Programa de mano, OSUG, 2 - 1ra Temp, 2023

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Viernes 3 de marzo | 20:00 horas

Teatro Principal, Guanajuato

Roberto Beltrán Zavala, director titular

Alexander Korsantia, piano

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CONSULTA LAS NOTAS AL PROGRAMA

Viernes 3 de marzo | 20:00 horas Teatro Principal,

Roberto Beltrán Zavala, director titular

Alexander Korsantia, piano

Obertura, Scherzo y Finale, Op. 52* (1841)

Robert SCHUMANN

1810 - 1856 17’

- Obertura: Andante con moto – Allegro

- Scherzo: Vivo

- Finale: Allegro molto vivace

Concierto para piano no. 2 en fa menor, Op. 21

1810 - 1849

I. Maestoso

II. Larghetto

III. Allegro vivace

Sinfonía no. 2 en do mayor, Op. 61

Robert SCHUMANN 1846 1810 - 1856

I. Sostenuto assai – Allegro ma non troppo

II. Scherzo: Allegro vivace

III. Adagio espressivo

IV. Allegro molto vivace

*Estreno en Guanajuato

Guanajuato
Frédéric CHOPIN 1830
32’
INTERMEDIO
38’

ORQUESTA SINFÓNICA DE LA UNIVERSIDAD DE GUANAJUATO Tradición y vanguardia

La Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) ocupa un lugar privilegiado en el panorama musical de México como uno de los ensambles orquestales de mayor prestigio en el país y con una sólida proyección internacional. Desde su fundación, importantes solistas y directores han participado en los programas de la orquesta, entre ellos Francesca Dego, Yuja Wang, Brodsky Quartet, Shlomo Mintz, Dmitri Hvorostovsky, Neeme Järvi, Cyprien Katsaris Christian Lindberg, Eduardo Mata, Jorge Federico Osorio, Leif Segerstam, y el Trío Altenberg.

En razón de su alta calidad interpretativa, la OSUG es la orquesta residente del Festival Internacional Cervantino, el festival dedicado a las artes escénicas más importante de América Latina, mismo en el que ha participado con programas de gran trascendencia como el estreno en México de la Sinfonía no. 4 de Lutoslawski, las Sinfonías no. 4 y 7 de Shostakovich, Das Lied von der Erde de Mahler y decenas de estrenos y ejecuciones de obras de compositores tales como Mario Lavista, Joaquín Gutiérrez Heras, Phillip Manoury, Igor Stravinsky, Anton Bruckner, Silvestre Revueltas. Gracias a su enorme repertorio, dinamismo y personalidad, la OSUG ha sido invitada a diversos festivales nacionales y ha realizado múltiples giras internacionales.

Esta orquesta es testimonio vivo de la larga tradición cultural del estado de Guanajuato y es la primera orquesta profesional permanente de una universidad mexicana. Su concierto inaugural ocurrió el 25 de abril de 1952 bajo la batuta del maestro José Rodríguez Frausto, quien estuvo al frente de ella por 34 años. En 1986 asumió la dirección el maestro Mario Rodríguez Taboada y para 1992 la OSUG se fusionó con la Filarmónica del Bajío para crear un solo organismo, del cual

asumió la titularidad Héctor Quintanar. Durante este periodo, la orquesta desarrolló un valioso proyecto de difusión de la música nacional con la grabación de seis discos compactos de la colección Compositores Mexicanos, integrada por 32 obras inéditas de 23 autores.

En 1997 José Luis Castillo asumió el cargo de director titular y expandió notablemente el repertorio de la orquesta, recorriendo todas las etapas del vasto espectro musical con un acento particular en lo contemporáneo. De 2005 a 2011 Enrique Bátiz asumió el cargo de director invitado y asesor musical, con quien la OSUG realizó giras por China y Egipto.

En 2012, año en que la OSUG cumplió sesenta años de existencia, se designó como director titular al maestro Juan Trigos, quien continuó la idea de difusión de la música nacional impulsada en la OSUG por Héctor Quintanar. Entre 2012 y 2014 se efectuaron giras por México, Estados Unidos e Italia.

