Escalando #25

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/ Primer descenso en esquíes del Morado / Huaraz / Monte Fitz Roy: Las Sirenas de Granito. / Primer ascenso al Chimbote / Entrevista a Carlos Comesaña / Tailandia / Portafolio: Robert Bösch / Cerro Castillo

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$4.000


Casa Matriz: Don Carlos 2945, Las Condes, Santiago, t. (02) 245 7080. La Dehesa: Av. La Dehesa 1445 Loc. 2074, Santiago, t. (02) 216 8420. Puc贸n: Fresia 248 Loc. C, t. (45) 444 482. facebook.com/patagonia.chile vimeo.com/patagoniachile


invierno vertical

Š 2010 Patagonia, Inc.

Las cascadas heladas en las afueras de Eidfjord en Noruega reservan primeras ascensiones de clase mundial para varias generaciones por venir, como la Skrikjofossen con 500 metros sostenidos de hielo vertical. CHRISTIAN PONDELLA




Contenidos

7 Editorial 10 In-box La voz de nuestros lectores y algunas notas sobre la vida en la montaña. 16 Nuevos Productos Material, fetiches y lo más reciente en juguetes para tus aventuras. 20 Cine Escalando: Rocky Mountain Highball La mirada crítica de nuestro columnista analiza los detalles de este film sobre los psicológicos búlders de altura. Por Daniel Castro 22 Resultados Concurso de Fotografía Lo mejor de lo mejor. Las tres imágenes que se llevan los laureles del concurso Primus-Escalando, La Vida en la Montaña. Por Redacción Escalando

26 El Morado Dos amigos y el rápido viaje en el que hicieron el primer descenso en esquíes de este coloso metropolitano. Por Sebastián Rojas 30 Huaraz Desde Puerto Montt a las alturas peruanas, la psicodélica historia de la nueva ruta chilena a la Esfinge. Por Michael Sánchez 34 Monte Fitz Roy: Las Sirenas de Granito. Si no es la tercera, la cuarta es la vencida y la perseverancia es crucial para conseguir cumbres y alegrías. Por Camilo Rada 40 Primer ascenso al Chimbote Qué mejor historia que la primera, sobre todo cuando relata una nueva cumbre para Chile. Por Fernando Fainberg

Portada: Con los primeros rayos del sol, Joan Solé calienta sus huesos y deja atrás el vivac que sirvió de refugio nocturno durante la escalada en el couloir central de la cara este del Cerro Castillo. Carlos Buhler Esta página: No son vacaciones si no tienen Deep Water Solo, mucho mejor si es en las playas de Tonsai, Tailandia. Marcelo Díaz

44 Entrevista a Carlos Comesaña En una nueva entrega del autor, conocemos las opiniones y la visión de un histórico del montañismo sudamericano. Por Felipe González Donoso

70 Ciencia de escalar: Quien mucho esloperea poco regletea Manos y pies son nuestra conexión con la roca. Aprende sobre sus secretos y cómo ayudarlos a dar lo mejor de sí. Por Paula Gálvez

50 D estino: Tailandia Sol, playa y rocas por doquier. Lalo Navarro nos lleva de paseo por una joya de la escalada asiática. Por Eduardo Navarro

72 Punto Rojo: Agosto 2010 - Mayo 2011 Nuevas zonas, rutas y encadenamientos. En casa y el extranjero, los chilenos conquistan cada vez más líneas. Por Diego Tapia

56 Portafolio: Robert Bösch Ocho imágenes reflejan la versatilidad y experiencia de este fotógrafo sueco. 64 Info_montaña: Cerro Castillo Todo lo que debes saber sobre la morfología y la historia de esta fortaleza de la Región de Aysén. Por Armando Montero

76 Comparativa de productos: Cocinillas de gas Una mirada analítica para los sibaritas de la montaña. Por Armando Moraga




Editorial Regreso de un viaje soñado: escalada en el oeste Norteamericano. Una experiencia inolvidable, que nos condujo a las rojas areniscas fisuradas de Indian Creek, las curiosas formaciones columnares de Devil’s Tower, el granito interminable de Yosemite, las sinuosas escaladas de Smith Rock y, entre los salvajes bosques de Alberta, en Canadá, una diversidad de estilos de escalda sobre gigantes de caliza. De paso por Boulder, Colorado, en una reunión amistosa con José Yavari, miembro del directorio del Adventure Film Festival, con quien habíamos compartido esfuerzos en la difusión de documentales para la conservación de los ríos patagónicos, nos enteramos, muy a nuestro pesar, de la aprobación del mega proyecto Hydroaysén. En lo sucesivo, además de buenas escaladas, cada lugar se nos presentaba como una muestra de nuestra arrogancia como especie, insignificantes desde nuestra escala espacio-temporal, pero con la ambición suficiente para intervenirlo en función de nuestros intereses, sin importar las consecuencias. La sobre explotación de los recursos naturales ha alcanzado niveles irreversibles y sigue en su camino devastador, con el único fin de sostener la estabilidad de quienes, gracias a sus poderosas influencias, tienen acceso irrestricto a la carne, la sangre y los pulmones de nuestro planeta. Suena irónico decir “nuestro”. En sentido estricto, no nos pertenece ni a nosotros ni a quienes han obtenido un “derecho” sobre él. Pero si podemos y debemos sentirnos en una pertenencia mutua, para entender al planeta como un complejo sistema vivo, donde cada actividad humana afecta. No es algo nuevo, es el efecto global de siglos de expansión y búsqueda de un desarrollo económico basado en el libre uso del capital; una de tantas teorías, instalada como “verdad”, que surgió desde la imperfecta mente humana. Hoy, somos testigos de cómo ésta sucumbe tras bambalinas, dejando profundas huellas a su paso y una sociedad con rasgos cada vez más esquizoides. Afortunadamente, quienes hacemos de la montaña nuestro refugio espiritual, pertenecemos a una comunidad bastante más consciente, conectada y respetuosa con la tierra. Y así como vemos la grandeza y fragilidad de estos vastos territorios, también somos testigos de la intervención humana que, aprovechando las distancias físicas, opera en sus faenas con prioridades que distan mucho del respeto al entorno. Tenemos, entonces, una gran responsabilidad en nuestras manos y es nuestro deber proteger lo que creemos justo, difundir nuestra experiencia de respeto y transmitir nuestra visión y conexión entre nosotros mismos y este pequeño planeta que nos da la vida.

Erick Vigouroux Director

El Catalán Joan Solé llegando a la rimaya, antes de entrar en la gran canaleta de la cara este del Cerro Castillo, en la región de Aysén. Tras dos días de duro trabajo, junto al connotado montañista norteamericano Carlos Buhler, alcanzaron su cumbre en 2008, abriendo una exigente nueva ruta (600 m, VI, 5.9, WI4, M4) Carlos Buhler


Fernado Fainberg. Guía Instructor de Montaña FEACH, recientemente se ha incorporado al equipo de una de las marcas que auspicia nuestras páginas. A sus 45 años Fernando acumula gran experiencia en las alturas y sigue buscando desafíos, principalmente en la Zona Central. Su última hazaña, la cumbre del Chimbote, le pone la guinda a la torta de esta edición.

Felipe González. Geomensor, Guia-Instructor de escalada en roca y Alta Montaña Feach y colaborador reincidente de nuestra revista. Actualmente combina su dedicación por la escalada con la dirección del sitio geoandino.cl. Felipe es un profundo conocedor de este deporte y sus protagonistas. En esta oportunidad comparte con nosotros una entrevista al destacado montañista argentino, Carlos Comesaña.

Camilo Rada. Es difícil hacer un resumen del extenso currículum de Camilo. Geofísico, investigador y Gerente de ExpeNews (un sitio que vale la pena tener en los Favoritos), no se arruga con sumarle a todo esto el próximo comienzo de un Doctorado. A sus 31 años ha conseguido más de 140 cumbres y suma más de 650 días de expedición entre la Patagonia y la Antártica. En este número nos relata su incursión al Fitz Roy.

Agradecimientos: Linde Waidhofer Marcelo Díaz Corinna Biasiutti Manuel Medina Devlin Gandy Cristobal Amor Ivo Vigouroux Angie Hodgson María de los Angeles Medina Rodrigo Celis Mateo Barrenongoa Marco poblete Carlos Buhler Ismael Palma Natalia Fernandez

Seba Rojas. Montañista, excelente esquiador y futuro Constructor Civil. Sebastián es de esos que tienen las cosas claras, si bien nos cuenta que le atrae todo lo que tiene que ver con los cerros, asegura que lo que más le gusta es hacer ascensiones para regresar sobre sus esquís. Una de esas experiencias es la que nos relata ahora, arriba y abajo del cerro El Morado.

Guillermo Martin Centro Cultural Argentino de Montaña www.culturademonaña.com.ar Equipo RyR y a todos los que hicieron posible la realización de este número.

larse de Medico Veterinario, Lalo dedica la mayor parte de su tiempo a escalar. Buscar nuevos destinos se ha convertido en su pasión, descubriendo rocas, personas y sensaciones. En esta edición nos presenta un destino que parece imperdible: las playas de Ton Sai, en Tailandia.

Esta edición de 1.500 ejemplares se imprimió en los talleres de R y R Impresores.

riencia, guía de montaña y Magister en Geografía. Robert ha ganado gran reconocimiento capturando imágenes de la vida al aire libre en todas sus facetas, experiencia que lo ha puesto en grandes expediciones por el mundo. En esta edición, ocho de sus instantáneas configuran la sección Portafolio.

Michael Sánchez. Profesor de Educación Física, Guía Instructor de Montaña de la ENAM y abridor de rutas por excelencia. Las paredes de Cochamó guardan la mayor parte de sus historias. Entre sus proyectos destaca, sobre todo, la aventura en escalada y montaña. La última de ellas, en las alturas de la Cordillera Blanca, llena de misticismo nuestras páginas.

Armando Montero. Arquitecto y montañista oriundo de la capital. Sus tres últimos años transcurrieron en la Región de Aysén. Ahí se dedicó al montañismo de exploración, lo que se tradujo en muchos intentos que terminaron en lluviosos fracasos y unas pocas cumbres con buenas escaladas. En esta edición pone todos sus conocimientos al servicio de la comunidad en la sección Info Montaña.

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Juan Francisco Villar

Eduardo Navarro. Con una tesis en proceso para titu-

Robert Bösch. Fotógrafo con más de 20 años de expe-

N˚ 25 Junio 2011

Ediciones de Montaña Limitada. Representante Legal: Erick Vigouroux. Dr. Manuel Barros Borgoño 384, of. 21, Providencia, Santiago. Escalando es una marca registrada. Prohibido cualquier uso o reproducción total o parcial de la marca o de esta revista sin consentimiento previo. Las opiniones y publicidad contenidos en esta revista son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten o publican. La escalada es un deporte de alto riesgo que requiere instrucción especializada. Es tu responsabilidad conocer tus límites y escalar con seguridad.

Director Erick Vigouroux erick@escalando.cl Editor de Montaña Rodrigo Fica aruficax@aruficax.cl Redacción Rafael Olavarría rafael@escalando.org Paula López Director de Arte Erick Vigouroux erick@escalando.cl Diseño Francisca Villalón Natalia Correa Columnistas Guilhierme Zavaschi Rodrigo fica Diego Tapia Paula Gálvez Armando Moraga Daniel Castro Edición Fotografica Claudio Vicuña Fotografía Claudio Vicuña Javier Echecopar Ventas / Suscripciones Tihare Copaja suscripcion@escalando.cl Contacto / Colaboración contacto@escalando.cl Web www.escalando.org



in-box -

Con éxito concluyó el Rock Trip Independiente de Chile Chico.

Con más de 15 escaladores ultra motivados se dio término al Rock trip más al sur de nuestro país, celebrado entre el 10 y el 15 de Marzo de este año. Participaron cordadas de Santiago, Pucón, Valdivia, Coyhaique y Chile Chico, sin dejar de mencionar escaladores motivados de Italia y Bélgica que también se dieron cita en el lugar. Todos con una gran motivación y ganas de preparar esta nueva zona llamada Cueva del Indio. El Rock trip, no sólo significó la dura tarea de equipar con taladros en mano, sino también la gran travesía que se debió realizar para llegar a esta pequeña gran ciudad. Chile Chico se ubica en el costado Sur del Lago General Carrera, lo que significa cruzar nuestro territorio por aire, tierra y uno de los lagos más grandes de Sudamérica. ¡Podrán imaginar la cantidad de paisajes y formas de vida que se

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Mateo Barrenengoa

Arriba. ¿Ya te pican las manos? Eso es lo que provocan las recientemente equipadas paredes de Chile Chico. Abajo. Un escalador motivado prueba una de las nuevas rutas abiertas en Chile Chico. La zona presenta un microclima que permite escalar casi todo el año. Adolfo Santa María

pueden encontrar! Todo comenzó el día 11 de marzo con la reunión inicial y pautas generales para montar las diferentes líneas que los escaladores proponían. La idea estaba clara, equipar la

mayor cantidad de rutas que se pudiera en tres días y dejarlas óptimas para escalar. Con este objetivo se inició la equipatón, reunión de todos los elementos (chapas, taladros, brocas, equipos, cuerdas, etc.) para que a cada equipo no le faltase nada una vez en pared.


Así se fueron dando los días con cálido ambiente y típicas conversaciones de escaladores dando sus impresiones de las rutas y los grados que se proponían. Al final de todo se equiparon más de 15 líneas con grados desde 5.9 a 5.13. No sólo la zona elegida para este Rock trip es lo que tiene este mágico lugar. También nos dimos el tiempo de investigar otros lugares y, a decir verdad, no quedan palabras para describir la gran cantidad de roca y potencial existente en el sector. La idea es montar un nuevo encuentro en una zona con mayor potencial que el anterior y con muchas más zonas donde podamos disfrutar nuestro deporte. Entre los atractivos que vimos, no se puede dejar de mencionar la inmensa cantidad de flora, fauna y huellas de manos pintadas en la roca de los Tehuelche. En cuanto a la roca, un gran porcentaje corresponde a suelo marino y fue una gran tarea de los aperturistas el dejarla en óptimas condiciones. Destacan los agujeros, regletas en todas sus formas y, lo mejor de todo en esta zona, ¡es que tenemos más de 300 días de sol en Chile Chico! Por lo que no existe motivo para no ir en toda época. La calidez de todos los amigos de Chile Chico también se dio cita el último día demostrando con creces que los mejores asados se comen en el Sur. ¡Valió la pena la espera para la rica comida! Quiero mencionar a todos quienes hicieron posible este Rock trip. Desde Andrés Bozzolo, uno de los precursores de la idea; Richard por su entusiasmo y crédito del evento; a los amigos que estuvieron escalando y montando rutas y; al Club Chile Chico Vertical, que fue el engranaje principal para llevar a cabo este gran Rock trip independiente de Chile Chico. No dejen de visitar esta zona. Sin lugar a dudas quedarán maravillados por el paisaje y la escalada. Además, hay rutas para todos los niveles. Rodrigo Vera

Sorteo Tatoo “Gana una Aventura 2011” Queridos amigos de Tatoo, Queremos agradeceros la maravillosa estancia que hemos tenido durante estos 5 días en Ecuador. Realmente ha sido un súper premio y una aventura estupenda para nosotros y para nuestros dos hijos pequeños. La atención y el servicio que nos habéis dado ha sido impecable y muy profesional sin ninguna duda. La visita a la ciudad de Quito, su centro histórico, la gastronomía y amabilidad de sus gentes resultó cautivadora y sorprendente. La subida al teleférico, desde donde pueden verse una espectaculares vistas y naturaleza en estado puro, fue toda una experiencia difícil de olvidar. Tras conocer la ciudad nos dirigimos al norte a una comunidad indígena (San Clemente) a tres horas de Quito donde pasamos verdaderamente dos días fantásticos conociendo las costumbres, la cultura, la vida y felicidad de una familia que nos acogió y nos enseñó la pasión por la tierra y el vivir feliz de lo que ella te da. ¡Gracias Laurita, Alberto , Robert, Giovanni y Vladimir! El trekking al día siguiente por el “Taita Imbabura “, volcán apagado de 4560 mts. y referente cultural de las poblaciones locales, superó nuestras expectativas, maravilloso para todos, los niños lo realizaron a caballo mientras los indígenas les contaban los mitos y leyendas en torno al Monte sagrado (padre Imbabura ). Nos gustaría hacer una mención especial a Marcela Restrepo (Nahual), nuestra guía durante esos días, por su profesionalidad, alegría, compromiso y entrega total a nuestra familia. Hemos aprendido muchas cosas de ella y realmente es maravilloso poder conocer y compartir tu tiempo con alguien tan interesante y tan humano. ¡Excelente Marcela!

La familia Arts Montis -y su guía Marcela Restrepodurante su visita a Ecuador. Ellos fueron los ganadores del concurso “Gana una Aventura 2011” de Tatoo. Colección Familia Arts Montis

Por supuesto a Enrique Arroyo (Tatoo) que ha sido nuestro perfecto anfitrión en Ecuador y su atención ha resultado espléndida en todo momento. A Mauricio (Tatoo) y su familia por su acogida y su simpatía ¡y por aquella riquísima comida de despedida! Jurgen, Ana, Jorge & Nicolás Abril, 2011, Santiago de Chile. PD: Parece mentira pero ¡los premios SI existen. Gracias y esperamos veros en el del próximo año 2012… ¡ojala!

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Viviana Callahan, María Fajardo y María Paz Ibarra sacaron la cara por Chile y se aventuraron en los más de 8 mil metros del Dhaulagiri, en los Himalayas. Colección expedición Dhaulaguiri.

¡El Anticristo Vive! El nunca bien ponderado y siempre polémico Anticristo –columnista y opinólogo por excelencia de la actividad de montaña nacional- deja sus antiguas plataformas virtuales y llega a nuestro blog para quedarse hasta que el infierno arda. Como ha sido ya la tradición, una vez al mes podrán leer sus ácidos comentarios y el crítico análisis de la escena nacional en www. escalando.org/anticristo. Por supuesto, en esa dirección podrán dejar sus comentarios sobre cada nueva publicación y consultar las columnas anteriores. Para iniciar este nuevo ciclo los invitamos a leer la columna número 88, “Cartón Inútil”, que trata acerca de los mitos y realidades de las innumerables carreras Outdoor que se ofrecen hoy en día. Ahí podrán conocer la opinión del Anticristo respecto del singular crecimiento de estos productos: “Créanlo o no, apañado, cubierto y vestido con harto diploma, es re-fácil pasar desapercibido y ocultar una verdad que sólo el mismo tipo admite en el más profundo de sus subconscientes: que en realidad no es nada especial. Que no se la puede. Que es un fiasco. Que es mediocridad timorata. Pero, afortunadamente para él, la Sociedad jamás lo sabrá pues sus cartones lo protegen”. ¿Les interesó? Búsquenlo en su nueva dirección web, la nuestra. Feach profundiza apoyo a la Escalada Deportiva Dentro del proceso de Desarrollo de la Federación de Andinismo de Chile (FEACH), se esta

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implementando un programa de apoyo a la Escalada Deportiva.

para coronar los 8.167 mts. que tiene la cima de esta montaña.

Entre las actividades que más destacan de este programa se cuentan el potenciamiento de las Competencias Escolares, Escuelas Formativas y el apoyo a los mejores escaladores chilenos, quienes viajarán al Mundial de la especialidad en la ciudad de Arco, Italia.

Nuestro paso por el Himalaya fue muy intenso, muy gratificante y nos ha llenado de inolvidables momentos. Fue así como que en nuestros últimos días en Katmandú lo pasamos entre despedidas muy bonitas y emotivas en casas de quienes nos acompañaron durante los 40 días en la montaña.

