor f)ctavio a través de su generosahermana!E1sueño de las Galiasy el de llispania,el sueño dc la Inclia,se convertirían cn una atroz pesaclilla, en la realicladmás espantosa que puedavislumbraruna madre,se¿altiva rcina cr esclavaínfima.Si alguienme ht¡bicraclichoen esos díasclepresentimicntos infaustoslo que iba a ocurrir, mc hubiera lanzado a corrcr por el Heptaestadicin, la lengua clc ticrra que une Alejandría ccnl la isla clc Faros,para perlir la protecciónclelas divinidaclcs marinas o el olviclo y la clemenciaclcl fondo rlcl mar Si ahún adivino me hubicra rcvelacloel firturo inmccliato,mi grito de clolor hubiera llegaclohasta la mat'lreIsis,que de inmediatoabandonaríacl cielo estrcllaciopara tomarme en strs brazosy mecerme como i'¡Lin¿r niña pcqueña.Peronaclacleesoocurrió. No supe quó suceclería y tuve que conlbrmarmecon cl gusto amargo cle la inccrtidumbre,colr la tenaz pcrsccuciórrclelpresentimicntoque interrumpía mis recitadosde Homcro y mis iuegoscon clelicadas muñecas. A vecesme pregr¡llto cómo vivió esosclíasAlcjarrdroHelios.Lkgo a la conclusióndc quc no pensabademasiacio en cl futuro.A pesarde sergcmelos, 44


QuoiduAltjnntlríl, i¡ clif-ercltcia en nueslrosc.]r¿rcteres cra notable.yo, aprorsivay tlcsconliarla. É1,rlesprcrrcu pacloy carcnte clerc'uriosirlarl cclrrrcspcctoal porvenir.Fucmás fcliz quc yo en los lrrcvcsclíascle sc'gtrridari c]enuestr¿r ilrlanr:i¿1. Fuenr¿ís lclizquc yo y ac¿rso nrásvalientc... y eligiriun cxtrañoclcstir-lo. Pcrocso or:r¡rri¡imtrchoclcspr,rés, ya en Roma. .¡.

J-oscuriososalcjandrir-ros pasaron la notjcia rlc Lroc¡cn boc¿. iAntr¡niohaLrí¿rlcsembarcacio cn la cstre<1ra penínsul¿r dc la antiguavilla rk:los lolomcoslSrguralnorlc no sc alrcví¿it prcscntalrsc anlc l¿lreina.Ncr había cllviado rringunar:¿rrla ¡li a entisarioalguno. No inc¡uiríapor los ¡¡cmclosni por cl pcqucrio'lblomco l;rlarlclfir. 'lhn sírk¡sc litnitria arrc¿Jl;rr Lrnpo(-()cl lugarpara inmcrlial¿mcntc baulizarlo comoel Tirnor¡rlnl, cn horror clc'l'imrin,cl cólcbrcmis.íntropo.Acompañarlcr rkr un par rir:amrgos,vclelos reslosclesu guarclia personal,hizo sabcrqr.tecstabarlcclicaclo a la lechrra rlc l)latriny a la cnnsirlcrar:ión clela amarguray firtilirl¿rlclcla vi<l¿. Si Alcjan<lrrir. Dcl mismo moclo quc mi madrc habíaprcpararloun rlontajc tcah.alpara cotlvcltcer ¿ st¡s sribdilostlc un triurrfb incxishnle,mi paclrc sc prcsrltaba t.nvucltoelr las vesticluras rlcl filrjsofo par.rha<r'rllt'gara (-lcopatra cl merrsaje rlt'sr¡ lrisIt:z¿.T-osrkrs,granclt,sar:Iorcs,lrer:tsilabanrlc t¡n.r 1:)


.MaríaGarcía Esptrón audiencia.Y los alejarrdrinos se preslabana sentarse en las graclaspara asisür al clescnvolvimie nto de la úrltimatragerJia. A nosotroslos niños sc nos acaLraba el tiempc_r. Estabaa punto cle llegar cl final abrupto clc nucslra infancía.Ademásde los hijos de Cleopatra, en cl pa_ laciovagabaAntilo, el Irijo de Marco Antonio y Fulvia, quc estabaa punto de tomar Ia viril vesticlura, scgúnlas costumbresromanas.Finalmcnte, mi paclre se cansó clereprescnlarel papel clelfilósofb y volvidr al palacio cleL-leopatra.Ella lo recibió con un¿.¡son_ risa y con una atroz sabiduría.Irudo clecirlea Marco Antonio que ellateníalo que ól necesitaba: una nue_ va sociedad:Ia socitdad tfulos qtr ltuff t ut cotr1ttñía. Y la rcina y su esposose rJccljc¿rron a clisfit¡t.lr lc¡s placeresde la vi,:la,si es que los placercscleja vicla puedcn disfrutarsc con el rostro clc la mucrte tan cercanoy cierto.Estaactitudlos alcjó más _si cabe_ c.lenosotros,sus hijos. Pasabanlargasscmanassin que los vióramos.Nos acostumbramos¿¡ellr¡,como sear:ostumbranlos ni_ ños, refugiánckrnos cn nuestrosjuegosy en l3asilio, que había agudizaclosus senticlos¿rlextremo cle no necesitarclelsueño.Basiliovclaba por si un puñal pagaclopor Octaviopudieraatravcsarlos vclos eir* canlaclorcsy purpúrreosque nimbaban n¡lcstro dor_ mir. Esl¿íbamos sitiaclos por el miecloy por la fataliclacl, que no [trrdaría en prcsentarseen forma de galcra romana. 46


QuuidaAlrjnrdrío l\rr t'sosrlías,o<'urrióqtrcAntilo,mi merliohcrmano,quc lcníaclict:istlis ¿ños,buscóla oportuniclacl rlt'h¿L¡l¡rn¡c a sr>las. -lQuicrcsc¡uett'rligau¡r sccrcto? Ast'ntímiriírrrkrlo fijamcntc. No ac¡babaclefiarme rle Antikr.Algo cn su mirarl¿r me poníaerr guarrla. N o s c ¡ i r r c r ú r , r i \ l , l r ,o A n l o n i o y ¡ ) r . l t ! r . l 'n u l l r ' , tv i

un relralo tlc su rlarlrc, pr:crkrast'gurar"quct'r.rlir viva lnragclt), cl l(tmPcramcllto dc Irttlvia,la lcrriblc rl¡r¡a ror¡ranac¡ucfirc ca¡razrlt'r'lavar un ¿lfllt'ror la lcnguarlc ( iccrrin,r'u¿rr¡rlo t'slt'lut: ascsinarlo, por habcr osarlov ilr.rpcra rla. -Pensiinrlolo bit'n -rlijo Antilo <:oltrlt'srlólr-,crcs clcnrasi¡rlo¡rcqucña.No pucrlo trrmparlir cslo con (i'saririn, porquc rlt'srlcrluc ha sirlo rromlrrark>rcy ric rcvr:ssc sicrtc vn lro ulr rnon¡r('a,sir.rotrrr rlios. Alcjantlro llelios t's un t'río. N4i hcrtlano ]rilio AnIo¡tio sr' ('ncLr('ntr¡ c¡r Rrx¡a. Y mi parlre...dAcaso lcngo parIrr',) (irrrprcrrrlí (luc /\nlrlo habl¿baconsigolnisnlo )/ quc sc había arrcporlirlo<lc lrtrrrcrmc su r:onllrlt'nlc. 'lhl RcsolvíjLrgarslr jtrcgo. vcz e'irostroqlro c()mpuse sobrc n¡is ras,qosr¡trcrías('r liln scvcr() qrrt- ptrrt'tía rrimicr, ¡rcrolc r lije. I)ucrlt'srrlrfl¡r clr nri -En tonrt's,arr rnrpiíñantc. Lln ¡riolt'sccntc' lom¿uro)¡ t¡na niña ak'janrlrirra, por nriísr¡rrlio lrcrtn¡lrosclut'fui'ran,('r'¿¡rtlnir ll;1rt'jr r¡uc porlíasuscitarlas suspirlcrasrlc Ilasilio,quc mc vigilabat'orr.losi luvit'ra los t:it'nojos tlt'Arqos.


A4nríaGarcíaEsprón Así que Anülo me llevó a uno de los célebrcspasadizos secretosdel palacio de.lBrucheion.Lle¡lamosa caminar en completaoscuridady, antesde que me ciieratiempo de asombrarmeclel conocimiento quc Antilo teníade los pasillosque habían sido usados para la irrl.riga, el espionajee inclusoel asesinatosigiloso, me vi paracla junto a mi hermano cn una reducida cámara que tenía mirillas en uno de sus muros, abiertasal Salón de los Festines. Quienesplanearon el esconditeindiscrcto habían consideradola acústica.El sonido de la música que amenizabael banquele,las vocesy las risasllegaban hasta nosotros con una sorprenclcntcnitidez. Por cstarubicada la pequeñacámaraa un nivel más alto, las mirillas se encontrabancasi a ras cle suek.r, de modo que nos tenc.limos clebrucespara mirar lo que sucedíadebajo de nuestracuriosidad. -He venido aquí las últimas sietenoches-susurró sorprenclenles. .. Antilo-. Y he asistic.lo a espectáculos -No estoy segurade guerer mirar sin scr miradtr -le dijc, arrcpcntida clehaberlo seguido. -lPor qué, Selene? Despuésclctodo, esexactamente lo que hacenlos clioses. Nos miran sin que nosotros los veamos. me apliqr-ré Suspiranclo, a mirar dcsdcmi escondite. Y mirando,acabéde comprcnderpor qué mi maclelas habidre se había ausentadodel'inilivamente tacionesde los niños duranteesosdías,por qué Antilo vagabapor los subtcrráncr¡sdel palacioen busca 48


Quuidt r'lltjnulúa <lcun parlrcv por qucl(i.sariónsc habíarcfugiarlcr cn un hoscosilc¡rcio. EIbanqtrctc ¡pcn¿scomenzaba y MartrrAntonicr cslab¿r rctr)sta(lo cn un rliv¿ílr, t:oronaclo dc pámpan()sy tcn'i¿t l¿ sobrccl pcr:l-ro la picl rlc urr tigrillo. A su larftr,rni nraclrc, la gran (.lcr¡talr-a Sóplinra, porlantloun lr¿jcqLrcr-omperrcliab;t cl refilramtcnlo tlc rkrs<'iviliz¡c io¡rcs:I¡ gricgay la cgipcia.[.osnum('rosc)s ilrvitarJos proclur:ían el nrr¡rmulkrclc una colmcnark'tolrversa<:iont's y de risas. A ur¡¡ scñalrlc l¡ rcina,lire llcvaclohastasus picstrrrlrorntrre vt'slirkrdc miscralrlcs antlrajos. Una r:rcalrizpurulcntalc ct-uzaba la espaltlay el cabc, llo sucioy grasicntosc lc pegabaa las sitncs.Fue oblis¡r|r a ¡rrodill¡rscy un homl)real que yo rrcr conocí¡,pcro qu('por su indumcntaria¡rarccía un r¡ótiico,sc aprorirnci¿ ól rrtn un vaso cn Ia rnalto. I-o olllisria ltcbcr<lt'ril,micnlr¿rs el hombresr:clcbatía,tth¿ntlo cspunrarajos por la boca y tcrriblcs mal(liciones. Al callo rle poc'osminutos,cl clcsclitüarlo se agilal¡¿rrrr corlvulsioncsinco¡rlrolables micntrasla piel ¡iesu rctstrosc lrlrn¡b¡ azul.No sécuántosminrrlos lr¿lnscurrierorr.. . Obsi:rvéque mi padre mirabahacia otr() larb y c¡r.tc los invilaclosno ccsabanclcreír (lc y p¿rlotcaltcomo si la agoníarlc esescr humano rro tr¡vjcralr¡q¿ra Lrs pics<lcla reirra,cn meclioclel banquctc. |l hornbrt muriri y Antilo me clijoal oíckr: -A cston-rcrcfel'í¿. 49


Maria CarcíaEsptótr -lQué estáocurriendo?-le clijccon la respiración entrecortada. -lir madre,gue prucba venenos. Mc tapélos ojoscon las manos,y mi puerilacción parcciciafinarme el oído, pucs escuchéclaramentela voz de mi madre. -Este veneno no sirwe-Dcscomponeel crrerpo y conviertc en grotescoel noble arte de morir. -tPor qué prueba venenos?-pregunté a Antilo y mi voz estabaa punto clequebrarsc. -Para suir:idarse,Sclene-clijo el muchacho fiíamente-.Cuandokrcloestóperdido,tu maclresequitará la vicla.Mi padrehará lo mismo.peroól morirá por la espada,como Lln romano. -<tYqué seráde nosotros?-le dije,llorando. *Vatvictis...iAy de los venciclos! -respondiriAntilo y se encogióde hombros. t<

Recorda¡Alejandría,puede resultarun oficio clo, loroso. Comprcncloque haber decirlicloempezara escribirte cl <líaen que supeque me cas¿lría con Jubafue un mc¡dode rcsucita¡el pasadoy darle una bucrra mueñe,parapoclernacera una nueva-y esperoque bucna- vida. 'fiene que ser¿sí.. . lNo esJubael másmagntínimo de los príncipes?ZAcasoalbcrgarencor corrtraRoma porque estavenciri a su padre y lo hizo clesfilara í'l

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Quu.idaAlrjandría mismo t:omo un lrofcc¡ vivicntc a los cit.¡co.rñc¡s? No. luba tor¡r¿rlo mrjor clc Roma y lo cn¿ltct:e,c¡mo

cspcrohat'rlo yo, al6irnt1ía.Aunque cn mi caso,cs pttcs Octavjo)'sus escritores una larca m¿ís¿rrrlua, (.leopatra h¿n lrc<:horlcl r¡<lioa Séptimaun c:apítulcr en las lc<r:iorrcs rkr I lislc¡ri¿. ¿No existcnarlic a la sombrarle las sieter colinas ql¡c tcn8,lu rr,rpalabraclc sirnpatíapara la rerinaclcl cleslinor:r'tu'l? ClcopatraSéptinrase ¡trevió a lcvarltarcl clcsltllcr:ientct'ucrpotlcl inrncnsoEgiptoa l¿ralturaclela rc¡man¿r.'lbnía orgtrllo.Orgullo rlacedonioy c:¿beza far-aólrit-o. Y tuvo grantlezaante la clerrola. [)ur¿ntc csos rlías,cn el palacrioy en el Muscion,

crr cl nrcrt:acioy cn la l.iibliote<ra, se palaclcabacl alnargosaborrlc l¿ victoria romana.l.os alejancirinos t'slab¡n clispr-rcstos a acomoclarsu suertea l<r ilc la rcina, quc la Sr.rcrtc clct:irlicra. [)crola senteru:ia <lcMtrrcoAlrtonit¡y rlc sus hi.losya esiabapronunciarlapor l¿ bocarlcl l)estino. Parapaliarl¿rinminorciaclclfinal,la reinadccretó rlí¿srlc flcst¡.C-r.ralquicr motivo poclíacr¡nvcrlirse en rtQuemi paclrecumplía¿ños?il)í¿ un¿ cclcbr¿t:icjrr. de rcgor:ijo nacjonal!¿Antilo cntr¿baen la edadviril? iSeentonabanc¿ínticos cn la orilla rlel Nilo! lCesa* rión, clic:r'is('is ¿ños/ iSe cxlcnrlieroninvitacioncsa los mismosciioscsl Por esosciíasnosotros,los gcmclos,lros convertimos l¿mbitlncrr cspcctár:ulo: rliezaños dc cdacly

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tllarín García Es¡t trón teslrmoniovivo de la cor-rjuncir5n cledos seresexlra_ ordinarios:Cleopatray Marco Antonio. De closma_ nerasde seren el mundo: Romay Egipto. En el descansosomnolientoenke dos fiestas,se anlrnció la visita del rey Ilerodes,provenientccleJu_ dea. La provincia era un cstaclovasallo cle Roma y corría el rumor de que, con ocasión cle una breve visita que había hech¡¡la reina al monarca,esteha_ bía queridoenvencnarla. Su¡ron¿1o quc el solo rumor bastabapara poner en guardiaa Cleopatray avivar sus instintos de fiera inteligcnte. Los rasgosfacialesdei príncipe asmoncocauliva_ ron mi atención de preadolescente. Era un hombr-eextraordinariamentehcrmoso,la jnter-rsicJad de su mirada solamentepucdeser com_ parada-conla de mi esposoJuba,pero toclo lo que en cl alricanoes ensoñacióny tolerancia,en el juclío era dcterminacitiny fiialdad. I lerodes,que seríallamacloel Grandepor su sa* gacidad política y porque transformó la laz cle la Judeacon múltiplcsconstrucciones exqLrisitas, llegó al palaciocleCleopatramanifbstánclose p..o..,puJo por la suertcde la reina y de Antonio ante Roma, ofrecicncloa la pareja una alianza. PeroHerodesno era más que un acJelantado cle Octavio. Quizá un espía.I_areina y el hn¡ttratorno podían fiarscdel astuto asmonco,pero sí <larcré<1ito a sus noticias,que no podían ser pe()res: Oclavio, desde Roma, había reuniclo un cjército colosalpara dar el golpe defirritivo.El ejércitoya cs_


QutrifuAkjandrít taba cr-tcl Asia Menor y sus guerrcrasnavescran transporlailaspor cl istmo rle Corinlo. (-leopalrapalicleció, comprenclicndo quesu adversario cra su propkr cspejoncgro.Secreiamente, eila habíahccho transp()rlarsus propiasnavcscatgadas clc tcsoros¡ror cnt:inradcl istmo de Sucz,donde serían lransportad¿s sobre carroshastael mar Rojo. l.a rcina sabíaque sol¿mcnteel primcr rravíc¡había pc>clitlo cruzar r:on tixito solrreesecxtraño mar dc tierra,porquc los dcmáshabíancaír_lo cn manosclc los ¿lrabcs quc,dcspr-rris dc apropiarscdc los tesoros alcjanclrinos, habíarrquemaclolas embarcaciones. l)c istr¡o a istmo,clt'm¿rra tierra,los movimientos clclronranoar:c¡rral¿rb¡rn a l¿ rcina.El jucgocstaba¿r punlo rlt' lkgar a su latalrlesenlacc, ¿1nlenosqL¡c... -Ankrnio,r:or.rvicrtc a [gipto cn una provinciacle -lc Roma susurr(rI Terodcsal oído a nri padre-. l)e cstc morkr rcconrlr,r istarásl.r voluntad de los romanos.Ellostc acloraban, pero fircronconvcncickts por Octavio dc quc tú l¡¿straicionaclo¿lRomay te has convcrtirk¡en r:gipcioy en pcrro de Clcopatra.l.Sabesqtrc tc c()mp¿r¿n<'onl[órcu]cs? -I)cscriclrtIo clc ITórculcs, Ilcnrrlcs,t'omo tú desr:icntlcs tlt' Antí¡talo. -Rcc-ut'rrl¿ quc los judíosno (--recmos cn vueslros (ll()s('s. -No mc rlolt'staquc mc con1parfl1 trrrr Htintulcs. -l-o só. Pt'lo tc comparanrr¡n I Iércuicscuandc_r csluvosc¡rnclit1rr por Ia rcjnaOn¡f¿lcc hilabal¡n¡ y mutlle. ¡raraclla.-lelar'lrallclc¿li:minaclo 53


A4aríaCarcíaEspuótr -La propaganclacle Oclavio ha sido eficaz.Para seguirargumentanclocontigo,noble llcrocles,supon¡1amosque planteoa Cleopatrael convertira Egiptoen provincia romana.ZCreesque ella cstaráde acuerclo? -No necesitassu asentimjcnto,noble Antonio. llay orros cammos. -ZCómocu¿iles? ZQu( no la conoces? El senticloclcsu vida esun Egiptosoberano,nunca vast¡llodc Roma. -Escucha,amigo.Egiptoestáperdido.Y tu lo estarés si no parlamcntas con (Jctavio. OfréceleEgipto en una bandeja.No le queclarámás remedioqr-rereinstaurarel triunvira to. -Pero,la reina.. . -Antonio... La políticay la superwivencia exigcn ciertossacrificios.¿Me comprendes? No. Antonio no comprenclía.La serpicnteasmonca tuvo que decirle con toclas sus letras la única salidaque a su juicio veía: -Haz ascsinara la reina. Mi paclre,Alejandría,cstuvo a punto de matar a I Icrodesahí mismo.Perosecontuvo milagrosamente para no ocasionarun clesastrcmayor. -illerodcs! iAbomino cie ti! ZAcasotir y toda hr catervade traidores clesconocenel significadode la palabra lealtad,de la palabraamor? Herodes,Zhas amadoalguna vczl El príncipebalbució una disculpa.Y sí I lcrodes amaba.Amaba proíundamerrtea la bcllísimaMariamne,a quien suscortesanos aconsejaban asesinaI acusándoladc intrigar cn sL¡contra.Herodestransfc54