En junio de 2015 Roberto Beltrán Zavala fue nombrado director titular de la OSUG. Con una sólida carrera internacional y una nutrida agenda de conciertos su enfoque en el sonido Orquestal y en el repertorio post-romántico ha dado a la OSUG una profunda personalidad como ente artístico..

En mayo y junio de 2017, con motivo de sus 65 años de fundación, la OSUG realiza exitosamente una gira por Europa, donde compartió escenario con, el Cuarteto Brodsky, Francesca Dego y Shlomo Mintz, en importantes salas de conciertos y teatros de España, Francia e Italia donde se culminó con un exitoso concierto en la prestigiada sala Verdi en Milán.

ROBERT SCHUMANN (1810-1856)

Obertura, scherzo y finale, Op. 52

Andante con moto – Allegro

Scherzo: Vivo -Trío – Scherzo

Finale: Allegro vivace

Datos de interés cronológico y musical:

En 1841, Robert Schumann compuso su Sinfonía No. 1, Op. 38, que es su primera obra orquestal completa.

Ese mismo año, escribió la Obertura, scherzo y finale Op. 52.

Originalmente, el compositor iba a designar este Op. 52 como su Sinfonía No. 2

En 1845, revisó la partitura de la Obertura, scherzo y finale Op. 52, revisión enfocada básicamente en una nueva orquestación.

Más tarde, Schumann compuso en 1846 una nueva obra, la Sinfonía No. 2 Op. 61, que no guarda relación alguna con los materiales del Op. 52.

Si se incluyen algunos bosquejos y obras de juventud que quedaron inconclusas, Schumann compuso poco más de una veintena de obras orquestales, las más importantes de las cuales son sus cuatro sinfonías.

¿Qué ocupaba a Schumann en el año 1841? En apenas cuatro días, entre el 23 y el 26 de enero, realizó el bosquejo completo de su Primera sinfonía, cuyo título y espíritu le fueron inspirados por un poema de Adolph Böttger. Hacia el final de febrero, el compositor terminó de orquestar la sinfonía, y en marzo la obra ya era ensayada por Félix Mendelssohn (1809-1847), quien se encargaría del estreno de la obra. Como ocurrió en el caso de tantos otros compositores (y quizá siga ocurriendo), dar a la luz pública su primera composición orquestal realmente relevante le dio alas a Schumann para planear la creación de más música sinfónica. Para poner este hecho en perspec-

tiva, vale la pena saber que antes de la Primera sinfonía, Schumann sólo había podido bosquejar un puñado de obras, todas ellas incompletas, incluyendo un concierto para piano que nunca se materializó, parte de cuyos materiales originales fueron a parar a la Sinfonía No. 2, escrita en 1845-1846.

Un par de semanas después del estreno de su Sinfonía No. 1, Schumann abordó la composición de su siguiente partitura sinfónica: Obertura, scherzo y finale, Op. 52. Según algunas fuentes documentales, Schumann concibió originalmente la obertura, y más tarde añadió el Scherzo, y después el Finale. No es del todo imposible que algún estudioso musical pudiera querer catalogar esta obra como una breve sinfonía en tres movimientos. En todo caso, esta visión de la obra se referiría al espíritu de la obra y el contraste entre sus movimientos, porque estrictamente, el Op. 52 de Schumann no cumple cabalmente con las características sinfónicas tradicionales en lo que se refiere a las formas, el tratamiento armónico y el desarrollo temático.

Como tantas oberturas románticas, el primer movimiento de esta obra se inicia con un episodio lento, Andante, con ciertas pinceladas expresivas oscuras y dramáticas. El Allegro que le sigue es fresco y ligero y, al igual que muchas de las obras de Schumann (sinfónicas o no), presenta claras afinidades con la música de Mendelssohn y la de Johannes Brahms (1833-1897). El movimiento central, Scherzo (con su respectivo trío), está sustentado en una breve y característica figura rítmica que es posible hallar en otras composiciones de aquel tiempo, como por ejemplo las sinfonías Nos. 7 y 9 de Ludwig van Beethoven (1770-1827). El Finale es un movimiento luminoso y optimista en el que, quizá, pueda percibirse el ambiente pastoral de algunos episodios de la Sinfonía No. 1, Primavera, de Schumann.