A lo anterior se sumó, en mayo, una serie de actividades que se realizaron en el marco del mes aniversario N° 69 de la FEACH. Entre ellas estuvieron un diaporama en homenaje a la primera ascensión al Cerro Chimbote y, el 15 de mayo, la inauguración del remodelado muro de escalada de la Federación, el que cuenta con un nuevo sector para búlder. Esperamos que este sea un espacio para reunir a la comunidad de montañista y escaladores. Agardecemos a todos los que han colaborado. Directiva FEACH De vuelta a casa, chilenas en el Dhaulagiri El 30 de mayo regresamos a Chile luego de dos meses de expedición que nos dejaron a pocos metros de la cumbre del Dhaulagiri, uno de los gigantes de los Himalayas. Tras varios de días de trabajo en la montaña, porteos a los campamentos 1, 2 y 3 e instalar campamentos altos, realizamos un intento a la Montaña Blanca en la madrugada del 15 de mayo. Luego de una jornada de 17 horas una tormenta nos obligó a tomar la dura decisión de bajar. Lamentablemente nos faltaba muy poco

Es difícil resumir todo lo vivido en tan pocas palabras, pero al hacerlo podemos darnos cuenta de que lo importante de todo es el proceso y el viaje que hicimos para lograr nuestros sueños y no sólo el destino final. Estamos felices con la experiencia vivida y con muchas ganas de volver pronto. Agradecemos enormemente el apoyo recibido por la Federación de Andinismo de Chile (FEACH) y Chiledeportes, sin el cual no hubiera sido posible llevar a cabo nuestra expedición. Agradecemos también a The North Face -nuestro principal auspiciador- por el equipamiento entregado, el que fue indispensable para toda la ascensión. También a nuestros colaboradores: Petzl por el equipo entregado, Andesgear, Recalcine, La Cumbre, Universidad Mayor, Kkuxukusu, Expenews, Weather4Expedition. A Jorge Cajigal y Sebastián Irarrázabal. Y a todos los familiares y amigos. Pachi, Vivi y Mary Expedición Chilena Femenina - Dhaulagiri 2011


¡Se vienen las competencias en hielo! Llegó el invierno y llegó con frío. Para algunos esto es un problema porque la roca helada no es ninguna gracia… pero para otros es la mejor época del año, ya que es tiempo de desempolvar los piolets y sacarle punta a los crampones. Y para esos que rayan con el hielo y las cascadas se vienen dos competencias que sin duda darán que hablar durante la temporada. En orden cronológico, la primera de ellas es el Ice Fest Patagónico 2011. En su segunda versión, esta competencia se desarrollará en la Reserva Nacional Cerro Castillo, en plena región de Aysén, entre el 28 de julio y el 1 de agosto. Este encuentro es una fiesta organizada por la comunidad local que se desarrolla sobre las cascadas naturales de la Reserva. El año pasado tuvo gran éxito, por lo que los organizadores están dándolo todo preocupándose hasta del último detalle. La información en extenso podrán encontrarla en www. escalando.org, pero lo que deben saber es que la inscripción tendrá un valor de $15.000 y habrá modalidad de expertos varones, damas y séniors (+50). Ojo que las inscripciones son hasta el 15 de julio. Si ya te fijaste en tus viejos piolets guardados en el closet, entonces apúrate porque hay cupos limitados. Para más información deben escribir a icefestcoyhaique@gmail.com. Luego, el 13 y 14 de agosto, los Andes Centrales recibirán por sexto año consecutivo al Portillo Ice Fest. Esta competencia ya se ha convertido en un clásico del circuito nacional y este año contará con categorías de expertos y principiantes para damas y varones. Los encargados técnicos de este certamen ya se encuentran trabajando en la cascada del Centro de Ski, por lo que esta versión promete apriete y exigencia técnica. Como de costumbre, tanto los participantes como quienes quieran asistir como espectadores tendrán un descuento en tickets para esquiar en este estupendo centro. Además, hay valores especiales para alojamiento en las dependencias del las Fuerzas Armadas ubicadas a pocos metros del Hotel. También habrá domos para los motivados que incluso quieran dormir cerca de la cascada. Ojo que hay que reservar cupo. La inscripción para el Portillo Ice Fest también tiene un valor de $15.000 y debe hacerse hasta el 25 de julio. Si necesitan más información pueden escribir a patrickm@bmff.com. Por supuesto, toda la información podrán encontrarla en nuestro sitio web


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Muy cerca de Santiago, este hermoso farellón se yergue y propicia la práctica de la escalada deportiva. Este era el lugar elegido para la realización de un Roc`trip al finalizar el verano. Sin embargo, la pared es también el refugio de un complejo y delicado ecosistema, lo que motivó el estudio de Acceso Sur que determinó la cancelación del evento en beneficio de la flora y la fauna. Esperamos que este paraíso natural sea capaz de sostenerse aún cuando el crecimiento de la ciudad se mueve en su dirección. Claudio Vicuña

Comunicado Roc´Trip 2011 Amigas y Amigos, Durante 2010 y principios de 2011 hicimos todos los esfuerzos posibles para realizar un nuevo Roc’Trip. La zona elegida era lo suficientemente atractiva y contaba con el interés de los propietarios para acordar las condiciones de acceso desde desde un principio, todo lo cual auguraba una experiencia única en nuestro país y en beneficio para nuestra comunidad. Sin embargo, así como proponemos regular el acceso a las zonas de escalada con el consentimiento del propietario, también nuestra propuesta toma en cuenta seriamente consideraciones ambientales, las cuales aconsejaban no intervenir el sector. Para nosotros fue una experiencia enriquecedora, logramos trabajar y aplicar una metodología para habilitar nuevas zonas de escalada. Además, nuestra estrategia para acercarnos a los propietarios dio resultado. Lamentablemente, no tendremos Roc’Trip 2011, pero de todos modos queremos compartir con uds. lo aprendido en las siguientes líneas:

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Evaluar el potencial del lugar: se hicieron varias visitas a terreno con el fin de determinar el potencial del sector y definir si vale la pena iniciar las gestiones que implica la organización del Roc’Trip y la equipación de una nueva zona de escalada. Gestión de Acceso: se conversó con los dueños del lugar, quienes para nuestra sorpresa tenían la intención de acordar con la comunidad un acceso a la zona de escalada. Se analizaron diversas alternativas y ofrecimos diseñar un plan integral de equipación, mantención y cuidado del lugar, además de los planes de contingencia adecuados en caso de accidente u otros imprevistos. Ellos tenían la roca, nosotros la experiencia y el conocimiento para desarrollar el proyecto. Tuvimos la oportunidad de tener un diálogo fluido con los propietarios, escuchar sus preocupaciones respecto al acceso y proponer una regulación que satisficiera a ambas partes. De las opciones analizadas, surgió como la más adecuada la suscripción de un “acuerdo de comportamiento” en la línea de nuestros principios, por parte de la gente que quiera ir a la zona de escalada, lo cual se traduce en explicitar el sentido común y las buenas prácticas generales cuando de escalar se trata.

Impacto Ambiental: Contando con un principio de acuerdo con los propietarios y habiendo constatado el potencial de la zona, comenzamos con una evaluación más detallada. Para ello contamos con la colaboración de personas entendidas en flora y fauna, a quienes agradecemos de todo corazón por el apoyo y orientación en estas materias. Luego de algunas visitas, pudimos constatar la presencia de especies que podrían verse seriamente afectadas en caso de continuar con nuestro proyecto. Costó asumir que no podríamos llevar a cabo el Roc’Trip, las condiciones eran muy favorables y ya no nos quedaba tiempo para comenzar a gestionar otra zona. Quizás no se debio concentrar todo el esfuerzo en una alternativa, pero fue una experiencia muy enriquecedora poner en práctica nuestros principios aun cuando esto significara no poder realizar la actividad que queríamos, conciliando la escalada con el respeto por nuestro entorno. Acceso Sur Respeta /Escala /Protege



Nuevos Productos EV3 Mountain Hardwear

Construida según las especificaciones del destacado montañista Ed Viestrus, esta carpa liviana pero a la vez robusta, puede albergar a tres personas en condiciones de alta montaña. La EV3 está diseñada para el rigor de las altitudes extremas. Está construida en una sola capa de Conduit FR 30D altamente resistente, impermeable y respirable. Es ideal para expediciones y escaladas de alto nivel, donde el peso y la calidad son factores decisivos. Para el armado, consta de cuatro varillas Atlas Scandium Poles, las que le permiten obtener la tensión en arco patentada por Mountain Hardwear (Evolution Tension Arch). Además, cuenta con dos aperturas de ventilación en la parte superior de la carpa, las que también sirven de ventana. De emplazamiento sencillo y rápido, la EV3 puede armarse en repisas y lugares con mucha exposición a viento. Todas las esquinas tienen correas ajustables para una mejor sujeción al suelo. Con una superficie de 4,5 m2 y 3.23 kg su valor es de $499.900. Puedes encontrarla en la tienda Mountain Hardwear de Mall Sport. www.mountainhardwear.cl

GriGri2 Petzl

En 1991 Petzl revolucionó la seguridad en escalada deportiva con la creación del GriGri, un dispositivo de frenado automático que se convirtió rápidamente en el favorito de los escaladores en todo el mundo. Sin modificaciones desde entonces, este año el tradicional dispositivo evoluciona en el GriGri 2, una pieza que busca satisfacer las exigencias de los atletas de hoy y acompañar sus aventuras por muchos años más. El GriGri 2 es 25% más pequeño y 20% más liviano que su predecesor, con un peso de tan sólo 185grs. Además, el diseño del dispositivo se ha modificado para hacerlo aún más fácil de maniobrar cuando se asegura al primero de cordada o se desciende a un escalador desde el top de una ruta. También permite asegurar a un segundo en polea. Pero sin duda, una de las características que más llamará la atención de los escaladores es que su nuevo diseño permite ser utilizado con cuerdas desde 8,9 a 11 mm de diámetro (está optimizado para un rango de 9,4 a 10,3), lo que es una contribución a la disminución total del peso de tu mochila. Puedes ver más detalles, fotos y videos del GriGri 2 en su sitio web oficial www.petzl.com/grigri2.

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En Chile, el GriGri 2 está disponible a partir de junio en tu tienda de montaña favorita.

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CINE ESCALANDO Por Daniel Castro

Rocky Mountain Highball Esta página: Todo parte en la caja, y esta es la imagen que verás en la carátula. Derecha, Jason Kehl templando su extraña sicología en The Last Dance (V8), Mt. Evans. Página de al frente: Izquierda, Adie Drolet durante su ascenso a West Face (V3). Derecha, Andy Salo, sobre los 7 metros, sigue la línea de romos que condude a la arista final de Edge Of Oblivion (V7) AndyMann

Productora:

YAMA STUDIO Director, editor:

SCOTT NEEL Productores:

ANDY MANN ALDEN SHORT Música:

BROKEN TONGUES JAYCE SATURDAY INDEX TUNEONE Fotografía:

JIM HOLLOWAY TIM KEMPLE JOHN SHERMAN Duración:

1:40’ Deleted scenes:

5’:09’’ Material adicional:

29’:16’’ Ventas:

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¿Quién no ha estado ahí? montado en un búlder, en ese punto de no retorno cuando estamos demasiado alto para bajar y aún queda un gran tramo por trepar para estar a salvo nuevamente. De pronto nos volvemos hiperconcientes de cada movimiento y de sus consecuencias, la lucha ya no sólo es física, también es mental. Hay que luchar para que las piernas no tiriten cual máquina de coser y no pensar en el “qué pasa si…”, para en cambio, estar de lleno en el aquí y el ahora. Rocky Mountain Highball, una producción de Yama Studio, logra graficar eso y mucho más. Dirigida y editada por Scott Neel y producida por Andy Mann y Alden Short, RMH tardó más de dos años en ser grabada y es una galería de estrellas de la roca (35 escaladores) donde lo old school dialoga con lo presente y sus diferentes maneras de abordar la vida y la roca. Con un armónico y fluido montaje, que combina pe-

gues a highballs con entrevistas a destacados escaladores, el film nos da un recorrido por toda la historia de esta disciplina. A diferencia de los clásicos videos de búlder, llenos de intentos fallidos, perseverancia y encadenamientos, acá todo está en bajar las revoluciones y mantener la cabeza fría. Por lo tanto, si andan buscando un subidón de adrenalina, esta no es su película. Rocky Mountain Highball posee una cadencia calmada e introspectiva que privilegia la estética de los problemas y su entorno. Asimismo, planos largos y suaves paneos nos permiten entrar en el flow de los escaladores y en su estado de concentración. Todo esto hace que la roca se realce por sobre el escalador que con gran respeto intenta llegar a la cima sano y salvo. Otra cosa que diferencia a RMH de

otros films, es que no todos los problemas que aparecen son sólo para mutantes. Al contrario, varios están al alcance de los mortales… siempre y cuando se asuma el riesgo de estar fuera de la zona de confort. Y es que finalmente de eso se trata el highball, no es la altura o la dificultad lo que determina si un problema es un highball o no. A mi modo de ver, lo que hace que un problema caiga en esta categoría es que nos haga sentir que hemos entrado en un punto de no retorno y nos recuerda las palabras de la histórica Lyn Hill: “hay veces en que la única salida es hacia arriba”. Por lo mismo es una película que carece de caídas (dado que caer puede significar una grave lesión o incluso la muerte) y se concentra en los encadenamientos. En este sentido, a veces se extraña el momento previo a la escalada, cuando el escalador se prepara psicológicamente para el desafío que tiene


por delante. Esto, sumado a primeros planos a los rostros en los momentos “cruxciales” y momentos que sólo cuentan con sonido ambiente (respiración y la tensión que provoca el silencio) nos ayudarían como espectadores a comprender lo que está en juego. En resumen, RMH es un film que no sólo habla de highballs, si no que también de lo que nos mueve a escalar, a ir un paso más allá y asumir riesgos responsablemente, porque a diferencia de la escalada deportiva o tradicional donde existe un protocolo implícito, en el búlder no hay reglas ni normas claras. En el búlder y particularmente en el highball el sentido común es la única regla y la experiencia nuestro mejor asegurador.

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Recuerden que el Highball es una disciplina muy riesgosa que puede causar graves lesiones e incluso muerte. Si estás dispuesto a practicarlo, siempre vayan acompañados, equipados y sean honestos consigo mismos y con sus capacidades.

http://

Acá les dejo algunos links para que se sigan inspirando mientras miran con manos sudorosas y conteniendo el aliento.

Acá pueden ver el primer encadenamiento de King Air, un highball de aquellos, trepado por el místico Dean Potter en el patio trasero de su casa, también conocido como Yosemite Valley. escalando.org/videos/dean/

Si lo que quieren es sentir tensión absoluta y darse cuenta que están apretando por puro acto reflejo. Si bien acá hay cuerdas, llegado cierto punto estas no sirven de nada, lo que mentalmente convierten este problema en un highball de la muerte. escalando.org/videos/e9/

Otros clips interesantes son los del fotógrafo Zlu Haller, en particular estos: encadenando Knocking on Heavens Doors (1) y donde vemos el gran desplome de Evilution Direct (2). (1) escalando.org/videos/heavens/ (2) escalando.org/videos/evilution/

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Concurso Primus/Escalando Un premio al acierto fotográfico de los que viven la montaña A fines de 2010, antes de que empezara el verano, decidimos hacer un llamado a la aventura, la pasión y la creatividad de quienes aprovecharían la temporada haciendo lo que más nos gusta: descubrir nuevos paisajes, llevar al límite nuestras capacidades o simplemente escaparse un rato de la vorágine de la ciudad y compartir una buena sopa con los amigos al rededor de la combustión de un anafre. Juntos, nuestros lemas hacen eco en la naturaleza. Primus Was Here y La Vida en la Montaña son el reflejo de ese espíritu al que apelamos. Hoy, con esas directrices en mente, premiamos a las mejores imágenes en tres categorías: Paisaje, Acción y Lifestyle. Desde luego, agradecemos a todos los motivados que desde temprano enviaron sus fotos. Más a quienes las tomaron pensando en este concurso. Fueron más de 150 imágenes entre las que tuvimos un largo proceso de deliberación, para elegir a las tres que más fielmente representan lo que buscábamos. Los ganadores recibirán cada uno un pack de productos Primus y regalos de revista Escalando. ¡Felicitaciones a los ganadores!

Primer Lugar

Categoría: Estilo de vida Fotógrafo: Marco Poblete Seudónimo: Alturasur

Premio Primus:

Cocinilla OMNIFUEL Conjunto de cocina LITECH C&H Vacuum Bottle 1.0 l Commuter Mug

Premio Escalando:

Colección Escalando + Suscripción por 3 años Linterna Petzl Tica XP Bolso de cuerda Escalando

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Segundo Lugar

Categoría: Paisaje Fotógrafo: Mateo Barrenegoa Seudónimo: Oldman

Premio Primus:

Cocinilla EtaSolo Termo al vacio de 0.75 l Commuter Mug

Premio Escalando:

Colección Escalando + Suscripción por 2 años Linterna Petzl Tica XP


Tercer Lugar

Categoría: Acción Fotógrafo: Nualik Burucker Seudónimo: Ñamco

Premio Primus:

Conjunto de cocina ETAPACK Lite C&H Vacuum Bottle 0.50 l Commuter Mug

Premio Escalando:

Colección Escalando + Suscripción anual Linterna Petzl E+Lite Bolso de cuerda Escalando


El autor, cerro arriba, con las primeras luces del dĂ­a y el descenso en la mente. NicolĂĄs GutiĂŠrrez


primer descenso en esquí Por Sebastián Rojas

Esta era una idea que tenía en mente desde muy chico, de cuando subía el cerro Unión con mi club “Wechupún”. Hacía unos 2 años le había hecho un primer pegue con Mario Sepulveda, con quien partimos randoneando desde Baños Morales. hora con más experiencia, le dije a mi amigo Nicolás GutiéA rrez que lo intentáramos nuevamente. Fuimos a mediados de Octubre del 2010, bastante tarde para la temporada, pero yo sabía que aún era posible encontrar buena nieve. Más me importaba que los canalones de la parte baja del cerro estuvieran conectados, ya que si no tendríamos que enfrentar algún peligro. a aproximación no fue lo que esperábamos, ya que no L pudimos entrar con el jeep hasta el final del camino. Pero como íbamos livianos, no fue tan terrible. Solo llevábamos un saco, una colchoneta, cocinilla, dos piolets, una cuerda de 8mm, 2 tornillos, 2 estacas y muy pocos fierros para proteger en la roca. n principio queríamos acampar a la altura del glaciar colE gante, pero cuando llegamos a la laguna decidimos vivaquear en las pircas y atacar el cerro desde ahí. l día siguiente, salimos alrededor de las 5 de la mañana y A en 3 o 4 horas ya estábamos a la altura del glaciar. La nieve estuvo dura hasta que salió el sol, luego se hizo muy agotador abrir huella y avanzar. iez horas más tarde ya estábamos sacándonos la foto de D cumbre y preparándonos para el descenso, lo más difícil. Nos pusimos los esquís, revisamos nuestras ARVAS y evaluamos la situación en caso de avalancha. Además conversamos sobre cómo nos iríamos reuniendo cada cierta cantidad de metros, hasta llegar al canalón principal de la ruta normal del Morado.

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Nicolás Gutiérrez de espaldas al glaciar colgante, esquiando los empinados neveros del Morado. Sebastián Rojas Derecha. Tras diez horas de ascenso, la merecida foto de cumbre. Colección Sebastián Rojas Página de en frente. Con cara de preocupación, por una dolencia en la rodilla, Sebastián Rojas durante el único rapel que interrumpió el deslizamiento. Nicolás Gutiérrez.

