Por : César González @topcesar
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esde la época del Renacimiento y su arte dirigido a la búsqueda de la perfección humana, constituyeron un sentido de belleza absoluta, que se mantiene hasta nuestros días. Desde entonces, los estándares de belleza son ligados directamente con el legado de arte dejado por estos artistas renacentistas, es decir, que para ser bella hoy en día, hay que tener los rasgos de la fémina que personifica “La Piedad” o la simetría de las partes del rostro que tiene “David”, representado en ese entonces por las manos de Miguel Ángel. Ahora bien, que hubiese sucedido si los cánones de belleza hubieran sido establecidos por las antiguas esculturas africanas, donde las extremidades son grotescas y las medidas no eran tan respetadas a la hora de esculpir un rostro, por lo tanto, la simetría y delicadeza no hubiera sido la regla, en este caso la perfección no fuera una prioridad y lo delicado seria lo mal visto ante nuestros ojos. Y todos quisieran por ejemplo: ¿En vez de tener una nariz perfilada, una un poco “ordinaria”?. Lo mismo sucede con la MODA. La elección de las telas para la confección de un boceto, depende de muchos factores que algunas veces son determinados por antiguos patrones de vestimenta mundial, es por ello que algunas veces a la hora de seleccionar una prenda de vestir la textura, el color, la caída, el cuerpo y la sutileza de la tela con que esta confeccionada complementa totalmente el diseño, y las telas preferidas son las delicadas, suaves y sensibles al tacto como las utilizadas por los altos Emperadores europeos. Entonces, el mismo caso se repite, si a la hora de elegir un diseño, ¿Nos inclinaríamos por un material tosco, burdo y débil?; el sentido de la moda sería diferente. Las blusas de Seda, no sería un concepto de elegancia y los vestidos de grandes chifones y crepe’s representarían un símbolo de mal vestir. Realmente, el ser humano y la moda no se equivocaron, a la hora de establecer las bases y pilares del futuro. Tal vez en la definición de un ser humano hermoso, la perfección es derrumbada por la evolución de la raza y el mestizaje de los antepasados. Pero en la moda no, las telas al perder su pureza, pierden su encanto real y desvirtúan el concepto de un diseño. En nuestro país existen ejemplos fehacientes de talentos consagrados y emergentes que dan fe en sus trabajos de que esto es así y sus creaciones nos deleitan con la perfección de su arte final. Venezuela pisa cada día el camino de la moda con más firmeza, y sus creadores se convierten en ejemplos, donde la aguja y los hilvanes de hilo se unen e interpretan la perfección. La moda es perfecta… y sus creadores también.