QuuiLIaAfujtndrít iótr' Am¿lsittla< ría t'n Ankrlrio stt prripiaattgttstiosa b¿ a t'sarntrjcry lit ¡nr¡rí¿¡lr¡rst¡el [irrtlc ltls lienrpos, pcro al cabo, Alciarrtlría,l(l nlarl(l¡rí,1cjct:trtarrY tal rtr:orrlril¿ vr¡z vcz t'l rlÍ¡ t'tr clttt'mttrió N4¡ri¿rmlrc la a srr nrr-ricr, ¿iratl¡rtlt'N1¡rtrrAtrtolrio,rlcfcnrlic¡lrkr n:ina (-ltr¡ralra. -l:l amor c¡tricrcla virl¿ rlc lo.Jr.lcam¡ Yr¡amo il ¿lltídc las tnisc(.lct4ralra. El ¡lror cs t'lcrnltl¡rl,rn¿ís si Ot'l¡vio pttcrlacom¡rrcn<lcr riasrlc csl¿virll. Ntt sc1 'l;rmpotrr ha tlarlic. cs[(),p()rqttcrttrt'lt'¡lr¿l¿tnrittlr¡;l sirlo ¿nr¡rlo.l.a poslcrirlatltlirií qlrc N{¡r<rrAlrto¡ritr viviri par',rt'l ittnor 1' para lil gnt:rra.l)ara la virl¡' iVcnus,lltltr ttlcs,r' I)itilrisos,tnis tlúlnc'trcstttlcl¡rcs, bit'trcsto' I lcnrc rttibir',ínctr l¡ tnucrtt'lY t'st:tltJra r o r l c s ,l r i j o t l c A n t í ¡ t a l c rnl r o r i r ót o m ¡ t l o r l t ' l ¡ m ¡ t r t r I)ilc a qtricrl tc ctrviír,cl illnoblc Or:tarlc (-lco¡ratra. Nl¡rt o Alllollio tro baja la callt:za,,r' latnvio, r1r.tt' poco lo harií ligi¡tto. cll l¡ rc¿r csl¡l(l()lrV('rSil(litilr z\lcjanrlría,,lstltttliri No kr só, t¡tlttl lirl¡rl o cn mis sttt.ñosprlstt'riclrcs? sc hatl conlillr¡litlo l-cr la t'trsoñ¡t:iritr )' I¿ r-t'¿licl¡tl cicrto cs qrrt' l\1,rlt'oÁnlol.tiono tr¡icit¡lti a ('lcopalf¡ )' qu(' [atrpotrr lc ilrfirrrnritlcl pi'rficlocotrstljcr cn stl bilgajc tlc lrrírrcipe rluc lrabí,rtrailo Tlcror-lt's ) ¡lrocttrti rctirarst'ilrmctliatatnctr viajcro. [:l ¡srr]()tt(\ r¡ttc ¡\lrtonio st:habí¿t]onrilr¿lc, Jlu('s( orn[)rt'ttclíit tlt>it rlur¡s pcrl¡s \/ qtlc cst¿bactr tocl¡ l¿ enlotratititr rlt' aplittar('tr stl l)('rsolrasr.rprt4-riocorrscjo. 1alrt:t.tlt' a Rtlma para llcrorlcs sc tlirigit'rilrnrctli¿ halagiiccubrir a Ot't¡vio tlt'lt'soros v (lc pal,1l)ras

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A4aríaCncídEsperón ñas.El palaciode Alejarrdríatemblabaanle la mención de su solo nombre, todo estabaclisprtestopara la victoria.Egiptosería,por fin, provirrciaromana. Las embajadascie Herociesle rindieron fiuto. Octavio lc confirmó en su trono y regrcsóa Jerusalén, donde su hcrmana Saloméle exhibió las pruebasdc la traición clesu csposa.Mariamne mnriría cle¡pllarla de antesus ojos,por su propia orclen,un año clespués la lratallade Actium, que era cl de la Olimpiada 1BZ *

Qucrida Alejandría: Juba aüsba sobre mi hombro, lee las lctrasque gi'rrrapateoy me pregunta si escriboun diario o me cstoy volvicndo historiadora. Los historiadoresregistranhechosy ícchasy los Ilamananales.Yo sctlalo que y trato de escribirlos, mentepersigorecuerdc¡s es tareaardua, porque los recuerdoscambian con cl que los recuerclay por el solo hecho cle suscilarlos -o resucitarlos-toman sangrey cokrr y, cle al¡pna mancr¿ mistcriosa,vida. No, Iuba, no puecloser historiadora,porque tendría que estardcsprovistaclepasión y sentimientos. Y cuando reúno estasmemoLias,agito sentimicntos clevenganzay cle odio contra quien csl.í sobrc nosotros,el hombre que te clio tu ecluctlcióny lu lrono, el hombre que tc hizo mi csposo,i(-ómo olvidar que (lctavio tramó la perclicicincle mis paclrcs?tCómcr cn el de v¿rsallo pas¿rpor alto que puso una cac'lena cr-rcllomiienario de Egipto?' 56


rrr QrrrriJrr ,4ftjrtrtdr l-avisil¿rkr Ilcrodcsañ¡tliórrn matiza la sonrisa cstoir:arlc (.lt'opatray avivri kts ímpctusguct'l'eros rlt'Alrtonio. llizo trat'r-los nrapasy ptrlir sr"rbcllaarmacllra. (krrrt:cnlni su ¡tcnr:irincn laslr¿iotrcsromanasquc aún stguíarrcn Siriay en Asia Mcnor, proyeclanclo convcntrrl¿spar¿rsLrcausi),etn¿rclcciónclola s con su cakrr gucrrt'ro.Sc ¡ruso inmecliatamelr lc cn camino al Asil Nlcnory avislrilos orrlcn¿rclos campamenlos, rlc ci brillo l¿sarmas,r'l c:¡nclcar rlc los estantlartcs y l¡ ckrtt'rmir.r¿r irin rlc las tiguilas. l-a tr'¡r< irin csperubaa Anlonio y cuandocon su voz inflamatl¡rk: rlcscsperación y sucñosarcngóa las lcgioncs,rl gcneralGallrrs, qtrc lrabíascrvickrbajcr strsrirclelrcs, hizo sonarlas trom¡retaspara acallarla v r r z r i t l m , ¡ l l l , l r l , l r h/ ), , t 1 , ¿ r i ¡ l ( x

Anloniorcprimiriur-ra ltígrimay cnfilóhaciaSiri¡, ( orrdonde milcsrlc gladiaclores eslabanapostnrlos. firi cn su carismay cllos rcconocieronen su vr¡z la (ilt csasformic]¿rbles voz dc I ltlrr:r¡lcs. mtíquinashuman¡s sc tlirigiria Lgi[)to.Pc]rootr¿tvcz el clestinose le aparcciri a Ankl-rio cn ligura cle general romilno. Iin esia r¡r:¿sitinftrc Dirlio cl errt:ar¡acloclc haccr sa*

bcr a losglacliarlcirts qr-rela batallacstabaperclidaclc ilntemano,quc cl cj(lrcitocle Octaviohací¿rtcmblar la lio'ra y riur',incxoriiblemente, se acercaba. Sin le* giorrcsy sin gladiadorcs, mi paclrcregresóa ti, Alcjanclría. l-a rt-'inavio llt:gara Antonicr.Su arm¿cltrra brillaba con opacosaugurios.El¡;trcrrcroparer:ía clo-rum57


IIaría GarcíaEsPrón bado sobrc su montura. Suspalabraseran lentas El clic¡slo abandonaba,vaciándoleel entusiasmode ias venas. -Hay que fortificarla capital-diio Arrtonio- Octavio se acercay tal vcz entre por cl estc Cleopatrase mordió los labios.Había llegadocl firral. PrimcroCesarión.Despuéscl Sol y la Lur-raDes'lblomco. Pcro a todos había qtre pués el pequeño clcsalvación' una pc,rsibilidacl ciarlcsun refü¡1io, -Que dc Antilo sc ocupe Marco Antonio, aunqLlc no cs a ól a quien Octavio buscacon apetenciacJe muertc-dijo la reinasin voz. llubo r-rnanochecntrelas noches,AlejandríaMc abandodcspertécon la fiente suclorosay, descalza, ní: mi habi{ación.Un sueñointerrumpiclome envió qlle encontré iltrmia las habitacioncsde C-esarión, naclas.La siluctade mi hermano se tlibuiabaen la penumbra,ataviaclode exlrañamanera. Cubierto con el ropaic de los becluinos,sus far:ciones rom¿inasacusabanuna bellczainsólila,c1ealgo muy grarrclequc estabaa pullto de scr tragndopor la injustamareadc lasvenganzas...I-asmeiill'rsmuy hunrlidasy los ojos alumbradospor cl alma clcCóclel firmasar,que csa noche se h¿bíatlesprencliclo menio para habitarcn la miracladc su hijo' -le pre¡pntÓ, -iPor gué estasvestidoasí,Cesarión? la rt'spttcsl,r' , r tI n q t c s , r h i a -C)Lredczco órclcnescle la reina y pongo a salvo "liala de scr valiente,Sclenc,lienes pafte rie Egipto. 5B


Akjantlría Quu'iLltr milncratlc lrcreclarl¿ valentía.Ocr'rrr¡lo qLleocllrra' nulrc¿olvitlcsc¡uctu maclrces la reinam;ísgrancle' valicntegencralY que cresla Quc 1r,rpaclreelsun 'lirkrmco, nombra(k)rcy <lcreyes' hermana<leCésar hoy firg,itivo. como mibcllo hcrmanodisfiazaclo Y n',il'.-.n-tn,t,,, un mcrcaclcr¿ír¡be,me abrazó y besó mi fiente' Como inuncliíntlolac:onl¿rlttz irí¿ dc l¡ clespeclicla cl flrmamcnto,pasti Cesaritit't Lrn comelaatr¿rvies¿r añosy bajo str ropa¡c antc mis ojos.'lcllíacliccisicte llcvabacl alma tlc Egipto' <lcLrcclr,tino hay cosasqtre irrernetlialrleQueritla Alcianclría, Cosasbcllasy lucrtcsque fitcron mcntc sc pit:rclcrr. César"lolomcose llcvaba par¡ scr ctcrn¿rs. soñac'l¿s clesttsvcsticlurasy Egipttl a Egiplo cntrc los pliegr"res el incesantcNilo ' las pirámicles, .,ro,.''lu,clir¡¿stías, pcto lambión la gratr matlre Maceclonia'la cl¡ímiclc,1cAlc;arrdro,cl fantasmade Aquiles'el brillo clcl ¡lc Bttnosfo,el saberdr: los cu¿l'aro,la bienverrrid¿r la t:otrocicnlosmil volúmencs,la escrilurasagrtrcla' la rle Césary Cleopatra' mún lenguagricga,cl alrraz.o áltrctlde lv4arcoAntonio,las mcditaciones arm¿rtltrra César clelos fikisofbsy el saberdc los asLrírrrolnos' 'lblomco se llcvti es¡ noclretambiénmi alma'sellevti a Clcopatray clcjóa Selcnesola,baio la luna fiía' en la vísperadc la dt-'rrota cn l¡ t-tothcsitl rcsptleslas, y ctr ltr anlcs.llaclelllanto.

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. , ¡ fr t l ' , ¡ ¡ ¡ , l t , t ¡ t r t ' ¡ , t t t t l l,,r,, s i . r l s ¡ t t r r sr l r '

[antos¡ños,lrc logratloli<liarcorrla ¡uscnr:ia rlc (.t's¿rIirlonrco. l.c rcs¡rotrrlí cluefuc tantc) el rkrlor¡culnLrla(l() cn p(xc)srJías qrrclal vez rlivinitlacl ar:ertria misl¿ralgr,rnl corn¡rasiva bios,sirrquc )'o mc clicracucnl¡,la copark'l mc arlmiolvirlo.QLrt't¡lvt'z¿lpunarlcirl¡rrl rrisllria.qua sagrarl,r rlcll.etco, el iagorlclquc, krs pilagóricos, scgr.rn bctrcnlas almasparir olvirlar1,rcgfcsar clcnucvo¡l ¡¡unrkrrlc los vivos.. . [sloy viva, Ak'jarrrlrí¡, viva 1' colonacladc ¿ust'nc'ias. Aunqur:ilntc mí sc abrc la posi-


MaríaGarcíaEsptrón bilidad de la felicidad.Así como no me qucdó más remedio que aceptar la desgracia,debo sacudirme esacorona para asumir la r¡tra:reina african¿rcasacla con un serhumano excepcional, un rey que esaclcmás un filósofo. Quien ha hechoposiblemi füturo fue cl t-ausante de mis desgraciaspasaclas.Quien ordenó cerccnar la cabezade mi dinastra me da la oportuniclacldc iniciar otra. Irero vayamos por partesy apuremoscuanto antesla que es quizála partemás dolorosadel licor cle los recuerdos. Con el palaciovacío de Cesarióny OctaviocJcsembarcado en Egipto, el tiempo se había agotado. Mi madre inició el tránsito cleriquezasa su cripta funeraria,conskuidaal estilode los antepasados y a orillas del mar, Ante nuestrosojos desfilaronalfombras de primor increíble,vasosde oro, mucblesde ébancr con incrustacionesáureas,telas,vesticlosclignosde los clioses. .. -La reinaseestáocupanclode su sepulcro-musitó Basilioy su rostro terríala palidezdel alabastro. -zY por qué no se ocupa cle nosotros?-exploté, bañadaen lágrimas,mientrasAlejanriro Heliosapretaba entre sus manos la galerade sus juegos. *Sclene-di.jo nuestro ayo-, tienes que ser fu crte y dcmostrarqrre ercs l-rijade quien eres.Egiptoha sido cicrrotadopor Ronra.De un momento a otro eslaránaquí los emisariosde Oclavio,con la cons i g n lr l c l r ¡ r ' c r , Il ¿ r e i n ¿s u p r i s i o n e r po , t r dm o \ l r ¿ r 64


Quuitln Akjtndrít cn las callestlc Roma,cn un clesfilc srr humillacirirr triunlal. -No putrlc scr -dijo AleiandroI leliost-otruna v()z roltca. -l.a rc¿litlacl,¿tlor¡closprirt:ipes,no pr-tedcscr Potlcrnosmcrltir,tralar de octtltarla,disic:ambiada. Acabapor cmergersobreel mul¿rla<lrr palabras... horizontc,tlno cl tlistrosagratlodel Sol.La realirlatl, nos mttestraho1' AkrjanclroI Icliosy (ileopatraSelener, a Rom¿rvir'loriosa.Vucstramaclreno cs solamentc la últivucstr¿rmaclrc,esI¿rrt'in¿lClcopatraStrptirna, de la grandezadc Egipto.No ptrecle ma r('present¿rnlc penlitirsc cacr en maltos cle Roma, a l;r qtte conocc <lcm.lsiatlobicrt. lr¡i ¿¡lencucntro clc su mttcrtc.

-clljo Ahjandro I lclios. -rtYnucslro ¡radrc? -El Aukr<:rator trmb¿ltc en estosmr¡mcntosa la clc brac¿b¿llcríackrOct¿vio.fIa lrt:c:hoclcspliegue vtrra y rliccnlos cmisariosque la battrllase rcsolviír I-ossolclaclos cn su lavor.Pcronr¡ quicro engañaros. ronlanosqur: lrastalracepoco eran lcalcsa Marc:o Antc¡niosc han pasatloal cnemigo.La sucrtcde Alejandría,prircipcs,cst¿ícchacla. -dije,y mc sorprcnclióla scrcnidacl -Nos m¿rl¡r¿ín trovcrtiblc: clc mi voz <lt'niñ¡ frcnteal hs'ho in<:r¡n , l r l ; rm r r el tc . No lo h¡r¿ín,Sclcrre-clijo Il¿silio-.Vuestravicl¿ cs prccioso¡rara Oclavio. Viviréis en Roma,seróis a vucstro rallgo y en con cl respcloclctridcl trataclc¡s unos años os scr¿ircstituitloel trono, como reyes vasallos.l\4icorazórlsangraal revelarantc los oítlr¡s 65


.A,I aríaGnrcíaEsp erón clemis príncipes,a quicncsvi llorar y ¡cír en la cuna, verclaclestan dolorosas.Pero el clestinode los reyes es clif'erenteal de los demásmortales. -lY Cesarión?*pregurrtóAlejanclroHeJios. -Fue puestoa salvograciasa proviclencias tomarJaspor la reina. Su vicla sí cstá amcrrazadarlircctamenle,pues es el hijo de César.(Jclaviotemeque en los airos por venir forme un particlo en Roma e, invocando la poclerosamcmoria rJesu ¡raclre,le arrebateel pocier. Mi memoria se vuelve opaca,Alejandría.Ignoro si comprenclíamos las razones quc nos daba llasilio o si la angustiaantenuestrainminentesituacióncle orfandad ponía un anillo oprcsivo cn nllcstros corazones.Los clías subsecuentesa esa conversación se convirtieroncn un rccluctoclc silencioy sombra, intcrrumpidos por la confirmación de la desgracia: Marcc¡ Antc¡nio,creyencloque la reina estaba muerta,se había clavackren el esti-rmago su propia cspada. Nadie hizo el menor intento cieocultarnosla verclacl. Nuestropadre,agonizante, fueba.jadoen una bur* da camilla a la cripta doncle Cleopatra,sus esclavas 'lblomeos fielesy los tesoros cle los agtrardabarrla muerte. En e.lmomento en que Antonio agonizaba, Iosemis¿rios dc Ortnvioenlrarollen l¡s habil¿ciones clelos príncipes,buscanciofuriosamentea Cesarión. Alcjandro I Iclios y yo estábamosal lado clc Basilio, leyendo el poema de Homero,juslamenteen 66


QunidaAbiandría Altla partc en quc Tléctorse despiclede su esposaclrómacapara ir a ltlc:harcon Aquilesal pie clc las murallas.i.os cmisariosdc Octavioentraronsin llaBasiliono se inmutó y continuó mar ni antrncjarsc. lcycr-r<1o. -cliio uno tle ellos,t--r'tyo uombre -De pie,cr,rnuco del rcnpar¿lno alimentarlas serpientes ciesaprcndí, cor y la \(ng¡nza. -ltrtcrrttmpt:nla lecciónrle los prircipes-musiló lo que tiencn que rJecirsu¡reralos B¿silio-.<lAc¿rsr¡ vcrsostlc I lomcro/ jl'errcmr¡sórrlencscie llcvar a los prírrcipesa la -dijo otro mcnsalero prcseuciaderlclivino Octavio clcltr clt:sgrat:ia. -Los príncipespcrmaneccránen su palacio y <lcacttcrdoa su ratrSo,la visitade vucsa6,utrrdar;írr, trc hnpottfor-diio Basiliointerponienclosu cuerpo cntrc los rom¡tlos Y llosotros. romana Fuerotrsusúllimaspalabras.Una espacla porque asílo dcciclo,scgtila sin nombrc,Aleianclría, viclaclelfiel llas¡lio,qr.requerlótcnclidocn las habitacionesr.iclos prhcipcs,stt sangreun¿rflor roja sobrc blatrc:¡s. sus vesticiur¿s nermdllos y mls hermanos lemldo y mis clía largamcntc temicio l-lcgó cl clíahrg,,rmctttc vo firimos llevaclosa la prcsencitrdel clivino Otltavio'

El encrnigoC)ctavio. El cncrnig,ol-r¡bíaerllracloen la ciuclaclv, l'lo creefirt:vitorcaclopor la mtrltitudanórías,Alejanclrí.r1, 67