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Comenzamos. La primera parte estuvo entretenida, con nieve muy buena y estable para la pendiente que teníamos. Ya en la parte superior del canalón, bajé primero hasta la mitad y luego el Nico. Le aviso que me voy a lanzar derecho por el nevero, pero tomo velocidad y al tratar de dar el primer giro pierdo el control. ¡KAPUUUUM!, caigo y empiezo a rodar y rodar.

asamos por el glaciar sin problemas y luego Nico fue encontrando P las pasadas precisas. Al llegar a un canalón que tenía hielo, decidimos rapelear como 20 metros y de ahí directo hacia la pirca.

n ese momento sentí que la rodilla hacía una torsión muy fuerte y loE gré detenerme lo antes posible para no caer por la pared. Sin embargo, mis esquís siguieron rodando directo hacia abajo hasta desaparecer. Muy enojado, le pregunté al Nico si los veía, y él me respondió que sólo uno.

un teníamos que llegar al auto así que rápidamente seguimos esA quiando hasta donde acababa la nieve, y cuando empecé a caminar me di cuenta que lo de mi rodilla era más que una simple molestia. Para esquiar no había tenido problemas gracias a los bastones y la adrenalina, pero al caminar tuve bastantes inconvenientes para seguir bajando.

uando intenté pararme sentí que la rodilla se me salía. Pensé que C era algo menor, así que me afirmé bien en los bastones y me aboqué a recuperar mis esquís. En eso, Nico me grita que efectivamente estaban los dos. Feliz, aunque preocupado por mi rodilla bajé a buscarlos, me los puse y seguí esquiando sin darle tanta importancia a la lesión, sabiendo que faltaba aún lo más difícil.

l día siguiente fui al doctor y me confirmó que tenía el ligamento A anterior cortado al 100%.

n total fueron 13 horas para el primer descenso registrado en esquís E del cerro El Morado.

Agradecimientos. A quienes siempre nos han apoyado, especialmente a mi familia; también a nuestro amigo Patricio Mercado (QEPD) y al Inti, que en ese momento venía en camino.



HuaraZ Por: Michael Sánchez

I La Serpiente Una vez más, luchando, arrastrándome de forma poco elegante sobre la nieve. Sólo después de apoyar mi casco podría encontrar el aliento para mover mis piernas derrotadas. Levanto los ojos y ahí está: la nada misma. Sabía que había llegado a la cumbre porque la pendiente ya no se oponía a mis piolets, dejándose acariciar finalmente por las doce puntas de los crampones.

Nos movemos rápido dentro de la urbe. No nos agrada. Un poco agredidos por las miradas extrañas en torno a nuestros equipos, vestimentas y rostros desorientados. Hacemos amistades de nunca jamás y resolvemos los problemas en la medida del mal. Ojos y bocas abiertas nos arrastran, llevándonos sin darnos cuenta al letargo. Debemos ser más rápidos.

A veces, las vidas se mezclan de forma inexplicable. Aprendemos a sobrevivir sobre lo que creemos que es propio, esperando que las almas y manos apunten hacia el mismo lugar que nuestros ojos. Y así de pronto, yo estaba ahí, más maduro, pero enfrentándome a lo que un día había imaginado aunque no comprendido realmente: el verdadero significado de la locura.

Es de noche, estoy sentado en el primer asiento del bus. Los espasmos epilépticos de mi cuerpo cansado me hacen mirar por la ventana como una gran pantalla de cine, tridimensional, realista y viva. Me doy cuenta que he dormido y me reprendo; quiero verlo todo.

Volando por el aire con mis amigos compro una bandera chilena, solo por si acaso, y me pregunto si realmente será necesaria. Ellos me molestan y ríen porque es cara, pues la he comprado en el aeropuerto y no en la feria. Llegando a Perú, excitados por la aventura que comenzamos, nos toca dormir en el aeropuerto. Un mundo distinto, acentos distintos, gente distinta. Sin embargo, la sangre de mis antebrazos gorgojea, no por el calor, sino por la historia que nadie nos contó. La vivencia pura del cóndor, el jaguar y la serpiente; tan nuestra y presente, pura ante nuestros ojos.

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Ansioso por la compra de hace un par de horas, comprendo que el tiempo se va convirtiendo en la aventura que he buscado siempre en la vida. Vuelvo a mirar a través de mi ventana y veo un auto embistiéndonos sin pudor. Al menos en esta parte no quiero mirar, así que cierro la cortina. La conducción del chofer nos arrastra por caminos sinuosos, como la serpiente, rápida y feroz. Venía así desde que nos subimos, pero los cambios de gravedad en mi cuerpo acusan que ya no chocamos. Viajamos por poblados, desiertos, dunas y playas. Probamos empanaditas, alfajores e Inca-cola. Divisamos montañas de roca y arena, peajes fantasmas, fallecidos, testigos entre camiones y agujeros del camino, entre la nada y las estrellas. El día da paso a la noche y la gran serpiente del inframundo nos lleva finalmente a nuestro destino: ¡HUARAZ!


No hay viaje sin cordada. Abraham Navia protege donde puede y progresa en La Esfinge. Colección Michael Sánchez

II El Cóndor

La vida es una aventura, y no porque está ahí, sino porque la reconoces como tal. Cargados y desorientados, la gente del campo nos recoge con amabilidad. Ya no queda más que organizarnos y entender cómo funciona esta pequeña gran cuidad. Duermo profundamente y la mañana siguiente me ofrece el espectáculo esperado. Calles de granito cincelado, ángeles gloriosos trayendo lo divino a la tierra, ciudad de músicos y carnavales. Ambiente de montaña, ferias de locura y las más finas plazas que invitan a la intimidad y a los cuentos de hadas; el rostro y esbelta figura de Túpac Amaru, españoles, chinos y toda la historia Inca ante nuestros ojos sorprendidos. Ah, y olvidaba algo… ¡las montañas! Partimos a Parón, en búsqueda de la Esfinge. Montamos campamento al inicio de la quebrada y nos aguachamos con Don Rigo, quien nos atiende amablemente, testigo de grandes escaladas y el orgullo de porteador fuerte. Llevamos equipo a la base de la Esfinge; sólo quería verla, sólo quería estar cerca, ya no quería más fotos ni topos. El aire enrarecido ataca mi cerebro y el de mis compañeros, una decisión apresurada para alguien que sólo había estado de short y polera en Cochamó. Bajo a cocinar con motivación de acero, pero con un dolor de cabeza igual de fuerte. Me sumo en un trance de sueños raros dentro de mi carpa, lucho con las imágenes que mi cuerpo procesa sin entender completamente, aparecen recuerdos y sensaciones de tiempos remotos; busco los significados. Empezamos la escalada tal como en una película. Ordeno mi material

como acostumbro y comienzo a liderar el primer largo: fácil y entretenido. Pienso que debieramos ir relativamente rápido, pero aparece nuevamente la pesadilla de la altura. Las nubes forman imágenes desconcertantes que me persiguen y pasan tan cerca que puedo tocarlas. Me detengo para protegerme y respiro profundo. Las decisiones nuevamente se hacen más lentas. Pienso que Niccolo debe llevar la mochila, y de pronto ya está en la reunión con ella. De a poco nos sumergimos en la tormenta. Mi mente solo piensa en escalar y de verdad lo estoy disfrutando. Cuando se hace tarde y caen unos copos de nieve, paso una sección dura y replico una arenga. Desde aquí comprendo que las decisiones son mías. Me muevo en la oscuridad, la altura y el frío, para dormir en lo que sería un interminabe y helado vivac. Aún así, disfruto de una noche larga y cortada, sin horizonte a lo lejos. El día siguiente es espléndido. Los primeros rayos de la mañana atenúan el frío y mi cuerpo vuelve a moverse sin pensar. Sabía que estaba dentro del sueño, pero me replico y estoy dispuesto a escalar: me engancho a un clavo antiguo, luego un empotrador, con la sensación del estómago lleno, no de comida sino de energía. Nuevamente los espíritus del cielo se han calmado y deposito mis manos en la cumbre. Después de esto me doy cuenta que lo más duro de la vía del `85 fue convencer a mis propias imágenes y pensamientos que podíamos lograrlo. Ha pasado el tiempo. De sinsabores y fantasmas, de luchas y marchas. Hoy es el momento, hoy es el ahora, hoy es el turno del Jaguar.

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Arriba, La sobrecarga de estímulos de Huaraz recibe a montañistas del mundo entero, sedientos de cumbres y de poner su nombre en las técnicas montañas peruanas. Arriba a la derecha, Michael Sánchez, Abraham Navia, Don “Rigo” y Niccolo Caruso en las jornadas previas a incursionar en La Esfinge. Derecha, ¡Suma y sigue! los chilenos en la cumbre de La Esfinge. Colección Michael Sánchez

III El Jaguar De pronto se hacen realidad las fantasías y sueños. Pareciera ser que esta sensación se adhiere en mi piel, como si el antes y el después se mezclaran, sin ser extraños ni ajenos.

co que lo rodea. Me pongo mi chaqueta y guantes, los lentes cubren mis ojos del resplandor enceguecedor y repaso paso a paso lo que debo tener. No debe faltar nada, no debe sobrar nada.

El universo es una gran sinfonía de montañas: gente, sabores y relatos de mi subconsciente que coinciden con la realidad. Tanto así, que en ocasiones puedo utilizarlos para buscar la respuesta más allá de mis instintos... ¿Volveré? ¿Hay más?

Estoy solo. Mis compañeros, la mejor cordada, me dejan para que prepare todo con delicadeza. No quieren entorpecer y me acompañan desde la lejanía con sus demonios y pasiones. Se bañan y esperan a que me vaya.

De pronto estas ahí con toda la locura que puedes acumular en la vida como escudo contra la gran batalla que te espera. Lo sabes y lo sientes, pero estás nuevamente, sin saber por qué ni cómo. Dentro de tus venas y fuera de ellas, como una figura viva que resulta estar ahí cuando menos lo esperas, muestra de la eternidad y edad que tendremos. Has de enfrentarte a ella en la forma más pura, como lo has venido haciendo desde el principio. Saco mi ropa y me baño para presentarme a ella sin la contaminación del mortal. Preparo mi armadura pieza por pieza, prenda por prenda, en un trance que resulta embriagador… Y me observa; como queriendo entender mi actitud, yo la miro de reojo, como deseando ocultar mis intenciones que se hacen evidentes en cada movimiento y pensamiento. Todo debe ser perfecto; ato mis botas con la presión justa, pruebo los crampones y afilo mis piolets. Mis manos negras por el sol actúan de los codos hacia abajo, mi cerebro mantiene la imagen atrevida del blan-

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Tomo mis herramientas y planteo el primer paso por la morrena, con decisión y sobriedad, con silencio y respeto. Avanzo por el glaciar con cuidado y huelo el aire lentamente. El día es perfecto. Mis huellas se alejan, calculo los pasos, la montaña ya sabe mis intenciones y prepara mi recibimiento en su seno: una lucha solitaria. Camino sin prisa disfrutando lo que queda de cordura y admiración; voy con cuidado, saltando algunas grietas; cada centímetro me conduce a la boca del lobo. Con la luz del atardecer busco un lugar seguro donde cobijarme y esperar atento. Cavo una trinchera en la nieve muy cerca de la pared bajo unos seracs, que me dan su protección para la noche. Paso el tiempo cocinando algo de comida liofilizada hasta que el anafre se apaga. Desde aquí con 15 fósforos no puedo volver a encenderlo para derretir el agua que necesito. Meto un poco de nieve en la botella y la introduzco en mi saco, para que al levantarme me de 300 ml. de agua. A las 3 de la mañana estoy listo. Subo una pendiente corta de 10 metros de nieve polvo y llego a la pared. Me hace falta la luna pero escalo sin


Arriba, Los grandes seracs que, junto a Michael, esperan el alba para confirmar el errático rumbo elegido la noche anterior. Izquierda: Una bitácora en imágenes, que representan las tres etapas de una historia con final feliz. Colección Michael Sánchez

tapujos, pero a la media hora me doy cuenta que estoy perdido. Estoy en un corredor que no reconozco, pero prosigo sin más alternativa. Escalo y tomo fotos, sin embargo nada me es familiar. Un poco enojado por haberme perdido llega el amanecer, y por fin me doy cuenta en dónde estoy. Naturalmente me había desviado de la ruta normal por muchos metros y ahora tengo enfrente una arista mixta. Con cuidado escalo la roca y nieve dura para cruzar hasta el hongo característico de la cara sureste. Paso por debajo con cuidado, para apuntar directamente hacia donde me conecto con los últimos metros de la vía normal. Prosigo hasta montar una reunión a cuatro largos de la cumbre; me veo obligado a hacerlo por la pendiente cada vez más pronunciada. Nuevamente travesía y protejo en solitario con alguna estaca y un par de tornillos. Monto otra reunión, más sólida que la anterior, y desde ahí rapeleo para buscar el material dejado. Remonto la cuerda y repito el proceso hasta los largos necesarios a la cumbre; algunos tramos son demasiado expuestos para mi gusto, pero continuo con decisión y cabeza fría. Concentrado en mi faena me doy cuenta que una nube ha tapado completamente la cima, conmigo en su interior.

montaña y me doy cuenta que he dejado todo el material en la progresión y en la reunión anterior. Debo desescalar. Con imágenes de alguna película de terror en mi cabeza, bajo ese largo y varios más por muchas horas, hasta que me paro nuevamente sobre el anticuerpo. Extenuado y deshidratado veo el GPS y me percato que ya estoy a unos 25 metros del vivac de la noche anterior. Otra vez, la luna no me acompaña, y tengo que buscar durante media hora mis huellas y el lugar donde había pernoctado. Finalmente encuentro la pendiente de diez metros de nieve polvo y consigo llegar al vivac; bebo de la botella un poco de agua derretida y comienzo a ordenar el material. “Track Back” y navego con el GPS por el campo de grietas, una de las noches más oscuras de mi vida; me monto en el glaciar y un par de horas más abajo escucho los gritos de mis compañeros. Veo sus linternas frontales. Aúllan y gritan de alegría, salgo del trance y me doy cuenta de todo lo que ha sucedido. Grito “¡Cumbre!”, ellos hacen señas, la alegría me invade pero no puedo desconcentrarme, debo bajar el glaciar aún. Bebo agua al final de un par de sumideros y avanzo tres cuartos del glaciar en donde me encuentro con mis amigos. Nos abrazamos y me ayudan con la mochila.

El último largo se hace cada vez más tumbado. Abriendo paso por el metro extenuante de nieve blanda despliego los 60 metros de cuerda de 8mm, llegando finalmente a la cumbre. Con alegría y cansancio, respiro entrecortado; tomo fotos de lo que alcanzo a ver hacia el otro lado de la

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Texto y fotos por Camilo Rada

Arrancaba el año 2002. Y llevábamos 2.700 kilómetros manejados, guiados por las ansias de conocer una tierra mágica que ha escrito su nombre a fuego en la historia del montañismo. Arrancaba el año 2002. Y llevábamos 2.700 kilómetros manejados, guiados por las ansias de conocer una tierra mágica que ha escrito su nombre a fuego en la historia del montañismo. Entre pampa y curvas de ripio, las agujas de granito se alzaron sobre el horizonte. Jamás las habíamos visto, pero podíamos recitar sus nombres sin titubear: Cerro Torre, Saint-Exupéry, Poincenot, Mermoz, Guillaumet y, dominando la escena, el imponente monte Fitz Roy. Ese fue el momento en que comenzó a implantarse en mí el sueño de algún día recorrer sus paredes. Lamentablemente, cual sirenas de granito, las montañas nos idiotizaron a tal punto que en la curva siguiente nos volcamos. Lo que por fortuna no fue nada grave y tan sólo agregó una cuota adicional de aventura a la expedición. Pero los encantos de esta tierra me hicieron volver una y otra vez, y el sueño del Fitz estuvo siempre durmiendo en mi cabeza. Hasta que en Octubre del 2010 recibí un mail del Gigio (Francisco Rojas Mix) proponiéndome ir juntos a la Supercanaleta del Fitz Roy. Mi entusiasmada respuesta no tardó, y su siguiente mensaje empezaba: “wena, se armó!”. Y así fue. El 20 de Enero del año siguiente llegamos a El Chaltén y nos sumergimos en su dinámica, donde un submundo de escaladores se mueve al compás del clima y orbita en torno a rumores de ventanas de buen tiempo. La rutina partía con una alquimia meteorológica, intentando hacernos una idea de como se venía el clima. Si se preveía malo, la rutina seguía con media docena de fac-

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turitas, conversación y mate. Y si se intuía bueno iniciábamos la ansiosa preparación de la escalada. Al poco andar, los oráculos meteorológicos anunciaron una ajustada ventana de buen tiempo a partir del 24 de ese mes, por lo que el 23 partimos rumbo a Piedra del Fraile, el último reducto de civilización. La aproximación es un recorrido que vale por sí mismo, ascendiendo abruptamente entre rocas, bosques y verdes vegas sobre el valle del Río Eléctrico. Luego Piedra Negra y después nieve, hielo y bloques hasta la base de la Supercanaleta, sumando un total de seis horas de marcha. No alcanzamos a dormir dos horas y ya estábamos al límite para iniciar la escalada, pero unas obscuras nubes que avanzaban sobre el Cerro Pollone nos hicieron sopesar mil factores y finalmente decidimos postergar la escalada. Sin embargo aprovecharíamos la oportunidad para observar y sentir la montaña, comenzando así un necesario diálogo con ella. Al amanecer, fuimos a conocer la boca de la Supercanaleta, que se muestra como una amigable pendiente de nieve, un señuelo poderoso para entrar a una trampa de la que sólo se recomienda salir por la cumbre. Y el resto del día se nos fue observando la pared, estudiando los topos e imaginándonos en cada una de sus secciones. Luego, volvimos al letargo y la rutina del meteo, facturitas, mate, meteo, facturitas, mate... Fitz 1, Escaladores 0. Tiempo después, los oráculos anunciaron una nueva ventana y partimos con el campamento en la mochila para aguantar hasta que se materializara. Viento, nieve, mucho viento, nieve, nubes, viento, viento, nieve, viento. Y como


Amenazado por el viento y las nubes, Gigio Rojas prepara un rapel en la secci贸n superior de la Supercanaleta.


Izquierda, la entrada a la Supercanaleta divide profundamente la pared Oeste del Fitz Roy. Al frente. Izquierda, Fotografiado desde pocos metros sobre el segundo vivaque, Malevo Ferreyra resuelve los últimos pasos durante la fría mañana del tercer día en la pared. Derecha, Malevo Ferreyra caminando el filo cumbrero hacia la cima delMonte Fitz Roy. Se aprecia la niebla sobre el flanco sur de la montaña.

dicen en la zona: “La ventana de buen tiempo se la jugaron al truco!” Fitz 2, Escaladores 0. Meteo, facturitas, mate, meteo, facturitas, mate, meteo, facturitas, mate... Los días pasaban rápido y se acercaba la fecha de nuestra partida. El 6 de Febrero los oráculos anunciaban una ventana de buen tiempo bastante más sólida que las anteriores y que sabíamos sería nuestra última oportunidad. Así, el viernes 4 partimos nuevamente con más ímpetu que nunca y con ganas de hacer honor a esa vieja mentira que reza que “la tercera es la vencida”. Estando ya en nuestra pirca al pie de la vía, la diana sonó a las 4 de la mañana, pero el sonido de la lluvia y un fuerte viento anunciaban la postergación de la escalada. El despertador siguió sonando periódicamente, pero las condiciones no mejoraron durante todo el día sábado. No hubo cambios hasta bien entrada la noche del día domingo, cuando la calma comenzó a apoderarse de la atmósfera y sólo quedaron estrellas en el cielo. A las 23:00 horas saltamos de los sacos de dormir y la cocinilla comenzó a rugir rápidamente. A la una ya estábamos clavando los crampones rumbo a la Supecanaleta. Tras la rimaya, devoramos las primeras pendientes. Poco a poco las paredes se acercaban una a la otra definiendo una ruta hermosa, con secciones de una perfección geométrica; nieve y hielo definiéndose en bordes netos contra paredes que se alzaban verticales por cientos de metros a cada banda. Pendientes moderadas de 40 a 50 grados se alternaban con escalones de nieve y hielo que por algunos metros se sostenían por sobre los 80.