El compositor dedicó la partitura de la Obertura, scherzo y finale Op. 52 a su amigo Johannes Josephus Hermanus Verhulst (1816-1891), influyente compositor, director y administrador musical neerlandés.

FRÉDÉRIC CHOPIN (1810-1849)

Concierto para piano y orquesta No. 2 en fa menor, Op. 21

Maestoso

Larghetto

Allegro vivace

Si en la clase de matemáticas pudimos aprender, a pesar de todo, que el orden de los factores no altera el producto, en la clase de música podemos aprender, más fácilmente, que el orden de los conciertos no altera a Chopin. Esto quiere decir que la numeración con la que hoy conocemos sus dos conciertos para piano está invertida: el que conocemos como Segundo concierto fue compuesto antes que el que designamos como Primer concierto. Esta inversión en la numeración se debe sencillamente a que el primero de los conciertos compuestos por Frédéric Chopin se publicó mucho más tarde que el segundo, por una razón típicamente romántica: envuelto en música, en nacionalismo y en amoríos escandalosos, el distraído Chopin había perdido las partes orquestales del Primer concierto, y cuando las encontró, el otro concierto, posterior a éste, ya había sido publicado. Una vez aclarado lo cual, y para no enloquecer a quienes catalogan las músicas famosas, nos referiremos a estos conciertos por el orden de sus números, y no el de sus fechas.

Chopin inició la composición de su Segundo concierto para piano en 1829, y respecto a esta obra hay un elemento extramusical típico de las obras románticas. Por aquellas fechas el joven Chopin tenía 19 años y, como a casi todo el mundo a esa edad, le dio por enamorarse. El objeto de sus desvelos era una joven cantante originaria de Varsovia, llamada Konstantia Gladkowska. Demasiado tímido para declararle su amor directamente (¿a quién no le ha sucedido?) Chopin decidió hacer una declaración musical, y la incluyó en este concierto. Al respecto, el compositor escribió una carta a su amigo del alma, Titus Woyciechowski, en la que le decía:

Quizá he encontrado, para mi mala fortuna, a mi ideal, a la que adoro fielmente y con sinceridad. Han pasado seis meses y aún no he intercambiado una sola palabra con aquella con la que sueño cada noche... ella, la que estaba en mi mente cuando compuse el Adagio de mi concierto.

Cabe aquí la aclaración de que, aunque el movimiento al que Chopin se refiere es un Larghetto, en aquel tiempo se acostumbraba llamar adagio a todo movimiento lento. Es precisamente en este movimiento lento donde se puede detectar el sentimiento musical y humano específicamente chopiniano que con tanta intuición describió Oscar Wilde en estas palabras:

Después de escuchar a Chopin, siento como si hubiera estado llorando por pecados que no cometí, guardando luto por tragedias que no eran mías. La música siempre me produce este efecto. Crea para

mí un pasado del cual estuve ignorante hasta ahora y me llena con el sentimiento de penas que habían estado ocultas a mis lágrimas.

Este, que es en realidad el primero de los conciertos para piano de Chopin, fue estrenado en Varsovia el 17 de marzo de 1830, con el compositor al piano, en lo que significó su debut como intérprete en la capital polaca. Como era la costumbre en aquel tiempo, entre movimiento y movimiento del concierto se interpolaron algunas breves piezas de música de cámara; era convicción inalterable de quienes se dedicaban a la música que el público no podía soportar un concierto entero sin interrupción. Así, después del Maestoso con que abre el concierto, se interpretó un divertimento para corno y, en seguida, el apasionado Larghetto dedicado a Konstantia Gladkowska. Respecto a la reacción del público ante el estreno de su Segundo concierto, Chopin escribió estas líneas a su amigo Woyciechowski:

El primer Allegro de mi concierto, ininteligible para casi todos, recibió como recompensa un ‘bravo’, pero creo que esto se debió a que la gente quería demostrar que había entendido, y que saben cómo apreciar la música seria. En cualquier país hay suficientes personas que gustan de hacerse pasar por conocedores. El Adagio y el Rondó produjeron un gran efecto; después de ellos, los aplausos y los ‘bravos’ fueron realmente espontáneos, desde el corazón.