A4aríaGarc[aEsprórr nima porque hizo su apariciónescoltaclopor uno c1e nLlestrosfilósofos,el estoicoArios. -No temas,Alejanclría-dijo en griego el romano Octavio-.No espere s daño de mi pues eresla hija del sucño de Alejandro. Acto seguido,pitlió ser llevado al Soma,que era el mausoleodel gran macec.lonio. Paseópor susjardines y se refrescóen sus fucntes hasttrlle.gara la tumba del Grande.Pidió que firera abicrta para mejor con* tcmplar el heroico rostro momificado. Siguienrb un impulso inexplicirblepara sus mós allegaclos, colocó su mano sobrela caradel cadáverA su ct.¡ntaclo, el rostro del héroe irrspirador cle héroescrujió con un macabro sonido y comenzó a haccrsepolvo. Asustado,f)ctavio rctjró la palma de su mano y no acer-lan tó a decir palabra. sólo contcmplaba el polvo que había sido AlejanclroMagno, adherido a su picl, como seadhiercna la mano de un niño las escamas de las alasclela mariposaque ha alrapacio.-. Sobrecogidopor haber pr,restola mano en el umbral que separaa los muertos dc los vivos, Octavio sintió secarsesll gargantacuandoArios le propuso llevarlo a conocer los sepulcrosdc los faraonesTolomeos. -lie veniclo a ver un rey, no cadáveres-farfulló frotando la mano contra su túrnica,para librarsedel polvo de Alejandro. Y cuando cortésmcntefue invitado a visitar cl sanhrariodel bucy Apis, contcstócon despreciocalculado: 68


QutrithAlrjandrít -Yr¡vt'ncroa los clioses, no a las bcstias. liuimos pr.rcsllcvadosa la presenciadcl divino [)davio, clclc¡ucvino a Alejandríaa vcr rcycsy no ricl que venerabaclioscsy no animales, cacl¿Ívcrcs, rlcl c¡.rc quuríast'r cjcmplary rlenrentca la manehaceralgúrrrcfbctosobre ra cltl gran Julio.I)c:Lrimos clcl asombro ó1,con nt¡cslrosrostrosclesencajaclos vcstitlos,sin coronas ante la mucrtc,scnr:ill¿rmcnle ni cspaclasni átrrr:osatavíos,sr¡lamentetres Iriños astrstarlos. Ytr sostcní¿l enlrc mis brazosal pcqueño 'lblomco T;il¡rlclfó quc rto crsabatle llorart1¿iladranrlo los oírlr¡sy lal vcz la cont:icnciack'lvenceclor -lJijosrlt'Antolrio, vucstr¿l madre,la reinarlcEgipto, h¡ rnucrto.Mc nc,qtila oporfunidarlclcs¿lvarsu a Roma,pr.tes vucslro paclre, vicla.Ahora pi:rlcntr:óis li¡c ¿urtclorlr¡ ut.l romano. En dunquc riescarriarlo, os entrc.g.rr(: cn l¿s manos ¿lclrcir'rn a vucstrolir-raje, rlc rni prt¡rra lrt'rmana,la noblc Or1¡via,que firerl;r lcgítirracsposarlc Anlonio. nos iNucslr¿r¡¿<lrcl-r¡lríanrr¡crlo!Poco rlcspttt<s rleslilarla cn gotaslrili¡imoscnlcranrkr rlc l¡ vcrd¿cl, en i'l scpult:ro dc ia rciriortcs...O<t¿vir¡scprcsr'r.rt(i lt'pirliripor la virlaclcsusl-rijos. Sclc n¿,rkrrrrlct'11,r hizo un invt'rrtario rlcl tesoroy arralrcódc ( leopatra l.r prurmcsa<lcquc no alcntaría('ontrasu virla. iT-.a nct:csit¿b¡ ¡raraproclamarsu lriunfcr!Pt:rol rcina hcclrotrncrop()rltrhabí,rlrazarkrya su rlcsignio,v cnroscarl¿ cn la c¡nastadc ndllcnl('l¿ ¡.nucrlc'rlLrlce, higosc¡r-rc un flclscrvrrlor purlolrlt:r' e llcgara pcsar rlc la vigilant'ia r()nl¡na. (¡()


MaríaGmcíaEsptrón J-amuefte de CleopatraSéptimafue su triunfo supremo. Roma misma haría de esa imagcn el atavío de la Ettrnidad,puesla reina se hizo poner por sus esclavasfieles sus vestiduras sagradasy, más c.liosa que humana, ofreció su seno a la mordida f¿tal dcl pequeñoáspid. CleopatraSépüma,victoriosa en su muerte.L-leopatra Séptima,muerta en su lecho de victoria. La doble corona de Egiptociñéndolelas sienes.Escoltada por sus esclavasfielesa travésc.lelrío clelas sombras, mientras sus hijos se aprcstabana abordar una galera romana y a ver, por última vez, la luz clcl Faro s('brc cl ptrerlode Alcjandrr,r. Pero,antesde partiq,nos aguardabael último dolor -lQué he de hacercon él?-es famaque un dubitativo Oclavio dijo cuando fue informado de que sus espíashabían localizadoa Cesarión. Y Arios, el alejandrino.Arios, el filósofo estoico,el que c.lierala bienveniclaal clominador,al conquistador, al enemigo...,musitó cn sus oídos una frasede IIomero, adaptárrclolaal lenguajeromano: -No convieneque haya demasiadc¡s césares. Fue la sentenciade muefte cleC'esarión. Como había preclicho Basilio,Octavio no podía permiür que siguicrarespirancloen el mundo eJhijo verdadero de lulio César Era cl momento de dar cl golpe dcfinitivo. Ya Antilo, mi medio hermano, el hijo de Marco Antonio y Fulvia, sangre romana sobre sanSreromana...,habíamuerto. 7O


Qurifu lltjLurulrín I;rrr' ¡ scsin¡t k r t'rrz\ltjanc Jr'ía, abrazirrk r ¡ lasr:oiu¡n_ lr¡s rlcl n.tont¡n.rcnlo ( ¡ Julio ósar,prlr rotranos(luc habí¿nhcrllo rlclorlio¿rN,1nrr.o ¡\ntorri¡r y a la rcina cgiltcrtr la rnolivitr:irin rle su virla solrlarit:sc,r. Roma_ no ¿scsin¡rkr p()rr{)n1¡nos r.¡tcl coraztjlrtlc Altjarr_ rlría,srguiria su ¡rarlrccn la mLlcrtc rou rlilcrcnci¿ dc pocirsltoras. l..slostrislcssr¡(.(.s()s lnc hat.n po-ts;trc¡trr:al larkt dc la galu'arlcbrill¡rtt s colgarltrrls tlorrclc rcfirlgía cl ()ro rlc I¡ts¿íprrilas rolliiltits,habíaun Lrarco J)i(¡){lc sombríor.n t.l quc sc t.ongrcgairarr las ¿rlnras clenris n'lLr('r1()s. ( lVl¡rcoAlltonic¡,leopatra, Ilasilio, Antikry Ccsalicjn, la t'spcranza clcAlcjanciría, zarpabanjun_ los sobrclasagrrasrlc l.r tnucrtc,quizi5nriís(.omp()_ sivas). mcnos<krlorosas qut las agt:astlc Ia virla, sobr<'cuvo rlorsonrr.rleslizatla vo. Engañarkr por falsaspalabr.rs (hsil_ dt.cr¡rcorclia, ririn ¿ttrlitj ()cnlrcvist¿trsc r:onOr:laviocn cl pLt(,rt(.) rlc llcrt'nict'. I)¡rarrrrrsLlnrar cl orsaño,al avislarsu galcr,t,la fkrl¡ rom¿n¿Ic rinrli<ihonorcs rt:¿kts.N4i hcnn¿ln() sintitircnartr-elave firlrixtlc la cspo-trrrza pcnsti quc la sangrcric Julio (_-e!sar 1, que llc-vabaelt l¡s vclrascra su garanlía.Sí Egiploh¿bíamucrli¡cor.r (-leopalra..., pcro cxistíaIa posibiliclad clcquc cn rll florcr:icr¡Rorra. l)csptrésrle lorlo, su patlrc había tiesisn¡rlo a Octi¡vior.omohijo y hcrerlcro.Eralícito espcrd r (lc ól agrarltr:imien to. AgrarJcr:im icnlo. (lonfiarrz¡. l.calt¡ci. 71


A4aríaGarcíaEsptrón Nc-rl-rles pensamientos, Alejandría...Ellos nublaron la c-abezade Césarlblomeo y su claro djscernimicrrto. Se entregócomo una víctima al sacrificioy, cuando su sanclaliase posó en la tierra egipci.i,cuatro espaclasromanas se lcvantaron conlra é1,c¡mo hacíatantos años vcintitréspuñalesseclavaron en el pecho y los costados<leJulio César. Noconviuttt1uthayadunasiatlos césarts. Su muefte fue rápida. No I'rubolugar para la clesconiianza. 'l ampoco para la ingratitud. l-a traición no pasó por la mentede Césarlblomeo. Solamcntcla esperanza. *

*Se ll¿ma Sprs,o sea,Esperanza-le clijo la noble Octaviaa Alejandrol{eliosmicntrasacariciaba la cabcza de un perro dcl color ciela miel-. Es para ti. Nos cnconlrábamosct1el atrio de la casaclcquien füera esposade Antorrio. Una esclavadc edad avanzada entró,poftadora cleuna jaula cn la que había un gorriorrcillo. -El nombre dcl ave es Pnx-me dijo Octavia-. Es mi rcgaloy mi bienvcnida. -Zlruedo sacarlo cle la jaula? -clije y me parcció ver quc la damaescrutabacn mi rostrola sombrade urra clobleinlencirin. -Puccleshacer con c<llo que quieras,es tuyo -me dijo m iriíndomc con bond.rd. 72


QuuidaAllnnlrítr Para'lokrmeoliiladclfbtcníareservaclo una aclo_ raLrlegalita,ll¿rnar.la Librrlo.s, pcro mi pequeñohcr_ mano no cslabacn condir:iot.lcs dc jugal ptresla havcsíahabíarcsult¿cioclemasiaclo pesad;rparrasu saiurly cstal¡aor c¿lr1¿l c()nficbre,cuiclaclo por Eu_ rLrro,cl mótlit:ode Octavi¿. l-a hcrm¿¡rr¿ rlel vencerkrrsc cslr¡rz.rbahasl¿ricr inclecilrlcpara lrac.crmenosamal3osnuestrospri* pero era ltrreaarrlua porquc nrcros tlías cn Ronr¿r. cra inmilr¡'ntcl.r cclclrraciónchl triunfb de (Jctavio sobrc Egipto,rlonclc<lcbíamos dcsfilarenc¿clcna<los, sin quc imporlaranrri nucstracorta cclacl,ni la cn_ firmccladrlcl pcqucñoFilarlclfo. Si por Ot:taviafr-¡cra, no clesfilarí¿lnos. Strscnsibi* lid¿rl lc llacíailtkrlerablcla perspectiva. Ircnsarque los hermanosclesus l-rijosscríansonretickxn r.-"jarrlelrunrillaci<in lc qtritabael sucño. -Es un¿ rlc las nr¿ísimporl¿rntcs lraciicionr:s de Roma *lc habí¿cli<l-ro Livia,la esposadc Octavio_. A noscth'as lroskrc'arlar cl ejcmploy serfirerlcs.A mí l,rmbitlr.t mc partcnc[ alm¿resospobrcsniños,sobre tc¡rlc¡ cl bebc...¿trimose llama? -Scll¿m¿'lirlor¡co y cst¿í Filadcl[o. seriamcnk.en_ lcrnro.Somt:lr:rlo al sol ardientepuetlercsultarfbtal parasu f riígilsalurl. -llablas c'omosi ft¡crana p¿rsar mcsesclesfilandc¡. Ser¿í srilo Llt montclllo.Romalo mcrecc.. . y los re_ compcnsarácon crcccs.y¡ ves al príncipeJuba,un pcqucño pascfllofi.cntcal carro clel divino julio y qurnt:caños des¡trtisaquí lo tiencs,het-hotocloun 73


Esprtin AlaríaGarcía parasu patricioromano y con brillantesexpectativas fuluro político. Est'r,sin contar con quc toclaRomalo aclora.Lo mismo ocurrirá con tus egipcios -Nc¡ son nri-s egipcios,J-ivia,sirrolos hijos cleMarco Antonio, un hombre que suPOselwira Roma,en su momcnto. -iY que manifestósu voluntaclcle ser enterrado crr Alejanclría!Esotodaví¿ no 1operclonaRom¿.Por cierto, a todos asombra 1r-rcapaciclaclde perdón, qucricla.ZCómopudistetolerarque Antonio te reprtdiara para casarsecon Cleopatra?No 1oentiendo.Es dccir, Roma no 1oentiende.Ytr tampoco. jlal vez,queric.la Livia, porque Iro acostumbroa darme importancia.Yo accetlíal matrimonio con Antonio en momentosen que era necesariattna alianza cntre tu maricloy el mío. No estabaenamoraclacleél Lo hice por Roma.Y aprcnclía apreciarlo,a pcsarde sus defcctos.Era un hombre Senerosoy ale¡ye quc amaba intensamentela vicla.. . -clijo Octavia con una miraclacargaclade recuerdos. -Pcor para é1,porque la perdió y de muy feamaen su cstola-.En fin, ncra -dijo l-ivia arrebujánr.lose querida,cuiciabien del pequeño egiptriopara que pr,redahacer su paftc y desfilar con los otros niños en cl triunfb cle tu hermano. No krs mimes clemasiado, hay que convertirlos cn auténticosromanos. junlas.Y por fávor,di a tu Por cicrto,nos sentarcmos csclavaThespisque mirc bien cómo tc peina,la otra vez en casadc Valerio Crispo parccías1acsposade un tintorero y no la hermana de Augusto. 74


Qutritla AltjtmdriL' -¿Atlgtrsto?-sc extrañó Ot:tavta

En fin' la k:trguamc ha.trar -iiir-ri'r'.'iintliscrct¿r' cl títulodc .i.rnni,r. ¡t scnatloofrcceráa tu hermano Attgtt "-;; sltl.

a la pcnsala pucrta,Liviaie guiñó un ojo ". tiva "'-lr,Ociavia: crces?Y a no *.ior. qtrc el tíftrlo clerey' Zrro rl-rclarlo, m;is tluraclcrtl *

fuc trl organiI)icer-rque el prirner clesfiletriunfal de la cir'rclad' zadu por it,i*.,it', el fünt1ackrr irnbuiclocle una actitucl üi'erpíritu alcilnclrit-to' librc para poner ctr cluda crítica,ha sitlo lo b¿sl¿rute Lo tlomparo con la existt:nciaIristtiricaclelfiu'rtlaclot: l t t t e t oy h t r c l l l s A l , i o n , l n , c l h " m l r r t d t ' c ' t r t l e1 ' l r s l t i s k r r i ; 1 1 1 ¡q¡t¡tsc' f , r f , ' ,t , , ' . t , , , tr' t' g i s l r ' t r l a¡ rsr r Por supuer iirn,l.i mi triutlatl,la brillanteAlciandría pensamienlt ,o 1.,., tr,l oso mcnt:iolrarcste f]:l:: más rtlmantl quc trls pc]rcrlc ffle ratos ¿ quc clelirb¿r, y dc sLlsar.,)n-,].t,'.t pcsarclesu tlolor atezado oios clcprircipc del c'lesierto' clicr-rtcs quc clcvoluntaclcs t-'-t¿tl"sccltlckrra Rom¡ cs u'-'rn cotrvctrtler.Etl poccls corlvencevctrt:icncloy vcllcc al Alt'janrlroiltliu' tottto yo firimos.alec<:io,lli,;, r"t-r;c., en cl trit¡nfo n¡rlos dc la itnportatrctacle participar de noblcs eltremlg'os rlc Octavitr('11llueslr¡ t:alid¿d i p ' r r I r c n n i t t g t t r t 'ltl ' t r t n t i r l ¡ , s N o l t , l l r l , l m ' ' s| ' r r l i t ) s ( { ) l l t r l r t ) q( i l u t l l l l o s ' l , t l l . rt r i ¡ , ' r l í ; r r n r r {\ r ) l n p ' l r ' l r l l { en

quehabíaclcsfilaclo ;',;;" .i galoVcrcingi:iorix'

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,trLaría GarcfuEspuórr el famoso triun fo dc Julio César p¿rraser eiecutaclo ¿l término del mismo; ni siquicra con nuestr¿rtia en Arsinoe,que había vestidola corazadc Suerrcr¿l aquelloslejanostiempcrsen los qr.reCleopatracomy balió al laclode Césaren las gucrrasdc Alejanclría concibióal añoracloCcsarión. (bn quien sí podíamos estableccrun punto dc comparaciónera con el príncipenúmida Juba,cuyo padre se había suicidadoPara no c¿eren las cesáreasmanos ni apareccrcomo lroféo vivientc en esc triunfo inolviclal¡le en cl que las parlcs cle] munclo por los conspiuos privencidaseran simbolizaclas sioncroscargadosclc caclelras.Si las Galiasvenciclas eran el humillaclo Vercingétorix,si el Egipto plegaclcr Arsinoe,e1 a la voluntad roman¿rera la tambaleatrtc África estaríareprcsentaclapor el heredcro cle Juba, el csbeltoy adorableniiro de cabelloensortijacloque füe ¿rrancaclodcl lecho sangricntodc su padre,el suiciclaaltivo. Pcro eso había ocurrido hacía muc]rosaños.Juba era un refinado ioven muy aficionado al cultivo dc C)claviolo haLríadistirrguido las letrasy las cicnciascon su predilcccióny ocuparíaun sitio de honor en c.l vcncedor' gradcrío,al lado de la lamilia dcl Intprrnror Esaera Roma. Un c1ía,prínci¡le venciclo,cargaclo dc caclenas.Otro, romano convencirlo,clispuestoa vitorc¿rra su mismo vencedor.ZOcurriríalo mismcl que graciasa Roma conmigo?Aun hoy, Alejanclría, soy la reina de urr cst¿clovasallo cle Roma,no lo pucclocontcstar. 76


QutritlLtAkinndrío tan granclc T.aagilacitinpor t'l tlesfiletriunftrlcra Son ,-rr.,.r*,¿lrcrlulorqr.tcat:abtipor contttgiart-ros cotr bcbrc totlo a Alciantlrtil{elios,qr-rcrct'orclab¿r rlc Marco Anlonirr neplát:itocl brillo tlc l¡ ¿rrmadttra nttt:strtlpadrc ,, i,,, tr,ur-,p.ru,tlcl triunftrcn cl qttt' ck'(oronasefímerasOctavia lorlcti nucstr¡sfrctrtcs t:l or<lcntlcl paciclrtcmelrtc sectttargr'rrlc cxplicarttos I'c¿lcclr llLlcslras triunfir y scsorprctrditi¿1clrtntrtr¿rr tltlll Prcmaltlri) sallidt rrí¡ ' cio¡lt's -Er,, yn lt, salrt:,¡,,s, nobleOctavi¡-tlijo Alcjarrrlrcr cotl t-l llclios-. l)rirncr()aparccenlos carrost:at¡acltls para cl salesotrrtlc 1,,,u.,,,,i,k" y lLrcgolos bucl'es crilicio. los ¡nillaltls -llroscg'r'tí -(.otno a ¡t.tinr¡lt'ssig,ttctr tlcslll¡ráncotloclrilcls clt:spr-tós vo-. Inmcrii¡l¡mctrtc ibis\¡ qtliz¿i rlclicatlt¡s cl<ltlcsicrto, ll.'l Nil,,,t'amcllos la cargil dc ¡t-rinralcs -tlijt:1'o ¡'ccorclanclo ,lt,'1,.l,-tt,,, t g i ¡ r ri r r st l l t ' l ¡ l l t l l o ' l t A l t i ' r l l ' l r l ' l ' - [ s l ,i l r i t l l l l t l i ' r , - v S t l l l c - s o t t r i ' i ( ) ( l i l v l ' l -l \ ' ) l l c qtre'a la olviclatlocl tritrrlfirsobrccl rcy <leArtncnia en Alcjanrlría' rr1¡lrcrilronr¡l1l' orgitrtizóvttcstroparlrc tonro lt.rc¡tte i\'1t:cot.nplacccotnpt-obarqttc rls ¡rot-tiíis clc l:giplo' I)crtl'l.tttrvco clr el ¡rctrosois,los ¡',r-ílrci¡,cs Pietrscr so tlcbcr rlc arlvcrlirosttlr lretlro imprlrtatrlc' tlolorostl' qttc si lo s¡b('is<lc¡IIt('l.l1illloscr¿in¡tltos ('otllo ¡ lclsc¿b¡lltls?-prlgurltti dV¡lt ¿r¡z-trL¿rlrt)s ctr la voz' Alcjarrrlrollclios totr cl nriccltltlltzarz¡tL¡ -iNol ll)t'nitrgrttramatrcra!-rcspontlitiOt'taviay l'o qtltl c¡tttcrrr sus ojos s(' illrils¡rol1 tlc ltigrinrastlccitoscs.. .