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Uno a uno ganábamos el millar de metros que nos separaban del inicio de la roca, al tiempo que la luz comenzaba a inundar los valles del Campo de Hielo Sur, donde el Mariano Moreno y el volcán Lautaro reposaban como nunca bajo un prístino cielo azul. Una gran roca conocida como el “bloque empotrado” marcaba el fin de la canaleta y el inicio del terreno mixto. Unos 200 metros antes de alcanzarlo, nos desviamos a la izquierda para continuar el ascenso por el canal principal, el que para nuestra sorpresa se hallaba completamente seco, transformado en un tobogán de roca lisa e improtegible. Nos vimos forzados a buscar una vía, la que resultó bastante trabajosa, incluyendo un vuelo que felizmente fue contenido por un sólido micro-friend. Continuamos concentrados en la escalada mientras a nuestras espaldas las nubes recuperaban su dominio; luego llegó una niebla acompañada de ráfagas de viento huracanado que a ratos amenazaban con arrancarnos de la pared. Enfrentados a la situación, nos toco la difícil decisión de si seguir o no. De hacerlo, sería poniendo toda la fe en el pronóstico del tiempo (arriesgando meterse en una trampa de viento y lluvia), o bien podíamos emprender la retirada asumiendo que la ventana se había desvanecido nuevamente. Sin duda ésta última opción era la más cautelosa y fue la que escogimos, escondiendo la pena de renunciar a la cumbre en una frenética sucesión de rapeles al compás de las ráfagas de viento. La canaleta se había transformado en un río, y chorros de agua salían de la cuerda al pasar por los descendedores. Empapados, tras 15 horas


y unos 20 rapeles, alcanzamos nuevamente la rimaya, con la luz del amanecer mostrándonos lo que no queríamos ver: un cielo azul extendiéndose entre nubes que se disipaban rápidamente.

la Poincenot o la Afanasieff del Fitz”, sin duda teniendo en mente una ruta larga, pero de las largas laaaargas. Sin pensarlo mucho le dije “vamos con la Afanasieff!”.

En raras ocasiones, las decisiones correctas conducen a resultados indeseados. Y es así como, al medio día y con un inevitable autorreproche, nos veíamos destruidos, sin fuerzas, tirados sobre las piedras bajo un cielo azul, un sol radiante y una atmósfera perfectamente calma. Fitz 3, Escaladores 0. El día 10 de febrero regresamos a El Chaltén y tras unas pocas horas y un buen sándwich de milanesa, Gigio se fue rumbo a Santiago.

Ésta, también llamada Ruta Francesa del filo Noroeste, es quizá la más larga de la zona (en roca), con 40 largos. Aunque en términos relativos, es una de las que presenta menores dificultades, las que en general no superan el 6a+ (~ 5.10c), aunque algunas descripciones hablan de 6c (~ 5.11b). Una vía rara vez escalada tras su apertura en 1979 (la primera repetición sucedió recién el año 2006).

A poco de él partir, comencé a escuchar rumores de una ventana “de aquellas” y no puede resistir la tentación de mirar los pronósticos. Sentimientos encontrados me invadieron cuando vi que a partir del día 17 se dibujaba un panorama excelente, según algunos, el mejor de la temporada. ¡No podía irme un día antes del comienzo de una calma que prometía tanto! Sucumbí a la tentación y decidí quedarme. Con un poco de suerte tendría el tiempo y las condiciones para escalar, pero ahora me faltaba equipo y, lo más importante, un compañero. Pero en aquellos días de mate, facturitas, mate y facturitas, compartí mucho con Mario Ferreyra, más conocido como el “Malevo”, por su alcance de nombre con un polémico y turbio comisario argentino. Ambos sabíamos que el otro andaba en busca de cordada, pero pasaron un par de día antes de que conversáramos del tema y decidiéramos escalar juntos. A la pregunta de “¿qué te tinca?” respondió “La Fonrouge de

Tras un día de espera por una lluvia imprevista, a las 0:30 horas del día 19, iniciamos la aproximación desde Piedra del Fraile, lo más livianos posible pero sin irnos al extremo y preparados para dos vivacs en la pared. Aparte del equipo de escalada en roca, llevábamos un Jetboil para hacer agua, 250 gramos de gas, un delgado saco para los dos, 700 g de comida diaria por persona, un piolet martillo, un tornillo de hielo y una radio VHF. También teníamos un teléfono satelital, en el que recibíamos pronósticos meteorológicos y enviábamos breves mensajes a nuestra página de seguimiento en ExpeNews.com. Poco antes de las 7:00, alcanzamos el pie de la vía, a 1.900 metros de altitud. Un rápido “¿Disparas tú o disparo yo?”, se ordena el equipo y ¡paaaartieron! El frío nos alentaba a escalar velozmente. Los primeros largos de cuerda pasaron rápido hasta llegar a los metros de sexto grado que defienden el filo, donde para no perder el ímpetu intercalábamos algunos pasos A0 y A1 con escalada en libre. Poco antes del medio día alcanzamos el filo y con

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ello el sol. Hidratamos, aprovechando el agua acumulada en agujeros de la roca, comimos y continuamos con algunos largos en simultáneo. Luego para ganar tiempo, nos ahorramos dos o tres largos de roca rodeando por un nevero y una gran chimenea con hielo. Así, alcanzamos uno de los mejores lugares para hacer vivac de la pared, pero eran recién la una de la tarde y debíamos seguir y rápido, pues la siguiente sección es una travesía sostenida por un sector de placas, que se extiende por 10 largos de hermosas fisuras interconectadas, pero sin terrazas para vivaquear. El sol se iba hacia el oeste y la pared se comenzaba a teñir de naranjo. La salida de las placas era a través de un gran techo que inspiraba respeto, pero en semejantes paredes se pierde la proporción, así es que a medida que nos acercábamos fue tomando una escala más humana. El sol se despidió mientras subíamos un disfrutable diedro que moría en el techo, el que logramos superar con las últimas luces y una importante cuota de esfuerzo. Pero ya era lo último, un largo más y llegamos al vivac, a 2.680 m. Lugares como éste, pagan en vista todo lo que no tienen en comodidad; aunque si bien precario, con un poco de trabajo generamos un espacio en que ambos pudimos ubicarnos cómodamente. Cual animales sedientos, husmeamos en cada fisura, terraza y roca a nuestro alcance, sin encontrar la más mínima porción de nieve o hielo. Sin agua, la cena consistió en un alfajor triple, que con media gota de saliva logramos transformar en un denso bolo alimenticio que con mucho esfuerzo pudo ser tragado. El premio de consuelo fue una noche que, si bien fría y ventosa, fue benévola para estándares patagónicos y nos permitió dormir de rato en rato. Tras 7 horas de descanso, a las 8:30, reiniciamos la escalada. La ruta pasó a la cara sur de la arista, sobre la Supercanaleta y se tornó muy difícil de leer, por lo que en varias secciones nos hizo titubear y hasta desandar camino. Tras los primeros largos, una terraza con hielo fue adoptada como cocina y comedor, donde nos hidratamos bien y nos preparamos unos ricos fideos

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chinos de desayuno! Condimentados con mucha hambre: Mmmmmm. Con el estomago apaciguado, nos concentramos al 100% en la escalada; nos acercábamos al crux: Un off-width, con hielo, graduado entre el 6a+ y 6c ya comentado, amplio rango que no sorprende en montañas como esta, en que las condiciones pueden variar notablemente y con ello la percepción de la dificultad de la escalada. Poco nos importó, pues nos fuimos por quien sabe dónde y nunca vimos el mencionado pasaje; así nos buscamos nuestro propio crux, una secuencia de terrazas y fisuras de 3 a 6 metros cada una, las que superamos lentamente realizando pasos hasta 6a en libre y A2 en artificial. Superada esta parte, los metros volvieron a fluir como antes y el Sol volvió a hacernos compañía. Poco antes de alcanzar una gran terraza y, bien coordinados con el crepúsculo, nos detuvimos en el mejor vivac de la pared, un verdadero cinco estrellas a 3.100 metros. Bien protegido, con abundante hielo y espacio para dos personas recostadas. La tarde había estado moderadamente ventosa y las nubes recuperaron el terreno perdido, a veces envolviéndonos por completo, pero nuestra mente se tranquilizo tras recibir un pronóstico meteorológico lleno de buenos augurios. Pasamos así a una merecida comida y a derretir agua en abundancia, ¡Hasta para el guatero! Una noche más fría que la anterior pero a su vez más calma, nos permitió un descanso que, aunque mezquino, superó nuestras expectativas. La Luna fue remplazada por el Sol y a las 7:00, bajo un cielo azul iniciamos nuevamente la escalada, ansiosos y con un sentimiento de incredulidad al sabernos tan cerca de la cumbre. Alcanzamos la gran terraza y tras sufrir durante un buen rato tratando de subir un off-width improtegible, con las manos entorpecidas por el frío, nos dimos cuenta de que esta era una pasada de la que nos habían hablado, donde una fisura de manos invisible desde casi cualquier ángulo permitía salvar


Página del frente. Izquierda, La cordada chileno-argentina en la gloriosa foto de cumbre. Atrás, entre las nubes, aparecen la cumbre Oeste y los contrafuertes de Campo de Hielo Sur. Derecha, La Laguna de los Tres es uno de los destinos turísticos más visitados de la zona y el fin del terreno técnico para Rada y Ferreyra. Derecha. Sobre la pared Norte del Fitz Roy se destaca la ruta Francesa del filo Noroeste (Afanasieff ). La fotografía fue tomada desde la cumbre del Cerro Gorra Blanca.

el paso y acceder a terreno llano, tras unas secciones de adherencia y equilibrio extremadamente expuestas sobre la Pared Norte que cae a pique hacia el glaciar.

viento del norte se transformaba en espesa niebla al impactar la montaña, por lo que una densa nube envolvía su lado sur, y en particular, nuestra vía de descenso.

A 3.224 metros de altitud, en nuestra reunión número 34, guardamos las cuerdas en la mochila e iniciamos ansiosos el último movimiento de la sinfonía. Saltando entre bloques y pequeños neveros, mientras en nuestras cabezas torbellinos de ideas y emociones vibraban al saber que detrás de cualquier esquina aparecería la cumbre.

Fuimos poco a poco encontrando el camino de bajada y sumidos en la niebla dimos con el primer descuelgue, luego del cual fueron fluyendo los rapeles. La pared Sureste nos recibió con uno muy aéreo, en que no tocamos la pared hasta el metro 55. Y en los siguientes, bastaba rapelear 15 metros para que el compañero y la reunión se perdieran en la niebla. Llegó la noche y a ratos nos bañaba una suave llovizna. A pesar de la extrema precaución que teníamos, la cuerda se nos atascó un par de veces, pero por fortuna, breves escaladitas fueron suficientes para solucionarlo. A las una de la mañana del día 22 llegamos a La Silla.

De pronto, mis ojos dominaban el horizonte y mi compañero, el Malevo, era lo más alto que podía ver. Ahí estábamos, no había más que escalar, lo habíamos logrado. ¡¡¡Lo hicimos!!! ¡¡¡Lo hicimos!!! ¡¡¡Lo hicimos hueón!!! ¡¡¡Llegamos!!! No sabía que decir y la verdad no había que decir nada, sólo mirar a nuestro alrededor, reírnos y disfrutar el momento donde años de soñar y meses de esperar se materializaban en este instante mágico y efímero. Tras regresar al planeta Tierra, comenzamos con las fotos y videos. El GPS marcaba 3.371 metros y eran las 14:00 horas del día 21 de Febrero. Nos dimos unos minutos para hacer una llamada y compartir nuestra alegría con la familia y los amigos que nos seguían en ExpeNews. Era imposible acostumbrarse a la sensación de irrealidad, costaba creer que realmente estábamos en la cumbre del Fitz Roy. Podríamos habernos quedado ahí horas, el sol nos iluminaba y el viento era gentil. Pero había un pequeño problema: ahora teníamos que bajar. Y por un terreno absolutamente desconocido, pues la vía lógica de descenso era la Franco-argentina, donde 16 rapeles nos dejarían en La Silla y 8 más en el Glaciar superior, desde donde podríamos caminar de regreso a El Chaltén. Bajo la gran roca que forma la cumbre, nos dimos unos minutos para bajar las revoluciones, enfocarnos en el descenso, hidratarnos y comer. El tiempo, si bien benévolo, estaba lejos de ser perfecto, pues un suave

La Brecha de los Italianos estaba en condiciones terroríficas, sin nieve, sólo hielo sucio y agua corriendo por todos lados. Rocas sueltas y reuniones poco protegidas nos obligaban a ir con todos los sentidos alerta, tarea difícil tras más de 20 intensas horas de actividad ininterrumpida. Una cuerda que se atascó 50 metros sobre nosotros nos obligó a dar hasta lo último. A las 6:00 llegamos al Glaciar Superior y nos invadió un enorme relajo. Nos enfocamos en poner un pie delante del otro hasta llegar a El Chaltén. Aún nos sentíamos fuertes, y estábamos ansiosos de llegar al pueblo ¡A comer un buen bife de chorizo! Cerca de las dos de la tarde llegamos ahí, y en lugar del bife disfrutamos un rico puré con truchas pescadas por un amigo y, luego, una merecida siesta, indispensable para continuar con los festejos que culminaron en un concurrido asado, donde tres pobres corderitos pagaron por nuestra felicidad. Tengo que agradecer a Gigio y Malevo excelentes compañeros que hicieron posible esta aventura, a José y Flavia por acogernos tan cálidamente en cada uno de nuestros pasos por Piedra del Fraile, a Tomy por el equipo prestado y esa exquisita trucha con puré. Al Rolo por sus valiosos consejos acerca de la ruta y a Seba, Kiko y Natalia por estar siempre atentos ayudándonos con los pronósticos meteorológicos.

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el

chim bo te Primer Ascenso

Texto y fotos por Fernando Fainberg

El Chimbote era la última gran montaña no escalada de los Andes centrales, ya que la dificultad de sus paredes y su dificilísimo acceso lo hacían casi imposible de subir. Prácticamente no hubo montañista que no quisiera intentarlo, y muchos trataron desde el año 1940 en adelante (entre algunos ilustres se cuentan Juan Tangol, Bión González, Christian Thiele, Christian Buracchio, Felipe González Donoso entre otros). Este es el relato de quienenes pueden decir hoy: “estuve en la cumbre del Chimbote”

El Comienzo de la Aventura Hace unos dos años Waldo Farías me propuso ir a subir el Chimbote. Yo le comenté que desde que había visto un posteo en Tricúspide llamado “El mítico Chimbote”, también tenía ganas de intentarlo. Así es que lo hicimos. En aquel primer intento, el club DAV nos auspició con dinero para las mulas, partiendo en enero del 2010 por el cajón del río Colorado rumbo al Chimbote. Volveríamos 9 días después, demolidos, sin cumbre y yo con un hombro roto en dos partes producto de un accidente a caballo. Una Nueva Oportunidad En marzo de este año 2011, el DAV volvió a confiar en nosotros y nuevamente nos apoyó. También Camilo Rada, quien nos ofreció Expenews y un teléfono satelital. A ellos les damos las más sinceras gracias. Así partimos el día viernes 25 de marzo. Esta vez iríamos montados todo el trayecto de aproximación, ya que intentaríamos subir por el paso de “Las Pircas”, para pasar al valle de las Toscas y aproximarnos al Chimbote por su vertiente oeste, la opuesta de nuestro primer intento. Luego de una extenuante jornada para poder atravesar el paso, el domingo 27 salimos en la mañana en dirección al Chimbote. Bajamos por el valle hasta la entrada del cajón que viene del Chimbote/Polleras/Polleritas. Una vez ahí, remontamos un lecho de río seco, hasta llegar a la base de nuestro objetivo por su lado noroeste, donde instalamos un campamento.

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Izquierda: Escalar, desescalar, rapelar y escalar nuevamente, muy expuestos y sobre roca de mala calidad. Esa fue la tónica de las últimas secciones durante el ascenso a la esquiva cumbre del Chimbote. A la derecha: Waldo Farías se las rebusca para fijar un solitario empotrador que permita rapelar al otro lado del filo y conectar con una empinada sección de hielo justo debajo de la pirámide somital.

El lunes 28 partimos en dirección de lo que debía ser nuestro Campo Alto. Decidimos subir por el filo que va directo desde la base del Chimbote hasta la cumbre, ya que se veía bastante accesible. Pero como siempre, lo que aparenta simpleza, resulta ser bastante complicado, y terminamos gateando por unas aristas de roca bastante expuestos. El día siguiente (martes 29) lo dedicamos a descansar, ya que Waldo necesitaba aclimatar mejor. Ahora Si que Sí

Desescalamos la chimenea y comenzamos una serie de rápeles hasta el campamento. Realmente abatidos y tristes ya que nuevamente el cerro nos había prohibido la cumbre, esta vez quedando a 35 metros de ella.

Para esta oportunidad, habíamos subir los acarreos y slabs de roca y hielo de la cara norte hasta la base de la pared, para buscar desde ahí un lugar donde rapelear hacia la cara sur.

A la carpa llegamos a las 7 de la mañana, luego de 10 rapeles nocturnos.

Partimos el miércoles 30 como a las 7:30 AM, ya que como el cerro estaba más seco que la última vez, tendríamos que hacer algunas pasadas en roca y queríamos ver bien por donde nos metíamos.

El día siguiente (jueves 31) lo descansamos completo, haciéndonos la idea de bajar, pues estábamos demolidos física y mentalmente. Sin embargo, a mediodía nos llegó un mensaje al teléfono satelital que decía que lo pensáramos bien y que lo intentáramos de nuevo, porque volver en una tercera expedición era muy difícil. Se lo comenté a Waldo y a pesar del cansancio, decidimos que haríamos un nuevo esfuerzo.

Una vez en el filo, vimos cómo haríamos para pasar al otro lado. Un buen empotrador y una cinta nos permitieron descender por una especie de canaleta hasta la base de la pared. Luego, recuperamos la cuerda e hicimos una serie de abalakovs dobles para realizar tres rapeles directos hacia abajo. De ahí nos tocó una travesía de 80 metros, o dos largos, para pasar al lado derecho de ese filo y tener por fin la cumbre sobre nosotros. Eso si, primero teníamos que escalar en hielo con 60 grados de inclinación (hasta 70 en algunos tramos), 4 largos de cuerda, lo que nos dejó agotados, hasta llegar a una gran terraza bajo la pirámide somital. Llegamos un poco tarde, alrededor de las 6 PM; la primera parte de la escalada fue sencilla, pero en roca horrible. Me tocó ir de primero y me metí por una chimenea bastante sellada que escalé sin problemas hasta salir a una terraza, que en realidad era la cumbre de un pequeño torreón. Ahí recuperé a Waldo asegurándolo sólo con mi peso y una vez los dos arriba, vimos que estábamos en un sitio complicado. Teníamos paredes que

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caían por los 4 costados y la que nos conducía a la cumbre estaba a tres metros de nosotros, pero había que desescalar un montón de roca suelta. Luego, la ruta seguía por una fisura difícil, que partía extraplomada y con mala roca. Y como el sol se estaba escondiendo y no veíamos cómo hacer una reunión para poder seguir escalando ni un rapel para bajar, muy a nuestro pesar, decidimos desistir.