Y tal como Chopin lo hubiera querido, fue precisamente el movimiento lento, el dedicado a la joven cantante, el que ha sido más apreciado por los conocedores. (Este hermoso Larghetto existe también en una excelente transcripción para piano solo realizada por Earl Wild). Franz Liszt (1811-1886), que mucho sabía del piano y su música, se expresó en estos términos:

Es posible hallar pasajes de grandeza sorprendente en el Adagio del Segundo concierto, movimiento que Chopin apreciaba particularmente y que gustaba de repetir. El conjunto de esta pieza es de una perfección casi ideal. Su expresión, ahora radiante de luz, ahora llena de tierna pasión...

Dicho de otra manera, una dedicatoria típicamente romántica. Lo curioso del caso es que tal dedicatoria es estrictamente musical porque Chopin, en toda su timidez, no se atrevió a dedicar explícitamente la partitura a su amada ideal. Así, este Segundo concierto está dedicado a la condesa Delphine Potocka, musa y alumna del compositor, y si bien Chopin no se atrevió a declarar sus sentimientos a Gladkowska, la joven cantante tuvo al menos algo que ver con la música del compositor. El 11 de octubre de ese mismo 1830 Chopin estrenó el otro concierto para piano, el que lleva el número uno. En uno de los intermedios entre movimiento y movimiento, en lugar de una breve pieza de cámara, fue cantada un aria... por Konstantia Gladkowska.

ROBERT SCHUMANN (1810-1856)

Sinfonía No. 2 en do mayor, Op. 61

Sostenuto assai – Allegro ma non troppo

Scherzo: Allegro vivace

Adagio espressivo

Allegro molto vivace

Dice la historia que allá por septiembre de 1845, Robert Schumann escribió una carta a su amigo y colega Félix Mendelssohn (18091847), en la que le decía, entre otras cosas, que trompetas y tambores sonaban en su cabeza cotidianamente. De ahí, los musicólogos han deducido la inspiración para la segunda de las cuatro sinfonías de Schumann, obra que, en efecto, está marcada de manera importante por las trompetas y los timbales. Sin embargo, esos sonidos de trompetas y tambores en la cabeza de Schumann eran algo más que simple inspiración musical: eran, probablemente, una más de las señales de la enfermedad mental que al cabo de unos años llevaría al compositor a su tumba prematura.

En 1840 Schumann se había casado con Clara Wieck, joven y prometedora pianista, en contra de la voluntad del padre de ella. Dice la historia que el matrimonio le hizo mucho bien a Schumann, quien desde tiempo atrás había mostrado propensión a la debilidad nerviosa. En 1844 Schumann y su esposa realizaron una gira por Rusia, al final de la cual el compositor sufrió su primer colapso nervioso grave, precedido de nerviosismo, depresión y ocasionales pérdidas de la memoria. Debido a ello, Schumann tuvo que abandonar casi por completo sus actividades profesionales, y se mudó a la ciudad de Dresde por instrucciones de su médico. Fue hacia el final de su convalecencia que Schumann comenzó a oír trompetas y tambores en su cabeza, y se lanzó de lleno a la composición de su Segunda sinfonía. Al parecer, el compositor realizó el primer bosquejo de la obra rápidamente, en una semana, a la mitad de diciembre de 1845. Sin embargo, la orquestación de la obra le tomó mucho más tiempo, debido a los síntomas recurrentes de su enfermedad mental. Así, Schumann dedicó la mayor parte de 1846 a trabajar en su Segunda sinfonía, y la terminó en el mes de octubre.