A4aría()arcíaEsPtón La hermana del venceclorcleAntonio y Clcopalra y nos tomó de la mano a mi suspiró profunclamc-nte hermanoy a mi. -Se ha acordaclopresentaren el clesfileuna efigie de vuestra maclre.Las reaccionesde la plebc pucclen resultar altamente ol'ensivasy, como mis queridos príncipesegipcioshan sicloinstruidosen nuestralengua latina, mc temo que comprenderéislas sancleccs y malclicioncsque proferirán mil bocas en conlra cle la gran reina CleoPatraSéPtima-Noble Octavia,Zpor qr-réerestan buena?-h dije tratando de contenerios sollozos. -No s<.ry bucna, pero no estoy cegadapor el odio' IIe estudiaclola l-ristoriade Egiplo y admiro a vucstra maclreporque se comportó comr¡ el más sabio lo meiorpara su de los monarcas.l.Quéhizo?L)esear rendirlehomenaje,pero por Llna país.Romadebcrí¿r multitrrclde causasoscuras,su efi¡iierecibiráinsultos' No quiero que los escuchensushijos-Y para cllo' l-re ideadoun plan. Octaviaseclirigitia una encantadoramesitaclonclehabíauna arquetade madera.De ellaextraiouna pasta ambarina y empezó a moldearl¿rcon sus manos. -Alejanclro Helbs, Cleopatr¿rSeletre' l'rct:orcláis qué hizo ei héroe Ulisescuando escuchócant¿ra las sirenas? -clijo -iSe hizo atar al mástil dc su embart:acicinl AlejandroLlcliosentusiasmado. -Así cs -cncomió Octavia-,ly qué mas? 78


Quu'itlttAkjtnLIr[o -l)isptrsoqLlcstls t:ompañcrossc tapilranlos oíl¿¡ssirenas ' .lo,.ar'', ccra,p¡r¡ l'ltl t:ecicr¿l t:anto cle -rli1c yo, cornprcntlicntlo la compasivtt iclca cle Oc:tavia. -No nos am¿rlrlrcmos¿l m¿ístil-clijo la tlama-' no estlchar ttn nert¡ st-ll¡rcmostlrtcstrostlítlos para tlc las sirenas ,-antt, mtl,üc-,mcnos scclutltorr¡ttc el oíclos't:on,lo No potlnlis t'crr¿r los ojos, pcro sí los scrá tlt¡nsidccluc el stlfiimicntrr,qttcridos príncipcs' rablct¡ente mcnclr' -prcgutrté-' -<lQuépasarti t:orr'lirlomeo Filaclcllir? y además Es nrtry pequcno Para soportar urr clcslile sc ctl(:tlclllracnlcrmo' rlr¿í en brazos tlc una noclriza y lo llcvartrnos a tlespr:éstlcl tril¡nlb tlc nri hercas¡rinmecliat¿llnctrtc mano -rlijo Oct¿rvia. arruga cle cclntraricclatl l)utlc tlbscrval qllc tl11¿'l nublaba stl lientc * cargaba Salimclstlt'l (-ampo Marcio Utra nc¡driz'r sobre los al pcqtreño Tril¿dclfbmiclrtras tros ecüaban a nuestra calil',,,'.'''üa,,,catlcnastle oro, eil atent:i<in tlel bebti acatlatl tic prirt:ipclsvctrt:itlos l'a noclriza una maclrc bó cargando iambióll sus caclenas'como lt s ' l'' stt hiirr' l)t m¿si'lrlr rltrbil¡'tt't ,,trg,,'1,,. ¡up,ttt olvitl'tt1tt 'l llor¡r, rni pcqttt'ñollcrm'tnn p'trccí't iirón clc tln stlcño. t-on la comOt1¿rviah¿bí¿ scll¿clolrtleslrosoíclos por sí abrumapasii;n tlc la t:ertt,r' ent:argacloa la cle 79


tMaríaCarcía[spuótr cla nodriza que estuvieraatentaa cualquiercambio clc instruccionesen la march¿ para hacérnoslo saber. Si Alejanclríaera brillarrtey coloriclaen sus festejos, Roma aportaba una dignidad y una ftlerza a la que no füimos inmunes.Sescntíaen los poros clela piel,vibraba en el espíritu.Princesavencida,sentra el peso de Roma en las cadenascle oro que enroje, cieronmis hombrosy sacarclrl una ampollabajo mi nuca. Vi al frente del triurrfo a la mrbe de los senadores. Sus vestidurasl-¡lancasorlaclasde púrpura agitaron plie¿uesde mi alma.Lo que había en mí clc Marco Antonio sc cimbró al contemplaral compactogrupo qr,resimbolizabacl corazriny la menteclcRoma.ilos senadorcslSuscabezaspasarondebajode la Puerta liiunlal. Imbuiclos dc su dignidad, se convcncían clequc con la victoria de Actium habíantcrminaclo las atrocesguerrasciviles,cluehabían clesgarrado a toclaslas familias romanas,enlicntar-uloa hijos con-lbdos lra padres y a hermanoscontra hermanos. habían sufrido alguna pércliday veíarrcon beneplácito llegar,por fin, la paz. Era L)ctavio quicn la traía. Octavio, el m¿lrmóreoOdavio, el hrrprralorque clclegabaen otros el ardor de las batallas,para las que no cstabaclotado,qr-rehabía confiado en Agripa erlliderazgode Actium, no sienclc¡defrauclaciopor el curticlo solcl¿rdo. l-astrompetashirieron el airc con sus ¿íurcas voces. Los carrr:s cargadoscon los opulentos tesoros BO


QutridaAkjandría En <le Alcjandríamaravillabantr krs cspectaclores tnos algunosobjebs' Dcbajo esos carros rct'ot¡<tcí¿ esfinasnos habí¿lmos rle aquc[mttcblec'lcmac]eras crnrlickr,crrcscen()rmcespejoclebronccpulimentadc¡mc habí¿miracloalgr:navcz,csatc'ladc scdatorlrabíacnvtreltocl cuerpo dc CleopatraLa nasolac'la los estanr.lartes, dol¡lc coronade Egipto,las insignias, cleortl, las avcsclc alabastro, csfin¿ics las pcqr.rcñas lc¡s rlc esmeraldas, los chacalcsclcttbatroincrustaclos cofrcs colm¡closdc perlas,cl alma de los fhraoncs de los carrclsabrumaclos¡ror crujíacomo lasruecl¿ls el pesodcl tcsoro. ensayabansu I-os blant:osbucycs clel s¿rcrificio al bullic:ioy a la trasccnpaso corrsino,inclil'crelrtcs clt'nciatristóric¡clcltriunlb dc Octavio.Ellosserían 'l'emplo cleJú.l lii usallzaantigttaetr el clcgollaclos piler (.apitolioy sLlsangrccomplaccría¿rltls clioscs clc Roma. al mismohcmAlcjanclroI lcliosy yo clcscul¡rimos po el simttlat:rotlt:l qtrc ¡rosh¡rbíahabladoC)ctavia' Solrrcí.Era una cstatuaclc [sisa mcdio ccxrcluir'De Isis,la strprcmadcicladlemorina a la que CleopaEligicronbicn los romanos' 1ra sc h¿rbí¿¿rsimilacitl. ctr el lugar rie la rcina invicta cn lsis encaciotacltr sin rte. Ellosrnismosarrastrabana la r-leidad su nlLre dc Roma,quc su cultil cslasc a¡rotlerarí¿ s;rbcrc¡r.te al dcl mismo lúpikr porque por rlt:splazar acalr¿rría las mtrjcres:por las esclaseríaabrazatlopor to<Jas clamasy las proslitulas, las alt¿rs vas y las m¿rlrotlas, y las clcvientreestéril. Ias m¿rclres B1


AlaríaCarcíaEsprón Egiplo estabaen Roma. Jsisestabaen Roma. lo cstabayo, CleopatraSclene Tambiór-r como troleo,la A la vista clela cliosaarrastracla 'lblomeos que había en mí encendióe'l parte cle los culto a las cstrellasy dccirlíasociara mi nombre la Di* estrcllade Isis,que cs Sirio,la resplandecicnte. bujaría mi nombre como un jeroglífico:la luna en crecienteenmarcandola estrella. Detrásdcl simulacroacabamospor caminarmls hermanosy yo, arrastrandonuestrascac]enas pruclenlepara no piConscrvanclouna dist¿rnc-ia sarnoslos talones,marchabanlos lidores, con las orgullosasfascesde Roma envueltasen el laurcl de la victoria. carroDetrásclelos lictores,sol¡reuna csplérrclicla za circular tirada por cuatro caballos,iba el lrnprrafor en persona.Augusto cubierto con una armaclurade oro, agitandoal vicnto sLlcapateñidacon Ia púrpura cleMauritania, cn su mano derech¡ una rama dc laurely un cetroen su mano izquierda.l-assienesrie (Jctavioestabanceñidaspor una guirnaldade laurel quc acentuabala palitJezde sus rasgos.A su oíclc¡un magistradomurmurabavanasfrasesque intentaban rccordarleal generalfriunlantc que era solamcnteun hombre. rJehombrc y Si 1a victoria cs la mezclasagrarJa de dic¡s,nunca estuvo hombre alguno tan cercallo clepaladearla divinidad como CJctavioen cl triunftr que le dcdicó Roma para celebrarsu victoria en Ac82


AI{andría Qutr'ítlLt cl naciclo era cl lrombreprecleslinarlo' tium. Ot:t¿lvio para gobcrnat'sobrctc¡dasl¿rsnaciones'cl autóntico por cncii,,,.,,ti..uclclgranJulio Octaviosc elervaba cle ma clelCapitJlioy su ficr-rtctocabala fiía mano las cstrcll¿rs. Marcelo' erliovcn Como tro tcrlía hijos, ft¡erorr -l'iberio' tacitrtrno el y hijo tlc stt hermnn¡ O<1avia, cabalgaron primogónitotle su csptlsaLivia,quier-res r]e clc til para sttmara su homenaiela fircrza cletr¿ís los varoncsdc su f¿lmilia. pasanrospor cl [.irctl Fl¿rminio' lin t'sl¡ ftrrmat:i<itr y por fin llegala Vía S¿craCiapital r:l CircoN4¿ixin¡o, 'lempb de lúpiter Sclcrrcy tlclios,al mos,exhattstos (iapitoho. siguicndolas prcsftrcrolrsacrificados i-,,, b,-,"1'c, cripcioncstlcl rilttal. i)r:t¡victfitc at l¿nr¡clopor el orbc univcrsocomcr el vcnt:ctlorrle Antonio y Cleopatray el conqutstaclor cleligiPtrr' 'lics,lirs tlcl triunfcroct¿viano'el pcqltcrlcsptrés fr.tea reunirsc(:ol1sLlsmayores ño'lblonrcoFilaclcllir cn cl camPotlc ltrssombras' seagravÓ I.a fiebr"cque no lo h¡bía abarrdontrtlcl por la crr la ionratluclcltriunfo y mtrrió,cobijado cll cl rcgazodc in,r¡nst:icncia lliatlosaclesu inf¿ncia' C)t'tavia.

B"¡


DELTA


Q , , ' r i , l n A l c i , r rl r i, r ,/ c r ¡ , i l t l roh r l r rpr t r c rrn scrhumanor) dc so¡rortar 'lblomco |ilaclclfb, Iir los lirncralescle t:uanckrlas plañiclcras roffr¿nas]reríancl airc con slrs{¡rilos,me relirgióen mis alcsor¿rlos rccucrclospara construirlca mi hcrmtrncr lcr que pláciclamcnte Lnracr¡ll¿rlc silenc:io llorabat:omo llcv¡ra a la l:terniclad. C)i1¿vi¿ 'lblomct¡ hubicra sido su pr-osi cl pcqucño me sccros, por(JLre pio hijo. lvlis ojos estab¿ln coloquio con clrtrctrní¡rcn un rlcsesperado porqtrc imaginabaa mis sombrasqrreritlas, (-lec4ratra y a Antortio cnlazatlosycndo al


.hlarínCtrcíaEsptrón encuentroclelniño, <lispensárrdole su atencióny sus mimos.La ensoñaciónfue tan fuerteque,desprenciiclade mi lacultadimaginalivay como adquirienclc,r volunt¿rlpropia,la lenuesombrade mi maclresacó una pelota de oro de sus vestidosy la hizo roclar -lbsobre el suelo para quc la alcanzaracl pcqucño Iomeo."lirrio alborozo,el niño siguióel brillo clela pclota,quc lc cra arrcbatacla por la gatitalibrrlrrs... En mi imaginación quiseintcrvcnirpara rcsliIuira mi hermanoel ri¡rarlo.jugur{e y ahi en la habit¿cirin dcl luto y dcl clolor, mc vi juganclocon mis paclrcs y hcrmano en un espaciosin espacioy fuerade las lcycs clcl ticmpo. La vicla que Otlavia quiso construir para nosotros cn su casasi¡pió su ctrrsr¡.A vcccsmc parccíaquc nuestragenerosatutora queríaclctenercl tiempo y mantcncrnoscn la infánciaal lado clclos clcmásniños que le había iilo dcjarrclola virl¿i.Pcro cn Rom¿r se crer:íariipiclamcntc.. . pronto Marcclo abandonrj el banco clelas let:cionesde l)eíÍbbo y vistió la toga viril. Sc rlccí;rquc Octaviolo contcmplabacon ojos cleparlre,prefiriónclolo indusr¡a I'ibcrio,cl hijo de su ürfluycntc csposa. l{ubo urr tiempoerrque deseéclejar, ccrmoMarce* lo, las lecciones cleDeífbbo,porquela escuelaclenoblcs jirvcncs clc Octavi¿rera el lugar clondc sc ponía más empeñoen enseilarla Jris{oriaromanarec-iente. lorJo parccía construirsc cn torno a ]a victoria clc Octavio en Actium, sobre Antonio y (-leopatra.El abrumadopreceptorgriigo tratabasin i:xitodc aho88


QurridoAhjandría rrarnos¿rAlcjanclroIleliosy a mí el mal trago,y de cvitar que JulioAntonio y las dos Antoniasrccorclaran a su paclrccomo t¡n traidora la pah'ia. Pcrosu tarcaera imposiblc.hrtentócumplirlal)evánclor.los a una visita al reciéninauguradoAltar a la Victoriaque Odavio habíahechoconstruiren un extremoclela CasaSerratorial. De estamancrapoclía ostent¿lrantc Octavio que cumplía a la perfccción sus clel-¡r:res de preccptory r-lcjarquc las imágenes y los objetos¿lcumularlos en el Altar Victoriosohablaran por sí mismos,evitánclolcla penatle conciliarlo inconciliable. AlcianclroI Ielios,las tlos Antonias,Julio Antonio y la rubia lLrliay yo nos vimos paradoslrentea la cstatuarle tamañonafuralque sobreuna platalorma cxtcndíasusalas.I)cífol¡onos cxplicóque esarepresentaciónrlc l¿ Victoria había sido ganaclapor los romanosen'l¿rrclrtolracíamás de closcientos años. -iVlirad krs clespojosclc Egipto, cuya anexitin a Roma lúe posiblc graciasal arrojo y decisióndc nuestro.rm;rclo Augusto. C-¡r.lavez quc lrllcstro sulrido preceptorllamabaa Ocl¿rviot:on cl lítulo que le habíasidor:onfcridopor el Senadoy d puelrloromanos,mc parccíarcconoccr clr su voz cicrtainflexiónir<irrica. -El pcrsonalnrcntc clriclilque nunca laltcn cn el altardc la Vidoria ni cl vino ni cl irrcierrso... 'lbclos los niñr¡svolvimos la c¿lreza,¡raraavcrigr:ar quiérrh¡bí¿ lrablado.Deífubo saludcial recitin llcgaclo. 89


A/LtríaCarcíaLspcrtirr -El nobleJubaha clegicloel momcnto máspropicio para acucliral Altar dc la Vickrria.No pudimos mejorcompañíaque la del jovor másinstruiclesear do cleRc¡ma. -Deífbbo,Deífobo...no mc presentes antc'los niños de Octavia como un insoportaLrlepedante.En estedía y cslahora he acudidr¡al Altar clela Victoria siguienclocl llam¿do de la bcllcza. -ll'e refieresa la cstatuaalacla?-prcgunti¡ Deífomer-rte exquisibo-. Susproporcionesson verdacicra tas, aunque algunos la han clefiniclocolno un gran pájaro,la mezclatle buitre y diosa. A estaaltura clc la conversación,los r.lemásse haa juegospropios cleniños. bían alejadoentregánclose Yo me qucdó clavaclaen mi sitio admiranclodcsde clcJuba. mis docc años la aposturra -No me refieroa la estatua...'lampocoa los tristesclespojos dc un noble paísvenciclo... Aurrquc Juba lrablaba con Deífobo,me miraba quc hizo brotar el n¡bor en mis con una intensidacl mejillas. Una cmr¡ción totalmentc desconocidamc sorprcncliófrente al altar clc Augusto. -lA qué bellezate refiercs,noble luba? -prcguntir I)eífobo,ligeramenlealarmadoal sorprenderla miracladel jovcn. -A la bellezadc las cosasy los sueñosperdidos -scntcncióJuba. Un silcncionos envolvió a los tres,baio las alas de la Victoria.Juba sonrió y sc inclinó levcmcnle anlemí: 90


QuuitilrAllandrío -Ir¡rtotrr.si acantns-sihnbil¿-s ¿¡r.s diosno nlorlnlcrinhtr¿, 'fitrrt, s¿ortIu patlrty lrr tndrt, b¿r¡dilos so lo.sv¿llrstlt ltt furs hrrlr¡arlos. b¿lrdilos Me cstrt'mccíal rc<nnocerlas palabrascon qlle cn un gricgo Uliscssalucl¿¡ N¡usit'aa,pronun<:iaclas Sirr qlre yo lcr y cargatlasclc intcrrcicin. cspltrnrlickr meditara,mc vitricrona los labioslas palabrascon al héroc: rt'spcln<le c¡ucla print:t-'sa -Quirnrns,clrr¡o lo dir¡¡ tu cabtaty Iu drnll. comprcrrclía l)cífirbo cst¡ba conmovido,pc-rrqr're al Altt¡rdc la qur: cl pri-rtripcnúnrid¿lrabíaact¡cliclo Victrrri¿¡ rcrrdir tributo a la vcnciciamajestaddcl E¡¡iptoalcjantlrirro. I-a grácil cstalu.)sc aparecicidc pronto alrlc mis ojos t:omo un avc t.lcrapiiradispucstaa roclcarmi cut'llo trrtr st¡sgarras.I-a bcllezaqtre Jtrbacvocaba rro cst¿bacn el ¡ll¿rrdc Atrguslo,sitlclen ul.tlugarsin rromt¡rc,silltatloctrtrttcl sr¡cñoy la espcratrza. -No cs l¿ primcravcz qtle te vco -mc diio cl prínr:ipcnúnri<lactr voz baja nricntrasl)eífobotr¿laba a susjóvr:ncsaltllnnos sin i'xito rlc trrtrgrcg.tr I-o só lc cotrtcslí'-.N,{cvistt'etl t'l tritrnfirrlc Auqtlc hat:ctntti\4tl clijtlrorl gusto.l'uvt'qtrcrlcslilar. kr mismo. r:hos¡ños lú lrit:istc -'lc cquivo<'as, St'lclle.La primcra vt'z qr.lc[e vi qt¡c trts oJos estab¡s<r'rt¡tl¡)JX)r1¡tlt,ls<lcsgracias vi errAlcjarrcit'gos.'lc sch¡bíanvttcllo¡tarcialmt'lrlc Yo drí¡, cn cl palatio clc ttl matlrcclr cl lJrlrcücit¡n tlc cspt'ranza t-oll l¡ sct'l'cla lurnrpañi'¡ Ar.tgtrslo visitarla llibliolcca)'corlvcrsarcolr los s¡bios¡lt'9I


