como agua

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Ewa Kulak

Como agua para chocolate viernes, 12 de agosto de 2005

“Estar como agua para chocolate” es decir, a punto de explotar de rabia o de pasión amorosa.

Esta película dirigida por Alfonso Arau, un actor mexicano, es adaptación de la novela homónima de Laura Esquivel. A mí personalmente tanto el libro como la película me encantan. El ejemplar escrito que tengo en casa, está todo subrayado y acompañado en varias partes con signos de exclamación y la agenda en la que apunto todas las cosas pendientes, lleva las citas del libro, como esta:

“comprendió perfectamente lo que debe sentir la masa de un buñuelo al entrar en contacto con el aceite hirviendo. Era tan real la sensación de calor que invadía todo su cuerpo que ante el temor de que, como a un buñuelo, le empezaran a brotar burbujas por todo el cuerpo —la cara, el vientre, el corazón, los senos”.

Esquivel y Arau lograron transmitir a la pantalla del cine una historia de amor en forma de saga familiar, que mezcla el melodrama y la comedia costumbrista con toques de realismo mágico. Todo a través de la cocina como metáfora de los sentimientos de los personajes y el refugio del poder femenino.

La película se sitúa entre el siglo XIX y XX, alrededor de la Revolución Mexicana. La protagonista principal es Tita.

“Dicen que Tita era tan sensible que desde que estaba en el vientre de mi bisabuela lloraba y lloraba cuando ésta picaba cebolla […]. Un día los sollozos fueron tan fuertes que provocaron que el parto se adelantara. Y sin que mi bisabuela pudiera decir ni pío, Tita arribó a este mundo prematuramente, sobre la mesa de la cocina, entre los olores de una sopa de fideos que estaba cocinando, los del tomillo, el laurel, el cilantro, el de la leche hervida, el de los ajos y, por supuesto, el de la cebolla. […] Contaba Nacha que Tita fue literalmente empujada a este mundo por un torrente impresionante de lágrimas que se desbordaron sobre la mesa y el piso de la cocina”. La tradición mexicana dice que la hija menor de la familia no puede casarse, porque su obligación es permanecer al lado de su madre hasta que ella muera. Esta tradición se practicó también en casa de Mamá Elena De la Garza que obligó a su hija menor, Tita, a renunciar a su propia vida. Tita no pudo casarse y, por lo tanto, no pudo mantener relaciones con su único amor, Pedro. Para estar cerca de su amada, Pedro aceptó la propuesta de Mamá Elena y se casó con la hermana de Tita, Rosaura. Según él, esta era la única manera para estar cerca de la mujer que amaba. En muy poco tiempo Tita se convirtió en la cocinera de la casa, ya que: “era el último eslabón de una cadena de cocineras que desde la época prehispánica se habían transmitido los secretos de la cocina de generación a generación y estaba considerada la mejor exponente de este maravilloso arte, el arte culinario.” A través los platos Tita logró transmitir su estado de ánimo, sus sentimientos, emociones y deseos, mezclando “el gozo de vivir con el de comer. No era fácil para una persona que conoció la vida a través de la cocina entender el mundo exterior.” Como agua para chocolate es una película dulce, mágina, que habla del amor, de la tradición, de la pasión y diferentes maneras de comunicación. Y como dice una de mis amigas: “no importa que se te está destruyendo toda la vida; el chocolate hay que prepararlo”.

http://www.ewakulak.com

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Generado: 18 September, 2010, 10:26


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