A su Primera sinfonía, Schumann le había puesto un subtítulo: Primavera. Y la Tercera sinfonía habría de tener también un nombre: Renana. La Segunda y la Cuarta, sin embargo, no llevan título alguno, y respecto a ese asunto, hay un interesante texto escrito por el propio Schumann:

Los títulos de las obras musicales, que han estado en boga en nuestro tiempo, han sido criticados de vez en cuando, y se ha dicho que la buena música no necesita letreros. Esto es cierto, pero también es cierto que un título no le roba valor a la música, y el compositor, al ponerle título a una obra, evita que haya un completo malentendido sobre el carácter de su música. Si al poeta se le da licencia para explicar el significado de su poema en el título, ¿por qué no habría de hacer lo mismo el compositor? Lo importante es que tal descripción verbal sea significativa y adecuada. Podría ser considerada como una prueba del nivel general de la educación del compositor.

Tal y como Schumann lo escribió en su carta a Mendelssohn, las trompetas adquieren importancia desde el inicio mismo de la Segunda sinfonía; una introducción de carácter misterioso y lento a cargo de las trompetas es el tema unificador de la obra. Después de varias apariciones a lo largo de la sinfonía, este tema reaparece muy cerca del final, primero suavemente como al inicio, pero después con más fuerza y energía. Hay quienes han hallado la sombra de Ludwig van Beethoven (1770-1827) en esta obra, lo cual no es del todo extraño, considerando la admiración que Schumann sentía por la música de su ilustre predecesor. Sin embargo, esta posible afinidad estética le fue criticada duramente a Schumann en el periódico Musical World de Londres en 1864. A raíz de una interpretación de la Segunda sinfonía, el crítico del Musical World afirmaba que la obra tenía un falso aire de Beethoven, y que Schumann era una especie de Beethoven venido a menos. Es evidente que la solidez musical de la obra contradice cabalmente lo dicho por el crítico inglés.

La Segunda sinfonía de Robert Schumann fue estrenada por la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig el 5 de noviembre de 1846, bajo la dirección de Félix Mendelssohn, quien fue un incansable promotor de la música de Schumann. Después del estreno, el compositor revisó la partitura y realizó cambios sustanciales en la orquestación de su Segunda sinfonía, incluyendo entre ellos la adición de tres trombones que no aparecían en la primera versión de la obra. La nueva versión fue tocada once días después del estreno, con el mismo director y la misma orquesta.

Pianista

Apodado un “inconformista silencioso” (Daily Telegraph), el pianista Alexander Korsantia ha sido elogiado por la “claridad de su técnica, el tono ricamente variado y el fraseo dinámico” (Baltimore Sun), y una “técnica de piano donde las dificultades simplemente no existen” ( Sol de Calgary). El Boston Globe consideró que su interpretación de su pieza emblemática, Pictures at an Exhibition, era “una actuación que podría aniquilar a todas las demás que uno ha escuchado”. Y el Birmingham Post escribió: “Su lectura intensamente receptiva estaba impregnada de una vena de fantasía constante, ya sea reflexiva o voluble”.

Desde que ganó el Primer Premio/Medalla de Oro en el Concurso de Maestros de Piano Artur Rubinstein y el Primer Premio en el Concurso Internacional de Piano de Sydney, la carrera de Korsantia lo ha llevado a muchas de las salas de conciertos más importantes del mundo, colaborando con directores de renombre como Christoph Eschenbach, Gianandrea Noseda, Jansug Kakhidze, Valery Gergiev y Paavo Järvi, con orquestas como la Sinfónica de Chicago, la Orquesta Kirov, la Orquesta RAI de Turín, la Sinfónica de la ciudad de Birmingham, la Sinfónica de Cincinnati y la Filarmónica de Israel.

En temporadas recientes, Korsantia interpretó el Concierto para piano n.° 3 en do mayor de Prokofiev con la Filarmónica de Boston, la Sinfónica de Akron y la Filarmónica de Xiamen, la Tercera de Rachmaninoff con la Sinfónica de Israel, la Segunda de Prokofiev con la Filarmónica de Stuttgart y el Festival de Telavi en Georgia, la Cuarta de Beethoven con la Filarmónica de Israel, Segunda de Chopin con la Sinfónica de Jerusalén y la Orquesta de Cámara de Ingolstadt. Con el grupo de cámara The Far Cry interpretará

el Concierto para piano de Galina Ustvolskaya en Boston y Tbilisi, Georgia. Además, ofrece recitales en el National Concert Hall de Taipei, Washington D.C., Walnut Hill School, Greenfield Village (Michigan), Blaibach, Alemania, Lodz (Polonia), Jordan Hall en Boston, Cincinnati Conservatory, Shanghai Concert Hall, Chengdu. Conservatory Hall, así como una extensa gira de recitales en Israel y Georgia.