Última oportunidad

Así, el viernes 1 de abril partimos a las 5:30 AM caminando por el acarreo, el cual hicimos sin problemas. Esta vez, como los abalakovs los había hecho doble, rapeleamos en simultáneo y así llegamos abajo en un tiempo mucho menor al del intento anterior. Volvimos a repetir la travesía y los largos de hielo, llegando a la terraza en donde comienza la escalada tres horas antes que el día anterior. Nos cambiamos los turnos de escalada y Waldo punteó el primer largo de la ruta. Después, volví a quedar en la mini cumbre de esa torre de roca mala, esta vez con tiempo y luz para buscar algo que poner, desde donde descolgué a Waldo. Luego de bajar tres metros y seguir por unas terrazas muy expuestas, me avisa que hay un fisurón que se ve más fácil y que lo fuera a ver. Este era una especie de off-width o chimenea de roca de mala calidad,


El difícil terreno que ofrece el Chimbote ha impedido alcanzar la cumbre a varias expediciones. Fainberg y Farías, luego de experimentar distintas combinaciones, acertaron con una compleja línea de ascensos y descensos que les significó la victoria. Como se muestra en las imágenes, el ascenso transcurre por la cara norte y, ya muy cerca de la cumbre, busca acceso por el flanco sur rodeando una larga arista que desciende entre el hielo. Esto permite retomar, desde esa cara, el filo que los condujo a la cumbre.

aunque no vertical, así que se podía escalar de manera más o menos fácil. Punteé la fisura, donde pude poner otro stopper y seguí unos 25 metros más hasta salir de unos bloques y llegar a la ante cumbre, que en realidad es un pequeño filo de 10 metros hasta la cumbre misma. Le grito a Waldo que estábamos arriba y que si no encontraba más sorpresas, habríamos llegado. Recupero a Waldo y de ahí llegamos juntos a la cima, al mismo tiempo.

Chimbote (5.493 m IGM /5.498 m GPS) Está ubicado en la cordillera de la zona central, entre los valles del río Colorado y el río Olivares. Se puede apreciar fácilmente desde las vegas del Tupungato.

Gran momento. Realmente felices y satisfechos, ya que después de tantas penurias e intentos, finalmente lo conseguíamos: ser los primeros seres humanos arriba de esta mega mole de roca y hielo. Eran las 6 PM.

Participantes:

Después de las fotos y escribir un testimonio que dejamos arriba en una lata chica (si alguien va, la podrá encontrar) comenzamos a bajar para tener algo de luz al llegar a los rapeles más largos. Llegamos sin problemas a la carpa a la 1 AM.

Fernando Fainberg P. Waldo Farías F. Equipo usado: • Un rack de friends y camalots del 00 al 4 • Un set de stoppers

Al día siguiente comenzaba lo peor: desarmar, guardar el equipo en las mochilas y bajar esos acarreos infernales durante horas y horas. De ahí, caminar con las mochilas pesadas durante tres días, teniendo que volver a subir el paso de las Pircas, a casi 5.000 metros, y bajar hasta el valle del río Olivares a 2.500 metros, el que nos tocó cruzar. Creo que recién al tercer día logramos recuperarnos algo del cansancio y tener una idea de lo que habíamos hecho. Cuando llegamos abajo, nos estaban esperando nuestras musas con una cena increíble, la cual devoramos como leones de circo. Así partimos rumbo a Santiago, muy cansados, muy felices y muy orgullosos de lo que habíamos conseguido tres días atrás.

• Un set de micro stoppers • 4 tornillos de hielo Auspiciantes: Club Alemán Andino DAV, con dinero para los gastos de arriero y mulas (http://www.dav.cl) Expenews, con teléfono satelital y cobertura en su página web de expediciones (http://www. expenews.com)

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Carlos Comesaña

Un montañista enérgico y con actitud. Por Felipe Gonzalez D.

Su profesión de economista nunca lo alejó de las montañas. Ha sido testigo de la evolución del montañismo y la escalada moderna, de los cuales es uno de los pilares históricos más significativos de la región. En la foto, Carlos Comesaña se toma una pausa durante la exploración de la ruta a la Aguja Guillaumet, Santa Cruz (diciembre 1963 y enero de 1964) Colección Carlos Comesaña. Trabajo de Restauración: Natalia Fernández Juárez, Área de Restauración Fotográfica del Centro Cultural Argentino de Montaña. www.culturademonaña.com.ar


El 8 de Enero instalamos campamento base, el 12 hicimos la Guillaumet… interesante escalada con un vivac y bastante VI

Quien diga esta frase seguramente es un montañista con experiencia. Sin embargo, al contextualizarla en la época y condiciones en que fue anunciada, pasa de ser una mera hazaña a una leyenda de la escalada mundial. Nos referimos a la primera ascensión en 1965 del Guillaumet por Carlos Comesaña, realizada como escalada preparatoria para la Supercanaleta del Fitz Roy en estilo alpino junto a José Luis Founrouge.

Carlos Evaristo Comesaña, montañista retirado y de profesión economista, es socio honorario de los “Ragni di Lecco” (Arañas de Lecco) por sus logros deportivos en la cordillera de Huayhuash, los Andes y la Patagonia. unque actualmente reside en Brasil, afirma que cada vez que puede A viaja a su preciada Patagonia, donde disfruta compartiendo sus desafíos pendientes (montañas sin ascensiones) con escaladores de todo el mundo: Dean Potter, Rolando Garibotti, o el chileno Camilo Rada, entre otros. l término de la presente entrevista recibo el siguiente mensaje de CarA los: “Bien por la primera al Chimbote. Si hubiera sabido de este cerro, seguro habría partido a verlo en los 60’”. Esta frase no solo refleja su afición por la exploración. También da cuenta de una particular ética de la montaña que defiende con energía, reflejada en una preocupación por la actual “dejadez” de montañistas jóvenes que siguen repitiendo las mismas montañas clásicas. sta entrevista recoge sus aventuras y su visión personal sobre las direcE trices que debe seguir el montañismo deportivo mundial. FG ¿Qué valores y cualidades cree que debe tener un montañista actual? CC. Además de óptimas condiciones físicas y técnicas, valorar a sus compañeros de cordada, interés por el descubrimiento, respeto por la ética de montaña, al medio ambiente y transparencia en sus declaraciones. FG ¿Qué responsabilidades implican para usted el estar encordado? CC. Cuando estamos encordados en montaña somos como una sola persona. Cada uno toma en cuenta al otro hasta terminar la escalada y llegar a un refugio seguro. FG Tengo entendido que usted formó parte de la primera expedición argentina al Everest en 1971. ¿Qué representa para usted subir el Everest en estos tiempos? CC. Hoy el Everest – como pasa también con el Aconcagua - es por excelencia una montaña comercial. Con un buen estado físico y contratando una empresa de guías y sherpas responsables se puede ascender con mínimos riesgos. Con oxígeno complementario, sogas fijas con jumars y campamentos preestablecidos por la empresa. Es un ambiente totalmente distinto al del alpinismo clásico y muchas veces desprovisto de sus principios morales y deportivos. No hacen falta muchos ejemplos, basta recordar las antiéticas actitudes relatadas por Krakauer en el Everest, o la tragedia con el guía Campanini en la normal del Aconcagua. Allí los patéticos autoproclamados rescatistas lo insultaron y abandonaron en sus

últimos momentos de vida. Todavía peor resultó la justicia argentina, exceptuándolos de toda responsabilidad. FG En relación a esos 150 metros que lo separaron de la cumbre en el Pier Giorgio; usted conocía a los hermanos Skvarca, quienes completaron la ascensión al año siguiente ocupando su equipamiento. ¿Cómo fue esa intromisión? CC. No fue una intromisión y aclaro que en esa época esos 150 metros fue una estimación, porque desde la ruta no se veía la cumbre. En enero de 1962 intentamos la vía equipando primero la Cabeza de Toro, que es un planchón de nieve sobre la rimaya terminal, bastante inclinada y que se une al pie de la Pared este del Pier. Después seguimos y equipamos algunos largos de una travesía bastante inclinada por su Cuerno Izquierdo y, encordado con Nestor Apraiz, escalamos por una canaleta en donde - debajo del punto alcanzado dejamos una mochila de ataque con material de escalada, pensando volver en cuanto pasara la tormenta que lamentablemente no disminuyó su intensidad. Como sucede muchas veces en Patagonia, tuvimos que volver a casa, pero con la esperanza de regresar el verano siguiente. Un año después, en 1963, Fonrouge - recién llegado de su curso en la ENSA en Francia - me invitó a intentar el Fitz Roy por el diedro noreste (hoy llamado Devil Dihedral) con una expedición oficial del CABA. Entretanto pase al Club toda la información sobre la ruta inacabada al Pier Giorgio y otra expedición del CABA al Fitz coetánea con la nuestra se dirigió en enero de 1963 a ese cerro, llevando a los que completaron la ascensión hasta el filo cumbrero, muy cerca de la cima. Entre ellos estaban los hermanos Pedro y Jorge Skvarca. FG ¿Que opina de la intervención de David Lama a la Ruta del Compresor en el Cerro Torre, agregando más de 60 expansiones y dejando cuerdas fijas, sin liberar ni un metro? CC. Mi opinión exime parcialmente a David Lama por lo sucedido en virtud de su corta edad y por estar sujeto a estímulos que le demandan hechos publicitarios. Pero no pierdo la esperanza de que con el tiempo pueda convertirse en un completo montañero, dejando de lado esa falsa búsqueda de notoriedad. Acuso si, a los medios y a Red Bull por este trascendente error y manifiesto claramente, como lo hace la mejor cultura popular, que “la culpa no es del chancho sino del que le da de comer”.

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Izquierda, Comesaña fue el jefe de escalada en la primera expedición Argentina al Monte Everest, en 1971. En las fotos, el equipo trasandino, conformado por 18 andinistas, esquiva las numerosas grietas del Glaciar del Khumbu. Las duras condiciones postmonzónicas obligaron al equipo a desistir en su intento. Colección Ismael Palma Arriba: En el Campamento Base de Piedra del Fraile, antes de partir hacia la Supercanaleta del Fitz Roy, la cordada Fonrouge-Comesaña comparte con otras expediciones en la zona. Página del frente: Carlos Comesaña celebra en la cima del Cerro Rincón, en enero de 1968. Colección Carlos Comesaña. Trabajo de Restauración: Natalia Fernández Juárez, Área de Restauración Fotográfica del Centro Cultural Argentino de Montaña. www.culturademonaña.com.ar

FG ¿Que significó para usted haber escalado la Supercanaleta del Fitz Roy, junto a José Luis Fonrouge? CC. Cuando llegamos en enero de 1965 a la cumbre del Fitz en alpina, veloces, escalando muchos largos en simultáneo y sin equipar siquiera un metro, sentimos una gran emoción por el logro. Si bien estábamos conscientes de que nos la merecíamos, vimos también el caer de un telón avisándonos el final de un gran sueño, posiblemente irrepetible. FG ¿Puede explicarnos cómo superaban pasajes de escalada vertical con los materiales de la época? CC. Con Fonrouge andábamos fuerte y escalando nos entendíamos muy bien. Emprendimos esta ascensión muy livianos; con pocos clavos y algunas cuñas de madera que recuperábamos en lo posible. Sin saberlo, practicábamos el “short fixing”, como designan ahora el escalar en roca despreocupando el aseguramiento del primero al segundo, quien debía ir recuperndo los clavos que necesitaríamos para los rápeles de la bajada. En la Supercanaleta la decisión de llevar un mínimo de material nos condicionó a evitar el diedro terminal de 200 metros - mucho más exigente y técnico - y tomar por la pared lateral derecha. En general las dificultades encontradas en la roca seca no fueron muy superiores a las que enfrentamos con Fonrouge en otras oportunidades. Por ejemplo, cuando dos años atrás intentamos la apertura de una línea nueva en el pilastro oeste de la Torre Principal del Catedral en Bariloche. Con la diferencia de que este gigantesco ambiente generaba una mayor tensión por el aislamiento y la inquietante búsqueda de la ruta en una pared desconocida e intocada hasta entonces. Nuestro material de escalada era bastante precario y escaso comparado con la variada ferretería de un rack de hoy. En roca usábamos martillos nacionales Dediol, clavos Cassin, mosquetones Allain, estribos caseros

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copiados de los italianos a la Torre Norte del Paine en el 58’ y una soga bicolora Edelrid de 80 metros con 8 mm de diametro. Contrario a la primera a la Aguja Guillaumet - realizada unas pocas horas antes - en el hielo de la Supercanaleta usamos siempre cascos, porque sea con buen o mal tiempo cae de todo por ese embudo; dos piquetas Simond cada uno, grampones de 12 puntas Eckestein y algunos tornillos tirabuzón. Yo usaba botas de cuero italianos Guida 308, Fonrouge los franceses Desmaison, tambien de cuero. La bajada no fue muy tranquila porque tuvimos que vivaquear una tercera noche a mitad del diedro terminal. Allí nos agarró una tormenta fea y para colmo a unos 400 metros de la rimaya terminal se nos trabó la bicolora y tuve que subir para cortarla. Terminamos por seguir bajando hasta el glaciar cada uno por las suyas. Allí nos encordamos de nuevo para bajar hasta los pedreros de la Laguna Eléctrica. FG ¿Cuál cree usted que es el futuro del alpinismo moderno? CC. Los alpinistas deberían distanciarse de las competencias de escalada porque todavía hay muchas montañas y rutas vírgenes. Creo también que la escalada solitaria - sobretodo si se abre una nueva vía - reúne características esenciales del alpinismo. Si bien es difícil definir los puntos de referencia actuales del alpinismo, es más fácil decir cuáles no lo son... y definitivamente no son los bolts, las sogas fijas, los asedios a la montaña, el oxígeno complementario, guías, sherpas. Pienso que la escalada deportiva tiene un fin en sí mismo, que no es el del alpinismo, porque su objetivo es llevarse un premio material. Esta modalidad, sea en roca, hielo o en mixto, en competencias locales, regionales, nacionales y mundiales creo que llegará seguramente a las Olimpiadas, como una variedad de la atlética vertical, sin exposición. Desarrollada por atletas profesionales habrá llegado a su verdadera esencia que nada tiene que ver con el alpinismo clásico en el que prima


Nadie inscribe su nombre en la historia del alpinismo siendo subido al Everest por una expedición comercial usando el doping del oxígeno complementario, ni fabricando vías a fuerza de spits y sogas fijas

la exposición a la caída. Para los alpinistas la escalada deportiva es un buen entrenamiento, saludable siempre que los practicantes no se intoxiquen con vigorizantes artificiales y drogas de alguna especie. Pero esta actividad no debería ser un fin en sí mismo para los verdaderos montañistas. El día que me dieron el título de Ragno Honorario en los Ragni de Lecco, Cassin me dijo en voz baja durante la reunión “a ellos les falta la ambición que tienen los verdaderos alpinistas…”. FG ¿En qué momento se retiró del montañismo y por que razón? CC. Me retiré de las escaladas difíciles después de casi 15 años en que pude combinar facultad, familia, trabajo y montaña. Después del Everest en 1971 y llegado a los 30 años me dedique preferentemente a mi profesión que me llevó a varios países y a otros deportes. Así fui campeón del Distrito Sudamericano de la clase de yatching olímpica Star; hice algo de ski de fondo, bastante kayak, vela de aventura y últimamente river surfing. A la montaña vuelvo siempre, pero ahora uniendo esos deportes. Con esos objetivos, por ejemplo, crucé por primera vez la cordillera de los Andes en solitario en un pequeño barco a vela desde Puerto Montt, pasando por los cinco lagos, hasta Bariloche, en dos semanas; hice entradas por mar a vela y kayak a fiordos sureños procurando montañas desconocidas que son metas para el andinismo de punta de este siglo. También bajé muchos ríos en primera con mi kayak y en river surfing en los Alpes, USA, Brasil, Argentina, en los canales del sur del Chile y en ríos patagónicos. FG ¿Cómo fue la ascensión a la pared sur del Yerupaja, qué dificultades debió sobrellevar y qué significó esta escalada técnica en altura? CC. En nuestro primer viaje con Fonrouge a Perú en julio de 1964 hicimos en alpina y vivaqueando en pared 5 cumbres vírgenes de 5400 a 5700 metros. Eran bastante difíciles, en hielo y en mixto en la Cordillera Huayhuash.

Pocos meses después fuimos a Patagonia donde completamos en alpina las primeras a la Guillaumet con un vivac en pared y a la Supercanaleta con tres. Pero queríamos probar más altura y en julio del 1965 volvimos a Huayhuash en donde hicimos - también en simultánea y muy rápido - la primera de la pared sur del Yerupaja con un vivac (el tope de la pared es a 6500 mts. y tiene 1000 mts. de desnivel). Días después intentamos la pared este del Yerupaja Central, pero un soroche e infecciones intestinales nos bajaron (al año siguiente Reinhold Messner y Peter Habeler completaron la primera de esta pared). El hielo cordillerano del Perú es de excelente calidad y el clima ayuda a hacer muy buenas ascensiones. FG A propósito de la ética, ¿podría referirse con una breve frase a cada uno de los siguientes conceptos? CC. Vía del Compresor del Cerro Torre: Anacrónica en su momento, esa vía representa todavía un ultraje a nuestro deporte de montaña. Como respuesta ética, la comunidad andinística no debiera utilizarla para hacer esa cumbre. Para ese monumento de montaña bella y difícil como es el Torre no deberían existir argumentos de falso revisionismo histórico o de cualquier otra especie para mantener en sus paredes el compresor y los clavos a expansión. Esa apócrifa ruta envenenó muchos sueños juveniles, entre ellos los míos, y marca uno de los capítulos más tristes del alpinismo mundial. Tampoco – a mi juicio - merecen respeto las vías construidas a fuerza de spits y sogas fijas, como por ejemplo muchas de las fabricadas en el Torre, en el Fitz Roy y en el Pier Giorgio. Ascensiones comerciales al Everest: No agregan nada al alpinismo y sólo tienen valor personal para quienes participan en ellas como clientes. Con todo, debo destacar la excelente profesionalidad de algunos guías y sherpas de altura.

