Recuperacion 1ava Castellano 4t ESO

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RECUPERACIÓN 1ª EVALUACIÓN LENGUA Y LITERATURA CASTELLANA. 4º ESO

A continuación te señalo los instrumentos de evaluación que es necesario que recuperes para aprobar la evaluación anterior y la manera de conseguirlo: 1- La redacción de un texto argumentativo. Para ello tienes que realizar este trabajo y presentarlo el día 11 de enero, en el horario de atención, que será a las 16:00 horas en el aula 0.4. a. Haz un esquema de las páginas 10-11 y 32-33 y estúdialos b. Encuentra la tesis y los distintos tipos de argumentos de dos de los textos argumentativos que encontrarás en el blog de 4º, en la asignatura de castellano c. Elige un tema que te guste y escribe un texto argumentativo. Antes planifícalo con la ayuda de la plantilla que también te adjuntamos. 2- El libro de lectura. a. Elige un libro diferente de los que están propuestos para la primera evaluación. b. Toma notas durante la lectura c. Preséntate a una entrevista o control con las anotaciones, el día 11 de enero, a las 16:00 horas en el aula 0.4.

Los niños asilvestrados

27 septiembre 2009

PEDRO PÉREZ GÓMEZ. ALCALÁ DE HENARES (MADRID)

Siempre he creído que la educación es en esencia un acto violento. Transformar a un niño en la clase de adulto que queremos que sea, como transformar la sociedad, no se consigue sin violencia. Por simple persuasión, los que explotan a los demás no van a dejar de hacerlo ni van a renunciar a sus privilegios. Por simple persuasión, los niños no van a dejar de jugar al fútbol para estudiar matemáticas. Mire lo que le pasó a Pinochet en Chile o mire a ciertos niños malcriados, a los que nadie ha conseguido desasnar por no contrariar su santa voluntad o sus intereses. No quiero decir que haya que renunciar a conocer sus intereses y satisfacerlos, a seducir, persuadir, argumentar o razonar. Todo lo contrario: hay que hacerlo constantemente. Pero a mí me parece que, en última instancia, hay que aceptar que se ejerce violencia (y estar dispuesto a hacerlo). ¿Cómo si no vas a conseguir que un niño renuncie a la satisfacción inmediata de sus deseos a cambio de una recompensa remota y difícil de entender para él? Si sólo atendiéramos a “sus intereses” (tal y como los concibe él mismo), no conseguiríamos que ningún niño aprendiera a hacer la o con un canuto (para no hablar de que se coma la verdura). En definitiva, en mi opinión, hay que forzarles. Como la revolución, la educación es violenta (lo que no quiere decir que haya que pegarles puñetazos: hay muchas formas de violencia). En el momento mismo en que (los adultos) nos atribuimos el derecho a educar (a los menores), les privamos del derecho a definir por sí solos sus propios intereses. Otra cosa sería si renunciáramos a educarles, claro. Para mí, “el principal problema de la enseñanza” bien podría ser esa visión naif de la educación.


Las ventajas de hacer el ridículo ROSA MONTERO

El País Semanal, 12 de septiembre de 2004.