,LlaríaGarcíaEsptón janclrinos.Y lo hice.Me embriaguécon la sabiduría acumul¿¡claen los cuatrocientos mil vohimenes y con cl c¡lor incr¡nfirnriibledel papiro. Me avergtienza confesarqtrc, mientrascaíael imperio cle los lolo_ meos,yo mc embebíacn la lectura de un minucioso tratadc¡de astronomía. . . -lirdos sal¡encletu amor por cl estrrclioy cietu cu_ riosicladinsaciablc,príncipeJuba -le clijctratancloclc alejarmis recuerdosde aqucllosdías,que amenazaban sucedcrseen kopc'l por las laclerasclcmi mcmoria_ *Dcspuésfui al Somaa intentar ver cl cuerpo incorrupto de Alejancü-o.perr¡ el venceclorhabía pa_ sacloantes...los guardiasromanos me impiclieion entrar Fuí a otro sitio que no pueclorevelary vagué sirrrumbo por las callesdc la ciudadhastaque clcs_ cubrí el cacláverde tu hermano Antilo, abanclonarlo en el monumento al divino Jt¡lio. Entonr:esclcsperté e¡r la realidad.Fueraclcla Bibliotecay <lelos sibios papiros acontecíala sangrientavictoria. Suspiré,clesviamlomi mirarla.luba comprenc.lió quc mc lastimaba. -Perclona.. . no fuc mi inlención reavivarfu clolor; sino recuperarel mío. yo cra demasiaclopequeño cuando mi paclre,cl rey Juba, se suiciriir puio ,.,o convertirscen troíeo. -C-omomi madre...-le dije, asombradaclelgraclcr dc intimiclaclque había alcanzaclonucstra coÁver_ sacirin. -Nuestros clcstinoscstán misteriosamente urri<,los, Selcrre. Cuando Marco Antonir¡ te hizo reina niña 92


Qutrifuilkjntdría rlc Áliir'¿raclLrtisilr rlLrrlaguiatkrpor cl rliosrlc las profcr'ías. -rt(lu11 quicrcsrlccir/-lt' prcguu ló t'xtr¡ñ¡rla. -No putrkrh¡bl¿rrnr¿ís. lkr tl¿rkrmi palabra. -r:Aquión? Jul¡¡rttrrri krs ojos,súbilamcnlcr:ansarkr. I)cseé qut' krsabricro,parar({rupcr¿r su bellcza. -<t(luiinkrs ¿ilos licncs,Scltnc,) -mc prcguntti abrulttatnt'nlt'. I)occ lc rr rnlt.slti. -En Ronracs l¿ crl¡rl rlt' l¿snovras. lLr[r¡sonritj]' s('nlímis nr('jillas ar(lcrcou fitcgo insr4rorlablc. Er¿t'l Arlor;urrrrola Victoria,¿l¿tlo. .¡-

csanochcno pudctlormir Qucritl,rAlclarrrlría, ('n p('rmanecer Mis ojos st'cnrpccirraban alricrtos, conlemplanrlo cl lrrJroy los roscloncs rlc lasrrrnris¡s.Nlc h¡bí¿llt'rrarlrl¡l mirarlarlc losr¡sgosrlt'Juba y tttc juró c¡uccl roslnt rktl ¡rrircipescríanti tcsorcr nrrjor guarriitrlo. ( onrparlictllo mi irrsomnio,Alcjattlr.oI lclios ab¡tt(i()l't(isr.rk'r'ho)¡ sc scntósobrcmi c¿rma. -Estabascgurc.rcicque rro rlormías,Sclcnc-mc dij<.r. Nr¡cslrosrilm<¡svil¿lcs¿rmcntrrk¡sc acompasab¿rn,rcconltínrlon( )s nLtestr¿ nristtr"iosa rnnclit.irirr tle l,,s ¡,crnt -i(lu¿ilts I¡ c¿us¿rlctu Llltaclcsucño,Ilclios?-le prcgr.r ntó.


María GarcíaEsptón -T-osriespo.jos al pic rJeuna de Egiptoacumulaclos -me cstatua fría dijo y creí ver que los ojos dc mi hermano relampagueabanen la clscuriclacl. Nacido para ser rey,Alcjanclroflelios era un niño tolerraclopor la compasiónromana. -Egipto ha mucrto -lc clijecon serer-riclad. -No es verclad-me respondió-.Egiplo vive en noso os. Mc llcvé el declohclice a los labios para rccomendarleque bajarala voz. -Cesarióny Antilo cstánmuertos-susurré-.Muricron porque los romanos consideraronque poclríanencabezarrebeliones.A nosotros nos hicieron gracia de la vida en consideracióna nuesiraedad. Pero,hermano, aticnclebien lo qr.rete digo: si soren ti una chispade sangretolomeaciesconprencJerr tcnta con la t-lerrotay dispuestaa rcbclarse,no cludarán cn matarle con sus afiladasespad;iso con un lazo escurridizoen torno a tu cuclkr... Promete quc scrásdiscretoy esperarásjunto a mí mejores liempos.Prometeque intcntariísser romano. Imita el ejemplodel prircipe luba, como nosotros,hijo de reyesvencidos.Como nosotros,adoptackrpor sus venceclores. -Juba cs un cobarde-clijo Heliosy scrrlíque me abo[eteaba. -lPor qué te afrevesa afirmar eso? -Saltaa la vista.Se crrmportacomo un pcrro cle los romanos.

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Ahjntlrírt Quu'iLILt -L,sctr<lra, ITelios. Jubaes romano.No por naci(--omolcl rnicnto,sino por clctrión y por destino ttosotros,si l-toesqttc ya kl somos' sc:r'cmos 'lb-Yo no. Renicgodc mi parteromalra.So1'tln 'l'e <ltctlast:ucnta? ir'rro, lomco y mc ll¡mo Alt'.1anch'o, (-lcopatraSelcne, qr-recuandoscamayor ret--uperaré cl trono dc ligipkr.Volveremosa vivir cn nuestro cl t:onmigo Screnlosf¿lr¿rones: palacioy tú rcin¿rrás SoLy la l-trtl¡,crtmo quisieronnuestrospadres Sca Roma rcmos C)sirisc lsis y haremosarroclillarse ¡nte nucstt-otrttno llanqueaclopor las alas clc orcr clclhalcón I Iortrs. imposibles AlcjanclroI lclioslloraba.Fantasmas lo tortur¿lranen csanot:helen qtlc yo habíaclcscr-rbicrto que amaba a juba. Comprendíque lruestrcl ttna tlivergenlazo rle gcmckrstlmcttzaba a acus¿lr cia. Él qucríart:ctrpcrarEgiPto. Yo solamctrtcqLlcrí.ra Juba *

No volví a vcr a mi prfu<ipcnúmiclaticspuésde en el Alt¿rrclela Victori¿ Por vcl's¿rtlititr nucstr¿c()1r a Attgustocn stt Odavia stt¡tt:tlttcJltbaacompañaría campatiam¡lil¡r cl-lllispania.iT-agtlerra!iDc nucvo el ciclo,la l.as llcchasensombrecictrclo l¿s b¿rtall¿sl sangrcempapallrlolas túnicascortasdc los soldainmicmbroscerccnados, ck¡s,muslosclcsgtrrratlos' .. leccioncs¿troccs,viud¿sy hutlrfancls.

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Alaría()ardaEsPerón Los c.íntabrosy los asbrcs,pucblosaltivose i¡rdomeñablcs,moslrabanhosülidadpara con los romanos.Au¿lttstomismo sepuso cn marcltaPararcclejabalirray maestros ducir a esosfieroslarrzadores clelas emboscadas J-amontaña, ios arroyos,las tltevas clestt agrcste y bello paíscran susmejoresaliados I-legaronnoticjas a Roma clc que Attgltsto' extes cli,-,.,a,lop,,. Ios lrabaiosy las ciurasrlonrlicic¡re m¿itjcas,con el ánimo clcprimido al ver que los sol<laclosromanos cran superiorcsa cántabrosy astltrcs en nútmero,pero inferiorcscn arrojo,asttrciay' Zpor enferqué no rleciilo?,heroísmo,cayó gravemctrtemo. (Mi marido me ha n¿rracloriencloqttclC)ctavio cacr ctrfermocuando las batallasse acostumbr¿rba complicaban). Ilubo atlcmásotro acontecimicntclque fuc ocultadr¡ clurantemr'rchoticmpo, pues amelrazabala esenciamisma clcl personaieserniclivino en el que se fue convirtiencloAugusto.Aunclue me enteré por una conversaciónultrc Octaviay Livia'quc escuché me füe rescñaclopor Jtlba' te, rlespr'rés incliscretamet¡ que en su calida<icle testigopresencialmc brindó clelo quc ocurrió en Cancletallada una clescripción tabria. cllllcll' parlicularmcntc clifícil, l)espuésdc una iornada particularmcntc ¡lcneralcsromanos cuanclolos más experimentados sc rompíanla cabezatratandclclcanticiparlos movimienlcx c-lcesafrttstrantegtterrade guerrillas'Attgt'ts1osalióa clarttn pascofi¡erade su tienda El tiempo L)6


QwrídttAbjLrntlría y sc aleióun poco del campamcncstabadespejatlo c:on iu[¡a, cuya compañíahabía 1o, cronversantlo l¡uscaclopara qttc la rica col.¡vcrsacióndcl príncipe ntimicl¿lc dcspcjarala cabczaclelaspreocupaciones de la guerra, y, a la vista Pronto stt vicron en un cicscampaclo dc ttnas ntlbes cle formaciónvertical,comenzaron ¿ccrt:aclela pertinenciaclelos fucgos una clis<rusión clcl ciclo como mensaicrr¡srle la voltrntacide lúpiter' el atomismocleDemóJtrba,que cntoncesestuc.liaba clelos crito, ensayirtlna explicaciónclela ac:tiviclad -lirvo que irrteátomos en el interior de las nubes' rrumpirseporqile sintió qtie los abundanftsvellos clesus brazos-qLleno depilabaa la mancraromaEn ltna fracciónde scgundo,empujó na- scerizabatr. y lo hizo tlar con cl cuerpo a Ar.rgusto violcntamentc en ticrra.lusto a titlrnpo,plles Lln rayo caíaa tlos pasosclela pcrsonacleOctavio.Si hubieraestadr¡dc qtte la historiaclelmundo h¿bría pi., r,-g.,.n,.,-,.ntc toma.l,.,otro cllrsoy -fikrsofabaluba-, por voluntad clelos átomos'para clcIúpitero por la confábulación lrttbieraclaclolo mismo el c¿rso El rayo tt:rminirtlc minar'1aestabilidaddcl pot:o y aplomadoAugttsto. Éiucrrcr() 'lhrragona' I)arahttscarla salutlperclidaseretiróa cobardcpor mi irreJuba,que h¡bí¡ siclollam¿rclo llcxivo hcrm¡tro AlcjandroFlcliosy por mttt:hosque envicliabanstl aposturae intcligcncia,per,maneció bajo las órclenescld general en cl campo tic l'ratalla, CayoArrtislio. 97


Alaría ()arcíaEsptótr En loscamposdc batalla,pr.reskrs asturesy los cántabros abrían innumerables frentesy caían soEl Lrre]os romanos cuando mcnos eran esperados. animalactuabana su faslgiloy una cleterminación vor mientras dcfenclíanesasmontañas,csasrocas y esos arroyos cle agua tan pura quc eran su patria. No tenían palacios los asturesr-ritemplos clorados los cántabros,pero defendieronsu patria como solamentelo hacen quicncscr¡nsiderana la f ierra su propia maclre. Años después,el poela Horacio -favc¡ritocleluba, el mío sicmpre ha sitl¡ Clatulo*escribió "Cttnt¡bn.nu . . Nunca aprenclierona lleittdoctutn iugt Jerrc¡tostra". var el yugo romano esos jinetcs dc larga cabellera que gucrreabancantancloy que, al scr crucificaclos en el temic.lo suplicioromano,cntonabanun himno qlre era en honor de la guerra y tle la muerte y que sabía literalmentea sangrc y que concluía con stt último suspiro. Juba nunca ha cesaclode atlmirarlosy hacepocro me conl'esóque se sentía inl'crior a ellos, cr¡n sus suavesmanos clcpatricio y su cabezallena clc versos y datos.. . -No nos engañemos, Sclene.Romano qucríapacificar Cantabria,sino lom¿r cómoclamcntccl oro cle los asturesy el hierro clelos cántabros.Paralograrlo, iSctentamil solno dudaroncn cnviar sielelegiorres. iSetenta mil soldaclos pucstosen jagr.re por un ciaclos! Esoes valor.. . Lástimaqr-re ptrñaclodc mc¡ntañesesl el divino Julio, mi pacire adoplivo, no haya hecho 9B


Alrjrrrrdrúr Qrrrridn 'li:rr<lrí.l rnostlc stt pttño y lctrala gtrecsacampañ.t. quc haríacrlrnpañÍaa rra rt:clivivitcrl rttr nlanLtscl-itcl l¿r(,tu:t'ratk: las (,aliaso a l.ls (ltterrasCivilcs ' t'fir:tivarncnte,no er¿)ulio (-ósar'Ni tamAugr-tsto, Ellosbrillab¿ncn las batallas, poco Marto Antor.lio. sc r:onvt'rlíatrclr soltlsclt'la gtlr:rraenlre stts lcgioe irrftllldí¡na rtc ambi<:ión ¡r¡rios,sc cmbria.qalran la chispadcl valor rlivinoqtrclos sussubortlilrarlos posr'ía. Octavio,t'tr c¡rntrio,sc postrricn stt lcclroclecn'larrag,otra, ctln rcc:ibirntlticotrtcnt¿íllclosc: lcrmo cn illfirrmesde (ayo Anlistio f i¡5 1' pur-rtr.talt's tltl t't'tvolvcrCatrtabriaetr Eslc tomti Ia t'stratt'gia t'lr qr'tchizo tlc l¿strt:strrltllnll¡¡s cl ¡br¿zoirrflcxiblc I-abat¿llalirn¡irlablesc librt'ral cl cií'rc:ito. rlcs¡rlcgar rlc VcllicaNo htlLrtr ¡rictlc las rnrtr¡lllsrlc I,rr:irrrl¡tl

I lomcro tlttc la t atllara, ¡lcrrl los romanos ltltt'otl l'or lirr lc llcgti ftlcrolrlle<t:lor' y kts r';ílr[¡llrrrs AqLrilcs I¡ vit'tori¿a (l¡vo l\ll{istio }'Ios ('álrt¿brossollrcviclr l¿s ¿lttlras,c¡si ctr la t'itltr vicnlcs sc rcltrgiat-rrlr Vilrrlio,ctr los I)ic¡rstlc Iittrolla,clonrltrlcl N.'1o¡rlc g,rilaron hasla t'trrotrrltle('('r qtlc "arrlcsllcgaríarrlas ol¡s tlcl r.n¿rqllc l¡s ¡rtnas tlt'Rtln¡¡'l No llcgarorrl¡s ol¿s, pcro llcgri t'l oloiro 1' con tll, r'l firo. l-os ronlatlos (\'r('¡roll Ia lllolll¡ñ¿ <r¡mcr tulntr s('('('r((ltttril t'iLttl¿rl )' lclstiítlta[lrost'rttjicrotl tr¡lrsttlrriti ctl cl t:¡slro c¿in lrojas scras.El t'¡rílo,qo l¡bro tlc Ar¡t:illtlnr,tt'alr¡rtlc lrcroísnroy r1ctcmplc' (rl)¡crollsirl pt'tlir"rniscrkrrrlc krs rltrrostnolrlllñt'scs rirorrlia,los parlrt'spirlicrtrloa sus lrijosv¡ron('s qtle

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A4aríaGarcínEsPrtln les clavaran la espadaen el coraz<inpara cvitar caer prisioncrosy los hiios cumplicndoeseúltimo y atroz rlcber filial para, clespuésy coll sus manos' acatr¿rr con su propia vida queiicla-Alc¡andría,de csta Suerra cspañola'tan clifcrentea las que se libraron bajo [a luz de tu Faro' yo rccibíapáliclosinformes que acrecental¡anmi inquietucl por la segtrriclaclclc Juba,cuya vicltr me era curioso por ios pr..ioro. Lo sabíaextremadamente por Roma modos clcvicla clelos pueblossometiclos y me imaginabaque scríacapazde tocar a la puerta á" .tr',amo.adu circular cánt¿bray desplegarsu encantaclorasonrisa para sentarscen torno al hogar e con Ia csposacleun iniciar a señasuna convcrsaci<it.t fiero jefe que llegaríaa matarlo sin piedad' tiñcndo clepúrpura su blancahlnica' Ñu.L ¿. cso suceclióy, para vi¡flar los tcrritorios Romadeió apostadaa la LcgiórrlV Maclominaclos, cedónicax Pensancloen la seguritlaclcle Juba cumplí trcce años y despuéscatorce.Supe que había regresado y ..,,tr-,.ioAugusto ordcnó ccrrar el templo cleIatlo decretó cl comienzo de su larga paz SerÍacterna' pueslos vaticiniosclelos auguresasí lo aseguraban al .sc.,-¡turlas entrañasclc las vít:timasy el vr'rclocle las aves.Se clecía,pues lo había afirmatlomistcriosamcntcla Sibila,que Augusto cra el Niño l)ivino anunciaclo por las diferentestraclicionesreligiosas' 100


Qutrida,llt¡mdríd Alcjan<lrollclios v yo sotlrcíatnoslristclnctrtcal csr:uchar t'sc ascrlo, l)tl('slrttcstr¿rilrfilrt'ia alt'janrlrin¡ había tr¡trst'ttrrirloesclttlratltloqttc (i'sarititrcra prccisamcnlccso pt'rsotrajc,cn str t:aliriatlrlc hijcr qt¡c sr'lsrcprimogórritorlt'(-lcttpatralsis,Sabí¿nros tacioncsctr pictlra al laclo tlc l¡ rcilra lrallí¡n ¡rrt'scrr Ia orrlctrrlc tlcstrut:sol¡rcvivirkrcn Alcjalr(lrí¿, ¡tr'tcs ci<in rlc inriig,cncsllaLrí¿sitlo lilnilaclaa las t'ligicstlc i\4¡rt:oAlrtrtlrio. la Niño I)ivino o tro, Attgttslohabía sobrc¡rasa<lo trcintt:nay str csPosaI.iviano lt-'habíatlatlo hijos.Str sienclola rr-rbialtllia,qtrtl única hcrcrlcr¡conlinu¿rba hal¡í¡ trrntr¡ítlo mtrlrimot.tiocon M¿lrcelo,cl hijo tie ( )ctavi¡. lcs había A los niños ttc l¡s lcctiones cle Dcífirbr> y se rtlmoreabaqtrc la sillcgarlola erlarl<lccasarse, guicntc st'ríayo. Mi cnlact clcbíasatislact'rlos plancs políticos rlc Ot:t¿rvio,quc tlo sc había pronunciadtl 'lal clr e'scsenlirlr¡colr rcsPc(1oa Alcjandro I lclios. vcz prcfcría no l)cns¡r etr ól ¡rorque l¿rmirad¿ altiva qtte qtrt-ría f¿¡ntasmas de mi ]rerm¿rro lc rcttorcl¿b¿r t:omcticlas irtjustit:ias olvitiar y trntigtras I Tclios sc había tonsag,racltlcon vertladcra pasitin a los t'jcrt:it:iosfísicosy se esl¿iratlonvirtientlcr clr un cslatLrarioatlcta. Yo lro mc ejcrcilaba físicam{rrlc, p('r() cra la prcferitla tle Dtlífirl-ropara tlis cutir lristori¡ )'liler¡tura. Se scntíaorgullosode mis pr()grcsos y atJmiraba rni facilirlaclpara aprenclcr habilklad hercdaclasin clucl¿cle extratrjcr-as, Iengr-tas mi maclre.

