EL PERDÓN
Como humanos experimentamos nuestra libertad, eligiendo continuamente lo que consideramos mรกs valioso.
Muchas veces elegimos erróneamente. Vamos frecuentemente detrás de lo que nos daña, nublada nuestra mente por el placer inmediato.
Dios es plenamente consciente de nuestra condici贸n de personas que elegimos mal, damos importancia a lo que no la tiene y dejamos de lado el plan de Dios, que tanto fascin贸 a Jes煤s
Necesitamos ser iluminados por Dios, necesitamos ser liberados de nuestras falsas elecciones, para que seamos capaces de convertir este mundo nuestro en una comunidad de hermanos.
Dios o delegados suyos emiten leyes que prohíben o permiten. Y quien no cumpla esas leyes comete pecado contra Dios. Eso es sacralizar una ley. Pero Jesús derogó la ley. Y nos dejó sólo la conciencia.
La relaci贸n de Dios Padre con el hombre no entra dentro de un marco legal. La paternidad y la filiaci贸n se mueven en otra atm贸sfera
Pecado es caer en el pozo de la egolatría. “Y seréis como Dios”. El hombre no acepta sus dimensiones de ser humano. No admite la fraternidad. Quiere utilizar a los demás y a Dios, en beneficio suyo.
Para ser hijo, necesitas ser hermano. No hay modo de entablar relaci贸n con Dios que es Padre, si no es desde la fraternidad humana. Si ofendes u olvidas a tu hermano no te hagas la ilusi贸n de creerte cristiano, hijo del Padre.
ÂżNo serĂĄ que Dios Padre nos perdona porque es Amor y el Amor no puede estar ofendido?
¿No será que los únicos que nos tenemos que perdonar somos los hombres, que los únicos que nos ofendemos somos nosotros y entre nosotros?
¿No será que Jesús vino a decirnos que una actividad del hombre era perdonar; que no hay ser humano si no hay perdón; que el rencor paraliza lo humano; que el odio es un fracaso?
Que, mientras no perdonemos, Dios-el Amor- no puede entrar en lo humano y que, en la medida en la que perdonamos, el Amor entra en nosotros.
“El Reino de Diosâ€? que anunciaba JesĂşs era como un quedar zanjadas todas las deudas, entrelazadas todas las manos, curadas todas las heridas, comiendo todos un mismo pan.
Hemos “roto” nuestra relación con Dios cuando: ·no contamos con Él ni le dejamos sitio en nuestra vida, ·cuando primero yo, después yo, y por fin yo, ·miramos para otra parte ante las necesidades de los demás,
Por lo tanto, cualquier “hombre” puede perdonar pecados, porque únicamente se trata de convencer al otro de que Dios le ama. Una confesión que solo
tiene en cuenta el acto y no afecta para nada a la actitud, será completamente estéril.
Pecado es una actitud contraria al bien del hombre. Cuando uno peca, se daña, en primer lugar, a sí mismo; no hace falta que nadie le castigue. Ya se ha castigado él mismo. El daño al otro es la consecuencia del pecado. Es una actitud que me deteriora como ser humano.
Por eso el Dios de Jesús busca al pecador que es el verdaderamente dañado, impedido, muerto, para sacarle de esa situación de inhumanidad.
La opresiĂłn, activa o pasiva (el pecado del mundo), es la causa de toda parĂĄlisis que impide al hombre ser ĂŠl. Solo el mal moral tiene verdaderamente capacidad de paralizar absolutamente.
El pecado: egoísmo que mata al hermano, lo utiliza, aplasta, viola, olvida, manipula, margina, … ; está ahí, existe.
Si tu hijo te levanta la mano, se te parte el corazón, no por la ofensa sino por el fracaso de tu hijo. Esa fue la obsesión de Jesús. Liberar a su pueblo de un sistema religioso basado en el cumplimiento de ritos, leyes Y ACTUAR CON EL CORAZÓN DE QUIEN SE SIENTE AMADO.
CONVERSIÓN Se convierte quien recapacita y ve con claridad que está haciendo el tonto. “Los jornaleros de mi padre comen y yo, por este camino, me muero de hambre. Me voy a casa de mi padre”. Lc 15, 17-18. Ese que escoge la casa del padre se ha convertido.
QUIERO RECTIFICAR MI MIDA
Eso es para Jesús, convertirse: Aún podéis volver al Padre. No sabemos cuánto tiempo queda. La vida es muy corta, no la desperdiciéis.
PPS REALIZADO POR José Manuel Pérez Basado en textos recogidos de la página web de http://www.feadulta.com/ Con imágenes recogidas en la página web http://www.bing.com/ 12 de marzo de 2012