Siempre me ha fascinado la increíble e inalterable capacidad que tienen los anglosajones para ponerse en ridículo y quedarse tan campantes. [...] En cambio, a los hispanos en general, pero sobre todo a los españoles, nos horroriza hacer el ridículo. Tenemos el orgullo en carne viva, y una conciencia tan aguda y enfermiza de nuestra apariencia, de lo que los otros pensarán sobre nosotros y de qué dirán, que preferimos pecar de mudos, paralíticos y sosos de solemnidad. Es decir, preferimos la pasividad total antes que hacer nada que pueda terminar siendo risible. Y así, mientras que en Estados Unidos, por ejemplo, los niños aprenden a hablar en público en las escuelas, y los adultos disfrutan organizando ceremonias, declaraciones y pequeños espectáculos personales en bodas, banquetes y bautizos, nosotros, por lo general, no abrimos la boca ante una audiencia ni aunque os introduzcan un anzuelo. Por no hablar de bailar, o actuar, o hacer el ganso. En España, las personas serias no pueden hacer eso. El agudo lord Byron sostenía que la larguísima decadencia española había comenzado con el Quijote, y que la obra de Cervantes, que era nuestro icono cultural nacional, nos había hecho un daño terrible al enseñarnos que atreverse a soñar, a perseguir las propias quimeras y a ser distinto sólo conducía al más espantoso y patético de los ridículos. De ahí nuestro orgullo sangrante e hipersensible, nuestro miedo a la mofa tan extremado. Este pensamiento era una boutade de Byron, desde luego, pero una boutade enormemente sabia. Porque es cierto que los españoles estamos atrapados e inmovilizados por un sentido del ridículo desproporcionado y patológico. Y porque también es verdad que la historia se mueve con el impulso loco de los soñadores, de los iluminados, de los extravagantes que no temen ponerse el mundo por montera a la hora de perseguir sus ideales. [...] A nadie le gusta que se rían de él, pero la mayoría de los países ponen el miedo al ridículo en su justo lugar, no es algo paralizador ni aniquilante. Y algunas culturas, como la anglosajona, incluso hacen alarde de ese arranque extravagante, de la rareza visionaria, aunque se absurda.. No les ha ido nada mal cultivando la originalidad, porque ya es bastante difícil cambiar las rutinas del mundo como para detener tu empeño solamente por el miedo a las risas de los demás. Nosotros, mientras tanto, seguimos sentaditos y quietos en un rincón, no vaya a ser que alguien nos mire. Es posible que así no hagamos el ridículo, pero lo que es totalmente seguro es que no haremos nada.


La libertad ALMUDENA GRANDES,27 diciembre,2010

Un campo francés, enero de 1939. Manuel Altolaguirre se había puesto toda su ropa encima para salir de España. Un soldado que estaba tiritando celebró la calidad de su abrigo. El poeta se lo quitó, se lo dio, y siguió desnudándose, hasta dárselo todo a quienes le rodeaban. Poco antes, o después, en otro punto de la frontera, era Antonio Machado quien tiritaba. Otro soldado le reconoció, y le regaló su manta. Hasta entonces, la cultura y el pueblo de España fueron una sola cosa. Quienes deseaban la vida de la muerte y la muerte de la inteligencia, se ocuparon de arreglarlo. Ahora que los empresarios de Internet plantean la defensa de la propiedad intelectual como una guerra entre los creadores y los ciudadanos, conviene recordar estas viejas lecciones. Porque los creadores somos, antes que nada, ciudadanos. Nuestro trabajo está tan indisolublemente unido a las inquietudes y necesidades de la sociedad, que no existiría sin ella. Por eso es doloroso comprobar cómo argumentos que se fundan en una defensa a ultranza de la iniciativa privada y niegan al Estado cualquier derecho a legislar o regular un sector del mercado, han logrado disfrazarse de principios progresistas en una operación de demagogia sin precedentes. En otras palabras, quienes salen a la calle para pedirle al Gobierno que regule los mercados y legisle a favor de los derechos laborales, celebran el fracaso de la ley Sinde. Se diría que nosotros no trabajamos, y por eso, no tenemos derecho a cobrar por nuestro trabajo. Hay hasta quien, en nombre de la libertad de expresión, propone que recurramos a los mecenazgos privados para subsistir. No es nada nuevo. Hasta el siglo XVI, la cultura dependía de la caridad de los poderosos. Hagan memoria, proyecten sus conclusiones en el futuro y mediten un instante sobre la palabra "libertad". Mientras tanto, feliz Navidad.


PLANIFICACIÓN DE LA PRODUCCIÓN TEXTO ARGUMENTATIVO

TEMA

TESIS

ARGUMENTOS DATOS

ARGUMENTOS HECHOS

ARGUMENTOS EJEMPLOS

ARGUMENTOS DE AUTORIDAD

ESTRUCTURA

PALABRAS CLAVE, SINÓNIMOS, HIPERÓNIMOS

CONECTORES o MARCADORES para ORGANIZAR el discurso

de INICIO de INCORPORACIÓN DE ELEMENTOS de FINAL (conclusión) para INTRODUCIR EJEMPLOS o ACLARACIONES

CONECTORES o MARCADORES para RELACIONAR IDEAS

ADITIVOS de CAUSA-CONSECUENCIA para CONTRAARGUMENTAR

RECURSOS DEL LENGUAJE FIGURADO METÁFORA COMARACIÓN PERSONIFICACIÓN PREGUNTA RETÓRICA


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