Los compromisos anteriores de Korsantia incluyen presentaciones con las orquestas sinfónicas de Huntsville, Pacific, Louisville, Bogotá, San Juan, Jerusalén, Oregón, Vancouver, Omaha, Nueva Orleans, Elgin, Mannheim, Tokio, Luisiana, Oslo, Málaga e Israel; Sinfonieta Georgiana; Orquestas de cámara de Ingolstadt e Israel; la Camerata de Jerusalén; Orquesta Nacional del Capitolio de Toulouse; Orquesta de la Radio Polaca; y la Orquesta Sinfónica Nacional en la Ciudad de México, entre otros. Se le ha escuchado en el ciclo de conciertos Piano Jacobins en Toulouse; en Varsovia, Boston, Tel Aviv, Jerusalén, Vancouver, Calgary, San Francisco, Lodz; con el Festival de las Noches Blancas de San Petersburgo; en los festivales y ciclos musicales de Tanglewood, Newport, Stresa, Gilmore y Verbier, realizando recitales como solista.

Korsantia es jurado de importantes competencias de piano como Arthur Rubinstein, Cleveland International, Hilton Head y E-Competitions. Su transcripción para piano solo de La valse de Ravel fue publicada por Sikorski Musikverlage.

Nacido en Tbilisi, Georgia, Alexander Korsantia comenzó sus estudios musicales a una edad temprana con su madre, Sventlana Korsantia, y luego se convirtió en alumno de Tengiz Amiredjibi, el principal instructor de piano de Georgia. En 1992, se mudó con su familia a los Estados Unidos y se unió al famoso estudio de piano de su compatriota georgiano Alexander Toradze en la Universidad de Indiana en South Bend. En su país de origen, Georgia, se desempeñó como Director Artístico del Festival de Pascua durante muchos años, institución a la que continúa apoyando como Asesor Artístico. Ha recibido numerosos premios de Georgia, incluidos los más prestigiosos: la Orden de Honor y el Premio Roustaveli. Korsantia reside en Boston, donde es profesor de piano en la facultad del Conservatorio de Nueva Inglaterra.

Considerado unánimemente por orquestas, público y prensa especializada como uno de los directores más interesantes de su generación, Roberto Beltrán-Zavala ha desarrollado en los últimos años una sólida reputación internacional como artista del más alto nivel: Excepcional comunicador y músico altamente calificado, Beltrán – Zavala establece relaciones sólidas e intensas con las orquestas con las que trabaja y es muy respetado por su compromiso entusiasta y devoto con las obras que dirige.

En sus últimas temporadas, la actividad del maestro Beltrán-Zavala incluyó debuts exitosos con orquestas en Holanda, Bélgica, Italia, Alemania, Suiza, Francia, Rumanía, Polonia, Malta, Argentina y México, dirigiendo piedras angulares del repertorio como los ciclos integrales de las sinfonías de Dmitri Shostakovich y Gustav Mahler, así como obras capitales del siglo XX de compositores como Stravinsky, Varese, Boulez, Messiaen, Bartok y Ligetti.

Director titular de la emblemática Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) desde 2015, Beltrán-Zavala es también director artístico de la re:orchestra de Rotterdam, considerada por la prensa especializada como una de las mejores orquestas de cámara de Europa, y recientemente ha sido nombrado director musical del prestigioso Festival Internacional Palermo Classica en Italia.

Ha dirigido, entre otras a la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, Orquesta del Siglo XVIII, Orquesta Sinfónica Nacional de México, Orchestre d’Auvergne, Filarmónica de Silesia, Holland Sinfonia, Orquesta Nacional de la Radio Rumana, Orquesta de Cámara de Bélgica, Opera de Bremerhaven, Sinfonica di Sanremo y Orquesta Filarmónica de Malta.