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tr4aríaGarcía Esperón Mi hermano me dejaba c.liscuticnclo con Deílbbo y se concentraba en su fort¿lecimientofísico animaclopor la tenacidadde un pensamicntoque me ocultaba.Había dejado dc confiar ciegamenteen mí cuando supo que amaba a Iuba y dedujo qlre me convertiría en romana. No lenía opciírn, Akjandría, mc fui deslizandoa travésclela lengualatina,de las conversacionescon mi prcceptot de la amabiliclad cle Orlavia y dc aguellos días que eran los de la transfbrmación de la ciudad de maclcraen la urbe dc mármol que había profctizacloAugusto. Nunca me olvidé de ti, ni lo haré mientrasviva, pero sirr proponérmelo decidí no cultivar las scrpientesclel odio y la venganza. Mi hermano Fleliosmarchó por otro camino. El oclioy la vcnganzason sentimientos negativos, pero también c-onstituyenuna füerza, una pulsión vital. En esc oclic,rfueron amama¡ltaciosAmílcar y Aníbal Barca,los heroicoscartagineses a la postrcvenciclos por Roma. En sec-lclc venganzaque cra sed clejusticia, ardierorrlos cántabrc¡sy cl odio a Roma fuc la anestcsia que calmósusc.lolorcs de crucifica<los y los llcvó a esclugar más allá dc la vicJadonrlecloncell¿s de trenzasmbias alegrancl corazón de los guerreros mientraslcs escancianaguamiel. AlejanclroFlcliosestabamarcaclopor su rrombre, y durantelos dc¡saños quc cluraronlas guerrasespañolasde Auglsto y su efímcraaclolescencia, esculpió a un héroe en su interior..Se gar-róla confi¿rnza de nuestrosbenelactores y su conductafue irrepro-

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QunitlLrAkiantlrít por chable.Si N{¿rcr:loy Julio Ar-rtonioalborotabarr cn tlc Rom¡' Alejandro[ltlios permanct:Ía l¡s c¿rllcs de Ia lir casaric Od¿lvialcycnclohastaaltashoras nothc. iQui' lcía AlcjanclroHclios? tle Jcnofontc' clc I lomcro y la Circ4rrdin I-a llí¿r¡la en un libros cr¡nverttrse Qucríaa tr¿vclsrie csosclos y qtlc lrt¡mbreqtre lircrtrun hórot',clucfueraun "rcy sr:inició err el aprcrrclifircr¿rt¡n ilios. Strcrclamentc clc la zajc <.[elpcrsa a travósr]e ttn r¡scuroesdavo m¿lsbajas'qttc nunca rc¿rs tlc:las t¿¡ casa,el cntlarga<lo hermanc'r trablabalatíri y qtrc accedióa revelara mi las palabrastlc stt lt'ngua' a la in-rportanci¿ Vr lo mirab¿haccry no lc <1aba prop<:uliar ilrslrutlcititlque a sí mismclsc estaba para que cur¿nclo.'llvieron(ltlc pasarmuchosaños rnis ojos y me tlicra utcnl¿rcltlkl quc ocur"rióante anterlos ojos ilt: los romanos,truestrosbcnclactores: y Cleopatra en la trasatlc Ot:t¡via,el hijo cleAntonio en Alt:jantlro' t:otrvirticnclo sc es[¿tr¿'t llclios' el niño enfcrmo l)ciatraatriisa Altrianclro y la posibilitladrlc la ,ic mi.l,loantcl¿ inccrticlumbre sus mamllcrtc,quc aprt:tabaconvtllsamcntccntre clcl t¿rrdes nos Lln¿lgalera,lc iLtguetcerr l¿rsÚrltimas a segttnclo' I)ía a clía,se¡lttnclo palaciotli: Ilr-ucht:ic¡n. ic cclucabaParascr otro Alcianclro' el de Macedonia' Alcjantlrocl Clrande, 'l'u ltrndadr¡r,Alejanclr"ía'

10."r


t\4aríaGarcíaEsptrón No cabeducla de que caclaquicn üerresu clesiino. En el caso de mi gemelo,alguna vez pens¿rmos quc los hilos cle nuestracxishncia se clevanabanclc una sola macleja.Peroal aceplara luba de Numiclia como mi esposo,pfl'(lí a AlcjandroHelios. Augusto quiso recompcnsaral príncipe por los serwiciosprcstaclosen la ¡¡uerra cspañola (aunqr.re Jubasc reíade esarecompcnsaerüandohaciaatrás la cal¡ezay mostrando los b]ancosclientcs,alcgando que la única hazañaque efcctuófire arrojarsecon Augusto a tierra la tarde cn que cayó el rayo). Quiso recompensarloy clevolvcrlc ostcntosamentelos territorios que a su padre, el gran Juba l, arrebatara Julio C-ésar Le retornaríasu reino ¿crecentado), lo nombraría -^,, ,l-

Al - , , - ; + - ^ ;

-

-No rcinarássolo,much¿cho-k dijo-. lle pensaclo que un rey clebetencruna reina.Una reinaa la altura clettr sangre. -Quiero adelantaral noble Augusto que su voluntaclesla mía. Pcro siendola conversaciónplaccntera, quisieraprolongarla aclivinandoquión scrámi reirra. -Apuesto a que no ticncs idea -dijo Oclavio, sinceramcntedivertido. -Sientocontraclecir a mi noble protector-repusc) Juba-.Sc trata sin cludade CleopatraSclcnc,que ha crecido en la casade tu hermana Octavi¿ry por cuyds vcnas(orre ld sangrc'le cierrreyes. -ZCómolo supiste?l.l'e hacesascsorarpor brujos r¡rientales?Con esa manía que tienes de preguntar 104


Abjandría Quu'irla por la causaclctodo,no cludoclcque hayasconvcrti<loa los l¡cchit:t'ros dc Romacn tus ali¿dos. -lTa sido u¡r¿ ilrtuiciótr,sol¿mcntc.Me pregr,rnto si la prinr:t'sacsl¿rrá ciea<:uerclo cn unir su deslino al nrío. [] torroilc Oclaviosc endurccic'r súbitamente. -Su c4riniórrno ('ucnta-clijo congelanclo la sorr* ris.r cn cl roslro rlc Juba-.Además,clecst¿Ír¿luerit 'lblomeo holrro cl lcstamcntodc Ar-rletes, sí t l padrc <1e L-lcopatra Stlplinra. Comotu seguramerrlc sabcs,él <:onfiti¿ Ronlasu tcsoroy a susclcscetnclic.n les. El asunkrclenr-¡cslras nupr:iasfi,¡etomarioo, más bicn,acapararJo por l-ivia.l-eemociolr¿lLra la perspectiva tlc manr:jal'asr¡ .tntojo las vidas dc los ck:rn¡is. Una jovcn clc cakrrccañosy un prhr:ipc dc vcinticinco eran un autónticr-r fcstínpara ella.Sec¡nsó clc prorlamar¡ los cr.t¿tro viclrtt¡sla bo¡rcl¿cl dc Augus[o,qLrc¿ una prirrttsavencidatratabacon una magn¿nimirlarlnr¡ visltrrlcs<l:tir:mposclcJulio César,y qLrcal hijo rlcurt rcy rlernrtatlo y suicicla restiluía un tcn'itoriocsplítnrlirlo y dotabaclcun porvenir envidi¿blc.Itrr supucslc) quc lo que másla cnhrsiasmaba cra la posibilirla<l rlt:lcnernosl{os clcl;r urbe. -iRc1,¡l¡ t¡n cstarlovas¿rlkrl -excl¿nriiAkrjandro I Iclios cu¿ntlol¿ krt¡litl¡d clelos plancscleAugr,rsto fue dc su torlrcimicnto-. I-c ll¿lmarey y dcburía 'le llamarlccsrl¡vo,par¡ no l¿lltar a la vertla<I... clan un nrarido1'urr rcino como limosnay porqueen rc¡li<ladrrr¡s¿rbclr qu(thact:rr:ontigo... rrosabcnquti it;lt't'rcrln nosolros. 105


hI aría GttrcíaEsPrr tin -l lelios.. . Helios.. . hablas como nueslramadre' No estapero en el sitioy cn el tiemp()inatlecuaclos mos en Aleiandríasino en Roma-Y pr.,nt , eslarásen Mauritani¿ll{acemucho catc harán tor, ,licen. l.as costumbresson bárbaras y a dormir en cl suelo.l'cndrás cliezhijos y parirás lomo c]ecamcllo. -lQué estás clicienc'lo?ZQué sabes tú clc parir hijos? -Lo mismo que séclecamellosSclene'lÍc dascucncle ta cle1oque estáa punto cleocurrir?l"e arrancarán t-t.uporJremosregresara Aleiandría. mi larlo y ,-t,,, -Peciiréa Augttsto que te <lejemarcl¡ar conmlSo no saben No me lo n.gotá.Tú mismo has dicho quc scpaqué hacercotr nosotros'De estemodo no nos rarcmos. los Alejanclro I lelios movió la c¿rbezay aprctó cloracloy sus profttndos clientes.Aclmiré su cabello 'lblomcos,la bellezaindrimita ojos. Lo mejor de los en mi hermano' sc maniféstaba clelos Lágiclas -No, Sihne. No iré contigo a Mauritania' los Un silenciopesacloaccntuóla distanciaenlre clos.AlejanclroFleliosfuc el primero cn romperkr', -lhmpocc.rmc queclaréen Roma-Vcrlveréa Ale-

tut'ltll

Hclios. ,r.,,cómo,Alcjandro

pcstañasdoradas'm e mlro Por entrc sus esPesas de morlo enigmátit:o. me encontrabalan QuericlaAlejanclría,rsa tarcle en mi próxima boda con luba Y absortapensat'trlo 10ó


Quuitlnlbjrrndrío a qttc no 'rlt:alrt:ó t'l rclrsectrcnlcviaic a Mar-lritania, hatlía tlt¡t¡vcrlitltl trtr tlll cor.r.r ¡rrcntlcr qtrc llclios sc Ir,rml,,rt:1, tltit: los illstatrltlspasatlos al lado rltl mi y tlo sc rcpctirian hcrm¡no t.ratl Jlt-ccitlsrls

cuatlclocmpccóa cs<ribirlccs QucrirlaÁleianclrí4, l,rs ('itrt¡s fitc prt't'is;ltncntc cl clí¡ tlt' mi curnplcaños nrimt'ro t ¡lort't',tLl¿ttltlomis tLltorcsmt illlbrnr¡ron rlc l¡ dct isitin qtrc habÍln tomil<lotlc tlarmc ¡lttr cstria. poso al frtlttrorc,r'tlt'l\44Lrrilit I)ura¡rtc los tlías quc sigtlicro!l a rni primcra cpístola,irrtcrrttnr¡ríl¡ cst:riluraporqtlc los ¿colrttrimicntos ¡nc l'cll¡ls¿rolll)csptrósrli ilricio a tni virla rle tlsarla, lrrirncroctr Rom¿y ltrcgocrr Áfiica' al nristllolionpo cl paso rlc mis rct tlct-rlos' siguicrlrrlo El t'jcn'iciorlc rct'orrl¡rlra ¡rttcstoctt scgtttrrltlplatlcr cl Prcsctrrt')'(l('l)r()lrt()rlcsctlbroqr'rc cl ticrnllo nrl tle lo trrlrfirrtl.t¡tr st' tlt:1it'rtt' )' qtlc lltl('sllls ¡ttliotltls lTlil ll('l-il l ll(-('S(lllt("

l\rr cso clrticro¡lrora lralll¡rtc rlc Alc¡antlrollclios,pt'r-orro tlt'arlttctpcclttr'ñoalcjarrririnoclllt:l-nrcr rlt't¡itrlo y lt'tnblrtrosoatrlc cl porvcnir,sino tlcl io('lr qLl('secolrvirlitia sí mismo y qttt'' vcn t'splétrrlttlo cn los rlítrsprtvios a mi l¡ocl¡ crrtl ltlb¿, arloplti actiltrrlcs l¿t'itttrtrils,trrt¡[itil¡tlosc sol¡llt'trtc ¡] cscl¿vtr cl1('(]13()s (lLIicll¡ lllcllLl(loll¡t'ía ¡ntslcrir)s()s l)crsa,¡ r¡ut'tl honrbrt'trlnrplíat'tl l¡ citlrlatl' Ni Oct¡r,i¡ rri yo lc pcrlíamost'ttcrtlasa Alcjatrallsortasctr los rlro llclios porqttc anrbast'st¿iLranros

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MaríaCarcíaEsqtlrtitt {enía preparativosdc la boda y porquc yo solamente ojos y mentcpara luba. Por cso lo que succcliódespués me tomó desprcverriday mc hizo vat:ilar a esa ¿lfurade mi vitl,rcomo anleun prctipicitr. Va sienclotiempo cle quc tc diga el nombre del csclavopersa. Farsesse llamabay, si por mi educacitin<1eprincesay de patriciamc cra natural ignorar a los espersonascon pensamicnclavosy no considcrarlos to independienlee irreductibleliberlaciintcrior,los mc enseñaront¡rutalmentea c¿rmacontecimientos bi¿r mi actiftrd. los esclavoscran esEn el palacio dc C--leopatra tatuasvivientesa los que la reina no poclíadesccnder a tocar,debido a su origen divino. Un simple paso dado de manera airaclal'rentr a una esc]ava que había sido torpe podía signil'icarun castigo severo. En la casade Octavia,los esclavoscran una fuery o¡riniónn.r crdn requeza de lr,rhajor uy,tpal,rhr,r ridas.Si bien la hermanadc Augustosc caracterizaba nunca se por su actitud compasiva,las cliferencias olviclaban,como suceclíaen todo el lmperio, como había sr-rccclido en Greciay cn Egipto,clonclelos esclavoseran,por lo general,los cxlranjeros. Y extranjeroera Farses,tl persa-l'e dije que seocupabaclelas másbajastareas,del lavadocie1aslctrinas,clelespulgadoc.lelos perros,de al basurero. limpiar los corralesy llevar los clesechos Su túrricaparda estabacontinuamentcimpregnada 108


ir Qrrrrirlrr/llcjnrrilr (ltlc filcra cvitlc r.ttrtlcsagritrl¡blt' olor, lo c¡rtchacil larkr por los tlcm¿íscst'lavos' La extraira asot'ilt ititr tltte c:ompotrí'tnmi espl('nllamaclc¡ rlirlo lrcrnr.rtlov t'l torvo pcrsa <lcbr<ihaLrr:r clcsclnl¡ atcnt:itilrclc Ot:tavia.Pcrtlno lo hizo y cso a l¡ lutcl¿rqtrc eicrfrocti err tttr itrcsllcrarlodcscnl¿¡t:tl dc Egiplo' ciri sr¡brclos hips rlc sr.lcsposoy ltr rcina * -aS¡ottrlcsrrt? -Sportrlro. pronretimtls ntlcstl'asviclas elr la ].,lru y t,, t:ot-t't preccrcmor.li¡ <lt'los t's¡ronsalcsc intercambiamos (1'mPrr)mi\t' s r ' t l l c sY. , l r ' , l i t n ¡ t r ' n t l , tr l l l l l l t ' \ l r ( t <lc la una pcrlut'ñtt t:rttz t'gi¡rciacle ort¡' c-l sírnbolo había virl¡. Él mc r(rgalotltr¿l Pcincta de plata que traírlo tlc llisPattia. la Es¿tardc crr cl jartlín clcOctavia,bañadosPor rle Iuz dcl sol cll stl ()caso sobrc Roma,hai¡lamos la tcirorcs Y (lc sucños Y nos clcjatnosllevtrr Por espcr(lllz¿1. scrÍ¿rvaluba cstaba t ottscictllecle que su rcino s¿llo clc Rotn¡r.Pcro qucría trprovct:harla coyttt'tlura valorcs polítir:apara afl,)nz¿ren cl nortc dr: Álric¿ los griega' cr,ltr,ral,:s)'artísticos dc sr¡ amaclaculttrra -(lorno cn Alcjantlr'ía,Sclcnc-lnc dijo' crnbargatlcr Alcrlc clrtusi¿snro-,o mtljor, h¿lremostltra nttcva janth-ía,pcro llam¿rcmos ¿l lrucstra ciuclaclC}:sarea' tlcl g,rarllrombrc quc pasti por nucstT¿rs cn rcc,.t.'rcl., vidas.

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Esprórt MuríaGarcía jl'c aclmiro,Iuba, por la capacidadquc liencsde los fantasmasclelpasaclo.Césarfuc l¿ causa conc--ili¿r clc la muertc cletu Paclre. -Y fue la causa del nacimiento cle tu herm¿no mayor.Vida y mucrte fueron los grandespolos cn los quc oscilabad enigmáticoclcstinoclelgran iulio' mano colrtrasí Adcmás,mi par-lrelevantósu prc-rpia mismo,Cós¿rhubierasicloclemcntecon ól -Perono lc l-rubicraahorraclola humillaciírn ' -Es cuestiónclecnfbqtres.Yo nulrca me sentíhumillac'lo,aLlnqllcparticipé como vencido en el famosc¡rlesfiledcl triunft¡clcCésaren África. -Erasun niño muY Pequeño,luba. -Duranlelos añosquc siguicron,los rom¡nos mt: Roma hicieron sentir el torrentedc su generosidacl. nilmada,en es mi hogar,aunqllenací clr utra tiencl¿r Los dioscsmc benclirnecliode las arcnasafric.rnas. de percbnar,ccxrla capac-iclacl jcron con l¿rl'acultacl Por eso,en ÁfricaconstruiréAlcjanrle agraclecer-.. cirías,Atenas y Rornas.Y lo haré contigt'r,Cleopatra Selcnc. *

cleun inquietor'lormitla reanoche,dt:spr,rés Es¿r lidad y cl sucño sc me confunrlierondurantcalgucn que vi a AlciarrdrockrMacccloni¿r nos segunclos paradoa los piesclemi c¿¡ma Era é1,no me cabela menor riuda,con la clámide y la (iara clelos reyesmacedoniosy esamiraclaclc tristezainfinitapor los mundos pcrilidrls.En el sue110


Alrjnrldrirt Qrrcridu anlcafirmar que Alciandrocra mí ño mc t:s<ltlclré l l l L l (h ' r s g c n c a I r g i s l ( l s ' ( n , r , . , "f , , l l t ) l i l L l (

)l1si(,lcr'll)rlll

d i l r ¡ s l r 'lrr'' t l r i 'sl i r k I 1 , , , . ' , , i , i t , , ' ,r l l t r t tl'' r r Lr l t ' m i el Gr¡nrle ilccli,, hcrm¡no cleAlcianclro sentí cl sucñosc tr¿nsformircn pesarlilla' l)cspr-rós por despert¿rr' trna oircsión crr el pt'choy luché dcspcrt¿]rme' Era Alci.indroI lclirtsquien intcntaba tn -S,,t.'.r" cscutrh¿r'Nunca tc he peditlo l1:lo Ahora lo hago Vísletey n,r*trr. a. nttcslrospaclres' acomP;iñamc. -<:Acltindc/ ntar' -No debcsPreÉl,tl cn una caPcrde ,tf"¡t-r,ir..,ritf ros estabaenvuello vialcro. 'esc¿lpar? l.lrc ho, vttcltoloco?ZPiensas 'l'ú -No lo hagasm¡ísclilícil clebesvenir conmtgo' un tono ¿llaln'rnccer-dijo tlelicx con Regrcsal-eln,,s qu. nrercvelóque cstabamiLrticnd.' ;;;;;;, t ¡ t r t l o s ¡ u ' r r t l i a s . t l el ' t r a s a M r ' l e v , l r l l c P ( n s ¡ l l l (l ( ) tlc l't ' l c i ' t r í ' l l td ' t r t t n p ' t s o l u t r ' l i l ¡ ( ) r l , t v i , rn " l t " ' un escáIrclalo' mi hcrmatro rcsirlcntlia. Se sttscltarla

rrna sobcranareprtperck:ríalibcrtatlcsy se ganaría quc cra lo qtle m.n<lny yo llo mc casaríatlon lr-rba' '' nre imPclrtaba ftlera cle Mc'vcstí mielrlrasI lelios mc aguarclabame y, con cl corazón sol¡resaltaclo' ,-.r-ti'irot-ti,o,¡,in arrcbtrjécn tttraampliacapa .r: y me dI nfriurn cl cruzamos rlormí¿l' t.nárn entcra sobrc pesadamente ttuorl¿ clcqr-recl portcro rclncab¿'¡ sosp(:choso r:l sttclo,lo qltc mc parcciósobrcmanera i1l