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José Luis Fonrouge en la cima del Fitz Roy. La cumbre fue el cumplimiento de un anhelado sueño, el que cumplió junto a Comesaña en 1965, escalando en impecable estilo alpino su nueva ruta: La Súper Canaleta Colección Carlos Comesaña. Trabajo de Restauración: Natalia Fernández Juárez, Área de Restauración Fotográfica del Centro Cultural Argentino de Montaña. www.culturademonaña.com.ar

Escaladas de velocidad: Es una modalidad reciente muy publicitada y en pleno desarrollo. Son repeticiones pre-estudiadas que requieren alta calidad atlética y exposición. Montañismo de exploración: Creo firmemente que en él reside el futuro del alpinismo para mantener y recrear permanentemente los verdaderos valores del montañismo. Técnicas de asedio o cuerdas fijas: En mi opinión, una obsoleta táctica de escalada. Los 14 ocho miles, 7 cimas: Es la actividad de los deportistas de montaña que anhelan coleccionar cumbres ya subidas y que según Casimiro Ferrari, mientras escalábamos la pared del Medale en la Grigna:“Hacen mucho para ellos y poco para el alpinismo” FG Usted realizó algunas travesías en solitario en velero, como la de Puerto Montt a Bariloche. ¿Cómo fue esa experiencia y qué opina de las expediciones con soporte técnico avanzado como GPS, teléfono satelital y expediciones en tiempo real? CC. Esa fue la primera travesía a vela de una gran cordillera y fue hecha en febrero del 1998 en un pequeño barco de la clase Láser. Así crucé los lagos Llanquihue, Todos los Santos, Frías, el brazo Blest y el Nahuel Huapi. Llevaba embarcado un par de rueditas con un eje y cinchón para el arrastre y además toda la indumentaria para acampar en las playitas, ropa, víveres, botiquín, etc. Conmigo tenía mi reloj, un altímetro barométrico y una brújula. Tuve mala suerte con un radioteléfono, pues me lo robaron. Arrastré a cuerpo, con caballos y con bueyes del fundo de un amigo. Un camión me ayudó en la dificultosa y empinada subida hasta el paso Pérez Rosales, desde donde terminé de bajar a Argentina a cuerpo. En cuanto a los materiales de soporte técnico mencionados, no los considero en absoluto necesarios para hacer una importante ascensión. Son los sponsors para promocionar sus productos, los medios interesados en mostrar sobretodo accidentes. También son algunos escaladores en la búsqueda de visibilidad mediática, que los utilizan para registrar en directo la ascensión.

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Para mi son más un estorbo que aliados útiles y me fue siempre suficiente un reloj, una cámara fotográfica, la brújula y un altímetro. El compromiso de una importante ascensión exige aislamiento y valerse de los propios medios. Al bajar de mis ascensiones con las fotos de la escalada hacía una descripción técnica desprovista de adjetivaciones épicas y si era oportuno una nota en la prensa y una charla en el club. FG Un gran amigo decía: “no sirve de nada si escalas un VII grado si no eres capaz de escalar un IV sin cuerda”, ¿Qué opina usted acerca de la exposición y los difíciles itinerarios en grandes paredes asegurados con bolts? CC. Soy consciente que si se va de primero en un 5º o un 6º sin protección y caes, te rompes la cabeza. En ese caso la exposición es la misma que ir sin cuerda. También soy del parecer que si se tiene que poner bolts en agujeros artificiales es mejor no seguir por ahí y dar la vuelta. Prefiero dejar para mejores escaladores del futuro esa pared. Siempre pensé - y puedo estar equivocado - que aunque nunca lo reconoció, Fonrouge tuvo algo que ver con el desaparecimiento del buril para emplazar los bolts en la expedición del 68’ con los ingleses a la sudeste del Cerro Torre. Aquello fue lo que justamente inviabilizó la ascensión a la cumbre. Me lo hace sospechar la cantidad de veces que opinamos en contrario de esa modalidad, ya que nosotros nunca llevamos ese tipo de hardware ni consideramos usarlo. FG ¿Qué son para usted los factóides del montañismo? CC. Por ejemplo, la historia mal contada por Maestri al Torre en 1959; el relato en un reciente American Alpine Journal de aquel escalador ruso que aumenta las dificultades objetivas de un 8.000, contando que tuvo que sacarse un diente con un cuchillo para definir que la suya fue la escalada mas difícil de la historia. Otros ejemplos son la sur del Lhotse por Cesen; la nunca justificada repetición de 1995 de la supercanaleta del Fitz por Marcelo “Tero” Donoso y un tal Gustavo; la graduación de las dificultades de los escaladores deportivos; las charlatanerías del español Pérez de Tudela; la última expedición del Club Andino Bariloche en 2010 al Everest, sin olvidarnos del alemán Jurguen Straub y sus nunca probadas ascensiones, entre ellas la pared sur del Castillo.


Por el respeto que nos merecen los verdaderos andinistas y nuestros colegas caídos en buena ley en montaña, debemos salir al encuentro de esas actitudes para objetar sus mentiras.

Muchos continuaron la cronología histórica en lejanas cadenas montañosas del Himalaya, Alaska y Patagonia, mientras que otros se dedicaron a repetir ascensiones coleccionando las más altas cumbres de cada continente.

FG ¿Qué opina de repeticiones de montañas en condiciones invernales? CC. La cronología histórica del montañismo de vanguardia nos enseña que los logros destacados en este deporte comenzaron con una 1° a una cima difícil seguida por la 1º invernal a esa cima. Después por la 1º de la ruta más dura a esa cima difícil seguida por la 1º invernal a esa misma ruta. Y se siguió el mismo curso con las solitarias. Pero cuando en los Alpes y otras cordilleras el stock de objetivos valiosos se acabó y fueron hechas todas las Norte alpinas, todos los 8.000’, las 7 cumbres, las más altas en lo Andes, etc, se fueron concretando otras variantes. Entre ellas, las repeticiones solitarias de velocidad, los encadenamientos de todos los 4.000’ y las trilogías de paredes norte en los Alpes.

Palabras al cierre Carlos Comesaña no sólo ha sido uno de los más grandes montañistas de Sudamérica, sino que también ha practicado la exploración por medio de otros deportes como el ski de fondo, waterski, vela de competición olímpica, vela de aventura, kayak y river-surfing. Aunque hoy no practica el montañismo sigue siendo fuente de inspiración para los montañistas de la actualidad.

En la actualidad, nosotros tenemos la suerte de disponer en la Patagonia Austral de un inmenso campo de cumbres y paredes vírgenes para realizar primeras ascensiones de calidad y repeticiones invernales en estilo clásico. Es allí donde debería estar el andinismo de este nuevo siglo en la medida que no se desvirtúe con factoides.

Colección Carlos Comesaña. Trabajo de Restauración: Natalia Fernández Juárez, Área de Restauración Fotográfica del Centro Cultural Argentino de Montaña. www.culturademonaña.com.ar

Siempre estimé que la apertura en 1era. solitaria e invernal de Bonatti a la norte del Cervino en 1965 fue un hecho fundamental, porque desde ese momento nos preguntamos hacia dónde dirigir esfuerzos.

Un final llamado de atención a famosos y ya maduros montañistas: la vida útil de un escalador extremo se exhausta en algún momento. No traten de prolongarla creando factoides tecnológicos y a costa de la escalada libre: dejen para generaciones futuras mejor preparadas física, técnica y mentalmente el campo libre para sus realizaciones y aventuras

LA LIBRETA 1er Ascenso. Gran Techo Sierra de la Ventana 1960 (Artif. III) – Con Reali,Capra 1er Ascenso. Invernal Pared Norte del Co. Lopez Bariloche -1961 – Con Fiscalini Tentativa Píer Giorgio 1962 – Con Insua, Cardani, Apraiz, Lion,Bustelo Tentativa Diedro NE del Fitz Roy Devil Dihedral – 1963 – Con Fonrouge 6 cumbres virgenes en la Cordillera Huayhuash Peru 1964 – Con Fonrouge 1er Ascenso. Guillaumet y la Supercanaleta del Fitz Roy 1965 – Con Fonrouge 1er Ascenso. Pared sur del Yerupaja Huayhuash - Peru – 1965 – Con Fonrouge 1er Ascenso. A la mayor de las Agujas del Tunel 1968 – Con Palma 1er Ascenso. Cerro Rincón 1970 – Con Palma Jefe Escalada–Mte. Everest.1era tentativa postmonzónica 1971–Comesaña y Cía.

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Tailandia Por Eduardo Navarro

“Quería movimiento, no una existencia sosegada. Quería emoción y peligro, así como la oportunidad de sacrificarme por amor, me sentía henchido de tanta energía que no podía canalizarla a través de la vida tranquila que llevamos” Leon Tolstoy, Felicidad Familiar.

A primeras luces la idea era por lo menos alocada…o arriesgada, dejarlo todo, y cuando digo todo me refiero a familia, amigos, trabajo, estudios y una vida “relativamente estable”. Luego de conocer por unos meses a quien se convertiría en mi compañera, mi partner y cordada, decidimos partir, primero ella y posteriormente yo, luego de seis meses. Comenzamos esto en Australia, cruzamos la isla más grande del mundo, pero el continente más pequeño, recorrimos el desierto y escalamos en lugares increíbles, para después lanzarnos a recorrer países lejanos con costumbres y tradiciones distintas, con comidas e idiomas diferentes, extraños e inentendibles. Salimos desde Kuala Lumpur, la capital de Malasia, buscando la frontera de Tailandia, la que alcanzaríamos luego de una interminable noche en bus. Al llegar a la frontera debíamos tomar otro multicolor y enchulado bus que nos llevaría a Krabi, desde ahí un “taxi”, o más bien, la parte de atrás de una camioneta con techo que funcionaba como taxi, hasta Ao Nang. Como si eso no fuese suficiente, seguimos en un simpático bote Tai que luego de diez minutos de navegación nos mostraría una pequeña bahía con una playa de arenas blancas y aguas turquesas coronada con increíbles paredones de caliza naranja, blanca y negra que pintaban las tufas, chorreras y estalactitas que adornaban esta postal, que hasta ese entonces sólo había visto en mis sueños. Lo que seguiría -después de bajarnos del bote que nos dejo literalmente en la arena- era conseguir un alojamiento. La oferta es muy amplia pero básicamente lo que hay son bungalows, pequeñas cabañas habilitadas con una cama, con su respectivo mosquitero, un ventilador y un “baño” de cemento con una ducha de agua helada

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Dos escaladores americanos se refugian del sol y le dan un pegue a Riesenbaby (7a+).

Eduardo Navarro 51


Como en las películas. Railey West Beach invita a quedarse una temporada disfrutando de sus bondades. Derecha arriba: Ton Sai beach emana escalada, al fondo se distingue Thaiwand Wall. Derecha abajo: Tailandia está llena de monos, y no sólo de los que usan arnés. Marcelo Díaz.

(¡por suerte!), un lavamanos y una tasa…ahora bien, esto puede variar según el precio que se esté dispuesto a pagar, las cabañas pueden ser de materiales sólidos o livianos, una especie de entretejido de fibra vegetal que podríamos llamar “mimbre Tai”. El ventilador también puede ser reemplazado por aire acondicionado, y de ahí todas las combinaciones que se les ocurra. Para comer las opciones van desde restaurantes a la orilla de la playa, con buffet de ensaladas y pescados cocinados perfectamente sobre rojizos carbones, también pizza y spaghetti con diferentes salsas, para quienes necesiten un poco de “occidentalización culinaria”. También hay pequeños carritos atendidos por las “mamas”, en donde por unos pocos Baths (la moneda local) es posible desayunar Mango Sticky Rices y Ice Coffe. Para el almuerzo o la cena ofrecen una mezcla de spicy con vegetales, pollo, camarones, currys y sopas. Las “mamas” preparan uno de los mejores Pat Tai Kai, una mezcla de tallarines, verduras y pollo, salteados. El Stufed Omelet, Tom Yon, Masaman curry y Coconut Soup, bien valen la pena degustar. No les contare qué tiene cada uno de estos platos, solo les propondré que se motiven a experimentar sabores diferentes, de una cocina exquisita y llena de sorpresas. Ton Sai es una pequeña playa y en sus tres calles de tierra es posible encontrar todo lo que se necesite, en sus almacenes se pueden comprar las cosas básicas, también cuenta con restaurantes, pequeños bares en donde el “Don´t women not cry” suena una y otra vez. En las tiendas de escalada, se puede comprar una completa guía con los topos. En este punto hay que poner ojo, se debe comprar la ultima edición ya que cuen-

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ta con información de las rutas rebolteadas, lo que es vital si pretendemos escalar por lo que queda de nuestras vidas, ya que la sal hace un impecable trabajo oxidando y casi pudriendo los bolt de expansión. A raíz de lo mismo hace unos años comenzó el THAIitanium proyect, que consiste en reboltear la mayoría de las rutas con bolt de titanio y con un químico rojo, que es lo que ha demostrado ser más duradero. No es de extrañar que cadenas y algunos seguros sean slings en puentes de roca, los que son reemplazados no se si todo lo continuamente que nos gustaría, pero creo que son más seguros que muchos de los bolts por los que pasé en algunas rutas. Luego de escalar en Ton Sai, el equipo que lleven acabará con los gatillos de los mosquetones a medio cerrar luego de clipear y la cuerda estará más cerca de un cable que de nuestra querida dinámica, por lo que no es mala idea donarla en alguna de las tiendas de escalada que las utilizan para reemplazar los sling más antiguos. Catorce cintas Express más una cuerda de 60 metros son suficientes para disfrutar de la mayoría de las rutas, el equipo también puede ser arrendado por unos 1.200 Bath diarios (equipo para dos personas). A medida que los días pasaban, comenzamos a conocer y a toparnos con los mismos grupos de escaladores en los diferentes sectores, los que no distan a más de 30 minutos caminando por las playas. Conocimos españoles, franceses, alemanes y como no, chilenos: los hermanos Álvaro y Marcelo Díaz, con quienes escalaríamos el resto


El autor dej谩ndolo todo en el crux del segundo largo (7b) de Tongue Thaid. Colecci贸n Eduardo Navarro


Vista panorámica de Ton Sai beach y sus murallas. De izq. a der. Eagle Wall, Cobra Wall, Melting Wall y Fire Wall. Abajo, María José Moreno busca el siguiente movimiento en Doing the trad, un 6b que adorna la Melting Wall. Más abajo, uno de los tantos escaladores de Ton Sai beach inicia el trabajo de techo en Burnt Offerings, una vía de dos largos (7a+ y 8a) que se encuentra en Fire Wall. Eduardo Navarro

del mes y medio que estuvimos en Tonsai, Tailandia, nada de mal para comenzar nuestro viaje por Asia. Rutas hay para todos los gustos. Uno de los sectores más populares es Ton Sai Wall and Roof, ubicado en la misma orilla de la playa y a un costado de uno de los bares. Este “pequeño techo” de 10 o 15 metros de puro power y desplome fuerte era constante (y casi incansablemente) frecuentado por una tropa de escaladores rusos, alemanes y suizos que luchaban por llevarse alguno de los 8c del sector. En otros sectores como Melting Wall, Cat Wall, o Wild Kingdom, es posible encontrar rutas más largas que alcanzan hasta 32 metros con desplomes más suaves que hacen un exquisito mix de continuidad y resistencia entre tufas y chorreras. Así comenzamos con los hermanos Díaz y la Chica a probar la mayor cantidad de rutas que pudiéramos. Lograríamos encadenar un 7b+ y un par de 7b a vista. A ellos se sumaron algunos intentos a un 7c con lo que se completó la pasadita por Tailandia. Con la Chica también probamos una vía de varios largos en la que logramos llegar arriba luego de cuatro secciones que tenían sólo las cadenas y el crux “protegidos” con químicos, el resto ¡uff! mejor ni les cuento cómo se ve un bolt a 100 metros del

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destino lo que debes saber

Lo primero que deben saber es que existen precios diferentes, tanto para turistas como para tailandeses, por lo que regatear puede ser una buena opción sobre ciertas cosas. Puede que luego de insistir consigan ahorrarse unos pocos Bath, pero lo que para nosotros pueden ser unos pocos morlacos, para los locales puede ser una gran diferencia. Como referencia, 10 Bath equivalen a 160 pesos chilenos. Ante cualquier conflicto que se tenga se recomienda siempre mantener la calma. Los Tai son una cultura fuerte y una sonrisa y un tono bajo de voz puede ayudar mucho más a conseguir nuestros objetivos. Por lo demás, aquel bajito, moreno y sonriente tai, tiene más años de Boxeo Tailandés que el que tú puedes tener de escalda en el cuerpo. ¿Cuándo ir? En Ton Sai puedes escalar prácticamente todo el año, pero la mejor temporada sin duda alguna es entre noviembre y febrero. Cuando las temperaturas empiezan a subir las lluvias comienzan a anunciar que la epoca de monzones esta cerca, lo que significa torrenciales lluvias tropicales, con truenos y relámpagos incluidos. ¿Cómo llegar?

piso, intervenido por la sal marina. La ruta incluía un interminable largo 7a de 45 metros. Al final, los 123 metros escalados nos regalaron una de las vistas más lindas de toda la península, las playas de Ton Sai y Railey adornadas con los acantilados de caliza Ahora, si lo que les gusta es el agua, y mezclarla con la escalada, la opción es el “deep water soloing”. Con el mismo grupo que se había formado de españoles, franceses y chilenos, partimos en un bote Tai y un kayak para poder acercarnos a la roca. Salimos temprano en la mañana, todos con los nervios y las ansias de probar esto que para todos los tripulantes era una experiencia absolutamente nueva. Al llegar, casi sin pensarlo comenzamos a ver por dónde podríamos subir, lo que lógicamente puede ser por lugares bastante difíciles (incluido un techo) o por lugares mucho más simples. Lo importante es que no importa cuál sea la elección, el resultado a la hora de bajar siempre será exactamente el mismo: saltar al agua y arreglárselas para lograr caer de la mejor manera posible… Así pasaron Navidad y Año Nuevo, y se nos fueron los días, las semanas y el mes escalando con muy buenos amigos en esta playa que, sin lugar a dudas, es uno de los paraísos del mundo para la escalada deportiva.

La forma más simple de llegar a Krabi es desde Europa. Existen vuelos comerciales desde Inglaterra hasta Puket, de ahí un bus por un par de horas nos dejará en Krabi. Siempre por tierra la procesión hacia Ao Nang. Desde ahí, se debe tomar un bote hasta Ton Sai, este transporte cuesta unos 80 bath. ¿Dónde dormir? En la pequeña península existen dos playas, Tonsai Beach y Railey (o como la bautizaríamos nosotros, “Railais”). Esta ultima cuenta con exclusivos resort a orillas de la playa, con piscinas privadas y una onda mucho mas turística. Acá los precios pueden fácilmente doblarse o triplicarse por una habitación. En Tonsai beach la temporada alta comienza en diciembre y se extiende hasta el mes de febrero, es posible encontrar bungalows desde los 600 bath, lo que en temporada baja (noviembre, marzo y abril) puede costar fácilmente la mitad. Estos son los precios medios, sin embargo, es posible encontrar piezas más caras, así como también algunas más básicas de menor valor.


P o r t a f o l i o /

Robert Bösch Robert Bösch es fotógrafo, guía de montaña y tiene un Master en Geografía de la Universidad de Zürich. Desde hace más de 20 años trabaja como fotógrafo freelance, durante los cuales sus imágenes se han especializado en outdoor, acción y paisaje.




Con trabajos corporativos, publicidad y para los medios de comunicación, sus fotografías se han publicado en catálogos, libros revistas y periódicos, no sólo de su Suiza natal, sino de todo el mundo. Entre ellas se cuentan Stern, Geo, Spiegel y National Geographic. Robert es autor de muchos “libros de mesa de centro”. Uno de ellos, Montañismo: la tentación de lo desconocido, le significó hacerse acreedor del Premio Internacional de Libros de Montaña. Además de la vida al aire libre, en los últimos años ha realizado libros y reportajes relacionados a temas como las centrales hidreléctricas, las líneas de ferrocarril y el “White Turf”, una carrera de caballos que se realiza en St. Moritz (Suiza).

Como escalador y montañista, sabe de grandes ascensos en montañas de todo el mundo. Sus viajes y expediciones lo han llevado a recorrer los cinco continentes, donde ha escalado desde las renombradas hasta aquellas montañas que sólo los locales conocen. En 2001, escaló el Everest para cumplir con la función de fotógrafo y camarógrafo. Además en los últimos años ha documentado gran parte de las extremas y veloces hazañas de Ueli Steck. A su extenso y prolífico currículum, se suma su participación como líder de opinión para Nikon. Sus fotografías se han mostrado en galerías y museos y, en 2009, recibió el Premio Eiger por su largo trabajo en la división de fotografía alpina.