En el otoño de 2016, BIS Records lanzó su álbum debut europeo como parte de una serie llamada Essential Music. La grabación recibió un reconocimiento extraordinario por parte de la crítica especializada (The Strad, Gramophone, Klassik Heute, Amadeus, etc.), así como una excelente acogida por parte del público. Asimismo, en diciembre de 2019 la OSUG lanzó su grabación en vivo de la Tercera Sinfonía de Gustav Mahler y en Junio del 2022 un album con la décima sinfonía de Dmitri Shostakovich para el sello francés Evidence Classics

mexicana y holandesa y vive

Roberto Beltrán Zavala tiene nacionalidad en Rotterdam, Países Bajos.

Director titular

Roberto Beltrán Zavala

Violines Primeros

Dmitry Kiselev - Concertino

Héctor Hernández Pérez –

Asistente de concertino

Maksim Smakkev

Jorge Luis Torres Martinez

Luis Enrique Palomino

Katherine Giovanna Ramírez

Urpi Dainzú Holguin

González

Yessica Melgar

David Jesús Viña

Pedro Zayas***

David Pérez***

Israel Lugo***

Violines Segundos

Sergio Andrés González * (-)

Claudia Valeria Blanco Mota

** (-)

Elizabeth Martínez Ramírez

Maria Camila Florez

Andrés Idelfonso Gallegos

Rodríguez

Carlos Alberto López García

Moab Alberto González

López

Fidel Berrones Goo

Oscar González

Andrés Tovar Gómez***

Abraham Quintanilla Melgar***

Violas

Alexander Applegate *

Lydia Bunn **

Augusto Antonio Mirón

Pleitez

Betsabé Jiménez Valencia

Carlos Reyes Hernández

Anayantzi Oropeza Silva

Víctor Manuel Rufino

Figueroa

Oscar Pinedo Nava

Violonchelos

Michael Severens *

Bruno Mente ** (-)

Luis Gerardo Barajas Bermejo

Fernando Melchor Ascencio

Fortunato Rojas Francisco

Omar Barrientos

Diego Pineda***

Omar Sánchez***

Contrabajos

Russell Brown *

Óscar Argumedo González *

Jorge Preza Garduño

Rodrigo Mata Álvarez

Pedro Álvarez Vigil

Guillermo Caminos López

Andrés Peredo Plascencia

Flautas

Cuauhtémoc Trejo *

Baltazar Diaz **

Laura Gracia

Oboes

Marie Park *

Héctor Fernández *

Jorge Arturo García Villegas

Clarinetes

Hugo Manzanilla *

Heather Millette ** - Clarinete

Piccolo

Clarisa Eugenia Amas

Hernández***

Fagotes

Katherine Snelling *

Ariel Rodríguez Samaniego

Cornos

Claire Hellweg *

Darío Bojórquez **

Michelle Pettit

Daniel Norman

Apolinar Alavez Salas

Trompetas

Macedonio Pérez Matías *

Juan Cruz Torres Díaz **

José Cayetano Hernández

Díaz

Trombones

Louis Olenick *

Gil Martínez Herrera

Trombón bajo

John Swadley

Tuba

Salvador Pérez Galaviz *

Timbales

Óscar Samuel Esqueda

Velázquez *

Percusiones

Mario Alonso Gómez Sosa **

Octavio Zapien González

Alan Sánchez Sánchez

Ulises Hernández

Piano

Iván Hugo Figueroa **

*Principal **Co-principal ***Invitado (-) Temporal

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Diseño gráfico: Lilian Bello

Suazo

1° TEMPORADA 2023

DR. LUIS FELIPE GUERRERO AGRIPINO Rector General

DRA. CECILIA RAMOS ESTRADA Secretaria General

DR. SERGIO ANTONIO SILVA MUÑOZ Secretario Académico

DR. SALVADOR HERNÁNDEZ CASTRO Secretario de Gestión y Desarrollo

DR. JOSÉ OSVALDO CHÁVEZ RODRÍGUEZ Director de Extensión Cultural

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