María GarciaEsprr(vr Fuera dc la casaaguarclabaun carruajedescubierto.Cualrocaballospiafabannerviosamente y un hombre surgiócielas sombras. Pucleclarmecuentacle quc estabaatavi¿cloa la manera de los becluinos,i:on abrigadorasy lujosas -liaía ropas de viajcro. el rostro cubicrto, pero tlestac¡ban sr¡sinlensosnjos rrcgros, ílu(' me p,trttieron vagamente familiares. liaté clevolver sobremis pasosy rt-.gresar a la proteccicincle Ia moracla cle Oclavia. Alcjandro I Ielios mc empujó firmemenlehacia el carro. -lA dóndc vamos?-dije con un hilo de voz. -A abordar un barco en el Portus clcl ]'íber -respondió en griego el hombrc cmbozaclo.l'enía un a(-entoextraño. -¿Pororclenclcquién?-dije pcrcntoria,rccobrando mi sangrefría. -Por vr¡luntad póstuma de la rcina C-leopatra, a quienjuré protcgera sushijos.No percJamos tiempo, princesa.Subeal c¿¡rroy en unas horas estaremos rravcgando.No sc,ryyo solamcrrte.Un grupo dc leaIes se ha iuramentacJo para poner a los últimos lblomcos fuera del ¿rlcance de Roma. -eQuióneres?-le dijc y mi vr¡z sonir comr¡la clc C)clavia. -ZNo reconocesal csclavoFarses? -rcviró el hombrc. iFarses! ¿EraFarsescse altivo personaje?ZEsabarba de príncipcorientaly esosojos clccididose imperiosos 112


QurridtAkjandría cr¿lnlos rlt'l cstlavoqtrclimpiabalos másbajosclespcrrlicios? I-adarirl¡rl se¡briti p¿)soerl mi mcnte. duranteaños tln¡ coFarscslrabÍarcpresenlacJo clcl¡na muerta... krs clcsignios merliapara r:trrnplir Sc:ntírlue el momcnkrhabía llcgadoy qttc la matrcr clcrni maclresc levantabaclcstr hipogco ck:scanrarla para intcrponcrsccntrela hija que llcvabastl nomb r cy J u b a . . . -ClcopatraSóptimame encomenclria sus hijos -prosigtrrril"¿rst's. (-olno yo hay urr grupo tlc gtrca tocloquc los llevartinno a Alej;rnrrr:nrsclt'c-idirlos clrí.r,qrrccs prcsarlc Roma,sino ¿ll¿ lrrclia.SetguircPcroes aprcmiante mr¡sl¿¡rula clt'las cat¿vi¡tlils... Rtltna. <1r,rc alr;urrloncnros 'lratrl con rlc rc('ullcr¿r' ltr calma,alrrrquclr-rchaba el ¿sombrocl.rcmc proclucíacomprob.rrqr"reyo haraít'r:sctr Romay t:tr el muntlo rom¿llro. bía er:hac'kr liarscsmc parel-¿ libcrt¡tl tic Ja c¡uc me halrlatr¿¡ quc rcflcjabanlos o.ios cía una krrlrr¡. La rt:solucitit-t cxtrañay aLromirrable. rk: nri hermanonrt' rcsult¿rba a Octavi¡!i"liaicir¡il-raicic.rn¡r a Rom¡l i'l'raiciotrar rl¡rl¿¡ JubalEranitlcasnrorlstrltosas, nar la ¡ralabra prorlucto rleruna ¡rcsatJílla. l)crovo s¡[ríaque estabaLricnrlcspicrta\/ qtte no licntc h¿bí¡ ¡ruclrolicnrpo.Si órarnossorprctrclidos seríatorfttr¡rL¡y c:r:ucil-i¡ Ia t:as¡rlc Or'l¡via,Ii¿rrscs c,rrloo cubriríalrsu cucrp()cc¡r mjcl para qtrc flcra Si Attgtrstcr rlcvor¿ckr lc'nt¿mcnlc ¡ror las lrormigas. lto sr:ría tlc nut'slroitrtclrtoclc hr¡kl¿r, st' c¡rtcr¿b¿ 11;


Esptrón Mnría Gttrcía clemente.El recuerdode la muertecieCcsariónpasó por mi mentc como un escalofrío.De modo que, en decidími viria. cucstión,:iesegunclos, -Yo tambiénsoy una reinay me llamo Cleopatra. Decicioquedarmeen Romay te ordcno,tarses,que llevesa mi hcrmano Alejantiro Heliosal buen puerto que dices,que lo libresclela perseución y de la mucrtc para que ejecutelas noblershazañaspara las que ftrc engenclrado. Y dirigiéndomea mi hermano,hacienclosobrehtrmanoscsfuerzospara no romper en llanto,le clijc: -Adiós,Alcjandro Helios.Somoshcrmanos,hiios -l'e de Egiptoy Roma. clejolibre para que abracestu vocaciciny tu dcstino.Déjamclibre para scguir e1 mio. guarclósilencioy apretólas manclíbuAlejanc.lro las.Estaballeno de resolucióny comprenclióquc yo estabaperltctamentedcciclicla. -Seacomo diccs,Seler"re. Que los diosesdc Egipto te protclan. -Que los dioscsde Romaguícn tus pasos,amado hermanomío. Sin volver la mirada,Aleiandro Fle.liossubió al carruajr, seg,uidode Farses. quc en stt inlr,rnsetinlcs pettsrtron Los escasos terior viajabanMarceloy lulio Antonio, dispuestos a pasar una noche dc diversiórr,crrtrehistrioncsy cortesanas.

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EPSITON



.A,Iarí a García Esptr tin Pascó mclancólicamentepor las Lrien trazadas aveniclasclel jardín, miré solitario el lugar de nues traslecciones y me dolió contempiarcl bancoclonclc lantasvecesse habíascntadoAlcjandroIlclios. 'lbmé Tratóclerealizarmis accionescoticlianas. el clesayunoen compañíadc Antonia la Mcnor, quc no ccsabade hacermepresllntascorr respectoa luba y a las que contestaba yo distraíd¿r menle. l3usquéa Deífobo y lc hicc algunos comentariosa propósito clcl Tinl¿ode Platirny por firr me enconlrécr¡n C)cl¿via cn cl ¿rlrir¡¡rt. I Iabíacsladoclevisitaen la casade Auoltrcionon,lo,r los r crrincrosquc ptr'¡ar,trion ¡1uslo, cl banquctcde bodas. -lHas visto a tu hermano?-me preSunlócon una sonrisa. Neguécc,rnla cabeza. -Es cxtraño, no clurmió en la c¿rsa.Me pregunto si por fin nuestro rJisciplirraclo I lclios ha decidiclcr abrazarla vida féstivaclelos jóvenesrle Roma. I)isimulémi turiraciónlo mcjor quc puclc. En cuestióndc horas,todos sabríanquc Akrjanclro Heliossehabíaescapi:clo. Oclavia mc sonrcíacon afccto. -Querida-me dijo-. Estiempode que te manifieste que me hacemuy felizel destinoque los cli()scs te han dcparaclotlcspuósdc cluraspruebas. -[-os dioscs c1ctcmplar cl mctal,noblc f)cÉlLrstan tavia-le responclí-.'lambién es tiempocleque te diga quc ha sicloun honor vivir en tu casay ql¡c reservo para ti cn mi cr¡r¿lzóncl noble ftr"rlo de madre. 11B


QutrítlttAkimdría la cabeza Nos distrajoun rumor clc Pasos.Volví reconoccra Fary la sangrcsehelírcn mis vcnas al SCS.

vcsticlocon su parday suciatúnica' Farscs, presenciamaicllicnle' Farses,t:on su carar:terística l¡vi'l-. El cstl,tvosc,lrrtrió'l los picsrlc Ot -Algo lcrriLrlclr¡ octlrrido Mi st'ñor Alel'rndro en el l'íber' llelios sc ha alrogaclo Yo sentÍ Oclavi¿rme tomó fuertementcdel brazo apretabala qu. .t,-tu invisible m¿lno de hierro me gargdnta. " -¿t fondo tle rt,it scgtlro,'-lc ¡irité como dcsde c¡l un sLleñoatroz sobret:ogeIiarscsmc miró con una intensida<l dora. relucieron B¿iosusharaposy su cabelloSrasiento' entrcvlsto l,rs ops tle príniipe orientalquc yo había la -- nochc antcrior' el cuerpo Pcrono lo podrás -¡.U¿nrecuperanclo su ClcopatraSelenel-ospcccsclcvoraron reconoccl', rostro.. . -iD.rti,,o crucl! -cxclamó Octavia'que se había te ptílitla' cxtrematlamcn pucsto ' alrec'ledor Yo ,.,ntí qr.rctcldo se oscurecía¿r mi y compr.r-'cliqtre estabaa punto de dcsmayarme' í'.r., ., nn intr.¡iciónsc abría paso clcnocladamcnte qtre había a h'avésde mi cerebro,una revelación clc l¿iar<lientemirada de Farsesy captadoa tr¿rviis c1epie, como una lanz-aclavacia ;,'i. ;. ntantuvo en el suelo. 119


hl,aríaGorcíal:sPcrón RccorcléIa última conversaciónquc ttlve con ml hermano. Reviví su clccisióntlc regresara Alejandríay cl cle Evoqué el f¿rnt¿rsma brillo cn sus oios clorac-los. Alejandroy supeqlrc vivía en mi hermano' .. Entouces. Su muerte era fir-rgicla Su muertc rcpresenttrbasu libcraciól't' Pero...de ser así...Zquicincra cl ahogadodel 1'íberl *

El cacláver rctluperaclo corresponclía<:n eclac]' complexión y estalr-rlaa mi hermano Estabadesfig.,raio p,r. las morclklasde los pcces,pcro llevaba ioclavíauna lúnica que conocíamosbien' porque a AlcjanclroHclios' habíaperteneciclo El dolor que mostréfle seco,pcro convlnccnte f)ctavia lloraba y me estrechabaentre sus br;rzos' al tiempo en cluelamcntabaque mi hoclacon Juba tan clesgraciado' fucrantülacla ptlr acontecimiento Debo confcsarle,Alciandría,qlle Para Augusl<-r y Livia la muerte cle Alejanclrol lclios significóun motivo tle h'anquiliclacl.No tcnían por quó quercrlo y su sola vista suscitabacn Octavio rccuerclosque queríaaleiarpartrsiempreclesu mente' Se limitarr¡n a manifest.lrmetibiamcntc su compasióny acorclamospospollerla boclalo suficientc pu.o q.t. se guar<Jarael luto clebido'rl herm¿rnocle I¿rnovÍa.

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QutridLtAkjLrntlríd privada Mc guartlé clc sostclreruna convcrsación palabra cotr él' sostcSin h¡btlr ct'uz-aclo con Ttarscs. l'a vicla de mi hcrmano' l¿l ,ín*u. unn tlol-tspiraciót.t tlc nucstro silent--io sir,vay la mía propia rlcpcnrlían v tlt: nut:slra Pat:it:nt:i't' pues poNo umcsitalra prttcbas rlc ningiur tipo' mi hcrmalro tlsscía cl cotrocitnictrtointerno dc quc ull-avancc l¿lt¡¡ vivo, qtrtl catla jornacla srgnificaba 'l l'l lrlrli'r'.'l r r i s , r t l c s t ¡tr' l l s r l v i , l i c y q r r ' l l c g ' l r í ' l ( l { ' l l ( l cl l ( } n l l ( l r l l , r t n ' , , t , , ti t l l ,r m i t t ' l l r l t 'rtl t ' lo r i t ' n l c ' trsl;1. ( nu( sltrr lrt'lnl,ltt,' nr'1y('r' l mlrlu¡n¡'ltt,r ll('g,,1| A l c j ' r t r d r t 'l t ' 1 , r 1 , , m , , , , ,l l, l i ¡ r l i t t i l t l rql t t c c t t l t ' c v i r i cntre sus braM¿cctlonja y quc lro purlo estrccüar lo obligastts t:clm¡rañcroszos <legucrrcrt),POTcJL¡c la vkia rorr a rcgrcsar)'Porqllc sc le acabó Pcro l¡ hrrlia kr estabacspcranrJo' Y A l . j , r r rl r' ir N l ' r g t r "l l c g ' l r t ' r ' Aleiandro cle Llcgaríaa travis clt:su rlcsct:Lrciictrte' Egiplo,qtrc cra cl Sol' " l¡s u'r"t'molri¡slúncJ.,t,nla" s()slLlvothtralrlc bres. ( r r , r l , L ,l , l sr t ' l t i , t , lrsl c l ' l l l o H ' l r I rl i l c r t t l lr c ro H i ' l ' l t t l 'r n t l t ( ' t l t t t l , tl l l n , l ¡ l l ' v ' r ' l ' r :' r l i ' r r ' l i r rr L ' ( ) r l ' t v i ' l ' yo lnc l¿ls cs¡rt:raríatrsrt traslatlo a Nlatrritarlia'Pllcs Iiarses lltlvarír,ltrlta y,vo tr()slopam()st¡n tlc lcojcl Usl¿ba¡rrillrc¿ntlonral¡s ycrbas y rnirti (llisP'l¡lc t ¡llltlrlitnit-ltlrI,t'tt. , r tl r l t l l r l í r l l l ' l ,r ltrlr,rS l'r l'"'ilrili'l'r'l rlc I t l c l l , , t v l n t l \ , 1 \ { ;¡ r . r l ' l t l c t t l c t l t l r t r t t : t r t t tl l t : q r - r cr r -ir ¡ l t r l r n c t i t l o c s t u v i t ' r a c t r t c r ¡ t k l htritla.

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fuIaríaCarcíaEsperón Decidíconfiarplcnamenteen Juba. *Hay algo quc debo decirte-comencé. Itrba puso su mano sobremi boca y recorriómis labioscomo si subrayarauna líneade algunoclesus qucrirloslibros. -Sr'ft'nr', confrben lu silcllrio. -IJay algo quc clcboclecirte...-insistí En ese momcnto atraves¿ibamos una aveniclade rosalcsplantadospor la mano de Oclavia.Juba sc detrrvo. -Dúnekrbaio las rosas. L-omprendísu delicadaalusi<ina la forrnulaque en Roma irrdica lo que debc pcrmanecersecrek). Bajo la rosa se dice lo que estásolamcntedestinarlo a unos oídosque sabrtíncscuchary a una boca que sabrápermanet:err:aIlacla. -Ale.jandroI Icliosno ha muerto. El rostro cleJuba permancciótranquilo. -T.osó.. . Gt¡arclí:silcncio. contra su pecho y escuchésu Juba me eslrec-hó corazón. Su corazón cle ni.¡maclay dc romano, cle salvajey clc patricio, cleamantc y clc hermano. *

Alejandría,lo supctoclo. En conversaciones sucesiv.ls con Juba,cn el jardírr dc Octavia,enlrelas rosas.

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Qrrtrirlrrllcirrrrdrúr Sott trtrmt'rososlos vc¡lúmcnt'sqr'rcla crtlrlicicilr rlc Jub¡ lic¡rt'tltlt¡t.lrz¡closSi bicn lc apasionarlla gcogralía)'los ft'lrtimcl.toscrislnicos'la hislt¡ria n¡ttt,r,1y lu but,íni,'¿,las vicjsitlrrlcsdc los rcitrc¡s'cl stlrtlc las tlaciotresllatlalr ig,ttalnrcngirriicrrt,r )'l¿ t'¿lítl¿ te su ¡ tcn('i(111. tlc Alcjanrlría't:tr¡tl<lrr I)cstlelos tlí¡s clc l¡ <:aícla It: tocti clt sttcrlcacottrpañ¿ra Octavitl,ctnprcntliti la rctl,tctiti¡r clctlllos volúmcnessrlbrcl¡r clinastíatlt: 'l Ios ok rmcos. 'litvo rtt¡rst'ict¡t'i¡tlc st:r tcstigo prcscl-tci¿lclc la r:aírlatlcl reitro orgulloso qut Prctcn(lí¿t¡rlifit¡r l¡ milcnaria lratlit:irilrcfl,ipcia(.ln cl cspírilu helólricr¡. N,licntr¡sNl¿rcoAlrklnio sc t:lavabautra t'spatlacn cl victrlrcpara morir (lon1oLlTlromano, Jub¡ ilrdagaba ctrtrc Lrs rollos tlc la Ilibliolt'cav sc tlcscs¡lt-'raba ('ol1Po('()ticnrpo y ntl poclcr ctlpiarlos 1r,,a,4,,,tulpasatgoístamcrrtttpctrsti c¡ttt:csc tcsoro inigr-ralablc rí¿ra firrmar partc y Lrotíndc Roma' linlotrccs,trrlrot'ici¡ Fal'st¡s. Estt'enigrntítit:oPersonaiesabía qtlión cra ltrila y sal¿sde la llipu<lo hablarlc .l solas en las scren¿¡s (.lcopatra Séptirnasc hací¡ morclcr tlinr..n, r.r-tictttr¿s por nn áspitl p¡ri¡ cscilParcle Rc¡nrapor Ios inalcanzal'rlcspasarlizos<lcla Etcrnitlad a Ptln-Prínt:ipt'dcNtrrriclia,tcrriblcs(ns¿lsest¿ilr to rlc sr,ltttlcr mit'trlr¿stú tc extraví¿scn vicjos mar-rust:rilos. -l.a st¡crtetlc Alcjantlríacstrícclracl¿'clcsc:onociclo' I)cro Att¡|lslo scrá clcmentecc¡trttt cittclad'

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A\oríaGarcíaEspertit -No es mi ciuclad.Ar.rnquesoy su prolcctor. -iSu protector?-le prtguntó luba extrañado. -Soy uno dc sus protectr¡rcs. Escucha,príncipe Juba.l'enemosmuy poco ticmpo. No tarclaránen llegar los lugartenicntcsde Octavio para pcdirte cluc: hagasel invenlariode los tesorosde Clcopatra. -ZNo se los entregaráella personalmcnteal Inrpr rtttor? -A estahora la rcina se cncuenlr¿rerr ¡rrcscncladc Osiris.T-ellevécn Llnacanastaclehigosescondidoun áspicly con ó1,la muertedulce.l-amuerlede una rcina. L-omotu padre,prircipe Juba,C-lcopatraSóptima no eslxvo dispucstaa la derrofani a la humillaciótr. *ePor qué mc dices todo esto?<tNotemesque te r'lclateante Octavio? -No. 1'ú no eresun traiclor:[res como nosotros... -lNc¡sotros? -Nosotros,sí los príncipcsvenciclospor Roma. l-os hereclcrosno ya dc los reinos quc ostentanla marLaromana,sino del iclealhumano por excclcn, cia, la libertad.Y tu, príncipenúrmidaprisionerocle Roma,tiencsque ayudamos. jl'e cscucho,pero haznrela gracia clelu nombrc. -Soy Farses, clesciendo clela antigr.ra noblezapersa,rlc la casacleDarío,venciclanoblementepor Alcjandro, Por Alejanclro,que perdonó y honrci la vida clela lamilia clc su cncmigo,cl rey dc reyes,por Alcjandro clerrotado.Gr¿xiasa su perrlón, graciasa su clemenciacle grandeentre los grandes,pude nacer yo, al calroclelasgorcracioncs. Y como y() hay otros, 124


QwrifuAhjnndría por el Grande a pagar1adeurla contraída clispr.restos ' los VerdadeNos hacetnosllamar los 5eguidores" Seguidoresdc Aleiandro' ros '"j.tb"";;" Marco travésde Farsesque mi padre con ellos en los lejaAntonio había hecho contacto su Snciedaclrle Ia Vida lnimitable' ilñ;;; ""'A;;qt. sometióa nunca los tomó en serio'se a dar al primer hiio su iniciación mistéricay accedió fundaclor con Cleopatrael nombre del q". i.t.* de Aleiandría. al tanto de la miPor'st puesto,mi madre estaba y' al dar a luz gemelos'tt-tvo sión de lás Seguiclores los del So1 la icleadc ponernos como sobrenombres -io,la l-una: HeliosY Selene' vt cle firmementeque V.r,tu,t.ros Sqluidorescreían de Aleiandro' i{g'd" eralneclio hermano 1'oü;* más de trescientosaños' b. ..a. *.r¿i' a 1olargo de preservadoen ¿a rey clelmundo sehabía il't".g* 'lblomeos' de las generaciones -había inte-tilolomco hermano de Aleianclro? llevar por su esrru,mpicloJuba a Farses'dejándose píritu de investiSaclor' -le los dos era sorprenclente -El Parecicioentre r^i ondas en el cabello' ,.rpo.,iio Farses-'Las mismas refleps dorados En la-s i.rl¡., g*.ats, clarosy con a los dos' el perfil es cast Át"ia"t que los muestran eso ha sido certeza iJJ*i-. Y, por trescientosaños'