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1 Ueli Steck contra viento y marea durante su intento en solitario al Monte Makalu, Nepal. 2 El autor, Robert Bösch, prepara el lente para una instantánea en la cara norte del Eiger, Suiza. Ueli Steck. 3 Nuevamente solo, pero bien acompañado por la cámara de Bösch, Ueli Steck batiendo el récord de velocidad (2 hrs. 47 min.) en la ruta Heckmair, en la cara norte del Eiger (Suiza).

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4 Más cercano a este lado del plantea, el Cerro Torre en la Patagonia Argentina. 5 Una psicodélica imagen de Res Bähler escalando una cueva en el glaciar Morteratsch, en la región de Bernina (Suiza). 6 Ueli Steck, imparable, en Portesina (Suiza). 7 Tres escaladores progresan bajo el sol de Wyoming (USA) en la espectacular Devil´s Tower.

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8 Espectacular toma cenital de The Fall (7b), Meiringen (Suiza).

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EL CERRO CASTILLO

Por Armando Montero - Ilustraciones Natalia Correa

El Castillo es un cerro que sorprende. Su imponente Pared Sur, que domina el valle del río Ibáñez hasta el lago General Carrera, no pasa inadvertida y se ha convertido con el tiempo en un ícono de la región de Aysén. Sin duda, una montaña significativa para los antiguos Tehuelches, quienes dejaron pinturas rupestres a sus pies y habitaron las tierras dominadas por este cerro hacia el oriente. Ubicado dentro de la reserva nacional Cerro Castillo en la región de Aysén, 110 kilómetros al sur de Coyhaique, el Castillo es un macizo compuesto por varias torres orientadas de norte a sur. Se identifica fácilmente por su gran torreón central de 2.675 metros de altura, como cumbre principal, rodeado por tres puntas secundarias, una por el norte y dos por el sur. A éstas se suman varias agujas menores de distinto tamaño que lo rodean por todas sus caras. El total del conjunto tiene el aspecto de una obscura fortaleza que le da el nombre al cerro. La roca con la cual está constituido es un basalto oscuro de dudosa calidad. Y, si bien hay algunas secciones razonables, la mayor parte de él no es muy sólido y ha llevado a que la mayoría de sus ascensos hayan sido realizados por las líneas de hielo que también recorren el cerro.

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Un perfil otoĂąal de la cara sur este del Cerro Castillo. La gran canaleta central marca la ruta Buhler-SolĂŠ de 2009 Linde Waidhofer, del libro La Patagonia Desconocida (el libro puede descargarse gratis de www.westerneye.com)

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Desde la Izquierda arriba y en el sentido del reloj: El catalán Joan Solé, en una cascada de 85˚ en mitad del couloir que los condujo a la cima del Cerro Castillo en 2008. Carlos Buhler. Bajando tras realizar la primera repetición de la escalada de la Pared Sureste, Pablo Crovetto y Eduardo Mondragón hacen un alto, antes de continuar desescalando en dirección al collado que da acceso a la ruta normal. Rodrigo Fica. El chileno Franco Cayupi, en el torreón final de la ruta normal, luego de abrir una variante junto a Pablo Miranda, Armando Montero y el belga Joos Ilsbroux. Armando Montero. Al frente. En una escalada reciente, Manuel Medina rumbo al plató final en la ruta Normal. Marco Poblete

LA HISTORIA Cuando sólo había unos pocos colonos en el valle del río Ibáñez en la década del sesenta, un grupo de jóvenes y visionarios montañistas chilenos hicieron la primera ascensión. La expedición, de un mes de duración, la conformaban Osvaldo Latorre, Antonio Marcel, Raúl Aguilera y Gastón Oyarzún (en aquel entonces, de 18 años de edad). Tal como nos relata hoy este último, 45 años después, ellos volaron desde Santiago a Balmaceda en un avión de la FACH en el que se colaba todo el viento; luego recorrieron en carreta los 75 kilómetros hasta la base del cerro, lugar donde encontraron una familia de colonos donde hoy se ubica la Villa Cerro Castillo. Consiguieron caballos pilcheros para entrar por el valle occidental de la montaña, estableciendo el campo base en el lugar actualmente conocido como campamento neozelandés, (nombre paradójico pues los montañistas oceánicos visitarían la zona recién 10 años después). La ruta la habían estudiado gracias a algunas fotos aéreas y a las instrucciones que les había entregado el destacado montañista y explorador chileno Eduardo García, quien a esa fecha ya había hecho importantes

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actividades en los Campos de Hielo y Tierra del Fuego (acompañando en algunas de ellas al famoso explorador británico Erick Shipton). Cuenta Oyarzún que nunca antes se habían enfrentado a pendientes de hielo y roca tan pronunciadas, mal que mal, era su primera expedición. A esto hay que sumarle que tenían un equipo primitivo, en su mayoría prestado, que consistía en botas de cuero, crampones antiguos, piolet recto de madera, pitones de roca y algunas cuerdas. Luego de subir por el canalón de nieve de la cara noroeste hicieron un vivac antes del portezuelo que conecta con la Cara Sur. Al día siguiente realizaron una travesía por sobre ella para continuar hasta el torreón final, el cual escalaron en artificial, logrando así la primera ascensión de esta montaña el día 10 de febrero de 1966. Un gran logro para la época. Con los años, el canalón noroeste subido por los chilenos se transformaría en la ruta normal. Varios años después, durante la década del 70, vendrían los neozelandeses e ingleses, que asediaron la zona con varias expediciones en la cordillera del Castillo y en el Campo de Hielo Norte, logrando significativas cumbres, varias hasta el día de hoy no repetidas. Es en ese contexto que, el 4 de febrero de 1976, Nick Groves realiza la segunda ascensión al


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Menci贸n Honrosa Categor铆a: Acci贸n Marco Poblete


Castillo por la misma ruta que los chilenos. Él llegó solo a la cumbre, ya que sus compañeros, los neozelandeses Tom Clarkson, Mike Searle, John Mayrick y Lauchi Duff quedaron bajo el peñón final, a sólo 20 metros de la cumbre. Pero aún faltaba por ser ascendida la cara más hermosa del cerro: la Pared Sur, visible desde la carretera austral y sorprendente por la verticalidad de sus torres negras y líneas de hielo. Su escalada fue realizada el 5 de diciembre de 1982 por el yugoslavo Ljubo Hansel, el surcoreano Chil Kyan-Son y el neozelandés Dave Waugh. Ellos escalaron los 650 metros del canalón de hielo que recorre la pared encontrando pendientes desde 55° hasta 90° de inclinación y bajaron por la misma ruta con 16 rapeles. Curiosamente hasta el día de hoy se habla de la “ruta japonesa”, ya que los pobladores de la Villa Cerro Castillo pensaron que el coreano Chil Kyan-Son era japonés, pero tal vez debería llamarse “surcoreana” o simplemente “ruta coreana”.

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Cara Este Ruta Nueva Octubre 2008, Joan Solé (España) y Carlos Buhler (Estados

Unidos)

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Posteriormente, el año 2003, los chilenos Pablo Crovetto, Rodrigo Fica y el español Eduardo Mondragón hicieron la primera repetición de esta línea por la Pared Sur. Subieron la ruta en el día, logrando escalar el canalón en sólo cuatro horas desde su base hasta el torreón final y realizando la primera travesía al cerro, puesto que descendieron por la cara noroeste, siguiendo la ruta normal. En octubre de 2008, el catalán Joan Solé y el norteamericano Carlos Buhler abrieron otra ruta al cerro, por el canalón central de la Cara Este, lo cual les exigió 2 días en la pared, encontrando secciones de mixto y hielo verticales (600 m, VI, 5.9, WI4, M4). Es interesante destacar que Carlos Buhler es un montañista importante a nivel mundial. Fue el primero en subir la difícil cara este del Everest, el año 83, y ha abierto muchas rutas de alta dificultad en distintas partes del mundo. En diciembre del 2008 el Belga Joos Ilsbroux y los chilenos Franco Cayupi, Pablo Miranda y Armando Montero abrieron una variante a la ruta original, desviándose desde la parte alta del canalón hacia el norte por una sección de roca de 200 metros, que empalma con la ruta normal antes del torreón final.

Cara Sur Ruta Coreana 5 de diciembre de 1982, Chil Kyan Son (Corea), Ljubo Hansel (Yugoslavia), Dave Waugh (Nueva Zelanda) Variante Ruta Coreana 14 de febrero de 2011, John Stoddard y Francis M. Preston (Estados Unidos)

NO

Finalmente, el 14 de febrero de 2011, los escaladores de Estados Unidos, John Stoddard y Francis M. Preston, lograron abrir una variante a la ruta coreana de la Pared Sur, desviándose en la parte alta del canalón por una línea de hielo de tres nuevos largos en donde encontraron pendientes de 65˚ y dificultades de WI3. EL FUTURO El Castillo es una montaña que ofrece aún muchas posibilidades. No se han ascendido ninguna de sus torres secundarias ni tampoco se han abierto rutas por la Pared Norte. Y aún más, es la puerta de entrada al resto de la cordillera del Castillo, la cual se extiende hacia el oeste aproximadamente por 70 kilómetros hasta el volcán Hudson, con decenas de cumbres interesantes y poco visitadas esperando por nuevos aventureros (Palo, Peñón, La Vieja y otras).

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Cara Nor-Oeste Ruta Normal Primera ascención 10 de febrero 1966, Gastón Oyarzún, Osvaldo Latorre, Antonio Marcel y Raúl Aguilera. Variante Chileno - Belga Diciembre 2008, Joos Ilsbroux (Bélica) y Franco Cayupi, Pablo Miranda y Armando Montero (Chile).


©B ernardo Gimenez.

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Photo : Daila & Chris - Montsant

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Ciencia de Escalar

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QUIEN MUCHO ESLOPEREA POCO REGLETEA Pies y manos nos conectan con el entorno, con lo que queremos escalar. Le entregan información a nuestro cerebro de lo que pasa a nuestro alrededor y éste a su vez elabora una respuesta que se traduce en un movimiento. Cada tomada y cada pie que se utiliza tiene una biomecánica diferente y el estilo de escalada también será distinto entre una persona y otra, cada cual tiene lo suyo.

Por Paula Gálvez Ilustración por Francisca Villalón

La mano es hábil y fuerte a la vez, es parte de la mayoría de los movimientos que realizamos con el cuerpo, es imprescindible en casi todos los deportes, pero en la escalada es realmente protagonista. Manillas, regletas, slopers, invertidas, cachos, pinzas, tridedo, bidedo, monodedo, fisuras, son algunas formas que nos aparecen en las rutas de escalada y nos dan pistas de sus tomadas.

que pasan a través de él, lo que disminuye la sensibilidad y fuerza en la mano. Sin embargo, es fácilmente identificable ya que provoca adormecimiento de la mano y los dedos.

La estructura de la mano es bastante compleja, consta de 27 huesos que se unen a los del antebrazo a través del carpo (muñeca), que se articula con el metacarpo (palma/dorso de la mano) y éste a su vez con las falanges (dedos). Cada dedo de la mano presenta tres falanges que se articulan entre sí en forma de poleas, a excepción del dedo pulgar que solamente tiene dos. Esta estructura ósea está cubierta por músculos y ligamentos que permiten movilidad y estabilidad y por tendones que la unen a los poderosos músculos flexores y extensores de la mano. Los músculos flexores son los que llevan la palma hacia el antebrazo y los extensores los que hacen el movimiento antagónico, de llevar el dorso de la mano al antebrazo. Dentro de la misma mano, existen músculos flexores de los dedos que permiten la destreza y otros que entregan la movilidad al pulgar, permitiendo la oposición de los dedos con respecto al pulgar, lo que se conoce como “pinza” en escalada. En nuestras manos, el trabajo pesado se lo llevan principalmente los tendones. Estos son las estructuras de tejido conectivo denso que anclan el músculo al hueso,, transmitiendo la energía al esqueleto con importantes funciones de propiocepción (capacidad de nuestro cuerpo de detectar el movimiento y saber dónde se encuentran las articulaciones). Lamentablemente, las lesiones en las manos son bastante recurrentes en escalada (por sobreuso), siendo las tendinosas las más comunes. Ellas se pueden presentar como degenración del tejido o como una inflamación en las vainas que hace doler las articulaciones de los dedos. Tampoco es raro que los escaladores presenten problemas en el túnel carpiano, si es que padecen de inflamación de las vainas o por la compresión de los nervios

Pero, conociendo la biomecánica de la mano, se puede buscar un estilo acorde a nuestra estructura. Hay que tener en cuenta que la posición más estable es en la que la mano está en línea con el antebrazo y el pulgar está haciendo oposición. Las flexiones de dedos en tomadas pequeñas (regleteos), a pesar de ser muy recurrentes en este deporte tienen inconvenientes, ya que solamente actúan los tendones y su carga es bastante alta si tienen que soportar todo el peso del cuerpo hiperextendiendo la última falange de los dedos. Por otra parte, una tomada chica puede ser un lujo para quien tenga la mano pequeña, como una tomada abierta (sloppers) podrá no ser tan mala para quien tenga las manos grandes. En las tomadas grandes, biomecánicamente, la mano es más fuerte al estar en línea con el brazo, los ángulos rectos ejercen más fuerza que los muy abiertos o cerrados y los dedos juntos ofrecen más presión que separados, así es que cuando no caben todos conviene agruparlos y cuando no cabe el pulgar siempre será mejor ponerlo sobre los demás dedos. Hay que recordar que tener fuerza en las manos no implica estrangular cada agarre. La manera de aliviar presión sobre las manos en escalada es poniéndole más fuerza y atención a los pies. Esta extremidad está compuesta por 26 huesos y 33 articulaciones, tiene una parte posterior que llamamos talón, una parte intermedia donde se encuentra el arco y empeine y una anterior compuesta por los dedos. La estructura del pie está hecha para aguantar el peso de nuestro cuerpo e incluso más, permite el movimiento de flexo extensión y al igual que la mano está soportado por músculos, tendones y ligamentos. Escalando, generalmente la pisada es de frente o con el canto. Dependiendo de la posición del pie será la activación de la musculatura de la pierna que permitirá ejercer mayor o menor presión y/o precisión.


Bajar los talones permite más descanso mientras que pararse sobre el dedo gordo (así se llama, a diferencia del de la mano que es pulgar) permitirá quedarse sobre algo mas pequeño con mayor precisión. Afortunadamente, las zapatillas de escalada -con su tecnologíapermiten poder descansar el pie sobre una suela que es rígida en la punta sin perder precisión. Torturarse los pies usando zapatillas muy apretadas no es útil para la escalada, al igual que el uso de zapatos con tacos, que dañan severamente las articulaciones del pie y restringen su rango de movimiento. En los desplomes fuertes y techos comienzan a aparecer otros apoyos. Al fijar la posición del pie, se hace entrar en juego la musculatura de la pierna que puede mantener sin problemas el peso del cuerpo. Al apoyar el talón, la musculatura posterior de la pierna fija el movimiento y permite traccionar el cuerpo hacia arriba. Para los empeines, el tibial anterior fija el ángulo del tobillo en un movimiento llamado dorsiflexión. Se dice que un buen escalador se conoce por sus pies, éstos deben ser suaves, precisos y fuertes. Hay manos y pies a los que les hacemos “el quite”, ya que por razones estructurales, técnicas o de fuerza nos acomodan o no. Realmente no fuimos hechos para colgar de nuestras manos, no tenemos las mismas características anatómicas que los monos, por lo que si queremos escalar debemos fortalecer nuestro cuerpo e intentar entenderlo. Y a la ruta… a seguir buscándole.

Consejos para fortalecer manos y pies: Las pelotas de relajación, las bolas chinas y las powerball sirven para ejercitar manos y prevenir lesiones. El entrenamiento debe ser progresivo, sobretodo si estás empezando o retomando. Campus sólo para niveles avanzados. Refuerza los músculos del antebrazo equilibrando los flexores con los extensores de la muñeca. Quienes realmente sufren con cada subida de peso son las manos, mantener una buena relación peso-potencia es la mejor manera de aliviarles carga. Siempre se puede mejorar la técnica, lo que supone una eficiencia en los movimientos.

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Antes de escalar hay que realizar movilidad articular en todo el cuerpo sin olvidar muñecas y tobillos. La “lectura” de una ruta nos hace ahorrar energía. Saber qué hacer en cada paso evita movimientos de más. Si quieres saber algo más sobre cómo viven tus pies dentro de esas mini zapatillas entra a www.escalando.org/ciencia

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Chilenos encadenando y encadenamientos en Chile AGOSTO 2010-MAYO 2011 Por Diego Tapia

Las mejores hazañas de escaladores chilenos, jugando de local o en el extranjero. También nuevas zonas, equipamientos, torneos y noticias deportivas. Vamos viendo, ¿cómo ha estado el nivel de los nacionales en este último periodo? Algunos destacados, los de siempre, van consolidando su grado y mejorando poco a poco. Además, se van haciendo habituales cada año viajes que combinan importantes torneos internacionales y visitas a destacadas zonas de roca. Pero cuesta encontrar realizaciones al máximo nivel. ¿Por qué? bueno, claramente falta aumentar la oferta de grados a este nivel, los monstruos necesitan más 8ces hacia arriba, y algún noveno por qué no. De nuevas figuras, no mucho. Entonces partamos con las realizaciones: El Vampiro Tomás Ravanal, el mejor escalador nacional en deportiva, cada vez más dedicado, tiene una serie de primeros ascensos y encadenes de alto grado en pocos intentos. He aquí un recuento. El 7 de diciembre de 2010 hizo el primer ascenso de Gecko, en el Arrayán, para el que

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Tras algunos intentos que le sirvieron para probar y resolver los pasos más duros, Tomás Ravanal logra encadenar Gecko (8b?). Este es el primer ascenso para la ruta abierta por Matías Meyerholz en el bosque mágico de El Arrayán Cristobal Amor

propone un 8b. Esta ruta es de pasos explosivos y mucha fuerza de dedos, lo que le da el grado, a pesar de un reposo sin manos. Al encadenar, apremiado por las circunstancias, se saltó la última chapa en un runout del terror durante una salida de placa positiva con apoyo de pies casi inexistentes. Luego, en Las Chilcas y a principios de 2011, “el atómico” realiza el primer ascenso -y en el día- de Me gustas cuando callas por que estas

como ausente, un 8b muy desplomado a un costado de Los Perros… Esta ruta casi la encadena en flash, cayendo en el último paso duro. Pero la tercera es la vencida. Así, la hizo cortita. Después, en el bloque de más arriba, aquel que se ve apoyado precariamente desde la carretera, Tomás hace la primera de 2 Vinchucas de un Tiro, equipada por J.J Fernández. Este sería un 8b de bloque, con pasos de búlder en el comienzo.


