mente en Efesios 4:23, nos da una clave muy interesante acerca de la resolución del problema principal de ella, cuando señala: «Renovaos en el espíritu de vuestra mente». La Nueva Versión Internacional arroja un poco de más luz cuando traduce el verso señalando: «Ser renovados en la actitud de su mente». ¿Qué quiere decir eso? Que la analogía de la mente como una computadora pasa por alto el aspecto central que el apóstol Pablo señala en Efesios. Nuestra mente no es una computadora sofisticada que maneja data o información, de la cual hace una representación precisa al corazón para que éste tenga respuestas emocionales adecuadas y que tomemos la mejor decisión. La mente tiene un espíritu, una actitud. En otras palabras, nuestra mente tiene lo que nosotros llamamos un mindset (una Anakaínosis: La na forma generalizada de hablar renovación de la mente alineación, una perspectiva acerca de nuestra mente es que la o una serie de condiciones preestablecidas). No es que tenga una vista, sino que tiene un misma funciona como una computadora. Es una metáfora extraordi- punto de vista. No es que tenga la capacidad de ver naria para comparar el manejo de y detectar, sino que tiene una postura y una inclinalas funciones operacionales biológi- ción. Nuestra mente no analiza de forma objetiva los cas del cerebro y sus procesos cognitivos, con el ma- asuntos presentados delante de sí, para ofrecernos, nejo sistemático de la información del procesador de entre las alternativas, la más favorable en torno al datos de una computadora. Sin embargo, esta metá- manejo de los datos. ¿No es cierto que en sobradas fora nos haría pensar que el problema central de nues- ocasiones sabemos que una decisión es inadecuada, que inclusive nos dañaría, que puede echar tra mente puede ser resuelto a un nivel informativo. En la época en que vivimos, el paradigma im- por la borda lo que nos ha tomado años construir, y perante es que el conocimiento es poder. Por eso se sin embargo, lo que grita nuestra mente es: apuesta a que la instrucción es el vehículo clave para «Hazlo»? ¿Ha estado usted allí? El problema de nuestra mente no es que seala realización del ser humano. En otras palabras, la percepción generalizada es que nuestra mente no mos finitos y que no tengamos toda la información. tiene acceso a toda la información que necesita. Así «El problema es que poseemos una mente en un esque la educación se convierte en el gran instrumento tado caído», como bien señala el teólogo bautista de redención personal y social. Piense en lo si- John Piper. La mente tiene un espíritu, una actitud, guiente. Si la gente resolviera el problema con obte- una perspectiva vital hostil a la absoluta supremacía ner más educación, ¿por qué entonces los seres de Dios. Ese es el verdadero problema. Ese es el humanos utilizan esa misma educación para elaborar meollo del asunto. Nuestras mentes se inclinan a no timos elaborados, planes terroristas sofisticados, ver a Dios como infinitamente más digno de gloria que a nosotros mismos, o de las cosas que hacemos armas de destrucción masiva o torturas insufribles? Para mí la respuesta es sencilla. La educación o alcanzamos. Eso es lo que nos dice Romanos 1:28: «Y como nos libera, pero no nos redime. El apóstol Pablo, haellos no blando de nuestra aprobaron tener en cuya , prises Enter Nivel Otro A sa dores de la empre Edwin Rivera y Héctor Millán son los funda cuenta a Durante más de una ional. profes y nal perso iento crecim el misión es brindar herramientas para cristo y ales acion Dios, Dios motiv ajes mens sus con personas década han impactado la vida de miles de en EE.UU. y Latinoamérica. como los enRico, o Puert natal su en tanto os céntricos a través de event transmite tregó a ma de radio «A Otro Nivel Nights» que se progra del res ntado prese los son ás, Adem de televisión «Motívate» por la ama progr su de y 97.7 una mente Vida a Nuev na por la estación cristia
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reprobada, para hacer cosas que no convienen». Por eso el consejo paulino es que hay que ser renovado en el espíritu de nuestra mente. No pueden existir cambios profundos en nuestra vida, si no hay una transformación y una renovación de la mente. El pastor Guillermo Maldonado, de la Iglesia El Rey Jesús, en su libro titulado La generación del nuevo vino, señala: «No podemos ir a otros niveles de la voluntad de Dios si no renovamos nuestra mente. Usted y yo nunca conoceremos otras profundidades de la unción, la autoridad y el temor de Dios, si no renovamos nuestra manera de pensar». Desde ese punto de vista, lea el siguiente pasaje bíblico para que observe una interesante conclusión que se desprende del mismo. En 2 Corintios 10:3-5, se lee: «Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo». Estará de acuerdo conmigo en que generalmente este pasaje se cita en contextos de la guerra espiritual que enfrenta el creyente por parte de las fuerzas sobrenaturales malignas. Pero cuando usted observa los detalles que intencionalmente he destacado del pasaje, se da cuenta de que esta oposición no se da principalmente en lugares celestes, sino en la mente, que es el campo de batalla. El apóstol Pablo clarifica que los argumentos pueden ser como fortalezas, como castillos que amurallan la mente para que no perciba la verdad de Dios en algún aspecto. La palabra fortaleza en el original es ojúroma (Strong G3794) y significa «fortificar», mediante la idea de “sostener con seguridad; castillo, fortaleza”. Pero figurativamente hablando, el Diccionario Griego-Hebraico Strong señala que la misma puede ser traducida y utilizada por la palabra «argumento». Observe cómo las siguientes palabras del texto hacen justicia a esta interpretación: «toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios y llevar cautivos todo pensamiento a la obediencia a Cristo». Estos elementos nos hablan de la forma de pensar y de expresarse de una persona. Una mente no renovada tiene tres tristes consecuencias para la vida del creyente. Primero, le aleja del conocimiento de Dios. La persona que tiene una mente no renovada, desarrolla un bloqueo en su mente que no le permite entender la verdad, ni tiene voluntad para recibirla. Segundo, le impide obedecer la verdad. Por eso, el resultado final es la ignorancia y la rebelión. Tercero, trae resistencia al cambio porque se percibe o representa como una amenaza. revistaenfoque.com 13