RELACIONES PELIGROSAS | LAURA LLÓ
Entre 2 amores 19 DE ABRIL DE 2008
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ESTILO | S
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Aquí estamos obviando a propósito el “queridismo”, ya que es toda una institución en este país. Ya no es que los pobres hombres se enamoran y entonces tienen una amante, sino que si tienen unos chelitos, según la mentalidad general, ya “toca” montar a una muchachona. Como que va en el paquete de aquello de ascender económicamente. Nos salimos y nos centramos en las situaciones a las que llegan hombres y mujeres y en las que se quedan por un rato largo. Sin duda que muchas veces se trata de gente que tiene mucho tiempo con su pareja, y que si los niños, que si la rutina, que si tal y cual. Gente que ha descuidado su vida sexual y entonces como que si llega una “brisita” que les vuelva a hacer volar maripositas de lao, pues como se entusiasman y se meten en el lío. Aunque esto puede variar, en esto del amor y la pasión sabemos que no hay reglas, y como “er guto” es absolutamente independiente, pues hay casos en que la gente está feliz hasta sexualmente con su pareja, pero se le aparece una diabla
rrida se encontró con una tentación tal en forma de papichulo que, la pobre, no pudo hacer otra cosa que dejarse llevar (es que también hay que decir que hay hombres y mujeres por ahí que deberían meterlos presos porque son un delito viviente). Otro caso común que puede surgir es algún ex con quien hubo mucha química y con quien nunca se apagó la llamita. Sabemos que los ex “marditos” que nos hicieron sufrir pero que nos gustaban má que’l diablo, tienen un radar y, desde que saben que uno está feliz con una nueva pareja, reaparecen por arte de magia. A veces pasa y el resultado es que vuelven a encontrar y se puede volver a desatar el lío, esta vez, incluso con más intensidad por aquello de que es “prohibido”. En fin, que será que en el mundo hay demasiada gente y que como uno nunca está del todo conforme con lo que tiene, y que el diablo no duerme, es un tema que se seguirá repitiendo por los siglos de los siglos, como decía otro conocido: “la vida es un gran cuerno que se ramifica”. ❙ laura@estilos-dl.com FOTO: GETTYIMAGES.COM
omo ese ser perfecto que todos y todas anhelamos difícilmente exista, y que, como decía un viejo conocido, “desde que se inventaron las máquinas donde se exprimen las chinas enteras eso de la media naranja desapareció”, pues no es de extrañar que mucha gente haya pasado, en algún momento de su vida, por la situación de tener dos parejas a la vez, y que se declare completamente enamorado de las dos. Una revisión rápida al dial de la memoria nos llevaría a aquella canción de Raúl Vale que decía: “Que me perdonen las dos, pero les sigo queriendo…”; a la “Entre dos Amores” de Ana Belén, o al “Corazón Loco” que relanzó El Cigala y su: “Cómo se pueden querer dos mujeres a la vez, y no estar loco”. Con esta muestra veremos claramente que las argumentaciones son las mismas: uno completa lo que el otro no tiene, y entre los dos forman a la persona perfecta. Generalmente uno aporta seguridad, confianza, y todo eso que se busca en la pareja “estable”, y la otra persona es ésa que arrebata sexualmente, que es más divertida. Se contrastan y en la mente y el corazón del sujeto, se complementan. ¡Vea qué vaina!
o un tíguere que le menea la caja de bolas y le afloja las coyunturas. Recordemos la película “Infidelidad”, donde por muy Richard Gere que fuera el marido, y super cariñoso y super hogareño, esa pobre ama de casa abu-