Facundo Langbehn sigue ganando experiencia internacional. En esta foto lo vemos dándole un intento a Mandala V12, en Bishop, EE.UU. Devlin Gandy

El final es de mucha cabeza. Aquí la sexta chapa se aleja mucho, creando un riesgo importante en la caída. Se mandó un vuelo de proporciones, cayendo a 30 centímetros del suelo, casi encima de su hermano Raúl que lo aseguraba. De ahí el nombre de la ruta. Ahora, Tomás se prepara para un nuevo viaje a Europa, listo para enfrentar una temporada de competencias en Copas del Mundo y con el Campeonato del Mundo de Arco, Italia, como hito relevante.

ahora encadenado en esa nueva zonita, en manos de Queco Quiroga y Lucas Gaona. Y en la zona del Choriboulder, según la impresión de los especialistas refrendada por las comparaciones de los últimos viajes, casi sin duda se puede asegurar que Fe es un 8b de bloque, lo más difícil en territorio nacional. Y Facundo estuvo a punto, casi pasando el crux, no logró mantener los pies, pero que va, va. ¡Californian trip! (by Queco Quiroga)

Además, seguro, de muchas y diversas rocas que pasarán por sus manos. El poderoso clan de Colina Se hace camino al andar… Queco Quiroga, Facundo y Soho Langbehn y Lucas Gaona, además de probar todas las rutas o bloques duros que tengan a mano, son de los principales aperturistas en la zona del Cajón del Arenas, y últimamente, en la nueva zona en el sector de Las Melosas. Entre lo más destacado está Camplus (7c), que podría ser el problema más duro hasta

El pasado verano nacional e invierno en el hemisferio norte, cuatro de nuestros jóvenes créditos: Facundo y Soho Langbehn, Lucas Gaona y Anne Rose Welsh, pasaron un agradable mes visitando algunas de las más conocidas zonas de búlder de California: Bishop y Stoni Point, entre otras. Contaban con un par de excelentes guías locales, Devlin Gandy -fotógrafo y escalador- y Dominga Opazo, ¡sí! la Minga, joven escaladora nacional que está viviendo en USA hace un par de años y que continuó dándole a fondo, es una fanática de la escalada.

Nuestros jóvenes gozaron de un excelente clima de invierno, poca lluvia, poca nieve, sol, y mucho frio… ¡uff! qué condiciones para el búlder en roca. Soho se traería de Bishop su primer V10 y primer búlder femenino de ese grado para nuestro país. Lucas se matricularía también con un par de V10 y Facundo realizaría su primer V10 a vista y su primer V12. Sólo al final del viaje el clima les pasaría una mala jugada, ya que se presentó un temporal de lluvia en California que no los dejó volver a Bishop a intentar sus proyectos, lo que los obligó a matar su sobredosis de energía en la resina. Algo que marcó el viaje de estos escaladores fue la muy, pero muy, buena onda que se vive entre los escaladores de esa parte del país de los vaqueros A todos estos viajes y encadenes de gran nivel se suma la participación de Soho en el Petzl RocTrip 2010, el gran encuentro anual donde se reúnen los mejores exponentes de la escalada mundial. Este año, la cita se dio en tierras Aztecas, donde Soho se peló los dedos en la roca de Taxco y Jilotepec.

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Muchas rutas nuevas y problemas de búlder se diseminan por aquí y por allá, pero veamos dónde se concentran la mayoría de las aperturas. Las Melosas Nueva zona de búlder y rutas en el Cajón del Maipo

Jesús González sucumbe ante la dificultad psicológica de este Higball chilensis en Choribúlder. El problema -aún sin nombre y con grado por confirmar- tiene muchos intentos, de los que sólo dos se han convertido en encadenamientos. Erick Vigouroux

Cristián Carreras, primero en el “High Boulder” de la muerte . Ubicado en la meseta alta del Choriboulder, a la izquierda del camino, se yergue un perfecto desplome de unos 30º, donde Daniel Woods abrió un duro problema a la derecha. Este búlder alto, fue asediado varias veces por los más fuertes locales, con un buen cerro de crash pads en la base y varios compañeros muy atentos a conducir la larga caída. Pero nadie había logrado salir, nadie se animaba a sacar un talón exponiéndose a una caída de espaldas. Ahí donde hay que apretar el chiquiturri, Cristián “Carretes” tuvo la sangre fría para lograrlo el sábado 11 de Diciembre. Y a su derecha, en el problema abierto por Woods, Jesús González realiza la primera y única repetición -terminando el verano- a este problemón también con salida algo expuesta. Se presume que el grado podría ser un 7c.

Si, es cierto, es una vieja zona donde ya se ha escalado desde hace más de una década. Pero ahora se ha hecho más conocida gracias al equipamiento de varias rutas en el sector y principalmente por la atractiva zona de bloques que se ubica en las faldas de la Aguja de Las Melosas, en general con una excelente base de caída y protegida del sol por generosos arbolitos. En la Aguja, a mediados de marzo, Pere Vilarasau, Francisco Valenzuela y Sebastián Kreft, equiparon una vía de cuatro largos con dificultad máxima de 5.12c. Mayormente equipada con bolts, pero con necesidad de protección tradicional en los largos “fáciles”, se requiere de una cuerda de 70 metros, abrigo, agua y protección solar para intentarla. Además, se han equipado cerca de diez rutas en un gran bloque en el sector de búlder y hay más por hacer para la escalada con cuerda. Por si esto fuera poco, ya hay por lo menos 40 problemas abiertos, con roca en general de buena calidad. Es aquí donde se sitúa Camplus (7c), cuyo primer ascenso fue reseñado al comienzo de esta nota. ¿Cómo llegar?

Temporada de copas en Europa Como nunca antes, los escaladores nacionales más destacados tendrán este año una activa y nutrida participación en los torneos más importantes a nivel mundial. Tomás Ravanal, Jesús González y Lucas Gaona se preparan para llegar, a fines de julio, al máximo encuentro mundial de la escalada que se realiza cada dos años: el Campeonato del Mundo en Arco, Italia. Además, Jesús y Tomás esperan realizar dos o tres Copas del Mundo en sus especialidades, búlder y dificultad respectivamente. Por su parte, Soho y Facundo Langbhen se proyectan para el Campeonato Mundial Juvenil, que se llevará a cabo en Imst, Austria, a finales de agosto. ¡Mucha suerte para todos ellos!

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Subiendo hacia Baños Morales, llegar al camino Los Queltehues (Las Melosas), y doblar a la derecha, continuar por este camino pasando Los Loros hasta un portón justo antes del puente El Durazno. Ahí hay que continuar 4 km por el mismo camino hasta que, a mano derecha, se verá la aguja arriba de un cerro. Los búlders están en un bosque justo debajo de esta aguja. Buscar un camino-acarreo de piedras grandes para subir. Pared del Choriboulder ¡Finalmente! Sí, esa pared llegando a la primera meseta, a la izquierda, que seguro más de una vez miraste para escalar o equipar. Pues bien, ya tiene sus primeras rutas, merced del generoso aporte de Felipe


Además de la ya conocida zona de escalda tradicional de Las Melosas, en el Cajón del Maipo, se suma un nuevo sector complementando el área con escalada de bloques y deportiva. Tomás Contreras disfruta junto a Carlos Cajas uno de los tantos bloques de Las Melosas. Daniel Castillo

González Donoso y compañeros durante los meses estivales. Ocho rutas entre 5.6 y el 5.11b, algunas en tradicional y la mayoría en deportiva, nos permiten complementar la escalada en búlder que tradicionalmente se realiza en el sector. OJO 1: Se requiere cuerda de 60 metros para las rutas más largas. OJO 2: Hay rutas que comparten anclajes, recuerden no pasar su cuerda si el mosquetón ya tiene una puesta, para evitar quemar ambas cuerdas. Quinchamalí (fuente Chileclimbers) Nueva zona muy cerca, o mejor dicho, ¡en la ciudad! En las alturas de Las Condes, un paredón llamó la atención de los jóvenes mutantes de Lo Barnechea, Camilo Bruna y Jesús González, quienes luego invitaron a Lucho Bikner a conocer y equipar. Se encontraron sólo con un par de anclajes para top. Con roca de regular calidad, luego de una buena limpieza nacieron siete rutas de dificultades medias-altas (entre 6a+ y 8a). Escalada en placa con un poco de desplome. Faltan rutas de escuela, pero es una buena alternativa para escaparse un rato en medio de la semana. Es necesario destacar que esta zona se encuentra en un terreno que es propiedad de una empresa y que el acceso no está regulado. Como recomendación general recuerden pedir permiso si es que ven algún cuidador y ser muy respetuosos con la propiedad privada, natural y material.

Es de esperar que los abridores nos vayan comunicando cómo avanza el tema del acceso y si se pretende pedir una autorización ampliada a la comunidad. Por mientras, si quieren detalles de cómo llegar, hay que comunicarse con ellos mismos.

Hasta el momento se cuentan cerca de 60 problemas, de grados entre V0 y V8, en roca de buena calidad. Se recomienda llevar cepillo ya que queda mucho por abrir.

Piedra Roja

El CLEV (Club de Escaladores de Valparaíso) en conjunto con Boulder.cl, el apoyo de la empresa privada y de los infaltables y motivados equipadores de distintas procedencias, han realizado con éxito la apertura de este nuevo sector de rutas en la V Región.

Otra vez en la orilla de la gran ciudad, en el borde del sector conocido como Piedra Roja, en la Dehesa, los chicos de Lo Barnechea visualizan y desarrollan otra nueva zona de bloque, donde se puede llegar en micro muy cerca, o en auto a dos pasos. Aquí, en “Jurassic Park” -así han denominado el sector- Jesús, Camilo y compañía han abierto ya cerca de 40 problemas, algunos de los cuales son duros proyectos sin resolver. Jesús ha encadenado ya un problemón estimado en V11 que está para degustar. Ojo, se recomienda dejar el auto afuera. No ha habido problemas de acceso, pero hay que ser prudentes y respetuosos con el posible dueño. San Felipe En esta ciudad de la Región de Valparaíso siempre ha existido un grupo de motivados escaladores, asiduos de Las Chilcas y otras zonas del centro del país, que ahora pueden disfrutar del búlder muy cerca de sus casas, apenas saliendo hacia el nor-oriente. Los muchachos trabajan en un sector con muchos bloques, rodeados de arbustos y árboles bajos con buenas bases en las caídas.

Rock Trip en Olmué

Se equiparon, en casi una semana de intenso trabajo, cerca de 50 rutas. El trabajo culminó con el Rock Trip el 11 de junio, al que llegaron numerosos escaladores de regiones vecinas para terminar de equipar, escalar y celebrar. Desde Santiago, el sector se encuentra a una distancia similar a Las Chilcas. Se ve propicio para escuela, con la mayoría de sus rocas aplomadas y algunos verticales. Cuidado con la caída de piedras, en un sector nuevo hay mayor riesgo potencial. Aquí sobre todo hay peligro desde la meseta alta hacia la que está más abajo, al pie de las rutas. Usen casco. Así como vamos, seguro que en el próximo recuento habrá muchas rutas para contar con más detalle. Con el exponencial aumento de la actividad seguro que se me va algo destacado. Recuerden enviar sus realizaciones o noticias de nuevas zonas para este recuento de la escalada deportiva nacional a diego@gimnasioelmuro.cl. ¡Hasta la próxima!

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Comparativa de productos :

Cocinillas a gas Por Armando Moraga

Caliente, caliente ¡eeehh... oh! ... Caliente caliente... ¡cooon gas! ¿Qué estás cantando? Nada, es solo un comercial que se me quedó pegado. Haaa… ojo, no se te vaya a quedar pegado el arroz o, algo peor, ¡que se te queme! N o te preocupes, hace tiempo que no me pasa. Desde que me cambié a las cocinillas a gas, nunca más he tenido ese problema. Pero ¿igual se te apaga a veces? No, para nada. La he usado desde el nivel del mar hasta más de 6.000 metros, e incluso he sabido de expediciones que van en formato alpino y las usan sobre los 8.000 msnm. Claro, una cosa muy importante es elegir la que tenga características indicadas para el tipo de actividad que vas a realizar y el combustible correcto. La mejor combinación de gas es la Propano/butano 70/30. Incluso hay algunas cocinillas que funcionan con combustibles líquidos y a gas de igual manera, pero de esas te hablaré en otra ocasión. ¿Y cuáles son las que funcionan a gas y que están disponibles en Chile? Ahora te cuento:

Stella Optimus Suecia

(www.optimusstoves.com)

Peso: 250grs. Rendimiento para hervir: 1L en 3 minutos Sistema de acople a olla: No presenta. Encendido piezoeléctrico: Sí presenta A favor: Presenta chispero remoto cableado al tubo. Se puede dar vuelta el balón de gas para aprovechar los conchos e incluso acercarlo ligeramente a la flama para condiciones súper frías. Gran estabilidad para los que quieran cocinar un Pulmay. Observaciones: No hay.

Helios Jetboil EEUU

Según el fabricante: Cocinilla de gran capacidad de combustión, ahorra tiempo en el momento de cocinar. La cabeza del quemador es plegable, lo que facilita el transporte.

(www.jetboil.com)

Peso: 793 grs. Rendimiento para hervir: 1 L. de agua en 3 minutos. Sistema de acople a olla: Sí presenta. Encendido piezoeléctrico: Sí presenta A favor: Incluye olla de aluminio anodizado de 2L, pantalla contra viento y sporte para el gas. La funda de neopreno mantiene la temperatura dentro de la olla. Además, todo se guarda en la misma olla (el estabilizador, la pantalla contra el viento, el balón estándar de 230 gramos y el soporte para el gas.) El balón de gas invertido es lo que faltaba para aprovechar los conchos. Hace años que se creaban soluciones caseras para mejorar este problema. ¡Un aplauso para los diseñadores! Observaciones: El peso, sólo por decir algo.

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Según el fabricante:Toda la tecnología de Jetboil pensada para grupos más grandes. Diseño revolucionario que al dar vuelta el balón permite sacar hasta la última gota de tu balón de gas manteniendo un flujo y potencia más estable.


Pocket Rocket

A favor: La Pocket Rocket, como su nombre lo dice, es casi un soplete de gasfiter.

(www.cascadedesigns.com/msr)

Es simple, ligera, rápida de encender y muy potente para su tamaño. No necesita presión ni mantenimiento y, como la mayoría, la llama es de fácil ajuste.

Según el fabricante: Cocinilla a gas ligera y funcional, indicada para todas las actividades de montaña.

Presenta sistema protector de llama Windclip™ Windshield (Clip con tres secciones que protege la llama frente al viento) y soportes con dientes para prevenir que las ollas se muevan. Además, incluye un estuche para almacenamiento y transporte.

MSR USA

Peso: 86 grs. Rendimiento para hervir: 1 litro de agua en 3 minutos aprox. Sistema de fijación a olla: No presenta. Encendido piezoeléctrico: No presenta.

Express Stove

Existe un sistema adaptador para el balón de gas fabricado por la marca (no incluido) que aumenta la estabilidad. Observaciones: Los soportes se evidencian un poco débiles al momento de hacer una “olla común” para mucha gente, por lo que recomendamos utilizarla con ollas de 2 litros como máximo. La base corresponde a la superficie del mismo balón de gas, por lo que se debe ser cauteloso al elegir el lugar de cocina.

Peso: 96 grs. Rendimiento para hervir: 1 L en 3.15 minutos

c/ Encendido piezoeléctrico

Sistema de acople a olla: No presenta.

Primus Suecia (www.primus.eu)

Encendido piezoeléctrico: Sí presenta

Según el fabricante: Esta cocinilla es una combinación única entre bajo peso y durabilidad. Su práctico diseño ocupa un volumen mínimo cuando está guardada, pero conserva una increíble capacidad para manejar ollas grandes aun con su peso. Es la preferida de quienes necesitan una cocinilla pequeña, práctica y durable.

A favor: Compacta y ligera. Aún con el encendido incluido.

Crux

Peso: 93grs.

Optimus Suecia (www.optimusstoves.com)

Según el fabricante: Es una cocinilla ligera y resistente. Su quemador se pliega para transporte.

Observaciones: Inestable desde el punto de vista de su apoyo, ya que dependerá exclusivamente de la base del cartucho (balón) de gas. Esto es fácilmente solucionable ya que puedes comprar un adaptador para balón de gas de la misma marca (footrest), que entregará mayor estabilidad.

Rendimiento para hervir: 1 L en 3 minutos Sistema de acople a olla: No presenta. Encendido piezoeléctrico: No presenta A favor: El quemador plegable compacta el tamaño permitiendo que entre, incluso, en la base de un balón de gas. Incluye bolsa de embalaje. Observaciones: No presenta sistema para controlar el viento.

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Reactor

Flash

ETA Solo

Jetboil USA

Primus Suecia

Según el fabricante: Cocinilla de alto rendimiento y olla de máxima eficiencia combinados en un sistema compacto y fácil de usar. El quemador radiante queda totalmente protegido por el intercambiador de calor, incluso en condiciones de viento fuerte.

Según el fabricante: Sistema de cocina ultra eficiente. Ideal para ascensiones alpinas y cualquier situación en que necesites calentar agua muy rápido. Es un diseño “todo en uno” que combina el anafre y el recipiente para cocinar de 1 litro en una unidad compacta. Diseñada para ser una de las soluciones más seguras para cocinar en el exterior.

Según el fabricante: Esta cocinilla se basa en la premiada tecnología ETA de quemador e intercambiador de calor Primus. Su eficiencia provoca muy buenos tiempos de cocción y un bajo consumo de combustible. El sistema combina quemador y olla en un conjunto que resulta muy ligero y compacto.

Peso: 581grs. (cocinilla + olla)

Peso: 397grs. (Cocinilla + olla)

Peso: 365grs. (cocinilla + olla).

Rendimiento para hervir: 1 L en 3 minutos.

Rendimiento para hervir: 0.5 L en 2 minutos.

Sistema de fijación a olla: No presenta.

Sistema de fijación a olla: Sí presenta.

Rendimiento para hervir: 0.5 L en 2 minutos aproximadamente.

Encendido piezoeléctrico: No presenta

Encendido piezoeléctrico: Sí presenta

Sistema de acople a olla: Sí presenta.

A favor: Incluye olla de 1.7 litros con intercambiador de calor y que se acopla perfectamente con el quemador, haciendo de este uno de los sistemas para cocinar más eficientes del mercado.

A favor: El recipiente para cocinar se engancha sobre el quemador, lo que previene volcamientos accidentales.

Encendido piezoeléctrico: Sí presenta

El rendimiento es parejo en condiciones ventosas y/o frías. El balón de gas clásico de 230 grs. y el quemador caben dentro de la olla facilitando su transporte.

El material aislante tiene un indicador de calor que cambia de color cuando el contenido está caliente.

Osprey USA (www.cascadedesigns.com/msr)

Existe un sistema adaptador para el balón de gas fabricado por la marca (no incluido) que aumenta la estabilidad. Observación: La olla no se puede fijar al quemador. No incluye base propia, por lo que su estabilidad dependerá de la base del cartucho de gas.

(www.jetboil.com)

Incluye una base tipo trípode para mejorar la estabilidad.

Tapa superior con apertura permite tomar líquidos a través de ella (libre de BPA). Existen accesorios para distintos propósitos, como hacer café. El quemador cabe dentro de la olla facilitando su transporte. Observaciones: El conjunto final tiene altura elevada por lo que en condiciones ventosas deberá ser apoyado con la mano para evitar el volcamiento. El quemador y un cartucho de 100grs. de gas pueden ser guardados dentro de la olla. El problema es que esta medida no se consigue fácilmente.

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(www.primus.eu)

A favor: Buena eficiencia incluso con viento. Incluye olla de 0.9L, justo para ascensiones solitarias. El paquete incuye: olla, quemador, base “footrest” de tres patas y accesorios para colocar una olla tradicional sin fijación. Además, pensando en esa gente rara que duerme en las paredes, incluye también un accesorio metálico para colgar la olla cuando estás en condiciones verticales. Observaciones: El paquete incuye: olla, quemador, base “footrest” de tres patas y accesorios para colocar una olla tradicional sin fijación. Además, pensando en esa gente rara que duerme en las paredes, incluye también un accesorio metálico para colgar la olla cuando estás en condiciones verticales.


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GRACIAS A SU CHAQUETA, HERVE BARMASSE PUEDE ESTAR CONCENTARDO SÓLO EN EL HIELO Y NO EN EL CLIMA THENORTHFACE.CL HERVE BARMASSE, ITALIA FOTO: ADAMIANO LEVATI



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