El padredeTllom;o 1o ." i"t .af.i cieAleianclría el mtsl-agos'sino f-t"ú.á tt¿. cl generalmacedonio Magno' lihpo, ei padre de Aleiandro ;t;;tt.y

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Itlaría GarcíaEsprórr -ZQuéquieresclemí y por c¡uóme hacescs¿ls re-se cxtrañó Julra. vel¿c:ioncs? -Quiero que te inicicsen la cofi"adíay que aclquierassus compromisos. -He cscogidola lealtacla Roma-repuso Jubaclecidido. -No te pido quc la traicioncs.'lansóloquc refierrdes tu compromisocon la libcrtady quc protejas.r los hijos dc C-leopatra y Marco Antonio. La cercmoniadc iniciacióndc krs Vcrclaclcros Seguitlores dcmanclab¿cl compromiso de la vida. Mientras Octavio cra infc¡rmaclode la mucrte de Cleopatra,el hijo dcl rey cleNumicliasiguióa Farses a través cle los subterráncosclel tcmplo cle Serapis ,:krn<lc se convirlió en uno clelos Vcrciaclcros SeguiclorerscleAlcjanclroel Magno. Su sangregoleó solrrc los ¡ricsdel dios que teníaun rostro inspiradoen cl lrijo r1eFilipo y en el rJeZcus Olím¡rico,y una gota rcsbalírsobrc el terriblc cancerberro iie pieclraque cstabareprcserrtado a los piesclela dcidad. Antescleconvertirseen hermanoclcFarses, por la mentcclcluba pascila posil-rilidacl cleque sc trataba clc urra traiciónpara ascsintrrlo. Perr¡decicljci corrcr el ricsgoy aceptóser,sin conocermea mí ni a mis hermanos, nuestro protcctor Se despidióde Farscsen una dc las bibliotccas 'l'emplo acl.juntas al cleSerapisy sepromctióa sí mismo escribirestahistori¿cn un volumcn consagraclo a Alejandría.Iiormó parte de las obras oc:ultasde 12ó


QutritlaAbjandrít eran clelagraclode Juba,por conteller temasque no grupo de sus Áuguru, y la clio a lcer solamenteal amigosmás selectos,muchos años ciespués' y en Etirtíun en Alejandría,en Juclea'en Persia clela socieMacccloniacompactasy fucrtcs células 'Irabajabanen la tlacl dc los Vcrdicleros Seguiclores de lejosla oscuriclady teníanpaciencia-Observaban se habían eclucación,1. Al.¡ot"t,ltoLiclios y algunos estalrlccidoen Roma. siendoun Me admirédc la osadíade Farses,que en la casade príncipc PersacumPlítrtareasserviles C)ctavta. *

-i Qtricinera cl ioven mLrertoen ltrgar de mi hermano? su boca seconIuba apret<ikrs clclgadoslabios y virtió en una lina lúrc¡a y Octavia El clía siguienlt seríael clelmatrimonio en nucstraslargasconvcrsactones' secompl¿tclía por La noble dama crcía que iuba me consolaba quc en cicrla l,r pénlirl,rtlc mi ht'rmano,ignor'-rrrdo. y ' ( l ( ' s (l e m ¡ n t ' r J ( ' l¡ l n o s t l l l p d r ' l e t o n s p i r a d o r c s

Pero nuestro cicrto punto cle vista, unos traidores ni destruir ol,¡*i"o no eraminar el ImperioRomano mantelternos la obra pacificacloratle Augusto' sino nuestros con vicli para prolongarla que perdieron. urrisigrrienlc nn,1rc,p.,r.rn .i't't Rom'rqueal dia dt' l¿ t-ion,.,,*rr,,,lrl,lllr)s('ll la pafriti'r tlrcmoni't cort/arrralitt.

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. Iarítt\arcfu Esptnfir -iQuién murió en lugar de mi hcrmano?-volví a preguntarlalror¿¡en un susrlrro. -Selene...Si cn Alcjarrdríase verrerabaal fundatlor c-omouna auténticacleiclacl, Znuncahas pcnsaclcr lo que ocurrió,lo c¡ueocurre cr1Maccclonia? No. Nunc¿rhabíapensadoen Maceclonia. Jubasí L-omopensabaen cl munclo entr:ro. No ¡raraconquistarlo,sino para conr¡ccrlo. -El recucrcloclc Alcjanclroen Macecior.lia es más quc un mito.Aquiles,Uiises,I)ionredcs. . . son hóroes tal vcz invcrrtaclos o tan lejanosquc sc han mczclaclo unos con olros,cclnvirtiénclose errleyenrlaso sueños. Alejanclrofue un hombre,nar:icloclemr:jcry clcvarón, que a krs vcintcaños salióa conquistarno una ciuclaclamurallaclacomo 1ioya, sino erlmundo. iEl mundo! I-ospucblos,Selene...las lenguasclivcrsas, las cr¡stumbres, los animalesexlraños,las hcrmosas mujeres,los fierosI'ucrreros), los sacerdotes ir.rcomprcnsibles. Eselréroemás quc Lrnhóroc,csehombre másque un cliosporquemurió como un hombrc... nació en Mat:eclonia. jlbclaví¿rno comprcnrlo, Juba.. . -l)éjamctcrminar,Selene, y lo comprenclerás claramente.En Macedonia,no pasarontrabajolos VerclaclerosSegr"riclorcs cuanclobuscarona un jovcn quc ftrcr;rparecicloa Alejandrollclios y quc por su propia volurrtarlilccplar¿r ciar su vida, en el momenlr.r cn que fuerancccsario, para que tu hermanovivicra. Su clevr¡ción por el recuerdodcl Magnoy su valcntí¿r I2t\


QutritloAkiandría y tal corríanparcias.Se llamabatambiénAlejandro r,,,,ra.o ut'tparienti:lcjanotlc vosotros'los"lolomeos' Lo aloií:en mi hijos clclo *ir','ru m¿clreN4aceclonia casa,cionclcpcrmanecióocttlto durantemi humilclc cn t'n Ia gucrraespañolaSc eiel'cilaba partic:ipaciciri y a lcnotbtrtc.. .t gi-nario '-Cln.,, 1' lcíaa llomcro -dijc en ttn murmttllo' mi lrcrlnatro -Selcne,cn bttena metliclasomoslos libros qtte lcemos...(-tlanclovolví dc llispania me etrcontré la cara' colr un lrótrc <lu-iilirloa ver su deslino a 'lr.rvc qtie hactt-acrrpioclevalor csa nochc' t:Llantlcr por runbarco tlccitlido lranspnrlabaa tu hermatro 'l'íbcr Alejanclro' cl rlorsotlcl 1'a mi lado c¿rminaba la tle Ahianclro c¡ut'ofict:itisll sdllgrcP¿lraPt'escrvar Vesríala iúni<:arlc ttt hcrmano y tttvo que luchar venccr por el río contra su ft¡rt¿lcz¿para deiar:sc sictnprc,queritlaSclctrc't:omo lcl ret:orRct:ttértlalo claréyo, con ¡tlmiracitiny gratitLrdEtr mi rct:tterdcr cl¡rí'a ese jovcn cl y cn cl voltlmcll qttc rcclatllo 'lolomur' tlc tu el fr'lr¡dacbl' tltl pr"irncr s,rbrcncrrr-rbrc rlirrastía: -Sott'r-clijc,vo,tratantlorlc t'olltcnerlas lágrinl¡ s.

Solcr. Alcjarrclro Alcjantlrocl Salr'¡tlor' clcl¿rcasadc Oct¿lviacl dí¡ rle rl<'sapartlcici l"arses rc¡mami borla t'olr Jtlba.I-a stlcrtcrlc utl cstlavo ct¡n la rro lirgilivoer¡ tcrriblt',pcro cl pt'r-sat¡nt¿ba l0 pr,,t.i,'i,i,.t<lcst-tscofiacltlsy había abanrlotraclo

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MaríaGarcíaEsperón identjdadservily se habíahecho pasarpor un rico comerc:iante hebreocn viaje de negocioshaciaJuclea. Sr.rpeque había ido al encuentrorJcAlciarrclroHelios y que no leníaprisa.Habíaesperadopacientementc, en silencioy trabaiando,en la dura vicla clelesclavo, a que la ltrrea Roma se clistrajeray él puclierasacar de entresusgarrasa Alcjandro. Mi negativade marchar con ellos en la noche in_ olviclable no lo había sorprcnriido, pues mc había visto creceren la casade C)ctavia. Crecery haccrme romana. Crecery llegar hastaluba como un río cncuentra a o l r o p a r ah l n d i r . r ' e nu l l m i s m or . , l r t¡,t.

QuericlaAlejanclría: El día de mi boclacon Juba,antcsclcla salicla<lcl sol, se tomaron los auspicios,quc resultaronfbvo* rables. Al vestir; ayuclaclapor Octavia, r-uraresplande_ cientctúnica blanca,me llené de fervorosaesperdnza y creí superadospara siemprelos clíasdcl clolor,cle la lraicióny de la muerle. No pestañeócuando 1'hespis,la peinaclorade Octavia,partió mi cabeilocn scisgueciciascon la punta rle una lanza,colno era costumbreentre las novias romanas.Ritual extraño y sin explicación, quc paraclójicamcnte suscitabaen mí la sensación clelo ya visto, dc lo ya viviclo en otra vida o en otro sucño. 150


QutrifuAIrjtnilrío ElJay O<1avia pusicronr:intaselr mi cabczay, anirnatlosstrs nrovinriclrtoscolt riita cxtrañ¡ solcm¡ridacl,mc vcl¿roncrlr c,lflmnrcum,lasrravey lr¿nspafentctcla ticl rrrlor rlcl azafrón,quc cs el del all¡a. I-os r-trnrcrcsosinvita<lossc l¡abíirnr:ongr<tg.xlo en la casarlc Au{¿r¡slo, que enlre trnLrmás cle sus papelesquiso r('prcsortarcl clcpaclrer'lel¿ novia. las palabrassagraclas ILrbay yo pronurrr:iamos de la cort/itrrurtf io,crr ¡rrcscncia rle Octavio,cn sr.rcaliclad rlc PonlíficcM;íximo, y Octavia,en su calicladde ptottttltrt 1' a <1uicnh¿lríaftrmacloyo (]omo modelo clevida, juntcisolcnrncmente nLtestr¿rs manosy nos llcvti al ¿ll¿rrlc la casa,donclcoficcirnosen sacrificio ulra vaca,tnr cctr'kly una ovcja. El saccrdotcre¡retíauna oscuraplegariamicntras de la marro,cl¿ibamos Jubay yo, torn¿rclos vt¡ehascn lorno ¿l allar -iFdicitr!-cxclamaronlr¡s invitados.. . y cn sus rostros comcnzarona dibujarselas sortrisas.Eran vicjospatriciosquc habíar-r <:onrbatido contra M¿rco Antonio,oraclorcsque habíanlanzadoinvectivas ponzoñosascontraClcopatra,la serpicntccleEgiplo, matronasquc habíanric.nigraclo su lama clcgober* rlantcy su legcrrdaria y misteriosalrcllcza.. . iFdicitrr! En cscmomentotodo t:llo se olviclabay los invitadossecomplacíancon la ;rposturade la parcja qr"re l-rabíaftrrmacloAugr.rsto. I"aguerra,la separacióny el oclioquciiabanatr¿ís. Ya Augustohabiaccrratloel templo clcJanc¡.Er¿ cl momentode la paz,la fiesh 151


María CarcíaEsptrón de la concorc.lia, la unión de lo clifirente...cl matrimonio, Aparccióen eI cielola cstrellaVésperoy la señalaron los invitados,como conviclánclola a la reunión. Su aparición marcabami clcfinitivctcarnbiode hogat: De la casade Octaviaal rcino de Jtrba.Aquí hubo de cumplirsela parteclela ceremoniaque másme avergonzaba,pucs siendo alejanclrirra,scrrtíaque fingir un rapto a la mancraromalta erapucril e irrisorio. El asuntoseremontabaal recuerclo de las sabinas raptaclaspor los romanos,así que, para acalar la lradicicin,tuve que ¿rbrazar a C)ctaviamientrasJuba y sus compañcrosme arrancalr¿ur clesus brazos. Aunquc me habían recomendaclocnc¿recida, mente que gritaray llorara,f Lriirrcapaztlc hacerlo. Julia y Antonia la Menor 1o hacíaltpor mi porque estaparteclela coslumbreleníacomo [unciónalejar el mal cle ojo. Una novia rluc cstrrvieraclemasi¿ldcr Itliz podíaatraerla o.jerizade los lristesy llcvar una exislenciamatrimonialdcsdicüacla. Luego,cn una cspeciedc mareahumana,litcralmenteme vi arraslradahastala casaclcJuba.'lbclo esto es tan romano... Primcrose dejan ahogarpor la pesarlalosa dc la sc¡lemniclac.l y despr,rés rícn a carcajaclas, como lruhanesdcsarrapackrs que robarrr fru ta y escupensemillasal sol. I-osgritos de ilaft¡s-siol afbrturracl¿mcnte opac¿rron máscleun broma procazmicntrasJubalanzabapuñados clc nLleces¿rlos c'hiquillos quc alborozatla* mentcnos seguian. 132


QutritlaAh:iantlría Al llegara la casacleJubacstese separóde la comitivay seinlroclujoen su morada. Qucdé escoltadapor tres jóvenes,a los que poctr lrabía visto, pero quc gozaban cle la amistad de mi novio. Uno clecllos porlaba una antorchadc palo rle espino,los clemásalttmbrabanla procesióncon antorchas. la antor-Es una luz viv¿ -diio alguienseñalanclo cl'rade espino-. El augurio es afbftunado' Dos sirvicntascleOctaviaportaban una ruecay un huso para hilar.Seríareina,pcro el trabaiode la lana cnnobhcía y cra el símtrolodc la virtud doméstrca. Ante mí se lcvantabael portal clel¿ casade Juba' Murmuré urra ple.gariaa las divinidadesdel umbral al tiempo en quc pensabaen ti, Alejandría,como el y al que umbralque crucépara vivir viclasdiferentes volveré cuanclose apaguemi estrella. Mc tocó entoncesuntar de aceitey cnvolver con los cint¿lsclelana los pilarcsde la puerta.Después, amigos cle Juba me levantaron en vilo para franquear el umbral con obieto dc que no tropezasenl un premis piestocaranalgúnobjeloque significara sagiofatal. Alcjanclría,casi te miro sonreír cuando lcesel rematrimoniaccremclnias cucnto ile las complir:adas por los clominarloresdel mttndo' les icle¿lclas Debo riecirteque Paraellos tienenmucho senticlo protegercl matri1',a fin clc cucnt¿rs'str objetivo es monio y patlar ciealglna mancra cr¡n cl futuro'

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.NIaría GarcíuEsp ertin Las cosashumanasrequicrencle actospladosc_rs y eso lo aprenrlíen Roma.De actos piadososque ayuclena soporlar el tiem¡ro,sol¡retoclo cl¡ancloeste se concentraen vivcncíasexlraorclinarias, como la que tuve durante los segunclosen qllc en brazos cle jóvencsromanoscrucécl umbral que mc separaba de mi vicla de dc¡'rcella. Sobrecse umbral y en csossegundosel tiempo -mi tiempoy el de mis ancestros, trr tiempo, Alejanclría- se hizo una nubc de lüego cn la quc se sucedían escenaspasaclasy venicleras:la tarde violeta y oro clelpalacio cle Cleopatra,cl sol inccndiadoa la vera clel l.aro, la galera c.lisfrazadacle triunfc.r,cl polvo de qr.ricnhabía sido cl magníficoAlejanclro, urra lágrimaen los ojos dr: Scrapis,Farsesbarricnclo el suelo en la casade Octavia,iuba filosofandcr en cl Altar clc la Victoria;yo, scntaclaal lado clemi csposocn rrn inimaginablctrono afiicano.Vi en la nube clefuegouna extrañamone<laque cleun laclo mostrab¿r 1aefigiede Jubay del otro, la meclialuna y la estrclla:en cl anverso,la leyendaen latín R¿x /uba y en el reversocn griegoBnsilisso Clrcpatrn. Yi una luna velaclay otra vcz la cabczade Serapis bajo el agua, con los serenosoios abicrtos,vi mi tumba junto al ma¡ monumenlo circular sin cesar labradopor el vienlo y, más allá clecorclillcras y ríos salvajes,vi a AlejandroHclios,los cloracloscal¡ellos al viento, cubierto con la cl.imidemacecloniaque sirvió para trazarle,Aleiandría,gobernanclopucbk)s que sc proslÉrnabanante él cr¡moante un hombrr: 134


QutritlaAkiantlrítt que fuera un lréroe,que füera un sueño,que fucra un clios... La nube dc Ítcgo se extendióen mi mentey puse cn sut:losagrado:el hogardc iuba' mis sanclahas Lo vi de pie,cn el atrio clcsll casa,envueltoen la cabelloceñidopor ttna toga patricia,su errsortiiado barrclapúrpura. Su sonrisa. como qttietrviene de muy leios' Mc escuchéclccit", las palabrasclelas csposasromanas: -Ubi tur(hí[s, ryoGoiL -Bienvenicla,CleopatraSelene."l'eofrezcr¡,en esta el aguay el ftlego vida y en las quc sigtrieren, Iuba y yo nos tomamosclela mano y camtnalros en silcnciohaciacl inlerior de la morada'

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que fuera rlc ( lcop¡lr,rSt'lt'nt', Ln u¡,1,r reina cle la M¿ruritaniaromana desdcel 25 el 5 clcnttestraera, hastaprctbablcmentc a.Cl. cuanrloocurrió su mueftc,ha sido opacada por el brillo dc su madre,la gran Cleopatra Srrptima. en Ia soml¡rade la Sclench¿ permanecido ric.rllisl,rri,rmr'dilclr,ine,tdc esos¡ños,,lt¡nqr.reel rcino que presidióa la vera de JubaII lavorcció la c:ulturay 1asartesy fue uno cie los centrosmás importantesdel helenismo floreciclobajo el dominio de Roma.


tllaría ()arcítrEspcrLir DescubríaC)copatraSelenc en la biografíacleEmil , I-urlwrgsobre CleopatraSéptima. Quisc cncontrar su vr

vcz cuancro mecrité e',ñ,L'il,1:ii5rujil,il.i:

hercder.ade un rlesven{uiaclo lina¡c ;;;;;; catorceaños,sus protcctores ro*uno, t" ouunaio_

::iTH,il íüi{::,8ffi;:..; iTilr como ella,dc Roma. las cartascleSelenese

;;:;',:'"'5:ll!il;'l :lli:ili":;: ::,:i::ill;:

*:lttq."] l'iul¿rr¡r,l,r.rnligu,r .'e,livid¡.rcrr Afci,rn,lfl¿ onr:o.distritos:Afir, cllugar clebs palacios,.1..1 ñ;; y dc Ia Biblioteca.ljrl¿r,j barrio ¿" fn u.ira.r"i;n.1", rcsiclentes griegrshabitab¿urcn Gar¡rrrra y fu, ot*rr;.ros -persas,juclíc.rs, sirios_,er.rlldf¿r,mjcntras,lu. ¿;;ír,, era el distrito cielos naciclos m l-gipto. narración,1os personajcs sorr histór.icos, ,..,j:_*tl cxccptocl eunllco Basilio,el macstroDeífirboy l.h,.r;; cl persa. Sr¡nficción taml¡iónla Sociec]arl rle los Ver<lac]eros _ Scguidores y la lruíclacJcAlejar.rclro Fjeliosa f"lr,f". los histirriadoresromanos harr clejado." ,il;;j; el clestürode los hermanos Alejanclro Heli's y lt¡lomco Filarlelfo.$^c-lcolarra' 5e asumepor lo general ql¡e murleron en la i'fant:i, 'l' puro no hay t:crtezaal rcspecto. cle los doncs gue mc brinclrj cscribiresta Yn? .^._ r-rovct a f ue rescatara AlcjancJro Hclios cle l. *";;.r; 140




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